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LITERATURA2: HANSEL Y GRETEL. Hansel y Gretel (Alemán: Hänsel und Gretel) es un cuento de hadas alemán, recopilado por los hermanos Grimm.

Hansel y Gretel

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Para la ópera de Engelbert Humperdinck, véase Hänsel und Gretel.
 
 
Hansel y Gretel
Offterdinger Hansel und Gretel (1).jpg
Hansel y Gretel, ilustración de Carl Offterdinger.
Autorhermanos Grimm
GéneroCuento
SubgéneroCuento de hadas, Literatura infantil
Título originalHänsel und Gretel
PaísFlag of Germany.svg Alemania

Hansel y Gretel (Alemán: Hänsel und Gretel) es un cuento de hadas alemán, recopilado por los hermanos Grimm.

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[editar] Argumento

Según cuenta la historia de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel eran los hijos de un pobre leñador. Eran una familia tan pobre que una noche la madre convence al padre de abandonar a los niños en el bosque, dado que ya no tenían con que alimentarlos. Hansel oyó esto por lo que salió de su casa a buscar piedras con las cuales marcó un camino al día siguiente cuando se dirigían al bosque. Hansel y Gretel se durmieron y apenas salió la luna comenzaron a caminar siguiendo el camino que Hansel había marcado con las piedras anteriormente. Por la mañana llegaron a su casa. Su madre sorprendida por el hecho decide que la próxima vez llevarán a los niños aún mas adentro en el bosque para que no puedan salir de allí y regresar. Hansel, que otra vez escuchó las discusiones de sus padres, decide salir a juntar piedras nuevamente, pero esta vez no pudo ya que la puerta estaba cerrada con llave. En la mañana que fueron al bosque Hansel marcó un camino tirando migas del pedazo de pan que su madre le había dado, solo que esta vez cuando salió la luna no pudieron volver porque los pájaros se habían comido el pan. Después de dos días perdidos en el bosque, cuando ya no sabían más que hacer, los niños se detienen a escuchar el canto de un pájaro blanco al cual luego siguen hasta llegar a una casita hecha de pan de jengibre, pastel y azúcar morena. Hansel y Gretel empezaron a comer pero lo que no sabían era que esta casita era la trampa de una vieja bruja para encerrarlos y luego comérselos. Todas las mañanas la bruja hacía que Hansel sacara el dedo por entre los barrotes del establo para comprobar que había engordado pero este la engañaba sacando un hueso que había recogido del piso. Un día la bruja decide comerse a Hansel y manda a Gretel a comprobar que el horno estuviese listo para cocinar. La niña se da cuenta de la trampa y logra que la bruja se meta en el horno. Al instante Gretel empuja a la bruja y cierra el horno. Tras la muerte de la bruja los niños toman de la casa perlas y piedras preciosas y parten a reencontrarse con su padre, cuya mujer había muerto. Su vida de miseria por fin había terminado, desde ese día la familia no sufrió mas hambre y todos vivieron juntos y felices para siempre.

[editar] Otras historias

Otras historias indican que Hansel y Gretel fueron al bosque a buscar leñas por orden de su papá que era leñador. Entraron en el bosque y se perdieron. Muertos de hambre, vieron a un pájaro blanco que empezó a cantar. Hansel y Gretel lo persiguieron y el pájaro se posó sobre la casita, con los tejados de chocolate, y el vidrio hecho de mazapán. De pronto, una señora abrió la puerta y los niños dejaron caer lo que estaban comiendo. La señora los invita a entrar y les da un gran banquete. La señora, que era en realidad una bruja, quería comersélos. Mientras duermen los chicos la bruja capturó a Hansel y lo puso en una jaula, y obligó a Gretel a hacerle comidas para que, cuando estuviera gordo, comérselo. Después de pocas semanas, la bruja le dijo a Gretel que abriera la puerta del horno, para meter a Hansel, pero Gretel dice «No sé encenderlo». La bruja le dice «Pequeña inútil, así se hace» y prende el horno. La bruja mete medio cuerpo adentro y Gretel encierra a la bruja en el horno, ya que la puerta se abría desde afuera. Gretel corrió a abrirle la jaula a Hansel y se dispusieron a recorrer la casa, llenándose los bolsillos con joyas. Salieron de la casa y no pasó tanto tiempo en encontrar a su padre. Se abrazan los tres, y con las joyas de la bruja vivieron felices para siempre, sin la madrastra.

[editar] Análisis

La historia tal y como la conocemos de los hermanos Grimm es una versión esterilizada para la clase media del siglo XIX, pero la original era admonición de la dureza de la vida en la edad media. A causa del hambre y escasez constante de comida, el infanticidio era una práctica común en la Edad Media, y en esta historia los hermanos son dejados en el bosque para que mueran o desaparezcan porque no pueden ser alimentados.

En las primeras copias de la colección de los Hermanos Grimm, no había madrastra; la madre persuadió al padre para abandonar a sus propios hijos. Este cambio, como en Blancanieves, parece ser una atenuación deliberada de violencia en contra de los niños, para madres modernas que no soportarian oir acerca de madres que hieren a sus propios hijos.

El hecho que la madre o madrastra haya muerto cuando los niños mataron a la bruja es por el hecho de que la madre o madrastra y la bruja son; de hecho, la misma mujer, o al menos que la identidad entre ellas está fuertemente ligada. Además de poner en peligro a los niños, tienen la misma preocupación por la comida: la madrastra para evitar el hambre y la bruja con su casa construida de comida y su deseo de comerse a los niños.

[editar] Enlaces externos

LITERATURA2: LIBROS DE HUMOR DE TODO EL MUNDO. Neologismo con que se designa a una gama diversa de obras gráficas realizadas para la prensa, desde chistes de una sola viñeta y caricaturas hasta verdaderas historietas, tiras cómicas e incluso planchas enteras. Todas abundan en la sátira de la actualidad política y social.

Humor gráfico

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Neologismo con que se designa a una gama diversa de obras gráficas realizadas para la prensa, desde chistes de una sola viñeta y caricaturas hasta verdaderas historietas, tiras cómicas e incluso planchas enteras. Todas abundan en la sátira de la actualidad política y social.

Hasta mediados del siglo XX, la viñeta de prensa se llamó caricatura, y el humorista gráfico, caricaturista. En las páginas de The New Yorker, que influyen en la mayoría de publicaciones en todo el mundo, nace el "nuevo estilo de hacer humor".

Los renovadores del género son los americanos Chas Addams, Peter Arno, George Price, Virgil Partch (VIP) y sobre todo Saul Steinberg. También los franceses Chaval, Bosc, André François y Siné.

En España confluyen varias tradiciones satíricas distintas. En el norte sobresalen los autores gallegos, con Castelao a la cabeza. En el centro hay una escuela de sátira costumbrista, con Tovar, Sileno, Fresno y K-Hito, a los que se añade el catalán Bagaria. En Valencia hay una tradición satírica propia, con nombres como Bluff, Tramús o Juan Pérez del Muro, además de Ernesto Guasp que desarrollará su carrera en la prensa catalana y mexicana.

Finalmente en Cataluña hay una importante escuela satírica, con caracterísiticas própias, que se remonta a Pellicer y Apel.les Mestres, y incluye a Cornet, Junceda, Opisso, Nogués, Passarell o Bon.

En México, nombres como Salvador Pruneda, Audiffred o García Cabral, son lo sprecursores de la generación de Freyre, Arias Bernal, Vadillo o Carreño, que anteceden a Rius, Quezada, Helioflores o Naranjo.

En Argentina podemos considerar precursores a Cao, Mayol, Sirio, o Zavattaro. Y en Cuba a Blanco, Valls, Massaguer, Maribona y Avela, que anteceden a René de la Nuez o David.

En el año 2009, en la muestra "Bicentenario: 200 años de Humor Gráfico" que el Museo del Dibujo y la Ilustración realiza en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires, se homenajea a los más importantes creadores del Humor Gráfico en Argentina a través de su historia.

 

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[editar] Humor gráfico español contemporáneo

La guerra civil en españa acaba con la tradición humorística anterior. En la revista La Codorniz, de Tono, Mihura y Herreros, se darán a conocer humoristas como Mingote, Chumy Chúmez, Miguel Gila, Summers o Pablo. Tambien destacan Conti, Muntañola, Peñarroya y Castanys, y a partir de la transición, nombres nuevos como Perich, Cesc y Ops.

Desde poco antes de la muerte de Franco se produce el "boom del humor gráfico". Hay un gran número de revistas y libros de humor. En 1977, más de cien profesionales de la historieta y el humor gráfico se integraron en la Asociación de Artistas Plásticos, buscando un mayor reconocimiento de sus derechos. Carecen entonces de "las mínimas condiciones de contratos, seguridad social, seguro de desempleo" y "la propiedad intelectual de sus obras no es reconocida con la eficacia que lo son otras obras de otros sectores".[1]

En la actualidad los principales humoristas están en la revista El Jueves: Óscar, J.L. Martín, Kim, Fer, Vizcarra, Monteys, Manel Fontdevila, Malagón

Y en la prensa diaria: Gallego & Rey, Idígoras & Pachi, Guillermo, Ricardo (El Mundo); Mingote, Martinmorales, Puebla (Abc); El Roto, Peridis, Forges, Ramón, Máximo, Romeu (El País); Juan Kalvellido (La República, Diagonal, Rebelión, etc), Caín, Turcios (La Razón); Manel Fontdevila, Santi Orúe, Vergara, Mauro Entrialgo (Público); Ferreres, Tàssies, Juanjo Sáez (El Periódico); Ventura & Coromina, Toni, Krahn, Kap, Labanda(La Vanguardia); Zulet (El Correo); Soria, Mesamadero (Ideal), Eneko (20 minutos); Rodera (Adn), Xaquín Marín(La voz de Galicia), Sabela Arias (Tierras de Santiago); Tris(La Rioja)...

En la prensa deportiva encontramos a Guillermo (Marca), Caye (Sport), Kap (El Mundo Deportivo) y Bernal (Equipo).

El internet son destacables Juan Ramón Mora, Runtime-Error, Mel y las plataformas digitales que le brindan los medios a sus respectivos dibujantes, por ejemplo a Mauro Entrialgo o Manel Fontdevila.

En dos libros colectivos editados en 2007 se puede encontrar lo más representativo del humor español contemporáneo: Humor a Toda Vela, y humor grafico , pagina de facebook chilena.

[editar] Cronologia de revistas

En 1940, en Argentina, Medrano crea los "Grafodramas" para el diario La Nación.

En 1941, en España, Miguel Mihura, Tono y Neville fundan "La Codorniz" con el subtítulo de "la revista más audaz, para el lector más inteligente".

En 1943, en Argentina, nace la revista de humor "Cascabel".

En 1952, el estadounidense Harvey Kurtzman creó la revista satírica "MAD".

En 1961, nace en Alemania la revista satírica "Pardon".

En 1972, Oscar Blotta lanza en Argentina la revista "Satiricón". En España, donde se vive un "boom" del humor gráfico, Chúmy Chúmez lanza "Hermano Lobo" a semejanza del semanario francés "Charlie Hebdo" y también aparece "Barrabás", especializada en deporte.

En 1973 sale "El Papus", "revista satírica y neurasténica".

En marzo de 1974, aparece "Por Favor".

En 1977, cierra "Barrabas", "La Codorniz", "Por favor" y nace "El Jueves"

En 1987, aparecen "TMEO" y "Monográfico".

[editar] Bibliografía

  • Humor gráfico español del siglo XX. Prólogo de Álvaro de Laiglesia. Salvat Editores, Alianza Editorial. Madrid, 1970.

[editar] Referencias

[editar] Enlaces externos

Diccionario de revistas de humor españolas http://www.ciberniz.com/prensa.htm

LITERATURA2: SUS CUENTOS PREFERIDOS Y BIBLIOGRAFÍAS DE CUENTOS. El cuento es una narración breve protagonizada por un grupo reducido de personajes.

Cuento

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CAPERUCITA ROJA

El cuento es una narración breve protagonizada por un grupo reducido de personajes.

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[editar] Cuento popular y cuento literario

Hay dos tipos de cuentos: el popular y el literario.

  • El cuento popular: Es una narración tradicional breve de hechos imaginarios que se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero difieren en los detalles. Tiene 3 subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos (un factor clave para diferenciarlos del cuento popular es que no se presentan como ficciones).
  • El cuento literario: Es el cuento concebido y transmitido mediante la escritura. El autor suele ser conocido. El texto, fijado por escrito, se presenta generalmente en una sola versión, sin el juego de variantes característico del cuento popular. Se conserva un corpus importante de cuentos del Antiguo Egipto, que constituyen la primera muestra conocida del género. Una de las primeras manifestaciones en la lengua castellana es El conde Lucanor, que reúne 51 cuentos de diferentes orígenes, escrito por el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV.

[editar] Partes del cuento

El cuento se compone de tres partes.

  • Introducción o planteamiento: La parte inicial de la historia, donde se presentan todos los personajes y sus propósitos. Pero fundamentalmente, donde se presenta la normalidad de la historia. Lo que se presenta en la introducción es lo que se quiebra o altera en el nudo. La introducción sienta las bases para que el nudo tenga sentido.
  • Desarrollo o nudo: Parte donde surge el conflicto, la historia toma forma y suceden los hechos más importantes. El nudo surge a partir de un quiebre o alteración de lo planteado en la introducción.
  • Desenlace o final: Parte donde se suele dar el clímax, la solución a la historia y finaliza la narración. Incluso en los textos con final abierto, hay un desenlace.

[editar] Características del cuento

El cuento presenta varias características que lo diferencian de otros géneros narrativos:

  • Ficción: aunque puede inspirarse en hechos reales, un cuento debe, para funcionar como tal, recortarse de la realidad.
  • Argumental: el cuento tiene una estructura de hechos entrelazados (acción – consecuencias) en un formato de: introducción – nudo – desenlace.
  • Única línea argumental: a diferencia de lo que sucede en la novela, en el cuento todos los hechos se encadenan en una sola sucesión de hechos.
  • Estructura centrípeta: todos los elementos que se mencionan en la narración del cuento están relacionados y funcionan como indicios del argumento.
  • Personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia habla de uno en particular, a quien le ocurren los hechos.
  • Unidad de efecto: comparte esta característica con la poesía. Está escrito para ser leído de principio a fin. Si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto narrativo. La estructura de la novela permite, en cambio, leerla por partes.
  • Prosa: el formato de los cuentos modernos (a partir de la aparición de la escritura) suele ser la prosa.
  • Brevedad: por y para cumplir con estas características, el cuento es breve.

[editar] Subgéneros

Algunos de los subgéneros más populares del cuento son:

Si bien el microrrelato no tiene la estructura del cuento, algunos autores lo consideran también un subgénero del mismo.

[editar] Véase también

LITERATURA2: LINGÜÍSTICA. EL PROTO-ARÁBIGO. La región tradicional de las lenguas semíticas es el Asia occidental, en particular Arabia, Mesopotamia y Siria-Palestina. Si el hogar original de estas lenguas hay que buscarlo en la península arábiga o en el cuerno de África es algo que pertenece a la especulación y que no puede ser establecido con seguridad. Aparte de Arabia, el Fértil Creciente y Etiopía también el habla semita se ha difundido fuera de estas regiones en virtud de la emigración o la conquista: la penetración de los árabes en el norte de África y en las islas del Océano Índico; los asirios en Anatolia; o los fenicios por las costas e islas del Mediterráneo. El fenicio fue usado incluso en Karatepe, Cilicia, donde el autor de las inscripciones reales parece haber estado acostumbrado al uso del fenicio para propósitos lapidarios. El arameo ganó una difusión espectacular como lingua franca desde Afganistán a Egipto.

Escritura Proto-arábiga

Más información sobre...

· Situación geográfica

El mapa inferior muestra la geografía de la gran familia de alfabetos semíticos en sus tres zonas geográficas de dispersión: occidental, oriental y meridional.

Investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en Arabia, han sacado a la luz varias inscripciones hechas en graffitis. Su escritura, a la que se puede denominar proto-arábiga, parece ser el eslabón que une el proto-cananeo y los sistemas del norte y del sur de Arabia. 

Se puede decir que el alfabeto semítico meridional ya fue empleado hacia el final del segundo milenio a. C. por lo que las fechas extremas que ponen su aparición en el siglo XIII a. C. o incluso antes y las que los sitúan en el VIII a. C. han de ser desechadas. Una de las principales razones para fechar las inscripciones semíticas meridionales es que mientras el alfabeto semítico septentrional presenta formas cursivas tan antiguas como la inscripción de Ahiram, la escritura semítica meridional es o puramente monumental, simétrica y muy elegante (como la sudarábiga) o consiste de graffitis irregulares en roca (como la nordarábiga). Ninguno de estos dos tipos es fácilmente fechable sobre fundamentos epigráficos.

Las figuras inferiores muestran dos inscripciones semíticas meridionales de Etiopía.

La figura inferior muestra una arcaica inscripción en columnas verticales.

El origen de los alfabetos semíticos meridionales es todavía un problema abierto. Las principales teorías son las siguientes:

  • Según algunos estudiosos el alfabeto sabeo sería el padre de todos ellos y una rama de los alfabetos semíticos septentrionales. Respecto a la conexión entre los alfabetos semíticos septentrional y meridional hay que destacar que sólo las siguientes letras sabeas se parecen a los caracteres semíticos septentrionales teniendo el mismo valor fonético: g, teht, l, n, 'ayin, sh y t y en menor grado d y q

  • Algunos estudiosos sostienen que todos los alfabetos semíticos meridionales derivan de un alfabeto semítico meridional original. Este proto-semítico meridional y el proto-semítico septentrional derivarían a su vez de un proto-semítico general.

  • M. Dunand sugiere que la rama semítica meridional estaba conectada con el pseudo-jeroglífico de Biblos. En el alfabeto sabeo él encuentra 18 signos correspondientes exactamente a los símbolos del pseudo-jeroglífico y tres más que tienen un cierto parecido a otros caracteres de Biblos. Sin embargo, él piensa que sólo los aspectos gráficos del sistema de Biblos fueron adaptados por el sabeos, pero no su aspecto fonético. Más aún, él cree que las relaciones directas entre Biblos y los sabeos pueden haber existido hacia el siglo XIX a. C. y como resultado de ello los sabeos crearon su sistema de escritura.

  • Otro grupo de investigadores seguidores de la teoría sinaítica contemplan al proto-sinaítico como al alfabeto proto-semita, es decir, al antecesor de los alfabetos semíticos septentrional y meridional. Según Albright, el antiguo nordarábigo y el antiguo sudarábigo proceden de una fuente común de tipio semítico meridional.

Según este mismo autor 'En vista de lo que sabemos sobre el curso de la evolución seguida por el alfabeto proto-semítico en Canaán hasta antes del 1500 a. C.... es imposible suponer que la escritura proto-arábiga derivó de una rama cananea después de esa fecha. Tenemos, pues, un milenio entero de historia monumental desconocida que descubrir antes de la emergencia de la rama arábiga hacia el 700 a. C.'

La conexión gráfica entre la escritura proto-sinaítica y los alfabetos semíticos meridionales parece más probable que entre el primero y el alfabeto nordarábigo, pero ha de tenerse en cuenta que una conexión gráfica solamente no es suficiente para establecer una relación. Hay la posibilidad de que la escritura proto-sinaítica fuera el nexo entre la escritura proto-cananea y el alfabeto semítico meridional. Si aceptamos la teoría de que el proto-cananeo fue el antecesor directo o indirecto de los alfabetos semíticos meridionales podemos entender más fácilmente cómo las cinco letras adicionales (o algunas de ellas) que hallamos en el alfabeto ugarítico pero no en el semítico septentrional se han transmitido a las escrituras sudarábigas (Algunas lenguas semíticas meridionales han preservado algunos de los sonidos perdidos en las lenguas semíticas septentrionales).

Como no hay duda de que los alfabetos semíticos meridionales se originaron algunos siglos después que los septentrionales es posible que los viajeros procedentes del sur tuvieran algún conocimiento de los mismos. Había la necesidad de crear una escritura y la duda estaba en escoger entre los complicados sistemas de Egipto y Mesopotamia o entre los simplificados de Canaán y Siria. Habiendo decidido inventar un alfabeto basado en la escritura semítica septentrional, tomaron prestados algunos signos de otras fuentes  tales como las conectadas con los intentos sinaíticos o los denominados 'wasms' (wusum), la antigua marca de ganado empleada por los beduinos.

El mapa inferior muestra la ubicación geográfica de los más antiguos sistemas de escritura.

Mapa de los antiguos sistemas de escritura

Obtenido de http://www.proel.org/index.php?pagina=alfabetos/protoara

 

LITERATURA2: LINGÜÍSTICA. LENGUAS ÁRABIGAS. La región tradicional de las lenguas semíticas es el Asia occidental, en particular Arabia, Mesopotamia y Siria-Palestina. Si el hogar original de estas lenguas hay que buscarlo en la península arábiga o en el cuerno de África es algo que pertenece a la especulación y que no puede ser establecido con seguridad. Aparte de Arabia, el Fértil Creciente y Etiopía también el habla semita se ha difundido fuera de estas regiones en virtud de la emigración o la conquista: la penetración de los árabes en el norte de África y en las islas del Océano Índico; los asirios en Anatolia; o los fenicios por las costas e islas del Mediterráneo. El fenicio fue usado incluso en Karatepe, Cilicia, donde el autor de las inscripciones reales parece haber estado acostumbrado al uso del fenicio para propósitos lapidarios. El arameo ganó una difusión espectacular como lingua franca desde Afganistán a Egipto.

Rama Semítica

Historia

La región tradicional de las lenguas semíticas es el Asia occidental, en particular Arabia, Mesopotamia y Siria-Palestina. Si el hogar original de estas lenguas hay que buscarlo en la península arábiga o en el cuerno de África es algo que pertenece a la especulación y que no puede ser establecido con seguridad. Aparte de Arabia, el Fértil Creciente y Etiopía también el habla semita se ha difundido fuera de estas regiones en virtud de la emigración o la conquista: la penetración de los árabes en el norte de África y en las islas del Océano Índico; los asirios en Anatolia; o los fenicios por las costas e islas del Mediterráneo. El fenicio fue usado incluso en Karatepe, Cilicia, donde el autor de las inscripciones reales parece haber estado acostumbrado al uso del fenicio para propósitos lapidarios. El arameo ganó una difusión espectacular como lingua franca desde Afganistán a Egipto.

Normalmente se suele hacer una clasificación de las lenguas semíticas según criterios geográficos:

  • semítico nororiental (las lenguas de Mesopotamia),

  • semítico noroccidental (Siria y Palestina), 

  • semítico sudoccidental (las lenguas de Arabia y Etiopía).

A grandes rasgos se puede decir que esta división geográfica se corresponde con la distribución de las características lingüísticas.

El acadio es una lengua semítica nororiental que se hablaba en Mesopotamia 2.500 años antes de la era cristiana y que reemplazó a otra lengua no semítica: la sumeria. Esta última, sin embargo, ejerció un fuerte influencia en el sistema fonético y fonológico del acadio (especialmente en la pérdida de las laringeales) y en la sintaxis. En el curso de la larga historia del acadio ha desarrollado un número de dialectos y ha pasado por ciertas fases lingüísticas fácilmente distinguibles.

Las lenguas noroccidentales semíticas de Siria-Palestina hacen su primera aparición atestiguada en el segundo milenio a. C., especialmente en las inscripciones jeroglíficas de Biblos, en las proto-sinaíticas y en las glosas cananeas en las cartas de Tell Amarna. El amorreo está representado por ciertos nombres propios y alguna peculiaridades lingüísticas de los textos acadios del periodo de la primera dinastía babilónica y especialmente en los textos de Mari. El ugarítico es la lengua del material epigráfico descubierto en Ras Shamra desde 1929 en adelante, siendo la principal lengua semítica noroccidental del segundo milenio a. C. Esta lengua ha influido notablemente el estudio del Antiguo Testamento y la adición del ugarítico al repertorio de lenguas semíticas señala un cambio de dimensiones considerables en el campo de los estudios semíticos.

Hacia el final del segundo milenio a. C. se produce la distinción entre el cananeo y el arameo, al representar el cananeo la manifestación lingüística no aramea de la región siro-palestina. El estudio más atestiguado, longevo y elaborado de este grupo de lenguas (e incluso de cualquier lengua semítica) corresponde, por supuesto, al hebreo. Con un milenio de literatura bíblica precediendo a la era cristiana más 1500 años de escritos rabínicos, así como obras poéticas, exegéticas y filosóficas, incluyendo un siglo de avivamiento moderno de la lengua, el hebreo todavía presenta muchos problemas a los lingüistas. Aunque su posición dentro de las lenguas semíticas no es tan ambigua como puede suponerse, su sistema verbal está lejos de haber entregado todos sus secretos y su sintaxis está esperando todavía un tratamiento exhaustivo de su larga historia. La lengua moabita, representada en el siglo IX a. C. en la inscripción de Mesa, puede ser un dialecto hebreo del tipo cananeo central.

El arameo está atestiguado en una región muy amplia del Cercano y Medio Oriente y en varias formas dialectales, habiendo sobrevivido en varias comunidades aisladas hasta nuestros días. El arameo clásico o imperial (del cual el arameo bíblico de los libros de Esdras y Daniel es un ejemplo prominente) es la lengua que fue empleada bajo los Imperio Asirio, Babilónico y Aqueménida. El arameo occidental está representado por el nabateo y el palmireño, lenguas ambas usadas por las poblaciones árabes, así como por el arameo palestino judaico, que fue la lengua hablada en Palestina en el tiempo de Jesús y durante los primeros siglos de la era cristiana. El arameo palestino cristiano y el arameo samaritano pertenecen al grupo occidental, pero sus documentos literarios no pueden compararse en extensión y diversidad a los del arameo palestino judaico. Un interesante avivamiento del arameo occidental se puede encontrar en la población de Ma'lula en el anti-Líbano.

La principal lengua aramea oriental es el siríaco, que fue originalmente la lengua de Edesa y que desarrolló una rica literatura cristiana atestiguada en dos diferentes formas, caracterizada por divergencias fonéticas: la jacobita occidental y la nestoriana oriental. Otros representantes del arameo oriental son el arameo babilónico, la lengua del Talmud de Babilonia, y el mandeo, la lengua de la secta gnóstica de Mesopotamia. Hay supervivientes modernos del arameo oriental cerca del Lago Urmia y en el vecino Mosul. Esos dialectos arameos modernos han sido estudiados recientemente, con rigor y profundo conocimiento del asunto.

Volviendo a la región semítica sudoccidental encontramos tres representantes principales: árabe, lenguas arábigas meridionales y lenguas etíopes. La posición del sudarábigo con los otros dos grupos no está todavía establecida con seguridad, pudiéndosele asignar un lugar independiente entre las lenguas semíticas occidentales. Que los conquistadores sudarábigos trajeron sus lenguas y escritura a Abisinia es algo que no puede negarse, pero desde un punto de vista descriptivo se ha señalado que el arábigo meridional antiguo está en muchos aspectos en armonía con el árabe clásico y en desacuerdo con el etiópico.

El término proto-arábigo es el que se ha acuñado para describir las lenguas del material epigráfico antecesor del árabe clásico. Las subdivisiones convencionales son safaítico, lihyanita y tamudeo.

El árabe clásico, el árabe por excelencia, vino a reemplazar al arameo como la lingua franca en la mayoría de las regiones semíticas y más allá hasta las costas del Atlántico. Su cristalización lingüística se debe a la poesía pre-islámica y al Corán, mientras que su difusión geográfica y larga supervivencia son el resultado de las conquistas islámicas del siglo VII d. C. De este modo los árabes moldearon un medio supra-tribal de comunicación que trascendía sus propios dialectos y modos ordinarios de lenguaje, convirtiéndose en el más poderoso símbolo de la unidad árabe y en una de las grandes lenguas del mundo.

El antiguo árabe meridional es la lengua epigráfica, dialectalmente variada, de las antiguas ciudades-estado de Arabia sudoccidental (siglos VIII-VI a. C.). Aunque la ausencia de notación vocal y de ciertos morfemas, en su estilo lapidario, han puesto limitaciones a nuestro conocimiento de la lengua, eruditos como Beeston, Höfner, Ryckmans y otros han hecho posible el avance de nuestro entendimiento del sabeo, mineo, qatabánico, hadramita y awsanio. Hasta donde se puede juzgar por la apariencia del esqueleto consonántico, esos dialectos probablemente eran mutuamente inteligibles.

A las modernas lenguas arábigas meridionales, soqotrí, mehri y shawri, se les considera continuación y desarrollo de las antiguas formas de habla, si bien no es posible determinar esto con rotundidad.

El etiópico (ge'ez) es la lengua que echó raíces en suelo etíope como resultado de la penetración arábiga meridional en el cuerno de África. Sus primeros testimonios epigráficos proceden de los primeros siglos de la era cristiana, particularmente en las inscripciones de Aksum. Posteriormente se convirtió en el vehículo de una extensa literatura cristiana que ha llegado hasta los tiempos actuales. Como lengua hablada la ge'ez ha sido reemplazada por un gran número de lenguas semíticas modernas, como la tigré y tigriña, en el norte, y amhárico, harari y gurage, en el sur, sometidas al impacto, variable en extensión, de un número de características cusíticas.

Las lenguas semíticas anteriormente consideradas muestran una cercanía lo suficientemente estrecha como para asumir que en un tiempo hubieron de constituir una sola lengua que, en el curso del tiempo y en virtud de la extensión geográfica, se diferenciaron en una cantidad de dialectos.

Escritura

Excepto los dos alfabetos cananeos, que no se han descifrado, y el maltés, que se escribe con el abecedario romano, las lenguas semíticas emplean tres alfabetos básicos: el cuneiforme, en cuyos caracteres se ha escrito el antiguo asirio-babilonio, y en otra variedad también cuneiforme el ugarítico. La antigua escritura semítica del semítico septentrional era alfabética, uno de cuyos primeros ejemplos se encuentra en las inscripciones de la piedra Moabita (del siglo IX a. C.; se descubrió en 1868 y actualmente se conserva en el Museo del Louvre). 

Los alfabetos árabe y hebreo, de caracteres rectangulares, surgen del arameo en una de las variantes del semítico septentrional; de este alfabeto pudo proceder el griego. Los septentrionales, como el árabe y el hebreo, son alfabetos consonánticos; las marcas especiales que representan las vocales parece que empezaron a emplearse en el siglo VIII. La tercera clase de escritura, la semítica meridional o sudarábiga, pudiera haber tenido su origen en la septentrional, aunque sobre ello no exista acuerdo alguno. Se trata también de un alfabeto consonántico, que se llevó a Etiopía hacia el primer milenio a. C. y de él procede la escritura silábica de las modernas lenguas etíopes.

Dialectos

Las lenguas pertenecientes a esta rama de la familia afroasiática cubren la mayor parte del norte de África, toda la península arábiga, Iraq, Israel, Líbano, Siria, buena parte de Etiopía, la isla de Malta y partes de Irán y Turquía, pudiendo dividirse en las siguientes sub-ramas:

  1. Oriental o acadia, en el que las lenguas pertenecientes a este grupo fueron lenguas de gran importancia en la antigüedad pero todas están extinguidas. La acadia, incluyendo sus dos variantes: asiria y babilónica, se hablaron desde el 3.000 a. C. hasta el comienzo de la época cristiana, en una zona que corresponde a la actual Iraq.

  2. Occidental, que a su vez se subdivide en las siguientes dos divisiones:

    • Central, que está formada por:

      • Arameo, una de las más antiguas y extendidas lenguas del Medio Oriente y que subsiste en la forma siríaca, usada en la liturgia de la Iglesia Asiria. Hay cuatro grandes grupos de arameo como lenguas vivas:

        • Ma'lula, en Siria.

        • Turoyo o suryoyo en el sudeste de Turquía y en Siria.

        • Arameo nororiental, en una región septentrional de Irán y partes adyacentes de Turquía y Siria.

        • Mandeo moderno, hablado por un número indeterminado de personas en Juzistán, Irán.

      • Central-meridional, que se subdivide en:

      •  
        • Arábiga, que incluye el árabe, principal representante de este grupo con más de 160 millones de hablantes y maltés, hablado por unas 300.000 personas en la isla de Malta en el Mediterráneo, si bien muchos lingüistas lo consideran una lengua diferenciada, muy alejada de los demás dialectos árabes e influenciada grandemente por lenguas europeas, pues la mayor parte de los malteses son cristianos.

        • Cananeo, cuyo principal representante es el hebreo que, tras ser lengua muerta o casi muerta durante siglos, ha revivido en el Estado de Israel, siendo lengua oficial del mismo. Durante la dispersión, los judíos hablaron diversas lenguas, según el país en el que habitaran: judeo-árabe en los países árabes, judeo-español en España y yiddish en Europa central y oriental. Además otras lenguas antiguas pertenecían a este grupo como el fenicio, hablado en la costa de lo que hoy es Líbano y en varias colonias fenicias dispersas por el Mediterráneo.

    • Meridional, en el que se incluyen las lenguas semíticas habladas en Etiopía: amhárico, con 10 millones de hablantes que la consideran su lengua materna y otros que la tiene como segunda lengua. Tigriña, 4 millones en Eritrea, tigré, medio millón viviendo en Eritrea, gurage central occidental en Etiopía y gurage oriental, unos 200.000 en Etiopía. Además en este grupo habría que encuadrar la lengua mehri, hablada en Omán por 50.000 personas y algunos miles más dispersos por Kuwait, Arabia Saudita y Yemen.

Gramática

En las lenguas semíticas, las palabras están constituidas por un conjunto de tres consonantes, que se llaman raíz, portadoras del significado de la palabra. Junto a esto, existen unos esquemas o patrones vocálicos (también pueden ser vocales y consonantes) que se añaden a la raíz y modifican su significado o sirven como flexión, de la misma manera que los sufijos varían el significado de las palabras en otros tipos de lenguas (como el tiempo y el número en la flexión verbal). Así por ejemplo, en árabe, la raíz ktb significa 'escribir' de donde procede kitab que significa 'libro', maktub, 'carta' y kataba 'escribía'. 

La estrecha relación que mantienen entre sí las diferentes lenguas semíticas, se comprueba con la presencia de la misma raíz en varios idiomas semíticos (por ejemplo, slm es 'paz' en asirio-babilónico, hebreo, arameo, árabe y alguna lengua más). En las lenguas semíticas, las consonantes que se articulan en la misma zona de la boca se clasifican en tres grupos: sordas, sonoras y enfáticas o aspiradas, como por ejemplo la serie que se transcribe como g, k, q, del árabe y del hebreo (la q se pronuncia como velar aspirada y en posición más retrasada que la k).

Hay dos géneros, masculino y femenino, con el marcador femenino típico siendo -(a)t. El número es singular, dual y plural, aunque el dual es raro en etíope.

El pronombre interrogativo es man '¿quién?', min/ma '¿qué?'.

El orden de la frase en sentencias nominales es sujeto, verbo y objeto, pero en sentencias verbales es verbo, sujeto y objeto.

Obtenido de http://www.proel.org/index.php?pagina=mundo/afroasiati/semitico

LITERATURA2: ESCUELAS DE PENSAMIENTO. ESCUELAS CLÁSICAS. ¿TODAVÍA QUEDAN ESCUELAS CLÁSICAS DE PENSAMIENTO? HAN DESTACADO LAS GRANDES ESCUELAS DE PENSAMIENTO GRIEGO. El término Antigua Grecia se refiere al periodo de la historia de Grecia que abarca desde la Edad Oscura de Grecia ca. 1100 a. C. y la invasión dórica, hasta el año 146 a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura de Grecia tuvo una poderosa influencia sobre el Imperio romano, el cual la difundió a través de muchos de sus territorios de Europa. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en Europa Occidental, y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América. La civilización griega fue básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de la península de los Balcanes, por su accidentado relieve, dificultaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, y por su dilatada longitud de costas, favorecieron su expansión hacia ultramar. Un fenómeno sobre el que incidirían también de forma sustancial la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos aqueos, jonios y dorios) a lo largo del III y II milenios a. C.

Escuelas del Pensamiento

Enviado por solven_kimsian

 

  1. Introducción
  2. Origen y División de la filosofía
  3. La escuela Jonio-Milesia
  4. La escuela de Efeso
  5. La escuela de Elea
  6. La escuela Pitagórica
  7. Los sofistas
  8. La filosofía clásica griega
  9. El Pensamiento Filosófico Cristiano
  10. La filosofía Medieval: La Escolástica
  11. Filosofía Moderna
  12. Racionalismo y Empirismo
  13. Conclusión
  14. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

La historia de la filosofía tiene sus comienzos hace dos mil quinientos años, pero antes de ella existía una forma de pensar pre-filosófica: el pensamiento mítico, es decir las primeras explicaciones que el hombre dio de la realidad fueron de tipo religioso. Ante fenómenos como el rayo, el movimiento de los astros, la vida de los animales y las plantas o la muerte de los miembros de la propia tribu, el hombre primitivo carecía de explicaciones racionales. Y al no disponer de respuestas naturales para sus interrogantes, se refugio en respuestas que aludían a fuerzas o seres sobrenaturales: un Dios airado lanzaba sus rayos contra quienes le habían ofendido; el Sol, la Luna y otros astros eran los dioses que movían el firmamento. A raíz de estas primitivas respuestas religiosas fueron apareciendo otras, mas refinadas y complejas, que han llegado a nuestros días como doctrinas mas o menos fundamentadas en la filosofía griega. También en el II milenio antes de nuestra era, los hebreos crearon una religión que por primera vez en la historia incluía la idea de un Dios único, un Dios que se les había revelado a ellos como pueblo.

La fase del pensamiento científico constituye, sin duda, la etapa mas positiva de la historia de pensamiento. El científico es menos ambicioso que el filosofo: al científico no le preocupan los grandes problemas especulativos de los filósofos; solo se ocupan de los hechos de la experiencia. Pero el científico es mucho mas riguroso: explica esos hechos elaborando leyes científicas, es decir, leyes generales que determinan las relaciones existentes entre los hechos observados. Además, relacionando varias leyes entre si, pueden llegar a elaborar teorías científicas, mediante las cuales da explicaciones mas amplias y acertadas de la realidad.

Aunque los babilonios y los egipcios tenían ciertos conocimientos de astronomía y de matemática, simplemente se limitaban a coleccionar los datos observados; no elaboraban leyes que los explicasen, ni por supuesto teorías. Quienes hicieron esto por primera vez fueron los griegos, por lo que, además de ser los primeros filósofos, fueron también los primeros científicos.

Para poder dar inicio a la historia de la filosofía tuvieron que haber personas con grandes incógnitas y que su sentido de curiosidad lo hayan hecho explorar, estudiar e investigar respecto a eventos curiosos que han hecho que se plantearse interrogantes, es por ello que dentro de todas las fases que ha vivido la filosofía se han destacado personajes que de alguna manera plantearon sus hipótesis formulando su propia teoría y que a través del tiempo han permanecido en la historia, algunas vigentes en la actualidad, otras han servido de fundamento para inspirar a otros y seguir en la búsqueda de la verdad o de alguna explicación lógica que logre complacer a la religión y a la ciencia. Cabe destacar que cada uno de estos personajes a los que se les hacen referencia en este trabajo han marcado de una manera muy peculiar la mayoría de las ciencias (física, química, matemática, trigonometría, geometría, biología, psicología, entre otras) contribuyendo así al progreso de la filosofía.

Los avances científicos de todos los géneros son numerosos, radicales, decisivos y apabullantes que nos vemos obligados a recordar la frase de Russell "Con respecto a lo desconocido, pueden adoptarse dos actitudes. Una consiente en aceptar la afirmación de gentes que dicen que saben, sobre la base de libros, misterios u otras fuentes de inspiración. La otra consiente en examinar las cosas por si mismo, y este es el camino de la ciencia y la filosofía" y a pensar que el hombre, enfrentando a la realidad, seguirá siempre planteándose nuevas preguntas, que respuestas nuevas abrirán nuevas interrogantes, que las nuevas respuestas no impulsaran al pensador genuino a adoptar una actitud dogmática sino, antes bien, una postura critica, libre y cada vez mas racional ante la realidad.

ORIGEN Y DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA

Antes del s. VII a.C. nos encontramos el mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia.

El mito puede ser definido como un conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero del mismo modo, el mito es una actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la naturaleza, es decir, se dota de voluntad y personalidad a los elementos naturales. Así por ejemplo, en la mitología griega hay un Dios del mar, otro del Viento, ... Estos dioses actúan según su voluntad y capricho.

A finales del s. VI a.C. se produce el nacimiento del pensamiento racional. Hay quién lo atribuye a la genialidad griega. Sin embargo, tuvieron lugar una serie de cambios sociales, económicos e ideológicos que motivaron este nacimiento.

  • CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS:La sociedad griega era en principio una sociedad aristocrática y guerrera, sociedad donde la nobleza poseía la tierra, dirigía los ejércitos, La economía estaba basada en la agricultura, existiendo el trueque como única forma económica de intercambio, esta sociedad está regida por unos valores propios de la sociedad aristocrática como el linaje, el éxito y la fama. Alrededor del siglo VII a. C. se produce una revolución sin precedentes en el desarrollo de las técnicas de navegación, lo cual propicia que se forme el comercio. El poder económico es arrebatado a la nobleza por los comerciantes (sustituyéndose la aristocracia por la democracia), se reemplaza el trueque por el dinero y aparecen las primeras ciudades o polis.
  • CAMBIOS IDEOLÓGICOS:La sociedad griega carecía de libros sagrados y de un sistema de enseñanza organizada, por lo cual es fácil de transformar ideológicamente. Hasta esa época cada tribu poseía su propia mitología diferente (e incluso se descubrieron nuevas mitologías a medida que se colonizaban nuevas ideas), que se intentaron unificar en una mitología general en libros como la Ilíada o la Odisea de Homero. Así se llegó a un escepticismo en la mentalidad popular, ya que si existían tantas mitologías diferentes es muy probable que todas fuesen falsas, creándose un vacío ideológico. Además, existe otro elemento que sólo aparece en la mitología griega: la idea de destino (fuerza superior a la voluntad de los hombres y de los dioses y que determina aquello que necesariamente tiene que ocurrir). El paso del mito al logos se produce, junto a todos los elementos que hemos visto anteriormente, cuando se convierte o transforma la idea de mito en la idea de necesidad lógica o ley natural.

Tanto la idea de destino como la idea de necesidad lógica constituyen la fuerza mayor de la naturaleza, ya que no pueden ser cambiadas por nada. Sin embargo, mientras que la idea de destino es algo incognoscible, la idea de ley natural es cognoscible. El pensamiento mítico está basado en lo aparente, cambiante y múltiple, mientras que el pensamiento racional está basado en lo que realmente son las cosas, la permanencia y la unidad.

Los presocráticos

Se conoce como filósofos presocráticos a un complejo grupo de pensadores griegos cronológicamente anteriores a Sócrates, y que están repartidos en varias escuelas (jonios, efesios, pitagóricos y pluralistas). Son los precursores, la prehistoria del pensamiento griego.

Antes de la aparición de los presocráticos existió en Grecia una forma de pensamiento orgánico: la mitología. Los filósofos presocráticos desarrollaron un vocabulario más original, y a medida que fueron forjando nuevos conceptos para referirse a la totalidad del mundo (Physis u Naturaleza), inventaron una nueva racionalidad que les fue diferenciando de los mitólogos.

El fenómeno cultural de la filosofía presocrática nació en tos límites fronterizos del área helénica, en las zonas de su colonización bélica o comercial, precisamente allí donde los griegos están en contacto con el mundo oriental. Este contacto les permitió conocer los desarrollos del conocimiento egipcio y babilónico en el campo de la astronomía, geometría y la aritmética.

Los presocráticos adoptaron sus métodos, pero los despojaron de su finalidad práctica. Les interesaban los secretos de los astros, de las figuras y de los números por su belleza y por la excitación y satisfacción intelectual que provoca su comprensión.

La preocupación presocrática fue eminentemente científica; pretendían explicar fenómenos y comportamientos de la naturaleza, y comunicarlos a un público aún inmerso en un mundo tradicional mítico-religioso; de ahí la forma sacralizada de muchos de sus fragmentos filosóficos.

Los modelos de pensamiento desarrollados por los presocráticos fueron imaginativos y fantasiosos: no se circunscribían estrechamente dentro de los límites de la lógica y el sentido común, sino que evidenciaban independencia de criterio, así como una gran capacidad creativa.

El pensamiento presocrático representó el primer esfuerzo fructífero del hombre frente al problema del conocimiento del mundo. En aquel momento histórico todavía no se había delimitado el campo de la filosofía respecto del de la ciencia, y ambas constituían una misma cosa. El problema fundamental era un problema físico, naturalista; ¿Está el mundo hecho de una sustancia fundamental única? ¿Cuál es esa sustancia o material? Los primeros filósofos no eran antropólogos (del griego anthropos, hombre), pues su preocupación no era humanista. Aristóteles les llamó oi fisiologoi (los físicos). La mayoría de las obras de los presocráticos presentan el mismo título: Peri fiseos (Acerca de la naturaleza). Así el problema fundamental de estos primeros filósofos fue averiguar cuál era la sustancia primera (argé) de la que están hechas todas las cosas de la naturaleza (physis). La historia del pensamiento presocrático fue la sucesión de respuestas distintas a este mismo problema.

La escuela Jonio-Milesia

Tales de Mileto (624-548 a, de C.)

La historia considera a Tales como uno de los siete sabios clásicos de Grecia. Se ganó la vida como comerciante, vendiendo aceitunas. Una anécdota de su vida nos narra que cuando iba por la calle mirando los astros se cayó en un pozo, lo que provocó las burlas de sus conciudadanos.

El primer filósofo de la historia fue. pues, ya ridiculizado por sus preocupaciones filosóficas, alejadas del sentido común de la vida cotidiana. Sin embargo, Tales no careció de sentido práctico: dirigió en Mileto una escuela de náutica, construyó un canal y tuvo veleidades políticas, entre las que se cuenta la elaboración de una constitución para la ciudad de Teos. Predijo un eclipse de sol que le dio fama de semidiós en un momento en que la ciencia estaba en embrión, y que permite saber exactamente que el filósofo vivía el día 28 de mayo del año 585 a. de C.. fecha en que se produjo el eclipse, según los astrónomos.

Los griegos distinguían dos tipos distintos de realidades: una natural, que se desarrollaba por sí misma (la physis o naturaleza) y otra artificial, producto de

la actividad humana y que no tenia en sí misma poder de auto desarrollarse (la techné o técnica).

Se ha dicho ya que el problema presocrático fue averiguar cuál era el principio material último de la physis. Este principio material o argé sería la esencia misma de las cosas, aquello de que están hechas todas las cosas del mundo, su sustancia material (en griego, su ousia).

Tales creyó que el primer principio era el agua, y quizá llegó a esta conclusión al observar que todos los seres vivos precisan del elemento húmedo para seguir viviendo: las semillas precisan ser regadas para generar las plantas; los animales y el hombre precisan el agua para vivir o mueren de sed. Esta idea de Tales no era absolutamente original: los poetas Hornero y Hesíodo habían afirmado que el dios Océano (que puede interpretarse como e! elemento húmedo) era el padre de todas las cosas; también en la mitología oriental se habla a menudo de un caos acuoso como fundamento del que todo surge. Por otra parte, la importancia concedida al agua pudiera ser un reflejo inconsciente de la importancia sociológica del mar como elemento esencial de la vida de Mileto, ciudad que basaba su subsistencia material en la pesca y en el comercio marítimo.

El principal mérito filosófico de Tales fue el de acuñar el concepto de «principio originario del que proviene todo ser», aunque la palabra urge que expresa exactamente este concepto sea de época posterior.

Tales tenía una visión antropomórfica del mundo. Utilizó su conocimiento del hombre como punto de referencia para su conocimiento de lo real (proyección antropomórfica). Así, creyó que todo lo que se mueve tiene un alma, lo que le indujo a creer que el hierro tenía alma, puesto que era atraído por el imán. Esta doctrina se conoce con el nombre de hilozoísmo (de hyie, materia y zoé, vida); es decir, es aquella concepción que cree que toda la materia natural es, en cierto sentido, materia viva. También se la puede denominar animismo.

Anaximandro (611-546 a. de C.)

También era habitante de Mileto. Suyo es e! Primer escrito filosófico de Occidente, ya que de Tales no se conserva nada escrito: ferifiseos o Sobre la Naturaleza. Lo mismo que Tales, no fue sólo un teórico especulativo, sino que demostró un cierto saber práctico: construyó un mapa de las tierras conocidas en su época, un globo celeste y un reloj solar.

Anaximandro creía que la respuesta de Tales al problema del argé. o sustancia primera de la que provienen todas las cosas, era ilógica: es absurdo suponer que las cosas de naturaleza seca (el fuego, por ejemplo) provienen del elemento húmedo, que es su contrario. Así, pues, para solucionar este problema imaginó que todas las cosas provenían de una sustancia eterna, completamente indeterminada, es decir, que no tenía ninguna cualidad definida, y que, por tal razón, podría llegar a adquirir cualquier determinación, podría convertirse en cualquiera de las cosas de este mundo. A esta sustancia indeterminada le llamó apeirón. Los primeros intérpretes concibieron el apeirón como el fondo infinito e inagotable del que todo se nutre.

La concepción de Anaximandro se conoce en filosofía con el nombre de monismo (de monos, uno) porque imagina que todas las cosas de este mundo provienen de una única realidad de fondo: el apeirón.

Para Anaximandro, las cosas del mundo se engendran a partir del apeirón y, cuando mueren, vuelven al apeirón. Ahora bien, este continuo engendrarse y

perecer hace que algunas cosas dominen sobre otras, lo que, para Anaximandro, es una injusticia cósmica (una adikía). Además de esto, creyó que, como compensación, existe una justicia cósmica (una dike) que restablecerá tarde o temprano el equilibrio, con lo que desaparecerá la injusticia. Esta noción de la justicia cósmica prefigura la idea de que la naturaleza está dominada por leyes, idea que tendrá fructíferas consecuencias para el pensamiento científico.

Intuyó también, adelantándose a su época, una de las ideas básicas de la filosofía del siglo XIX: la de que la especie humana procede por evolución de otras especies inferiores. En efecto, Anaximandro considero que los antepasados de los hombres fueron peces y, en consecuencia, poco a poco, éstos se acostumbraron a vivir en tierra.

Anaxímenes (588-534 a. de C.)

Era discípulo de Anaximandro y también ciudadano de Mileto. Para Anaxímenes, el principio de todas las cusas naturales era el aire. Opinó esto al concebir que el aire es aquello que permite existir a todos los seres vivos. Para él, el aire era el fluido vivificador. El aire es lo que da origen a la vida, lo que hace que tenga un alma (alma viene del latín anima, que. a su vez, proviene del griego uñemos, aire),

La escuela de Éfeso

Heráclito (536-470 a. de C.)

Nació en Éfeso (Jonia). Se saben muy pocas cosas de su vida. Parece ser que era de familia acomodada, incluso aristocrática. De carácter retraído, se retiró a vivir solo a las montañas, donde se dedicó a la meditación, alimentándose de hierbas.

Se le atribuye un libro, que lleva el mismo título que los de la mayoría de presocráticos (Sobre la naturaleza), escrito en un estilo premeditadamente enrevesado, de oráculo o adivino, hecho en forma de aforismos o refranes breves. La dificultad de la comprensión de esta obra le valió el sobrenombre de «el oscuro».

Heráclito consideraba la realidad como algo esencialmente móvil y fluyente, en devenir.

Expresó esta idea metafóricamente: «No podemos bañarnos dos veces en el mismo río porque sus aguas fluyen constantemente y el río deja de ser el mismo que era antes». Todo pasa constantemente de un estado a su contrario, de la vida a la muerte, de lo seco a lo húmedo, etcétera. Todo cambia, pero no de forma anárquica, sino siguiendo un orden que impone la Ley (Logos). Para Heráclito, el origen de esta realidad en flujo continuo es el fuego. («Este cosmos no fue hecho por dioses o por hombres, sino que siempre fue, es y será, al modo de un fuego eternamente viviente, que se enciende y se apaga con medida».) De este fuego surgen los cuatro elementos básicos (aire, agua, fuego y tierra) que combinados constituyen todas las cosas del cosmos. La combinación de los cuatro elementos se produce mediante un enfrentamiento, una lucha. Así, para Heráclito, la lucha era una idea necesaria para la creación de la realidad. Esto le indujo a alabar el concepto de la guerra, y no sólo en un plano filosófico, sino también en un plano sociológico: en la sociedad, la guerra es buena porque decide qué hombres son los hombres superiores y qué hombres deben ser tratados como esclavos.

La escuela de Elea

Jenófanes (570-480 a. de C.)

Nació en Colofón (Jonia) y llevó una vida errante, de rapsoda y poeta, hasta establecerse en Elea, donde fundó una escuela filosófica. Era un hombre de mentalidad independiente; sus viajes le enseñaron a pensar por cuenta propia, con un sentido crítico y antidogmático.

Jenófanes fue el primer teólogo de la historia de la cultura, el primero que trató el problema de Dios. Criticó a los dioses de la mitología griega porque estaban cortados en patrón humano, pareciéndose demasiado a los hombres. Y, si bien no llegó a una concepción monoteísta (creencia en la existencia de un solo Dios), sí creyó en una especie de politeísmo jerarquizado (hay varios dioses, pero uno de ellos es superior a todos los demás).

Jenófanes se rebeló contra la concepción de la cultura como un don de la divinidad y dijo: «Los hombres lo han conseguido todo mediante sus esfuerzos inquisidores». También se enfrentó con la escala de valores tradicionales que daban lugar preeminente a la fuerza; afirmó que la sabiduría es superior a la fuerza, la belleza y la destreza.

Parménides (540-470 a. de C.)

Era de la misma ciudad de Elea. Parece ser que fue discípulo de Jenófanes, pero como filósofo puede considerársele como muy superior. Se dedicó a cuestiones políticas, dando leyes civiles a su ciudad natal. Lo que se conserva de su obra se halla en un extenso poema titulado Sobre la Naturaleza.

La preocupación de Parménides no fue tan naturalista o física como la de sus predecesores. Con él, nace una nueva disciplina filosófica: la Metafísica, o ciencia que estudia el ser. El ser es la única cualidad que tienen en común todos los objetos del mundo; unos son blancos, otros negros; unos suaves, otros rugosos; unos circulares, otros rectos, pero todos los objetos son, todos poseen la cualidad de ser.

Las características especiales que según Parménides tiene e! ser (el ser es único, inmóvil, eterno, continuo etcétera) hacen que el concepto de ser se aproxime al concepto de Dios.

Zenón de Elea (siglo V a. de C.)

También era de Elea. Parece ser que fue el Discípulo predilecto de Parménides. Gracias a el, la escuela eleática recibió aquella forma típica que se ha conocido con el nombre de erística o dialéctica. La erística (de éris, lucha) es el arte del diálogo, de la disputa filosófica, de la argumentación.

En la escuela eleática se dio más importancia a los resultados de la argumentación abstracta que a tos testimonios de los sentidos (racionalismo epistemológico). Así, por ejemplo, Zenón negó la existencia del movimiento porque conceptualmente, mentalmente, es imposible imaginárselo, dado que el espacio es divisible en un número infinito de puntos, y para moverse de un punto a otro habría que atravesar infinitos puntos, lo cual es imposible.

La escuela Pitagórica

El primer problema que se presenta al estudiar esta escuela es la verosimilitud de la existencia de un personaje llamado Pitágoras. Algunos estudiosos consideran que fue un individuo realmente existente, que nació en Samos (¿570-496 a. de C.?), ciudad de la que emigró por las dificultades que le causaba el gobernante Polícrates, estableciéndose en Cretona (Italia) cuando tenía 40 años. En esta ciudad desplegó su principal actividad matemática y filosófica, fundando una escuela.

Parece ser que Pitágoras no escribió nada, pero supo reunir a un grupo de hombres sabios, con los que realizó investigaciones filosóficas, a la vez que fundó una especie de comunidad con una estructura religioso-científica, fuertemente impregnada de ascetismo y misticismo. El estudio de la matemática fue considerado como un medio de perfeccionamiento espiritual.

La sociedad pitagórica fue un movimiento continuador de una religión primitiva; el orfismo, una religión pagana en la que se rendía culto al dios Dionisos (Baco), dios del vino y de la sangre, en cuyo honor se realizaban frecuentes orgías.

Históricamente cabe distinguir dos corrientes pitagóricas distintas: el circulo pitagórico antiguo y el círculo pitagórico nuevo.

El Antiguo Círculo Pitagórico es el grupo que el mismo Pitágoras fundó en Cretona. A este grupo pertenecieron una serie de sabios, entre los que podemos destacar a Alcmeón de Crótona, descubridor del cerebro como órgano central de la vida psíquica, y a Filolao, que supo, anticipándose a su época, que la tierra no ocupa el lugar central del cosmos. Esta primitiva secta se deshizo en la segunda mitad del siglo V a. De C. por razones políticas: los demócratas en el poder los expulsaron por sus ideas aristocratizantes y autoritarias.

Una vez expulsados de Cretona, los pitagóricos se establecieron en Tárente, formando el Nuevo Círculo Pitagórico. Este se subdividió en dos grupos: los acusmáticos, ascetas pordioseros que seguían al pie de la letra los supersticiosos preceptos prácticos, y los matemáticos, interesados por las ciencias y las artes, particularmente la música, la geometría, la medicina y la

astronomía.

En la sociedad pitagórica se admitían en plena igualdad de derechos a hombres y mujeres; la estructura de la propiedad era comunitaria, lo mismo que la forma de vida. Cuando la secta realizaba algún descubrimiento científico o matemático, se consideraba como un hallazgo colectivo o se le atribuía a Pitágoras, aún después de su muerte. Estos descubrimientos eran propiedad de la escuela y no podían ser revelados al vulgo.

La importancia de los números

Para los pitagóricos, los números eran la esencia misma de realidades tan heterogéneas como el cielo, el matrimonio y la justicia.

Anteriormente, los griegos habían representado los números con letras del alfabeto. Los pitagóricos los representaron con puntos, estableciendo una estrecha relación entre matemáticas y geometría. El 1 era el punto, el 2 la línea, el 3 el plano o el triángulo y el 4 el cuadro o el sólido.

La teoría pitagórica del número implicó que se considerase que la naturaleza es un todo bien organizado y estructurado, que existía una legalidad cósmica subyacente a los fenómenos naturales. Dos ideas que, a partir de esta teoría, adquirieron plena importancia, son las ideas de armonía y proporción, que influyeron en múltiples aspectos de la vida griega: la poesía, la retórica, la arquitectura, la religión, la ética, etcétera.

La influencia del pitagorismo ha sido inmensa. En Platón, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Descartes, Spinoza, Leibniz, Hegel, etc., aparece esa mezcla de religión y razonamiento, de misticismo y lógica. Esta mezcla dio origen a la teología intelectualizada de Occidente, distanciándole del profundo misticismo contemplativo, metafísico e introspectivo de las civilizaciones orientales.

Los pluralistas

A esta escuela se la denominó así para distinguirla de las anteriores, que eran monistas (del griego monos, uno). Los pluralistas creían a diferencia de los monistas, que la realidad se origina a partir de la conjunción de varios principios y no a partir de un solo principio o argé. Los principales pensadores pluralistas fueron: Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito.

Empédocles de Agrígento (492-430 a. de C.)

Fue un personaje muy extraño, mezcla de poeta, adivino y filósofo. Ejerció entre sus contemporáneos una fascinación enigmática. Creyéndose inmortal, se arrojó al cráter del volcán Etna, muriendo abrasado. Sus dos obras conocidas son Las Purificaciones y Perifiseos, escritas en verso y de las que sólo se conservan algunos fragmentos.

Para Empédocles, todo lo que existe se ha formado por combinación y mezcla, en determinadas proporciones. de las cuatro sustancias fundamentales: agua, aire, tierra y fuego, que son los cuatro elementos de que se compone toda realidad y que a su vez están compuestos de partículas inmutables. El mérito de Empédocles radicó en anticipar la idea científica de «elemento químico» (o «constituyente último cualitativo de la realidad»). Así, un objeto concreto del mundo empieza a ser (unión de partículas) o deja de ser (disgregación), pero las partículas básicas ni empiezan a ser ni dejan de ser; son eternas e indestructibles. De esta forma prefiguró otra idea científica que más tarde se tradujo como Ley de conservación de la materia (la materia no se crea ni se destruye; sólo se transforma), elaborada por Lavoisier.

Junto a estos cuatro elementos, y para explicar el origen del movimiento que los pone en contacto y Justifica su combinación, Empédocles introdujo la idea de «fuerza», pero con una envoltura religiosa. Hay dos tipos de fuerzas divinas: una agregadora o Filia (el amor) y otra disgregadora o Neikos (el odio). Estas dos fuerzas dominan alternativamente, sucediéndose una a otra en un proceso cíclico, y así el mundo se va formando (dominio del amor) y destruyendo (dominio del odio) en un movimiento eternamente repetido. La evolución del cosmos sería un eterno retorno.

Para Empédocles, en el origen de los tiempos, en el albor de la formación del mundo, el predominio del amor hizo que las cosas se unieran indiscriminadamente unas con otras y así se formaron multitud de seres monstruosos y deformes, de los que sólo sobrevivieron los más aptos, que son las especies existentes en la actualidad. Los seres humanos eran ambiguos, hermafroditas y estériles; en ellos cohabitaban dos principios: uno masculino y otro femenino; el odio separó estos dos principios y el amor humano emprendió una búsqueda desesperada de la otra mitad de uno mismo para retornar a la unidad primigenia, en la que hombre y mujer eran una y la misma cosa.

Anaxágoras de Klazomenes (500-428 a. de C.)

Expuso sus doctrinas en la Atenas de Pericles, de donde tuvo que huir a la muerte de éste, acusado por el vulgo de ateísmo y de falta de respeto a la religión tradicional.

Para Anaxágoras, la realidad no se compone tan sólo de cuatro elementos, sino de infinitos elementos cualitativamente distintos, de las partes pequeñísimas de que están hechas todas las cosas a las que llamó homeomerías o spérmata (gérmenes). En cada cosa material hay infinitas spérmata, pero la cosa toma aspecto exterior de la spérmata más abundante en ella. La formación de las diversas cosas las explicó por la unión de las homeomerías y el cambio de una cosa en otra por una reestructuración de las homeomerías que la componen.

Las cosas, pues, aunque estén formadas por los mismos constituyentes últimos, eran para Anaxágoras diferentes entre sí, porque estos constituyentes se agrupan en distintas formas, según la posición que ocupan.

Y así, la diferencia entre toda? las cosas no es una diferencia material cualitativa, sino una diferencia formal cuantitativa. Las cosas son distintas porque es distinta su disposición o estructura interna.

Anaxágoras introdujo la idea del Nous o Mente Universal, que es una especie de sustancia espiritual, un principio divino que combina las infinitas homeomerías causando la multiforme variedad de lo existente.

Los atomistas: Leucipo y Demócrito

El fundador de la escuela atomista fue Leucipo (460-370 a. de C.), pero su obra está mezclada con la de su discípulo y continuador Demócrito (460-370 a. de C.) hasta un punto en que es difícil deducir cuál es la aportación personal de cada uno. Normalmente, se estudian sus ideas como si fueran expresión de un solo pensador.

La concepción del mundo de los atomistas es profundamente materialista: no admiten ningún principio espiritual, todo es materia, incluso el alma humana, Para los atomistas, los principios últimos de todas las cosas eran los átomos (los indivisibles). Los átomos se diferencian de las homeomerías en que no son sustancias con cualidades distintas, sino sustancias homogéneas; lo que diferencia unos de otros es una serie de aspectos cuantitativos, como la forma, el tamaño, el peso, etcétera.

Los átomos son impenetrables, pesados, eternos, indestructibles, ocupan un lugar del espacio en el seno de una especie de no ser o nada relativa que es el vacío. Los átomos son infinitos en número: no tienen cualidades materiales de ninguna clase que los distingan entre sí: todos son de la misma naturaleza, pero con una enorme variedad de formas distintas, que les hacen aptos para engarzarse, para complementarse unos a otros formando las múltiples formas aparentes de lo real.

Los aspectos cualitativos de las otras realidades no atómicas, tales como el sabor, el color, el calor, etc., constituyen algo que, según los atomistas, pertenece no tanto al objeto físico cuanto al sujeto que los percibe. Esta opinión de que la apariencia de las cosas se ve afectada por la subjetividad humana se conoce en filosofía con el nombre de subjetivismo.

Para explicar el movimiento de los átomos, Leucipo y Demócrito no recurrieron a principios espirituales exteriores a la materia (como Filia, Neikos, Nous, etc.), sino que su explicación es puramente materialista. Los átomos se mueven porque son pesados y están en el vacío; es decir, su movimiento es una caída, y en esta caída a distintas velocidades se produce la unión de unos con otros, formándose así la totalidad de lo existente.

Los sofistas

Con el término «sofistas» se designa a un grupo de eminentes personalidades de la cultura y la filosofía griegas que vivieron en el siglo V a. de C. En la actualidad el término «sofista» tiene un valor semántico esencialmente negativo, debido a la tradición iniciada por los tres grandes clásicos de la filosofía griega (Sócrates, Platón y Aristóteles). En realidad, en su origen, el término sofista significaba sabio, hábil, competente, y era en este sentido que lo usaban quienes lo ostentaban.

Los orígenes del movimiento sofístico están estrechamente relacionados con el vasto cambio político y social que, después de vencer a los persas, implantó en Grecia regímenes democráticos (salvo Esparta). La democracia ateniense era una democracia directa, no representativa (como las actuales); es decir, todos los ciudadanos tenían la posibilidad de participar directamente en las decisiones públicas, a través de las frecuentes asambleas populares y tribunales públicos convocados. En estas intervenciones públicas, la posibilidad de hacer prevalecer las propias tesis dependía única y exclusivamente de la capacidad expresiva, retórica. Y aquí intervinieron los sofistas: su principal función (función que realizaban en forma de profesores ambulantes y cobrando un sueldo) consistía en enseñar un nuevo arte: la erística (de eris, lucha), concebida como el arte de persuadir y argumentar en

forma dialéctica; la erística era un procedimiento retórico, discursivo, que enseñaba la capacidad de sostener indiferentemente el pro y el contra de cualquier tesis, sin preocuparse de la verdad o la falsedad de lo defendido.

Aunque los sofistas explicaban sus técnicas y procedimientos a todo aquel que tuviera dinero para pagarlo, su objetivo pedagógico primario no era tanto

formar a! pueblo como educar a los que debían ser caudillos de ese pueblo.

Para conseguir sus objetivos, los sofistas se dedicaron a estudiar profundamente toda una serie de cuestiones gramaticales y lingüísticas.

El lenguaje adquirió con ellos el carácter de instrumento. Enseñaron a los jóvenes atenienses a considerarlo como si fuese un arma, con un objetivo casi agresivo, que consistía en la mayoría de los casos en convencer a los demás para ocupar uno mismo puestos sociales de responsabilidad.

En política, los sofistas fueron los fundadores de la demagogia (conducción del pueblo) y la psicagogia (conducción de almas); en teoría del conocimiento

fueron los fundadores del escepticismo (doctrina que niega la posibilidad del conocimiento).

Con los sofistas, el hombre y las cosas humanas pasaron al primer plano de la problemática filosófica. Eran humanistas; creían que el único saber que merece realmente tal nombre es el saber práctico, útil para el hombre. Desde esta perspectiva, rechazaban la filosofía de la naturaleza de los primeros presocráticos.

A partir de sus críticas, los sofistas fundaron el subjetivismo o relativismo («la verdad de la cosa conocida es relativa al sujeto que la conoce»). Este relativismo subjetivista lo expresó perfectamente Protegerás (480- 410 a. de C.): «El hombre es la medida de todas las cosas».

Los sofistas fueron individuos cosmopolitas, apartidas, que viajaron frecuentemente por todo el mundo conocido. En este continuo viajar conocieron gran cantidad de costumbres y leyes, lo que les llevó a rechazar la idea imperante de que la ley era algo eterno y universalmente válido. Los sofistas fueron, en este punto, convencionalistas, no naturalistas.

Sócrates, Platón y Aristóteles fueron unos declarados antisofístas. Aristóteles ni siquiera los consideró en sus escritos y Platón habló siempre de ellos como hombres prácticos, como activistas políticos, pero no como pensadores teóricos, como filósofos, tratándoles siempre despectivamente.

LA FILOSOFÍA CLÁSICA GRIEGA

Sócrates (469-399 a. de C.)

Nacido de padre escultor y madre comadrona, fue un buen ciudadano de su patria natal, Atenas, a la que sirvió como soldado en varias batallas de la guerra del Peloponeso. Sin embargo, jamás quiso participar en actividades políticas, por impedírselo sus convicciones filosóficas. Al final de su vida se presentó contra él la acusación de no creer en los dioses de la ciudad y corromper a la Juventud; fue considerado culpable y se le condenó a suicidarse bebiendo cicuta. Su discípulo Platón haría más tarde, la apología del sereno comportamiento de Sócrates frente a la muerte.

Los restos conservados de las obras que nos hablan de Sócrates (los diálogos de Platón, Antístenes y Esquines) difieren en muchos aspectos concretos, pero todos ellos están orientados a ensalzar la personalidad del maestro.

El punto de partida de la filosofía socrática es el problema moral, la autoconciencia ("conócete a ti mismo»). Desarrollando esta idea. Sócrates se preocupó fundamentalmente por problemas éticos y procuró investigar conceptualmente la esencia permanente de lo justo, lo bueno, lo bello, etc. Sus investigaciones revisten la forma de preguntas sobre conceptos generales de carácter moral: ¿Qué es la piedad?, ¿qué es el valor?, ¿qué es el autodominio?

Sócrates conoció muy a fondo las obras de los antiguos filósofos de la naturaleza, pero trasladó su interés del universo al ser humano.

El conocimiento, auténtico para Sócrates, no era el saber por el saber, el saber teórico, sino la techne o saber práctico, que tiene una utilidad para el hombre; y enceste sentido la medicina era el saber por excelencia.

Sócrates pretendió fundamentar un conocimiento riguroso, hacer de la filosofía una ciencia. Para ello defendió el método inductivo y condenó el método deductivo de los presocráticos: no hay que partir de afirmaciones sobre la totalidad del mundo, como hacen los primeros filósofos, sino observar empíricamente, experimentalmente, la realidad concreta y. en todo caso, inducir de aquí leyes o principios generales.

Platón (428-347 a. de C.)

Nació en Atenas. Su verdadero nombre era Aristocles; el de Platón, con que ha pasado a la posteridad, era un mote que significaba «ancho de espaldas».

Perteneció a una clase social acomodada, lo que le permitió recibir una educación esmerada en diversas materias: literatura, gimnasia, música- pintura, poesía, etc. Inició sus estudios filosóficos con Cratilo, discípulo de Heráclito y los perfeccionó, a partir de los 20 años. con Sócrates- Fue discípulo de éste y recibió su influencia hasta un punto tal que ha sido difícil decidir cuáles de sus aportaciones filosóficas son originales y cuáles son obra de su maestro.

Tras la muerte de Sócrates. Platón se dedicó a viajar por el mundo conocido: en Egipto y Cirené entró en contacto con el saber matemático y astronómico de su tiempo: en la Magna Grecia pasó algún tiempo con una secta de pitagóricos, y en sus tres viajes a Sicilia trató de crear un régimen político en el que experimentar sus teorías sobre el Estado, expuestas en su obra La República, pero sin conseguir resultados positivos.

A los 40 años de edad fundó la Academia, primera escuela filosófica organizada en plan pedagógico. Enseñó en ella durante veinte años los más diversos temas: filosofía, matemática, astronomía, zoología, etcétera.

Los años de la Academia fueron los de su madurez creadora y durante ellos escribió sus obras más importantes: una Apología de Sócrates, 34 diálogos y 13 cartas (quizás apócrifas). La obra platónica es una de las primeras obras verdaderamente filosóficas por lo que tiene de saber totalizador y universal, ya que trata de los más diversos aspectos de la cultura: político, ético, físico, astronómico, teológico, etcétera.

Platón sufrió la influencia de cuatro grandes filósofos: de Pitágoras adoptó elementos del orfismo: la tendencia religiosa, la creencia en la inmortalidad del alma humana, el tono sacerdotal: de Parménides aprendió que la auténtica realidad es eterna, inmutable e intemporal, y que el cambio que parecen captar nuestros sentidos corporales no es mas que eso: apariencia, ilusión; de Heráclito extrajo la visión crítica del inmovilismo parmenídeo: el dinamismo heraclíteo afirma que nada es permanente («todo fluye») en el mundo sensible; de Sócrates, la preocupación por problemas éticos y sus ideas políticas aristocráticas y antidemócratas.

Platón expuso su doctrina en forma de diálogos, tal vez porque en su época era preponderante la forma de comunicación oral y porque el diálogo es la forma de escribir que más se asemeja a la de hablar.

Para Platón, el mundo inteligible es el único mundo que se merece verdaderamente el nombre de realidad. pues él es quien proporciona las formas, tas ideas, los modelos, de los cuales el mundo natural no es más que mera copia, reflejos, imitación. Por otra parte, la distinción platónica entre un mundo sensible y un mundo inteligible lleva aparejada la distinción entre conocimiento empírico (sensitivo) y conocimiento intelectivo.

Platón fue el autor de la primera utopía política de la historia de la cultura. Una utopía es la descripciónde una imaginaria sociedad perfecta, con un carácter programático (es decir, con la intención de que la sociedad existente se rija, en un plazo mayor o menor de tiempo, por los principios políticos enunciados en la utopía).

La utopía de Platón se encuentra en su obra más conocida: La República. Su planteamiento político es muy original. Se basa en su propia teoría de que la sociedad no será perfecta hasta que los filósofos se hagan reyes o los reyes se conviertan en filósofos. En términos actuales, diríamos que lo que nos propone Platón es una especie de régimen de dictadura de los intelectuales (Política).

Aristóteles (384-322 a. de C.)

Nació en Estagira (región de Tracia). Fue hijo del médico de cabecera del rey Amintas de Macedonia. A los 18 anos entró en la Academia platónica, y en ella permaneció durante dos décadas, hasta la muerte de Platón, por quien siempre sintió una gran admiración. En el año 342 a. de C. fue llamado por el rey Filipo de Macedonia para que se encargara de la educación de su hijo Alejandro Magno. En el año 335 a. de C. regresó a Atenas y fundó su propia escuela: el Liceo (así llamado por estar en la plaza de Apolo Licio), que al principio tuvo características similares a las de la Academia, pero que con los años se convirtió en un círculo de investigación científica y cultural. Los peripatéticos (que así fueron llamados los componentes de la escuela aristotélica) realizaron estudios de diversas materias y acumularon sus conocimientos enciclopédicos en una especie de archivos.

Aristóteles dividió sus escritos en dos grandes familias:

Exotéricos: destinados a la publicidad (la mayoría se han perdido).

Esotéricos o acromáticos: usados como apuntes de clases en el Liceo, fueron publicados casi todos tres siglos después de su muerte.

La primera época de Aristóteles es puramente platónica, tanto en la forma como en el contenido. En su época de transición se enfrentó con algunas de las ideas del maestro, especialmente con su teoría de las ideas, aunque siempre con mucho respeto («Siendo Platón y la verdad igual de amigos míos, siento el imperioso deber de colocar a la verdad por delante»). Y, por fin, ya en su época de madurez, en el Liceo, elaboró sus propias teorías filosóficas.

La obra de este período de esplendor puede dividirse así;

Escritos lógicos: Categorías. Predicamentos, Analíticos, Tópicos, agrupados más tarde bajo el nombre de Organon (o Instrumento).

Escritos metafísicas: ocho libros de la filosofía natural y catorce libros de la filosofía primera o metafísica.

Escritos físicos: Sobre el cielo. Generación y corrupción, Meteorología, Historia de los animales, del alma, De la sensibilidad. De la memoria, del sueño y la vigilia, De la respiración, etcétera.

Escritos ético-políticos: Etica a Nicómaco. Política, Ética a Eudemo, Gran ética, Constitución de Atenas.

Escritos estéticos: Poética, y Retórica.

La lógica, como ciencia formal del saber, nació con Aristóteles. Y con él quedó perfectamente constituida en su forma clásica.

Las ideas lógicas más relevantes de Aristóteles se encuentran en su obra Analíticos. En ella concibe a la lógica como un análisis, y en este sentido la compara con la anatomía.

La lógica

Mientras la ciencia anatómica sería un análisis de los cuerpos, la ciencia lógica sería un análisis del pensamiento o del medio con el que se expresa este pensamiento: el lenguaje. Aristóteles descubrió que el espíritu (el pensamiento, el lenguaje) posee una estructura interna similar a la de la materia. Así, desmenuzó el espíritu humano y extrajo tres elementos fundamentales: el concepto, el juicio, y el raciocinio.

El concepto es la representación intelectual abstracta de un objeto. El hombre conoce las cosas que le rodean de una manera sensible (este monte, esta silla, este hombre), pero tiene una facultad (abstracción) que le permite prescindir de las características concretas y accidentales de los objetos y referirse a sus aspectos esenciales, es decir, le permite saber qué es el monte, la silla, el hombre, etcétera, Estos aspectos esenciales constituyen la idea, el concepto o, en términos aristotélicos, el universal.

Aristóteles clasificó los conceptos en 10 grupos distintos: una sustancia y nueve accidentales (cualidad, cantidad, relación, tiempo, lugar, acción, pasión, estado, posición).

Cuando se unen dos o más conceptos para obtener un enunciado acerca de la realidad, se forma un juicio. Un juicio es verdadero cuando se adecua con la realidad, es decir, cuando los dos conceptos que se unen en el juicio se refieren a dos objetos efectivamente relacionados en la realidad.

El raciocinio es aquella forma lógica que consiste en inferir un juicio desconocido a partir de otros conocidos. Hay dos clases de raciocinios: los deductivos (que a partir de una afirmación universal deducen una afirmación particular).

Y los inductivos (que siguen el camino inverso: van de la recolección de datos particulares a la afirmación de una verdad universal). Para Aristóteles, la forma perfecta de raciocinio es el deductivo, al que llamó silogismo. La teoría de los silogismos (descripción de su forma, de su empleo, de sus leyes, etcétera) constituye el núcleo de la lógica aristotélica.

La metafísica

Aristóteles es también el fundador de una nueva disciplina filosófica: la metafísica.

El objeto fundamental de estudio metafísico es el ser de las cosas. Las distintas ciencias particulares estudian los objetos de este mundo ateniéndose a características específicas de ellos; así, la física estudia

los objetos en cuanto móviles, la química, en cuanto mutables y reorganizables, la biología, en cuanto vivos, etcétera. La metafísica estudiará a los objetos en cuanto existentes y la definió así: «Es la ciencia del ser en cuanto ser». Ahora bien, Aristóteles no dedicó su atención a todos los seres, sino a aquel ser modélico, arquetípico que es Dios, el más perfecto de todos los seres. Así, la Metafísica se convirtió en una especie de teología. Las concepciones éticas de Aristóteles no son muy originales, limitándose a ser la formulación en términos filosóficos de las ideas dominantes sobre el ethos (comportamiento, conducta) en la sociedad de su tiempo.

La política

La obra política de Aristóteles es una de las primeras grandes sistematizaciones de la política de los pueblos. En ella partió de un enorme cúmulo de material empírico (el estudio de las constituciones políticas de la mayoría de las ciudades conocidas de su época). Para él, el Estado es la forma superior de las comunidades humanas. La primera institución natural es la familia (basada en dos tipos de relaciones: marido-mujer, amo-esclavo). La unión de varias familias constituye una aldea y la unión de varias aldeas autónomas y autosuficientes constituye un Estado, una polis. Según Aristóteles el hombre sólo puede realizarse plenamente en el interior de una comunidad política. Lo definió como zoon politíkón, o sea, «animal político».

En cuanto a las formas de gobierno, delineó especulativamente un cuadro de regímenes políticos posibles, considerando tres formas de gobierno aceptables y tres formas condenables:

  • Monarquía: Gobierno de uno solo.
  • Aristocracia: Gobierno de los mejores
  • Democracia: Gobierno de la multitud

Todos estos sistemas deben buscar el bien y la felicidad de todos. Cuando esto no ocurre aparecen perversiones o degeneraciones:

  • La Monarquía da lugar a la Tiranía
  • La Aristocracia da lugar a la Oligarquía
  • La Democracia da lugar a la Demagogia

Aristóteles insinúa que el gobierno ideal puede ser el de una clase intermedia. De cualquier forma, afirma que cualquier forma de gobierno es buena si respeta la felicidad, el bien y utilidad de todos.

Un gobierno que actúe correctamente ha de cumplir:

  • Esté de acuerdo con la naturaleza humana.
  • Esté de acuerdo con las condiciones históricas concretas que se dan.

EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO CRISTIANO

El cristianismo no es una filosofía propiamente dicha, sino una religión que, tal como queda expresado en los dogmas de la Iglesia católica, «fue fundada por Jesucristo, hijo de Dios, enviado por Dios Padre como Mesías, para salvar a los hombres según habían anunciado los profetas hebreos».

La designación de cristianos se dio por primera vez a los habitantes de Antioquía que profesaban la fe predicada por San Pablo.

La religión cristiana se convirtió en menos de tres siglos en la religión oficial del Imperio romano y se arraigó tan profundamente a los más esenciales aspectos de la cultura occidental que logró sobrevivir a la caída del propio imperio y convertirse en el substrato básico de la civilización occidental.

Los pensadores que aportaron los elementos decisivos para permitir que el cristianismo se configurara como religión oficial del Estado fueron los apologetas, así llamados porque en sus escritos se dedicaron a hacer la apología del cristianismo.

La esencia definitoria del cristianismo como religión es su monoteísmo trascendente (la creencia en la existencia de un solo Dios, que es algo completamente distinto del hombre y del mundo, algo que los trasciende a ambos). Esta concepción monoteísta, cuya proyección actual es casi universal entre todos los creyentes, fue en un principio elaborada exclusivamente por la civilización israelita, que la consideraba verdad

exclusiva y revelada directamente por Dios.

En la historia sagrada del pueblo judío se encuentra el núcleo básico de la gestación del cristianismo.

Los filósofos cristianos adoptaron muchas ideas del pensamiento griego pagano. De los escépticos epicúreos adoptaron argumentos contra el politeísmo. Aristóteles les prestó una serie de conceptos filosóficos (como los de sustancia, causa, materia) que eran imprescindibles para tratar los delicados y sutiles temas de la teología cristiana (la creación del mundo a partir de la nada. la Santísima Trinidad, etc.). La moral estoica aportó algunos elementos a la ética cristiana. El platonismo, con su desprecio del mundo sensible, su creencia en la inmortalidad del alma humana y la afirmación de la existencia de un mundo celestial fue una prefiguración del cristianismo, refiriéndose a Platón dijo San Agustín: «Nadie se ha acercado tanto a nosotros».

Podemos dividir la filosofía cristiana medieval en dos grandes periodos: la Patrística y la Escolástica.

LA PATRÍSTICA:Es el conjunto de dogmas elaborados por los Padres de la Iglesia y los concilios.

San Justino fue el primero que trató de conciliar la fe reveladora y el conocimiento filosófico racional. Para él, la filosofía era el don más precioso que Dios había hecho a los hombres, por lo tanto no podía haber contradicción entre filosofía y religión.

Tertuliano (siglos II y III) dio una respuesta menos sensata, más fideista y religiosa, al anunciar Credo quia absurdum («Solo creo lo que es absurdo, lo que repugna a la razón»).

Lactancio fue un ecléctico: consideraba que tomando las verdades parciales que se contenían en las especulaciones de los filósofos griegos se obtendría un corpus doctrinal filosófico racional equiparable con la verdad teológica revelada.

El gnosticismo fue una fusión de elementos escriturísticos y cristianos, griegos y orientales (pitagorismo, platonismo, judaísmo y teosofía esotérica se entremezclaban). Trataron los mismos temas que la ortodoxia cristiana, pero cayeron en la herejía. Sus principales aportaciones fueron:

  1. sustitución de la fe por una forma de conocimiento racional llamada gnosis
  2. afirmación de un dualismo entre Dios y la materia, posteriormente mejor desarrollado por otra herejía: el maniqueísmo
  3. desarrollo de la noción de Dios desconocido (el Dios del Antiguo Testamento no es el verdadero Dios, pues ha creado la materia, origen del mal).

Orígenes (184-253) abogó por la utilización de pruebas filosóficas en la especulación teológica; como Parménides. creía que la esférica era la forma perfecta y en un texto, afirma que los bienaventurados entrarán en el cielo rodando porque habrán resucitado en la más perfecta de las formas, la esférica.

El Concilio de Nicea, celebrado el año 325, estableció las verdades de la religión cristiana en forma dogmática e indiscutible. A partir de este momento,

la especulación de los Padres de la Iglesia fue limitada, no pudiendo enfrentarse a ninguno de los dogmas y verdades oficialmente decretadas, salvo riesgo de excomunión. Esta intangibilidad del dogma impuso la definición de la filosofía como ancilla theologiae, es decir, como esclava de la filosofía de Dios, como sierva de la teología.

San Agustín (354-430)

San Agustín nació en Tagaste, una ciudad del norte de África, de padre pagano y madre cristiana (Santa Ménica). Durante su juventud llevó una vida turbulenta, entregado a diversiones y placeres de carácter pagano.

El problema filosófico que impulsó a San Agustín hacia el cristianismo es un problema que ha movido a grandes sabios de todas las épocas: la búsqueda de la felicidad. El opinó que la verdadera felicidad consiste en la sabiduría, por lo que toda su vida consistió en una larga investigación de la verdad.

Fue un escritor sorprendentemente prolífico: parece ser que escribió casi 500 obras, de las que las más importantes entre las conservadas son: Las confesiones, La verdadera religión, La ciudad de Dios, La inmortalidad del alma y La ciencia cristiana.

En la filosofía agustiniana, el punto de partida de toda reflexión filosófica es la existencia indudable de un Yo filosofante. No se puede ser un escéptico consecuente, no se puede dudar de todo, pues para dudar siempre hay que presuponer que existe un sujeto que duda. En la duda y el error encuentra San Agustín la seguridad de la propia existencia- La siguiente frase expresa estas ideas: si enim fallor, sum (si yerro, existo).

La filosofía agustiniana no es más que la formulación cristiana del pensamiento platónico. Para Platón existían dos clases de realidades: la sensible y la ideal, y las cosas naturales participaban de la realidad superior de las Ideas; para San Agustín, las verdades particulares que adquiere el hombre mediante la ciencia participan de las verdades absolutas divinas.

San Agustín fue uno de los fundadores de la disciplina filosófica llamada filosofía de la historia, germen de lo que en la actualidad es la sociología.

Cuando Roma fue saqueada por los bárbaros de Alarico, los paganos atribuyeron el desastre al abandono de los antiguos dioses y dieron la culpa al cristianismo; decían los paganos que mientras Júpiter fue venerado, Roma fue poderosa, pero que al ser abandonado por los emperadores cristianos, Júpiter dejó de protegerla. San Agustín intentó responder a este ataque escribiendo su más monumental obra: La ciudad de Dios, que poco a poco fue superando el proyecto original hasta convertirse en una completa concepción cristiana de la historia.

La idea fundamental de La ciudad de Dioses que la historia tiene un sentido, se dirige hacia una meta, señalada por la providencia divina. Los pueblos pueden rebelarse contra este destino que les impone la providencia divina y formar una «ciudad terrena», pero pueden también acatar esta ley histórica que les señala Dios y constituir así la «ciudad divina».

Estos dos esquemas intuitivos (la ciudad terrena y la ciudad divina) le sirvieron a San Agustín para señalar la oposición política entre el Estado y la Iglesia. Durante toda la Edad Media, gracias a la influencia de la Iglesia y a la debilidad de los monarcas y emperadores. los sistemas políticos dominantes fueron teocracias (gobiernos de inspiración divina), pero con la llegada de la reforma protestante pasó a primer plano la doctrina contraria: el erastianismo, que predicaba el dominio y la superioridad temporal del Estado sobre la Iglesia.

LA FILOSOFÍA MEDIEVAL: LA ESCOLÁSTICA

Por escolástica se entiende aquella parte de la filosofía de la Edad Media europea que abarca desde la época del Imperio de Carlomagno (siglo VIII) hasta el Renacimiento (siglo XV). El nombre de escolástica proviene del hecho de que esta filosofía se elaboró en las instituciones eclesiásticas, especialmente las escuelas conventuales, catedralicias o palatinas, de las que surgieron las primeras universidades. En aquellas escuelas se enseñaron las siete artes medievales: el trivium (las llamadas materias literarias: dialéctica, gramática y retórica) y el quadrivium (las llamadas materias científicas: aritmética, astronomía, geometría y música).

Revelación y Razón

Antes de la aparición de las primeras universidades las escuelas medievales estaban divididas en dos secciones: la schola externa (que se ocupaba de las ciencias «humanas» y estaba especializada en la formación cultural de los seglares) y la schola interna (que se ocupaba de la teología y se especializaba en la educación de los clérigos). Tanto en una como en otra, las enseñanzas se impartían en dos formas: la lectio (la lección), consistente ei una clase magistral, y la disputado (la polémica), que era una controversia entre el maestro y los discípulos acerca de un tema filosófico.

Las dos bases fundamentales del conocimiento escolástico eran la autoridad o revelación y la razón. La revelación se fundaba en las Sagradas Escrituras, en las conclusiones de los concilios, en el pensamiento de los Padres de la Iglesia y, en definitiva, en la tradición. La razón operaba en discusiones que no pusieran en cuestión la premisa de la omnipotencia y omnipresencia divinas, así como la elaboración de conceptos filosóficos, buscando la conciliación entre las tesis opuestas que a veces se hallaban en el campo de la revelación. Esta era considerada jerárquicamente superior a la razón.

Hasta San Agustín la filosofía cristiana estaba influida por el pensamiento de Platón. Después se inició una etapa en la que la influencia de Aristóteles fue Fundamental

Santo Tomás de Aquino (1224-1274)

También llamado Doctor Angélico, nació en el castillo de Rocasecca, en Lombardía, cursó sus primeros estudios en la abadía de Montecassino, ampliándolos en la universidad de Napóles, en donde conoció a San Alberto Magno, quedando profundamente impresionado por el pensamiento de éste. Ingresó en la orden dominica y enseñó teología en París, y posteriormente, en numerosas ciudades italianas (Agnani, Orbicto, Roma). Falleció cuando se dirigía al concilio de Lyon, al que había sido invitado por el Papa Gregorio X.

A pesar de que el tomismo es presentado general mente como una vía filosófica absolutamente distinta del pensamiento de San Agustín, ello no es correcto, pues ambos parten del mismo fundamento común, es decir, las bases del cristianismo. Lo que sí cabe señalar es que mientras San Agustín considera como predominante el «orden del corazón». Santo Tomás coloca

como prioritario el «orden del intelecto». Resumiendo: en el primero, domina el sentimiento; en el segundo, la razón, pero siempre aceptando la superioridad de la revelación providencial.

Por otra parte, en Santo Tomás hay un gran esfuerzo por asimilar las ideas de Aristóteles, presente en toda su obra, aunque mezcladas con las aportaciones filosóficas de los antiguos Padres de la Iglesia y recogiendo incluso alguna influencia de los filósofos árabes. Puede añadirse que la obra tomista no fue excesivamente original, pero sí un gran esfuerzo de sistematización del saber que hasta entonces permanecía disperso.

FILOSOFÍA MODERNA

Comprende todas las manifestaciones del pensamiento cronológicamente situadas entre el final de la filosofía cristiana medieval y el pensamiento final de la Ilustración.

Este periodo se define especialmente por oposición al escolasticismo. Su fuerza radica en su capacidad crítica, que puso en cuestión las tesis de la escolástica. Frente al rígido esquema medieval, el pensamiento moderno se definió a través de las características que se resumen a continuación.

Autonomía del pensar

Los filósofos modernos se resistieron progresivamente a solicitar el tutelaje y el dictamen de los dirigentes de la Iglesia respecto a sus tesis y especulaciones. Comenzó una auténtica lucha para liberarse del dictado del dogma teológico. Los filósofos modernos abandonaron las reglas tenidas por indiscutibles y los métodos universalmente aceptados, para establecer sus propias normal: de verificación: coherencia racional, comprobación empírica, duda metódica, etc., rompiendo con la fidelidad a lo establecido.

Libertad de razonar

La filosofía moderna intentó forjar una nueva concepción del mundo y de la sociedad y, aunque inicialmente no prescindió absolutamente de la influencia religiosa, postuló la resolución de los problemas mediante la libertad de razonamiento. Abandonó así progresivamente las verdades absolutas o reveladas, intentando sustituir lo sobrenatural por lo natural, lo divino por lo humano, lo celeste por lo terrenal, resolviendo zanjar definitivamente la polémica entre la fe y la razón en favor de esta última.

Liberación individual

La nueva filosofía contribuyó a la liberación de la individualidad, de un modo que antes sólo se produjo en la Grecia clásica. Esta contribución fue casi simultánea a la lucha por la liberación de los grupos nacionales que pugnaban por quebrar el imperialismo medieval. De algún modo, la filosofía moderna se vincula al surgimiento de las nacionalidades.

La formulación científica

Otro rasgo del pensamiento moderno fue la intención de aproximar la filosofía y la ciencia. Fue en esta época de la historia cuando comenzaron a estructurarse las ciencias naturales, entendidas como un sistema de conocimientos rigurosamente clasificado y verificado. El pensamiento moderno acabó convirtiendo a la filosofía en colaboradora de la ciencia. A partir de esta época fue frecuente que una misma persona reuniera la doble condición de científico y filósofo. Galileo y Newton son grandes ejemplos de este cambio. que alcanzó hasta la época contemporánea, como lo demuestra Bertrand Russell. En esta perspectiva, los dos factores más importantes de la ciencia moderna (utilización concreta de la experiencia del investigador y mentalidad matemática) fueron también dos de los temas filosóficos más apasionadamente discutidos, hasta tal punto que dio lugar a dos de las más destacadas escuelas filosóficas de la Edad Moderna: el racionalismo, que se fundó en tos aspectos lógico-racionales del conocimiento, y el empirismo, que afirmó la validez absoluta de la experiencia en el ámbito del conocimiento científico-filosófico.

Laicización

La nueva filosofía planteó tres condiciones importantes que a largo plazo resultaron decisivas: la laicización (liberalización de tas costumbres respecto a la influencia religiosa), la extra oficialidad (liberación e independencia de los comportamientos respecto de la tutela imperial) y la sustitución del latín por los idiomas de las distintas nacionalidades.

Los filósofos importantes dejaron de ser clérigos y sus enseñanzas dejaron de estar respaldadas por las instituciones políticas y por la Iglesia, penetrando hacia el pueblo a través del idioma nacional.

En general, se acostumbra a dividir la filosofía moderna en tres grandes periodos: el Renacimiento, el Racionalismo, el Empirismo y la Ilustración.

Las disciplinas filosóficas que gozaron de mayor importancia en la Edad Media eran la teología y la metafísica. La Edad Moderna no prescindió totalmente de ellas e incluso se llegaron a proponer nuevas elaboraciones metafísicas como el panteísmo de Spinoza, pero su campo de interés primordial lo constituyó la problemática en torno a la teoría del conocimiento.

RACIONALISMO Y EMPIRISMO

El Renacimiento: ciencia y humanismo en el origen de la modernidad.

El Renacimiento hemos de entenderlo como consecuencia de la crisis del siglo XIV que significa el fin del feudalismo y el comienzo del mundo burgués. Le Golf afirma que esta crisis se debe al límite de la tecnología medieval (artesanía) para responder a las nuevas necesidades que se le plantean.

Hacia 1300 o 1350 surge una crisis social por las epidemias de peste: las gentes se refugian en los burgos produciéndose una concentración de la población. Se estanca y paraliza la agricultura debido a esta reducción de la mano de obra por las epidemias y las migraciones.

Ante esta situación, el régimen feudal (basado en el pacto entre el señor y el vasallo por el cuál éste le trabaja la tierra y el señor le defiende) cae y el señor feudal se ve obligado a comprar la mano de obra. Surge entonces la burguesía, concepto que en un principio se refiere a los habitantes de los burgos -ciudades- venidos del campo, que pasó a designar una nueva clase social que, frente a la aristocracia, busca la fuente de riqueza en el trabajo, bajo la afirmación de que el hombre vale lo que produce.

Con los finales de la crisis, la población demuestra una actitud de búsqueda y desarrollo de los deseos de vivir. En este clima surgen una serie de fenómenos:

  • Fenómeno de movilización social: el hombre comienza a pensar que la condición social es un producto que hay que ganar.
  • Fenómeno vertical social: la nobleza pierde paulatinamente valor, ganándolo la burguesía.

(Marx afirmó que es en esta época cuando surge el capitalismo. )

Las naciones modernas surgen con la burguesía y son un fenómeno burgués. El poder de los reyes va creciendo en las ciudades, estando las monarquías amparadas por el capital burgués. La transformación del poder y el régimen feudal monárquico trae como consecuencia la unificación de las leyes, que hasta entonces eran múltiples.

Un fenómeno fundamental de ésta época, y que se da preferentemente en el s XV, es la revolución tecnológica, que tiene unas consecuencias que cambian la historia:

  • El invento de la brújula, que supone una nueva posibilidad de arriesgarse más allá del espacio conocido, abriéndose las posibilidades de los descubrimientos y de las colonizaciones.
  • El telescopio, invención de Galileo, contribuye de una forma decisiva el cambio de la concepción del mundo. El hombre se da cuenta de la infinitud del mundo y cambia su visión geocentrista por la heliocentrista.
  • La pólvora, que supone la revolución militar y la muerte de las costumbres caballerescas. Los nuevos ejércitos, basados en el poder de la artillería y tácticas de guerra y no en el potencial de caballería, son mucho más costosos y sólo los reyes pueden mantener ejércitos poderosos, siendo éste un factor más que explica la perdida de poder de los señores feudales.
  • La imprenta, de Gütemberg, permite el comienzo de la cultura escrita, que hasta ahora había estado restringida a los monasterios. Se desarrollan las Universidades, que pronto adquieren una especial importancia para la secularización de la cultura.

 El elemento que más vigorizó a la economía fue el descubrimiento de nuevos mercados y la creación de nuevas industrias, posibilitado en parte por la caída de los turcos. Se crean ligas comerciales en los Países Bajos y las primeras colonias. Se crea el mercado de África y concluye el descubrimiento de América, entrando nuevos productos y metales preciosos. Se comienza a implantar la industria metalúrgica, relojera y cristalería, que desbancan el predominio textil.

 Todos estos cambios tecnológicos poseen una serie de consecuencias económicas, políticas e ideológicas; pero, especialmente, un cambio profundo de la actitud del hombre frente al mundo.

 Con el Renacimiento aparece el naturalismo, que valora la naturaleza y la vida sensible; esto hace que se dinamice el trabajo para poder gozar posteriormente de la naturaleza. Esta actitud naturalista aumenta la curiosidad intelectual, la valoración del lujo, los viajes, las exploraciones y todo lo que represente contacto con lo natural. Se comienza a valorar el paisaje y a humanizar el arte. La cultura se va haciendo progresivamente laica e independiente de la autoridad eclesiástica y de los dogmas religiosos.

 Las pruebas de este naturalismo y de su cultura laica son:

  • El cambio de la actitud respecto de la muerte. El sentido laico de la muerte iguala a todos los hombres. La muerte se suele ver como un castigo, o un final o tránsito, de hay que haya que activar la energía para gozar lo máximo posible de la vida.
  • El tema de la fama es la solución laica a la supervivencia. El hombre medieval creía en el otro mundo; la fama, en cambio, será la forma de sobrevivir tras la muerte en el Renacimiento.
  • Aparece el tema de la fortuna . El hombre medieval cree en la intencionalidad y providencia de Dios en el mundo. En el Renacimiento la cultura se descristianiza y aparece las ideas de fortuna y predeterminación; la suerte guía al hombre y el azar vuelve a ocupar un papel importante.
  • Hay una valoración ética de la persona. El ideal de la vida no es ya seguir un modelo -como los sabios helenísticos o los santos del cristianismo-, sino afirmar la propia personalidad y el propio modelo de vida.
  • Comienza la independencia del poder político frente a los Papas, como consecuencia del refuerzo del poder de los reyes tras la caída del régimen político feudal. Los pensadores más importantes toman partido por la independencia de ambos poderes; no con la intención de reforzar el poder de los reyes, sino porque piensan en el poder de la Iglesia como espiritual y no concreto, y, por lo tanto, independiente del Estado.

El núcleo ideológico del Renacimiento es el Humanismo, que podemos definir como la nueva cultura que surge a partir del s XV que se centra en el hombre (antropocéntrico) y que tiene como finalidad al hombre (antropotélico). Los temas más importantes que desarrolla el humanismo son: El tema del sujeto y de su libertad, la relación del sujeto con Dios, y la relación del sujeto con el mundo y la naturaleza. El Renacimiento se va a destacar por la vuelta a los ideales grecolatinos y por la interpretación libre de la Biblia.

Como grandes humanistas podemos destacar: Leonardo da Vinci, Tomas Moro y Pico della Mirandola.

A ellos, sobre todo Pico, se debe la ruptura con la filosofía medieval. Así destacamos los planteamientos:

  • El hombre es capaz de hacer el bien por sí mismo, frente a la naturaleza humana corrompida de la filosofía medieval, que afirmaba que el hombre tiene tendencia al mal.
  • El hombre se considera un ser autónomo, que elige libremente su destino y acepta las consecuencias de sus actos, frente a la filosofía medieval que afirma que el hombre sólo puede salvarse por la gracia y fe divinas. 

Los problemas mecánicos planteados por la nueva astronomía no podían ser resueltos por la mecánica de Aristóteles. Los aristotélicos vieron en este hecho una argumentación contra la nueva astronomía, pero Galileo y Newton demolieron sus objeciones con una mecánica científica moderna y ordenada.

 Rene Descartes (1596-1650)

Descartes es el padre de la filosofía moderna. Sus obras más importantes son:

  • Reglas para la dirección del espíritu.
  • Principio de Filosofía
  • Meditaciones metafísicas
  • Discurso del método

Su filosofía surge en el siguiente contexto :

  • Se ha producido ya una cierta ruptura con la filosofía medieval, pero no se había planteado aún una nueva forma de entender la verdad. Esta filosofía se va a basar en la confianza en la razón y la consideración de esta como algo interno del individuo.
  • Se encuentra con el pensamiento religioso medieval, aunque ya sumido en una gran crisis. Para Descartes la seguridad no proviene en principio de la seguridad que nos da el pensamiento divino, ni es algo externo como el pensamiento griego, sino que deriva de la certeza de la mente humana.
  • Circunstancias de carácter social-político. En esta época aparecen nuevas clases sociales y se produce cambios muy profundos en la sociedad. Se tiene que crear pues una forma de conocimiento acorde a los nuevos tiempos y las necesidades de las nuevas clases sociales.

 Intenta superar los 2 grandes prejuicios medievales en el tema del conocimiento:

  • Autoridad de Aristóteles, cuya forma de pensamiento se basa en los silogismos; consiste en aplicar teorías generales a casos concretos: a partir de 2 premisas (una mayor o general y otra menor) vamos obteniendo conclusiones y ampliando el conocimiento: El hombre es un ser racional; Luis es un hombre. Luego Luis es un ser racional. Descartes se plantea la necesidad de un nuevo método ya que los silogismos no nos permiten avanzar, crear, ...
  • Unión fe-razón, es decir, la verdad obtenida a través de la razón y de la fe coinciden.

Razón y método: el criterio de verdad.

Para Aristóteles había diversidad de ciencias, y cada una de ellas se diferenciaba de las demás por un objeto formal propio y un método específico; esto originaba distintos géneros del saber que, según Aristóteles eran incomunicables. Por ejemplo: la aritmética y la geometría; la primera tiene por objeto formal propio lo discontinuo; y la segunda, lo continuo; ambas eran incomunicables.

Sin embargo, Descartes rechaza tal principio de incomunicabilidad de los géneros, por considerar que el saber humano no se diversifica por la distinción de objetos formales, pues siendo la razón una, el saber del hombre es uno sin admitir límites interiores. En el caso de la aritmética y la geometría, la comunicación que genialmente estableció Descartes, por medio de la geometría analítica, hizo posible la liberación de la matemática del sometimiento a los sentidos motivado por los planteamientos intuicioncitas de Aristóteles.

La comunicación de todos los conocimientos, fundamentados todos en los mismos principios, supuso el surgir de toda una forma nueva de hacer ciencia, la ciencia moderna, y de un método único.

Además, la comunicación de los conocimientos permitió que algunos ámbitos del saber estancados por su sometimiento al método de observación sensorial (como la física), fuesen fecundados por procedimientos más exactos y rigurosos. Así, la geometría analítica sustituye una concepción empírica del espacio, por una concepción algebraica, es decir, meramente intelectual, que propicia la liberación del pensamiento de su vinculación con lo concreto y particular. Esta es la esencia del racionalismo cartesiano, el pensamiento separado e independiente de lo corpóreo. Para Aristóteles hubiera sido absurdo hablar de un espacio real no observable por los sentidos, o, al menos, no imaginable.

Una de las premisas del pensamiento de Descartes es la sumisión a un método cuidadosamente elegido, aunque esto no es original, pues ya en Platón hay una gran preocupación por los asuntos de método. En Descartes nos encontramos con 3 momentos del método:

1. El método como camino de búsqueda de la verdad: la duda metódica. En primer lugar hemos de decir que Descartes no es un escéptico, no considera la duda como un estado definitivo sino como una situación transitoria para alcanzar la verdad: es una duda metódica y constructiva, es decir, como instrumento para superar la duda misma. Naturalmente no se propone dudar de cada una de las ideas, algo imposible, sino que cuestiona cada uno de los fundamentos de estas ideas.

Para Descartes solamente podremos llegar a la verdad cuando se llegue a una realidad de la que no podamos dudar, algo de lo que tengamos absoluta certeza.

Descartes comienza dudando de los sentidos, por un hecho patente: éstos me engañan alguna vez, luego he de pensar que pueden engañarme siempre.

Cuando sueño siento la existencia de las cosas igual que en la vigilia y, sin embargo, no existen. La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia presta la posibilidad de dudar también de la existencia de las cosas. Sin embargo es cierto que, aún fuera del estado de vigilia, hay verdades que prevalecen, las matemáticas: "Pues, duerma yo o esté despierto, dos más tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados".

Descartes introduce un nuevo motivo de duda: la hipótesis de que puede que Dios haya puesto en mi mente estas ideas con la intención de engañarme. Pero existiría una posible objeción a esta hipótesis: podría repugnar a la voluntad divina el querer engañarme. Para evitar equívocos con la fe, Descartes sustituye la denominación de Dios engañador por Genio maligno, un ser todopoderoso que tiene la voluntad de engañarme en todo lo que pienso. Con esta hipótesis ahora parece que no puedo tener nada por cierto sin correr el riesgo de ser engañado; incluso con las verdades matemáticas puede ocurrir que "haya querido que me engañe cuantas veces sumo dos más tres, o cuando enumero los lados de un cuadrado".

Con todo este proceso de duda , desarrollado en la 1ª Meditación Metafísica, Descartes persigue, como hemos dicho, llegar a una verdad absoluta, eliminando los prejuicios (algo parecido a la ironía socrática).

Llegado a este punto, en la 2ª Meditación Metafísica, Descartes aplica la duda a la propia duda. Y es entonces cuando encuentra un elemento que prevalece a la duda. Si dudo que dudo es indudable que sigo dudando. El hecho de dudar, aunque me esté engañando, siempre puedo tener la certeza de que estoy dudando. Y dudar o engañarse implica necesariamente que estoy pensando; y si estoy pensando es indudable que estoy existiendo. Por tanto estamos ante la primera verdad indubitable, la de mi propia existencia como verdad pensante, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento:

Pienso, luego existo (Cogito, ergo sum)

Ya en su tiempo Descartes recibió la objeción de que el cogito era la conclusión de un silogismo -a los que precisamente Descartes quiere evitar en su intento de ruptura con la filosofía medieval- cuya premisa mayor (sobreentendida) sería "todo lo que piensa existe", la premisa menor "yo pienso", y la conclusión "yo existo". Pero Descartes no aceptó este planteamiento, ya que, según él, "cuando alguien dice pienso, luego existo, no infiere su existencia del pensamiento como si fuese la conclusión de un silogismo, sino como algo notorio por sí mismo, contemplado por simple inspección de espíritu. Ello es evidente, pues, si la dedujese mediante un silogismo, tendría que haber establecido antes esta premisa mayor: todo lo que piensa es o existe. Y, muy al contrario, a esto último llega por sentir él mismo en su interior que es imposible que piense si no existe ." Conviene resaltar como aquí Descartes señala que la idea de existencia es verdadera porque se le manifiesta al espíritu "como algo notorio por sí mismo". Este va a ser, como veremos en el siguiente apartado, el criterio de verdad defendido por Descartes.

2. El método como criterio de verdad: la evidencia (claridad y distinción). Es en la 2ª parte del discurso del método donde Descartes establece su criterio de certeza.

Una vez establecida una verdad indubitable, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento, Descartes realiza una profunda meditación analítica del cógito: por él la duda desemboca en la evidencia de la realidad del pensamiento. El contenido inmediato del cógito es la realidad existencial del sujeto pensante: la duda puede afectar a todos los contenidos del pensamiento, pero no puede afectar al yo donde estos contenidos están. Intuimos la existencia de un yo cuya esencia es ser pensamiento. En esto precisamente consiste intuir, en percibir conexiones necesarias, evidentes. Para poder intuir conexiones necesarias entre ideas, es preciso que éstas sean simples, pues sólo la relación entre ideas simples puede ser también simple. Y sólo de lo simple hay verdadera intuición. El resto del conocimiento es deducción. Por tanto, se tiene certeza de toda verdad que se obtenga por medio de una intuición clara y, además, distinta. Precisemos las nociones de claro y distinto para Descartes:

- Una idea clara es aquella que se presenta de forma manifiesta a un espíritu atento.

- Una idea distinta es aquella tan precisa y diferente a todas la demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que la considera como es debido.

Para Descartes las ideas constituyen los elementos básicos del conocimiento: no conocemos sino ideas. Y al considerarlas como dotadas de realidad, puede plantearse la cuestión de la causa de tal realidad, planteamiento que permitirá, como veremos resolver la cuestión de la existencia de Dios.

3. El método como crecimiento orgánico de la verdad: reglas de crecimiento de la razón.Las reglas del método de crecimiento de la razón las compendia Descartes en sus famosos cuatro preceptos del correcto pensar, expuestos en el Discurso del Método. El primero expresa la necesidad de precaución, de decir, partir de intuiciones claras y distintas para efectuar las posteriores deducciones, para garantizar así la fiabilidad del conocimiento. El segundo y el cuarto representan lo más genuino del método matemático, pues indican la necesidad de proceder por análisis y síntesis; para tener garantía de la verdad de nuestras síntesis, hemos de asegurarnos que la unión de una naturaleza simple con otra sea necesaria. El tercer precepto es una apelación a la necesidad de proceder ordenadamente, un orden desde lo simple a lo compuesto.

La novedad de Descartes y su época está en la entronización del método matemático. No es que la filosofía extrapole para sí el método matemático, sino que la metafísica tiene el derecho a hacer propio el método más apto para el conocimiento humano. Y este método es, precisamente, el matemático. Pero entendiendo la matemática no reducida a meros problemas matemáticos, sino la matemática como aplicación a la razón (Mathesis Universalis, como dijo Descartes) y no al revés. Pero, ¿en qué estriba la superioridad del método matemático? La superioridad proviene de la simplicidad de su objeto, dado que para Descartes el fundamento de evidencia y certeza, está, en que el conocimiento intuitivo es absoluto -pues de lo simple, que es conocido por sí en su totalidad, no puede obtenerse falsedad alguna, pues el error proviene de la composición, es decir, del juicio. A partir de la intuición de lo simple, se induce-deduce todo lo demás. Está patente pues la renuncia de Descartes a la lógica clásica (silogismos aristotélicos), por considerarla como meramente explicativa de lo sabido, no inventiva.

John Locke (1630-1704)

cursó estudios de teología, química y medicina en Oxford. Allí entró en contacto con la doctrina escolástica y la teoría de Descartes. Es la formulación clásica del empirismo inglés. Parte del principio de que todo conocimiento, incluso el abstracto es adquirido, y se basa en la experiencia, rechazando las ideas innatas. El objeto de conocimiento son las ideas, definidas como contenido del entendimiento y sin ningún carácter ontológico, ya que son el resultado directo de la sensación o la reflexión (ideas simples), o el resultado de la actividad asociativa de la inteligencia humana (ideas compuestas). No representa un empirismo radical y acepta el conocimiento por demostración, no fundamentado en la experiencia, (como la demostración de la existencia de Dios por el argumento cosmológico o teleológico), y la validez de conceptos originados por el sujeto (como los matemáticos o geométricos).

Sus obras más importantes son:

  • Ensayo sobre el entendimiento humano
  • Tratado sobre el gobierno civil
  • La racionalidad del cristianismo

 David Hume (1711-1776)

estudió en un primer momento Derecho, pero pronto se dedicó a la Filosofía. Su filosofía proviene a la vez del empirismo de Locke y del idealismo de Berkeley. Trata de reducir los principios racionales (entre otros la casualidad) a asociaciones de ideas que el hábito y la repetición van reforzando progresivamente., hasta llegar, algunas de ellas, a adquirir una aparente necesidad. Por lo tanto, las leyes científicas sólo son para los casos en que la experiencia ha probado su certeza. No tienen, pues, carácter universal, ni es posible la previsibilidad a partir de ellas. La sustancia, material o espiritual no existe. Los cuerpos no son más que grupos de sensaciones; el yo no es sino una colección de estados de conciencia. Es el fenomenismo.

Sus principales obras son:

  • Tratado sobre la naturaleza humana.
  • Investigación sobre el entendimiento humano
  • Investigación sobre los principios de la moral

CONCLUSION

Se dice que antes del siglo VI a.C. las leyendas imaginadas por los pobladores de la antigua Grecia explicaban todos los fenómenos naturales, es decir utilizaban la personificación de dichos fenómenos, pero a partir del siglo VII a.C. el hombre empieza a utilizar la racionalidad, esto se lo atribuyen a los cambios socioeconómicos e ideológicos que ocurrieron para el momento. Para esta etapa en la historia de la filosofía a los pensadores se le denominaron como Pre-Socráticos y todos ellos coincidían en distinguir en la naturaleza un "kosmo" (orden en oposición al caos), que es dinámica y que presenta leyes propias. De estas ideas, se crea la primera escuela filosófica que es la de los milesios en el siglo VII a.C. y es donde se destacan: Anaxímenes (su arjé el aire) y Anaximandro (su arjé el Apeiron), siguiendo la historia en el siglo VI a. de C. se presenta la escuela de Pitágoras, que se dedica a explicar todo a través de las matemáticas y números, según los pitagóricos los números aparecen en pareja, por lo que afirma que la naturaleza es algo dualista (día-noche, hembra-macho) todo se organiza por parejas de la que destacan par e impar; entre los siglos VI y V a.C. aparece Heráclito de Efeso quien parte del dinamismo y movimiento del universo, pero también aparece Parmenides quien sostiene una teoría contraria a la de Heráclito.

Parmenides tuvo dos discípulos Zenón de Elea y Milesso de Samos quienes demostraron racionalmente la imposibilidad del movimiento ya que dijeron "de la unidad no puede surgir el pluralismo, porque supondría el paso del ser al no ser" es entonces cuando los filósofos admiten un pluralidad de realidades que existen desde siempre y que por lo tanto son eternas; ya en el siglo V a.C. Anaxágoras parte de la teoría de Zenón y Milesso y concluyó que: "todo esta en todo y participa de todo". En el mismo siglo tiene lugar Demócrito de Abdera.

A mediados del siglo V a. de C. en Grecia sobre todo en Atenas se empieza a producir la llamada Ilustración Griega, dentro de estas circunstancias nos encontramos a los Sofistasquienes partían del escepticismo (la verdad absoluta no existe) y que a través de la palabra no se puede llegar a la verdad. Para el mismo momento los razonamientos de Gorgias engloban los llamados sofismas (razonamientos que parten de una idea y de su contrario, por lo que forzosamente han de ser verdaderos). Todos estos planteamientos son los que se encuentra Sócrates, quien desarrolló la Mayéutica y abordó problemas sociales y humanísticos, lamentablemente este personaje no dejó ningún escrito pero lo que se sabe de el es gracias a uno de sus discípulos Platón quien crea su escuela en Atenas y quien tomó como su arjé el alma, Platón afirma que el hombre posee tres almas que son las que dominan al cuerpo (el alma racional –razón-, alma irascible –fortaleza-, y el alma concupiscible –apetito-): de este mismo fundamento parte Aristóteles (discípulo de Platón) solo que este evalúa mas la parte gubernamental y el comportamiento del hombre ante el poder llevando paralelamente sus estudios físicos, lógicos y matemáticos.

Aproximadamente en el año 1.300 ó 1.350 surge una crisis social, que lleva nuevamente a otro cambio ideológico causado por el descubrimiento de nuevos mercados y la creación de nuevas industrias, ya que surge el capitalismo, pero también en ese momento hay un gran avance tecnológico puesto que se crea: la brújula, el telescopio, la pólvora y la imprenta.

Ya en la filosofía moderna se encuentra René Descartes quien intenta superar los prejuicios medievales (la autoridad de Aristóteles y la unión fe-razón) e hizo avances matemáticos, pero también tenemos en el siglo XVII y XVIII a John Locke y David Hume quienes tratan la filosofía con mas racionalidad.

Como se observó anteriormente, la filosofía juega un papel muy importante dentro de nuestras vidas, ya que la tecnología, los avances médicos-científicos, y la psicología que hoy en día manejamos, se lo debemos a las personas que hace siglos se dedicaron a buscar un por qué, a plantear hipótesis y con el tiempo las mas acertadas se convertirían en teorías.

BIBLIOGRAFÍA

  • MICROSOFT, Enciclopedia Encarta 2001, Aristóteles, 2001
  • MICROSOFT, Enciclopedia Encarta 2001, René Descartes, 2001
  • SOFTKEY, Infopedia en Español, Religión, Londres–Inglaterra, 1997
  • SOFTKEY, Infopedia en Español, Filosofía, Londres–Inglaterra, 1997
  • Serrano, Jorge. Pensamiento y concepto. Editorial Trillas, 1995
  • Universitas Gran Enciclopedia del Saber. "El Pensamiento", Tomo 5. Editorial SALVAT. Barcelona-España 1984
  • Autodidáctica Océano Color. Tomo 2. Océano Grupo Editorial. Córdoba-España 1995
  • www.monografia.com

 

Kimsian Melero

solven_kimsian[arroba]hotmail.com

Republica Bolivariana de Venezuela

Ministerio de la Defensa

Universidad Nacional Experimental

Politécnica de la Fuerza Armada Nacional

Núcleo: Caracas

Cátedra: Metodología del Razonamiento Lógico

Comentarios

  • Viernes, 26 de Febrero de 2010 a las 14:32  |  0   votar negativo   votar positivo

    Mayerli Moya

    gracias a este escrito pude entender la tancendencia que tenia las escuelas del pensamiento
  • Miercoles, 4 de Junio de 2008 a las 10:53  |  0   votar negativo   votar positivo

    lorre lorre

    En las fuentes faltó un autor: yo mismo, que redacté el texto sobre Empédocles de Agrigento,
    Escribí ese artículo en el año 2003 y aparecía en mi blog. Soy consciente de que el contenido de mi blog puede ser leído y reproducido en otros medios electrónicos, pero la omisión de la fuente exhibe la mala intención del autor.
obtenido de http://www.monografias.com/trabajos16/escuelas-del-pensamiento/escuelas-del-pensamiento.shtml

LITERATURA2: LA SÁTIRA. La sátira es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se escribe en prosa o verso o alternando ambas formas (sátira menipea). Estrictamente la sátira es un género literario, pero también la encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.[1] Aunque en principio la sátira está pensada para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia. Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica. Lo esencial, sin embargo, es que "en la sátira la ironía sea militante".[2] La ironía militante a menudo declara abiertamente que acepta las situaciones que son blanco del ataque de la sátira.

Sátira

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La sátira es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco.

Se escribe en prosa o verso o alternando ambas formas (sátira menipea).

Estrictamente la sátira es un género literario, pero también la encontramos en las artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad.[1] Aunque en principio la sátira está pensada para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.

Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usados de manera frecuente en el discurso y la escritura satírica. Lo esencial, sin embargo, es que "en la sátira la ironía sea militante".[2] La ironía militante a menudo declara abiertamente que acepta las situaciones que son blanco del ataque de la sátira.

Contenido

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Orígenes [editar]

Surge en Grecia con los yambógrafos Semónides de Amorgos y Arquíloco de Paros principalmente, aunque también el comediógrafo Aristófanes la incluyó en sus obras, y se acercaron a ella el poeta Bión y filósofos de Escuela cínica como Menipo de Gadara a través del género literario de la diatriba o discurso violento e injurioso para criticar personas o acontecimientos desde el punto de vista moral. Luciano de Samosata dio un gran impulso al género a través de sus diálogos (Diálogos de los muertos, Diálogos de los Dioses, Diálogos de meretrices...) que admiten la sátira como elemento fundamental en su fuente, estructura e intención; sin embargo, el género se desarrolla fundamentalmente en Roma (Ennio, Lucilio, Varrón, Catulo, Horacio, Juvenal, Persio, Marcial, por orden cronológico). Tanto es así, que Marco Fabio Quintiliano consideraba a la sátira como un género completamente romano (Institutiones X, 1, 9: «satura quidem tota nostra est». Así pues, se trata de una composición extensa con la que se critican o ridiculizan vicios humanos. Puede adoptar las formas más diversas, desde la invectiva, el diálogo, la prosa, el verso, el epigrama, el artículo periodístico...

Estilo [editar]

La sátira se suele valer del humor, de la anécdota y del ingenio para ridiculizar defectos sociales o individuales, efectuando así una crítica social; a veces adopta para ello la forma más concentrada del epigrama, que expresa un solo concepto y un único tema de burla; por el contrario, la sátira suele ser mucho más extensa y prolija. Existe una gran variedad de temas, desarrollos y tonos, pero son recursos habituales en la sátira:

  • La reducción de alguna cosa para hacerla parecer ridícula, o examinarla en detalle para hacer destacar sus defectos.
  • La exageración o hipérbole: se toma una situación real y se la exagera hasta tal punto que se convierte en ridícula. La caricatura utiliza esta técnica.
  • La yuxtaposición que compara cosas disímiles: el ayer y el hoy, la juventud y la vejez, etcétera, de forma que una adquiere menor importancia.
  • La parodia o imitación burlesca de las técnicas o estilo de una persona, de forma que se vea ridiculizada.

La sátira en síntesis es una composición literaria en la que se realiza una crítica de las costumbres y de las conductas deshonestas de individuos o grupos sociales, con un fin moralizador, burlesco o de simple diversión. En ella, los personajes están presentados como seres de carne y hueso no como tipos.

La sátira entre los romanos [editar]

Los filósofos griegos ya habían escrito sermones morales o diatribas que tenían el contenido satírico de atacar vicios morales o sociales: Epicteto, Bión de Borístenes, Menipo y Luciano de Samosata; estos autores inspiraron con frecuencia la sátira, tan característica de la literatura latina, ya que fue en Roma donde experimentó un fuerte desarrollo y popularidad; «satura» en latín significa una especie de macedonia u olla podrida de diversos y muy diversos elementos, por lo que es fácil acoger contenidos y formas satíricas en otros géneros. De hecho, se encuentra sátira en algunos "sermones" de Horacio o «sátiras» de Persio y de Juvenal, ciertos «carmina» o poemas de Catulo o los «epigramas» de Marcial, pero incluso en ciertos pasajes de Séneca (por ejemplo en el pasaje sobre el embarazo de Roma en la Cartas a Lucilio (VI, 56), etc. La noción de género literario sería, pues, inadecuada y habría que hablar más bien de registro. Pero, en cuanto a género literario codificado, debe atribuirse su invención a Lucilio, de cuya obra sólo quedan algunos fragmentos de variable extensión, y apareció en el II siglo a. C. entre los latinos.

Los principales autores de sátiras en la literatura latina son:

  • Lucilio, cuya obra se ha conservado de forma fragmentaria, pero al cual aluden numerosos poetas que cultivaron el género.
  • Varrón, autor de sátiras menipeas, clase espeial de sátira reconocible por su mezcla de verso y prosa, y explícitamente colocada en la perspectiva de una herencia griega, puesto que hacen referencia a Menipo de Gádara, filósofo cínico griego del siglo segundo a. C.
  • Horacio, quien, con sus sermones o conversaciones hizo de la sátira un género amable entreverado de algunas críticas y sentencias.
  • Persio, de estilo obscuro y de contenido influido por el Estoicismo.
  • Séneca, que empapa sus textos de filosofía moral y de anécdotas picantes y propiamente satíricas, pero también como probable autor de una sátira menipea, La Apocoloquintosis (calabazificación) del divino Claudio.
  • Juvenal, quien contaminó con un ácido y amargado humor sus propósitos morales atacando a la sociedad en todos sus vicios: tiranía, perversidad femenina, supersticiones, privilegios...
  • Petronio consagró una sátira menipea extensa a criticar la sociedad en tiempos del emperador Nerón en forma de novela, su Satyricon, de la que sólo han subsistido algunos fragmentos.
  • Marcial escribió solamente epigramas, donde atacó el lujo desordenado, la ambición y la hipocresía en la Roma de los emperadores Flavios.

La sátira en la literatura [editar]

En la literatura castellana [editar]

Desde la Edad Media el género se cultivó En España ; el primero fue Juan Ruiz, arcipreste de Hita, que atacó el poder igualador del dinero al trastocar el inmutable orden social estamental medieval. Lo satírico entró incluso en la composición de numerosos géneros como la novela picaresca, la fábula, el artículo periodístico o la pieza teatral de costumbres, el esperpento de Ramón María del Valle-Inclán o la tragedia grotesca de Carlos Arniches; es más, forma parte esencial de obras tan importantes como el Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

Autores satíricos españoles fueron, en la Edad Media, fuera del ya citado Arcipreste de Hita, Pero López de Ayala, numerosos autores de la llamada lírica cancioneril del siglo XV, entre ellos los anónimos redactores de las Coplas del provincial, de las Coplas de Mingo Revulgo y de las Coplas de la panadera; en el Siglo de Oro, Félix Lope de Vega, quien recomendaba que en ella no se fuera «claro ni descubierto»: «pique sin odio, que si acaso infama / ni espere gloria ni pretenda fama». Es fundamental aquí el nombre de Miguel de Cervantes, y sus obras El coloquio de los perros y el Viaje del Parnaso, entre otras. Luis de Góngora compuso sátiras personales feroces, pero Francisco de Quevedo le superó en ese terreno, si bien estaban mal dirigidas; el Conde de Villamediana, (Juan de Tassis y Peralta), fue más atrevido que ambos, atreviéndose a atacar frontalmente a los Grandes de España, cuyas debilidades conocía bien; por eso tal vez murió asesinado; en el siglo XVIII destacan Diego de Torres y Villarroel y Francisco José de Isla; este último criticó la exuberante y pedantesca oratoria posbarroca; también desde postulados de la Ilustración José Cadalso, León de Arroyal y Leandro Fernández de Moratín adoptaron este género, junto a la fábula y el epigrama, para reformar la sociedad; en el siglo XIX Sebastián de Miñano, Félix Mejía, Mariano José de Larra, Leopoldo Alas, Modesto Lafuente, Miguel Agustín Príncipe y Juan Martínez Villergas destacan especialmente, extendiéndola al artículo periodístico. En el México decimonónico destacan José Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador mexicano), Pablo Villavicencio (El Payo del Rosario), Luis Espino (Spes in Livo) y Rafael Dávila (La Rata güera).

En el río de la Plata la sátira también fue empleada por Agustín Cuzzani, un escritor argentino que mediante su obra teatral "El centroforward murió al amanecer" combinó la sátira con la farsa formando un estilo que el mismo llamó "farsátira" el cual -en esta obra- mediante ricos recursos literarios expresa quejas y deja aprendizajes a los lectores acerca de la libertad en todas sus formas de expresión.

En la literatura en inglés [editar]

En la literatura inglesa, la sátira fue muy cultivada durante el siglo XVIII, hasta el punto de ser llamada la "época de la sátira". Destacan principalmente Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver, Una modesta propuesta) y Alexander Pope (La dunciada). La tradición fue continuada en la siguiente generación por Henry Fielding (Joseph Andrews, Tom Jones, Shamela, Jonathan Wild,...) y Tobias Smollett (Las aventuras de Roderick Random), que combinaron la sátira con la tradición picaresca y un gran realismo; la obra de Laurence Sterne también hace uso extensivo de la sátira. A principios del s.XIX Jane Austen, en su Northager Abbey, satirizará la novela gótica con gran sofisticación. En plena época victoriana, la obra de Thackeray, de Charles Dickens o de Anthony Trollope abandona la sátira tradicional en pos de un mayor realismo. Modernamente pueden citarse autores como Aldous Huxley (Un mundo feliz) o George Orwell (Rebelión en la granja).

En Estados Unidos destacan especialmente los humoristas Mark Twain (Los inocentes en el extranjero, Flores de mi árbol genealógico, etc.) y Ambrose Bierce (El diccionario del Diablo, Fábulas fantásticas, Esopo enmendado).

En la literatura francesa [editar]

En la Edad Media destacan los fabliaux; François Rabelais escribió dos grandes novelas satíricas: Gargantúa y Pantagruel. Nicolás Boileau escribió algunas sátiras; el mayor escritor francés satírico del siglo XVIII es, sin duda, Voltaire.

En la literatura italiana [editar]

En la literatura italiana la tradución satírica continuó con vigor a través de figuras como Giovanni Boccaccio (Decamerón, Corbaccio). Teófilo Folengo, autor de un especial lenguaje satírico, el expreso en latín macarrónico, en los 25 libros del Opus maccaronicum o Maccheronee, recogido en cuatro redacciones muy diversas (1517; 1521; 1539-40; 1552, póstuma), o Pietro Aretino, conocido como "azote de príncipes".

En otros paises [editar]

En Holanda, Erasmo de Rotterdam se mostró satírico en algunos de sus Coloquios: La opulencia sórdida, El banquete de los gramáticos, El sermón de Merdard... y un gran e irónico discurso satírico, el Elogio de la necedad.

En Alemania, Sebastián Brant escribió Das Narrenschiff (La nave de los necios) y Erich Kästner escribió Fabian. Die geschichte eines Moralisten (Fabián. Historia de un moralista).

La sátira en el siglo XX [editar]

En el siglo XX, la sátira es utilizada por autores como Aldous Huxley y George Orwell para hacer graves y pavorosos comentarios sobre los peligros de los cambios sociales generalizados que se extienden a por los Estados Unidos y Europa. En la película El Gran Dictador (1940), Charles Chaplin realiza una sátia de Adolf Hitler. Muchos críticos sociales de este tiempo, tales como Dorothy Parker y H.L. Mencken utilizan la sátira como arma, éste último afirmó que "una carcajada vale más que cientos de silogismos" para que el público acepte la crítica. Joseph Heller satiriza la burocracia y el militarismo en su mejor obra, Catch 22, que es frecuentemente citada como una de los grandes logros literarios del siglo XX. El novelista Sinclair Lewis es conocido por sus relatos satíricos, tales como Babbitt, Main Street and Ii Can't Happen Here. Sus libros investigan y satirizan los valores americanos contemporáneos.

La película Dr. Strangelove del año 1964 se convirtió en una popular sátira sobre la Guerra Fría. Uno de las más divertidos subgéneros de la sátira nace en Reino Unido en los primeros años sesenta con The Satire Boom, con Peter Cook, John Cleese, Alan Bennett, Jonathan Miller, David Frost, Eleanor Bron y Dudley Moore, y el programa de televisión That Was The Week That Was.

Como cultivadores asíduos de la sátira contemporánea cabe destacar al periodsista Jaime Campmany o a la compañía teatral Els Joglars en España y a Leo Bassi y Dario Fo en Italia.

Referencias [editar]

  1. Robert C. Elliott, Satira en la Encyclopaedia Britannica 2004
  2. Northrop Frye, literary critic, quoted in: Elliott, satire

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

Revista satítico cultural mexicana La Avispa Roja (nueve números), LGPolar Publishing Society, Canadá, 2006.

LITERATURA2: FIGURAS RETÓRICAS. La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

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