Blogia
petalofucsia

Historia23

HISTORIA23: JASON. Jasón es un héroe mitológico griego. Según las diferentes versiones, su madre fue Alcímede, hija de Fílaco, o bien Polimede, tía de Ulises, aunque también son mencionadas Polimela, Eteoclímene, Polifeme o Teogneta.[1] Su padre fue Esón, rey de Yolcos hasta que su propio hermano, Pelias, lo destronó. Según otro relato, Esón confió el reino a su hermano Pelias, hasta que Jasón alcanzase la mayoría de edad. Un día que Pelias, tío pues de Jasón, fue a consultar sobre su futuro, fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia, porque pondría en peligro su trono.

Jasón

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para otros usos de este término, véase Jasón (desambiguación).

Jasón es un héroe mitológico griego. Según las diferentes versiones, su madre fue Alcímede, hija de Fílaco, o bien Polimede, tía de Ulises, aunque también son mencionadas Polimela, Eteoclímene, Polifeme o Teogneta.[1] Su padre fue Esón, rey de Yolcos hasta que su propio hermano, Pelias, lo destronó. Según otro relato, Esón confió el reino a su hermano Pelias, hasta que Jasón alcanzase la mayoría de edad. Un día que Pelias, tío pues de Jasón, fue a consultar sobre su futuro, fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia, porque pondría en peligro su trono.

Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que fue adulto. Cuando cumplió los veinte años, se dirigió a Yolco dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. Vestía de manera extraña, cubierto con una piel de pantera, con una lanza en cada mano y con el pie izquierdo descalzo, según algunos porque había perdido una sandalia cruzando un río. Con esta indumentaria se presentó en la plaza pública de Yolco en el momento en que su tío Pelias se disponía a celebrar un sacrificio. Pelias no lo reconoció, pero sintió miedo por el extranjero descalzo. Jasón permaneció con su padre Esón cinco días y al sexto se presentó a Pelias y le reclamó el trono que legítimamente le pertenecía. Pelias decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso), y traer de allí el vellocino de oro, la piel de un carnero fabuloso que había salvado la vida a Frixo, antepasado de Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida. Allí Frixo ofreció en sacrificio a Zeus este carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey Eetes. Éste lo consagró a Ares y lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía. Según otra versión, el propio Jasón, inspirado por Hera, se habría impuesto la realización de la prueba. Y es que, al presentarse ante Pelias, éste advirtió su pie descalzo y, comprendiendo el peligro que le anunciaba el oráculo, le preguntó qué castigo impondría a un individuo que conspirase contra su rey. Jasón contestó que lo enviaría a conquistar el vellocino de oro, respuesta que se volvió contra él.

Contenido

[ocultar]

[editar] Los Argonautas

Jasón solicitó entonces la ayuda de Argos, hijo de Frixo, y, por consejo de Atenea, construyó la nave Argo, que había de conducir a la Cólquide a Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos, que tomaron el nombre de Argonautas (marineros de Argo): Orfeo, Cástor, Pólux... Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.

No mucho después llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.

Después de pasar por algunos países, llegaron a Salmideso donde encontraron a Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.

Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.

Superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a la serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.

Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su embarcación. Los hombres de Eetes persiguieron a la nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.

Después de esto, los Argonautas emprendieron el regreso sorteando diversos peligros: tempestades, el asedio de las Sirenas, el ataque de los monstruos Escila y Caribdis. Finalmente llegaron a Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido a una artimaña de Medea. Entonces Jasón y Medea huyeron a Corinto. Tuvieron dos hijos. Pero más tarde Jasón repudió a su mujer para casarse con Glauca, hija de Creón, el rey de Corinto. Medea, para vengarse, acabó con la vida de Glauca y con la de los hijos que había tenido con Jasón, Mérmero y Feres.

[editar] Jasón y el cine

Existen cinco películas que tratan sobre el viaje de los argonautas en busca del vellocino: Jasón y los argonautas (Jason and the Argonauts, 1963), dirigida por Don Chaffey en la que destacaron los efectos especiales de Ray Harryhausen, Jason and the Argonauts (2000) una telefilme producido por Hallmark, Medea (1969) de Pier Paolo Pasolini con María Callas, Los gigantes de Tessaglia (1961) y Hércules (1958), además de la adaptación para televisión de Medea (1988) dirigida por Lars von Trier.

[editar] Referencias

  1. Antonio Ruiz de Elvira. Mitología clásica, pág. 265-266. Madrid, 1982. ISBN 84-249-0204-1

[editar] Enlaces externos

HISTORIA23: ARISTEO. Dios menor de la mitología griega, Aristeo ("el mejor" o "el guardián de las abejas") era hijo de Apolo y la cazadora Cirene, quien despreciaba el hilado y otras artes femeninas, prefiriendo pasar su tiempo cazando.

Aristeo

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para otros usos de este término, véase Aristeo (desambiguación).
Aristeo por François Joseph Bosio (1768-1845), Museo del Louvre.

Dios menor de la mitología griega, Aristeo ("el mejor" o "el guardián de las abejas") era hijo de Apolo y la cazadora Cirene, quien despreciaba el hilado y otras artes femeninas, prefiriendo pasar su tiempo cazando.

Según Píndaro, Apolo le animó a ir a Libia y fundar en ella la gran ciudad de Cirene, en la fértil llanura costera. Cuando Aristeo nació, Hermes se hizo cargo de él para hacerle tomar la ambrosía y ser hecho inmortal por Gea. Las Ninfas de mirto le enseñaron artes útiles y misterios: cómo cuajar la leche para obtener queso, cómo domesticar las abejas de la diosa y mantenerlas en las colmenas, y cómo domesticar los olivos salvajes y hacer que den aceitunas. Así se convirtió en el dios patrón del ganado, de los árboles frutales, de la caza, la agricultura y la apicultura. También fue un héroe cultural e instruyó a la humanidad sobre tareas cotidianas y sobre el empleo de redes y trampas en la caza.

Cuando fue mayor fue en barco desde Libia a Beocia, donde fue iniciado por el centauro Quirón en misterios más profundos. En Beocia se casó con Autónoe y fue padre del malhadado Acteón quien heredó, para su desgracia, la pasión familiar por la caza. También fue padre de Macris, que fue niñera del niño Dioniso.

Una profecía délfica aconsejó a Aristeo navegar hasta Ceos, donde recibiría grandes honores. Él así lo hizo, y encontró a los isleños padeciendo los efectos de una funesta enfermedad que los entumecía bajo la influencia de Sirio, el can-estrella. Aristeo averiguó que sus problemas procedían de asesinos que se ocultaban en la niebla, que eran, de hecho, los asesinos de Ícaro. Cuando tales sinvergüenzas fueron descubiertos y ejecutados, y se hubo erigido un santuario a Zeus, se hicieron ofrendas al gran dios y se decretó que de allí en adelante el Viento Etesiano debería soplar y refrescar todo el mar Egeo durante cuarenta días a partir de que Sirio se elevase en cielo. Pero los ceanos continuaron propiciando al can-estrella justo antes de que se elevase, únicamente para estar seguros. (Higinio, Astronomía Poética.)

Entonces Aristeo, en su misión civilizadora, visitó Arcadia y se estableció durante una temporada en el valle de Tempe. Allí, mientras Aristeo perseguía a Eurídice, ésta fue mordida por una serpiente y murió. Pronto las abejas de Aristeo se pusieron enfermas y comenzaron a morir. Él fue a la fuente Aretusa y se le aconsejó establecer altares, sacrificar ganado y dejar ahí los cadáveres. De los cadáveres surgieron nuevos enjambres de abejas.

Aristeo fue objeto de culto en muchos lugares: Beocia, Arcadia, Ceos, Sicilia, Cerdeña, Tesalia, y Macedonia.

Aula Apícola Municipal de Azuqueca de Henares. Guadalajara, España

HISTORIA23: ACTEON. Acteón (en griego antiguo Άκταίων Aktaiôn) era, en la mitología griega, un célebre cazador iniciado en este arte por el centauro Quirón, también maestro de Aquiles. Hijo de Aristeo y Autónoe en Beocia, sufrió la ira de Artemisa (Diana, en el caso de la romanización de la leyenda, según, por ejemplo, la versión de Ovidio). La historia también es narrada por Higino, Pausanias, Euripides, Calímaco, Esquilo, entre otros autores clásicos.

Acteón

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Acteón y sus perros.

Acteón (en griego antiguo Άκταίων Aktaiôn) era, en la mitología griega, un célebre cazador iniciado en este arte por el centauro Quirón, también maestro de Aquiles. Hijo de Aristeo y Autónoe en Beocia, sufrió la ira de Artemisa (Diana, en el caso de la romanización de la leyenda, según, por ejemplo, la versión de Ovidio). La historia también es narrada por Higino, Pausanias, Euripides, Calímaco, Esquilo, entre otros autores clásicos.

Contenido

[ocultar]

[editar] El mito

Artemisa, consagrada a la castidad, estaba bañándose desnuda en los bosques cercanos a la ciudad beocia de Orcómeno, cuando Acteón la encontró casualmente. Se detuvo y se quedó mirándola, fascinado por su belleza enajenante. Como castigo, Artemisa lo transformó en un ciervo por la profanación de ver su desnudez y sus virginales misterios, y envió a los propios sabuesos de Acteón, cincuenta, a que lo mataran. Éstos lo hicieron pedazos y devoraron sus carnes, para después buscar a su amo por el bosque, sollozando. Entonces, encontraron al centauro Quirón quien, para consolarlos, construyó una estatua de su difunto dueño. Según Ovidio en "Las metamorfosis" (libro III, 151-252), la diosa estaba acompañada de su séquito de ninfas. En otra versión de la leyenda, Acteón alardeó de ser mejor cazador que Artemisa, por lo que ésta lo transformó en un venado que fue devorado por sus propios perros de caza. Existen paralelismos entre la historia de Acteón y la ceguera de Tiresias, que perdió la vista como castigo por ver desnuda a Atenea, y entre Acteón y el mito caldeo y fenicio de Aqht y la diosa Anat.

"El color que suelen tener las nubes cuando las hiere el sol de frente, o la aurora arrebolada, es el que tenía Diana al sentirse vista sin ropa. Aunque a su alrededor se apiñaba la multitud de sus compañeras, todavía se apartó ella a un lado, volvió atrás la cabeza, y como hubiera querido tener a mano sus flechas, echó mano a lo que tenía, el agua, regó con ella el rostro del hombre, y derramando sobre sus cabellos el líquido vengador, pronunció además estas palabras que anunciaban la inminente catástrofe: Ahora te está permitido contar que me has visto desnuda, si es que puedes contarlo", "Las metamorfosis", Ovidio.

[editar] Representación artística

Grupo escultórico en Caserta.

Se conserva una crátera griega del siglo V a. C. (aproximadamente hacia el 460 a. C.), que recibe el nombre de Artemisa matando a Acteón. El Museo Británico conserva relieves helénicos de mármol sobre el mito. En 1684, Marc-Antoine Charpentier musicalizó una tragedia lírica que nombró "Acteón".

Acteón, según Parmigianino.

El antiguo Diodoro Sículo escribió variaciones de la historia. También fue representado por numerosos pintores muy posteriores, como Parmigianino, Fontanellato, Tiziano,quien pintó dos cuadros sobre el mito de Acteón, o Delacroix.

[editar] Interpretación

En su obra El ser y la nada, Jean Paul Sartre establece lo que denomina complejo de Acteón, que define como el orden fisiológico y psicosexual (la mirada curiosa y lasciva) cuya sublimación desencadena el estímulo de toda búsqueda. En este sentido, advierte que el investigador es el cazador que sorprende una desnudez pasiva y la viola con su mirada. Así, el conjunto de estas imágenes revela la idea de la caza como símbolo de apropiación, así como el deseo sexual mismo, quizá más primitivo todavía, pues se caza para comer, para poseer. La curiosidad, en el animal, es siempre sexual o alimentaria. La curiosidad por necesidad lleva al conocimiento. Conocer es comer con los ojos.

El escritor polaco nacionalizado en Francia, Pierre Klossowski publicó en 1956 una breve novela llamada El baño de Diana, en la que reflexiona sobre la leyenda.

[editar] Referencias

[editar] Enlaces externos

HISTORIA23: AYAX, EL GRANDE. Áyax (en griego antiguo Αἴας Aías, ‘de la Tierra’) o Ayante, hijo de Telamón (Τελαμώνιος Telamốnios) y Peribea, rey de Salamina, es un legendario héroe de la mitología griega. Para distinguirlo de Áyax, hijo de Oileo se le llamaba Áyax el Grande, Gran Áyax o Áyax Telamonio. Su nombre viene, según la misma mitología, de la nominación de Hércules, amigo de Telamón, quien al ver que el águila (Aías) de Zeus, se posaba es su hombro le anunció: "Nacerá de ti, Telamón, el hijo que deseas y del nombre del ave que acaba de aparecérsenos le llamarán Ayax. Sorprenderá a los pueblos en las luchas de Marte", según anotó el poeta Píndaro en Istmias V.

Áyax el Grande

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para otros usos de este término, véase Áyax.
Áyax llevando el cadáver de Aquiles, protegido por Hermes (izquierda) y Atenea (derecha). Lado 1 de un ánfora ática de figuras negras, c. 520-510 a. C.

Áyax (en griego antiguo Αἴας Aías, ‘de la Tierra’) o Ayante, hijo de Telamón (Τελαμώνιος Telamốnios) y Peribea, rey de Salamina, es un legendario héroe de la mitología griega. Para distinguirlo de Áyax, hijo de Oileo se le llamaba Áyax el Grande, Gran Áyax o Áyax Telamonio. Su nombre viene, según la misma mitología, de la nominación de Hércules, amigo de Telamón, quien al ver que el águila (Aías) de Zeus, se posaba es su hombro le anunció: "Nacerá de ti, Telamón, el hijo que deseas y del nombre del ave que acaba de aparecérsenos le llamarán Ayax. Sorprenderá a los pueblos en las luchas de Marte", según anotó el poeta Píndaro en Istmias V.

Fue un valeroso guerrero, el más fuerte después de su primo Aquiles que se embarcó a la mítica Guerra de Troya al mando de doce navíos de Salamina acompañado de su hermano Teucro.[1] Tuvo como hijos suyos a Eantides son su esposa Glauca, y Eurísaces y Fileo, con su sierva Tecmesa. Tradicionalmente se consideraba que Fileo era el primer ancestro de la familia ateniense de los Filaidas.

Peleó en la guerra con coraje y destreza. En la Ilíada de Homero se le describe como un guerrero de gran estatura y fuerza colosal, testarudo y de inmenso escudo que por sí mismo es un antemural de las falanges, segundo en destreza y valentía en la batalla únicamente por detrás de Aquiles. No fue herido en ninguna de las batallas relatadas en la Ilíada y es el único personaje de importancia en la obra que no recibió ayuda por parte de ninguno de los dioses griegos. Era por decirlo, el único héroe homérico, que debía todos su triunfos a su ser humano. Al igual que Aquiles, fue entrenado por el centauro Quirón. Áyax, era sin duda, uno de los reyes más importantes en el campo de batalla, aunque no tan sabio como Néstor, Idomeneo o Menesteo, ni tan hábil como Diomedes, Odiseo o Palamedes. Mandaba su ejército llevando una gran hacha de guerra y un enorme escudo, acompañado siempre por su hermano Teucro.

Durante la guerra de Troya Áyax luchó con Héctor en dos ocasiones. La primera fue en un duelo que duró todo un día sin que hubiera un vencedor.[2] La segunda fue durante una incursión de los troyanos en el campamento de los aqueos cuando ambos pelearon en los barcos griegos. Áyax dejó casi muerto a Héctor arrojándole una piedra mayor que el propio príncipe troyano.[3] Ambos encuentros tuvieron lugar cuando Aquiles había abandonado el campo de batalla debido a su enfado con Agamenón y los griegos estaban desolados.

Cuando Patroclo murió a manos de Héctor, los troyanos intentaron hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros, pero Áyax luchó y logró proteger el cadáver, devolviéndolo al campamento griego y a su amigo Aquiles.

Áyax preparando su suicidio. Reproducción de un ánfora de figuras negras pintada por Exequias (530–525 a. C.).

Posteriormente, cuando Aquiles muere tras ser alcanzado por una flecha de Paris, Áyax y Odiseo pelean por recuperar el cuerpo del héroe griego y enterrarlo junto al de su amigo Patroclo. Tras el funeral ambos héroes griegos reclaman la armadura de Aquiles como recompensa por sus esfuerzos. Tras una disputa de ingenio o tal vez porque Agamenón aborrecía el linaje de Éaco, Odiseo recibe la armadura y Áyax furioso cae al suelo. Cuando se levanta, estaba enloquecido de furia y en su delirio confunde un rebaño de ovejas con los líderes aqueos, Odiseo y Agamenón, matando a todos los animales. Atenea misma había intervenido creando la confusión y delirio del héroe, pues es de los pocos que no va al combate implorando alguna protección divina. Cuando Áyax despierta de su locura, ve que ha deshonrado su espada de guerrero con sangre de animales domésticos y decide quitarse la vida antes que vivir en la vergüenza y el oprobio. Para ello utiliza la espada de Héctor, que éste le había entregado como un ofrenda de honor tras su primer duelo.[4] Tras su muerte brotó una flor de jacinto en el punto donde cayó su sangre cuyos pétalos llevaban marcadas las dos primeras letras del nombre de Áyax (AY) como si fueran un lamento.[5]

En su nombre se celebraban en Salamina las fiestas Aiantes.

[editar] Referencias

  1. Homero, Ilíada II.557.
  2. Homero, Ilíada, canto VII
  3. Homero, Ilíada XIV.410
  4. Homero, Odisea XI.541.
  5. Ovidio, Las metamorfosis XIII.394–8.

[editar] Enlaces externos