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RELIGIÓN Y RELIGIONES: ARTE Y RELIGIÓN EN LA MITOLOGIA ROMANA

Mitología romana

Una cabeza de Minerva hallada en las ruinas de los baños romanos de Bath (Inglaterra).

La mitología romana, es decir las creencias mitológicas de los habitantes de la Antigua Roma, puede considerarse formada por partes. La primera, principalmente tardía y literaria, consiste en préstamos completamente nuevos procedentes de la mitología griega. La otra, mayoritariamente antigua y cúltica, funcionaba en formas muy diferentes a las de equivalente griega.

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Naturaleza de los antiguos mitos romanos [editar]

Los romanos no tenían relatos secuenciales sobre sus dioses comparables a la Titanomaquia o la seducción de Zeus por Hera, hasta que sus poetas comenzaron a adoptar los modelos griegos en el último lapso de tiempo de la república romana. Sin embargo, lo que si tenian, era:

  • Un sistema muy desarrollado de rituales, escuelas sacerdotales y panteones de dioses relacionados;
  • Un rico conjunto de mitos históricos sobre la fundación y auge de su ciudad por parte de actores humanos con ocasionales intervenciones divinas.

Mitología antigua sobre los dioses [editar]

El modelo romano incluía una forma muy diferente a la de los griegos de definir y concebir a los dioses. Por ejemplo, en la mitología griega Deméter era caracterizada por una historia muy conocida sobre su dolor por el rapto de su hija Perséfone a manos de Hades. Los antiguos romanos, por el contrario, concebían a su equivalente Ceres como una deidad con un sacerdote oficial llamado Flamen, subalterno de los flamines de Júpiter, Marte y Quirino, pero superior a los de Flora y Pomona. También se le consideraba agrupado en una tríada con otros dos dioses agrícolas, Liber y Libera, y se sabía la relación de dioses menores con funciones especializadas que le asistían: Sarritor (escardado), Messor (cosecha), Convector (transporte), Conditor (almacenaje), Insitor (siembra) y varias docenas más.

Así pues, la «mitología» romana arcaica, al menos en los referente a los dioses, no estaba formada por relatos sino más bien el entrelazamiento y las complejas interrelaciones entre dioses y humanos.

La religión original de los primeros romanos fue modificada por la adición de numerosas y contradictorias creencias en épocas posteriores, y por la asimilación de grandes porciones de la mitología griega. Lo poco que se sabe sobre la religión romana primitiva no es gracias a relatos de la época sino a escritores posteriores que buscaron preservar las viejas tradiciones del olvido en el que estaban cayendo, como el estudioso del siglo I a. C. Marco Terencio Varrón. Otros escritores clásicos, como el poeta Ovidio en sus Fastos (‘calendario’), fueron fuertemente influidos por los modelos helenísticos, y en sus obras se recurre con frecuencia a las creencias griegas para rellenar los huecos de las tradiciones romanas.

Mitología antigua sobre la historia romana [editar]

En contraste con la escasez del material narrativo sobre los dioses, los romanos tenían una rica panoplia de leyendas sobre la fundación y primera expansión de su propia ciudad. Además de estas tradiciones de origen mayoritariamente local, a este surtido se injertó material procedente de las leyendas heroicas griegas en una época temprana, haciendo por ejemplo a Eneas antepasado de Rómulo y Remo.

La Eneida y los primeros libros de Livio son las mejores fuentes exhaustivas para esta mitología humana.

Dioses nativos romanos e itálicos [editar]

Las prácticas rituales romanas de los sacerdotes oficiales distinguían claramente dos clases de dioses: los di indigetes y los di novensides o novensiles. Los indigetes eran los dioses originales del estado romano (véase Di indigetes), y su nombre y naturaleza están indicados por los títulos de los sacerdotes más antiguos y por las fiestas fijas del calendario. Los novensides eran divinidades posteriores cuyos cultos fueron introducidos en la ciudad en el periodo histórico, normalmente en una fecha conocida y como respuesta a una crisis específica o necesidad percibida.

Dioses extranjeros [editar]

La absorción de deidades locales vecinas tuvo lugar a medida que el estado romano conquistaba el territorio vecino. Los romanos solían conceder a los dioses locales del territorio conquistado los mismos honores que a los dioses antiguos que habían sido considerados propios del estado romano. En muchas casos las recién adquiridas deidades eran invitadas formalmente a llevar su domicilio a nuevos santuarios en Roma. En 203 a. C., la figura de culto representativa de Cibeles fue retirada de Pesino (Frigia) y acogida ceremoniosamente en Roma. Además, el crecimiento de la ciudad atrajo a extranjeros, a los que se permitía continuar con la adoración a sus propios dioses. trabajo de maximiliano gutierrez

 

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