El arte occidental, bajo mi punto de vista, es un arte donde predomina la forma, un arte formal, por llamarlo de alguna manera.
Últimamente predomina el arte abstracto, donde la abstracción lleva hasta tal punto que se sustituyen figuras por formas sinuosas y difíciles para un observador que desconozca el estilo, donde las asociaciones conceptuales se hacen imposibles.
Donde un jarron, una manzana, cualquier objeto, adquiere una dimensión nueva y nuevos enfoques que hacen difícil, a veces muy difícil la comprensión y el entendimiento.
Muchas veces encuentro imposible encontrar el significado real o alegórico de cuadros como los de Kandinsky y otros muchos que no recuerdo ahora.
Lejos de discutir sobre la trascendencia de las obras y su repercusión social, visual, sentimental o metafísica, decir que son para mi una fuente de excitación nerviosa, de alteración del ánimo, de impulsividad, y de magneficiencia también en ocasiones, pero raras veces me impresionan sensitivamente, es más bien un efecto anímico.
Aunque mi opinión es muy personal, no se si al resto de la gente le produce el mismo efecto y si la gente que se compra estos cuadros tan importantes lo hace por deleite visual, por pasión contenida o por una pasión no contenida, es decir, por frenesí.
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petalofucsia -
Últimamente predomina el arte abstracto, donde la abstracción lleva hasta tal punto que se sustituyen figuras por formas sinuosas y difíciles para un observador que desconozca el estilo, donde las asociaciones conceptuales se hacen imposibles.
Donde un jarron, una manzana, cualquier objeto, adquiere una dimensión nueva y nuevos enfoques que hacen difícil, a veces muy difícil la comprensión y el entendimiento.
Muchas veces encuentro imposible encontrar el significado real o alegórico de cuadros como los de Kandinsky y otros muchos que no recuerdo ahora.
Lejos de discutir sobre la trascendencia de las obras y su repercusión social, visual, sentimental o metafísica, decir que son para mi una fuente de excitación nerviosa, de alteración del ánimo, de impulsividad, y de magneficiencia también en ocasiones, pero raras veces me impresionan sensitivamente, es más bien un efecto anímico.
Aunque mi opinión es muy personal, no se si al resto de la gente le produce el mismo efecto y si la gente que se compra estos cuadros tan importantes lo hace por deleite visual, por pasión contenida o por una pasión no contenida, es decir, por frenesí.