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ARQUEOLOGÍA: CHINA. PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA.

  Introducción. Los trabajos de investigación arqueológica y antropológica en Ch., llevados a cabo fundamentalmente por científicos europeos, sufrieron paralizaciones durante la invasión japonesa (1937) y, sobre todo, en la 11 Guerra mundial, en la que desaparecieron muchas de las excavaciones. A partir de 1945 los arqueólogos chinos emprendieron una ingente labor de reconstrucción de las investigaciones, y el Estado organizó universidades y academias científicas con toda clase de medios para 'fomentar los hallazgos. Desde los descubrimientos de Chukutien, el problema de la hominidación preocupa a los antropólogos chinos.
     
      Las nuevas orientaciones en las investigaciones sobre la reconstrucción del pasado y las modernas técnicas dan una idea de los trabajos y estudios que allí se llevan a cabo. Así, las hipótesis de los antropólogos occidentales sobre el inmenso Gigantopithecus Blackii han quedado anuladas ante los hallazgos del Dr. Peiwen Chung. Los descubrimientos sobre el hombre fósil llevados a cabo en 1954 en la región de Hsiang Fen, en la provincia de Shansi, prueban que este hombre era más avanzado que el Sínanthropus de Pekín. En la misma línea están los descubrimientos de 1960 en K'e Ho, también en la provincia de Shansi. Mucho más abundantes han sido las investigaciones sobre la introducción y desarrollo de culturas agrícolas y las recientes sobre la época histórica. Sin embargo, es de lamentar que las noticias que de estos descubrimientos se hacen no tengan la suficiente divulgación en Occidente.
     
      Paleolítico. Paleolítico inferior. La cultura china más antigua, hasta ahora conocida, es la de Chukutien, que parece corresponder al Paleolítico inferior de Europa. En el yacimiento epónimo, que da nombre a esta facies cultural, se hallaron los restos de un Arcanthropino, bautizado con el nombre de Sinanthropus pekinensis. A este ser se asocia la industria de piedra, caracterizada por los útiles fabricados con cantos rodados y lascas talladas con técnica clactoniense y retocadas, algunas veces, en forma de raedera. El Sinanthropus conoció el fuego (son numerosos los hogares hallados en Chukutien) y fue un gran cazador, aspecto éste ilustrado por la gran cantidad de restos de animales pertenecientes al Pleistoceno inferior y medio que le acompañan. Tras la fase de la cultura de Chukutien, hay al sur de Pekín, en el valle del Fen, una serie de yacimientos con una industria lítica que puede tener su paralelo en el achelense europeo, ya que emplea técnicas de talla más evolucionadas, si bien presenta una innegable filiación con la cultura anterior.
     
      Paleolítico medio. Por lo que concierne al Paleolítico medio, en el mismo valle del Fen se encuentra una facies cultural similar al soaniense B reciente de la India, que, como es sabido, adopta caracteres netamente musterienses.
     
      Paleolítico superior. Para al Paleolítico superior Chukutien ha proporcionado los restos más importantes. En efecto, la cueva superior de este yacimiento proporcionó restos del Homo sapiens junto a los que se hallaron dientes de animales, perforados a modo de cuentas de collar. En Shui Tung-Kou y Sjara Osso-gol se han encontrado industrias del Paleolítico superior de aspecto microlítico.
     
      Neolítico. Cultura de Yang-Chao. Tras las fases culturales mesolíticas, que sin duda existieron en Ch. y casi desconocemos, comienza el Neolítico en un momento impreciso que cabe situar hacia el III milenio. Este Neolítico se desarrolló en las cuencas del río Hsang-Ho (Amarillo), en las provincias de Shensi, Shansi y Ho-Han, situadas en el norte del país, y se le conoce con el nombre de cultura de Yang-Shao, ya que fue en este yacimiento donde fue individualizado. Ya desde sus comienzos, esta cultura dio muestras de originalidad, dado que el repertorio de plantas cultivadas y animales domesticados fue eminentemente local. De las primeras, conocieron el mijo y el arroz, y en cuanto a los segundos se refiere, domesticaron el cerdo, el buey, el carnero y el perro, criando también el gusano de seda. Los poblados situados en las terrazas fluviales se componían de cabañas redondas o rectangulares formadas por una pared baja de tierra, de la que sobresalían unos postes, los cuales, unidos con otro colocado en el centro de la habitación, formaban la base de la techumbre, hecha de paja mezclada con arcilla.
     
      Para almacenar el grano y conservar los productos del ganado crearon una hermosa cerámica pintada de rojo y gris, decorada con motivos geométricos. Junto a esa cerámica de calidad poseyeron otra más tosca, barnizada de negro o blanco y decorada con impresiones de cuerdas. La industria lítica comportaba elementos originales, como los cuchillos de cosechar, hechos de piedra, que sustituían aquí a las hoces del Neolítico europeo. Los sepulcros eran rectangulares, y el cadáver se enterraba colocándolo en posición supina, acompañado de cerámica y útiles de piedra.
     
      Poco sabemos de su arte, tan sólo una cabeza humana de arcilla que aparece sobre una urna de Kansu y algunas estilizaciones de la figura humana, sobre cerámica. La semejanza de la cerámica de Kansu con algunos productos occidentales, como Anan en el Turquestán, ha hecho suponer una influencia del Neolítico occidental sobre la Ch. del Norte, sin que haya sido posible demostrarlo completamente.
     
      Cultura de Lung-Shan. Tras las fases antiguas neolíticas del Norte, se inicia, hacia el 11 milenio, el Neolítico reciente en la Ch. nordoriental y oriental, extendiéndose también por la Ch. central, sobre todo en la provincia de Honan. Esta fase cultural se ha denominado cultura de Lung-Shan y se caracteriza por la desaparición de la cerámica pintada que es sustituida por otra negra, de formas angulosas, hecha ya a torno. Las formas típicas de esta cerámica son los vasos en forma de trípode llamados ting y li, las tazas poco profundas y el ko nei. La cultura material de este momento, con respecto a la fase anterior acusa diferencias mínimas que estriban tan sólo en el uso de cuchillos de piedra semilunares usados para cosechar, distintos de los oblongos de la cultura YangShao; en la aparición de sellos de alfarero sobre las vasijas y en la práctica de la adivinación por medio de hueso de animal, preferentemente las escápulas. El proceso de neolitización siguió un camino de N a S, ya que el paso de las poblaciones mesolíticas del sur de Ch. hacia nuevas formas económicas y culturales fue debida a la colonización de extensas áreas por parte de los portadores de la cultura de Lung-Shan. Este proceso fue idéntico. más tarde en la difusión de las culturas de los metales.
     
      Edad del Bronce. Hacia mediados del 11 milenio y sobre un sustrato étnico que no difería del que formaba la cultura neolítica de Lung-Shan, empezó en el norte de Ch. la Edad del Bronce, contemporánea al nacimiento de la historia escrita y al advenimiento de la llamada dinastía Chang (v.). De esta dinastía se sabe que procedía de la provincia de Chantung, de donde Pang Keng, decimoséptimo rey de aquélla, llevó la capital a Anyang, en la provincia de Honan. Su dominio se extendía por la llanura central hasta la provincia de Chantung, y por el extremo occidental de la de Honan, hacia el sur, su influencia llegó hasta el río Yang-tse-kuang. Esta cultura es conocida en gran parte por las excavaciones realizadas en la capital Anyang, donde los arqueólogos hallaron grandes pozos que guardaban hasta 10.000 restos óseos de animales, usados para la práctica de la osteomancia, todos ellos con una inscripción, primera manifestación de la escritura china. También se hallaron restos de habitaciones rectangulares de más de 30 m. de longitud, cuya techumbre era sostenida por postes centrales colocados a intervalos regulares.
     
      Lo más impresionante de todo lo descubierto fueron las tumbas reales formadas por grandes pozos en forma de cruz, donde se hallaron gran número de víctimas humanas decapitadas, destinadas a acompañar al soberano a su última morada. También se encontraron las hermosas vasijas de bronce que caracterizan a esta etapa cultural. Sabemos, gracias a la arqueología, que la metalurgia del bronce se inició en el Honan, merced a influencias de la Siberia meridional. La fase más primitiva ha sido localizada en Chengchon, donde han aparecido los mismos vasos broncíneos que en Anyang, pero de formas más sencillas. Una característica de esta cultura del Bronce es que este metal casi sólo se usó en la fabricación de objetos de lujo, sin que haya testimonios de que fuera utilizado en herramientas o aperos de labranza. Esto denota un monopolio del metal por parte de la clase gobernante. El arte de este periodo se halla representado fundamentalmente por las vasijas de bronce llamadas chia, kuang y chueh, hechas con el sistema de la cera perdida. La ornamentación consiste en motivos geométricos, animalísticos, entre los que destacan los pájaros, los gusanos de seda y los dragones. De prolongado uso fue la máscara denominada tao tieh o glotón. Igualmente de esta época son los cuchillos de bronce con mangos decorados con cabezas de animales y la alabarda conocida como ko. El arma más utilizada fue -el arco de tipo compuesto, con el que se disparaban flechas de hueso provistas de puntas de bronce. Entonces la caballería era prácticamente desconocida; los carros de guerra se utilizaban principalmente para el transporte de tropas.
     
      La dinastía Chu. Tras el momento cultural del Bronce I o dinastía Chang, que se prolonga hasta finales del II milenio, acontece un cambio dinástico que según los analistas chinos cabe situar hacia 1027. En efecto, la arqueología ha probado que, aproximadamente hacia ese año, un pueblo procedente de las provincias Shensi y Shansi, poseedor de una cultura menos desarrollada, invadió el territorio Chang dando origen a una nueva dinastía, la Chu, que había de durar hasta finales de la tercera centuria a. C. Ya desde un principio fue una dinastía feudal cuya soberanía efectiva tan sólo era reconocida por la capital Tchung Chu y un pequeño hinterland, quedando el resto en manos de grandes señores vasallos. Hacia el s. vrt, la dinastía Chu se convirtió en un Estado fantasma por estar sometida a una serie de Estados creados a sus expensas, entre los. cuales, los más poderosos detentaron a partir de entonces el poder político de una manera alternativa. Así, encontramos a los Tsi y Tsin del norte enzarzados en continuas luchas por la supremacía política y militar, mientras que en el sur se desarrolló con gran pujanza el Estado Ch'u. La situación cesó cuando un soberano Tsin, Shih Huang Ti, unificó el país, acabando así con la dinastía Chu, que tan sólo existía de una manera nominal. Tales hechos ocurrieron hacia el 221 a. C. Este soberano fue el constructor de la Gran Muralla, levantada contra los nómadas del norte, constantemente atraídos por la riqueza de las llanuras centrales. Tras la dinastía Tsin extinguida en el 206 a. C., se instituyó la dinastía Han, que mantuvo su poderío hasta bien entrada la Era cristiana (220) y que entró en relaciones con el Imperio romano.
     
      Arte Chu. Es una continuación del de la época Chang, hecho comprensible si se tiene en cuenta que los Chu traían una cultura más pobre y que no hicieron sino adaptarse al arte de los vencidos. En los tres primeros siglos de la dinastía, aparece en los vasos de bronce una decoración abstracta derivada del tema Chang del dragón, dando lugar a una sobria representación de motivos ondulados y de escamas. Hacia el s. VII, se produce un cambio que se manifiesta en vasijas de formas más evolucionadas y en las que aparece un tipo de decoración basado igualmente en temas de dragones, pero colocados en forma de entrelazo, factor que antes era severamente evitado. En este nuevo tipo decorativo hay que ver, muy posiblemente, una influencia de los pueblos esteparios. A él pertenecen los famosos vasos de Li Yu, en la provincia de Shansi, y los de Ching Cheng, en la de Honan. De mediados del s. vi es el estilo Lo Chu, caracterizado por motivos decorativos eh espiral de los que surgen vástagos geométricos o en forma de pluma. Desde el s. v en adelante, el estilo decorativo se hace más naturalista, culminando en el arte del periodo Han. En este momento encontramos, adornando las vasijas, hermosas representaciones de oso y de tigre colocadas sobre paisajes convencionales. La misma decoración naturalista aparece en obras menores en bronce y hierro, como son las fíbulas, los arneses de caballo y otros objetos de uso común. Desde el s. iv se utiliza el jade en la fabricación de objetos de arte, hallándose igualmente documentado el comienzo de la utilización de la laca en esta misma época. Pero las obras más acabadas en laca son del periodo Han, en el que se producen hermosos recipientes, como copas y cuencos para el vino.
     
      Durante el periodo Chu persiste el uso del carro de guerra, pero es desechado hacia el s. iv cuando los nómadas del norte empiezan a hostigar seriamente las regiones fronterizas. El bronce continúa utilizándose en la fabricación de armas que ahora son más evolucionadas. Las espadas eran cortas con espiga para el mango, pero a partir del s. vi se hacen con la empuñadura moldeada con el resto de la pieza. Hacia el s. iv, las espadas son más largas y se denominan akinakes. El uso del hierro se inicia en el s. vii a. C. aprox., pero su utilización, bastante restringida, al principio, no se generaliza hasta entrado el s. iv, momento en el que dicho metal deja de ser únicamente fundido, para ser posteriormente forjado. Tal vez sea debido a la carencia de tan importante secreto técnico por lo que el uso del hierro tarda tanto en difundirse en Ch. A finales del s. 111 a. C. aparece un nuevo tipo de espada, hecha con hierro, de un solo filo y extremo sumamente puntiagudo. Estas espadas son algo curvas y sus mangos terminan en anillas ovaladas. En la época Han tiene enorme desarrollo la utilización de la ballesta, cuyo gran poder de tiro sirve para fijar, junto con la Gran Muralla, una frontera estable que permite a Ch. vivir largos años sin el temor de una invasión de los bárbaros norteños.
     
      Tras las etapas prehistóricas e históricas descritas, el mundo chino ha seguido viviendo en sus ancestrales costumbres y tradiciones hasta tiempos muy recientes.
     
     
E. SANMARTÍ GREGO.
    BIBL.: M, BOULE, H. BREUIL, E. LICENT, P. TEILHARD DE CHARDIN, Le Paléolitique de la Chine, «Archives de FInstitut de Paléontologie Humaine» 4 (1928); W. C. PEi, Les louilles du Choukoutien en Chine, «Bulletin de la Soc. Préhistorique FranQaise» (1957); P. TEILHARD DE CHARDIN, Early man in China, Londres 1941; 1. G. ANDERSON, Researches into the Prehistory ol the Chinese, «Bulletin far Eastern Antiquities» 15 (1943); P. TEILHARD DE CHARDIN, Le Néolitique de la Chine, Pekín 1944; TE K'UNCHENG, An introduction to the Chinese civilisation, «The Orient», Hong Kong 1950; PEI WEN-CHUNG, New material on man's origins, «China Reconstruction» V, agosto 1956; KWANG CHIII-CHANG, The archaeology ol Ancient China, 1963; M. ALMAGRO, Investigaciones arqueológicas en la China comunista, «Atlántida» 10, Madrid 1964. E. RIPOLL PERELLÓ
     

 

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