Blogia
petalofucsia

Pensamiento mágico7

PENSAMIENTO MÁGICO7: LA FORMA. Clasificamos y ordenamos así los objetos según sus formas, cuadrados, círculos, esferas, etc. agrupándolos por lo que tienen de común sin tener en cuenta la materia o contenido que los diferencia.

Forma (filosofía)

De Wikipedia, la enciclopedia libre

(Redirigido desde Forma (Filosofía))

El sentido más simple y probablemente originario de la palabra forma hace referencia a la figura espacial de los cuerpos materiales sólidos.

Pero la peculiaridad del término consiste en la abstracción que hacemos al prescindir de la materialidad de las cosas y considerar la figura en sí misma como algo independiente, es decir, como forma.

Clasificamos y ordenamos así los objetos según sus formas, cuadrados, círculos, esferas, etc. agrupándolos por lo que tienen de común sin tener en cuenta la materia o contenido que los diferencia.

De la misma manera agrupamos intelectualmente y ordenamos las cosas que tienen propiedades semejantes unificándolas en un concepto o idea que denota el conjunto de todos ellos clasificándolos como un conjunto de individuos y que lingüísticamente expresamos mediante un sustantivo abstracto en el sentido en que lo define Ortega y Gasset. De la misma manera unimos las propiedades y cualidades en nuevos conceptos como clase lógica de orden superior.

Podemos entonces considerar intelectualmente un mismo objeto o "suceso" del mundo de "muchas formas", desde diversos puntos de vista, así como también considerar cómo está constituido o formado,[1] destacando como fundamental o la más importante una determinada forma que le hace ser lo que esencialmente es.

Por ello el concepto de forma es realmente complejo y muy importante a lo largo de toda la historia del pensamiento.

Contenido

[ocultar]

El concepto fundamental en la tradición [editar]

Ver las cosas desde su singularidad no nos permitiría más que señalar con el dedo para indicar un algo que se destaca o queremos destacar de todo lo que le rodea. Lingüísticamente no podríamos más que utilizar lo que algunos llaman pronombres vagos, tal como esto", eso o aquello o por ser algo diferente de todo lo demás.[2]

Sin embargo si pretendemos tener por conocido ese algo, necesariamente tenemos que recurrir a un referente que permite asociar ese algo con otros algos que en algún o algunos aspectos tienen una forma semejante.

Ese aspecto o forma común permite considerar las cosas desde un principio cualitativo o esencial que está más allá del conocimiento sensible de la experiencia singular y en todo caso remite a la memoria espacio-temporal o referencia cultural recibida fundamentalmente a través del lenguaje.

Un conocimiento intelectual o conceptual que, expresado como una unidad lingüística, se considera que designa un objeto, una cosa o un suceso de la realidad, o denota algunas propiedades de ello y es comunicable a otros.[3] Un proceso social y cultural de «construcción de objetos» de conocimiento y de «relaciones lógicas» entre ellos con lo que se forman las Teorías, que sirven para describir y explicar el mundo.

Con ciertas condiciones especiales estas descripciones y explicaciones del mundo tienen el carácter de ciencia. Otro tipo de explicaciones son las creencias religiosas, ideológicas o simplemente tradicionales.

Desde antiguo se encontraron las propiedades que atañen a las cosas en cuanto figuras espaciales naciendo la geometría como ciencia con carácter necesario, es decir de conocimiento conforme a leyes y principios generales.

En la filosofía griega este aspecto de abstracción o separación de lo material tuvo especial relevancia y ha constituido uno de los pilares de la tradición del pensamiento filosófico en lo que respecta a la comprensión y explicación de la realidad de las cosas. Pitágoras, por ejemplo, a partir de las formas geométricas y sus relaciones numéricas, pensó que la forma esencial de las cosas era el número.

Por medio de la abstracción se justificaba la capacidad del conocimiento para prescindir de lo sensible e intuir un principio «formal» o «modo de ver las cosas intelectualmente» mediante el entendimiento como facultad del alma humana: la idea, el concepto o esencia de las cosas.

La inmaterialidad de los conceptos adecuados a las formas constituyen la posibilidad del pensamiento y el lenguaje, y servía de justificación de la existencia en el hombre del alma inmaterial que justificaba lo espíritual.[4]

Puesto que el fundamento del movimiento[5] reside en la propia dinámica de las «formas», se distinguían diversos niveles en los seres que constituyen el universo como «Totalidad del Ser» según una jerarquía de formas de que estuvieran constituidos, es decir «formados»:[6]

  • Los que no tienen forma viva, los minerales o materia muerta.[7]
  • Los que tienen alma[8] vegetativa, las plantas.
  • Los que tienen alma sensitiva, los animales.
  • Los que tienen alma racional, que es el caso del hombre.[9]

Tal ha sido el fundamento de la filosofía occidental, greco-latina y cristiana hasta bien entrada la Edad Moderna.[10]

Según este modo de considerar la realidad de las cosas, su verdad, su verdadera realidad reside en la forma que se convierte, de este modo, en el objeto de la investigación y conocimiento científico, así como principio de la reflexión filosófica.

Hasta el nacimiento de la Nueva Ciencia en la Edad Moderna[11] la forma ha sido considerada como el objeto de la investigación científica, una ciencia de las cualidades en la que lo material sensible y la experiencia venían a tener un papel completamente secundario.

Un nuevo sentido del concepto [editar]

La ciencia actual apenas tiene en consideración dichos aspectos de la forma como realidad metafisica, pues concepto sensibilidad y experiencia no se consideran aspectos separados, unos correspondientes al cuerpo y otros al alma, sino funciones unitarias de una mente determinada en su soporte material y en un entorno o campo de realidad concreto y único.[12]

En cambio el término forma y lenguaje formalizado y formalismo y formalización adquieren especial relevancia para la ciencia en cuanto a los métodos de investigación y la construcción de teorías y de manera muy especial en la Lógica y las Matemáticas en cuanto ciencias formales.

Lo «formal» es asimismo de especial relevancia en lo jurídico y legal en cuanto a los procedimientos de la creación de la ley positiva[13] así como de aplicación de la misma y ejecución de las sentencias.

Asimismo la forma de los imperativos morales es una de las cuestiones más debatidas en la reflexión ética.[14]

Por otro lado lo «formal» adquiere, respecto al conocimiento en general y el arte, el sentido de «el punto de vista», el «enfoque» que da sentido al conjunto del discurso o la obra artística, con independencia del contenido o materia del mismo.

La complejidad del concepto [editar]

Aparece así un doble sentido de «forma»:

Forma en sentido Metafísico [editar]

La idea de esencia como άρχή (arjé), principio de todas las cosas proviene de los primeros filósofos presocráticos.

Con un sentido más formalista se atribuye a Pitágoras o al pitagorismo la afirmación de que el principio formal de todas las cosas es el número.

Pero quien definitivamente introduce este concepto en la Historia de la Filosofía es Platón, utilizando el término εΐδοσ (eidos), (traducido luego al latín como: forma, species, notio o genus; forma, especie, concepto o género).[17]

El término εἷδος Aristóteles lo introduce como μορφή (forma), como τό τί ἦν εἷναι, o también τό τί έστι (lo que es uno, como sustancia; lo que verdaderamente es) en contraposición con la materia concibiendo la realidad de la sustancia como compuesta de materia y forma sustancial: el hilemorfismo.

Los cristianos, los árabes y sobre todo los escolásticos, elaboraron todos estos modos de conceptualización de la forma integrándolos en la unidad de Dios entendido como Lo Uno, (el Ser); Creador a partir de la Nada como Causa del Universo y Fin del Mundo como (Providencia).

El platonismo y las formas separadas [editar]

El pensamiento de Platón sigue siendo fuente de inspiración como fuente original de toda la problemática que surge del pensamiento filosófico.

En su compleja simplicidad genera más problemas que soluciones respecto a la comprensión del Mundo; pues las «ideas», si bien hacen posible la comprensión del mundo dejan sin explicar dicho mundo.[18]

Pero la genialidad de Platón en el planteamiento del problema del conocimiento científico como tal y la ordenación del mundo en base a las «ideas» ha constituido el fundamento de la ciencia hasta la Edad Contemporánea.[19]

LA IMPORTANCIA DE LAS FORMAS Un gato gris sentado encima del tejado de la casa de enfrente

Podemos considerar las casi infinitas formas que con-forman ese

"hecho del mundo":

"el-gato-sentado-encima-del-tejado-de-la-casa-de-enfrente".
"Eso que hay o sucede ahí"
Bajo el punto de vista de una forma "esencial" como centro alrededor del cual se producen o tienen sentido las demás formas = es un gato. Porque tiene una serie de cualidades comunes con todos esos seres que identificamos y llamamos "gatos".

Tiene una forma posicional = sentado. Porque su cuerpo tiene una postura que es común con la que tienen los gatos cuando decimos que están sentados.

Tiene una forma de color = gris. Porque el color de su piel es común a muchas otras cosas que tienen ese color que llamamos gris.

Tiene varias formas en el espacio = encima del tejado, en la casa de enfrente... Porque tiene la forma común con las cosas que están "encima de algo" y "enfrente de algo".

Tiene una forma de cantidad = es grande, pequeño .... Tiene una forma de relación = es hijo de...., pertenece a....(Si es que lo sabemos...)

Así podríamos señalar infinidad de formas que constituyen el hecho natural que hemos designado así.

Pero ese mismo hecho podemos considerarlo de otra forma:
El-tejado-de-la-casa-de-enfrente-tiene-un-gato-gris-encima
Que siendo el mismo hecho sin embargo tiene otra forma diferente de ser percibido y valorado.

O también:

La casa de enfrente tiene un tejado con un gato gris encima.

O también

El gato gris de la casa de enfrente está encima del tejado.

Casi infinita cantidad de "formas" en las que se puede considerar un mismo hecho percibido en la experiencia
Las diversas formas según se considere el centro de atención del mismo hecho.

Las diversas formas en que se puede expresar lingüísticamente la percepción de ese mismo hecho.

Las diversas maneras en que se puede valorar el mismo hecho sin variar la percepción del mismo. (Notemos la importancia que puede tener el incluir la forma "el gato de", algo que no está en la percepción de los sentidos).

La cantidad de formas en que podemos relacionar el hecho con otro hecho

El gato gris está encima del tejado de la casa de enfrente y está lloviendo

Incluso si este segundo hecho no está directamente presente

Si el gato gris está encima del tejado de la casa de enfrente, entonces ha entrado el perro del vecino.

No está ni mucho menos claro que Platón pensara a lo largo de su dilatada vida siempre en un mundo de ideas subsistente.[20] No obstante en cuanto reflexión sobre el origen del conocimiento como "reconocimiento" a partir de un "a priori" es fruto de una genial intuición y acierto indudable.[21]

La problemática actual sobre las «condiciones a priori» del conocimiento: de la semiótica de los signos, de la generación del conocimiento formal, Gramática generativa y de la Linguística y de los lenguajes y Lenguas, y cuando empezamos a estar en condiciones de una investigación neurobiológica de la mente y de la formación genética de las neuronas, y el poder adaptativo de la mente y de los mecanismos de la evolución de la vida, así lo muestran.[22]

Aristóteles y la filosofía tradicional [editar]

La materia[23] viene a ser lo que todas las cosas tienen en común, lo indiferenciado, lo que en realidad no es nada; pues son las formas, jerárquicamente ordenadas según la finalidad de las formas sustanciales atraídas por un Primer Motor, causa primera y última, lo que constituye la realidad ordenada y eternamente en movimiento de las esferas del Mundo en sus diversos grados de perfección como sustancias y accidentes y sus interacciones mutuas.

La forma sustancial se convierte en la verdadera realidad de las cosas, la esencia que agrupa a una multiplicidad específica al mismo tiempo que las diferencia de las demás. Las formas accidentales, por el contrario, individualizan[24] a cada uno de los seres concretos en su situación en el mundo material y sensible.

Un mundo de formas eternas e inmutables que se realizan por la vía de la finalidad en una sucesión eterna de causas y efectos guiadas por la ley interna de las propias formas que buscan alcanzar la perfección de su esencia.

La forma concebida como causa:

Por todo ello la forma es el objeto de la investigación científica en el conocimiento del mundo movido por la causalidad según el principio aristotélico «lo que se mueve se mueve por otro».[26]

Por otro lado Aristóteles es el iniciador de un conocimiento científico naturalista, reconociendo al valor de la experiencia y del razonamiento inductivo en la observación de la naturaleza; pero las formas sustanciales escondidas en la abstracción del entendimiento frente a las accidentales confundidas en multitud de fragmentarias experiencias ofrecen muy poco contacto con la realidad del mundo físico en el que nosotros mismos somos parte y nos movemos como para ofrecernos una ciencia más allá de algunas especulaciones metafísicas o meras observaciones cualitativas coyunturales, como así fue durante siglos.[27]

El naturalismo plantearía la cuestión de cómo nosotros, habitantes físicos del mundo físico, podemos haber proyectado nuestra teoría científica de todo aquel mundo a partir de nuestros contactos exiguos con el mismo; a partir de los meros impactos de rayos y partículas sobre nuestras superficies y de unos cuantos indicios más, como el esfuerzo de caminar hacia arriba
Quine, W.V. Del estímulo a la ciencia. 1998. Barcelona. Ariel

En efecto el soporte primario material (materia prima) de la sustancia hilemórfica como «pura potencia de ser cualquier cosa sin ser ella misma nada concreto» confunde al entendimiento en aquello que denunciaba Hegel: "la noche donde todos los gatos son pardos".[28] Por otro lado el movimiento eterno del mundo acaba remitiendo a una sustancia especialísima, acto puro, Primer Motor que mueve sin ser movido fruto de un principio de causalidad que se trasciende a sí mismo más allá de cualquier postulado de la ciencia.

Las formas aristotélicas han sido fuente de inspiración de toda la filosofía escolástica y medieval y de la ciencia medieval.[29] Puesta en crisis en la Baja Edad Media a partir del Nominalismo, en la Edad Moderna va a ser fuente de los problemas a los que se ha de enfrentar el nacimiento de la Ciencia Moderna.[30]

El nuevo sentido de la forma en la ciencia moderna [editar]

Cuando Galileo hizo rodar por el plano inclinado las bolas cuyo peso había él mismo determinado; cuando Torricelli hizo soporar al aire un peso...... percibieron entonces los físicos una luz nueva. Comprendieron que la razón no conoce más que lo que ella misma produce según su bosquejo; que debe adelantarse con principios de sus juicios, según leyes constantes y obligar a la naturaleza a contestar a sus preguntas...

Yo debería creer que los ejemplos de la matemática y de la física, ciencias que, por una revolución llevada a cabo de una vez, han llegado a ser lo que ahora son, serían bastante notables para hacernos reflexionar sore la parte esencial de la transformación del pensamiento que ha sido para ellas tan provechosa y se imitasen aquí esos ejemplos ….

Ocurre con esto como con el primer pensamiento de Copérnico, quien, no consiguiendo explicar bien los movimientos celestes si admitía que la masa toda de las estrellas daba vueltas alrededor del espectador, ensayó si no tendría mayor éxito haciendo al espectador dar vueltas y dejando, en cambio, las estreellas inmóviles. En la metafísica se puede hacer un ensayo semejante por lo que se refiere a la intuición de los objetos.
Kant. Prólogo a la segunda edición de la Crítica de la Razón pura.

Kant consideró que su filosofía equivalía a un “giro copernicano”. En realidad tal giro lo había dado antes Descartes, si bien éste lo hizo con mentalidad todavía tradicional.

El giro corpernicano, según Kant, se produce cuando el “conocimiento” no es consecuencia de una potencia o facultad intuitiva del alma de captar intelectualmente la forma del objeto. Por el contrario, la constitución del objeto de conocimiento obedece a unas formas del sujeto que conoce.

En el conocimiento tradicional la “forma” pertenece al objeto conocido. Ahora la “forma” es algo que el sujeto impone al objeto conocido.

Descartes ni de lejos llegó a pensar algo así. Pero desde el momento en que la reflexión filosófica toma como punto de partida su principio indudable «Pienso, luego existo», se ha producido el giro copernicano como tal.

Descartes volvió a la filosofía tradicional recuperando a Dios como ser existente y perfecto[31] a partir de la “idea perfección” que tiene en su mente como principio innato del pensar.[32]

En el fondo Descartes restaura la Dialéctica platónica pero no en cuanto al contenido de los conceptos como “ideas objetivas del ser” que participan unas en el ser de las superiores, sino en cuanto a la "forma" del pensar lógico como principios de la deducción,[33] cuya manifestación es el Análisis que tan buenos resultados le ha dado en sus estudios matemáticos y que el consideró el fundamento del método científico de la Ciencia Moderna, con plena conciencia de la ruptura que se ha producido respecto al sentido y método de la ciencia antigua y medieval.

En definitiva, detrás del giro copernicano de Descartes primero y de Kant después, subyacen dos problemas acerca de la nueva “formalidad” de las formas:

Sentido lógico-formal [editar]

Que plantea Descartes y los racionalistas, cuya interpretación lógica concreta se desarrolla en Port Royal primero, transformando el juicio categórico aristotélico en la atribución gramatical de un predicado a un sujeto.[34] y se completa con la lógica simbólica y la formalización del lenguaje en el cálculo lógico y matemático ya en el siglo XIX y XX.

Sentido epistemológico [editar]

Que a su vez tiene dos dimensiones:

  • La referencia a la estructura mental que coloca las realidades, los fenómenos, los datos, los hechos, etc. dentro de un contexto conceptual.
El primero que se formula esta dimensión es Kant en su intento de justificar el conocimiento exitoso de la Ciencia Moderna, en las llamadas "formas puras" de la sensibilidad y los "conceptos puros" del entendimiento, incluso podemos considerar según Kant ciertas ideas trascendentales, Dios, el Mundo, y la inmortalidad, como "formas" o condiciones necesarias de la Razón en su funcionamiento. Hoy estas condiciones han perdido esa dimensión "pura" que pretendía Kant y se consideran propias de la investigación científica natural; un contenido transversal que abarca muchos y variados contenidos tanto de ciencias naturales (Desde la Física a la Biología, Etología y Neurobiología, como desde la Lógica Formal y las Matemáticas al Evolucionismo y la Genética) como de las ciencias sociales (Desde la Semiótica y la Lingüística, a la Historia cultural y la Filosofía). Lo que nos conduce a la dimensión metodológica de la forma.
  • La referencia a los métodos de investigación.
La diversificación de los contenidos de una determinada ciencia, y a veces la propia ciencia, viene a significar "el método" mismo en que dicha investigación es concebida y llevada a cabo. El método y la técnica empleada constituyen la "forma" específica del tratamiento de un contenido científico, naturalmente sometido a la validez epistemológica[35] reconocida por la comunidad competente. De especial relevancia es la Psicología de la Forma o Gestalt. Cassirer considera que la ciencia antigua y medieval se basaba en la "forma" mientras que la Ciencia Moderna se basa en la causa[36] Sin embargo la crisis de la Ciencia Contemporánea[30] ha forzado a introducir en la ciencia conceptos tales como estructura, campo o totalidad[37] evitando de forma consciente las causas finales. El uso de estos conceptos de las ciencias naturales, sin embargo adquieren carácter "formal" aplicado a las ciencias culturales y sociales. Cassirer piensa que el empleo del método de la "forma" produce progresos eficaces en el desarrollo de dichas ciencias. En general este tipo de método de las formas es válido para lo que implica devenir, siempre y cuando tal devenir tenga referencia a un conjunto de procesos seriales y de ninguna manera al principio (causa u origen) o final (finalismo) de ninguna serie.[38] Cassirer entiende que esto es así porque el hombre es un animal simbólico y por ello lo social no puede entenderse de modo causal, en sentido de las ciencias naturales. En lo cultural el devenir permanece dentro de una determinada forma de ser o, como diría Platón como un devenir hacia el ser, (γένεσις είς ούσίαν).

El nuevo sentido de la forma en la moral [editar]

Artículo principal: Ética

El hecho moral como rasgo esencial de la vida social constituye un rasgo cultural de primera magnitud. Hasta tal punto que el conjunto de las normas morales viene a ser uno de los elementos fundamentales de la cohesión social.

Siendo esto así, la tradición y la religión ha constituido el modo mas sencillo y antiguo de justificar y fundamentar la autoridad para la exigencia del sometimiento a las normas.

En la medida en que la vida cultural amplía el ámbito de la reflexión racional, aparece la crítica a los fundamentos de las normas basadas en la tradición y la religión.

No es casual, por ello, que los grandes filósofos, en la medida en que han sido críticos con la sociedad de su tiempo y con la autoridad y normas que justificaban y fundamentaban las normas morales, han tenido problemas con las autoridades políticas y religiosas.[39]

De la misma manera que en la Ciencia, la Edad Moderna se plantea la Ética frente a sí misma, su propia “formalidad”.

Artículo principal: Kant

Kant, pionero en estos planteamientos, concibe la Ética como una Ética formal, sin contenido.

El nuevo sentido de la forma en lo social [editar]

Artículo principal: Sociología

Cuando Comte hizo positiva la Sociología como ciencia, era plenamente consciente de que no podía ser reducida a la forma general de las ciencias naturales, cuyo modelo se tenía por entonces, por la Física.

La razón básica es que la Sociedad no está constituida por elementos numerables y desintegrables.

Pero la razón profunda, para Comte, es que la Sociología está llamada a llegar a ser la forma de la Religión definitiva de la Humanidad como Sistema orgánico. Tal finalidad podría convertirse en una restauración de una Metafísica, o en una ideología como explicación feroz.

El discurso posmoderno por el contrario camina en la actualidad por una pluralidad de discursos y relatos aceptada la multiplicidad de formas culturales y por tanto de sistemas en los que se desenvuelven los hombres.

El problema actual no es tanto la forma de un Sistema como la relación entre múltiples formas de sistemas, interculturalismo-multiculturalismo.

Se consideran formas las teorías del Derecho, del Estado y de lo social, si bien este último aspecto tiene sentido a partir del siglo XIX cuando las masas sociales alcanzan la capacidad de influencia social.

Esta nueva naturaleza social es la que da lugar a la Sociología como ciencia. A diferencia de la tradicional naturaleza del hombre como ser social, el “animal político” de Aristóteles, que era considerada a nivel de cada individuo.

La complejidad de este tema solo permite presentar un esquema de los sucesivos fundamentos en que se han ido justificando la forma de lo social a partir del Renacimiento, en occidente, cuando se inicia en Europa el proceso de secularización del poder[40] que, hasta ese momento, en la tradición occidental, provenía de Dios y se encarnaba en el Papa, respecto a la autoridad religiosa y en el Monarca en la autoridad y poder político, en ambos casos como forma de poder absoluto.[41]

Las relaciones de los conquistadores españoles en América y la relación jurídica con los indios de dominación y esclavitud, suscita que Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas en defensa de los derechos de los indios, fueran pioneros en la consideración de un Derecho Internacional, y primeras formulaciones de unos Derechos Humanos.

Nicolás Maquiavelo realizó sus reflexiones sobre la política de los hechos en cuanto a la realidad de lo que es la política encarnada en El Príncipe, defendiendo la forma de República,[42] frente al poder absoluto del príncipe a finales del XVI y principio del XVII.

Hobbes niega el origen del poder en Dios y, aunque no niega la monarquía, sí apoya claramente la causa parlamentaria. Pero lo importante de su pensamiento no es tanto la forma de Estado y de Gobierno sino su planteamiento sobre la naturaleza humana, entendida bajo el punto de vista naturalista de que los hombres son así,[43] frente a la deducción de las formas sociales a partir de una forma metafísica, como se hacía en la filosofía tradicional.[44] La naturaleza social natural entendida como lucha de todos contra todos da lugar a un pacto social, verdadero origen y forma de la organización social como Sociedad. Su famosa definición de el hombre es un lobo para el hombre,(homo, homini lupus) da origen a la subordinación de todos a un gobernante, origen de la organización social.

Pero es en el siglo XVIII y XIX cuando realmente se estudia la forma de lo social en autores como Locke, Rousseau, Kant, Hegel, Marx con orientaciones, conceptos y criterios completamente diferentes.

En el XIX y XX la sociología como ciencia recibe diversas formas:

  • La forma naturalista: La sociedad como tal es un hecho natural y debe seguir el modelo de las ciencias naturales.
  • La forma científico-espiritual: La sociedad se constituye como una forma de Espíritu Objetivo[45] que requiere un método y tratamiento como “Ciencias del Espíritu”, “ciencias culturales”, o “ciencias humanas”.
  • La forma material: que estudia las formas sociales que se desarrollan en cada momento histórico.
  • La formal: que considera las “formas de socialización” que se dan a partir de los contenidos de los hechos sociales como formas de relación de los individuos entre sí, de grupos sociales entre sí, y de individuos respecto a grupos.

En cualquier caso la forma de la acción social como forma universal en el proceso de formación de una sociedad globalizada, parece que debería conducir bajo las formas culturales más diversas y formas de Estado y de gobierno diferentes a algo que debería poder ser reconocido universalmente como Democracia basada en unos Derechos Humanos eficaces y una Justicia Universal, ante los Delitos contra la Humanidad, lo que en definitiva enlazaría la forma social con la realización de determinados valores morales y con la Ética, si bien no es objeto de la ciencia dicha realización.[46]

Lo formal en el derecho y la justicia [editar]

Especial relevancia tiene la forma en la fundamentación de la ley, una vez superado definitivamente la justificación racional de la forma de poder absoluto del monarca.[47]

La forma es esencial requisito para que la ley pueda adquirir su validez, tanto en el procedimiento de elaboración y aprobación, como de sanción y publicación.

Finalmente en los procesos judiciales, la forma es esencial en todo el procedimiento y en la ejecución de las sentencias.

Asimismo los procedimientos administrativos tienen una forma de sometimiento riguroso a la ley claramente definida.

Lo formal en sentido estético [editar]

En sentido estético lo formal tiene unas particularidades bien definidas:

  • No se distingue de la materia (en cuanto objeto material)
  • Está en el propio contenido
  • No es universal, por el contrario, es esencialmente singular.
  • Incluye lo sensible, en algunos casos es esencialmente sensible.
  • Puede incluir los sentimientos

Dadas estas particularidades la forma estética plantea diversos problemas:

  • La relación forma-contenido, en similitud y diferencia con la relación materia-forma.
¿Son separables forma y contenido? ¿Puede darse contenido sin forma o una forma sin contenido?

Referencias [editar]

  1. Según la pluralidad de formas que el objeto manifiesta o bien está en período de formación cuando esas formas se van adquiriendo desarrollando unas, perdiendo otras o cambiando unas por otras
  2. "That's so", "esto es así" como percepción esencial que remite a la experiencia directa de un objeto, tal como consideró Russell. Y ya Platón en el Teeteto:
    Escucha, pues, un sueño en cambio de ese otro sueño. Creo haber oido también decir á algunos que los primeros elementos, si puedo decirlo así, de que el hombre y el universo se componen, son inexplicables; que á cada uno, tomado en sí mismo, no puede hacerse más que darle nombre, siendo imposible enunciar nada más ni en pro ni en contra, porque seria ya atribuirle el ser ó el no ser; que no debe añadirse nada al elemento, si se quiere enunciarlo sólo; que ni aun deben unirse á él las palabras él, éste, cada, sólo, esto , ni otras muchas semejantes, porque no siendo nada fijo se aplican á todas las cosas y son de algún modo diferentes de aquellas á las que se aplican; que seria preciso enunciar el elemento en sí mismo, si esto fuera posible, y si tuviese una explicación que le fuera propia, por medio de la cual se le pudiese enunciar sin el auxilio de ninguna otra cosa; pero que es imposible explicar ninguno de los primeros elementos, y que sólo puede nombrárseles simplemente, porque no tienen más que el nombre.

    Por el contrario, respecto á. loS seres compuestos de estos elementos, como hay una combinación de principios, la hay también en cuanto á los nombres que hacen posible la demostración, porque esta resulta esencialmente de la reunión de los nombres; que por lo tanto, los elementos no son ni explicables, ni cognoscibles, sino tan sólo sensibles; mientras que los compuestos pueden ser conocidos, enunciados y estimados por un juicio verdadero; qué, por consiguiente, cuando se forma sobre cualquier objeto un juicio verdadero, pero destituido de explicación, el alma á la verdad pensaba exactamente sobre este objeto, pero no le conocía, porque no se tiene la ciencia de una cosa,

    en tanto que no se puede dar ni entender la explicación; pero que cuando al juicio verdadero se unia la explicación , se estaba entonces en estado de conocer, y se tenia todo lo requerido para la ciencia. ¿Es así como has entendido este sueño ó de otra manera?
    Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 3, Madrid 1871, p. 273
  3. Si no fuera por el lenguaje tendríamos mucha dificultad para clasificar nuestras impresiones sensoriales y objetos para identificar las diferencias o diferenciar las semejanzas sobre todo en la percepción de "objetos" o "sucesos" verdaderamente complejos en sus múltiples relaciones.
  4. La filosofía, aunque surge como crítica a la verdad de los mitos tampoco surge "ex novo" y las tradiciones religiosas entran dentro de un cuerpo de creencias previas desde las que se inicia la reflexión filosófica. Para Platón y toda la tradición cristiana el alma humana es inmortal; no así para Aristóteles
  5. Entendido como "acción que produce un cambio", dicho más técnicamente, la causa que produce un efecto; siendo el mundo el conjunto del espacio en el que se produce toda clase de movimiento: local, cualitativo, cuantitativo generativo o corruptivo
  6. El orden del mundo responde a una jerarquía en la ordenación de las formas en cuanto unas participan de otras. Por eso para Aristóteles una forma es la que verdaderamente existe, la formal sustancial, siendo las demás en función de ella y predicándose en otros casos por analogía
  7. Todavía en ellos hay los que están sometidos únicamente a movimientos regulares, matemáticos, eternos y divinos, porque no dependen de la acción de causas externas, como son los «astros supralunares» y los que están sujetos a las causas accidentales de la acción y la pasión, en el «mundo sublunar»
  8. Alma, conforme a toda la tradición y en continuidad con las creencias religiosas, es aquello que tiene "vida", entendido como "que tiene capacidad de automovimiento". Es una forma que aparece radicalmente distinta de "lo material inerte" y por eso el componente religioso aparece al considerar que el alma, por ser principio de vida, no puede morir; a lo más se transmite de padres a hijos, o están en un "cielo" en otra vida. Platón tenía que admitir un "alma del mundo" que concediera el movimiento de los cuerpos celestes, como Aristóteles a los movimientos de las esferas supralunares.
  9. Los cristianos añadirán, además, almas racionales independientes de la materia, por ello espíritus como son los ángeles y los demonios, siguiendo tradiciones de pensamiento y religiones anteriores y sobre todo la Causa y Principio de todo Dios.
  10. Lo que no es menosprecio de escuelas filosóficas materialistas antiguas, sobre todo el atomismo, el estoicismo y el epicureísmo que ejercieron notable influencia en el pensamiento predominante de la tradición cristiana consagrada por el poder del Imperio.
  11. Todavía Francis Bacon, considerado por muchos uno de los fundadores del nuevo método científico, consideraba que el objeto de la ciencia consistía en desvelar las formas; si bien en lugar de seguir la vía especulativa tradicional el método imponía el seguimiento de unas reglas inductivas de la experiencia
  12. Véase Evidencia
  13. En la medida en que la sociedad empieza a regularse por tales leyes de forma independiente de la Ley Natural impuesta por la Divina Providencia e interpretada por las autoridades religiosas o regias, pues según la tradición «el poder viene de Dios» frente a la nueva sociedad que está surgiendo en la Edad Moderna donde «el poder reside en el pueblo»
  14. De la misma manera que la moral se fundamenta más en la libertad del hombre que en la obediencia a la Ley de Dios y los preceptos religiosos
  15. Es evidente que nos referimos al concepto más simple y tradicional de Geometría, que seguramente hoy día tiene poco que ver con lo que aquí se expresa
  16. Este sentido metafísico tradicional hace depender las formas de las ideas de Dios, conforme a su plan Creador según su Providencia, y por el fundamento tanto del conocimiento en la ciencia, como en la moral y en lo social, remitiendo por ello en el fondo a una Ley Natural divina que rige toda la creación. Estos aspectos se separan a raíz del nuevo concepto de ciencia y del modo en que se efectúa la reflexión filosófica en la Edad Moderna
  17. Charmides, 154 D; Critias, 116 D; Protágoras, 352 A; El Banquete, 189 E;196 A; 205 B; 210 B; Fedón 73 A; Fedro, 102 B; 103 E; 229 D; 246 B; 263 B; 265 C; Teetetos, 148 D; 178 A; 204 A; República, Libro III, 402 D; Libro IV, 424 C; Libro VI, 510 D; Parmenides, 132 D; 149 E; El sofista, 219 A; 246 B; 440 B; Filebo 19 B; Timeo, 51 A; 57 C; Leyes, I, 645 A.
  18. Es clásica la referencia a la definición de "El pescador con caña" que hace Platón en du diálogo Menon. Son muy gráficas respecto a la visión actual de las "ideas" en sentido formal, las páginas en las que Quine hace una descripción imaginaria del proceso de generación de las «ideas» entendidas como «propiedades» hasta su conceptualización como «clase|clase lógica». Op. cit. pp. 50-51
  19. Los racionalistas supusieron las ideas innatas como principios formales del pensar. La ordenación de los seres vivos en base a los géneros y especies y variedades etc. de Linneo sigue precisamente la dialéctica platónica. Es muy interesante la polémica descrita por Eco, U. en su obra "kant y el ornitorrinco" a propósito del descubrimiento del ornitorrinco, animal que rompe de forma total ese "orden de géneros y especies" con el que Dios parece haber ordenado el Mundo. Todavía a principio del siglo XX algunos idealistas y matemáticos como Russell o el primer Wittgenstein consideraron la preexistencia innata y coincidente de los principios lógico-matemáticos en los elementos primitivos de la experiencia del mundo. Cfr. Russel, V. (1959) "La evolución de mi pensamiento filosófico". Otros plantearon la necesidad de objetividad de ideas tales como "la montaña de oro", aunque solo fuera para poder decir que "la montaña de oro no existe". Véase Alexius Meinong
  20. Como muestra en sus últimos diálogos: El sofista, y sobre todo en el Parménides
  21. Teoría de la «reminiscencia» del alma en la contemplación de las cosas como imágenes de las ideas. Ideas contempladas en su vida anterior, puesto que el alma en cuanto tal pertenece al mundo de las ideas. Fedro, 247C-E. O las consideraciones de Santo Tomás en Suma Teológica I, 84, 7; I, 86, 1
  22. Véase Evidencia
  23. Que en el sentido actual incluiría la energía. Algunos escolásticos medievales intuyeron algo cuando pensaron que esa última "forma sin forma" era la luz, como pensaron Grosseteste y en ciertos aspectos, ya en el Renacimiento, Nicolás de Cusa en donde lo indiferenciado es plenitud de Ser en Dios y la diferencia es la contradicción divina de ser a la vez Lo Uno y lo múltiple.
  24. El problema de la individuación en la Baja Edad Media fue muy importante en el pensamiento franciscano más nominalista y empirista en Oxford, Roger Bacon, Guillermo de Ockham, Duns Scoto etc. y ejerció una gran influencia en la evolución hacia el pensamiento moderno
  25. Frente a las ideas platónicas que son consideradas mas bien como género lógico. Por eso Aristóteles utiliza en su plateamiento la diferencia entre el ser propiamente dicho y lo que se predica como ser analógico
  26. Aristóteles considera cuatro tipos de causa: material, formal, eficiente y final. Pero todas ellas están regidas por el principio de formalidad, y actuada por un Primer Motor que es pura forma sin materia.
  27. Una muy entretenida descripción del concepto medieval del mundo según la tradición aristotélica de las formas, en Gilson, E. op. cit. pp. 297 y ss.
  28. Así describe Hegel la pretensión de partir la reflexión filosófica de un Absoluto como mera indiferencia de Sujeto y Objeto como "la ingenuidad del vacío en el conocimiento".
  29. Los escolásticos estudiaban las formas. Sin pretender agotar todas sus distinciones:
    • formas físicas (sustancia-accidentes) y metafísicas (diferencia con respecto al género, para genear la especie)
    • formas naturales - formas artificiales
    • formas sustanciales (atributos de la sustancia) - formas accidentales (que pueden cambiar sin destrucción de la sustancia)
    • formas puras o separadas (pura realidad de acto, sin materia, como Dios, los ángeles y los demonios) - formas inherentes (que tienen existencia en su aplicación a la sustancia material)
    • formas individuales (que distinguen al individuo de cualquier otro)
    • formas ejemplares (que son modelo de otras formas, como formas de formas)
    Algunas de estas distinciones venían forzadas para poder explicar los misterios de sus creencias religiosas como la doble naturaleza de Cristo, divina y humana; la transustanciación del vino en la sangre de Cristo o la Unidad y Trinidad de Dios
  30. a b Véase Lógica empírica
  31. Retomando el argumento ontológico de San Anselmo
  32. De otro modo, sin otro principio, sería imposible superar el solipsismo
  33. Que dios ha puesto en la naturaleza humana como ideas innatas
  34. Véase verdades de razón
  35. Véase Validez lógica
  36. En sentido moderno que se entiende como la causa eficiente. Véase Explicación
  37. Lo especial de estos conceptos es que no son conceptos derivados de la experiencia, sino "instrumentos" que permiten "interpretar determinadas experiencias o experimentos" conforme a unas Teorías
  38. Véase evidencia y paradigma y el peligro de las ideologías como posibles explicaciones feroces. De ahí la importancia del progreso científico y crítico en la valoración y necesaria consideración de las creencias e ideologías, de manera especial en las religiones con su última referencia a la inmortalidad y la trascendencia
  39. Desde Platón y Aristóteles la lista se haría interminable. Se incluye aquí a quienes desde dentro de un mismo fundamento moral han presentado criterios de fundamentación diferente a los establecidos por la Autoridad y la tradición. No pocos santos han pasado por el “Índice” de la prohibición eclesiástica, incluido Santo Tomás.
  40. Proceso que comienza en la Baja Edad Media con el desarrollo de las ciudades y la vida comercial de la mano de la naciente burguesía
  41. Salvador Giner presenta unos muy interesantes antecedentes del pactismo que comienza ya en el siglo XIV con autores que merecerían ser mejor conocidos como Francesc Eximenis, en El País, 13 de enero de 2010
  42. En el sentido de que el "Principe" tiene que estar sometido a la ley que él mismo establece. No en el sentido que hoy día tiene la República como "forma"
  43. Como en su día concebían lo social los sofistas
  44. Sobre todo el platonismo, el aristotelismo y el cristianismo, formulando una Ley Natural establecida bien sea por la Naturaleza o por Dios
  45. Que tanto puede ser la Idea Hegeliana convertida en Sujeto y Espíritu Objetivo que llegará a lo Absoluto, como la lucha de clases convertida en "vanguardia obrera" como partido político que construirá el "Estado Socialista]], o la idea evolutiva de una Humanidad en progreso como pretendía Comte, o la realización de unos acuerdos pactados como Derechos Humanos
  46. Wikipedia es en muchos aspectos una muestra de que tal acción social globalizada en la actualidad ya no es imposible
  47. Lo que no quiere decir que se haya superado realmente la existencia permanente de diversos poderes absolutos, sean de monarcas, como de otras instituciones delictivas o no, que viven al margen o de espaldas al derecho como tal, manteniéndose situaciones de esclavitud y de incumplimientos graves del derecho tanto a nivel individual como social. (Talleres clandestinos, mafiaS, trata de blancas, incluso gobiernos e instituciones religiosas que siguen fundadas en el ejercicio de algunos poderes absolutos
  48. Eso no impide que podamos reconocer a lo largo de la multitud de obras de arte, formas significantes como formas hermosas, (del latín formosus = que tiene las formas bien proporcionadas.

Bibliografía [editar]

  • Ferrater Mora, J. 1984. Diccionario de Filosofía, 4 tomos. Madrid, Alianza Editorial. ISBN 84-206-5299-7
  • Honderich, T. (Editor). 2001. Madrid. Tecnos. ISBN 84-309-3699-8
  • Ross, W. D. 1986. Teoría de las ideas de Platón. Madrid. Cátedra
  • Lear, J. 1994. Aristóteles: el deseo de comprender. Madrid. Alianza Editorial
  • Gilson, E. 1965. La filosofía en la Edad Media. Madrid. Gredos
  • Zaragüeta, J., González Alvarez, A. et al. 1959. La forma. IV Semana española de Filosofía. Instituto Luis Vives y Sociedad Española de Filosofía.
  • Quine, W.V. 1998. Del estímulo a la ciencia. Barcelona. Ariel Filosofía. ISBN 84-344-8747-0
  • Las ciencias de la cultura (1951). Traducción de Göteborgs Högskolas Arskrift, 48 (1942), pp. 69-112. Sobre la teoría de Cassirer, citado en Ferrater Mora, J. op. cit.
  • Rocher, G. 1975. Introducción a la sociología general. Barcelona, Herder. ISBN 84-254-0584-X. Acompaña al final una bibliografía variada y completa de los diversos aspectos tratados en lo referente a lo social.
  • Langer, S. K. Los problemas del arte: diez conferencias filosóficas. 1966. Buenos Aires. Ed. Infinito
  • Langer, S. K. Sentimiento y forma: Una teoría del arte desarrollada a partir de una nueva clave de filosofía. 1967. México. Centro de estudios filosóficos. Universidad Autónoma de México.
  • Lévi-Strauss, C. 1994. Mirar, escuchar, leer. Madrid. Ediciones Siruela

PENSAMIENTO MÁGICO7: LO MORAL. CREENCIAS Y NORMAS DE UNA PERSONA O "GRUPO SOCIAL", QUE SIRVE DE GUÍA (DA SENTIDO A LA VIDA), ORIENTA ACERCA DEL "BIEN" Y DEL "MAL", CONDENA EL DESPRECIO Y NIEGA LA CRÍTICA, PERO SURGEN JUICIOS DE VALOR Y CULTURA CON LO MORAL ENTORNO A PRECEPTOS. SE TOMA POR COSTUMBRE PERO A VECES NIEGA LA COSTUMBRE E IMPONE LA SANCIÓN. En sociología se usa el término sanción social para describir reacciones sociales ante ciertos comportamientos que por lo general son caracterizados como negativos. FRENTE A LA ASCÉTICA QUE PONDERA LO BUENO CON LO MALO....Se denomina moral o moralidad al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal —correcto o incorrecto— de una acción o acciones).

Moral

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para el género dramático medieval, véase Moralidad (teatro).

Se denomina moral o moralidad al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal —correcto o incorrecto— de una acción o acciones).

La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en relación con la sociedad y consigo mismo. Este término tiene un sentido positivo frente a los de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.

La palabra «moral» tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es ‘costumbre’. Moralis (< latín mos = griego ‘costumbre’). Por lo tanto «moral» no acarrea por sí el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas.

Los antiguos romanos concedían a las mores maiorum (‘costumbres de los mayores’, las costumbres de sus ancestros fijadas en una serie continuada de precedentes judiciales) una importancia capital en la vida jurídica, a tal grado que durante más de dos siglos (aproximadamente hasta el siglo II a. C.) fue la principal entre las fuentes del Derecho. Su vigencia perdura a través de la codificación de dichos precedentes en un texto que llega hasta nosotros como la Ley de las XII Tablas, elaborado alrededor del 450 a. C.

Los conceptos y creencias sobre moralidad son generalizados y codificados en una cultura o grupo y, por ende, sirven para regular el comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones es también conocida como moral y la civilización depende del uso generalizado de la moral para su existencia.

Contenido

[ocultar]

Historia [editar]

La moral comenzó a ser enseñada en forma de preceptos prácticos, como en el Libro de la sabiduría y los Proverbios del rey Salomón, las Máximas de los siete sabios de Grecia, los Versos dorados (y otros) de los poetas de Grecia o bien en forma de apólogos y alegorías hasta que revistió carácter científico en las escuelas de Grecia y Roma.

Ocupa importante lugar en las enseñanzas de Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro y, sobre todo, entre los estoicos (Cicerón, Séneca, Epicteto, Marco Aurelio, etc.). Los neoplatónicos se inspiraron en Platón y los estoicos cayeron en el misticismo. Los modernos han profundizado y completado las teorías de los antiguos.[1]

La ética estudia la moral.

Acción y moral [editar]

Toda acción humana es en esencia social. Directa o indirectamente está correlacionada con la vida del conglomerado social en el cual se encuentra inmerso el protagonista de la acción consciente. Para una armónica y feliz convivencia se requiere la observación de un mínimo de normas. La ética se ocupa de las normas o reglamentos que rigen el comportamiento o conjunto de acciones individuales o colectivas. Si la acción se ajusta a la norma se denominará acción éticamente buena. En caso contrario será considerada y juzgada como acción éticamente mala o inadecuada.

Toda acción social tiene efectos en el medio en donde se desenvuelve la vida de los actores sociales. Estos efectos podrán clasificarse como buenos o malos, deseados o indeseados, admitiendo atributos intermedios entre ambos extremos. Puede decirse que la ética describe la acción social en función de los efectos que produce según una previa clasificación de los mismos.

Si calificamos a los efectos como buenos o malos, luego, las acciones que los producen, así como la actitud y la persona de la cual proviene, heredan esos calificativos asignados.

Moral y ética [editar]

Muchos autores consideran como sinónimos a estos términos, debido a que sus orígenes etimológicos son similares.

Sin embargo, en el ámbito de la filosofía se considera a la ética como la disciplina filosófica que estudia a la moral. Es decir, el uso que le ha dado la gente ha convertido a la moral en el objeto de estudio de la ética.

De ahí que podemos decir que una ética propuesta es el conjunto de normas sugeridas por un filósofo, o proveniente de la religión, en tanto que «moral» vendría a designar el grado de acatamiento que los individuos dispensan a las normas imperantes en el grupo social. En un sentido práctico, ambos términos se hacen indistinguibles y por ello se los considera equivalentes.

El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que entraña el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la moral o costumbre será su aplicación práctica.

Por otro lado la moral se basa en los valores que la conciencia nos dicta, a su vez, basado en costumbres aprendidas, por lo tanto, la moral no es absoluta o universal, ya que su vigencia depende de las costumbres de una región, de la misma manera que la ética tampoco tiene una validez absoluta al ser ambas imperativos categóricos.

Moral objetiva [editar]

Al conjunto de normas morales se le llama "moralidad objetiva", porque estas normas existen como hechos sociales independientemente de que un sujeto quiera acatarlas o no. Los actos morales provienen del convencimiento de que el actuar de un individuo siempre se realiza por ciertos fines y que todo el que hace algo, lo debe hacer con un fin, a menos que no controle su razón, como ocurre en variadas situaciones. Sin embargo, las realidades sociológicas sugieren que las personas suelen actuar por inercia, costumbre, tradición irrazonada o la llamada "mentalidad de masa".

Opuesto a esta postura de auto-justificación, está la aceptación, por parte del individuo, de su responsabilidad. Usando los valores morales, puede convertirse en el artífice de su propio destino, o de un mejor destino.

A lo largo de la historia, y de cultura en cultura, han existido distintas visiones de la moral. Generalmente, la moral es aplicada a campos en los cuales las opciones realizadas por individuos expresan una intención relativa a otros individuos; incluso no miembros de la sociedad. Por lo tanto, existe una disputa académica sobre si la moral puede existir solamente en la presencia de una sociedad o también en un individuo hipotético sin relación con otros. La moralidad se mide también cuando la persona está sola, no siendo observada por nadie, por ejemplo, en situaciones donde se requiere tener mucha integridad.

Autonomía y heteronomía [editar]

Una concepción de la moralidad puede tender hacia cualquiera de las posibles direcciones en un campo determinado. De hecho, existen morales que recomiendan ciertas restricciones sobre el comportamiento (heteronomía), así como existen morales que recomiendan una autodeterminación totalmente libre (autonomía) y una variedad de posiciones intermedias.

Inmoral y amoral [editar]

Dentro del concepto de "moral" surgen otros dos conceptos que son, cada uno a su manera, antónimos y que normalmente se confunden. Uno es el de "inmoral", el cual hace referencia a todo aquel comportamiento o persona que viola su propia moral o la moral pública. Esta persona estaría actuando de forma incorrecta, estaría actuando mal.

El otro concepto es el de «amoral», el cual hace referencia a las personas que carecen de moral, por lo que no juzgan los hechos ni actos como buenos o malos, correctos o incorrectos. La mayor defensa de la amoralidad la realizan los taoístas.

El taoísmo dice que la moral corrompe al ser humano, obligándolo a hacer cosas buenas cuando no está preparado y prohibiéndole hacer cosas malas cuando necesita experimentar para darse cuenta de las repercusiones de sus actos.[cita requerida] Todo lo «moral», según ellos, implica forzar la naturaleza del ser humano y es fruto de la desconfianza y el miedo a los demás, a lo que puedan hacer si no están sometidos al estricto gobierno de unas leyes que rijan su comportamiento. Es evidente que esta postura ha echado raíces en el primer mundo donde la mentalidad liberal viaja paralelamente opuesta a los valores morales: «Vive conforme a tu criterio y no sigas lo establecido». Aparentemente la moralidad no ha sido suplantada, especialmente en países con altos índices de religiosidad, sin embargo en países socialmente más desarrollados, se ha desvanecido para dejar solamente a la ética sin una moral basada en la religión (de rebaño), acercándose un poco al superhombre nietzscheano.

La moral según la corriente filosófica [editar]

En cuanto al origen de las normas éticas, podemos citar el esquema siguiente:

  • Sociologismo: Esta concepción defiende que las normas morales se originan en la sociedad y de ella reciben la fuerza y el vigor para imponerse a los individuos.
  • Marxismo: En su último escrito económico, las Glosas a Wagner, Marx comienza diciendo: «Yo no parto del hombre, sino de un periodo social dado». Con esto estaba significando que, según lo ha venido demostrado la historia como criterio de verdad, en cuanto a las distintas concepciones y formas del comportamiento humano, la ética no es una categoría social cuyos contenidos normativos sean de validez práctica (moral) absoluta, universal y eterna, como ha pretendido Kant con su imperativo categórico, sino que esos contenidos están sujetos al relativismo histórico de los distintos sistemas de vida que los seres humanos divididos en clases fueron adoptando en distintos períodos de su existencia como especie, desde que superaron la barbarie. Así, para Marx, hay una moral y un tipo de ser humano correspondiente a cada período de la historia, en tanto prehistoria del ser humano genérico liberado de toda necesidad exterior, natural o social, que es lo que se está gestando en la moral de los comunistas. Tal como sucede en la base o estructura material de la sociedad, donde los distintos modos de producción configuran sus respectivas formaciones sociales que hasta ahora han correspondido a otras tantas etapas o periodos del desarrollo de las fuerzas productivas, asimismo, las distintas superestructuras éticas, morales, jurídicas, ideológicas y políticas, fueron la expresión periódicamente cambiante de los intereses de las distintas clases dominantes al interior de cada una de las formaciones sociales que han venido configurando la progresiva periodización característica en lo económico-social, político, moral y cultural de los seres humanos a través de su prehistoria.
  • Historicismo: Esta posición proclama que, a lo largo de la Historia y según un ritmo variable, la sensibilidad vital de unas generaciones es sustituida por la de otras y, de acuerdo con este proceso, al mismo tiempo que unos principios cobran vigencia, otros desaparecen.
  • Teologismo: Esta corriente propugna que las normas morales tienen origen divino. Podemos encontrar una postura teológica, con relativa frecuencia, en los pueblos primitivos, por ejemplo, en Israel y su moral de los profetas: en Egipto y su moral de los faraones, etc.
  • Teoría de la ley natural: Existe una amplia pluralidad de teorías que fundamentan sus opiniones éticas y las normas morales en la ley natural. De entre ellas, sin duda alguna, la más importante es la teoría escolástica, según la cual todas las personas poseen una idéntica naturaleza, que es la naturaleza humana. Ésta guarda una profunda relación de orden con el resto de los seres y, sobre todo, con Dios.
  • Relativismo moral. Una postura filosófica que tiene mucha aceptación es la que acepta el relativismo de la moral, por lo cual niega la existencia de una moral objetiva, impuesta por la voluntad de Dios o por la vigencia de leyes naturales, sino que supone que se trataría de algo puramente convencional asociado a las diferentes culturas, creencias y épocas.
  • Objetivismo. Postura filosófica que afirma que la única forma de alcanzar la moralidad es por medio del uso de la razón y la aceptación de la realidad en forma objetiva, independiente de la percepción del ser humano.

Teoria del Observador (el observador esun seudonimo del creador de la teoria) [editar]

En principio, todos los padres deben inculcar a sus hijos valores morales correctos (reciclaje, no robar, tener educación...) todos los padres deben intertar proporcionar una correcta educación a sus hijos, deben inculcarles una religión y deben segirla con el, deben intentar que sus hijos esten en contra de esas asociaciones de dudosa legalidad, deben luchar para que los hijos se esfuerzen en la educación recibida y obtengan la mejor calificación que sus facultades mentales y sus aptides les permitan consegir, deben asegurarse siempre de su seguridad, deben orientarles profesionalmente, deben hacerles conocer TODOS SUS DERECHOS Y TODOS SUS DEBERES y no darles más drechor delos que tienen. Deberan continuar con su labor en la etapa adulta de sus hijos, deberan aconsejarle que forme una familia, y que la honre. Esta teoria es conocida por pocos pues fue fundada hacepoco y con convicciones extremamente conservadoras y de derechas, aun asi, es un modelo ideal, IDEAL en todos los aspectos. Redacte este articulo porque considero que wikipedia no es neutral (lo intenta, pero no lo consige) publico esta teoria que conozco por mis amigos como alternativa, pues esde centro-izquierda hasta la más dura dictadura comunista no es un metodo socio-moral que favorezca en su totalidad un ambiente social bueno. Los humanos preferimos siempre lo facil o placentero, que suele ser lo malo o lo incorrecto por eso siempre que no se le ponga un hasta aqui va a segir actuando asi.

Iconografía [editar]

Los atributos más ordinarios de la moral son un libro, un freno y una regla. Suele pintársela con un vestido blanco, indicio de la inocencia o de las costumbres puras y arregladas y algunas veces, bajo la figura de la diosa Minerva, con su casco coronado de un mochuelo, símbolo de la cordura.[2]

Véase también [editar]

Referencias [editar]

  1. Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (España, 1906-1914)
  2. Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (España, 1906-1914).


Bibliografía [editar]


Enlaces externos [editar]

PENSAMIENTO MÁGICO7: LO INTELECTUAL Y LO MORAL. LA REFLEXIÓN Y LA REALIDAD. LA CRÍTICA Y LO INTELECTUAL, LA BUSQUEDA DE LA PERFECCIÓN, LO INTELECTUAL, LO MORAL Y LA BUSQUEDA DE LA AUTORREALIZACIÓN TAMBIÉN, LA SUJECCIÓN A NORMAS Y LO MORAL, LOS PRECEPTOS. Mandato u orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito.

Intelectual

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Un intelectual es aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad. La intelectualidad es el colectivo de intelectuales, agrupados en razón de su proximidad nacional (intelectualidad española, francesa, mexicana, argentina...) o ideológica (intelectualidad liberal, conservadora, progresista, nacionalista, comunista, fascista, libertaria, etc..).

Contenido

[ocultar]

Descripción del término [editar]

El término "intelectual" es acuñado en Francia durante el Caso Dreyfus para designar al conjunto de personajes de la ciencia, el arte y la cultura que apoyaban la liberación del capitán judío Alfred Dreyfus acusado injustamente de traición. El termino está dotado socialmente de un valor de prestigio. Se entiende que esa actividad dedicada al pensamiento tiene una dimensión y una repercusión públicas que se consideran muy valiosas. El problema que se deriva de ello es que, en muchas ocasiones, la aplicación del término depende del grado de afinidad ideológica, política, etc. que tenga quien lo aplica con respecto de la persona que se esté considerando.

Intelectual orgánico [editar]

En terminología marxista, particularmente desarrollada por Gramsci, la labor del intelectual es, bien la justificación ideológica de la superestructura político-ideológica existente, en beneficio del predominio social de la clases dominantes; bien su crítica, en beneficio de las clases dominadas. Sobre todo en éste último caso, el intelectual, aun proveniendo personalmente de una clase superior, puede optar por el compromiso con la condición de los más desfavorecidos, trabajando intelectualemente para ellos como intelectual orgánico, lo que incluye su desclasamiento. Así se entendería la posición del propio Carlos Marx. Es más habitual el caso contrario: el desclasamiento de un intelectual personalmente proveniente de una clase inferior que pasa a identificarse con los intereses de la clase dominante. Carlos Monsiváis opina que los intelectuales de la derecha (que son relativamente escasos) con frecuencia apoyan fuerzas conservadoras [1].

Según José María Rosa[1]

Inteligentes, de intus legere ("leer adentro"), comprender, no es adjetivo a aplicar sin riesgo a los eruditos, lectores, viajeros o profesores que brillaban en los salones de los años veinte. La realidad no se lee: se siente, e –indispensablemente- se la acepta y uno se integra a ella, o se la rechaza por incompatibilidad de piel o conveniencias personales.

No obstante, el desprecio y la desconfianza por la condición del intelectual fue una constante del movimiento obrero en general y del comunismo en particular, sobre todo durante el estalinismo, en que el intelectualismo (término a no confundir con el intelectualismo entendido como actitud filosófica) era uno de los desviacionismos perseguidos y reprimidos mediante violentas purgas; oponiéndolo al obrerismo, la valoración de la condición de los que se habían formado en la lucha del movimiento obrero desde el trabajo manual. En el entorno de la española Dolores Ibárruri (La Pasionaria) durante su exilio en la Unión Soviética se acuñó la expresión, utilizada como insulto, intelectuales cabezas de chorlito. Otra similar, muy extendida, era tonto útil. También solía asociarse con el concepto genérico de pequeñoburgués.[2]

De un modo contrario, era elogiosa la expresión compañero de viaje, que no obstante, era también utilizada peyorativamente, sobre todo desde una óptica anticomunista. Propiamente hacía referencia a quien colaboraba estrechamente con el partido, aunque no militara en él.

Ética del intelectual [editar]

El intelectual tiene como deber moral educar a todo aquel que se encuentre en contacto con él, sin herirlo. De esta manera lograría de manera efectiva el objetivo de enseñar al ignorante. El intelectual debe analizar de forma crítica y objetiva la realidad de los países y del hombre. Por lo tanto, el intelectual desarrolla su intelecto no como mera vanagloria, sino como una minúscula contribución al progreso del mundo. Muchas palabras, dichos y frases célebres de intelectuales de todos los tiempos han inspirado y seguirán inspirando a personas de una gran diversidad.

Labor del intelectual [editar]

El intelectual medita, reflexiona, discurre, se inspira, goza, busca, investiga, analiza, discierne, desmenuza, razona, contrapone conceptos, filósofa, organiza las ideas, proyecta, imagina, especula, atribuye causas a los efectos y efectos a las causas, interconecta fenómenos... en fin, hace uso de las limitadas pero a su vez vastas capacidades de la mente humana.

Mientras se considera que el intelectual trasciende, el mediocre no lo hace. Por ello se plantea el problema: "¿Cómo libramos a los intelectuales de la mediocridad?" No es simple. Se reta a los intelectuales a que empleen su intelecto para resolver esta situación, que persiste no sólo en los intelectuales sino en las personas en general.

Una de las funciones que los intelectuales públicos deben desarrollar es, según Amitai Etzioni, cuidar de las "communities of assumptions" ("suposiciones colectivas") que sostienen los ciudadanos[cita requerida]. Además de ello, renovar, recrear, rehacer, reconstruir, abrir, imaginar o transformar esas asunciones sociales compartidas que, resistentes al cambio, tienden a rutinizar su existencia en términos de tradiciones establecidas. El intelectual, al abrirse a las interpretaciones alternativas de la realidad, amplía la perspectiva de los ciudadanos y trata de transformar el mundo mediante la palabra.

Por otro lado, Paul Berman ha señalado el problema que tiene para los intelectuales la pérdida de un público atento que escuche, como fueron en su momento escuchados Hannah Arendt, Theodor Adorno, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Bernard Shaw, Ortega y Gasset, etc.

Ambigüedad del término [editar]

En España, podría entenderse que el filósofo Julián Marías ha merecido el calificativo de intelectual por una mayoría de conciudadanos. Sin embargo, al acercarse a ámbitos de la realidad más conflictivos, la falta de concordancia es más acusada. Muchos ciudadanos no dudarían en calificar a Ignacio Ramonet de intelectual debido a su labor periodística e ideológica de reconocido impacto e influencia en sectores progresistas; otros, debido precisamente a esa orientación ideológica, rechazarían el aplicarle tal calificativo sin dudarlo.

No existen, por tanto, criterios absolutamente objetivos para identificar como intelectual a nadie. Se trata de una palabra cuyo significado está matizado por percepciones sociales, lo que la convierten en inestable e imprecisa.

Un tema controvertido es el de si un intelectual debe entenderse como un personaje esencialmente crítico, al estilo de Octave Mirbeau, Jean-Paul Sartre, Noam Chomsky o de Edward Said, o bien se trata de un concepto que abarca una mayor amplitud de actividad. Sea como fuere, parece que la tendencia a la crítica y a la adopción de puntos de vista fuertemente normativos resulta consustancial al intelectual: un elemento común a todos los intelectuales es que su pensamiento trata de producir efectos en el mundo. En este sentido, pensar de ese modo, pensar activamente, intervenir mediante la reflexividad, exige replantear, ver las cosas desde otro punto de vista, contribuir a legitimar o deslegitimar ciertas prácticas e instituciones y, en definitiva, poner en cuestión el discurso y el mundo que viene dado.

Referencias [editar]

  • Amitai Etzioni y Alyssa Bowditch (eds.), Public Intellectuals: An Endangered Species?, Lanham, Rowman-Littlefield, 2006.
  • Paul Johnson, Intelectuales, Barcelona, Vergara, 2000.
  • Amando de Miguel, Los intelectuales bonitos, Barcelona, Planeta, 1980
  • Edward W. Said, Representaciones del intelectual, Madrid, Debate, 2007

Notas [editar]

  1. Rosa, J. M. (1977) Historia Argentina t. X. Editorial Oriente S.A. Buenos Aires
  2. Jorge Semprún (1977) Autobiografía de Federico Sánchez, Barcelona: Planeta (obtuvo el Premio Planeta). Atribuye la utilización (contra él mismo) de la expresión intelectuales cabezas de chorlito a Irene Falcón, secretaria de La Pasionaria. En otros textos se atribuye la expresión a la propia Dolores Ibárruri: David Ruiz (2000) De la guerrilla a las fábricas. Oposición al franquismo del Partido Comunista de España (1948-1962), en Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Hª Contemporánea, t. 13, págs. 105-124.


Bibliografía [editar]

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

PENSAMIENTO MÁGICO7: LA MÍSTICA, EL GRADO MÁXIMO DE PERFECCIÓN Y CONOCIMIENTO. La mística (del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso") designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

Misticismo

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El Juicio final según Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano.

La mística (del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso") designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que ésta ejercita el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la mística, a la cual sólo pueden acceder unos pocos, añade a un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la unión directa y momentánea con Dios, que sólo se consigue por la vía unitiva, mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de un placer y conocimiento inefables e indescriptibles.

El misticismo está generalmente relacionado con la santidad, y en el caso del Cristianismo va acompañado de manifestaciones físicas sobrenaturales denominadas milagros, como por ejemplo los estigmas y los discutidos fenómenos parapsicológicos de bilocación y percepción extrasensorial, entre otros. Por extensión, mística designa además el conjunto de las obras literarias escritas sobre este tipo de experiencias espirituales, en cualquiera de las religiones que poseen escritura.

El misticismo, común a las tres grandes religiones monoteístas, pero no restringido a ellas (hubo también una mística pagana, por ejemplo), pretende salvar ese abismo que separa al hombre de la divinidad para reunificarlos y acabar con la alienación que produce una realidad considerada injusta, para traer en términos cristianos el Reino de los Cielos a la Tierra. Los mecanismos son variados: bien mediante una lucha meditativa y activa contra el Ego (Budismo) o nafs como en el caso del sufismo musulmán, bien mediante la oración y el ascetismo en el caso cristiano, o bien a través del uso de la Cábala en las corrientes más extendidas del judaísmo.

Contenido

[ocultar]

Mística pagana [editar]

Las religiones de origen europeo antiguo, llamadas despectivamente "paganas" o paganismo, son aquellas creencias y religiones anteriores o distintas al judaísmo, cristianismo e islamismo y a menudo caracterizadas por el animismo o el politeísmo. En el seno de estas religiones, los Misterios de Eleusis o eleusinos y el Neopitagorismo, todavía mal conocidos, llegaron a tener creyentes que se manifestaban de forma mística.

Las religiones celtas agrupan diversas creencias. Estas religiones mantenían un politeísmo conectado en gran medida con fuerzas de la naturaleza (animismo) que deificaban todo lo viviente o activo. A falta de extensas referencias escritas, por los hallazgos arqueológicos y funerarios se puede deducir que eran religiones muy marcadas por la magia y el ritual. Se han encontrado vasijas de procedencia celta con personajes en posturas yógicas que con toda probablidad representan a sacerdotes. Esto lleva a pensar en algún tipo de misticismo religioso emparentado con las creencias en dioses asociados a fuerzas naturales.[1]

Mística cristiana [editar]

Jardín con estatua representando a San Francisco de Asis rodeado de pájaros.

En el caso de la mística cristiana el acto místico de unión con Dios, conocido como éxtasis, no depende del individuo, sino solamente de Dios, que por motivos que sólo Él conoce otorga un breve tiempo de comunicación sensible ultraterrena a algunas almas a las que se acerca bien directamente o bien para su posterior transmisión a un grupo específico o al conjunto social. Puede ir acompañado de las manifestaciones llamadas estigmas o llagas: heridas que reproducen algunas de las heridas de Cristo en la cruz, así como de bilocación (suceso que consiste en que el santo o místico es visto en dos o más sitios al mismo tiempo) y manifestaciones proféticas. Se cree que el éxtasis es otorgado, en el caso del Catolicismo, pero esto no es necesario, a personas que han seguido una dura disciplina ascética de ayuno, soledad, oración, humildad, trabajo, penitencia, mortificación e introspección mediante el seguimiento de una regla de conducta monástica (clero regular masculino y femenino) para purificarse ante los ojos de Dios mediante los caminos o vías llamados vía purgativa y vía iluminativa. Los místicos carmelitanos hablan de noche oscura, así como de dar un ciego y oscuro salto de fe con la esperanza de que Dios se apiade y recoja el alma de sus siervos. Si Dios quiere, habrá una unión mística o éxtasis, experiencia más divina que humana que resulta de un placer inefable, esto es, intransmitible por entero, sino sólo en una parte muy pequeña, por medio de la palabra o cualquier otro medio de expresión. Así la describe por ejemplo Santa Teresa de Jesús:

Y es tanto lo que se emplea el alma en el gozo de lo que el Señor la representa, que parece que se olvida de animar el cuerpo. (...) No se pierde el uso de ningún sentido ni potencia, pero todo está entero para emplearse en Dios solo. De este recogimiento viene algunas veces una quietud y paz interior muy regalada, que está el alma que le parece que no le falta nada.

También, sin embargo, existe una mística protestante que representan, por ejemplo, escritores como Emanuel Swedenborg y sus Arcanos celestes o Joseph Smith, fundador de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días o Mormonismo, o incluso el poeta William Blake, así como una mística heterodoxa representada, en la forma más antigua, por los cristianos gnósticos y en la Edad Media y Renacimiento por los alumbrados, los dejados o por los seguidores del quietismo preconizado por Miguel de Molinos, una mística en ciertos sentidos muy cercana al Budismo.

La tradición mística cristiana arranca en realidad de Pablo de Tarso y del Evangelio según San Juan, así como de los posteriores Padres de la Iglesia, en particular los Padres del yermo o de la Tebaida. San Agustín de Hipona fue una figura muy influyente, así como Santo Tomás de Aquino. Carácter místico tienen algunas obras muy leídas del desconocido Pseudo Dionisio Areopagita, que algunos quieren indentificar erróneamente con el desconocido griego convertido por Pablo de Tarso en el Areópago de Atenas; su teología negativa fue un avance que se incorporó a la mística cristiana y se encuentra, por ejemplo, en San Juan de la Cruz. Siguen después las escuelas místicas de distintas órdenes monásticas, entre las cuales destacan las distintas ramas de la mística franciscana, la mística agustina, la mística carmelita y la mística trinitaria. Tuvo mucha importancia y fue no poco influyente la mística germánica, representada por Jan van Ruysbroeck, el maestro Eckart, Tomás de Kempis y, ya en el Barroco, por Angelus Silesius y su Peregrino querubínico.

Mística germánica [editar]

Cabe resaltar dentro de la Mística germánica una figura de gran importancia: la abadesa, líder monástica, mística, profetisa, médica, compositora y escritora alemana Hildegard de Bingen; también en la Edad Media creó escuela el Meister Eckhart y sus discípulos Enrique Suso y Juan Taulero. Y, en el siglo XVII, Jakob Böhme y sobre todo Johann Scheffler, más conocido como Angelus Silesius, autor de los paradójicos epigramas religiosos contenidos en Peregrino querubínico.

Mística italiana [editar]

La mística italiana cuenta con las figuras del poverello San Francisco de Asís, autor del famosísimo Cántico, una de los primeros textos de la literatura italiana y sin duda alguna uno de los más hermosos.

Mística española [editar]

Vidriera del Convento de Santa Teresa.

La mística española se desarrolló principalmente en Castilla, Andalucía y Cataluña. Brota fuertemente en el siglo XVI a causa de la tensión existente con el Protestantismo. Existen los precedentes medievales de Raimundo Lulio, que marca fuertemente la tradición española con el contacto de la cultura árabe y la mística sufí, y con la tradición semítica de la Cábala (en España se compiló su libro más importante, el Zohar, y muchos escritores sefardíes emigrados ampliaron las enseñanzas cabalísticas, como por ejemplo Moisés Cordovero o Isaac Luria). Se trata, además, cronológicamente, de una de las últimas místicas aparecidas y en cierto modo representa la culminación de la tradición mística cristiana.

La característica más acusada de la mística española es su carácter ecléctico, armonizador entre tendencias extremas; un ejemplo, podemos encontrar en San Juan de la Cruz al demonio nombrado en árabe Aminadab o un mismo verso repetido al estilo de la poesía árabe. Un segundo rasgo es que en la literatura religiosa hispana predomina lo ascético sobre lo místico. El tercero sería su gran elaboración formal: presenta un excelente estilo literario, de forma que muchas de sus obras se cuentan como obras maestras de la literatura en lengua española.

Artículo principal: Escuela ascética española
Vivo sin vivir en mí

y tan alta vida espero

que muero porque no muero.

Tema de atribución discutida, usado por Santa Teresa de Jesús y con alguna variación (y de tal manera espero) por San Juan de la Cruz.[2]


Como corriente literaria, utiliza la creación de obras escritas como medio para expresar la religiosidad y lo que supone para sus autores la unión del alma con Dios, reservada a muy pocos elegidos.

Vías purgativa, iluminativa y unitiva [editar]

Para la unión del alma con Dios se establecía el seguimiento de tres vías, procedimientos, pasos o fases, según el Tratado espiritual de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva de Bernardo Fontova (Valencia, 1390-1460), cartujo en Vall de Crist;[3] y que repetiría Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla, en Varón de deseos en que se declaran las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva (1642):[4]

  • Vía purgativa: el alma se purifica de sus vicios y sus pecados mediante la penitencia y la oración. Las atracciones por sí mismas no tienen por qué ser malas pero sí lo es el apego o gusto que provocan en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.
  • Vía iluminativa: una vez purificada, el alma se ilumina al someterse total, única y completamente a la voluntad de Dios. El alma se halla ya limpia y en un desamparo y angustia interior inmensos, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él.
  • Vía unitiva: el alma se une a Dios, produciéndose el éxtasis que anula los sentidos. A este punto sólo pueden llegar los elegidos y es muy difícil describirlo con palabras porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable. El hecho de haber alcanzado la vía unitiva puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas (las heridas que sufrió Cristo en la cruz), con fenómenos de levitación del santo y con episodios de bilocación (es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo). El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado.

Periodos [editar]

Pedro Sainz Rodríquez señala cuatro periodos en la historia de la mística española:[5]

  • Período de importación e iniciación, que comprende desde los orígenes medievales hasta 1500, durante el cual se traducen y difunden las obras de la mística extranjera.

Escuelas [editar]

Marcelino Menéndez Pelayo hizo una clasificación por escuelas según las órdenes religiosas de los místicos:[6]

Esta clasificación, en la que cada orden religiosa posee su propia tradición teológica y doctrinal, se puede simplificar aun más en tres corrientes:

  • Afectiva (predomina lo sentimental sobre lo intelectual), que tiene siempre presente el Cristocentrismo o la imitación de Cristo hombre como vía por donde el cristiano puede llegar a la divinidad (franciscanos y agustinos).
  • Intelectualista o escolástica, que busca el conocimiento de Dios mismo por la elaboración de una doctrina metafísica (dominicos y jesuitas).
  • Ecléctica o genuinamente española, representada por la mística carmelita.

Helmut Hatzfeld[7] ha elaborado una clasificación de las teorías de interpretación de la mística española muy influyente; en la que son cinco las escuelas principales:

  • Escuela Ahistórica, propuesta por Jean Baruzzi, en un estudio francés sobre San Juan de la Cruz: sostiene la originalidad de los místicos españoles que descubren sus símbolos decisivos independientemente de las condiciones históricas.
  • Escuela Sintética, cuyo teorizador principal es Gaston Etchegoyen a través de un estudio francés sobre Santa Teresa; supone que la mística española puede explicarse y entenderse como una fusión sintética de diferentes formas más antiguas, todas exclusivamente occidentales.
  • Escuela Secular, obra de Dámaso Alonso; según ella numerosos elementos simbólicoso de los místicos españoles derivan de la poesía profana, popular o culta, sobre todo de la poesía de Garcilaso (a través de las versiones a lo divino de sus poemas que hizo Sebastián de Córdoba), el Romancero, la lírica popular y la lírica cancioneril.
  • Escuela Arabista, integrada por Julián Ribera y sobre todo por Miguel Asín Palacios, que contempla afinidades entre los escritos de San Juan de la Cruz y los del místico mahometano Abenarabí, de la primera mitad del siglo XIII; por otra parte, nadie ha podido negar la influencia del misticismo musulmán en el catalán Raimundo Lulio.
  • Escuela Germánica, que alega que el influjo mayor recibido por los místicos españoles proviene de los místicos flamencos y alemanes como Meister Eckart, o el flamenco Jan van Ruysbroeck, o Thomas de Kempis.

Hatzfeld se inclina por considerar que tanto Oriente como Occidente han contribuido a la formación del lenguaje de los místicos españoles.

La mística española cuenta con figuras señeras en el Siglo de Oro y sobre todo en Castilla, como Bernardino de Laredo, Francisco de Osuna; Santa Teresa de Jesús compuso importantes obras místicas en prosa, como Las moradas y Camino de perfección; a San Juan de Ávila se le debe tal vez el famoso soneto místico "No me mueve mi Dios para quererte", y San Juan de la Cruz compuso con sus experiencias místicas unos poemas que son quizá la cumbre de la lírica española de todos los tiempos, el Cántico espiritual y la Noche oscura del alma, comentados por él mismo en prosa, entre otros varios poemas no menos importantes. Destacan también otros místicos, como Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción, Cristóbal de Fonseca, el beato Alonso de Orozco, fray Pedro Malón de Chaide, fray Luis de Granada o fray Juan de los Ángeles. En el País Vasco destaca la figura de San Ignacio de Loyola. En Cataluña fue importante en la Edad Media Ramón Llull, también conocido como Raimundo Lulio, cuyo Libro del amigo y el amado es el principal testimonio de la literatura mística en catalán. Tras el Siglo de Oro, la mística española entró en decadencia.

Mística islámica o sufismo [editar]

La voz sufí deriva de la raíz sûf, (lana), aludiendo al hábito con que vestían los sufíes como muestra de desapego del mundo. A los ascetas errantes árabes se los llamaba también faquires ("pobres", en árabe faqîr, pl. fuqarâ), y en persa derviches (darvîsh). Mirados con cierta precaución a veces por algunos sectores de la ortodoxia islámica, el respeto que demostró a sus enseñanzas Algazel, denominado por algunos orientalistas occidentales como "el San Agustín árabe", y más conocido entre los musulmanes como Hujjatul Islam o la Prueba del Islam, hizo que a partir de grupos sunnitas ubicados Iraq en el siglo VIII, y de Bagdad y El Cairo en el siglo IX, se extendiese la presencia del sufismo por todo el mundo islámico, desde Irán hasta India, y desde el Magreb hasta Anatolia y Al Ándalus.

La ascética y mística sufí o sufismo se explica a sí misma como una vía que parte esencialmente del ejemplo establecido por el Profeta del Islam, el Profeta Muhammad, y por gente de entre sus Compañeros dedicados intensamente a la oración y el desapego, conocidos algunos de ellos como Ahl as Suffa o la Gente del Banco.

La espiritualidad del sufismo hace énfasis a la vez en la acción, la contemplación y la oración, buscándose:

- un estado de acción de sinceridad perfecta, modelado sobre la base del Corán y el ejemplo del Profeta del Islam;

- un estado de contemplación por el cual no se vea en todo sino la huella de Dios o las luces reflejas de Dios;

- un estado de oración o más propiamente 'Recuerdo de Dios' (dhikr) perpetuo, sin cesar, que se explica que atraviesa grados, empezando por el dhikr de la lengua, para llegar al dhikr del corazón, seguido del dhikr del secreto, dhikr del secreto del secreto, y así hasta varios niveles cada vez más originarios del dhikr, hasta llegar al dhikr que al examinar los escritos de los sufíes puede denominarse de modo genérico como un dhikr que se afirma se encuentra más allá de toda categoría y de toda conceptualización, en lo que sería la zona más honda de la huella eterna del espíritu en estado de contemplación de Dios.

Los ejemplos de espiritualidad islámica fueron espaciéndose a lo largo del mundo musulmán y, con el correr del tiempo, frente a un universo de población musulmana con muy distinto grado de compromiso con la práctica de la religión, a este grupo de personas empezó a conocérsele como sufis. Una de sus grandes figuras iniciales sunnitas radicó en Basora (Hassan al-Basrî, muerto el 728), y otros vivieron en Medina y en la Meca, con un llamado que preconizaba el amor y la bondad de Dios (Al-láh) y el sometimiento completo (externo e interno) a la voluntad divina, lo que lleva, afirma la tradición sufi, en los casos de pureza modélica, a experimentar la cercanía 'más cercana que la vena yugular ' (según una frase Sagrado Corán) de la Presencia Infinita de Dios, frente a la cual el ser humano quedaría aniquilado como la nada frente al Uno.

La organización de los sufíes en cofradías o fraternidades (tariqas) de personas que frecuentaban las enseñanzas de un maestro sufi alcanzó un punto de desarrollo institucional notable en el siglo XII. El sufismo alcanzó su exposición doctrinal ortodoxa más lograda en la obra de Al-Ghazali (Algacel).

En la actualidad, las vías (tariqas) u 'órdenes' sufis más expandidas en todo el mundo son la qadiri y la naqshbandi, así como también la shadhilli y la chisti.

Es indispensable la guía de un maestro, o "director espiritual" (muršid), quien ya ha recorrido las estaciones espirituales y ha llegado a la realización espiritual, a fin de guiar al discípulo por el largo sendero de la lucha contra el ego (nafs).

Las experiencias de los grandes maestros sufíes han inspirado una buena parte de la lírica y la narrativa islámicas.

Dichos y hechos propios de los sufis [editar]

Los santos sufis narran haber recibido, por gracia de Dios, estaciones espirituales más allá de nuestra comprensión ordinaria de las cosas; y a la vez afirman que buscar las estaciones en sí mismo es alejarse de ellas, pues la única búsqueda debe ser la complacencia de Dios. Son conocidas en la literatura sufi las narraciones de milagros (karamat) que ocurrieron a mestros sufis, si bien la enseñanza sufi al respecto es que la búsqueda de milagros es un obstáculo en la vía, y si ellos ocurren debe ser únicamente sin intervención de una voluntad activa o de ostentación al respecto.

Los maestros sufis distinguen dos clases de conocimiento de la religión del Islam: el conocimiento erudito, de carácter mental-discursivo, sobre el Corán y la vida del Profeta del Islam, y el conocimiento 'del corazón' o de naturaleza gnóstico-espiritual, acerca de lo mismo, señalando que si bien ambos conocimientos son necesariamente complementarios, sólo el siervo puro puede acceder al conocimiento interno.

A su vez, si bien las cofradías sufis se han sumado a los demás musulmanes en el seguimiento del respeto a los gobernantes, son conocidos los casos en que un gobernante ha ejercido persecuciones sobre sufis (Mustafa Kemal Ataturk, en Turquía, o el régimen comunista en Rusia, por citar sólo dos casos)y el concepto del verdadero rango que tienen el santo y el rey frente a Dios por parte de los sufis.

Un ejemplo de esto último puede encontrarse en la siguiente anécdota de Shah Bahauddin Naqshband (1317-1388), según narración de otro maestro sufi, Sheij Fariuddin al-Attar:

"En una oportunidad el rey de Transoxiana, Sultan Abd Allah Kazgan, vino a Bukhara. Decidió ir de caza alrededor de Bukhara y mucha gente lo acompañó. Shah Bahauddin Naqshband estaba en una aldea cercana. Cuando la gente se fue de caza Shah Naqshband fue a la cuspide de una colina y permaneció allí sentado. Mientras estaba allí sentado entró a su corazón el pensamiento de que Dios había dado un gran honor a los santos. A causa de ese honor, todos los reyes de este mundo deberían inclinarse ante ellos. El pensamiento aún no se le había ido del corazón, cuando un caballero con una corona en la cabeza como la de un rey, se acercó a él y desmontó su caballo. Con gran humildad saludó a Shah Naqshband y permaneció en su presencia de la manera más amable. Se inclinó ante el shaykh pero el shaykh no lo miró. Lo mantuvo de pie durante una hora. Finalmente Shah Naqshband lo miró y le dijo: '¿Qué haces aquí?.' El dijo: 'Soy el rey Sultan Kazgan. Salí a cazar y olí un aroma hermoso, lo seguí hasta aquí y te encontré sentado en medio de una poderosa luz.' El hecho de haber pensado 'todos los reyes de este mundo deberían inclinarse ante los santos' se había vuelto realidad. Es así como Dios honra los pensamientos de Sus santos".

Siguiendo la "vía" (tarîqa) de un maestro (xeic, Shéij), el sufismo afirma que se puede llegar a una estación espiritual donde el 'ojo' contempla al Ser Supremo, frente al cual toda la Creación se convertiría en 'menos de una mota de polvo suspendida en la nada', lo que técnicamente se ha denominado en el lenguaje del sufismo como "el aniquilamiento de sí mismo en Dios" (fanâ).

Características del sufismo [editar]

Shaij Nazim al-Qubrusi, maestro de la orden naqshbandi, ha sido criticado fuertemente por el wahabismo en el Islam, y representa, como otros casos contemporáneos, el fenómeno actual de la pugna entre la comprensión sufi y la comprensión literalista o externalista del mismo.

Un elemento tipológico que diferencia al sufismo del 'misticismo' a secas es que el cultivo de la vía se considera y asume en el sufismo como una ciencia o 'ílm', la ciencia de las estaciones del corazón y de la lucha contra el nafs, cuyos maestros dominan con las correspondientes técnicas espirituales para permitir que el discípulo avance en el proceso.

Asimismo, otro elemento tipológico es que, a diferencia de los esfuerzos o ascesis individuales, quien tiene en definitiva 'la llave' del discípulo es el Maestro, el cual se considera en el sufismo que para ser verdaderamente tal debe mantener conexión espiritual viva e ininterrumpida con el Profeta Muhammad mismo, considerado así como la fuente primera y permanente del sufismo. A esta conexión de transmisión del conocimiento espiritual desde el Profeta mismo se la denomina 'silsila' o vía de transmisión.

En el sufismo se encuentran obras y visiones de naturaleza metafísica, elemento sapiencial o gnóstico (en sentido etimológico) del sufismo.

Afirman los maestros sufis tales como Ibn Arabi o Sheij Abdelqader al Jilani que la gnosis de Dios implica asimismo recibir un conocimiento de la religión de naturaleza privilegiada. De modo que los sheisj sufis, tal como eran considerados en el califato otomanao, pasan a representar la función de garantes de la ortodoxia a la vez que de conocedores del misterio.

Es frecuente encontrar en la literatura sufi afirmaciones de que el estado de pureza permite comprender más en el Corán que lo que los ojos o la mente común podrían hallar.

Grandshaykh Abdullah al-Faizi ad-Daghestani (1891-1973), maestro anterior de la tariqa naqshbandi, sucedido por Shaij Nazim al-Qubrusi, refirió por ejemplo lo siguiente:

"Ellos [los más grandes de entre los santos de Dios, nueve en particular en la historia del Islam] recitan el Corán no como lo hacemos nosotros que lo leemos de principio a fin sino que lo recitan con todos sus secretos y realidades internas. Porque Dios ha dicho: 'wa la ratbin wa la yabisin illa fa kitabin mubin [Sagrado Corán 6:59]'. 'No hay nada húmedo o seco que no esté inscrito en un libro claro'. No hay ninguna de las creaciones de Dios en todos los universos creados que no haya sido ya mencionado, con todos sus secretos, en un Libro Claro, el Corán ... Allah ha puesto en cada letra del Corán doce mil conocimientos distintos.

Hoy en día se percibe la existencia de una corriente en Occidente de 'sufismo sin Islam', auto-denominada a veces sufismo universal, de modo análogo a lo que sería el ejemplo de la difusión, en otro orden de ideas, del yoga sin hinduismo. Este fenómeno es considerado como un fenómeno de la nueva religiosidad en Occidente (lo que ha sido denominado por algunos como espiritualidad New Age). Sin embargo, los sheijs de las tariqas tradicionales rechazan esta aproximación.

Mística judaica, o Cábala [editar]

Portada de la primera edición del Zohar, Mantua, 1558 (Biblioteca del Congreso, Washington).

La principal corriente mística hebrea (que no debe confundirse con el judaísmo ortodoxo propiamente dicho) se denomina Cábala (también Qábbalah, del hebreo Kabbalah, «tradición») y se produjo y difundió fundamentalmente durante la Alta Edad Media hasta alcanzar su esplendor con la aparición del Zóhar en la península Ibérica en el siglo XIII y las posteriores interpretaciones jasídicas. En el siglo XVIII, después del colapso del movimiento sabático mesiánico, la Cábala fue relegada y considerada nociva para la comunidad. Desde entonces, los estudiosos judíos de Occidente han rehuido las discusiones teológicas que pudieran revivir el pensamiento místico. Así quedaron en el olvido valiosos manuscritos cabalísticos y las discusiones e interpretaciones que sobre ellos hacían los místicos judíos.

En la definición del historiador y teólogo judío Gershom Scholem (Grandes tendencias de la mística judía, Barcelona: Ediciones Siruela, 1996, editado originalmente en 1941), el misticismo es el estadio posterior a la religión. Al sentir el hombre post-primitivo una alienación respecto al mundo que habita, se desarrolla debido a este hueco un sentimiento religioso en el que Dios se percibe como algo alejado, al otro lado del abismo que separa lo divino de lo humano. Es ésta la definición que se plantea de religión, en que Dios es algo alejado de ser adorado u obedecido.

Según Scholem, el misticismo judío posee tres características fundamentales que le dan su particular personalidad:

  1. En primer lugar, reticencia hacia la confesión personal, por la reserva hacia todo lo relacionado con la experiencia mística y por la ausencia de elementos autobiográficos.
  2. En segundo lugar, el misticismo judío muestra una actitud metafísica positiva en relación al lenguaje, considerado instrumento propio de Dios, y como lenguaje creador, se refleja en el hablar común del hombre.
  3. En tercer lugar, la mística judía se caracteriza por una continuada deferencia hacia la tradición: así, cuanto más pura es la mística, más cerca está de la verdadera tradición entendida como «conocimiento original de la humanidad.
El Árbol de la vida.

Acaso el mayor de los místicos judíos fuera el malagueño Shlomo ben Yehudah Ibn Gabirol, también conocido como Avicebrón (c. 1021-c. 1058), autor de una Fuente de la vida (Mekor Hayim) que fue conocida por los filósofos cristianos medievales a través de su traducción latina (Fons vitae); por otra parte, el gran erudito y teólogo Rambam, que conocemos habitualmente como Maimónides (1135-1204), aportó la idea de la ausencia de atributos en Dios, que pesó mucho en la configuración cabalística de Dios como En-Sof.

Una de las fuentes más importantes de la Cabalá es el Zóhar o Libro del Esplendor se trata de una compilación de diversos textos cuya elaboración se atribuye tradicionalmente a Moisés de León, judío español, (fallecido en 1305), aunque algunos de sus elementos parecen ser mucho más antiguos. Algunas de sus ideas parecen ser de los filósofos griegos, de los panteístas egipcios y de los gnósticos. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad oculta o Infinito (el Ein-Soph), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (Sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter (Corona). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las sefiroth). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.

Según la cábala el verdadero Mesías nacerá al fin del tiempo y entonces el mundo regresará a su fuente. Entonces se acabará el infierno y empezará un tiempo de gran felicidad. La redención humana se logra por la rígida observancia de la ley, y la salvación se alcanza a través de un conocimiento "esotérico" especial. Cada persona es agente de su propia salvación y a través de conocimientos secretos, puede alcanzar la divinidad.

Los cabalistas suelen interpretar las combinaciones de letras de palabras clave en los textos sagrados, así como su valor numérico, con un sentido trascendente. Dos son principalmente los métodos utilizados para unificar las doctrinas cabalísticas: el de Moisés Cordovero y el de su discípulo Isaac Luria.

Mística budista [editar]

Mandala del Buda Sakyamuni, pintura tibetana.

La mística budista consiste en alcanzar el estado de Buda o nirvana, llamado Samādhi en el yoga; en el budismo Zen se realiza mediante un súbito acto de conocimiento integral denominado satori. Hay varios métodos, incluyendo mantras (recitaciones) y una meditación sobre la realidad. Con frecuencia el monje budista zen recurre a algunos ejercicios denominados kōans o problemas o cuestiones tan irresolubles cómo fáciles de resolver que sirven para desintegrar la apariencia lógica de la realidad.

Fenómenos místicos [editar]

Explicaciones científicas a los fenómenos místicos [editar]

En la filosofía de Victor Cousin, el misticismo es uno de los cuatro grandes estadios filosóficos que periódicamente se suceden en el pensamiento humano y que sigue a épocas fuertemente racionalistas. Otros dicen que el misticismo podría ser sólo síntomas de defectos médicos de una persona. Por ejemplo, se dice que Santa Teresa de Jesús era muy enfermiza y que pudiera haber padecido de problemas psicológicos productos de la misma. También se ha usado como explicación científica por investigadores e historiadores del misticismo el que algunas visiones pudiesen haber sido provocadas por una intoxicación debida al hongo conocido como cornezuelo de centeno, potente psicotrópico.

En la cultura popular [editar]

En la música se puede encontrar una excelente adaptación de Noche oscura del alma de San Juan de la Cruz hecha por la cantante Loreena McKennit en su disco The mask and mirror.

También la cantante Madonna, en 1989, lanzó un disco titulado Like a prayer, donde la letra de la canción que daba nombre al álbum estaba impregnada de misticismo del estilo de San Juan de la Cruz. En el video musical se pueden apreciar varios simbolos que remiten a algunos de sus poemas, por ejemplo Llama de amor viva. Por este video la Iglesia Católica declaró a Madonna blasfema. También en el video de su tema Bedtime story (año 1994) se puede apreciar un ritual derviche y diferentes elementos de la mística sufí, aunque ella profesa la Cábala judía.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

  1. Historia de las religiones en la Europa antigua. Madrid: Ed. Cátedra, 1994.
  2. Coplas del alma que pena por ver a Dios, en cvc. Sáenz, Hilario, «Notas a la glosa Vivo sin vivir en mí de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz», en Modern Language Quaterly, 13 (1952). Usado como bibliografía en cvc.
  3. Ildefonso M. Gómez, Escritores cartujanos españoles, pg. 64.
  4. Edición de 1786 accesible en Google books.
  5. Introducción a la historia de la literatura mística en España (Madrid, 1927)
  6. La poesía mística en España
  7. Estudios literarios sobre mística española (Madrid, 1955)

Bibliografía [editar]

  • Abumalham, Montserrat (coordinadora) (2005). Textos fundamentales de la tradición religiosa musulmana. Colaboradores: Juan Pedro Monferrer, Cristina de la Puente, Fernando Rodríguez Mediano, Delfina Serrano, Amalia Zomeño, Mercedes García-Arenal, Maribel Fierro, Emilio González Ferrín. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-749-5.
  • Beneito, Pablo (ed.) (2001). Mujeres de luz. La mística femenina, lo femenino en la mística. Coordinadores: Lorenzo Piera y Juan José Barcenilla. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-488-3.
  • Boff, Leonardo & Betto, Frey (2002). Mística y espiritualidad. Traducción de Juan Carlos Rodríguez Herranz. 3ª edición. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-102-8.
  • Hatzfeld, Helmut (1955). Estudios literarios sobre mística española. Madrid.
  • Laenen, J. H. (2006). La mística judía. Una introducción. Traducción de Xabier Pikaza. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-744-0.
  • López-Baralt, Luce & Iversen, Reem (2006). «A zaga de tu huella». La enseñanza de las lenguas semíticas en Salamanca en tiempos de san Juan de la Cruz. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-828-7.
  • – (1997). Asedios a lo indecible. San Juan de la Cruz canta al éxtasis transformante. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-158-5.
  • – & Piera, Lorenzo (Editores) (1996). El sol a medianoche. La experiencia mística: tradición y actualidad. Coedición con el Centro Internacional de Estudios Místicos de Ávila. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-114-1.
  • Martín Velasco, Juan (1999). El fenómeno místico. Estudio comparado. 2ª edición 2003. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-575-0.
  • – (2004). La experiencia mística. Estudio interdisciplinar. Coedición con el Centro Internacional de Estudios Místicos de Ávila. Colaboradores: Santiago del Cura, Carlos Domínguez Morano, Felisa Elizondo, Jesús García Recio, Miguel García-Baró, María Jesús Mancho, Francisco Mora Teruel, Francisco Rafael de Pascual, Pedro Rodríguez Panizo, Julio Trebolle, Amador Vega. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-710-5.
  • Massignon, Louis (2005). Palabra dada. Traducción e introducción de Jesús Moreno Sanz. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-742-6.
  • Menéndez Pelayo, Marcelino. La poesía mística en España.
  • Norbert Ubarri, Miguel & Behiels, Lieve (eds.) (2005). Fuentes neerlandesas de la mística española. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-802-7.
  • Norwich, Juliana de (2002). Libro de visiones y revelaciones. Edición y traducción de María Tabuyo. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-559-0.
  • Pujol, Óscar & Vega, Amador (2006). Las palabras del silencio. El lenguaje de la ausencia en las distintas tradiciones místicas. Colaboradores: Shizuteru Ueda, Paul Fenton, Amador Vega, Óscar Pujol, Kamleshdutta Tripathi, Victoria Cirlot, Chantal Maillard. Coedición con el Centro Internacional de Estudios Místicos de Ávila. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-797-6.
  • Rossi, Rosa (1996). Juan de la Cruz. Silencio y creatividad. Traducción y prólogo de Juan-Ramón Capella (agotado). Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-106-6.
  • Sainz Rodríquez, Pedro (1927). Introducción a la historia de la literatura mística en España. Madrid.
  • Sánchez Rodríguez, Francisco Javier (Ed.) (2006). Mística y sociedad en diálogo. La experiencia interior y las normas de convivencia. Colaboradores: Francisco Javier Sánchez Rodríguez; Rafael Bueno Martínez; Gema Martín Muñoz; José Luis Abellán; Ninfa Watt; José María Mardones; Lucia Ramón Carbonell; Francesc Abel i Fabre; Juan José Tamayo. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-877-5.
  • Santayana, George (2006). Platonismo y vida espiritual. Traducción y presentación de Daniel Moreno Moreno. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-848-5.
  • Schimmel, Annemarie (2002). Las dimensiones místicas del Islam. Traducción de María Tabuyo y Agustín López Tobajas. ISBN 978-84-8164-486-9.
  • Scholem, Gershom (1996 (1941)). Grandes tendencias de la mística judía. Barcelona: Ediciones Siruela.
  • – (1960). La Cábala y su simbolismo.
  • – (1962). Los orígenes de la Cábala.
  • – (1971). La idea mesiánica en el judaísmo y otros ensayos de espiritualidad judía.
  • Thompson, Colin P. (2002). Canciones en la noche. Estudio sobre san Juan de la Cruz. Traducción de Marta Balcells. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-511-8.
  • Underhill, Evelyn (2006). La mística. Estudio de la naturaleza y desarrollo de la conciencia espiritual. Prólogo de Juan Martín Velasco. Traducción de Carlos Martín. Coedición con el Centro Internacional de Estudios Místicos de Ávila. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-724-2.
  • VV.AA. (1994). Historia de las religiones en la Europa antigua. Ed. Cátedra.
  • VV.AA. (2002). La mística en el siglo XXI. Colaboradores: Áureo Martín Labajos (coordinador-director), Juan José Barcenilla (coordinador). Centro Internacional de Estudios Místicos. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-560-6.
  • Yahya Sohravardî, Sihâboddin (2002). El encuentro con el ángel. Tres relatos visionarios comentados y anotados por Henry Corbin. Traducción e introducción de Agustín López Tobajas. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-526-2.

Enlaces externos [editar]

Mística católica [editar]

Mística islámica [editar]

Mística judía [editar]

PENSAMIENTO MÁGICO7: LA ASCÉTICA (NO DESPRECIAR) ASCENDER, LO INFERIOR Y LO SUPERIOR, EL CRECIMIENTO PERSONAL, EL NIRVANA, EL ORDEN EL BIEN-MAL (COMIDA, BEBIDA, LOS DUALISMOS, LAS CONDUCTAS, HASTA LO MÍSTICO). DENTRO DE ELLO (VALORARLO TODO, ES DECIR, PONDERAR LO ÉTICO, ESTÉTIVO Y MORAL Y LO SUI GENERIS PARA LLEGAR A LO MÍSTICO... Se denomina ascética o ascetismo al conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones religiosas, la ascética es un modo de acceso místico.

Ascetismo

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El filósofo meditando, de Rembrandt

Se denomina ascética o ascetismo al conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones religiosas, la ascética es un modo de acceso místico.

La mayoría de los sistemas ascéticos desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior. El fundamento de este aserto reside en la adhesión a dualismos del tipo alma-cuerpo, espíritu-materia, bien-mal.

En Occidente, las primeras doctrinas ascéticas surgieron en la antigua Grecia. Sin embargo, este tipo de prácticas ya eran milenarias en Oriente. El ascetismo alcanzó su mayor difusión al incorporarse a sistemas religiosos como el Budismo, el Cristianismo y el Islam.

Contenido

[ocultar]

En el Cristianismo [editar]

En la primitiva religión cristiana católica, el ascetismo sirvió a los llamados Padres del yermo o de la Tebaida para alcanzar una unión más perfecta con Dios alejándose de cualquier contacto con lo profano por medio de una vida de privaciones, penitencia y oración por la que optaron algunos monjes, eremitas y anacoretas como Antonio Abad. Podía seguirse en comunidad, rigiéndose por una regla escrita o normas de disciplina monástica, o en soledad, con una vida apartada del trato humano y en contacto con la naturaleza, en cuevas, montañas, desiertos, ermitas abandonadas o incluso, como el padre del yermo San Simón el Estilita, en lo alto de una columna para apartarse de la tentación. Los monjes y monjas deseaban "limpiar su espíritu de pecado y acercarse a Dios, con el deseo de que éste acceda a unirse con el alma de su sirviente". Es lo que se llama unión mística o éxtasis).

El procedimiento para acercarse a Dios, tal como lo expuso el cartujo fray Bernardo Fontova en su Tratado de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva, constaba en general de dos vías, purgativa e iluminativa, de acercamiento a Dios, y de una tercera, la unitiva, que no era en realidad tal, puesto que se daba ya una vez realizada la unión mística.

Representación de dos monjes medievales en el Museo de Bayeux

La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz, es la vía de la penitencia en donde el alma se libera de todos sus pecados.

Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas.

El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.

La vía iluminativa comienza donde termina la anterior. El alma se halla ya limpia y en un desamparo y angustia interior inmensos, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él. El alma ha de dar lo que san Juan de la Cruz llamó un "ciego y oscuro salto", del que sólo la puede rescatar Dios mismo, si Él quiere.

La vía unitiva es el éxtasis místico: Dios se une a su criatura y le revela un conocimiento y un placer sin límites. Puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas, las heridas que sufrió Cristo en la cruz, con fenómenos de levitación del santo y bilocación, es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo. El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado, porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable.

Escuela ascética española [editar]

Artículo principal: Escuela ascética española

En el Budismo [editar]

Jóvenes monjes budistas de peregrinación.

El Budismo es una religión no-teísta. Uno de sus fundamentos principales es tomar conciencia del sufrimiento, hasta liberarse completamente de éste, en la realización del nirvana. Para conseguir esta realización se enfatizan prácticas como el desapego y meditación. En la práctica diaria, sin embargo, el Budismo propugna el Camino del medio entre los extremos de la indulgencia sensual y la auto-mortificación. Las distintas ramas del Budismo admiten distintas interpretaciones de la disciplina ascética, que van desde la admisión de la sexualidad, como en el Tantrismo, a una intensa meditación para producir la total destrucción de la ilusión del ego, como en el Budismo zen.

En el Islam [editar]

El Islamismo reconoce también un tipo de ascética unida a la mística del sufismo.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

PENSAMIENTO MÁGICO7: VALOR Y FORTALEZA FRENTE AL MIEDO, PERMITE APRECIAR COMO SON LAS COSAS, TAMBIÉN SE ASOCIA CON "DAR VALOR", POR LA ESTÉTICA, BELLEZA, ARTE, CUALIDADES FÍSICAS O MORALES, DESEAR ALGO, DARLE VALOR, PERO RESPETAR ESA COSA... EL RESPETO Y LA CONCIENCIA DE CÓMO ES ALGO LO "SUI GENERIS". Sui géneris[1] es una locución adverbial procedente del latín que significa 'propio de su género o especie', y que se usa en castellano para denotar que aquello a lo que se aplica es de un género o especie muy singular y excepcional. El término fue creado por la filosofía escolástica para indicar una idea, una entidad o una realidad que no puede ser incluida en un concepto más amplio, es decir, que se trata de algo único en su tipo.

Valor (axiología)

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para otros usos de este término, véase Valor (desambiguación).

Para la axiología, una disciplina de la filosofía, el valor además permite ponderar el valor ético o estético de las cosas, por lo que es una cualidad especial que hace que las cosas sean estimadas en sentido positivo o negativo.

Los valores son una cualidad "sui generis" de un objeto. Los valores son agregados a las características físicas, tangibles del objeto; es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o un grupo social, modificando -a partir de esa atribución- su comportamiento y actitudes hacia el objeto en cuestión.

Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal, e incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto.

Contenido

[ocultar]

Idealismo [editar]

El idealismo objetivo considera que el valor existe a pesar del valor. El Idealismo subjetivo, en contraste, considera que el valor es creado en la conciencia de los individuos y es por lo tanto subjetivo.

Materialismo [editar]

El propósito de la naturaleza del valor esta en la capacidad que tiene el ser humano de valorar el mundo objetivamente, es decir, valorarlo tal como es, buscando no alterar ni deformar esta visión. El mundo debe ser valorado tal como es. De esta forma, la naturaleza del valor es objetiva, pero el valor es interpretado subjetivamente por la conciencia.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

  • Frondizi, Risieri (1992). ¿Qué son los valores?. México: Fondo de Cultura Económica. ISBN 968-16-0140-8.

PENSAMIENTO MÁGICO7: EL SILENCIO. LA AUSENCIA DE SONIDO (EL SILENCIO Y LA MÚSICA O EL SONIDO), LA MÚSICA Y LA VIDA, EL SILENCIO, MIEDO A EXCESIVOS SILENCIOS.

Silencio

De Wikipedia, la enciclopedia libre

A veces el silencio se representa simbólicamente con la boca tapada.

El término silencio puede referir a:

  • El silencio entendido como ausencia de sonido.
  • En música, el silencio como signo de puntuación musical que se utiliza para medir la duración de una pausa.
  • En la comunicación, el silencio constituye un significativo recurso paraverbal.
  • Silencio, grupo de rock chileno.
  • El silencio entendido como ausencia de pronunciamiento, resolución o respuesta de la Administración Pública respecto de un recurso impugnatorio, solicitud o queja de un ciudadano o persona jurídica o moral.

Asimismo puede referir a estas obras:

  • Silencio, cuento del escritor estadounidense, Edgar Allan Poe.
  • Silencio, canción interpretada por el cantante venezolano José Luis Rodríguez, El Puma.
  • Silencio, canción interpretada por Carlos Gardel.
  • Silencio, novela del escritor japonés, Shusaku Endo.
  • El silencio (Tystnaden, 1963), una película de Ingmar Bergman.
  • El silencio (1992), un disco de Caifanes.



PENSAMIENTO MÁGICO7: MISTERIO. ALGO DIFÍCIL DE COMPRENDER QUE HAY QUE HABLAR O ESTUDIAR PREVIAMENTE. EL ESOTERISMO, LO PARANORMAL, LA LÓGICA Y EL MÉTODO CIENTÍFICO, CUANDO ESTÁ OCULTO O NO SE MUESTRA ALGO, EL SILENCIO, LA NOCHE (LA NOCHE ESTÁ LLENA DE MISTERIO). Un misterio es algo muy difícil de comprender o explicar por lo oculto que está o por pertenecer a algún arcano.[1]

Misterio

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para otros usos de este término, véase Misterio (desambiguación).
«Enigma» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Enigma (desambiguación).

Un misterio es algo muy difícil de comprender o explicar por lo oculto que está o por pertenecer a algún arcano.[1]

Contenido

[ocultar]

El deseo y la necesidad del misterio [editar]

Muchos autores como Carl Sagan se han preguntado por qué la gente busca y crea misterios donde no los hay y no presta atención a otros reales e igual de fascinantes, según el autor.[2] A esta pregunta caben varias respuestas a falta, quizá, de teorías más firmes:

  • En las pseudociencias, el esoterismo y lo paranormal: los misterios responderían que algunas personas necesitan y desean el misterio. Siguiendo esta explicación el misterio es algo deseado, como un divertimento o un pasatiempo que levanta pasiones, lo que puede apuntar a que no debe ser nunca revelado o se perdería su atractivo. Así para aquellos que investigan presuntos fenómenos de naturaleza desconocida relacionados con lo paranormal, pseudociencia y lo espiritual la palabra misterio, se relacionaría con el secreto; una verdad que según el caso los creyentes indican que necesita una revelación divina para ser entendida; rito secreto o iniciación a un rito; la verdad detrás de un evento; etc. Siendo el misterio objetivizado como algo trivial por parte de los usuarios del método científico al no poder usarse la ciencia para llegar a una respuesta adecuada.

Críticas a los falsos misterios: pseudoarqueología [editar]

"Una de las cosas fascinantes de la arqueología es que cada año otro grupo o individuo sin entrenamiento o conocimiento crítico de esta disciplina, se siente autorizado a emitir opiniones que llegan a programas populares de la televisión pero escandalizan y desalientan a los arqueólogos profesionales. Nosotros ni soñaríamos en marchar hacia terrenos como los de la ingeniería o la neurocirugía y manifestar haber hallado la solución a problemas que desconciertan a quienes investigan en esas disciplinas. Libros sobre continentes perdidos, sobre la Atlántida, sobre la adoración prehistórica de diosas, llegan a mucho mayor número de personas que nada de lo publicado por los arqueólogos profesionales. El pasado resulta así apropiado, nos guste o no, y deberíamos movilizarnos en favor de la racionalidad y de lo que sabemos y podemos demostrar sobre el pasado".
Robert Chapman[3]

Véase también [editar]

Notas [editar]

  1. Según la Real Academia de la Lengua Española en su primera acepción. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=arcana, Madrid, última visita 7/03/2007
  2. Carl Sagan, El mundo y sus demonios, Editorial Planeta, Barcelona, 1997, ISBN 84-08-02043-9
  3. Robert Chapman, "Archaeologies of complexity", London, 2003, 9. [1]

Enlaces externos [editar]