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ELITISMO: El argumento de la superioridad de la élite se suele articular desde un punto de vista moral, intelectual y cultural: los individuos pertenecientes a la élite se consideran a sí mismos superiores al resto de la sociedad (pueblo llano), a la cual observan con indiferencia, superioridad, o con el recelo y la desconfianza con los que normalmente se mira a un delincuente.

El elitismo1​ es la creencia de que los miembros de la élite —definida como una minoría de personas que poseen cualidades selectas como riquezapoderconocimientosinteligenciaexperiencia o talento— merecen mayor influencia y autoridad que el resto de la población.2​ En este sentido, el elitismo se aproxima a la idea de la aristocracia (del griego aristokratíā, «el gobierno los mejores»).

 

¿Qué es el elitismo?

El elitismo es un sistema ideológico, que afecta a los demás órdenes de la sociedad (político y económico), en tanto en cuanto parte de la premisa de la superioridad de un reducido colectivo social, conocido como élite, y cuyos miembros se atribuyen prebendas, derechos y/o privilegios especiales con respecto a los demás individuos.

El argumento de la superioridad de la élite se suele articular desde un punto de vista moral, intelectual y cultural: los individuos pertenecientes a la élite se consideran a sí mismos superiores al resto de la sociedad (pueblo llano), a la cual observan con indiferencia, superioridad, o con el recelo y la desconfianza con los que normalmente se mira a un delincuente.

De cara a participar en la sociedad y tomar decisiones, el elitismo defiende que solo las opiniones de la élite serán válidas; por lo tanto, esta minoría suele acaparar los puestos de poder político y económico, relegando a los demás individuos a un papel secundario, o incluso de mera servidumbre.

Es fácil inferir que las élites son grupúsculos cerrados, a los que normalmente se accede por herencia o influencias, pero también por su trabajo (aunque históricamente no ha sido así); dado que las personas que componen las élites son poderosas, la entrada en estos grupos suele estar reservada a individuos del mismo perfil, en cuanto a poder adquisitivo, influencia política o conocimientos se refiere.

Por lo tanto, la asunción del elitismo conlleva automáticamente la configuración de una sociedad jerarquizada, en la que las élites representan los estratos más altos: estos grupos de personas, como consecuencia de su estatus, pueden aspirar a mayores beneficios que el resto de los colectivos, como una mejor educación, puestos de trabajo más importantes y, en general, una vida muy holgada en cuanto a economía se refiere.

También conviene señalar que el elitismo es un hecho no necesariamente institucionalizado, ya que al adquirir carácter oficial, se denominaría aristocracia; como veremos a continuación, en los aspectos históricos del elitismo encontraremos alusiones claras a la existencia reconocida de élites en distintas sociedades, cuyo estatus superior se ve refrendado por las propias leyes del estado (redactadas, realmente, por y para ellas mismas).


 

Definición de Elitismo

 

Por un liberalismo sin elitismo – Students For Liberty

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