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Historia22

HISTORIA22: PARA LOS QUE ESTÁN MENOS INFORMADOS, NOS PREGUNTABAMOS QUIÉN ESTABA AL MANDO. QUIRÓN FORMA PARTE DE LA CÚPULA DE DIRECCIÓN. YO CONOCÍ HASTA LA 10ª GENERACIÓN. En la mitología griega Quirón o Queirón (en griego antiguo Χείρων Kheírôn, ‘el inferior’ de los hijos de Crono) es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter, a diferencia de la mayoría de los de su clase. Era hijo de Crono y de Filira, una hija de Océano, y padre de Ocírroe con la ninfa Cariclo. Quirón vivía en una cueva del monte Pelión, en Tesalia, y fue un gran educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía, y tutor de los héroes Aquiles, Áyax, Asclepio, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles. (TODA ESTA GENTE QUE ACABA DE SER CITADA TAMBIÉN FORMA PARTE DE DIRECCIÓN).

Quirón

De Wikipedia, la enciclopedia libre
La educación de Aquiles, por Delacroix (fresco de Palacio Borbón de París)
Para otros usos de este término, véase Quirón (desambiguación).

En la mitología griega Quirón o Queirón (en griego antiguo Χείρων Kheírôn, ‘el inferior’ de los hijos de Crono) es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter, a diferencia de la mayoría de los de su clase. Era hijo de Crono y de Filira, una hija de Océano, y padre de Ocírroe con la ninfa Cariclo. Quirón vivía en una cueva del monte Pelión, en Tesalia, y fue un gran educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía, y tutor de los héroes Aquiles, Áyax, Asclepio, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles.

[editar] En la mitología clásica

Crono, que estaba casado con Rea, se enamoró de Filira. Sin embargo ella lo rechazó y para escapar de su acoso se transformó en yegua. Cuando Crono se enteró, se convirtió a su vez en caballo y consiguió su objetivo; de este amor forzado nació Quirón.

Su fama de médico sabio y prudente corrió por toda Grecia. Quirón conoció a Peleo cuando Acasto, para vengarse de una presunta traición amorosa de éste, le invitó a una cacería durante la cual le robó la espada maravillosa que le había regalado Hefesto y lo abandonó a su suerte entre los centauros. Sin embargo fue salvado por Quirón, que recuperó la espada, profesándose desde entonces una gran amistad entre ambos.

Cuando Peleo se enamoró de Tetis pidió consejo a Quirón para encontrar la forma de seducirla ya que, como todas las nereidas, podía cambiar de forma a su antojo. Quirón le recomendó que una vez que la tocara y la atrapara no la soltase y, así, cuando se volvió calamar, la detuvo de un brazo y no la soltó hasta que regresó a su forma de mujer, con lo cual Peleo pudo tomarla a la fuerza.

Cuando Tetis abandonó a Peleo, éste entregó a Aquiles a Quirón para que lo educara junto con su madre Filira y su esposa, Cariclo, ninfa hija de Apolo. Tetis dejó a Peleo porque éste le recriminó los rituales que hacía sobre Aquiles para dotarlo de inmortalidad, consistentes en quemarlo y luego curar sus quemaduras con ambrosía. Peleo le arrebató a Aquiles sin dar tiempo a que Tetis cubriese con el néctar el talón del niño, y por este motivo entregó a Quirón al niño Aquiles con el talón quemado, así que lo primero que hizo el centauro fue tomar el hueso del talón de Dámiso, un gigante corredor recién fallecido, y con él reemplazar la taba de Aquiles.

Heracles le disparó accidentalmente una flecha envenenada con la sangre de la Hidra en el transcurso de una lucha con los centauros, que huían hacia la morada de Quirón. Éste contrajo una dolorosa herida incurable, que le llevó a ceder su inmortalidad a Prometeo, para poder así morir y escapar del dolor. Fue ascendido al cielo como la constelación Sagitario, localizada en la elíptica del Zodiaco y que se puede ver desde el hemisferio norte, o según otras fuentes Centaurus.

Algunas fuentes especulan con que Quirón fuese originalmente un dios tesalio, posteriormente subsumido en el panteón griego como un centauro.

Se considera también a Quirón como el primer veterinario, ya que usaba sus grandes conocimientos médicos para curar criaturas de todas las especies.

[editar] Referencias posteriores

El personaje Quirón ha sido adaptado en obras de ficción, notablemente en La divina comedia de Dante, en la que es el guardián jefe del séptimo círculo del Infierno. La novela de John Updike El centauro es una ampliación e interpretación de la historia de Quirón, situada en el contexto de un pueblo estadounidense del siglo XX.

Quirón también aparece en otros relatos de fantasía moderna, como La historia interminable de Michael Ende, o Señores del Olimpo de Javier Negrete, así como también en el Fausto de Goethe y más recientemente en la saga Percy Jackson y los dioses del Olimpo donde sigue enseñando a los semidioses en la actualidad , igual en su adaptacion cinematografica del 2010 Percy Jackson y el ladrón del rayo donde es interpretado por Pierce Brosnan. También aparece en el juego Age of Mythology desarrollado por Ensemble Studios y publicado por Microsoft Games.

[editar] Enlaces externos

HISTORIA22: PIERRE TEILHARD DE CHARDIN. Pierre Teilhard de Chardin S.J. (Orcines, 1 de mayo de 1881 - Nueva York, 10 de abril de 1955) fue un religioso, paleontólogo y filósofo francés que aportó una muy personal y original visión de la evolución. Miembro de la orden jesuita, su concepción de la evolución, considerada ortogenista y finalista, equidistante en la pugna entre la ortodoxia religiosa y científica, propició que fuese atacado por la una e ignorado por la otra. Suyos son los conceptos Noosfera (que toma prestado de Vernadsky) y Punto Omega.

Pierre Teilhard de Chardin

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Pierre Teilhard de Chardin S.J.
Pierre Teilhard de Chardin 01.jpg
Pierre Teilhard de Chardin
Nacimiento1 de mayo de 1881
Bandera de Francia Orcines, Francia
Fallecimiento10 de abril de 1955
Bandera de los Estados Unidos Nueva York, Estados Unidos
Nacionalidadfrancesa
CampoPaleontología

Pierre Teilhard de Chardin S.J. (Orcines, 1 de mayo de 1881 - Nueva York, 10 de abril de 1955) fue un religioso, paleontólogo y filósofo francés que aportó una muy personal y original visión de la evolución. Miembro de la orden jesuita, su concepción de la evolución, considerada ortogenista y finalista, equidistante en la pugna entre la ortodoxia religiosa y científica, propició que fuese atacado por la una e ignorado por la otra. Suyos son los conceptos Noosfera (que toma prestado de Vernadsky) y Punto Omega.

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[editar] Biografía

Nace en Sarcenat, (Auvernia, Francia), siendo el cuarto hijo de una familia numerosa de once hermanos: de Emmanuel Teilhard (1844-1932), archivista,[1] y de Berthe de Dompiere. Su padre, naturalista aficionado, influye decisivamente en su vocación profesional; y la religiosidad de su madre en su formación espiritual.

Cursa los estudios de ciencias y letras en el colegio jesuita de Mongré (Villefranche-sur-Saône).

En 1899, a los 18 años de edad, ingresa en el noviciado jesuita de Aix-en-Provence. Allí, y más tarde, en 1908, en el colegio jesuita de Hastings (cerca de Piltdown, Gran Bretaña), cursa estudios de teología, tras los cuales es ordenado sacerdote.

Es en esa época, durante su estancia en Gran Bretaña, en 1909, cuando conoce al naturalista Charles Dawson con quien compartirá la afición por la paleontología. Y es en 1912 cuando Chardín se ve envuelto en el escándalo del Hombre de Piltdown. Le une a este escándalo el hecho de ser uno de los primeros en conocer el descubrimiento de su amigo. El descubridor del supuesto hombre de Pitdown fue Charles Dawson, y Dawson junto a Smith Woodward, paleontólogo del Museo Británico de Londres fueron quienes lo presentaron a la Sociedad Geológica de Londres. No obstante, han sido muchos los intentos (después de que Teilhard adquiriera relevancia, no antes) de, con mayor o menor sutileza, unir su figura a aquél fraude, en unas ocasiones insinuando su participación, en otras, el conocimiento del mismo.

En 1912 entra a trabajar en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, en París, trabajando junto al paleontólogo Marcellin Boule, que había exhumado el primer esqueleto completo de un neandertal. En el Instituto de Paleontología Humana entabla amistad con Henri Breuil y participa con él (en 1913) en excavaciones en la, entonces recientemente descubierta (1903), Cueva de El Castillo de Puente Viesgo (Cantabria, España).

Entre 1914 y 1919, permanece movilizado en el frente como camillero recibiendo la Medalla al Mérito Militar y Legión de honor.

En 1916 y 1919, publica sus primeros trabajos : La vida cósmica y El potencial espiritual de la materia. En ellos ya se transluce lo que será el núcleo de su pensamiento.

De 1922 a 1926, obtiene en La Sorbona tres licenciaturas de ciencias naturales: Geología, Botánica y Zoología, y alcanza el doctorado con su tesis Mamíferos del Eoceno inferior francés y sus yacimientos.

En 1923 realiza su primer viaje a China por encargo del Museo de París. Otra vez en París, imparte clases como profesor en el Instituto Católico. Un artículo suyo sobre el pecado original es la causa de sus primeros enfrentamientos con la Ciudad del Vaticano. Se ve obligado a abandonar la enseñanza.

Regresa a China donde en Zhoukoudian participa, junto a Henri Breuil, en el descubrimiento del Sinanthropus u hombre de Pekín —actualmente Homo erectus pekinensis—, el pariente más cercano del Pithecanthropus u Hombre de Java —actualmente Homo erectus erectus—. Breuil y Teilhard descubrieron que el hombre de Pekín era un fabricante de herramientas de piedra y que manipulaba el fuego.

En 1931 participa en el Crucero amarillo recorriendo el Asia Central, una peligrosa aventura científico-deportiva organizada por André Citroën para promocionar sus vehículos. Hasta 1951, que se establece en Nueva York, prosigue una intensa actividad científica marcada por numerosos viajes de estudios: Etiopía (1928), los Estados Unidos (1930), la India (1935), Java (1936), Birmania (1937), Pekín (1939 a 1946), Sudáfrica (1951 y 1953). Teilhard contribuyó fuertemente a la constitución de una red internacional de investigación en paleontología humana.

En 1951 ingresa en la Academia de las Ciencias de Francia.

Muere en Nueva York, el 10 de abril de 1955, el día de Pascua. Un año antes, durante una cena en el consulado de Francia de esa misma ciudad, confió a sus amigos: “Mi deseo sería morir el Día de La Resurrección”.

Gran parte de su obra fue publicada con carácter póstumo por Jeanne Mortier, a la que nombró su albacea para temas editoriales. Esta obra ocupa trece volúmenes.

[editar] El pensamiento de Teilhard

El biólogo Francisco J. Ayala realiza una síntesis sobre el pensamiento de Teilhard de Chardin y lo reduce a cuatro puntos básicos:[2]

[editar] El tiempo: la cuarta dimensión

Antes de la aparición de la teoría de la evolución, predominaba la imagen de un universo estático, formado totalmente desde sus lejanos comienzos. Por el contrario, con la evolución aparece la dimensión “tiempo”, como un actor principal, ya que el cambio es lo esencial y lo estático es lo inexistente.

[editar] La evolución universal

Según Teilhard, no sólo la vida, sino la materia y el pensamiento están también involucrados en el proceso de la evolución. De ahí que es necesario atribuirle a dicho proceso un sentido.

[editar] Principio de complejidad-conciencia

El sentido de la evolución, que involucra tanto la materia, como la vida y el pensamiento (o el espíritu), está comprendido en un principio descriptivo de la mayor generalidad: la tendencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad y, simultáneamente, al logro de mayores niveles de conciencia.

[editar] Omega: la meta de la evolución

A partir de la tendencia del universo, guiado por la Ley de complejidad-conciencia, Teilhard vislumbra el Punto Omega, al que define como “una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia. La Tierra cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, contándose por miríadas, sino envolviéndose de una sola envoltura pensante hasta no formar precisamente más que un solo y amplio grano de pensamiento, a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones individuales agrupándose y reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime”.[3]

La evolución entonces se estaría convirtiendo en un proceso cada vez más opcional.[3] Teilhard señala así los problemas sociales del aislamiento y de la marginalización como inhibidores enormes de la evolución, ya que la evolución requiere una unificación del sentido. Ningún futuro evolutivo aguarda a la persona si no es en asociación con los demás.[3]

[editar] Fuera de la ortodoxia católica

En 1958, Teilhard ya había muerto, el padre Janssens informó a la Compañía de Jesús, que un decreto del Santo Oficio, dirigido por el cardenal Ottaviani, requirió a las congregaciones retirar de todas las bibliotecas las obras de Teilhard. El documento dice que los textos del jesuita "representan ambigüedades e incluso errores tan graves que ofenden a la doctrina católica" por lo que "alerta al clero para defender los espíritus, en particular los de los jóvenes, de los peligros de las obras de P. Teilhard de Chardin y sus discípulos".

El Padre Castellani enumera en los siguientes puntos las fallas de su pensamiento desde una perspectiva católica:

  1. El transformismo darwiniano dado como verdad cierta.
  2. La negación de la Parusía o Segunda Venida de Cristo tal como la entiende la Iglesia.
  3. La negación de la Redención por la obra personal de Cristo.
  4. La negación del pecado original, a la manera de Pelagio.
  5. Monismo materialista evolucionista parecido al de Spencer y Haeckel.
  6. Panteísmo sutil a la manera de Bergson.
  7. Interpretación modernista de todos los Sacramentos, empezando por la Eucaristía, a la manera de Guenther.
  8. Negación del fin primario del Matrimonio y constitución del fin primario del matrimonio en la “ayuda espiritual mutua de los esposos”.
  9. Aprobación de los medios contraconcepcionistas en el matrimonio, a la manera de Malthus.
  10. Negativa implícita de la autoridad de la Iglesia para definir, a la manera de Loisy, Tyrrel y otros[4]

En 1962, bajo Juan XXIII, la Congregación del Santo Oficio emitió otro monitum (advertencia) severo:

Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión. Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica. «Por esta razón, los eminentísimos y reverendísimos Padres del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, así como a los superiores de institutos religiosos, rectores de seminarios y presidentes de universidades, a proteger eficazmente las mentes, particularmente de los jóvenes, contra los peligros presentados por las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus seguidores.
Sebastianus Masala, Notario. 30 de junio de 1962. (AAA 54, 1962,526)

José María Iraburu afirma que "la rehabilitación de Teilhard de Chardin es imposible, considerando la enorme gravedad de sus errores.[5] " Y se reafirma con el comunicado de prensa que la Santa Sede[6] donde se declara:

"[...] Después de haber consultado al Cardenal Secretario de Estado y al Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, quienes, por orden del Santo Padre, habían sido debidamente consultados de antemano, acerca de la carta en cuestión, estamos en condiciones de replicar por la negativa.[...]
L’Osservatore Romano 20-7-1981

[editar] Valoraciones positivas

Varios teólogos católicos han sin embargo apreciado la obra de Teilhard. En 1962 en El pensamiento religioso del padre Teilhard de Chardin, el jesuita Henri de Lubac, aunque reconoce que no comprendía bien el papel de la socialización en el pensamiento de Teilhard, destaca la continuidad de Teilhard con la tradición de la Iglesia.

El Papa Paulo VI en un discurso sobre la relación entre fe y ciencia se refiere a Teilhard como un científico que acaba de estudiar este asunto y pudo "encontrar el espíritu", de manera que su explicación del universo manifiesta "la presencia de Dios en el universo en el principio inteligente y Creador".[7]

Más recientemente, en 1987, el cardenal Ratzinger, el ahora Papa Benedicto XVI en sus Principios de Teología Católica admitió que uno de los principales documentos del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes fue permeado por el pensamiento del jesuita francés. Benedicto XVI ha afirmado también que Teilhard tuvo una gran visión, que culmina en una verdadera liturgia cósmica, en la cual el cosmos se convertirá en una hostia viviente.[8]

[editar] Obras principales

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Annonce de la réception du diplôme d'archiviste paléographe par Emmanuel Teilhard dans la Bibliothèque de l'École des chartes (1872)
  2. Ayala, Francisco J. (1989) La naturaleza inacabada. Salvat Editores SA. Biblioteca científica Salvat, 93. 278 págs. Barcelona ISBN 84-345-8454-9
  3. a b c Teilhard de Chardin, Pierre (1955). El fenómeno humano. Taurus Ediciones, S.A. Ensayistas, 32. 383 págs. Madrid, 1986 ISBN 84-306-1032-4
  4. Leonardo Castellani, Dinámica Social, nº 63, Buenos Aires, noviembre 1955.
  5. José María Iraburu (9 de septiembre de 2009). «(27) Lenguaje del P. Castellani – Teilhard» (en castellano). Consultado el 15 de septiembre de 2009.
  6. L’Osservatore Romano 20-7-1981
  7. Cursos IV, 1966, pp. 992-993
  8. Homilía de Su Santidad Benedicto XVI, durante la celebración de vísperas en la catedral de Aosta el 24 de junio de 2009.

[editar] Bibliografía

  • Julio Meinvielle (Buenos Aires 1960). La cosmovisión de Teilhard de Chardin. Editorial Cruzada, 89 págs.
  • Pérez de Laborda, Alfonso (2001). La Filosofía de Pierre Teilhard de Chardin. Encuentro Ediciones, S.A. 478 págs.. ISBN 978-84-7490-612-7.
  • Teilhard de Chardin, Pierre (2008). El Medio divino. Ensayo de vida interior. traducción de Francisco Pérez Gutiérrez. Colección: Estructuras y Procesos. Religión. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-976-5.
  • — (2005). Lo que yo creo. colección: Estructuras y Procesos. Religión. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-805-8.
  • — (2004). Himno del Universo. colección: Estructuras y Procesos. Religión. tercera edición. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-127-1.
  • Lubac, Henri D. (1962) La pensée religieuse du père Teilhard de Chardin. París: Aubier. 2002: Les Editions du Cerf. ISBN 978-2-204-06758-4
  • Wolgensinger, Jacques (1970). L’épopée de La Croisière Jaune. París: Ed. Robert Laffont. pp. 238 [versión consultada= La epopeya del Crucero amarillo. Bilbao: Ed. Mensajero. 1972. pp. 245. ].

[editar] Enlaces externos

HISTORIA22: LEY DE COMPLEJIDAD-CONCIENCIA. La ley de complejidad-conciencia, propuesta por Pierre Teilhard de Chardin, es un intento de abarcar, mediante un mismo principio, tanto a la teoría cosmológica de la gran explosión (big bang), que da origen a la materia, como a la evolución biológica y a la evolución cultural. Decimos que comprendemos un aspecto de la realidad cuando podemos encontrarle un sentido definido; de ahí que podemos atribuirle un sentido aparente al universo a través de este principio tan general.

Ley de complejidad-conciencia

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La ley de complejidad-conciencia, propuesta por Pierre Teilhard de Chardin, es un intento de abarcar, mediante un mismo principio, tanto a la teoría cosmológica de la gran explosión (big bang), que da origen a la materia, como a la evolución biológica y a la evolución cultural. Decimos que comprendemos un aspecto de la realidad cuando podemos encontrarle un sentido definido; de ahí que podemos atribuirle un sentido aparente al universo a través de este principio tan general.

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[editar] Complejidad

A medida que la materia se va enfriando, luego del momento inicial del universo y posterior expansión, se establece un progresivo aumento de la complejidad, que va desde las partículas fundamentales hasta los núcleos, átomos y moléculas. Si bien no existe una definición exacta de lo que es la complejidad, al menos aceptada con generalidad, podemos asociarla al grado de información necesaria para describir algún ente natural, o artificial. La información está descrita cuantitativamente a partir de la teoría de la información.

[editar] Conciencia

A partir de las moléculas de mayor tamaño y complejidad, aparece la vida y comienza a actuar la selección natural. A medida que crece la complejidad va apareciendo cierto grado de autoconciencia. La última etapa de este proceso nos lleva hacia la vida inteligente, el último peldaño de la complejidad y de la conciencia que tenemos de nosotros mismos. (Consciente: que siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace).

[editar] Ley de complejidad-conciencia

Respecto de este principio, Teilhard de Chardin escribe: “Abandonada a sí misma largo tiempo, bajo el juego prolongado de las probabilidades, la Materia manifiesta la propiedad de ordenarse en agrupamientos cada vez más complejos y, al mismo tiempo, cada vez más impregnados de conciencia; este doble movimiento conjugado de enrollamiento cósmico y de interiorización (o centración) psíquica prosigue, acelerándose y avanzando todo lo lejos que es posible, una vez iniciado”.

“Esta deriva de complejidad-conciencia (que desemboca en la formación de corpúsculos cada vez más complicados) es fácilmente reconocible desde lo atómico y se afirma en lo molecular. Pero es, evidentemente, en lo viviente donde se descubre con toda su claridad, y toda su aditividad; al mismo tiempo que se transpone en una forma cómoda y simplificada: la deriva de cerebración”.

“En la perfección y la cefalización crecientes de los sistemas nerviosos, tenemos, auténticamente, según parece, un parámetro concreto y preciso que permite seguir, a través de la jungla de las formas vivientes, la variación absoluta y útil de la corpuscularidad cósmica”

 

[editar] Bibliografía

  • Pierre Teilhard de Chardin: El fenómeno humano, Taurus Ediciones SA.
  • Claude Tresmontant: Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin, Taurus Ediciones SA
  • Claude Cuénot: Teilhard de Chardin, Editorial Labor SA
  • Jonás Barnaby: Teilhard de Chardin y su influencia en la ciencia ficción del siglo XXI, Editorial Alpha SA

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

HISTORIA22: PUNTO OMEGA. Punto omega es un término acuñado por el jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin para describir el punto más alto de la evolución de la consciencia, considerándolo como el fin último de la misma. Esto no significa que la divinidad sea un producto de la convergencia, en una unidad final con el Eacathon y con Dios, pues el autor afirma su preexistencia. De acuerdo con Teilhard y con el biólogo ruso Vladimir Vernadsky (autor de La Geosfera 1924 La Biosfera 1926), el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera.

Punto omega

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Punto omega es un término acuñado por el jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin para describir el punto más alto de la evolución de la consciencia, considerándolo como el fin último de la misma. Esto no significa que la divinidad sea un producto de la convergencia, en una unidad final con el Eacathon y con Dios, pues el autor afirma su preexistencia. De acuerdo con Teilhard y con el biólogo ruso Vladimir Vernadsky (autor de La Geosfera 1924 La Biosfera 1926), el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera.

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[editar] Significado

Mientras que desde la religión se supone que Dios ha establecido directivas concretas sobre el destino final del Universo, desde una postura científica, por el contrario, podemos observar tendencias naturales y de ahí, podemos estimar hacia dónde podrá ir la humanidad en un futuro lejano.

Teilhard de Chardin encuentra en la Ley de complejidad-conciencia una tendencia natural que orienta la evolución de la materia, la vida y el espíritu. En el futuro, tal tendencia llevará a la humanidad hacia un estado de conciencia determinado. Este “foco iluminador” del destino humano es lo que Teilhard denomina como el Punto Omega (“foco cósmico personalizante de unificación y de unión”).(cita requerida)

[editar] Cinco características del Punto Omega

En su libro El fenómeno Humano, Teilhard de Chardin señala que el Punto Omega ha de poseer las siguientes cinco características:

  • Ya existente.
    Sólo así se puede explicar el camino hacia superiores estados de conciencia del Universo.
  • Personal – un ser intelectual, no una idea abstracta.
    El paso a un estado mayor de complejidad de la materia no ha dado lugar solamente a formas superiores de consciencia sino a una mayor personalidad, de la cual los seres humanos son el mayor exponente en el Universo conocido. Son centros de acción individuales, completamente libres. Es en este sentido que se puede decir que el Hombre está hecho a la imagen de Dios, que es la forma superior de personalidad. Teilhard señaló expresamente que en el Punto Omega, cuando el Universo sea Uno, las personas no serán suprimidas sino super-personalizadas. La personalidad será enriquecida infinitamente porque el Punto Omega une la creación, y cuanto más unido el universo se vuelve más complejo y crece en consciencia. Así, Dios crea un universo que evoluciona hacia formas superiores de complejidad, consciencia y, finalmente con los humanos, personalidad, porque Dios, que acerca el Universo a Sí, es una persona.
  • Trascendente.
    El Punto Omega no puede ser el resultado final del proceso de crecimiento en complejidad y consciencia del Universo. En lugar de eso, el Punto Omega debe existir incluso antes de la evolución del Universo porque el Punto Omega es responsable del crecimiento del Universo hacia una mayor complejidad, consciencia y personalidad. Lo que significa esencialmente que el Punto Omega está fuera del marco en que crece el Universo, porque es gracias a la atracción del Punto Omega que el Universo evoluciona hacia Él.
  • Autónomo – es decir, libre de las limitaciones del tiempo (intemporal) y del espacio (no localizado)

 

  • Irreversible, es decir, una vez alcanzado, no puede ser perdido.

[editar] Opinión sobre el futuro

Desde luego, y el mismo Teilhard lo dice, la elucidación del Punto Omega al término del fenómeno espacio-temporal, procede de una extrapolación. Numerosos sabios siguen a Teilhard en su análisis de la complejidad creciente, de la cefalización, de la convergencia de la evolución, pero no aceptan esta última etapa de su visión del mundo. La síntesis precedentemente expuesta responde al análisis del pasado y del presente. La elucidación del foco de convergencia Omega es una “opinión” sobre el porvenir.[1]

[editar] Convergencia entre ciencia y religión

El Punto Omega no es sólo un punto de convergencia vislumbrado desde una postura científica, sino que coincide con la convergencia anunciada desde la propia religión y que será concretada en la Segunda Venida de Cristo. Por lo que el Punto Omega también implica una convergencia que reunirá ciencia y religión.

Desde un punto de vista fenoménico, Teilhard nos invita a observar la relación que existe entre “el punto crítico de maduración humana, por una parte, y por otra, el punto de parusía (o segunda venida, triunfante, de Cristo), por donde se cierra, al final de los tiempos, el horizonte cristiano”. Inevitablemente, por estructura, los dos puntos coinciden en el sentido de que el acabamiento de la hominización por ultra-reflexión aparece como una condición previa necesaria (pero no suficiente) de su “divinización”.[1]

Sin embargo, el pensamiento de Chardin dista del de la mayoría de los científicos debido a que el fin último de la evolución no es el hombre: las especies siguen evolucionando (incluyendo al hombre), la humanidad ha seguido evolucionando desde su aparición hace 150,000 años puesto que la selección natural "se ve a diario" junto a la diversidad genética, como afirma el científico Richard Dawkins. Se ha predicho también la evolución del Homo sapiens al Homo sapientissimus.

[editar] Sentido del universo

La existencia del Punto Omega es la aceptación implícita de que el Universo tiene un sentido, algo que contrasta con las posturas nihilistas que rechazan toda posible finalidad atribuida a la evolución, al Universo e, incluso, a la propia humanidad.

Teilhard de Chardin escribe: “En el Universo, como hemos reconocido al principio, es la vida lo que constituye el fenómeno central –y, en la vida, el pensamiento- y en el pensamiento la ordenación colectiva de todos los pensamientos en sí mismos. Pero he aquí que, por una cuarta opción, nos encontramos llevados a decidir que, más profundo todavía, es decir, en el corazón mismo del fenómeno social, está en marcha una especie de ultra-socialización: aquella por la cual la Iglesia se forma poco a poco, vivificando por su influencia, y reuniendo bajo su forma más sublime, todas las energías espirituales de la Noosfera”.

“La Iglesia, eje central de la convergencia universal y punto exacto de encuentro fecundo entre el Universo y el Punto Omega”.[1]

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. a b c “Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin” de Claude Tresmontant – Taurus Ediciones SA

HISTORIA22: LA NOOSFERA. La noósfera es la más grande utopía en la historia de nuestro planeta. Y aunque esta dimensión prometida por la evolución material, mental y espiritual no pueda existir en el espacio físico como lo conocemos, el éter (o el hiperespacio) con sus jardines dorados de información, sus ríos de luz y su total e instantánea interconexión es suficiente para mantener vivo este sueño de lucidez colectiva.

domingo 17 de abril de 2011

NOÓSFERA, EL DESPERTAR DE GAIA - LOS ARCHIVOS AKASICOS

¿Avanza la evolución hacia el despertar de la mente planetaria? ¿Después de la biósfera, surge la noósfera?
Teilhard de Chardin, Vladimir Vernadsky, José Argüelles y Terence Mckenna conspiran con la mente de Gaia, para activar una consciencia global que incluya a cada ser vivo, como un nodo dentro de un todo interconectado y autorreflexivo
 
Magnifico articulo firmado por Aleister Cromby and Witch en la web pijamasurf
“La única verdadera y natural unión humana es el espíritu de la Tierra”
 -Pierre Teilhard de Chardin
(El jesuita prohibido, leer abajo más sobre él)
 
La noósfera es la más grande utopía en la historia de nuestro planeta. Y aunque esta dimensión prometida por la evolución material, mental y espiritual no pueda existir en el espacio físico como lo conocemos, el éter (o el hiperespacio) con sus jardines dorados de información, sus ríos de luz y su total e instantánea interconexión es suficiente para mantener vivo este sueño de lucidez colectiva.
 
La palabra noósfera, proviene del greigo nous (mente) y sphaira (esfera). El divino Platón utiliza la palabra nous en el diálogo de Fileb, Sócrates dice: “Todos los filósofos concuerdan – y así se exaltan a sí mismos- que la mente (nous) reina sobre el cielo y la tierra”. En la filosofía gnóstica, el nous, será visto en ocasiones como el padre del Logos, como el primer Eon, cuyo linaje da a luz a Cristo y a Sofía; en otras ocasiones el nous se identificará con Cristo mismo, algo que será retomado por Pierre Teilhard de Chardin, el sacerdote jesuíta que crea el concepto, junto con el geoquímico Vladimir Vernadsky, de la noósfera.
 
“Debemos engrandecer nuestro acercamiento para englobar la formación que está ocurriendo ante nuestros ojos… de una entidad biológica particular que nunca ha existido en la Tierra –el crecimiento, afuera y arriba de la biósfera de una nueva capa planetaria, una envoltura de la sustancia pensante, a la cual, por conveniencia y simetría, he dado el nombre del a Noósfera”. .Pierre Teilhard de Chardin, The Future of Man ("El porvenir del hombre").
 
La evolución de una idea mística -la mente como algo que existe más allá del cerebro, que permea el universo y que lo fertiliza con la imaginación, atributo central de la divinidad- se desdobla a través de la biología y se refuerza, al incluir los procesos de la materia. La mayor influencia en el pensamiento noosférico de Teilhard fue Henry Bergson y su concepto de la evolución creativa, el cual se opone al dualismo de Descartes y concibe a la evolución como una fuerza vital (elan vital) constante que anima a la materia y conecta fundamentalmente al cuerpo y a la mente (el papel esencial del universo es “ser una máquina de crear dioses”, decía Bergson).
 
El otro padre de la noósfera, quien también fuera padre de la geoquímica, Vladimir Vernadsky, concibe a la noósfera como la tercera etapa en el desarrollo de la Tierra, después de la geósfera (la materia inanimada) y la biósfera. Vernadsky ve el surgimiento de la conciencia como algo que debió de haber estado implícito desde el principio en la evolución de la Tierra. Una corriente que va más allá de nuestra voluntad individual: “En la gran tragedia histórica en la que vivimos, hemos escogido elementalmente el camino correcto hacia la noósfera. Digo elementalmente, ya que...

toda la historia de la humanidad procede en esta dirección… la humanidad como un todo se está convirtiendo en una poderosa fuerza geológica. La mente de la humanidad y su trabajo se enfrentan al problema de reconstruir la biósfera bajo el interés de pensar la humanidad libremente como un solo ente”.

 
La clave aquí es la concepción de la humanidad como una fuerza geológica, una fuerza de la tierra, incrustada en el río evolutivo del planeta. Es decir la posibilidad de estar siendo usados por la Tierra para lograr conciencia de sí misma. Un proyecto de la mente planetaria, de lo que James Lovelock llamara Gaia, el supraorganismo que compone a la biósfera y trasciende a la suma de sus partes, para sublimarse y quizás convertirse, como un alquimista superno, en una gigantesca piedra filosofal en donde la materia y el espíritu sean indiferenciados, y no exista la dualidad. Quizás un proyecto que podría abortar en el caso de que no la llevemos al punto crítico cósmico de despertar masivamente.

“El planeta es un tipo de inteligencia organizada. Es muy diferente a nosotros. Ha tenido unos 5 mil millones de años para crear una mente que se mueve lentamente y que está hecha de oceános, ríos, bosques y glaciares. Se está volviendo consciente de nosotros y nosotros nos estamos volviendo consciente de ella, extrañamente. Dos miembros más improbables de una relación difícilmente pueden ser imaginados, el simio tecnológico y el planeta que ensueña”, Terence Mckenna.

Iniciamos este artículo diciendo que la noósfera es una utopia, porque es la idea-semiilla de una colectividad idílica que busca funda-mentalmente materializar un sueño, en realidad, eterrealizar todas la mentes en una mente, una gran capa radiante de consciencia interpenetrante y como tal va más alla de nuestra concepción del espacio material… Se conecta con la concepción de un espacio espiritual o un espacio de información similar a lo que en sánscrito se conoce como Akasha, palabra que significa éter, pero que también ha sido entendida por la teosofía como una biblioteca inmaterial o un banco de memoria universal: los registros akashicos. En esta cosmovisión, todo el espacio –el éter- en sí mismo es una plétora holográfica de información, en cada partícula de éter, tenemos toda la información del universo, como si en cada bit estuviera todo el internet (la teoría cuántica ha llamado esto el q-bit y la teoría de sistemas el holón). La noósfera es un avatar de Akasha, en el que amanece la posibilidad de conectarnos telepáticamente a toda la información del planeta y de cada uno de los organismos que lo componen, recibiendo en el plano místico la la galvanización “de la verdad que os hará libres”.


Es una utopia porque las personas que han encarnado la movilización de la noósfera son grandes optimistas que ven en la evolución un vehículo de la inteligencia que no puede cejar, una arrolladora máquina orgánica que se magnetiza con el fin de la historia. Tanto Teilhard, como Vernadsky, como los continuadores de esta idea (Mckenna, José Arguelles, Ken Wilber) son en el fondo utopistas, que acaso por su luminosa capacidad de penetrar en la noósfera misma y obtener la epifanía de su conciencia tienen una enorme confianza en su ineluctable sendero. Pero tenemos el caso de James Lovelock, quien popularizará la noción de que la Tierra es un ser vivo que se autorregula con su teoría de Gaia, y que en su trabajo más reciente considera que debido a la faltalidad de nuestras acciones, y su efecto en el cambio climático, para el fin de este siglo solo existirán 150 millones de
seres humanos sobre la faz del planeta
¿Será la noósfera solamente de ellos, los elegidos, concretizando el paraíso de la mente pero destruyendo el espíritu democrático de su origen?
¿O tendrán que reiniciar el sistema y atravesar un nuevo proceso evolutivo para congraciarse con la inteligencia nativa del planeta?

Pero sigamos por el sendero óptimo de la utopia, encausando la cristalización, tal vez participando en el tejido inalámbrico de este gran mandala planetario, esta collar de perlas de Indra en el que cada perla refleja no solo a todas las otras perlas sino todos los reflejos que se dan entre sí (donde las perlas son los pensamientos).

Erik Davis en su libro Techgnosis, postula la tesis de que la tecnología esconde dentro de su hardware, en su inconsciente, el deseo de materializar el espíritu. Davis dice sobre la noósfera de Teilhard:

“Teilhard no tenía dudas que esta transferencia (el mecanismo de evolución transferido hacia el nivel social y consciente) era por el bien, porque a la larga la actividad humana habría de despertar al planeta mismo. Desde sus inicios, el jesuíta creía, la mente humana se tejió a sí misma en una matriz colectiva de comunicación e interacción, una red etérea de consciencia que no solo vinculaba a la individuos humanos sino que estaba destinada a cubrir a toda la biósfera como la piel de una cebolla. Teilhard llamaba a esta corona cerebral de la creación la “noósfera”, una entidad psíquica colectiva que surgió del mismo impulso orgánico y simbiótico hacia la unidad y a la compleijidad que inicialmente llevó a los elementos químicos libres a unirse en moléculas y células”.

En la noósfera, estas unidades que se alían, son bits culturales, memes, lenguaje, imaginación, pensamaientos y posiblemente vidas humanas en un crisol holográfico de sueños y emociones cuánticamente entrelazadas.

La influencia de la noósfera de Teilhard fue fundamental en los inicios del internet. Los fundadores y editores de la revista Wired, Kevin Kelley, Louis Rosseto y John Perry Barlow, tomaron las ideas de Teilhard y las reprocesaron dentro de las tecnologías de la información, haciendo del la vision prístina del internet un espacio neo- neurobiológico, donde la Red es la materialización –más allá de la metáfora- de las conexiones neuronales (y la información es el espíritu que se transmite electrofantasmagóricamente, anunciado, como el arcángel, la llegada de una nueva era).

Perry Barlow escribió en Wired: “El punto de toda la evolución hasta este momento es la creación de una organización colectiva de la Mente”.

Rosetto dijo en una entrevista (citado por Erik Davis): “Lo que parece estar evolucionando es una conciencia global formada de las discusiones y negociaciones y sentimientos que están siendo compartidos por individios conectados a las redes a través de aplicaciones cerebrales como las computadoras. Entre más mentes se conectan, más poderosa la conciencia sera. Para mi, esta es la verdadera revolución digital –no computadoras, no redes, sino cerebros conectándose a cerebros”.

El ver reflejadas en la tecnología las ideas de Teilhard de Chardin y el optimismo generalizado de que la inteligencia (como en el caso de Tim Leary) conquista el espacio y nos hace emerger del polvo como creadores y controladores de nuestra realidad, da pie al transhumanismo y extropianismo, que postulan la posibilidad de escapar de la prisión del cuerpo y la muerte hacia una especie de noósfera puramente digital en la que nuestras conciencias inmortales, aumentadas por la interacción con las máquinas, estén totalmente conectadas y puedan acceder a paraísos artificiales de diseño. Este es el sendero donde la tecnología reemplaza a la magia, y las máquinas a los cuerpos como vehículos del espítritu (que se vuelve información y luz eléctrica).

Pero por otra parte tenemos a Ken Wilber quien concibe la nueva etapa en nuestra historia como el “nooceno”, una epoca donde la inteligencia toma control de la sociedad, cuyo éxito estará determindado por “como logremos manejar y adaptarnos a la inmensa capacidad de conocimientos que hemos creado”.

El refinado proyecto de la Universidad de Princeton, Gobal Consciousness Project (GCP), mide los momentos en los que la consciencia humana se sincroniza y se vueleve coherente afectando el comportamiento de sistemas aleatorios. Es decir, momentos en los que la consciencia global afecta la materia. Midiendo eventos como el ataque de las Torres Gemelas, las elección de Obama o meditaciones colectivas, los científicos de Princeton (liderados por el maverick Roger Nelson) han notado que la sincronización de millones de personas afecta estos sistemas generadores de números aleatorios de forma que habría 1 en mil millones de posibilidades que esto se debiera al azar. Estos “electrogaiagramas” o EGGs (electroencefalogramas de la mente de Gaia) sugieren que existe “una noósfera emergente o el campo unificado de la conciencia descrito por los sabios de todas las culturas.”

Tanto Terence Mckenna como José Argüelles veían en la ominosa fecha del 2012 la cita planetaria con la noósfera. Mckenna concibió la historia como un fractal que se aceleraba hacia su concreción en diciembre del 2012; un punto en el que todos los ciclos de la historia se comprimieran en un sólo instante, en el que todo sucedería a la vez, una especie de Big Bang en reversa. Un punto similar a lo que Ray Kurzweill llama la Singularidad, en el que la cantidad de información apilada y su hiperfluida circulación por una especie de reacción en cadena –o efecto 100 monos- iluminaría al mundo (la pregunta es si ¿a las máquinas o a los hombres?).

Argüelles, quien falleció hace unas semanas, poco más de un año antes del 21 de diciembre del 2012, la fecha culmen a la cual le dedicó todo su trabajo, dejó un libro póstumo: The Manifesto for the Noosphere: Next Stage in the Evolution of Human Consciousnes. Reality Sandwich ha publicado un extracto de este libro que viene a colación como un ouroboros en el dedo.

En el libro Argüelles traza su entrañable relación con la idea de la noósfera y nos remite a la evolución de este concepto dentro del marco de la esperanza onírica del 2012. Es interesante notar que fue el genio mulifacético R. Buckminister Fuller quien introdujo a Argüelles a la vision noósferica, fue él quien “primero me sugirió la presencia de un sistema de almacenamiento y recolección existiendo como un campo psíquico o cinturón de pensamientos alrededor del planeta. Fue a través de este medio, me escribió Bucky, que podia conversar con los filósofos pre-socráticos mientras caminaba por la playa”.

En su libro In Earth Ascending (1984), Argüelles postula la existencia de un banco psíquico: “ el sistema de recolección y almacenamiento de información codificada de la noósfera y programa de cronometraje de ADN , localizado entre y en resonancia con los dos cinturones de radiación del campo electromagnético de la Tierra”.

Argüelles retoma la noción evolutiva de Teilhard y su punto Omega y, en buena medida, la transforma dando a luz al movimiento new age con el 2012 como punto focal. Entre la destrucción y la iluminación; Argüelles, como Teilhard, gusta de voltear sus huevos al sol:

“Porque nosotros como especie, el agregado de las células que llevan la conciencia de la Tierra en evolución, no estamos aún despiertos a nuestro papel como un organismo planetario, así también la noósfera no está aún del todo consciente… encontraremos la resolución y la voluntad para reconstruir la noósfera… hacia un nuevo orden armónico de realidad superorgánica basado en un estado de conciencia distinto al que ha existido antes en la Tierra”.

Argüelles considera que estamos al borde de la posibilidad de convertir nuestra existencia en un obra de arte, sublimándonos en la “nave Tierra”.

“Una plétora de estructuras arquetípicas, reprimidas hasta ahora, se liberarán a través de los canales hasta ahora inimaginados de posibilidad artística, dando forma a una simbiosis entre la imaginación humana y el orden natural”.


Teilhard de Chardin veía el desenlace del proceso noósferico en la convergencia de materia y mente, donde según él seremos magnéticamente autodevorados por el Punto Omega, la conciencia crística al final del tiempo. Cristo “destellará como un relámpago” y la materia colapsará en espíritu absoluto”. Parfraseando el poema de T.S. Elliiot, el universo no terminará ni con un gemido (whimper) ni con una explosion (bang), terminará con el flash eterno del Espíritu.

Mckenna, en éxtasis psicodélico, veía así este paso al Punto Omega:

“Debemos de lograr exteriorizar el alma humana al fin del tiempo, invocarla a su existencia como un OVNI y abrir el umbral violeta hacia el hiperespacio, atravesarlo, afuera de la historia profana y hacia un mundo más allá de la tumba, más allá del chamanismo, más allá del fin de la historia, hacia el milenio galactico que nos ha llamado por millones de años a través del tiempo y el espacio”

Argüelles continua con esta euforia:

“La humanidad está atravesando la última etapa preparatoria para entrar, como un colectivo armonizado, a este tiempo de sueño consciente… Una vez que nos aliniemos con la noósfera percibiriemos y sabremos radialmente. Experimentaremos todo como múltiples correspondencias que vinculan a todo con todo lo demás en una universo multidimensional armónicamente sincronizado… nos convertiremos en una nueva especie — Homo noosphericus”.

En su libro “El Futuro del Hombre”, Teilhard de Chardin argumentó que las experiencias místicas descritas por santos o yoguis eran en realidad emanaciones del Punto Omega. Algo similar ha dicho el físico David Bohm: las experiencias de interconexión total, el misticismo, la telepatía, provienen del mar de energía subcuántica que llama la Totalidad Implicada; el Mundo de la Voluntad en palabras de Schopenhauer. Es posible que este tipo de epifanías provengan de una conexión con el código fuente de nuestra realidad que podemos llamar Akasha. Argüelles a lo largo de su trabajo desarrollando una nueva versión del calendario maya, la frecuencia 13:20, dijo haberse conectado con el espírirtu de Pakal Votan; Teilhard de Chardin tuvo un momento místico en el desierto de Gobi en China que fue fundamental a su fusión del cristianismo con la teoría de la evolución, creando un cristianismo cósmico; Mckenna vislumbró su Onda del Tiempo Cero, de la cual dedujo que el 2012 sería el fin del fractal de la historia, en un viaje de hongos. ¿Es posible que estos hombres se hayan conectado con la misma noósfera que describen, por un momento deslumbrante descargando datos de la matriz arquetípica que resguarda en su biblioteca etérea la gnosis de la mente divina?

Es difícil decir si la noósfera sólo es uno de nuestros mejores sueños, cultivado en mentes brillantes pero con un dejo de delirio religioso y mesiánico, o es inmanente a la evolución misma, una inevitabilidad de vivir en un universo creado por la Mente misma, un enorme espejo del plan de la creación, el final es el principio, un mismo instante que la evolución hace río, que proyecta la eternidad en tiempo. Lo cierto es que construimos la realidad a través de modelos y el modelo de la noósfera es el mejor que tenemos para incluir la interconexión, la telepatía, la sincronicidad, la capacidad de crear con la palabra, de fundir el mundo de la ideas con nuestra realidad experiencial… El modelo que postula la posibilidad de despertar colectivamente a un sueño lúcido.

Pierre Teilhard de Chardin S.J. (Sarcenat, 1 de mayo de 1881 - Nueva York, 10 de abril de 1955) fue un religioso, paleontólogo y filósofo francés que aportó una muy personal y original visión de la evolución. Miembro de la orden jesuita, su concepción de la evolución, considerada ortogenista y finalista, equidistante en la pugna entre la ortodoxia religiosa y científica, propició que fuese atacado por la una e ignorado por la otra. Suyos son los conceptos Noosfera (que toma prestado de Vernadsky) y Punto Omega.
Cf A. TORNIELLI, Teilhard e il Papa buono 64. El texto del Monitum dice así: "Ciertas obras del P. Teilhard de Chardin, incluyendo algunas póstumas, son publicadas y encuentran una aceptación que no es desdeñable. Independientemente del debido juicio en lo que atañe a las ciencias positivas, en materias de filosofía y teología se ve claramente que las obras antes mencionadas encierran tales ambigüedades y aún errores tan graves que ofenden la doctrina católica. Por tanto los Emmos. y Rvdos. Padres de la Suprema S. Congregación del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios y Superiores de Institutos religiosos, a los Rectores de Seminarios y Directores de Universidades, a defender los espíritus, particularmente los de los jóvenes, de los peligros de las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus discípulos. Dado en Roma, en el Palacio del Santo Oficio, el 30 de Junio de 1962. Sebastián Masala, Notario" (J. PHILIPPE DE LA TRINITÉ, Roma y Teilhard de Chardin 7).

HISTORIA22: LA NOOSFERA. VLADÍMIR VERNADSKI. Vladímir Ivánovich Vernadski Влади́мир Ива́нович Верна́дский) (12 de marzo de 1863 calendario gregoriano, 28 de febrero de 1863 calendario juliano – 6 de enero de 1945) fue un científico ruso[1] [2] [3] que contribuyó a la fundación de varias disciplinas modernas, especialmente la geoquímica, y cuyas ideas sobre la noosfera fueron una contribución fundamental al cosmismo ruso.

Vladímir Vernadski

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Vladímir Vernadski.

Vladímir Ivánovich Vernadski Влади́мир Ива́нович Верна́дский) (12 de marzo de 1863 calendario gregoriano, 28 de febrero de 1863 calendario juliano6 de enero de 1945) fue un científico ruso[1] [2] [3] que contribuyó a la fundación de varias disciplinas modernas, especialmente la geoquímica, y cuyas ideas sobre la noosfera fueron una contribución fundamental al cosmismo ruso.

En 1885 se graduó en física y matemáticas en la Universidad de San Petersburgo, prolongando su formación durante los dos años siguientes en diversas universidades europeas. A partir de 1890 fue profesor de mineralogía y cristalografía en la Universidad de Moscú, donde se doctoró en 1897. Miembro de la Academia Rusa de Ciencias desde 1912, trabajó para esta institución hasta su muerte. A la vez fue fundador (1918) y primer presidente de la Academia Ucraniana de Ciencias. Por éste y otros motivos es considerado tan compatriota por los ucranianos como por los rusos.

Vernadski fue discípulo de Vasili Vasílievich Dokucháyev (1840-1903), fundador de la edafología, quien le transmitió una comprensión integradora de la naturaleza. Eduard Suess, que también había sido influido por Dokuchayev, forjó la palabra biosfera sin llegar a definirla. Vernadski es especialmente célebre por su libro La biosfera (1926), donde presenta a la vida como la fuerza geológica que da forma a la tierra. Vernadsky fue fundador de varias nuevas disciplinas como la geoquímica, la biogeoquímica y la radiogeología. Habiéndole dado al concepto de biosfera su contenido actual, es considerado como uno de los fundadores de la ecología y el padre de la visión moderna del sistema Tierra.

Concebía la Tierra como la superposición de cinco realidades integradas: la litosfera, entendida como esfera sólida de la Tierra; la atmósfera; la biosfera; la tecnosfera, el resultado de la alteración producida por el hombre; y la noosfera, la esfera del pensamiento. A la vez veía la historia del planeta como una evolución autónoma con tres etapas dominadas respectivamente por la evolución geológica, la evolución biológica y la evolución de la cultura. Vernadski observó la dependencia de la composición atmosférica con respecto a la actividad biológica, ofreciendo de la Tierra un concepto muy próximo al propuesto más tarde por James Lovelock con su hipótesis Gaia.

Vladímir Vernadski dejó una nutrida estela de seguidores en la Unión Soviética, la cual constituyó una escuela separada. La influencia de Vernadski en la ecología occidental se ha producido a través de algunos de sus discípulos, y de la traducción al inglés de dos de sus obras: Geoquímica (1924) y La biosfera (1926). Debe destacarse la influencia de sus nociones sobre Teilhard de Chardin, cuyo uso del concepto de noosfera deriva directamente del de Vernadski.

[editar] Obra

  • Geochemistry (1924)
  • The Biosphere (1926).
  • Essays on Geochemistry & the Biosphere (recopilación de sus ensayos, publicada en 2006)

[editar] Referencias

  1. Vladimir Ivanovich Vernadsky — Encyclopædia Britannica
  2. Vernadsky, Vladimir Ivanovich — The Oxford Companion to the Earth
  3. Vernadsky, Vladímir Ivanovich — Environmental Encyclopedia

HISTORIA22: NOOSFERA. Noosfera o noósfera (del griego noos, inteligencia, y esfera). El diccionario de la Real Academia Española lo define como «conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven».

Noosfera

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Noosfera o noósfera (del griego noos, inteligencia, y esfera). El diccionario de la Real Academia Española lo define como «conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven».[1]

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[editar] Teorías

Vladimir Ivanovich Vernadsky elaboró la teoría de la noosfera como contribución esencial al cosmismo ruso. En la teoría original de Vernadsky, la noosfera es la tercera de una sucesión de fases del desarrollo de la Tierra, después de la geosfera (materia inanimada) y la biosfera (vida biológica). Tal como la emergencia de la vida ha transformado fundamentalmente la geosfera, la emergencia de la cognición humana transforma la biosfera. En contraste con las concepciones de los teóricos de Gaia o de los promotores del ciberespacio, la noosfera de Vernadsky emerge en el punto en donde el género humano, mediante la maestría en los procesos nucleares, empieza a crear recursos mediante la transmutación de elementos.

La teoría de la Noosfera sería recogida más tarde por el teólogo cristiano Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). Teilhard explica la noosfera como un espacio virtual en el que se da el nacimiento de la psíquis (noogénesis), un lugar donde ocurren todos los fenómenos (patológicos y normales) del pensamiento y la inteligencia.

Para Teilhard, la evolución tiene igualmente 3 fases o etapas: la geosfera (o evolución geológica), la biosfera (o evolución biológica), la noosfera (o evolución de la conciencia universal). Esta última, conducida por la humanidad, alcanzará la última etapa de la evolución en la cristósfera. También entiéndase que la noosfera es el estrato que conduce la energía liberada en el acto del pensamiento. Está a la altura de las cabezas humanas interconectando toda la energía del pensamiento y generando la conciencia universal[cita requerida].

«Creo que el Universo es una Evolución. Creo que la Evolución va hacia el Espíritu. Creo que el Espíritu se realiza en algo personal. Creo que lo Personal supremo es el Cristo Universal».

[editar] Coincidencias y diferencias entre Vernadsky y Teilhard

Ambos, Vernadsky y Teilhard, coinciden en el proceso aunque la última etapa señala objetivos totalmente distintos:[2]

  • Para Vernadsky, la última etapa es una visión del pensamiento científico que acelera, modifica y va tomando el control de lo "natural", y en la cual nunca discute un posible fin de la noosfera.
  • Para Theilhard, el lado psíquico de la materia se vuelve determinante, para apuntar así a la culminación de un proceso en donde la Tierra-noosfera es reemplazada por una super-mente, significando de este modo la realización del espíritu en la Tierra.

[editar] Noocracia

Artículo principal: Noocracia

El reciente conocimiento de los ecosistemas y del impacto humano en la biosfera ha conducido a un vínculo entre la noción de sostenibilidad con el de co-evolución[3] y con la armonización de la evolución cultural y biológica. En este contexto, el resultante sistema político será referido entonces como una noocracia.[4] [5] Ya Sócrates[6] había sugerido este sistema .

El teórico americano Ken Wilber[7] (1995) trata esta tercera evolución de la noosfera. En su trabajo Sexo, ecología y espiritualidad (1995), construye varios de sus argumentos sobre la emergencia de la noosfera y la continua emergencia de subsiguientes estructuras evolutivas.

[editar] Bibliografía

  • Vernadsky, Vladimir Ivanovich. La biosfera, A.Machado Libros, S.A. 1997.
  • Samson, Paul R. The Biosphere and Noosphere Reader: Global Environment, Society and Change. Routledge, 1999.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Noosfera en el DRAE.
  2. Levit, George. S. Biogeochemistry, Biosphere, Noosphere: The Growth of the Theoretical System of Vlaidimir Ivanovich Vernadsky. Verlag für Wissenchaft un Bildung, 2001.
  3. Norgaard, 1994
  4. La necesidad de desarrollar verdaderos instrumentos de gobernación mundial planteó la necesidad de diseñar mecanismos de toma de decisión en el ámbito internacional. En seguida se vio que algún tipo de diseño democrático sería probablemente la opción menos problemática (y más justa). Con todo, el concepto de democracia tenía una fuerte carga valorativa que le restaba atractivo en determinados ámbitos. Como solución, se creó un comité internacional de sabios que diseñaron un sistema que pudiera satisfacer todas las demandas y sensibilidades. En primer lugar, se creó el concepto de Noocracia, es decir, un sistema político basado en el conocimiento. Esto permitía introducir dos acotaciones importantes: por un lado, se abría la puerta a que, en determinadas circunstancias, la opinión experta fuera privilegiada; en segundo término, se convertía en la expresión de la aspiración a conseguir que todos los habitantes del planeta pudieran ejercer como ciudadanos comprometidos y capacitados para participar en las tomas de decisión. Para poder poner en marcha el sistema se establecieron tres requisitos: primero, todos los ciudadanos del planeta deben poder participar en la elección del nuevo gobierno global; la fórmula era intencionadamente vaga para permitir formas de participación indirecta o ponderada. Segundo, todos los ciudadanos del planeta pueden ser escogidos o designados para tener responsabilidades en el nuevo gobierno global. Tercero, todos los miembros del gobierno mundial deben rendir cuentas periódicamente de su gestión y someter su cargo a refrendo para continuar o ser substituidos. Asimismo, se estableció un calendario para ir desarrollando la construcción del nuevo sistema y para profundizar en la equiparación de los procesos de sufragio activo y pasivo.
  5. La existencia temporal Jean Guitton, Javier Martín Barinaga-Rementería p.100
  6. Platón, Diálogos, Critón o del Deber (Ed. Porrua Sepan Cuantos,) p, 32, 36, 38
  7. Ken Wilber Sexo, ecología y espiritualidad

[editar] Enlaces externos

HISTORIA22: MAYANISMO. Mayanismo es un término acuñado y usado principalmente en los Estados Unidos, para referirse a una colección ecléctica de creencias de carácter esotérico, relacionadas con el pensamiento denominado de la Nueva era (New age, en inglés), que ha sido parcialmente influenciada por la mitología maya y por otros mitos populares modernos, frecuentes entre algunos descendientes de la civilización maya. Los afiliados o adherentes a estas creencias (mayanistas, sería su designación) no deben ser confundidos con los llamados mayistas, término aceptado por la Real Academia Española de la Lengua (RAEL) para designar a los estudiosos especializados en la cultura y en la escritura mayas.

Mayanismo

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Este artículo trata sobre una corriente de pensamiento de la Nueva Era. Para los estudiosos de la cultura maya, véase Mayista.
Representación moderna del calendario maya.

Mayanismo es un término acuñado y usado principalmente en los Estados Unidos, para referirse a una colección ecléctica de creencias de carácter esotérico, relacionadas con el pensamiento denominado de la Nueva era (New age, en inglés), que ha sido parcialmente influenciada por la mitología maya y por otros mitos populares modernos, frecuentes entre algunos descendientes de la civilización maya. Los afiliados o adherentes a estas creencias (mayanistas, sería su designación) no deben ser confundidos con los llamados mayistas, término aceptado por la Real Academia Española de la Lengua (RAEL) para designar a los estudiosos especializados en la cultura y en la escritura mayas.[1]

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[editar] Antecedentes

El mayanismo contemporáneo no hace tanto énfasis en los supuestos contactos del pueblo maya con los habitantes de los continentes perdidos al que se referían autores decimonónicos como Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, Augustus Le Plongeon y su esposa Madame Le Plongeon, sino que alude principalmente a vínculos de los mismos mayas con seres extraterrestres; sin embargo, se siguen haciendo referencias a la Atlántida.[2] En efecto, nociones de influencias extraterrestres en los mayas pueden encontrarse en el libro Chariots of the Gods? por Erich von Däniken, cuya teoría de los astronautas fue a su vez influenciada por Peter Kolosimo y especialmente el equipo de Jacques Bergier y Louis Pauwels, autores de Le Matin des Magiciens. Estos escritores se han inspirado también en la literatura fantasiosa de H. P. Lovecraft[3] y las publicaciones de Charles Fort.

Quedan, sin lugar a dudas, elementos de interés para el público moderno de la vieja historia de continentes y civilizaciones perdidas, popularizadas en el siglo XIX por una gama de autores importantes como Julio Verne, Edward Bulwer-Lytton y H. Rider Haggard. Hay también un impulso más reciente para esos temas por parte de autores seudocientíficos (no ficción) como Zecharia Sitchin y Graham Hancock. En los últimos años, a partir de 1970, el mayanismo experimentó un resurgimiento por medio de la obra de Frank Waters, un escritor que ha tratado la mitología Hopi.[4] En 1970, Waters recibió apoyo financiero de la Fundación Rockefeller para investigar en México y Mesoamérica; esto, dio como resultado su libro llamado en inglés, Mexico Mystique: The Coming Sixth World of Consciousness, que es una discusión de la cultura mesoamericana adornada por las creencias de Waters en cuestiones astrológicas, de profecías y en el tema del continente perdido de la Atlántida.[5] El mayanismo, como corriente de pensamiento, ganó también impulso en el contexto del fenómeno 2012, particularmente como ha sido presentado por la obra del autor de la Nueva era John Major Jenkins, quien afirma en el libro que escribió en 2009: (en inglés) The 2012 Story: The Myths, Fallacies, and Truth Behind the Most Intriguing Date in History, que el mayanismo entraña "el núcleo central de las enseñanzas de la religión maya y de su filosofía".[6]

El mayanismo tiene, por tanto, una historia que se nutre de muy diversas fuentes, entre las que la misma arqueología figura de manera importante. Ha ganado y retenido atención del público por medio de cómics, ciencia ficción, literatura fantástica, cine, novela gráfica, juegos de rol (especialmente Dungeons & Dragons), y videojuegos. La exitosa novela de James Redfield, Las nueve revelaciones, ha contribuido ciertamente a esta corriente especulativa.

La corriente mayanista ha sido promovida activamente por algunas casas editoriales estadounidenses como Inner Traditions - Bear & Company, que ha publicado un buen número de libros sobre el tema de las predicciones mayas, acontecimientos esperados por los mayanistas para el año 2012, escritos por autores diversos, como José Argüelles, John Major Jenkins, Carl Johan Calleman, y Barbara Hand Clow. Tarcher|Jeremy P. Tarcher, Inc. ha publicado por su lado obra relacionada con las creencias de la Nueva era, escrita por autores como Daniel Pinchbeck y también John Major Jenkins, quienes han contribuido al creciente interés público sobre el mayanismo. El libro (en inglés) The Book of Destiny: Unlocking the Secrets of the Ancient Mayans and the Prophecy of 2012, publicado por el guatemalteco Carlos Barrios,[7] es una contribución más a este género literario.

[editar] Historia

Los orígenes de la corriente mayanista se encuentran en el libro del siglo XVI de Tomás Moro, Utopía, en donde se desarrolla el concepto de una utopía en el Nuevo Mundo (una idea que había sido explorada por Cristóbal Colón en su Libro de las profecías de 1501.

Sin embargo, el mayanismo fue realmente sostenido hasta el siglo XIX a partir de los escritos de Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, quien hizo conribuciones académicas significativas, incluyendo el redescubrimiento del Popol Vuh y que al final de su carrera se convenció de que la cultura maya estaba relacionada con el continente perdido de la Atlántida. En 1857 Brasseur identificó a Votán como un dirigente fenicio que había fundado Palenque y en un artículo publicado en 1872, atribuyó ciertos cataclismas mesoamericanos a una versión temprana de la hipótesis pseudocientífica del cambio de los polos de la tierra, o a la noción especulativa de la modificación del eje de rotación del planeta.

El trabajo de Brasseur que fue ilustrado por el talentoso pero poco acucioso y preciso Jean-Frédéric Waldeck, ejerció influencia en su época sobre otros trabajos pseudo-históricos, como los desarrollados por Désiré Charnay, Augustus Le Plongeon, su esposa, Ignatius L. Donnelly y James Churchward. Le Plongeon y Donnelly, a su vez, influyeron en el trabajo de otros como Madame Blavatsky[8] y Rudolf Steiner, quien difundió concepciones erróneas acerca de la cultura maya en los círculos afines al pensamiento denominado de la Nueva era.

Todas estas ideas formaron parte de toda una escuela promovida por el psíquico Edgar Cayce a principios del siglo XX, que más tarde, ya en la segunda mitad del siglo, se popularizó por la obra del autor estadounidense Jess Stearn. Un ejemplo del pensamiento mayanista está dado por la creación de un grupo llamado Templo Mayanista en Brooklyn, por un autoproclamado sacerdote maya de nombre Harold D. Emerson, quien publicó una serie llamada "Los mayanistas, dedicados al alumbramiento espiritual y a la religión científica", entre los años 1933 y 1941.[9] Fue éste de los primeros intentos de los mayanistas para hacer una síntesis entre la religión y la ciencia, lo que se ha vuelto tema común y corriente en el mayanismo contemporáneo, al igual de lo que sucede en las corrientes teosóficas.

[editar] Creencias del mayanismo

El mayanismo es utilizado para referir un conjunto diverso de creencias. No posee una creencia o doctrina central. Sin embargo, es utilizada consistentemente la noción de que los mayas, como pueblo y como cultura entendían diversos aspectos de la experiencia humana y poseían una conciencia que han estado poco comprendidas por la cultura occidental contemporánea. Esto incluye un conocimiento cosmogónico, escatológico, tecnológico y ecológico. Estos últimos, conocimientos perdidos, que, si recuperados, podrían mejorar la condición humana y aún cear una nueva utopía.

Esta escuela de pensamiento no se basa en los conocimientos de carácter académico, sino más bien en la revelación de verdades a los iniciados, en profecías y en lo que pudiera entenderse como conocimiento tradicional. La literatura mayanista frecuentemente se refiere a creencias y teorías que ignoran y aún rechazan evidencias físicas, hechos o conocimientos, sobre todo cuando estos contradicen las creencias del mayanismo. Como resultado, estas creencias del mayanismo tienden a estar caracterizadas por una mezcla de elementos esotéricos y de sincretismo, más que ser el resultado de investigaciones científicas.

[editar] Calendario maya

Existe una tendencia reciente a hacer interpretaciones no mayas del calendario maya orientadas a dar versiones astrológicas (que no astronómicas) de tal instrumento de medición del tiempo. Un ejemplo de esto sería el Dreamspell, calendario esotérico difundido por el filósofo de la Nueva era, José Argüelles.

La astrología maya ha sido también promovida por Kenneth Johnson en su libro La sabiduría del jaguar: calendario maya mágico.[10] Otro ejemplo de esto sería La ciencia del tiempo maya, descrita por Carl Johan Calleman en su libro Resolviendo el gran misterio de nuestro tiempo: el calendario maya,[11] en el que se presenta un modelo de evolución unilinear basado en las interpretaciones de su autor de los ciclos calendáricos mayas. También la obra de Ian Lungold cae en la categoría que aquí se señala.

[editar] 21 de diciembre de 2012

Artículo principal: Fenómeno 2012

El significado de la fecha deriva de la terminación de un ciclo (Baktún) del calendario maya en el año 2012 del calendario gregoriano. Algunos creen que este hecho tendrá como consecuencia un cambio significativo, esto es, el inicio de una nueva era. Ha habido especulación en torno a la fecha, sin que pueda precisarse alguna razón con sustento científico o demostrable, con respecto a lo que ocurrirá en tal fecha, cómo ocurrirá y por qué ocurrirá.

Algunos autores han rastreado el origen de esta creencia o especulación a la primera edición del libro de Michael D. Coe, Los mayas ya que tal arqueólogo estadounidense sugirió que la fecha del 24 de diciembre de 2011 había sido para los mayas una fecha profética en la que Armagedón habría de hacerse cargo de los pueblos degenerados del mundo y de toda su creación.[12] La fecha fue tema de especulación por parte de otro autor, Frank Waters, que dedica dos capítulos de su libro México místico (1975) a interpretarla.[5]

Por otro lado el significado del año 2012 (aunque no de un día específico) también fue mencionado por José Argüelles en Una visión transformadora (The Transformative Vision)[13] y, también, pero sin mencionar a los mayas, fue retomada por Terence McKenna y Dennis McKenna en El panorama invisible (The Invisible Landscape) (1975).[14]

Hay otros autores del mismo tipo de literatura que han abordado el tema a lo largo de las últimas décadas, sin que ninguno haya aportado elementos de carácter científico o de verosimilitud, respecto de tales especulaciones y, por otro lado, su vinculación con la civilización maya ha sido puesta en duda y debatida por la comunidad arqueológica y de mayistas. No hay duda, sin embargo, que la promoción abundante de tales ideas ha generado un cierto auge a la corriente mayanista y a su evolución como religión sincrética.

[editar] Mayanismo y chamanismo

El chamanismo se ha vuelto una parte importante del mayanismo, en parte debido a la popularidad de la literatura de Carlos Castaneda, cuyos libros describen su condición de aprendiz de un brujo, chamán yaqui. Sin embargo, la obra de Castaneda está identificada como literatura ficción y no hay ninguna prueba de que el personaje que describe como su tutor sea real.[15] [16] A pesar de que los yaquis son una etnia del norte de México, específicamente del desierto de Sonora, los mayanistas frecuentemente extienden la noción usada por Castaneda del tolteca al más amplio concepto de la civilización tolteca que interactuó con la civilización maya en determinada época de la evolución de ambas culturas. Posiblemente esto sea derivado de las especulaciones hechas durante el siglo XIX por autores ya citados como Brasseur y Charnay, que incluso llegaron a sostener que los toltecas habían correspondido a una raza aria que había traído de Asia una civilización avanzada a América mediante las migraciones a través del Estrecho de Bering (Charnay dixit), o emigrando del continente perdido de la Atlántida, según Brasseur.[17]

Uno de los varios temas recurrentes del mayanismo es el referido a lo enteogénico, para identificar estados mentales o de conciencia alterados que permiten alcanzar ciertas visiones o conocimiento reservado a quienes son capaces de alcanzar tales estados. El uso de algunas plantas conteniendo cierto tipo de alcaloides psicotrópicos como la mescalina, el propio tabaco y otros, como los que provienen del peyotl y de ciertos hongos alucinógenos conteniendo psilocibina, ha sido mencionado como la llave de los chamanes para acceder a aquellos estados mentales de clarividencia desde los cuales les es posible ver o saber lo que otros ni ven, ni pueden saber. En el caso de los mayas, el uso de esas substancias ha sido inferido por estudios iconográficos, más no existe hasta la fecha ninguna evidencia arqueológica de que tal cosa se diera entre los antiguos mayas, aunque queda claro el uso que daban a las hojas de tabaco por su contenido nicotínico.

[editar] Promotores de ascendencia maya

Hay un número creciente de mayanistas de origen indígena. Ellos se han sumado a la corriente religiosa mayanista argumentando entre otras cosas su legitimidad para ser representantes o intérpretes del movimiento con base a su ascendencia maya. Es el caso de César Mena Toto (conocido como Hunbatz Men) de origen yucateco y el guía espiritual de origen quiché Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj (conocido como Lobo Errante). Estos personajes se identifican con los chamanes tradicionales, pero se inscriben también en la corrientes más modernas de la nueva era y participan de las creencias referidas a la migración por la Atlántida de sus antepasados, ofreciéndole reverencia a las nociones que giran en torno a los llamados cráneos de cristal y a las entidades extraterrestres ufológicas.

[editar] Elementos ajenos a la cultura maya

A pesar de su nombre, el mayanismo tiende a incorporar muchas creencias de pueblos precolombinos diferentes del pueblo maya, como los hopi, los aztecas, y los incas. Lugares como Machu Pichu en Perú, son destino frecuente para las ceremonias de fe mayanista. Uno de los viejos temas de esta corriente data del siglo XIX cuando el vínculo entre mayas y egipcios fue propalado por artistas y autores como Waldeck, Brasseur, Charnay, Le Plongeon, Donnelly, y otros. Estas opiniones de antaño siguen siendo usadas aunque haya quedado demostrado que los mayas (aún los del periodo clásico) representaron una civilización mucho más tardía que la egipcia.

Uno de los elementos no mayas frecuentemente asociado al mayanismo es el llamado símbolo atribuido a "Hunab Ku". El símbolo deriva de las ilustraciones de códices aztecas conocido como Códice Magliabecchiano, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Florencia y que fue reproducido facsimilarmente por Zelia Nuttall en la obra El libro de la vida de los antiguos mexicanos (The Book of the Life of the Ancient Mexicans), publicado en 1903. En 1983, Elizabeth Boone editó una nueva versión facsimilar del códice, de donde José Argüelles reprodujo en 1987, en su libro El factor maya (The Mayan Factor) —un texto muy frecuentado por los mayanistas— estilizándolo, el símbolo que fue atribuido a Hunab Ku. Esta deidad maya es relativamente moderna ya que surge después de la conquista de Yucatán en los libros del Chilam Balam y parece derivar de un concepto monoteista introducido por los misioneros europeos entre los mayas de Yucatán. Ahora bien, el símbolo usado por los mayanistas, que no corresponde a la iconografía maya, evoca la noción del yin yang y de la vía láctea, usado esto para apoyar la hipótesis de viajeros astronautas tomando contacto con los mayas.

Otro elemento no maya es la imagen frecuentemente usada por los mayanistas de la mal denominada piedra calendárica azteca, un monumento que muestra a Tonatiuh o a Tlaltecuhtli, ambos personajes del panteón mexica.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. RAEL, término Mayista
  2. Jenkins 2009: 304-306
  3. Colavito 2005
  4. Waters 1963
  5. a b Waters 1975
  6. Jenkins 2009
  7. Barrios 2009
  8. The Sources of Madame Blavatsky's Writings, by William Emmette Coleman
  9. Thompson 1970: 170
  10. Johnson 1997
  11. Calleman 2001
  12. Coe 1966
  13. Argüelles 1975
  14. McKenna & McKenna 1975
  15. de Mille 1976
  16. de Mille 1980
  17. Evans 2004

[editar] Enlaces externos