ELEMENTOS CULTURALES: GRANDES CIVILIZACIONES. "LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA"
Estados Unidos de América (en inglés United States of America) es un país situado casi en su totalidad en América del Norte, comprendiendo también un estado en Oceanía. Está conformado por 50 estados y un distrito federal. También tiene varios territorios dependientes ubicados en las Antillas y en Oceanía. Su forma de gobierno es la de una república presidencialista y federal. Con unos 305.000.000 habitantes[2] es el tercer país más poblado del mundo, aunque se halla bastante lejos de los dos primeros, China y la India.
En América del Norte están localizados 49 estados, de los cuales, 48 estados continentales contiguos están en la región entre Canadá y México. Alaska está en la zona noroeste de América del Norte, separada de los otros estados por el territorio canadiense de Columbia Británica. El archipiélago polinesio de Hawái se ubica en el Océano Pacífico. La capital federal, Washington, se sitúa en el Distrito de Columbia, entre los estados de Maryland al norte y Virginia al sur.
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Nombre
El nombre Estados Unidos de América fue propuesto por Thomas Paine y se usó oficialmente por primera vez en la Declaración de Independencia, adoptada el 4 de julio de 1776. Se suele decir de forma abreviada Estados Unidos. En ocasiones se le llama incorrectamente Estados Unidos de Norteamérica, derivando en una confusión en su gentilicio. En español, no es aceptable el empleo de Norteamérica como forma abreviada del nombre de este país, ya que hay otras naciones que comparten el subcontinente norteamericano. De modo análogo, tampoco debe emplearse América para referirse en exclusiva a los Estados Unidos, aun cuando sea una costumbre muy extendida entre los anglohablantes emplear el nombre del continente como forma abreviada del nombre de la nación. Al escribir, se suele utilizar la abreviatura EE. UU. (obligatoriamente con espacio intermedio y puntos por ser una abreviatura y no una sigla) y, en menor medida, la sigla EUA. En español es totalmente incorrecto, aunque frecuente, el uso de la sigla inglesa USA.[3]
Historia
Independencia y expansión
La fecha oficial de la fundación de los Estados Unidos es el 4 de julio de 1776, cuando el Segundo Congreso Continental, representando a las 13 colonias británicas secesionistas, firmó la Declaración de Independencia. Sin embargo, la estructura del gobierno sufrió un gran cambio en 1788 cuando los Artículos de la Confederación fueron sustituidos por la Constitución de los Estados Unidos. La fecha en la que cada estado adoptó la Constitución se tiende a tomar como la fecha en que se fundó la Unión propiamente dicha.
La ciudad de Nueva York fue la capital federal por un año, antes de que el gobierno se trasladara a Filadelfia. En 1791, los estados ratificaron la Carta de Derechos, diez enmiendas a la Constitución federal que prohíben la restricción de las libertades personales y garantizan una serie de protecciones legales. Los estados del Norte abolieron la esclavitud entre 1780 y 1804, dejando a los esclavistas de los estados del Sur como defensores de la "peculiar institución". En 1800, el gobierno federal trasladó a la recién fundada Washington, DC.
En su afán por ampliar su territorio hacia el oeste, el estado comenzó un ciclo de guerras indias que se extendió hasta finales del siglo XIX, despojando a los nativos americanos de sus tierras. La Compra de Louisiana a Francia prácticamente duplicó el tamaño de la nación. La guerra de 1812 contra Gran Bretaña, que se terminó en un empate, ayudó al fortalecimiento del nacionalismo estadounidense. El concepto de Destino Manifiesto se popularizó durante este tiempo. El Tratado de Oregón, firmado en 1846 con Gran Bretaña, llevó a los Estados Unidos a tomar el control de la actual América del Noroeste. La intervención estadounidense en México de 1848 tuvo como resultado la cesión de California y gran parte de la actual América Suroeste. La Fiebre del Oro de California de 1848-1849 impulso aún más la migración occidental. En medio siglo, hasta 40 millones de búfalos, fueron sacrificados por las pieles y la carne y para facilitar la propagación de los ferrocarriles. La pérdida de estos animales, un recurso económico fundamental para los indios de las llanuras, fue un golpe existencial para las culturas nativas.
Guerra Civil e industrialización
Las tensiones entre estados pro-esclavistas y los abolicionistas, junto al aumento de los desacuerdos en la relación entre el gobierno federal y los estatales provocó conflictos violentos en la expansión de la esclavitud en los nuevos estados. Abraham Lincoln, candidato del Partido Republicano y un gran abolicionista, fue elegido presidente en 1860. Antes de que tomase posesión de su cargo, los siete estados esclavistas declararon su secesión de los Estados Unidos, formando los Estados Confederados de América. El gobierno federal arguyó que la secesión era ilegal, y pronto se produjo el ataque por parte de los secesionistas a Fort Sumter, iniciándose así la Guerra Civil Estadounidense.
Tras la victoria de la Unión en 1865, se añadieron tres enmiendas a la constitución para garantizar la libertad de los casi cuatro millones de afroamericanos que habían sido esclavos, convirtiéndolos en ciudadanos y dándoles el derecho de voto. La guerra y su resolución dio lugar a un aumento sustancial de las competencias del gobierno federal.
Tras la guerra tuvo lugar el asesinato del Presidente Lincoln, durante la época conocida como la Reconstrucción en la cual se desarrollaron políticas encaminadas a la reintegración y la reconstrucción de los estados sureños garantizando al mismo tiempo los derechos de los nuevos esclavos liberados. Las controvertidas elecciones presidenciales de 1876 se resolvieron mediante el Compromiso de 1877, por el cual los demócratas sureños reconocieron como presidente a Rutherford B. Hayes a cambio de que éste retirara las tropas que aún permanecían desplegadas en Louisiana, Carolina del Sur y Florida.
A partir de 1876 empiezan a aplicarse las llamadas leyes de Jim Crow, cuya filosofía perduraría hasta 1965 en algunos casos y mediante las cuales se aplicaba la filosofía "iguales pero separados" a la convivencia entre negros y blancos.
En el Norte, la urbanización sin precedentes y una afluencia de inmigrantes aceleró la industrialización del país. La ola de la inmigración, que duró hasta 1929, proporcionó mano de obra para los negocios de los Estados Unidos, transformado su cultura. La alta protección arancelaria, la creación de infraestructuras nacionales y los nuevos reglamentos bancarios alentaron el crecimiento industrial. En 1867 se produce la compra de Alaska a Rusia, completando la expansión continental del país. La Masacre de Wounded Knee en 1890 fue el último gran conflicto armado contra los nativos indios americanos. En 1893, la monarquía indígena en el Pacífico Reino de Hawái fue derrocada en un golpe de estado liderado por los residentes de América; el archipiélago fue anexado a los Estados Unidos en 1898. La victoria en la Guerra Hispano-Estadounidense ese mismo año, demostró que los Estados Unidos era una potencia mundial y dio lugar a la anexión de Puerto Rico y las Filipinas. Filipinas accedió a la independencia en 1956; Puerto Rico sigue siendo un Estado libre asociado de los Estados Unidos.
Después de 1898, tras la Guerra Hispano-Estadounidense Estados Unidos fue adquiriendo paulatinamente una cada vez mayor influencia en el mundo.
Primera Guerra Mundial, Gran Depresión, y Segunda Guerra Mundial
Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, los Estados Unidos se mantuvo neutral. Los estadounidenses se solidarizaron con los británicos y franceses, a pesar de que muchos ciudadanos, sobre todo los originarios de Irlanda y Alemania, se opusieron a la intervención.[4] En 1917, los Estados Unidos se sumaron a los aliados, contribuyendo a la derrota de las Potencias Centrales. Reacio a participar en asuntos europeos, el Senado no ratifico el Tratado de Versalles, que estableció la Sociedad de Naciones. El país aplico una política de unilateralismo, que rayaba en el aislacionismo.[5] En 1920, el movimiento de los derechos de la mujer ganó la aprobación de una enmienda constitucional para otorgar a las mujeres el sufragio. En parte debido a su servicio en la guerra, los americanos nativos obtuvieron la ciudadanía de los Estados Unidos en la Ley de ciudadanía india de 1924.
Durante la mayor parte de la década de 1920, los Estados Unidos gozan de un período de prosperidad disminuyendo el desequilibrio mientras crecían las ganancias de las granjas industriales. Un aumento de la deuda y un mercado de valores inflados culminó en la caída de 1929 que desencadenó la Gran Depresión. Después de su elección como presidente en 1932, Franklin D. Roosevelt respondió con el New Deal, una serie de políticas de aumento de la intervención del gobierno en la economía. La Dust Bowl de mediados de los años 1930 dejo varias comunidades de agricultores empobrecidos y estimulado una nueva ola de migración occidental. La nación se recupero de la depresión económica, hasta la movilización industrial estimuladada por su entrada en la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos, oficialmente neutral durante las primeras etapas de la guerra, se inició el suministro de material a los aliados en marzo de 1941 a través del Programa de Préstamo y Arriendo.
El 7 de diciembre de 1941, los Estados Unidos se unieron a los Aliados contra las Potencias del Eje después de un ataque japonés a Pearl Harbor. La Segunda Guerra Mundial impulsó la economía mediante el suministro de capital de inversión y puestos de trabajo, mientras que muchas mujeres entraron en el mercado laboral. Entre los principales combatientes, los Estados Unidos es la única nación que se enriqueció a causa de la guerra.[6] Las conferencias en Bretton Woods y Yalta y esbozarón un nuevo sistema de las organizaciones internacionales colocando a los Estados Unidos y Unión Soviética en el centro de los asuntos mundiales. Cuando llego el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, una conferencia internacional 1945 celebrada en San Francisco produjo la Carta de las Naciones Unidas, que entro en vigor después de la guerra.[7] Los Estados Unidos, después de haber desarrollado la primera de las armas nucleares, la utilizó en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto. Japón se rindió el 2 de septiembre, poniendo fin a la guerra.[8]
Superpotencia
Estados Unidos participó en la guerra del Vietnam, donde finalmente después de una sangrienta lucha, que causó gran número de bajas en ambos bandos, Estados Unidos fue derrotado. Esta guerra es considerada como el hecho más triste de la historia del país.
La influencia estadounidense en aspectos tales como la economía, la ciencia, tecnología, y la cultura creció a nuevos niveles. A causa de la guerra fría y el enfrentamiento político, ideológico y social que produjo con los países socialistas, particularmente la Unión Soviética, el papel de los asuntos militares e internacionales creció en la política de esa época.
También en esa época tuvieron lugar eventos importantes, como el Movimiento por Derechos Civiles en los años 1950 y 60, y el alunizaje de Apollo XI en 1969.
Con el desplome de la Unión Soviética en 1991, los Estados Unidos pasaron a ser la única superpotencia del mundo. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 quebraron todas esperanzas por un nuevo milenio apacible, y fueron la justificación por la invasión de Afganistán de 2001 y la Guerra contra el terrorismo. La amenaza del terrorismo ha llegado a ser una gran fuerza en la política del país, y en 2003, formó en gran parte la justificación, junto a la luego no confirmada posesión de armas nucleares por la Invasión de Iraq. El asunto dominante de la política actual sigue siendo la lucha entre las necesidades por la seguridad nacional y el mantenimiento del espionaje interno en la población a través de la controvertida ley "Patriot Act".
El gobierno estadounidense a pesar de tener una potente economía mundial es criticado por la guerra de Iraq, causante de numerosas pérdidas.
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1 comentario
petalofucsia -
Pero si nos paramos a pensar en esta civilización surgida hace apenas siglo y medio observamos ante todo el culto al¨"líder", a la persona, al yo, al héroe, al mejor, al número uno.
Numerosos libros inundan nuestras bibliotecas de la reciente aparecida modalidad de "autoayuda", que nos incitan a conocernos, a aprender de nosotros mismos, a sabernos mejores de lo que creemos o nos consideramos, a salir adelante y a valorarnos. Pero, ¿es bueno que nos centremos en el "yo", en mi, en primera persona?
¿No deberíamos de centrarnos en "nosotros"?
Nunca hablamos en tercera persona, en plural en "él", en "ella". Siempre en particular, siempre de lo que me pasa, de mi.
Cuando reflexionamos lo hacemos sobre el "yo".
En las revistas de psicología, como mente sana de Jorge Bucay, ocurre esto y en otras muchas revistas de divulgación que cuentan con sección de autoayuda o de terapias.
Siempre estamos dándole vueltas al pasado, a nuestro pasado, a lo que nos sucedió, a lo que nos pasó.
Siempre en primera persona.
Creo que la mayoría de problemas que surgen es cuando entra en colisión el "yo" con el "tu".
Quizás deberíamos de plantearnos si somos el centro de todo, si todo converge en nosotros, qué compartimos con los demás, algo que nos cuesta entender, la palabra "compartir". Tener en cuenta a los demás.
No somos capaces y yo no puedo obviar la realidad, la realidad forma parte de mi, me rodea, no puedo ignorarla. Me aporta lo necesario para vivir: amistad, relaciones sociales, alimentos, diversión, alegría, enseñanzas, aprendizaje...
Pensemos ahora en los indios hopi, que están puestos en la sección religión y religiones y paremonos a pensar si nos conviene esta filosofía de vida que promueven a bombo y platillo los americanos, que insiste en que nosotros somos los mejores, el tan conocido lema "be a winner". ¿Es esto bueno para nosotros?
¿No debemos de centrarnos en el entorno?