RELIGIÓN Y RELIGIONES: ARTE Y RELIGIÓN ANIMISTAS
Animismo
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El animismo (del latín ánima, alma) es un concepto que engloba diversas creencias en las que seres sobrenaturales personalizados, o espíritus, habitan objetos animados e inanimados.
Si bien dentro de esta concepción cabrían múltiples variantes del fenómeno, como la creencia en seres espirituales, incluidas las almas humanas, en la práctica la definición se extiende a que seres sobrenaturales personificados, dotados de razón, inteligencia y voluntad, habitan los objetos inanimados y gobiernan su existencia. Esto se puede expresar simplemente como que todo está vivo, es consciente o tiene un alma.
En África el animismo se encuentra en su versión más compleja y acabada, siendo así que incluye el concepto de magara o fuerza vital universal, que conecta a todos los seres animados, así como la creencia en una relación estrecha entre las almas de los vivos y los muertos. En otros lugares el animismo es en cambio la creencia en que los objetos (como animales, herramientas y fenómenos naturales) son o poseen expresiones de vida inteligente.
Los neopaganos a veces describen como animista a su sistema de creencias; un ejemplo de esta idea es que la Diosa madre y el Dios cornudo coexisten en todas las cosas. Asimismo, los panteístas igualan a Dios con la existencia.
El término también es el nombre de una teoría de la religión propuesta en 1871 por el antropólogo sir Edward Burnett Tylor en su libro Primitive Culture (Cultura primitiva).
Creencias del animismo [editar]
El principio general del animismo es la creencia en la existencia de una fuerza vital sustancial presente en todos los seres animados, y sostiene la interrelación entre el mundo de los vivos y el de los muertos, reconociendo la existencia de un Dios único aunque inaccesible. Sus orígenes son imprecisables al contrario que las religiones proféticas, siendo junto al chamanismo una de las más antiguas creencias de la Humanidad. Ya la religión del Antiguo Egipto está fundada sobre bases animistas.
Características generales [editar]
- Los animales, aves, plantas y objetos inanimados tienen un alma espiritual.
- Hay seres espirituales que viven en el alma o espíritu del ser humano.
- La vida de los ancestros continúa después de la muerte.
- El alma puede abandonar el cuerpo durante trances o sueños.
- Existen otros espíritus aparte de Dios.
- Se reconoce un ser supremo aunque lejano.
- Se reconoce la existencia de espíritus, que en algunos casos son venerados.
- Se fusionan conceptos: individuo-comunidad, presente-pasado, objeto-símbolo.
- Ofrecen sacrificios expiatorios.
- Creen en la mediación de personas sagradas.
Vida después de la muerte [editar]
La mayoría de los sistemas de creencias animistas sostienen que existe un alma que sobrevive la muerte del cuerpo. Creen que el alma pasa a un mundo más cómodo, de abundantes juegos y cultivos agrícolas continuos. Otros sistemas, como el de los indios Navajo de América del Norte, aseguran que el alma permanece en la Tierra como fantasma, a veces malvado.
Otras culturas combinan estas dos creencias, y afirman que el alma debe escapar de este plano y no perderse en el camino, de lo contrario se volvería fantasma y vagaría durante mucho tiempo. Para el éxito en esta tarea los sobrevivientes del muerto consideran necesario realizar funerales de duelo y adoración a los ancestros. En las culturas animistas a veces los rituales no son realizados por los particulares sino por sacerdotes o chamanes que se supone que poseen poderes espirituales más grandes o diferentes a la experiencia humana normal.
La práctica de reducción de cabezas que realizaban algunas culturas de América del Sur deriva de la creencia animista en que el alma del enemigo puede escapar si no se atrapa dentro de su cráneo. El enemigo entonces transmigraría al útero de una hembra de animal depredador, de donde nacería para vengarse del asesino.
Orígenes y ubicación geográfica [editar]
Se encuentran trazas de animismo en África al sur del Sahara, Australia, Oceanía, sudeste y centro de Asia y toda América. La arqueología y la antropología estudian el animismo actualmente presente en las culturas indígenas. Algunos conceptos antiguos acerca del alma se pueden analizar a partir de los términos con que ésta era denominada. Por ejemplo, los lectores del Dante conocen la idea de que los muertos no tienen sombra (ombra). Esto no fue una invención del poeta sino una noción que proviene del folclore anterior al cristianismo.
Los basutos sostienen que una persona que camina por la orilla de un río puede perder la vida si su sombra toca el agua, ya que un cocodrilo podría engullirla y arrastrar a la persona dentro del agua. Y en algunas tribus de Norte y Suramérica, Tasmania y en la Europa clásica, se encuentra el concepto de que el alma —σκιά, skiá, umbra— es idéntica con la sombra de una persona.
En cambio más familiar a la cultura occidental es la conexión entre el alma y la respiración. Esta identificación se encuentra tanto en los idiomas indoeuropeos como en las lenguas semíticas. Aire en latín se dice spíritus, en griego pneuma y en hebreo ruach. Esta idea se encuentra también en Australia, varios puntos de la América precolombina y Asia.
Para algunas culturas indígenas de América y en las primeras religiones romanas, la costumbre de recibir el último aliento de un moribundo no era sólo un deber piadoso sino el medio de asegurarse de que su alma reencarnaría en el vientre de una nueva madre, y no quedaría como un fantasma errante. Otros conceptos conocidos identifican el [alma con el hígado, con el corazón, con la figura que se ve reflejada en la pupila del ojo y con la sangre.
Aunque a veces se distingue el alma o principio vital del cuerpo (que también poseerían los animales) como algo diferente del espíritu humano, hay casos en que un estado de inconsciencia se explica como debido a la ausencia de éste. Los indígenas del sur de Australia le dicen wilyamarraba (sin alma) a una persona desmayada.
También el trance autohipnótico de un chamán o de un profeta se cree que se debe a su visita al más allá, del que trae profecías y noticias de personas muertas. La telepatía o la clarividencia, con o sin trance, se puede operar para producir la convicción de la naturaleza dual (material-espiritual) del ser humano, ya que parece posible que hechos desconocidos para el médium se podrían descubrir por medio de una bola de cristal.
La enfermedad a menudo se explica como la ausencia del alma y a veces se toman determinadas medidas para atraer el alma errante de vuelta. En la tradición china, cuando una persona está al borde de la muerte y se cree que el alma ha dejado su cuerpo, el abrigo del paciente es sostenido en un largo poste de bambú mientras un sacerdote se esfuerza por devolver el espíritu al abrigo por medio de conjuros. Si el bambú comienza a girar en las manos del pariente que se ha dispuesto para sostenerlo, esto se considera como signo de que el alma del moribundo ha vuelto.
El animismo y el sueño [editar]
Los sueños son a veces explicados en pueblos poco desarrollados como viajes realizados por el durmiente, o por animales u objetos de su entorno. Las alucinaciones, posiblemente más frecuentes en las etapas inferiores de la cultura, deben haber contribuido para fortificar esta interpretación, y la teoría animística en general. Más importante aun que todos estos fenómenos, ya que es más regular y normal, era el periodo diario de sueño con sus ideas e imágenes frecuentemente irregulares e incoherentes. La mera inmovilidad del cuerpo era suficiente para mostrar que su estado no era idéntico a aquel de cuando estaba despierto.
Cuando, además, el durmiente despertaba para dar razón de una cantidad de visitas a lugares lejanos, desde los cuales, tal como sugieren las investigaciones psíquicas modernas, podía incluso arrojar o traer detalles verídicos, la conclusión irresistible debe haber sido que, en el sueño, algo que no era el cuerpo viajaba al más allá.
Si el fenómeno de los sueños fue de gran importancia en el desarrollo prehistórico del animismo, esta creencia debe haberse expandido rápidamente hasta convertirse en una filosofía de la naturaleza de la realidad. De la reaparición en sueños de personas muertas, el hombre primitivo fue inevitablemente llevado a la creencia que allí existió una parte incorpórea del hombre, que sobrevivió la disolución del cuerpo. El alma fue concebida para ser un facsímile del cuerpo, a veces no menos material, a veces más sutil, a veces totalmente impalpable e intangible.
Como en los sueños no sólo se ven seres humanos sino también animales y objetos inanimados, la conclusión debe de haber sido que ellos también tenían espíritu, aunque las primeras religiones pueden haber llegado a esta conclusión mediante otra línea de argumentos.
El animismo en la actualidad [editar]
El animismo existe sobre todo en pueblos no alfabetizados. Algunos misioneros católicos utilizan en su labor evangelizadora un método dispositivo llamado sincretismo. Se trata de la combinación y conciliación de creencias religiosas o filosóficas diferentes (y a veces opuestas) a la que pretenden difundir. Algunos correligionarios, sin embargo, consideran que el sincretismo no es una buena manera de difundir su religión sino un peligro a eludir.
Visión bíblica del origen del animismo [editar]
Según la Biblia, a partir de la caída de Adán y Eva la religión original se corrompió. Cuando miles de años más tarde —después del Diluvio Universal— los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) y sus descendientes se esparcieron por la Tierra, llevaron su fe monoteísta, pero con el paso del tiempo se corrompió a la par de la moral. Pablo de Tarso se refiere a esta cuestión en su Carta a los Romanos (1.18-32): el hombre abandonó la adoración a Yahvéh para adorar a sus criaturas.
Alma en los objetos inanimados [editar]
Algunas culturas no hacen una distinción entre los objetos animados e innanimados. Los fenómenos naturales, las características geográficas, los objetos cotidianos y los artículos manufacturados pueden estar también provistos de almas.
En el norte de Europa, en la antigua Grecia, en China, el espíritu del agua o del río es el caballo o una figura con forma de toro. El monstruo del agua que tiene forma de serpiente es generalmente más encontrado, pero no es estrictamente el espíritu del agua. El espíritu del sincretismo se manifiesta también en esta sección del animísmo, cambiando el espíritu immanente por el Dios local de los últimos timpos o aquel que esté vigente.
El animismo y la muerte [editar]
En muchas partes del mundo se sostiene que el cuerpo humano es el asiento de más de una alma. En la isla de Nías cuatro son distinguidas: la sombra y la inteligencia que se mueren con el cuerpo, un espíritu tutelar, y un segundo espíritu que se llevan en la cabeza. Se encuentran las ideas similares entre el euahlayi del sudeste de Australia, los dakotas y muchas otras tribus. Así como en Europa el fantasma de una persona muerta se sostiene para frecuentar el cementerio o el lugar de muerte, para que hace otras culturas asignan las moradas diferentes a las almas múltiples con que ellos acreditan al hombre. De las cuatro almas de una dakota, uno se sostiene quedarse con el cadáver, otro en el pueblo, un tercero entra en el aire, mientras el cuarto va a la tierra de almas donde su porción puede depender de su línea en esta vida, su género, manera de morir o sepultura, en la observancia debida de ritual del entierro, o muchos otros puntos.
De la creencia en la supervivencia del muerto la práctica de ofrecer la comida se levantó, mientras encendiendo los fuegos, etc., a la tumba, al principio, quizá, como un acto de amistad o la piedad filial, después como un acto de culto del antepasado. La ofrenda simple de comida o derramamiento de sangre a la tumba desarrolla en un sistema detallado de sacrificio. Incluso donde el culto del antepasado no se encuentra, el deseo de proporcionar los consuelos al muerto en la vida futura puede llevar al sacrificio de esposas, los esclavos, animales, y así sucesivamente, a la ruptura o quemando de objetos a la tumba o a la provisión del peaje del barquero: una moneda puso en la boca del cadáver para pagar los gastos de viaje del alma. Pero todos no están acabados con el pasaje del alma a la tierra del muerto. El alma puede volver para vengar su muerte ayudando descubrir al asesino, o para descargar la venganza para sí mismo. Hay una creencia extendida que aquéllos que se mueren una muerte violenta se vueltos los espirítus malignos y pone en peligro las vidas de aquéllos que vienen la mancha frecuentada casi. La mujer que se muere en el parto se vuelve un pontianak, y amenaza la vida de seres humanos. Las personas acuden a los medios mágicos o religiosos de rechazar sus peligros espirituales.
Diferencias entre animismo y religión [editar]
Generalmente el animismo se describe como una religión primitiva. Pero propiamente hablando muchos sistemas animistas de creencias no son en absoluto una religión, ya que ésta implica alguna forma de emoción. El animismo es asimismo una filosofía que permea varias religiones más que una religión, ya que es una explicación de fenómenos más que una actitud hacia la causa de los fenómenos.
Sin embargo, el término se suele utilizar para describir una etapa primigenia de la religión, en la que las personas tratan de establecer una relación con poderes invisibles (concebidos como espíritus) pero diferentes por varias razones a los múltiples dioses del politeísmo.
El animismo y los orígenes de las religiones [editar]
Se conocen dos teorías que suponen que el animismo fue el origen de las religiones actuales. La primera, llamada teoría de los fantasmas, relaciona los comienzos de la religiones humanas con el culto a los muertos. Se la asocia principalmente con el nombre de Herbert Spencer, aunque también fue mantenida por Grant Allen.
La otra teoría, presentada por Edward Burnett Tylor, sostiene que la base de toda religión es animista, pero reconoce el carácter no humano de los dioses del politeísmo. Aunque la adoración a los antepasados o más ampliamente hablando el culto a los muertos, en algunos casos se superpuso a otros cultos o incluso los hizo desaparecer, no se puede asegurar su importancia, sino más bien lo contrario (otros cultos terminaron superponiéndose al culto a los antepasados). En la mayoría de los casos, el panteón de dioses está formado por una multitud de espíritus en forma a veces humana, a veces animal, que no tienen signos de haber encarnado alguna vez. Los dioses del Sol y de la Luna, los dioses del fuego, del viento y del agua, los dioses oceánicos, y por encima de todos los dioses del cielo, no muestran signos de haber sido fantasmas en ningún periodo de sus historias. Es verdad que algunos se pueden asociar con dioses fantasmas. Por ejemplo algunos indígenas de Australia no dicen en ningún momento que los dioses son espíritus, y mucho menos espíritus de muertos; sus dioses son simplemente magos magnificados, super-hombres que nunca murieron. Por lo tanto no hay base para afirmar que el culto a los muertos es el origen de la religión en esa área. Se puede decir en general que en Australia nunca existieron la adoración a los antepasados ni el culto a los muertos
El animismo en la filosofía [editar]
El término "animismo" ha sido aplicado a muchos sistemas filosóficos diferentes. Por ejemplo para describir la visión de Aristóteles de la relación entre el alma y el cuerpo, sostenida también por los estoicos y escolásticos. También la monadología de Leibniz ha sido designada como animista. El término ha sido aplicado más comúnmente al vitalismo, una postura principalmente asociada con Georg Ernst Stahl y revivida por F. Bouillier (1813-1899), que sostiene que la vida y la mente son los principios directrices de la evolución y el crecimiento, y que éstos no se originaron en procesos químicos o mecánicos, sino que hay una fuerza directriz que parece guiar a la energía sin alterar su cantidad. Otra clase completamente diferente de ideas, también denominadas animistas, es la creencia en el alma del mundo, sostenida por el griego Platón, el alemán Schelling y los partidarios de Gaia (el alma de la Tierra).
Tylor [editar]
Edward Burnett Tylor sostenía que las sociedades no occidentales usaban el animismo para explicar por qué sucedían las cosas. El animismo sería así la forma más antigua de religión, lo que revelaría que los seres humanos desarrollaron las religiones para explicar la realidad. En la época en que Tylor presentó sus teorías (Primitive Culture, 1871), éstas resultaron políticamente revolucionarias, ya que los pueblos no occidentales —y en particular los infieles no cristianos— de hecho poseían distintas formas de religión.
Sin embargo, desde la publicación de Primitive Culture, las teorías de Tylor fueron cuestionadas desde varios ángulos:
- Las creencias de distintos pueblos que viven en lugares diferentes del globo y sin comunicación entre ellos no puedan ser aglutinadas como un solo tipo de religión.
- La función básica de la religión podría no ser la "explicación" del universo. Críticos como Marrett y Emil Durkheim argumentaron que las creencias religiosas tienen funciones emocionales y sociales más que intelectuales.
- Actualmente se ven las teorías de Tylor como etnocéntricas (centradas en su propia raza europea).
- Su visión de la religión (como aquello que explica lo inexplicable) era tanto contemporánea como occidental; y él la estaba imponiendo sobre culturas no occidentales.
- Presenta de manera arbitraria una progresión que va desde la religión (cuyas explicaciones acerca de la realidad son subjetivas) hasta llegar a la ciencia (que provee explicaciones que satisfacen a ciertos grupos) (Ver evolución cultural.)
Fenómenos que se cree que llevaron al animismo [editar]
Diversos investigadores —como el Dr. Edward Burnett Tylor, Herbert Spencer, Andrew Lang y otros— creían que el "salvaje" comenzó a creer en el animismo debido a la contemplación de ciertos fenómenos. Se formó una animada controversia entre los dos primeros acerca del orden de sus respectivas listas de fenómenos. Entre éstos se encuentran el trance, la inconsciencia, la enfermedad, la muerte, la clarividencia, los sueños, las apariciones de muertos, los espectros, las alucinaciones, los ecos, las sombras y los reflejos.
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