EL MUNDO CELTA
Historia y Mitología
Arqueólogos y antropólogos coinciden en fijar la formación del pueblo celta en el año 1500 antes de Cristo. Los celtas parecen ser vástagos de una fusión entre elementos de raza nórdica y de raza alpina, unidos en una época aún indeterminada en algún lugar de Europa Central; de hecho, los primeros vestigios arqueológicos atribuidos a los celtas fueron descubiertos en las fuentes del río Danubio y datan de hace unos 35 siglos. Hacia el año 500 antes de Cristom y coincidiendo con el apogeo de la denominada cultura de la Téne, los celtas dominaban la práctica totalidad del continente, de Dublín a Constantinopla pasando, por supuesto, por Galicia.
Etimológicamente, la palabra celta parece tener su origen en la sílaba Kal, escrita también Gal o Cal, que evoca cierta condición de dureza; calath significa duro en irlandés antiguo, calet también significa duro en Bretón. Es bien sabido que los celtas construyeron en la Europa pre-romana una sociedad altamente jerarquizada, heredera de los sistemas sociales indo-europeos y dividida en una clase dirigente, una clase religiosa liderada por el druida -mezcla de chamán y hechizero- y un estrato de trabajadores agrícolas.
De similar organización apenas quedan hoy en día vestigios. Vestigios que quedan inmejorablemente ilustrados en la mitología. Como toda mitología que se preste, la celta está constituida por un panteón, una simbología, un cuerpo de leyendas y una colección de héroes. Expertos en historia de las religiones parecen coincidir en designar a LUG como jefe del panteón celta. Julio César hizo coincidir a este Lug con el Mercurio romano, pero la equivalencia no es aún demasiado evidente. Lug era conocido entre los celtas como "samildanach", el que sabe hacer de todo. Lug era carpintero, herrero, músico, poetam adivino y médico. Lug dice todas las verdades, es el mensajero que habla; de ahí quizá que de su nombre derivara la palabra "logos".
Hablemos ahora de Dagda, otro de los dioses del panteón celta. Dagda poseía el famoso caldero de la abundancia, marmita capaz de alimentar a todo el mundo. Dagda, sin embargo, fue pronto sustituido por Lug al frente del panteón Celta; este último simbolizaba el triunfo de la artesanía frente a la agricultura simbolizada por Dagda.
Otro dios del panteón celta bien conocido era Belenos, especialmente popular en la Galia pre-románica. Belenos simbolizaba la luz solar, como Lug simboliza la luz estelar. Belenos identifica la harmonía y la belleza, era además maestro de las bellas artes y la medicina.
Tutatis es otro de los grandes dioses celtas. Tutatis no era una deidad guerrera, aunque representaba a la Patria y era el servidor de Lug y de Belenos. Ogmios fue otro símbolo celta incorporado más tarde. Padre legendario del alfabeto "oghamico", dios de la palabra, Ogmios utilizaba el verbo para lanzar a los guerros a la batalla. Taranis era el dios del trueno y el relámpago y el primo de Thor el dios nórdico. Belisama era la diosa celta más importante. Julio César la hizo coincidir con la Minerva romana. Como esta, era la diosa del hogar doméstico, patrona de los herreros y los artesanos del metal. Belisama es la Brigantia Irlandesa, hija de Dagda y patrona de poetas.
Concluimos este pequeño compendio de mitología celta con otros dos dioses considerados menores. Uno es Cernunnos, con pies y cornamenta de ciervo y casi siempre acompañando por una serpiente con cabeza de carnero. Una simbología compleja envolvía a este dios, considerado a menudo símbolo de la potencia solar fecundadora. La última de la deidad celta que aquí reseñamos es Esus, representado como un dios sanguinario y feroz al que se rendían sacrificios.
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