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HISTORIA14: ¿ALGUIEN RECUERDA LA "DIVINA MEMORIA"? ¿SURGIDA POSIBLEMENTE DEL YIN? A PARTIR DE DATOS COMO NOMBRES SE ELABORABAN RELACIONES E INFORMACIONES HACIA ATRÁS Y HACIA ADELANTE, HACIA EL PASADO Y HACIA EL FUTURO. A PARTIR DE SUS LETRAS SE BARAJABA TODO Y SE HACIAN INFORMACIONES, SE HACIA HISTORIA, ¿ALGUIEN RECUERDA? LA MEMORIA, DE HECHO, CODIFICA Y RECUPERA LA INFORMACIÓN. AQUÍ SE BASABA PRINCIPALMENTE EN RELACIONES ENTRE PALABRAS, LETRAS, VOCALES, NOMBRES... La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información.[1] Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo).

Memoria (proceso)

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información.[1] Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo).

Experimento de Memoria espacial en ratones

La memoria permite retener experiencias pasadas y, según el alcance temporal, se clasifica convencionalmente en: memoria a corto plazo (consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente), memoria a mediano plazo y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes).

En términos prácticos, la memoria (o, mejor, los recuerdos) son la expresión de que ha ocurrido un aprendizaje. De ahí que los procesos de memoria y de aprendizaje sean difíciles de estudiar por separado.

El estudio de la memoria suele centrarse sobre todo en los homínidos, ya que éstos presentan la estructura cerebral más compleja de la escala evolutiva. No obstante, el estudio de la memoria en otras especies también es importante, no sólo para hallar diferencias neuroanatómicas y funcionales, sino también para descubrir semejanzas. Los estudios con animales suelen realizarse también para descubrir la evolución de las capacidades mnésicas y para experimentos donde no es posible, por ética, trabajar con seres humanos. De hecho, los animales con un sistema nervioso simple tienen la capacidad de adquirir cocimiento sobre el mundo, y crear recuerdos. Por supuesto, esta capacidad alcanza su máxima expresión en los seres humanos.[2]

El cerebro humano de un individuo adulto estándar contiene unos 100.000 millones de neuronas y unos 100 billones de interconexiones (sinapsis) entre éstas.[3] Aunque a ciencia cierta nadie sabe la capacidad de memoria del cerebro, ya que no se dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las estimaciones varían entre 1 y 10 terabytes.[4] Según Carl Sagan, tenemos la capacidad de almacenar en nuestra mente información equivalente a la de 10 billones de páginas de enciclopedia.[5]

No existe un único lugar físico para la memoria en nuestro cerebro.[6] La memoria está diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas regiones del córtex temporal están almacenados los recuerdos de nuestra más tierna infancia, el significado de las palabras se guarda en la región central del hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex parieto-temporal. Los lóbulos frontales se dedican a organizar la percepción y el pensamiento. Muchos de nuestros automatismos están almacenados en el cerebelo.

Los primeros estudios sobre la memoria comenzaron en el campo de la filosofía, e incluían las técnicas para mejorar la memoria. A finales del siglo XIX y principios del XX, la memoria pasó a ser el paradigma por excelencia de la psicología cognitiva. En las últimas décadas se ha convertido en uno de los principales pilares de una rama de la ciencia conocida como neurociencia cognitiva, un nexo interdisciplinario entre la psicología cognitiva y la neurociencia.

Contenido

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[editar] Historia

El psicólogo William James (1890) fue el primero en hacer una distinción formal entre memoria primaria y memoria secundaria (memoria a corto y memoria a largo plazo, respectivamente).[7] Esta distinción reside en el centro del influyente modelo de almacenamiento múltiple de Atkinson y Shiffrin (1968).

En general, se considera que Hermann Ebbinghaus (1885) fue el pionero en el estudio experimental de la memoria, al haberse utilizado a sí mismo para estudiar fenómenos básicos tales como las curvas de aprendizaje y del olvido e inventar sílabas sin sentido para dicho propósito.

Durante gran parte de la primera mitad del siglo XX, la memoria no constituyó un tema respetable para los psicólogos experimentales, lo que refleja el dominio del conductismo. Sin embargo, algunos conductictas —en particular, los estadounidenses— estudiaron la llamada conducta verbal utilizando el aprendizaje de pares asociados, en el cual se representan pares de palabras no relacionadas, donde el primer miembro del par representa el estímulo y el segundo la respuesta.

Este enfoque asociacionista hizo que el estudio de la memoria tuviera una posición firme dentro del marco conceptual conductista, y que desde entonces se le observa de manera más clara en la teoría de interferencia, que es una de las principales teorías del olvido.

Desde la revolución cognoscitiva que tuvo lugar en la década de 1950, la memoria se ha vuelto un tema integral dentro del enfoque del procesamiento de información, cuyo núcleo es la analogía con la computadora.

[editar] Fases

En el proceso de almacenamiento de los conocimientos en la memoria es posible diferenciar las siguientes fases:

  • codificación o registro (recepción, procesamiento y combinación de la información recibida)
  • almacenamiento (creación de un registro permanente de la información codificada)
  • recuperación o recordar o recolección (recordar la información almacenada en respuesta a una señal para usarla en un proceso o actividad)

[editar] Memoria sensorial

Artículo principal: Memoria sensorial

Se denomina memoria sensorial a la capacidad de registrar las sensaciones percibidas a través de los sentidos. Constituye la fase inicial del desarrollo del proceso de la atención. Esta memoria tiene una gran capacidad para procesar gran cantidad de información a la vez, aunque durante un tiempo muy breve.

Existe una serie de almacenes de información provenientes de los distintos sentidos que prolongan la duración de la estimulación. Esto facilita, generalmente, su procesamiento en la llamada memoria operativa.

Los almacenes más estudiados han sido los de los sentidos de la vista y el oído:

  • El almacén icónico se encarga de recibir la percepción visual. Se considera un depósito de líquido de gran capacidad en el cual la información almacenada es una representación isomórfica (con la misma estructura) de la realidad de carácter puramente físico y no categórico (aún no se ha reconocido el objeto).
Esta estructura es capaz de mantener nueve elementos aproximadamente, por un intervalo de tiempo muy corto (alrededor de 250 milisegundos). Los elementos que finalmente se transferirán a la memoria operativa serán aquellos a los que el usuario preste atención.
  • El almacén ecoico, por su parte, mantiene almacenados los estímulos auditivos hasta que el receptor haya recibido la suficiente información para poder procesarla definitivamente en la memoria operativa.

[editar] Memoria a corto plazo

La memoria a corto plazo o memoria operativa es el sistema donde el individuo maneja la información a partir de la cual está interactuando con el ambiente. Aunque esta información es más duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, está limitada a aproximadamente 7±2 elementos durante 10 s (span de memoria) si no se repasa.

Esta limitación de capacidad se pone de manifiesto en los efectos de primacía y recencia. Cuando a un grupo de personas se le presenta una lista de elementos (palabras, dibujos, acciones, etc.) para que sean memorizados, al cabo de un breve lapso de tiempo recuerdan con mayor facilidad aquellos ítems que se presentaron al principio (primacía) o los que se presentaron al final (recencia) de la lista, pero no los intermedios.

El «efecto de primacía» disminuye al aumentar la longitud de la lista, no así el de «recencia». La explicación que se da a estos datos es que las personas pueden repasar mentalmente los primeros elementos hasta almacenarlos en la memoria a largo plazo, y en cambio no pueden procesar los elementos intermedios. Los últimos ítems, por su parte, permanecen en la memoria operativa tras finalizar la fase de aprendizaje, por lo que estarían accesibles a la hora de recordar la lista.

Las funciones generales de este sistema de memoria abarcan la retención de información, el apoyo en el aprendizaje de nuevo conocimiento, la comprensión del ambiente en un momento dado, la formulación de metas inmediatas y la resolución de problemas. Debido a las limitaciones de capacidad, cuando una persona realice una determinada función, las demás no se podrán llevar a cabo en ese momento.

[editar] Subsistemas

La Memoria operativa está formada por varios subsistemas, a saber: un sistema supervisor (el ejecutivo central) y dos almacenes secundarios especializados en información verbal (el lazo articulatorio) y visual o espacial (la agenda visoespacial).

  • El ejecutivo central coordina los recursos del sistema y los distribuye por diferentes almacenes, denominados esclavos, según la función que se pretenda llevar a cabo. Se centra, por lo tanto, en tareas activas de control sobre los elementos pasivos del sistema; en este caso, los almacenes de información.
  • El lazo articulatorio o bucle fonológico, por su parte, se encarga del almacenamiento pasivo y mantenimiento activo de información verbal hablada. El primer proceso hace que la información se pierda en un breve lapso de tiempo, mientras que el segundo —repetición— permite refrescar la información temporal. Además, es responsable de la transformación automática del lenguaje presentado de forma visual a su forma fonológica, por lo que, a efectos prácticos, procesa la totalidad de la información verbal.
Esto se demuestra cuando se trata de recordar una lista de letras presentadas de forma visual o auditiva: en ambos casos, una lista de palabras de sonido semejante es más difícil de recordar que una en la que éstas no sean tan parecidas. Asimismo, la capacidad de almacenamiento del «lazo articulatorio» no es constante como se creía (el clásico 7±2), sino que disminuye a medida que las palabras que deben recordarse son más largas.
  • La agenda visoespacial es el almacén del sistema que trabaja con elementos de carácter visual o espacial. Como el anterior, su tarea consiste en guardar este tipo de información. La capacidad de almacenamiento de elementos en la «agenda visoespacial» se ve afectada —como en el «lazo articulatorio»— por la similitud de sus componentes, siempre y cuando no sea posible traducir los elementos a su código verbal (por ejemplo, porque el «lazo articulatorio» esté ocupado con otra tarea). Así, será más difícil recordar un pincel, un bolígrafo y un lápiz que un libro, un balón y un lápiz.

[editar] Consecuencias de la limitación de recursos

Se ha investigado cómo la limitación de recursos de la «memoria operativa» afecta la ejecución de varias tareas simultáneas. En las investigaciones de este tipo se dice a un grupo de personas que realicen una tarea principal (por ejemplo, escribir un artículo) y de otra secundaria (por ejemplo, escuchar una canción) al mismo tiempo. Si la tarea principal se realiza peor que cuando se hace en solitario, se puede constatar que ambas tareas comparten recursos.

En líneas generales, el rendimiento en tareas simples empeora cuando éstas requieren la participación de un mismo almacén secundario (por ejemplo, escribir un texto y atender a lo que se dice en la canción), pero no cuando los ejercicios se llevan a cabo de forma separada en los dos almacenes o subsistemas (por ejemplo, escuchar una noticia y ver imágenes por televisión). Cuando la complejidad de las tareas aumenta y se requiere el procesamiento de información controlado por el «ejecutivo central», la ejecución en ambas tareas se vuelve más lenta, pero no empeora.

Además, se ha demostrado que las personas ancianas muestran peor rendimiento en las tareas que requieran el uso del componente del «ejecutivo central» de la memoria de trabajo. Por el contrario, las tareas que precisen del bucle fonológico no se verán tan afectadas por la edad. En la actualidad aún no está aclarada esta cuestión.

[editar] Memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo (MLP) es un almacén al que se hace referencia cuando comúnmente hablamos de memoria en general. Es en donde se almacenan los recuerdos vividos, nuestro conocimiento acerca del mundo, imágenes, conceptos, estrategias de actuación, etc.

Dispone de capacidad desconocida y contiene información de distinta naturaleza. Se considera la «base de datos» en la que se inserta la información a través de la «memoria operativa», para usarla posteriormente.

[editar] Clasificación por tipo de información

Una primera distinción dentro de la MLP es la que se establece entre la «memoria declarativa» y la «memoria procedimental». La «memoria declarativa» es aquélla en la que se almacena información sobre hechos, mientras que la «memoria procedimental» sirve para almacenar información acerca de procedimientos y estrategias que permiten interactuar con el medio ambiente, pero cuya puesta en marcha tiene lugar de manera inconsciente o automática, resultando prácticamente imposible su verbalización.

[editar] Memoria procedimental (implícita)

La «memoria procedimental» puede considerarse un sistema de ejecución, implicado en el aprendizaje de distintos tipos de habilidades que no están representadas como información explícita sobre el mundo. Por el contrario, éstas se activan de modo automático, como una secuencia de pautas de actuación, ante las demandas de una tarea. Consisten en una serie de repertorios motores (escribir) o estrategias cognitivas (hacer un cálculo) que llevamos a cabo de modo inconsciente.

El aprendizaje de estas habilidades se adquiere de modo gradual, principalmente a través de la ejecución y la retroalimentación que se obtenga; sin embargo, también pueden influir las instrucciones (sistema declarativo) o la imitación (mimetismo). El grado de adquisición de estas habilidades depende de la cantidad de tiempo empleado en practicarlas, así como del tipo de entrenamiento que se lleve a cabo. Como predice la «ley de la práctica», en los primeros ensayos la velocidad de ejecución sufre un rápido incremento exponencial, que va enlenteciéndose conforme aumenta el número de ensayos de práctica.

La adquisición de una habilidad lleva consigo que ésta se realice óptimamente sin demandar demasiados recursos de la atención, que pueden usarse en otra tarea al mismo tiempo, de modo que dicha habilidad se lleva a cabo de manera automática.

La unidad que organiza la información almacenada en la «memoria procedimental» es la regla de producción que se establece en términos de condición-acción, y se considera que la condición es una estimulación externa o una representación de ésta en la memoria operativa; la acción se considera una modificación de la información en la memoria operativa o en el ambiente.

Las características de esta memoria son importantes al tratar de desarrollar una serie de reglas que permitan obtener una buena ejecución en una tarea.

[editar] Memoria declarativa (explícita)

La «memoria declarativa» contiene información referida al conocimiento sobre el mundo y sobre las experiencias vividas por cada persona (memoria episódica), así como información referida al conocimiento general, sobre todo respecto a los conceptos extrapolados de situaciones vividas (memoria semántica). Tener en cuenta estas dos subdivisiones de la memoria declarativa es importante para entender de qué modo la información está representada y se recupera diferencialmente.

La «memoria semántica» da cuenta de un almacén de conocimientos acerca de los significados de las palabras y de las relaciones entre estos significados, y constituye una especie de diccionario mental, mientras que la «memoria episódica» representa eventos o sucesos que reflejan detalles de la situación vivida y no solamente el significado.

La organización de los contenidos en la «memoria episódica» está sujeta a parámetros espacio-temporales; esto es, los eventos que se recuerdan representan los momentos y lugares en que se presentaron. Sin embargo, la información representada en la «memoria semántica» sigue una pauta conceptual, de manera que las relaciones entre los conceptos se organizan en función de su significado.

Otra característica que diferencia ambos tipos de representación se refiere a que los eventos almacenados en la «memoria episódica» son aquellos que se han codificado de manera explícita, mientras que la «memoria semántica» posee una capacidad inferencial y es capaz de manejar y generar nueva información que nunca se haya aprendido explícitamente, pero que se halla implícita en sus contenidos (entender el significado de una nueva frase o de un nuevo concepto utilizando palabras ya conocidas).

[editar] Los recuerdos

Los recuerdos son imágenes del pasado que se archivan en la memoria. Nos sirven para traer al presente algo o a alguien. Se definen también como una reproducción de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que están vinculados directamente con la experiencia.

Según el psicoanálisis, el aferrarse a un recuerdo puede generar depresiones y, en casos extremos, incluso una ruptura con la realidad actual.

Los recuerdos de un colectivo humano nos dan una aproximación más cercana de la realidad que la propia historia, ya que ella suele saltarse los hechos individuales para centrarse en los acontecimientos globales.

[editar] Patologías

Las alteraciones de la memoria se suelen de tipo cualitativo y cuantitativo.

[editar] Alteraciones cuantitativas

[editar] Amnesias

Artículo principal: Amnesia

La amnesia es la ausencia de recuerdos de un período determinado de la vida. El sujeto suele estar consciente de que son recuerdos que existieron pero que se han perdido. Pueden ser parciales o totales.

  • Amnesia parcial: afectan los recuerdos de un campo reducido de memoria visual, auditiva o verbal. Puede estar presente en trastornos orgánicos del cerebro, lesiones de la corteza cerebral por traumatismos, deficiencia circulatoria, intoxicaciones o trastornos psicogénicos. Si la amnesia es de etiología orgánica, suele ser definitiva, mientras que la amnesia temporal de etiología psicogénica suele ser transitoria.
  • Amnesia total: es la que se vuelve extensiva a todos los elementos y formas de conocimiento, que corresponde a un lapso determinado de la vida del sujeto. Según la cronología del lapso olvidado, se divide en:
    • Anterógrada o de fijación: incapacidad de evocar hechos recientes pero si logra recuerdos antiguos. Suelen ser transitorias pero pueden convertirse en definitivas, como ocurre en las demencias.
    • Amnesia retrógrada o de evocación: es la dificultad para evocar el recuerdo de vivencias conservadas del pasado y que en otras oportunidades han podido recuperarse.
    • Amnesia global o retroanterógrada: afecta simultáneamente la fijación de eventos presentes y la evocación de recuerdos pasados. Se observa en los períodos terminales de las demencias.

[editar] Hipomnesia

Es la disminución de la capacidad de la memoria debido a una dificultad tanto en la fijación como en la evocación. Se observa en personas psiquiátricamente sanas con preocupaciones profundas que acaparan la atención, así como en pacientes con neurosis.

[editar] Hipermnesia

Es el aumento o hiperactividad de la memoria, frecuente en pacientes maníacos o delirantes, y se presenta también en sujetos con entrenamiento especial de la memoria.

[editar] Dismnesia

Es una alteración cuantitativa que traduce siempre en una disminución de la memoria, imposibilita evocar un recuerdo en un momento dado y evoca otros en forma borrosa o poco nítida.

[editar] Alteraciones cualitativas

Se han agrupado bajo la denominación de paramnesias, es decir, los falsos reconocimientos o recuerdos inexactos que no se ajustan a la realidad. Los principales son:

  • Fenómeno de lo ya visto (déja vu): es la impresión de que una vivencia actual ha sido experimentada en el pasado y en la misma forma. Se puede observar en personas sin ningún padecimiento mental o en sujetos con neurosis o con esquizofrenia.
  • Fenómeno de lo nunca visto (jamais vu): sensación de no haber visto o experimentado nunca algo que en la realidad ya se conoce.
  • Ilusión de la memoria: es la evocación deforme de una vivencia, al cual se le agregaron detalles creados por la fantasía. Se observa en personas sin padecmientos mentales y en sujetos con delirantes o con esquizofrenia.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Cf. Robert Feldman. (2005). Psicología con aplicaciones a los países de habla hispana. México: McGraw Hill. Interamericana.
  2. E. Kandel. (1997). Neurociencia y conducta. Pearson. ISBN 978-84-89660-05-2.
  3. Tres14. (2009). 'Memoria' [Programa de televisión]. «Entrevista a Ignacio Morgado, catedrático de psicobiología en la Universidad Autónoma de Barcelona»
  4. Cf. aquí para más información.
  5. www.saludparati.com. «Cómo Mejorar tu Memoria». Consultado el 22 de diciembre de 2009.
  6. IgnacioMorgado Bernal (29 junio de 2005). «Psicobiología del aprendizaje y la memoria». Consultado el 19 de diciembre de 2009.
  7. Enciclopedia de la salud. «Historia». Consultado el 23 de diciembre de 2009.

[editar] Bibliografía

[editar] Enlaces externos

HISTORIA14: LEONARDO DA VINCI. LA GIOCONDA. El cuadro La Gioconda, también conocido como La Mona Lisa, La Monna Lisa, La Joconde en francés o Madonna Elisa, es una obra pictórica de Leonardo da Vinci. Desde el siglo XVI es propiedad del Estado Francés, y se exhibe en el Museo del Louvre de París.

La Gioconda

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Para la ópera de Amilcare Ponchielli, véase La Gioconda (ópera)

 

Mona Lisa.jpeg
La Gioconda
Leonardo da Vinci, 1503-1506
Óleo sobre tabla • Renacimiento
77 cm × 53 cm
Museo del Louvre, París, Bandera de Francia Francia

El cuadro La Gioconda, también conocido como La Mona Lisa, La Monna Lisa, La Joconde en francés o Madonna Elisa, es una obra pictórica de Leonardo da Vinci. Desde el siglo XVI es propiedad del Estado Francés, y se exhibe en el Museo del Louvre de París.

Su nombre oficial es Gioconda (que, traducido del italiano al castellano es alegre), en honor a la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo, apoyada en el hecho de que era esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo y que su nombre era Lisa Gherardini.

Es un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 cm, pintado entre 1503 y 1506,[1] y retocado varias veces por el autor. La técnica usada fue el sfumato, procedimiento muy característico de Leonardo. El cuadro está protegido por múltiples sistemas de seguridad y ambientado para su preservación óptima.[2] Es revisado constantemente para verificar y prevenir su deterioro.

Además, se han usado herramientas tecnológicas para la investigación de enigmas que rodean la obra. Por medio de estudios históricos se ha determinado que la modelo podría ser una vecina de Leonardo, que podrían conocerse sus descendientes y que la modelo podría haber estado embarazada.[3] Pese a todas las suposiciones, las respuestas en firme a los varios interrogantes en torno a la obra de arte resultan francamente insuficientes, lo cual genera más curiosidad entre los admiradores del cuadro.

La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean. Además, el robo que sufrió en 1911, las reproducciones realizadas, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La Gioconda en el cuadro más famoso del mundo, visitado por millones de personas anualmente.[4]

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[editar] Autor

Artículo principal: Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci nació en el caserío de Anchiano del municipio de Vinci en Italia. Fue fruto de la relación ilegítima del notario Ser Piero y de su sirvienta, Catarina Vacca.[1] A los 14 años entró en el prestigioso taller del pintor florentino Andrea Verrochio, donde estudió junto a Sandro Botticelli y Perugino.[5] Desarrolló el estudio de las matemáticas, la geometría, la perspectiva y todas las ciencias de la observación del medio natural,[6] las cuales se consideraban indispensables en la época. Como educación complementaria, y también estudió arquitectura e ingeniería.[7] Leonardo fue un humanista renacentista, destacado en múltiples disciplinas.[8] Sirvió a personas tan distintas e influyentes como Lorenzo de Médici, al duque de Sforza, a los soberanos de Mantua y al rey Francisco I de Francia.[6]

Entre sus obras más destacadas están La Virgen de las Rocas, La batalla de Anghiari, La última cena, Obra innovadora y La Gioconda.[6]

[editar] Historia

Rey Francisco I de Francia, quien poseyó el cuadro por algún tiempo.

La Gioconda es el retrato más famoso de la historia y quizás el cuadro más famoso de la pintura occidental.[9] [10] Su fama se debe probablemente a las múltiples referencias literarias, a las diversas interpretaciones sobre la protagonista y al robo escandaloso ocurrido el 21 de agosto de 1911.

Es además la última gran obra de Leonardo, si se tiene en cuenta que siguió retocándola hasta sus últimos años.[11] Cuando Leonardo se marchó a Roma a instancias del nuevo Papa, su vida se hizo monótona y nada productiva.[12] Leonardo falleció sin encargos importantes, bajo la protección de León X, Giovanni de Médici, hijo del gran Lorenzo de Médici.[13] [14]

Después de terminar el cuadro, Leonardo llevó su obra a Roma y luego a Francia, donde se conservó hasta su fallecimiento.[15] Se sabe que pasó a manos del rey francés Francisco I, quien la habría comprado a un valor de 12.000 francos (4.000 escudos de oro),[16] aunque no está claro si fue en 1517, antes de la muerte del artista, o con posterioridad a su fallecimiento en 1519.[17] Tras la muerte del rey, la obra pasó a Fontainebleau, luego a París y más tarde al Palacio de Versalles. Sin embargo, está comprobado que permaneció en las colecciones reales francesas y que en el siglo XIX, Napoleón Bonaparte lo tuvo guardado en el Palacio de las Tullerías tras una temporada en su residencia.[18] Con la Revolución francesa llegó al Museo del Louvre, donde se encuentra actualmente; Napoleón lo retiró de allí para colocarlo en su cámara personal. Finalmente regresó al museo,[4] donde se alojó hasta 2005 en la Sala Rosa, y fue trasladada en ese año al Salón de los Estados.[19] Es pertinente decir que la mayoría de datos acerca del cuadro se poseen gracias al trabajo biográfico del pintor contemporáneo Giorgio Vasari.[20] [21]

[editar] Técnica

Artículo principal: Esfumado
Pintura que se exhibe tras el cristal antibalas en el Louvre.

Leonardo dibujó el esbozo del cuadro y después aplicó el óleo diluido en aceite esencial. La técnica se conoce como Sfumato,[22] [23] la cual consiste en prescindir de los contornos netos y precisos del "Quattrocento" y envolverlo todo en una especie de niebla imprecisa que difumina los perfiles y produce una impresión de inmersión total en la atmósfera, lo cual da una sensación de tres dimensiones a la figura.[24]

El cuadro se sostiene sobre una tabla de madera de álamo extremadamente frágil recubierta por varias capas de enlucido.[25] Se conserva en una urna de cristal de 40 mm de espesor a prueba de balas,[19] [1] tratada de manera especial para evitar los reflejos.[19] La cámara que alberga el cuadro está diseñada para mantener una temperatura constante de 20 °C y 50% de humedad relativa, lo cual busca garantizar las condiciones óptimas para los cuidados de la pintura.[19] [26]

La pintura tiene una grieta de 12 centímetros en la mitad superior, probablemente debido a la eliminación del marco original, aunque un estudio con infrarrojos, revela que la grieta puede ser tan antigua como el lienzo mismo;[27] dicha grieta fue reparada entre mitad del siglo XVIII y principios del XIX.[28] En la actualidad, se ha determinado que es estable y no ha empeorado con el tiempo.[28]

Sin embargo, para descartar cualquier peligro, en 2004 se conformó un equipo de curadores franceses, quienes vigilan permanentemente el estado de la pintura, previniendo cualquier alteración provocada por el tiempo.[29]

[editar] Descripción de la obra

En este retrato, la dama está sentada en un sillón, y posa sus brazos en los apoyos del asiento. En sus manos y sus ojos puede verse un claro ejemplo característico del esfumado, y también puede destacarse el juego que hace con la luz y la sombra para dar sensación de volumen.[30] [13]

Aparece sentada en una galería,[31] viéndose en el borde izquierdo del cuadro la base de una de las columnillas.

Detalle del lado izquierdo del paisaje.
Detalle del lado derecho del paisaje.

La galería se abre a un paisaje inspirado en las vistas que Leonardo pudo alcanzar a divisar en los Alpes, cuando hizo su viaje a Milán.[32] El paisaje posee una atmósfera húmeda y acuosa que parece rodear a la modelo. Se ha intentado localizar el aparente recodo del Arno o una porción del Lago de Como,[32] sin haber llegado a conclusiones definitivas. Muchas veces se ha tratado de compaginar uno y otro lado del paisaje tras la modelo, pero la discordancia entre ambos lados no permite que se diseñe un modelo continuado de la imagen.[33] Debe tenerse en cuenta que el lado izquierdo parece estar más alto que el derecho, entrando en contraste con la física, puesto que el agua no puede encontrarse estática a desnivel en el terreno.[34] Al respecto, el historiador de arte, E.H. Gombrich, expresa que:[33]

En consecuencia, cuando centramos nuestras miradas sobre el lado izquierdo del cuadro, la mujer parece más alta o más erguida que si tomamos como centro la derecha. Y su rostro, asimismo, parece modificarse con este cambio de posición, porque también en este caso las dos partes no se corresponden con exactitud
E.H. Gombrich

Por otro lado, en medio del paisaje aparece un puente, elemento de civilización, que podría estar señalando la importancia de la ingeniería y la arquitectura.[31]

Detalle de la mirada de la modelo.

La modelo carece de cejas y pestañas, posiblemente por una restauración demasiado agresiva en siglos pasados, en la cual, se habrían barrido las veladuras o leves trazos con que se pintaron. Vasari, en efecto, sí habla de cejas: «En las cejas se apreciaba el modo en que los pelos surgen de la carne, más o menos abundantes y, girados según los poros de la carne, no podían ser más reales».[35] Según otros expertos, Leonardo nunca le pintó cejas ni pestañas para dejar su expresión más ambigua o porque, realmente, nunca llegó a terminar la obra.

El personaje dirige la mirada ligeramente a la izquierda y muestra una sonrisa considerada enigmática.[19] Cuenta Vasari que

Mientras la retrataba, tenía gente cantando o tocando, y bufones que la hacían estar alegre, para rehuir esa melancolía que se suele dar en la pintura de retratos.[35]

Sin embargo, no existen evidencias de dicha afirmación.

Sobre la cabeza lleva un velo, signo de castidad y atributo frecuente en los retratos de esposas.[31]

El brazo izquierdo descansa sobre una butaca. La mano derecha se posa encima de este brazo. Esta postura transmite la impresión de serenidad y de que el personaje retratado domina sus sentimientos.[31]

La técnica de Leonardo da Vinci se aprecia con más facilidad gracias a la "inmersión" de la modelo en la atmósfera y el paisaje que la rodean, potenciada además por el avance en la "perspectiva atmosférica" del fondo, que sería logro final del Barroco,[36] y en la que los colores tienden al azulado y la transparencia, aumentando la sensación de profundidad.[37]

La conservación de la obra es mediana. Acusa una fisura relativamente importante en el borde superior, que desciende en vertical sobre la cabeza del personaje. Las capas de barniz han amarilleado por el tiempo. Pero se dice que los responsables del Louvre se resisten a abordar una restauración en profundidad, por miedo a alterar el aspecto de la obra. Mediante un programa informático, se ha recreado el aspecto que debería tener la obra, si se eliminasen las capas de suciedad.

[editar] Enigmas

Durante varios siglos, las interrogantes sin respuesta acerca de la obra de Leonardo han ido creciendo, creando pasiones en muchos autores e investigadores. Pese a la gran cantidad de preguntas, las respuestas a las mismas no suelen ser del todo convincentes, dejando abierto el debate. Especialmente durante los siglos XIX y XX, las teorías acerca del origen de la modelo, la expresión de su rostro, la inspiración del autor y otras tantas, han tomado gran protagonismo y obligan a un análisis histórico y científico profundo.

[editar] La sonrisa

En el siglo XVI Leonardo da Vinci pintó la Mona Lisa dando el efecto de que la sonrisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en otras partes del cuadro.[38] El juego de sombras potencia la sensación de desconcierto que produce la sonrisa. No se sabe si parece sonreír o si es una sonrisa llena de amargura.[31]

Detalle de la sonrisa de la Mona Lisa.

Margaret Livingstone, experta en percepción visual, desveló en el Congreso Europeo de Percepción Visual que se celebró en La Coruña que la enigmática sonrisa es "una ilusión que aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes".[38] [39] Livingstone señala además que los artistas llevan mucho más tiempo estudiando la percepción visual humana, que los mismos médicos especialistas en el tema.[38]

El ojo humano tiene una visión fotópica, fóvea o directa, y la escotópica o periférica. La primera sirve cuando se trata de percibir detalles, pero no para distinguir sombras, que es la especialidad de la segunda.[40] Leonardo pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que se ven mejor con la visión periférica.[38] Para ilustrar el efecto, puede concentrarse la mirada en una sola letra sobre una página impresa y comprobar lo difícil que resulta reconocer el resto de letras.[41]

Por otro lado, para efectos de esclarecer los enigmas, se utilizó un software especializado en la "medición de emociones", el cual fue aplicado a la pintura para obtener datos relevantes acerca de la expresión de la modelo.[42] La conclusión revelada por el programa, es que La Mona Lisa está un 83% feliz, un 9% disgustada, un 6% temerosa y un 2% enfadada.[43] El software trabaja sobre la base de tomar en cuenta rasgos como la curvatura de los labios y las arrugas producidas alrededor de los ojos. Tras obtener las mediciones, se compara con una base de datos de expresiones faciales femeninas, la cual contiene una expresión promedio.[43]

[editar] Supuesto embarazo y condición física

Las manos de la Gioconda sobre el vientre hacen suponer que estuvo embarazada.

Las manos sobre el vientre han hecho pensar a varios investigadores que la modelo se encontraba embarazada en el momento de posar.[44] Para esclarecer esta teoría, un grupo de investigadores utilizaron un escáner de infrarrojos en tres dimensiones, cuyos resultados fueron publicados el 26 de septiembre de 2006 por el Consejo de Investigaciones de Canadá.[28] [45]

El uso de dicha técnica permite una resolución 10 veces más fina que el cabello humano; las pesquisas permitieron a los investigadores apreciar detalles hasta ahora desconocidos. Consideran que el velo de gasa fina y transparente, enganchado al cuello de la blusa, era una prenda que solían llevar las mujeres embarazadas.[28] [46] Por otro lado, el estudio consideró que el peso de la modelo era de 63 kilos y su estatura 1,68 metros[27] así como que llevaba un moño en el pelo cubierto por un bonete detrás de la cabeza, que el cuadro fue colocado en el cuarto de baño del rey Francisco I y que no aparece ningún mensaje secreto en ninguna de las capas de la pintura, como se contaba en la novela El Código Da Vinci.

Además, el doctor Julio Cruz Hermida, de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que la modelo tenía bruxismo (rechinar de los dientes), alopecia (caída del cabello) y principios de la Enfermedad de Parkinson.[4]

Los resultados del estudio fueron avalados por el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá, principal institución oficial de investigación del país. Los hallazgos fueron presentados en Ottawa, durante un acto académico en 2004.[44]

[editar] Identidad de la modelo

Artículo principal: Lisa Gherardini

Diversas hipótesis se han generado en torno a la identidad de la modelo.

El pintor y biógrafo Giorgio Vasari escribió en 1550:

Hizo para Francesco del Giocondo el retrato de su mujer Mona Lisa y, a pesar de dedicarle los esfuerzos de cuatro años, lo dejó inacabado. Esta obra la tiene hoy el rey Francisco de Francia en Fontainebleau.[35]

En 1625, Cassiano dal Pozzo vio la obra en Fontainebleau y escribió sobre ella:

Un retrato de tamaño natural, en tabla, enmarcado en nogal tallado, es media figura y retrato de una tal 'Gioconda'.

En base a estos testimonios se ha identificado a la modelo con Lisa Gherardini, la esposa del acaudalado comerciante Francesco del Giocondo.

Sin embargo, en 1517, antes del escrito de Vasari, Antonio de Beatis visitó a Leonardo en el castillo de Cloux y mencionó tres cuadros suyos, uno de ellos de una dama florentina hecha del natural a petición de Juliano II de Médicis.

Aunque Antonio de Beatis podría haber visto una tabla distinta, este testimonio parece discrepar con los de Vasari y Cassiano del Pozzo, por lo que algunos han supuesto que la modelo fue en realidad una amiga o amante de Juliano II de Médicis.[16]

Retrato de quien se supone es Isabel de Aragón, elaborado por Rafael Sanzio. Galería Doria, Roma.
La nota descubierta en la Universidad de Heidelberg escrita por Agostino Vespucci.

Algunas otras teorías poco difundidas afirman que podría tratarse de Isabel de Aragón, a quien Leonardo dibujó a lápiz para luego hacer un óleo. También podría tratarse de Constanza d'Avalos, duquesa de Francaville, mencionada en un poema de la época, donde se lee que Leonardo la pintó "bajo el hermoso velo negro".[4]

E incluso otras propuestas han sido que la modelo pudo ser una amante del propio Leonardo, un adolescente vestido de mujer,[4] un autorretrato del autor en versión femenina[47] o incluso, una simple mujer imaginaria.[48] [49] Al respecto, Sigmund Freud sugirió que la pintura reflejaba una preocupante masculinidad.[50]

En el año 2005, Armin Schlechter, de la biblioteca de la Universidad de Heidelberg, descubrió una nota de Agostino Vespucci en el margen de un libro de la colección de la biblioteca que confirmaba con certeza la creencia tradicional de que la modelo del retrato era Lisa.[51] En esta acotación, el oficial Vespucci, quien era un amigo cercano a Leonardo da Vinci, establece: “Leonardo se encuentra trabajando en tres obras pictóricas, incluyendo el retrato de Lisa Gherardini”.[52] Esta pequeña anotación data de octubre de 1503, aproximadamente 47 años antes a las referencias realizadas por Giorgio Vasari. Además, el libro donde se realizó el comentario sobre la “Mona Lisa” pertenece al autor Marco Tulio Cicerón, y particularmente esta edición fue publicada en 1477.[51]

El historiador Giuseppe Pallanti, en su libro La historia de la Mona Lisa, trata el tema tras veinticinco años de investigación.[28]

En los archivos de impuestos de 1480, puede verificarse la identidad, paradero y lugar de nacimiento de la modelo.[48] Nació el 15 de junio de 1479 y murió el 15 de julio de 1542, a los 63 años, en el convento de Santa Úrsula de Florencia.[53] [54] Según el historiador Pallanti, Gherardini ingresó en el convento cuatro años después de quedar viuda, donde ya era monja su hija Marietta.[50]

Basándose en estos datos, el investigador genealogista italiano, Domenico Savini, asegura que existen descendientes de Gherardini; se trata de Natalia e Irina Strozzi, hijas del príncipe Girolamo de Toscana. En el supuesto de que la modelo de Leonardo fuera la mujer que falleció en el convento, el médico forense Maurizio Seracini se ha ofrecido para buscar el cadáver y hacer un análisis de ADN para establecer el parentesco de los Strozzi con Gherardini.[55]

Unido a dichos elementos, documentos oficiales del censo de la época confirman que el padre de Leonardo da Vinci vivía exactamente enfrente de la familia de Gherardini.[53] El historiador supone, sin mayores pruebas, que el retrato fue un regalo de Giocondo a su esposa por motivo de su segundo embarazo, a los veinticuatro años de edad.[22] Debe tenerse en cuenta que existen detractores de las teorías expuestas por Pallanti. Pese a ello, sus explicaciones son ampliamente aceptadas.[48]

Para saciar la curiosidad histórica acerca de la veracidad de las teorías vertidas, en 1987 se realizaron los primeros estudios, superponiendo un autorretrato de Leonardo a la pintura de la Mona Lisa; el resultado fue una gran similitud en las dimensiones y rasgos físicos.[56] [4] Los detractores de dicha investigación alegan que dado que el autor es el mismo, los trazos son similares y es por eso que generan la confusión. Lillian Swartz y Gerald Holzman, los directores de dicha prueba, aseguran que el autor se autorretrató, dándose apariencia de mujer.[56]

También, tras la aparición de El código da Vinci, se ha manejado la teoría minoritaria acerca de la relación entre María Magdalena y la pintura,[42] aseverando que se trata de la mujer de los tiempos de Jesús de Nazaret, embarazada.[49] [57]

Tanta ha sido la obsesión por esclarecer la identidad de la Mona Lisa que el doctor Matsumi Suzuki, investigador japonés, reconstruyó el cráneo de la Gioconda mediante un análisis óseo, y a partir de dicho cálculo generó la posible voz de la modelo.[58]

El investigador asegura que la reproducción de la voz es fiable en un noventa por ciento. También ha realizado la misma simulación para el autor de la obra, de la cual desconfía un poco porque la barba reflejada en los autorretratos esconde algunos detalles importantes.[58]

[editar] El título del cuadro

El título oficial de la obra es Gioconda, que se justifica debido a que Giocondo era el apellido del esposo de la retratada, Lisa Gherardini.[48]

Este título aparece documentado por vez primera mucho después de la muerte de su autor, por lo cual no pudo ser Leonardo quien le pusiese dicho título;[42] por otro lado, se sabe que Leonardo no acostumbraba titular sus obras. [14]

Con respecto al nombre de Mona Lisa, más usado en fuentes anglosajonas, Monna es el diminutivo en italiano de Madonna, que quiere decir mi señora. De cualquier manera, el nombre más popular en Italia es Gioconda.[20]

[editar] El robo

Hueco que quedó tras el robo perpetrado en 1911 por Vincenzo Perugia en la pared del Museo del Louvre que albergaba el cuadro.
El Museo del Louvre, de donde fue hurtado el cuadro y donde hasta la fecha se exhibe.

Un comerciante argentino llamado Eduardo Valfierno convenció al carpintero italiano Vincenzo Perugia (ex empleado del Museo del Louvre) para que robase el cuadro, con el fin de venderlo por una cifra millonaria.[59] El 21 de agosto de 1911, Perugia llegó al Museo del Louvre a las 7 de la mañana, vestido con una gabardina blanca como las que usaba el personal del museo, descolgó el cuadro y a continuación, en la escalera Visconti, retiró la tabla de su marco, abandonando este último. Poco después salió del museo con el cuadro escondido bajo su ropa, colocándolo posteriormente en una valija.[60] [61] Cuando el pintor Louis Béroud entró al salón para apreciar el cuadro, notó que no estaba y avisó de inmediato a la guardia. El museo cerró por una semana, para efectos de investigación.[62]

Valfierno hizo negocio con cinco coleccionistas estadounidenses y un brasileño,[63] a quienes les vendió falsificaciones realizadas por el pintor Yves Chaudron,[64] a cada uno por trescientos mil dólares.[4] [65]

Unos años antes, el museo había sufrido el robo de otras piezas de arte, lo cual hizo suponer a la policía que ambos acontecimientos estaban relacionados.[64] Esta suposición se mantuvo hasta el 6 de septiembre de 1911, cuando se captura erróneamente al escritor Guillaume Apollinaire, quien fue declarado inocente más adelante. Se había creído en su culpabilidad debido a que él había propuesto la quema del museo, aduciendo que allí se "encarcelaba el arte".[62] Posteriormente, fue capturado el pintor Pablo Picasso, debido a que tenía antecedentes de comprar objetos de arte robados,[66] quien posteriormente también fue declarado inocente.[62] Al mismo tiempo que se realizaban las investigaciones sobre el robo, se capturó al aventurero belga Honoré-Joseph Géry Pieret, quien confesó ser el autor del robo de 1906, pero no del de La Gioconda.[64] Durante su ausencia en el museo, la afluencia de visitantes continuaba; acudían (en menor número) a apreciar el hueco en la pared, de donde el cuadro fue hurtado.[67]

La pintura fue recuperada dos años y ciento once días después del robo, registrándose la captura de Perugia.[68] El detenido, intentó vender el cuadro original al director de la Galleria degli Uffizi, Alfredo Geri, quien se hizo acompañar de la policía.[64] Perugia alegó que el robo había sido perpetrado para devolver la obra a su verdadera patria,[69] y que él sólo era víctima de un estafador; el jurado lo sentenció a varios años de prisión.[70] Antes de regresar al museo, la pintura se exhibió en Florencia, Roma y Milán.[71] En 1931, Valfierno contó su historia a un periodista estadounidense, revelando la identidad de los estafados con las falsificaciones.[70]

Tras dicho robo, algunos pintores afirman que puede dudarse de la originalidad del cuadro en exhibición, puesto que fácilmente puede ser una copia.[72] Durante la Segunda Guerra Mundial, el cuadro fue custodiado en el castillo de Amboise y posteriormente en la abadía de Loc-Dieu.[73]

[editar] Reproducciones y parodias

Mona Lisa, graffiti en Oporto, Portugal.
Reproducción de La Gioconda de autor desconocido.

La Mona Lisa adquirió un estatuto de icono cultural.[74] Son numerosas sus reproducciones y utilización en la publicidad, objetos cotidianos y también como referencia cultural. Algunas incluyen:

Reproducciones

  • Algunos autores afirman que el mismo Leonardo hizo una reproducción llamada Isleworth Mona Lisa, su autenticidad es evidentemente cuestionada.[75] Dicha pintura es propiedad de Hugh Blake, quien la exhibe privadamente en Londres, Inglaterra.
  • Existe una versión del cuadro de gran calidad, con numerosas similitudes, pero también con contrastadas diferencias, en el Museo del Prado, en Madrid. El soporte es una tabla de roble, por lo que se ha sugerido que pudiera proceder del norte de Europa, aunque es un débil argumento, porque hay también robles en la Europa meridional. Algunos investigadores han propuesto como posibles autores de esta tabla al alemán Hans Holbein el Joven y al español Fernando Yáñez de la Almedina, pero otros críticos no aceptan estas atribuciones.[76] También en este caso diversos autores han sostenido que la autoría de esta obra corresponde al propio Leonardo.[77] Este cuadro sobrevivió al devastador incendio del Palacio Real de Madrid que ocurrió en 1734.
  • La reproducción libre de Rafael, la cual se exhibe en el mismo museo que la obra de Leonardo.[32]
  • Una copia anónima que se conserva en el Parlamento Italiano.[32]
  • Una copia en la colección Luchner, en Innsbruck, de la que se ha supuesto que podría ser obra de Salai.[16]

Parodias

[editar] Véase también

[editar] Referencias

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[editar] Bibliografía

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[editar] Enlaces externos

HISTORIA14: LEONARDO DA VINCI. LA DIVINA PROPORCIÓN. Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci escuchar) fue un pintor florentino y polímata (a la vez artista, científico, ingeniero, inventor, anatomista, escultor, arquitecto, urbanista, botánico, músico, poeta, filósofo y escritor) nacido en Vinci el 15 de abril de 1452[2] y fallecido en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.[2] Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Boloña y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.

 

Leonardo da Vinci

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Para otros usos de este término, véase Da Vinci (desambiguación).
Leonardo da Vinci
Leonardo self.jpg
Leonardo da Vinci, Autorretrato hecho entre 1512 y 1515.[1] [Nota 1]
Nombre de nacimientoLeonardo di ser Piero da Vinci
Nacimiento15 de abril de 1452
Anchiano, Toscana, Flag of Florence.svg República de Florencia
Fallecimiento2 de mayo de 1519 (67)
Castillo de Clos-Lucé, Turena, Pavillon royal de la France.svg Francia
NacionalidadSúbdito de la República de Florencia

Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci Loudspeaker.svg escuchar) fue un pintor florentino y polímata (a la vez artista, científico, ingeniero, inventor, anatomista, escultor, arquitecto, urbanista, botánico, músico, poeta, filósofo y escritor) nacido en Vinci el 15 de abril de 1452[2] y fallecido en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.[2] Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Boloña y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.

Frecuentemente descrito como un arquetipo y símbolo del hombre del Renacimiento, genio universal, además de filósofo humanista cuya curiosidad infinita sólo puede ser equiparable a su capacidad inventiva,[3] Leonardo da Vinci es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.[4]

Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo dos de sus obras más célebres, La Gioconda y La Última Cena, copiadas y parodiadas en varias ocasiones, al igual que su dibujo del Hombre de Vitruvio, que llegaría a ser retomado en numerosos trabajos derivados. No obstante, sólo se conocen una quincena de sus obras, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica.[Nota 2] Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel.

Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable),[Nota 3] puesto que la mayoría no eran realizables aún en esa época.[Nota 4] Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.

En 2010 se encontró un manuscrito en una biblioteca de Nantes que se ha atribuido a Leonardo y que trata del vuelo de los pájaros escrito en torno a 1504.[5]

Contenido

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Biografía

Infancia

Leonardo da Vinci.[6]

Leonardo da Vinci nació el sábado 15 de abril de 1452 , «en la tercera hora de la noche», es decir, tres horas después del Ave María (lo cual sería a las 22:30),[7] en el castillo de Vinci, cerca de Florencia, producto de una relación amorosa ilegítima entre su padre, Messer Piero Fruosino di Antonio da Vinci, notario, canciller y embajador de la República de Florencia y descendiente de una rica familia de notables italianos, y de su madre, Caterina, una humilde joven cuya familia campesina habitaba en la pequeña localidad toscana de Anchiano, situada a dos kilómetros de Vinci,[Nota 5] en el territorio de la provincia de Florencia, en Italia.[8] [9] Un estudio de 2006 indica que es probable que Caterina fuera una esclava originaria de Oriente Medio.[10]

Leonardo, o Lionardo según su nombre de bautizo,[7] fue bautizado y pasó sus cinco primeros años en la casa de su padre en Vinci,[7] donde fue tratado como un hijo legítimo.[11] Tuvo cinco madrinas y cinco padrinos, todos ellos habitantes del pueblo.[7] En este lugar, Leonardo recibió instrucción, aprendió a leer y a escribir, y adquirió conocimientos de aritmética. Sin embargo, prácticamente no aprendió latín, base de la enseñanza tradicional. El hecho de que tuviese una ortografía caótica muestra que su instrucción no estuvo exenta de lagunas; en todo caso no fue la de un universitario.[12]

En aquella época, las convenciones modernas en los nombres de personas no se habían desarrollado todavía en Europa, por lo que únicamente las grandes familias hacían uso del apellido patronímico. La gente del pueblo solía ser designada por su nombre, al que se le adjuntan todo tipo de precisiones útiles: el nombre del padre, el lugar de origen, un apodo, el nombre del maestro en el caso de los artesanos, etc. Por consiguiente, el nombre del artista fue «Leonardo di ser Piero Da Vinci», cuyo significado es «Leonardo, hijo del maestro Piero De Vinci»; sin embargo, el término «Da» lleva una mayúscula para denotar que se trata de un apellido.[7] El propio Leonardo firmaba simplemente sus obras como «Leonardo» o «Io, Leonardo» («Yo, Leonardo»), así que la mayoría de las autoridades atribuyen sus obras a «Leonardo» sin el «da Vinci». Es verosímil que se abstuviera de emplear el apellido de su padre porque era un hijo ilegítimo. «Vinci» proviene de «vinchi», denominación que reciben unas plantas similares a los juncos, que crecen en el entorno del arroyo Vincio y que eran utilizadas por los artesanos toscanos.[7]

En 1457, cuando Leonardo tenía cinco años, su madre se casó con Antonio di Piero Buti del Vacca da Vinci, un campesino de la localidad, con el que tuvo cinco hijos.[7] Fue acogido entonces en la casa de la familia de su padre en el pueblo de Vinci. Entre tanto, el padre se había casado con una joven de dieciséis años proveniente de una familia rica de Florencia, Albiera degli Amadori.[7] Ésta, al no tener hijos, volcó su afecto en Leonardo, pero murió siendo muy joven debido a complicaciones de parto, en 1464.[7] Aunque era considerado plenamente desde su nacimiento como hijo de su padre, Leonardo nunca fue reconocido formalmente como un hijo legítimo. Su padre se casó hasta cuatro veces, dándole diez hermanos y dos hermanas menores legítimos.[7] De estas relaciones, el pequeño Leonardo tuvo un muy buen vínculo con la última mujer de su padre, Lucrezia Guglielmo Cortigiani, afecto que se evidencia en una nota en donde se dirige a ella como «querida y dulce madre».[7]

Su abuela paterna, Lucia di ser Piero di Zoso, una ceramista próxima a Leonardo, fue probablemente la persona que le inició en las artes.[7] Un conocido presagio refiere que un milano venido del cielo había hecho un vuelo estacionario sobre su cuna, tocando su cara con la cola.[13] [14] Giorgio Vasari, biógrafo del siglo XVI de los pintores del Renacimiento, cuenta en Le Vite (1568), la historia de un campesino local que pidió a ser Piero)[Nota 6] que su talentoso hijo le pintara una imagen sobre una placa. Leonardo pintó entonces una representación de un dragón escupiendo fuego, tan bien realizada que ser Piero la vendió a un mercader de arte florentino, quien a su vez la revendió al duque de Milán. Después de haber conseguido un beneficio, ser Piero compró una placa decorada con un corazón atravesado por una flecha, la cual entregó al campesino.[15]

Formación en el taller de Verrocchio

Artículo principal: Andrea del Verrocchio
Bautismo de Jesús. Óleo sobre madera de Verrochio (1470–1480). Leonardo trabajó de manera particular en los ángeles del lado izquierdo.

El joven Leonardo era un amante de la naturaleza, la cual observaba con gran curiosidad y le interesaba. Dibujaba caricaturas y practicaba la escritura especular en dialecto toscano. Giorgio Vasari cuenta una anécdota sobre los primeros pasos en la carrera artística del gran artista: «un día, ser Piero tomó algunos de sus dibujos y se los mostró a su amigo Andrea del Verrocchio y le pidió insistentemente que le dijera si Leonardo se podría dedicar al arte del dibujo y si podría conseguir algo en esta materia. Andrea se sorprendió mucho de los extraordinarios dones de Leonardo y le recomendó a ser Piero que le dejara escoger este oficio, de manera que ser Piero resolvió que Leonardo entraría a trabajar en el taller de Andrea. Leonardo no se hizo rogar; y, no contento con ejercer este oficio, realizó todo lo que se relacionaba con el arte del dibujo». Fue así como, a partir de 1469, Leonardo entró como aprendiz a uno de los talleres de arte más prestigiosos bajo el magisterio de Andrea del Verrocchio, a quien debe parte de su excelente formación multidisciplinaria, en la que se aproxima a otros artistas como Sandro Botticelli, Perugino y Domenico Ghirlandaio.[13] [16] En efecto, a finales de 1468, aunque Leonardo estaba empadronado como residente del municipio de Vinci, viajaba muy a menudo en Florencia, donde su padre trabajaba.[7]

Verrocchio fue un artista de renombre,[17] y muy ecléctico. De formación era orfebre y herrero,[16] pero además fue pintor, escultor y fundidor. Trabajó sobre todo para el poderoso Lorenzo de Médici. Los encargos principales fueron retablos y estatuas conmemorativas para las iglesias, pero sus obras más grandes fueron frescos para las capillas, como las creadas por Domenico Ghirlandaio para la capilla Tornabuoni, y grandes esculturas como las estatuas ecuestres de Erasmo de Narni por Donatello y Bartolomeo Colleoni de Verrocchio.[18] Leonardo trabajó también con Antonio Pollaiuolo, que tenía su taller muy cerca del de Verrocchio.

Después de un año dedicado a la limpieza de los pinceles y otras pequeñas actividades propias de un aprendiz, Verrocchio inició a Leonardo en las numerosas técnicas que se practicaban en un taller tradicional. Así, en este contexto, Leonardo tuvo la oportunidad de aprender las bases de la química, de la metalurgia, del trabajo del cuero y del yeso, de la mecánica y de la carpintería, así como de diversas técnicas artísticas como el dibujo, la pintura y la escultura sobre mármol y bronce.[19] [20] Igualmente, recibió formación en habilidades como la preparación de los colores, el grabado y la pintura de los frescos. Al darse cuenta del talento excepcional que tenía Leonardo, Verrocchio decidió confiarle a su alumno terminar algunos de sus trabajos.

Paisaje del valle del Arno. Este dibujo a pluma, el más antiguo que conservamos de Leonardo, está fechado de su puño y letra empleando escritura especular: «El día de Nuestra Señora de las Nieves, 5 de agosto de 1473».[21] Se ha identificado la comarca reproducida en él como una región montañosa próxima a Vinci. Al dorso aparece la anotación «Estoy satisfecho [...]».[21] Galería Uffizi, Florencia.

La formación recibida durante su aprendizaje en el taller de Verrochio va más allá y se extiende a otros ámbitos culturales. Estudió cálculo algorítmico y mostró el buen conocimiento que tenía citando a los dos abaquistas florentinos más relevantes, Paolo Toscanelli del Pazzo y Leonardoo Chernionese.[12] Posteriormente, Leonardo mencionó la Nobel opera de arithmética de Piero Borgi, impresa en Venecia en 1484, y que representa perfectamente el saber de estas escuelas de abaquistas.[12]

No se conoce la existencia de ninguna obra de Leonardo durante la época en que trabajó con Verrochio. Según Vasari, únicamente colaboró en una pintura llamada Bautismo de Cristo (1472-1475).[15] Por otra parte, según la leyenda, Verrocchio abandonó la terminación de la obra cuando se sintió superado por la calidad del joven Leonardo, que dejó su toque magistral en un pequeño ángel presente en la obra.[11] También, de acuerdo con la tradición de que era el aprendiz quien debía posar,[8] Leonardo habría servido de modelo para el David de Verrocchio, una estatua en bronce. Del mismo modo, también se supone que es el retrato de Leonardo el que representa al arcángel Miguel en la obra Tobías y el ángel de Verrocchio.[8]

En 1472, a la edad de veinte años, apareció registrado en el Libro rojo del Gremio de San Lucas, el célebre gremio de los artistas y doctores en medicina, que en Florencia se agrupaba con la denominación de la "Campagnia de pittori". De esta época deriva uno de sus primeros trabajos conocidos, el Paisaje del valle del Arno o Paisaje de Santa Maria della neve (1473), un dibujo hecho con pluma y tinta.[22] Fue así como comenzó su carrera de pintor con obras ya destacables como La Anunciación (1472-1475), y mejoró la técnica del sfumato hasta un punto de refinamiento nunca conseguido antes de él.

En el año 1476 siempre aparece mencionado como ayudante de Verrocchio, ya que, incluso después de que su padre le ayudase a tener su propio taller, él continuó colaborando con Verrocchio debido a que le profesaba un gran afecto.[13] Durante este período, recibió encargos personales y pintó su primer cuadro, La Virgen del clavel (1476). El archivo judicial de este mismo año recoge el dato de que él y tres hombres más fueron acusados en un caso de sodomía, práctica que en aquella época en Florencia era ilegal, pero todos fueron absueltos.[23] Este documento, que partía de una acusación anónima, no permite afirmar categóricamente que Leonardo fuera homosexual.[23]

Pronto Leonardo también destacó como ingeniero. En 1478, se ofreció para levantar la iglesia octagonal de San Juan de Florencia.[12] En ese año Leonardo contaba con 26 años, y fue cuando se alejó de lado de su maestro después de haberlo superado brillantemente en todas las disciplinas. De esta manera se convirtió en un maestro pintor independiente.

En Milán y al servicio de Ludovico Sforza (1482-1500)

La Adoración de los magos (ca. 1481-1482). En marzo de 1481 Leonardo recibió el encargo de este óleo (hoy en la Galería Uffizi de Florencia) de los monjes de San Donato de Scopeto, en Florencia. El administrador del monasterio era el padre de Leonardo, y es muy probable que indujese a los monjes a contratar a su hijo.[21]

En 1481 el monasterio de San Donato le encargó la Adoración de los magos, pero Leonardo nunca acabó éste cuadro, probablemente decepcionado o humillado por no haber sido elegido por el papa Sixto IV para decorar la capilla Sixtina del Vaticano, en Roma, donde había una fuerte competencia entre varios pintores (como Miguel Ángel).[24] El neoplatonismo, que en aquel tiempo estaba de moda en Florencia, pudo desempeñar también un importante papel en la decisión de su marcha a una ciudad más abierta, académica y pragmática como Milán.[24] Probablemente en éste nuevo entorno estaba más en consonancia con su espíritu, que se basaba en un desarrollo empírico de sus múltiples experimentos.

Leonardo pintó La Virgen de las Rocas (1483-1486) para la confraternidad de la Inmaculada Concepción, que iría a la capilla San Francesco el Grande de Milán. Este cuadro fue el origen de un conflicto entre el autor y los propietarios que duró varios años.[24] Leonardo obtuvo el derecho de poder copiar la obra, pero posteriormente se inició un problema legal con esto.[25] El problema no se resolvió hasta que hubo decisiones judiciales y la intervención de algunos amigos, terminando con dos versiones de la obra.

Estudio de un caballo de Leonardo. Los dibujos o bosquejos hechos por él resaltaban su magnífico arte. Éste es considerado un predecesor del dibujo del valle Arno.[24]

En Florencia el trabajo de Leonardo no pasó inadvertido. Lorenzo de Médici se enteró de que Leonardo había creado una lira de plata en forma de cabeza de caballo. Impresionado por la calidad de su trabajo, envió a Leonardo con ella a Milán como emisario florentino, y también para que trabajara para el mecenas y duque de Milán, Ludovico Sforza. El objetivo de esta maniobra era el de mantener buenas relaciones con este importante rival.[26] Probablemente fue acompañado por el músico Atalante Migliorotti.[24] Además le escribió una carta al duque, carta que se encuentra en el Codici Atlántico, y en la que describe las numerosas y variadas habilidades de Leonardo en el ámbito de la ingeniería y le informa de que también es pintor.[27] [16] Por ello la principal ocupación de Leonardo a partir de entonces fue la de ingeniero, siguiendo la tradición de los ingenieros que le precedieron. Leonardo aparecía en la lista de los ingenieros de los Sforza y cuando fue enviado a Pavía, el 21 de junio de 1493, lo hizo con el título de «ingéniarius ducalis».[12] Sforza le encargó la realización de diversas tareas, dándole el mítico título de «Apeles florentino», reconocimiento reservado únicamente a los grandes pintores.[24] De esta manera se dedicó a «organizar fiestas y espectáculos con decoraciones suntuosas» en el palacio e inventando tramoyas que maravillaban al público, como en la boda de Ludovico Sforza y Beatriz de Este y para la de Ana Sforza y Alfonso I de Este. También pintó varios retratos de la corte de Milán. Este contacto de Leonardo con las élites ilustradas de Milán fue importante porque le hicieron darse cuenta de las lagunas que había en su formación.[12]

Se ocupó tanto del estudio para la cúpula de la Catedral de Milán, como de la realización de la versión en arcilla para el molde de «Il Cavallo», una imponente estatua ecuestre en honor de Francisco I Sforza, el padre de Ludovico Sforza. Iba a hacerse con setenta toneladas de bronce, hecho que constituía una verdadera proeza técnica para la época. La estatua permaneció inacabada durante varios años, y el propio Miguel Ángel se reconoció incapaz de fundirla.[13] Cuando Leonardo acabó la versión en arcilla para el molde, y ya tenía hechos los planes para el proceso de fundición, el bronce fue utilizado para la fabricación de cañones, puesto que hubo que defender la ciudad de la invasión de Carlos VIII de Francia.[16]

En 1490 participó en una especie de congreso de arquitectos e ingenieros, reunidos para debatir algunos aspectos del acabado de la cúpula de la catedral de Milán. Allí conoció a un ingeniero de renombre, Francesco di Giorgio Martini, que le recomendó ir a Parma a consultar con Giovanni Antonio Amadeo y Luca Fancelli, para aclarar determinados aspectos de la construcción de la catedral.[12]

En esta época Leonardo reflexionó sobre proyectos técnicos y militares. Mejoró los relojes, el telar, las grúas y muchas otras herramientas. Estudió también el urbanismo y propuso planos de ciudades ideales. Se interesó por la disposición hidráulica y un documento de 1498 lo cita como ingeniero y encargado de los trabajos en ríos y canales.[12] En 1495 una lista detallada de los gastos relativos a un funeral sugieren la muerte de su madre Caterina.[28] [13]

Hacia 1490 creó una academia que llevaba su nombre, en la que durante unos años enseñó sus conocimientos, anotando todas sus investigaciones en pequeños tratados. Pintó el fresco de la La última cena (1494-1498) para el convento dominico de Santa Maria delle Grazie.[13] En 1496 llegó a Milán Luca Pacioli y estableció una gran amistad con Leonardo, que realizó para él las tablas que se grabaron en su obra La Divina proportione.[12] Un poco más tarde, en 1498, construyó el techo del castillo de los Sforza.[24]

En 1499 las tropas de Luis XII de Francia conquistaron el Ducado de Milán destituyendo a Ludovico Sforza, que huyó a Alemania con su sobrino Maximiliano I,[29] El 6 de octubre entró en la ciudad Luis XII y reivindicó sus derechos a la sucesión de los Visconti.[29] Leonardo se encontró una mañana con que los franceses estaban usando su modelo de arcilla a escala real del caballo de la estatua ecuestre de Francisco Sforza como blanco para sus entrenamientos de tiro, quedando totalmente destruida.[30] Luis XII consideró la posibilidad de cortar el muro donde se encontraba La última cena para llevársela a Francia, como también lo pensó Napoleón Bonaparte siglos más tarde.[24] Con la caída de los Sforza Leonardo quedó al servicio del conde de Ligny, Luis de Luxemburgo, que le pidió que preparase una relación sobre el estado de la defensa militar de la Toscana.[12] El 14 de diciembre Leonardo hizo depositar 600 florines en el Hospital de Santa Maria Nuova de Florencia, que actuaba como banca. El retorno inesperado de Ludovico Sforza modificó sus proyectos y huyó de Milán con su asistente Salai y el matemático Luca Pacioli.

Leonardo creó La última cena, su mejor obra, la más serena y alejada del mundo temporal, durante esos años caracterizados por los conflictos bélicos, las intrigas, las preocupaciones y las calamidades. La dio por terminada, aunque él, eterno insatisfecho, declaró que tendría que seguir trabajando en ella. Fue expuesta a la vista de todos y contemplada por muchos. La fama que el «gran caballo»[Nota 7] había hecho surgir se asentó sobre cimientos más sólidos. Desde ese momento se le consideró sin discusión uno de los primeros maestros de Italia, si no el primero. Los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie, miraban la pintura con detenimiento, la copiaban y discutían. El rey de Francia, al entrar a Milán, acarició la idea de desprender el fresco de la pared para llevárselo a su país. Durante su realización se tejieron innumerables leyendas en torno al maestro y a su obra. Los relatos de Bandello y Giraldi, dedicados por lo demás a temas radicalmente distintos, recogen también la génesis de La Última Cena.[21] [24] [12] [13]

De Venecia a Florencia (1501-1508)

En marzo de 1499, Leonardo trabajó como arquitecto e ingeniero militar para los venecianos que querían construir protecciones en su ciudad.[8] [13] Por este motivo, elaboró sistemas para defender la ciudad de un posible ataque naval de los turcos y, entre sus propuestas, destaca la invención de un tipo de escafandra submarina con un casco rudimentario. Los turcos no atacaron y el invento nunca fue utilizado. A finales de abril, volvió a Florencia y allí, después de hacer un estudio sobre los cursos de agua en el Friuli, propuso un sistema de esclusas para hacer posible el levantamiento del curso del río Isonzo y así poder inundar toda una región que cubría las cercanías de Venecia.[12]

La batalla de Anghiari de Peter Paul Rubens es una de las copias de la obra original de Leonardo. La cual retoma «La lucha por el estandarte», la parte central del fresco de Leonardo.
La batalla de Cascina de Miguel Ángel. Mientras Leonardo pintaba La batalla de Anghiari, en la pared opuesta, Miguel Ángel realizaba su fresco.[29]

Regresó a Venecia en abril de 1500 para permanecer ahí durante un par de meses después de haber estado en Mantua en compañía del fraile matemático Luca Pacioli. En Mantua destacó por un retrato que hizo a Isabel de Este. Una carta del 4 de abril de 1501 en la que Pierre de Nuvola responde a la duquesa de Mantua, en relación a Leonardo afirma que «sus estudios matemáticos lo han alejado de la pintura»; Leonardo continuaba llevando a cabo grandes investigaciones.[12] En 1501, recibe en el convento de la Santissima Annunziata la aprobación para hacer un boceto preparatorio de lo que sería La Virgen y el Niño con santa Ana y san Juan Bautista, una obra que provocó tal admiración que «hombres y mujeres, jóvenes y viejos» acudían a observarla «como si estuvieran participando en un gran festival».[15] [31] Realizó una breve estancia en Roma, en la villa Adriana, en Tívoli.[29] Estuvo trabajando en la Virgen de los husos, un encargo de Florimond Robertet, el secretario de Estado de Luis XII de Francia.[29]

En 1502, fue solicitado por el príncipe César Borgia, duque de Valentinois e hijo del papa Alejandro VI, y obtuvo el cargo de «capitán e ingeniero general».[8] Se quedó en las Marcas y en la Emilia-Romaña para inspeccionar las fortalezas y los territorios recientemente conquistados, llenando sus cuadernos de múltiples observaciones, cartas, croquis de trabajo y copias de obras consultadas en las bibliotecas de las ciudades que él visitaba.[12] Allí se reencontró con Nicolás Maquiavelo, «espía» de Florencia al servicio de los Borja.

El 18 de octubre de 1503, regresó a Florencia, donde ejerció las funciones de arquitecto e ingeniero hidráulico.[12] Se volvió a inscribir en el gremio de San Luc y le dedicó dos años (1503-1505) a la preparación y ejecución de La batalla de Anghiari, una pintura mural imponente de siete por diecisiete metros,[8] [29] mientras Miguel Ángel pintaba La batalla de Cascina en la pared opuesta.[29] Las dos obras se han perdido. La obra de Miguel Ángel se ha conocido a partir de una copia de Aristotole da Sangallo de 1542,[32] y la pintura de Leonardo la conocemos a partir de croquis preparatorios y de varias copias de la sección central, de las cuales sin duda la más destacada es la de Rubens.[8] Parece ser que las causas de la alteración de la obra fueron el fuego que se utilizó para secar más rápidamente la pintura o la calidad del material usado; posteriormente fue recubierta, probablemente por un fresco de Giorgio Vasari.[29]

A menudo, se consultaba a Leonardo como experto, como, por ejemplo, para estudiar la estabilidad del campanario de San Miniato al Monte y en el momento de la elección del emplazamiento del David de Miguel Ángel,[29] sobre lo cual su opinión se oponía a la de éste. Fue en este período cuando presentó a la ciudad de Florencia su proyecto de desviación del río Arno, destinado, por una parte, a crear una vía navegable capaz de conectar a Florencia con el mar y, por otra, a permitir el control de las terribles inundaciones.[12] Este período fue importante para la formación científica de Leonardo.

De Milán a Roma

La Monalisa es el retrato que más literatura ha generado a lo largo de toda la historia del arte; ha dado origen a cuentos, novelas, poemas y hasta óperas. Fue una obra famosa desde el momento de su creación; el joven Rafael bebió en ella. Su sonrisa ha hecho correr ríos de tinta. Se ha visto en ella crueldad y se le ha considerado la sonrisa despiadada de la mujer que esclaviza al hombre. Otros se han sentido deslumbrados por su encanto, por su dulzura. Para Walter Pater simboliza el «espíritu moderno con todos sus rasgos patógenos».[12] Existe también una explicación más prosaica, fundada en las propias anotaciones de Leonardo: el maestro hizo aflorar esa expresión a su modelo con el tañido del laúd.[29] Citemos a Vasari: «Monalisa era muy bella y Leonardo, mientras pintaba, procuraba que siempre hubiese alguien cantando, tocando algún instrumento o bromeando. De esta manera, la modelo se mantenía de buen humor y no adoptaba un aspecto triste, fatigado [...]».[15]

En 1504, volvió a trabajar en Milán, que, en aquella época, se encontraba bajo el control de Maximiliano Sforza gracias al apoyo de los mercenarios suizos. Muchos de los alumnos y los interesados en la pintura conocieron o trabajaron con Leonardo en Milán; entre ellos, cabe destacar a Bernardino Luini, Giovanni Antonio Boltraffio y Marco d'Oggiono.[Nota 8] Su padre murió el 9 de julio y Leonardo fue apartado de la herencia debido a su ilegitimidad; sin embargo, más tarde su tío haría de él su heredero universal.[29] El mismo año, Leonardo realizó estudios anatómicos e intentó clasificar sus innumerables notas. También es la época en que empieza a trabajar en La Gioconda (1503-1506, y después 1510-1515) obra habitualmente considerada como un retrato de Lisa Gherardini o, por el nombre de casada, Monna Lisa del Giocondo. Sin embargo, hay numerosas interpretaciones sobre este cuadro que aún son motivo de debate y discusión.

En 1505, se dedicó a estudiar el vuelo de los pájaros, y es también cuando redacta el Códice sobre el vuelo de los pájaros.[33] A partir de entonces, observaciones, experiencias y reconstrucciones se sucedieron con mucha intensidad.[12] Un año más tarde, el gobierno de Florencia le permitió reunirse con el gobernador francés de Milán, Charles d'Amboise, que lo retuvo con él pese a las protestas por parte de Florencia. Leonardo quedó en medio de disputas entre franceses y toscanos, y fue presionado por el tribunal para que acabara La Virgen de las rocas con su alumno Ambrogio de Predis, mientras se encontraba trabajando en La batalla de Anghiari.[29]

En 1507, Leonardo quedó como único heredero de su tío Francesco, pero los hermanos de Leonardo empezaron un procedimiento para modificar el testamento.[29] Leonardo apeló a Charles d'Amboise y a Florimond Robertet para que intervinieran en su favor;[29] Luis XII regresó a Milán y Leonardo se convirtió de nuevo en el organizador de las fiestas que se celebraban en la capital lombarda.

En 1508, vivió con el escultor Giovanni Francesco Rústica en casa de Piero di Braccio Martelli, en Florencia,[34] pero luego se marchó y se fue a vivir a Milán, en la Porta Orientale, en la parroquia de Santa Babila.[8] Luis XII volvió pronto a Italia y en mayo de 1509 entró en Milán. Pronto dirigió sus ejércitos contra Venecia y Leonardo siguió al rey en calidad de ingeniero militar, y asistió a la batalla de Agnadel.[12] En 1511, murió el gobernador Charles d'Amboise y, en 1512, tras la batalla de Rávena, Francia se marchó del territorio italiano. Este segundo período milanés le permitió a Leonardo profundizar en sus investigaciones de ciencia pura. En 1509, la aparición de De expendentis te fugiendis rebus de Giorgio Valla tuvo una gran influencia sobre él.[12]

En septiembre de 1513, Leonardo da Vinci se fue a Roma, donde trabajó para el papa León X, miembro de la rica y poderosa familia de los Médicis. En aquellos momentos, en el Vaticano, Rafael y Miguel Ángel tenían mucho trabajo.[8] Ante el éxito de Sangallo, Leonardo no recibió más que encargos modestos y parece que no participó ni en la construcción de las numerosas fortalezas romanas, poco relevantes, y ni en el embellecimiento de la capital. Tampoco tuvo éxito su pintura y se refugió en otra especialidad, quizá su preferida, la hidráulica, y realizó un proyecto de secado de las Lagunas Pontinas, que pertenecían al duque Juliano II de Médicis.[12] En 1514, realizó la serie de los Diluvios, que fue una respuesta parcial a la gran obra que Miguel Ángel desarrolló en la bóveda de la Capilla Sixtina.

«Los Médici me han creado, los Médici me han destruido», escribió Leonardo, sin duda para subrayar las decepciones de su estancia en Roma. Pensó que nunca se le dejaría mostrar su capacidad con la realización de un encargo importante. Probablemente también era conocida su inestabilidad, su fácil desánimo y su dificultad para finalizar lo que había empezado.[12]

Los últimos años en Francia

Anciano pensativo. Hay quien considera que este dibujo es el último autorretrato de Leonardo. Biblioteca Real, Windsor.
El Palacio de Cloux en Amboise fue la última residencia de Leonardo y actualmente es un museo en honor a él.
Recreación pictórica de la muerte de Leonardo en los brazos de Francisco I. Recreación tradicional de la muerte del genio. Museo de Louvre, Francia.

En septiembre de 1515, el nuevo rey de Francia, Francisco I, reconquistó Milán tras vencer en la batalla de Marignan.[35] En noviembre del mismo año, Leonardo diseñó un nuevo proyecto sobre la disposición del barrio de Médici en Florencia. El 19 de diciembre, estuvo presente en la reunión entre Francisco I y el papa León X que se celebró en Bolonia.[13] [36] [37] Francisco I le encargó a Leonardo un león mecánico que pudiera andar y con el detalle de que el pecho se abriera para mostrar la flor de lis.[15] No se sabe para qué ocasión fue concebido este león, pero puede tener relación con la llegada del rey a Lyon, o con las conversaciones de paz entre el rey y el papa.[Nota 9]

En 1516 se marchó a Francia junto con su ayudante, el pintor Francesco Melzi, y quizás también con Salai;[34] su nuevo mecenas y protector, el rey de Francia Francisco I, los instaló en la casa donde éste vivió en su niñez, el Castillo de Clos-Lucé, cerca del castillo de Amboise. Fue el «primer pintor, primer ingeniero y primer arquitecto del rey»,[11] y recibió una pensión de 10.000 escudos.[8] En la corte francesa estaban más interesados por el pintor que por el ingeniero, lo cual en Italia era lo más valorado.[12] El hecho de que Francisco I le diera el castillo de Clos-Lucé se puede entender como un mensaje a Leonardo para que «hiciera lo que él quisiera». No fue el primer artista en recibir este honor, pues Andrea Solario y Giovanni Giocondo lo habían precedido unos años antes.[34] El rey estaba fascinado con Leonardo y lo consideró como un padre. La casa y el castillo de Amboise estaban conectados por un paso subterráneo que permitía al soberano rendir visita al artista y hombre de ciencia con total discreción. Leonardo proyectó el palacio real de Romorantin, que Francisco I pretendía erigir para su madre Luisa de Saboya: sería una pequeña ciudad, para la cual previó el desvío de un río que la enriqueciera con agua y fertilizase la campiña vecina. En 1518 participó en las celebraciones del bautizo del Delfín y de las bodas de Lorenzo de Médici con una sobrina del rey francés. Ese mismo año Salai abandonó a Leonardo y retornó a Milán, donde más adelante (el 19 de enero de 1524) perecería en un duelo.[12]

El 23 de abril de 1519, Leonardo, enfermo desde hacía varios meses, redactó su testamento ante un notario de Amboise. Pidió un sacerdote para confesarse y recibir la extremaunción.[15] Murió el 2 de mayo de 1519,[8] [12] [15] [29] [34] en Cloux, a la edad de 67 años. La tradición cuenta que murió en brazos de Francisco I, pero probablemente esto se basa en una interpretación errónea de un epígrafe redactado por Giorgio Vasari:

LEONARDUS VINCIUS: QUID PLURA? DIVINUM INGENIUM, DIVINA MANUS, EMORI IN SINU REGIO MERUERE. VIRTUS ET FORTUNA HOC MONUMENTUM CONTINGERE GRAVISSIMIS IMPENSIS CURAVERUNTLeonardo de Vinci, ¿qué más se puede decir? Su genio divino y su mano divina le merecieron expirar sobre el pecho de un rey. La virtud y la fortuna velan, premio a los grandes gastos, en este monumento que le corresponde.
Giorgio Vasari.[15]

Este epígrafe, que nunca se ha visto escrito en ningún monumento, contiene las palabras «sinu regio», que pueden significar, en el sentido literal «sobre el pecho de un rey», pero también, en un sentido metafórico, «en el afecto de un rey», y puede ser una alusión a la muerte de Leonardo en un castillo real.[38]

Tumba de Leonardo da Vinci en la capilla de Saint-Hubert, en Amboise, Francia.

En esa época, la corte estaba instalada en el castillo de Saint-Germain-en-Laye, donde, el 31 de marzo, la reina Claudia de Francia dio a luz a Enrique; y el diario de Francisco I no indica ningún viaje del rey hasta el mes de julio. Por otro lado, Francesco Melzi, el discípulo de Leonardo, que heredó sus libros y sus pinceles y que fue depositario de su testamento, le escribió una carta al hermano de Leonardo donde cuenta la muerte de su amo. En ella, no hace ninguna alusión a la circunstancia mencionada, ni a la presencia del rey.[39]

Según su última voluntad, sesenta mendigos siguieron su séquito y fue enterrado en la capilla Saint-Hubert, en el recinto del castillo de Amboise.

Leonardo no se casó nunca, y no tuvo ni esposa ni hijos; legó el conjunto de sus obras para que fueran publicadas por su discípulo preferido, Francesco Melzi, alumno desde los diez años. Le dio sobre todo sus manuscritos, cuadernillos, documentos e instrumentos. Francesco, después de haberlo acompañado durante su estancia en Francia, se quedó con Leonardo hasta su muerte, y administró su herencia durante los cincuenta años posteriores a la muerte de su maestro. Sin embargo, no publicó nada de las obras de Leonardo ni vendió ninguna de las numerosas pinturas, como por ejemplo La Gioconda, que se encontraba todavía en su taller. Los viñedos de Leonardo fueron divididos entre Gian Giacomo Caprotti da Oreno, otro alumno y discípulo muy apreciado por Leonardo que había entrado a su servicio a la edad de quince años, y su sirviente Battista di Vilussis. El terreno fue legado a los hermanos de Leonardo y su sirvienta recibió un bonito abrigo negro.[40]

La muerte de Leonardo es también el comienzo de la dispersión y la pérdida de dos tercios de los cincuenta mil documentos originales multidisciplinarios redactados en viejo toscano y codificados por él. Cada carné, manuscrito, página, croquis, dibujo, texto y nota fue considerado plenamente como una obra de arte. No han quedado más que unos trece mil documentos, de los cuales la mayoría ser conservan en el archivo de la Ciudad del Vaticano.

Veinte años después de la muerte de Leonardo, Francisco I le confesó al escultor Benvenuto Cellini:

Nunca ha habido otro hombre nacido en el mundo que supiera tanto como Leonardo, no tanto en pintura, escultura y arquitectura, sino en filosofía.
Mario Lucertini.[41]

Relaciones e influencias

Leonardo en Florencia: maestros y contemporáneos

Las Puertas del Paraíso de Lorenzo Ghiberti (1425-1452), orgullo de los artistas florentinos, y en la que unos cuantos más participaron.
Artículo principal: Renacimiento

En 1466, cuando Leonardo comenzó su aprendizaje con Andrea del Verrocchio, murió el gran escultor Donatello, a su vez maestro de Verrocchio. El pintor Paolo Uccello -que había experimentado con la perspectiva e influyó en el desarrollo de la pintura de los paisajes- ya era muy viejo, y los pintores Piero della Francesca y Fra Filippo Lippi, el escultor Luca della Robbia y el arquitecto y escritor Leon Battista Alberti tenían unos 60 años. Los artistas más famosos de la generación siguiente fueron Andrea del Verrocchio, Antonio Pollaiuolo y el escultor Mino da Fiesole.

La juventud de Leonardo se desarrolló en una casa de Florencia en cuyas paredes colgaban las obras de esos artistas y de los contemporáneos de Donatello, Masaccio (cuyos frescos figurativos y realistas están impregnados de emoción) y Lorenzo Ghiberti (cuyas Puertas del Paraíso muestran una gran complejidad compositiva, aunando el trabajo como arquitecto con el esmero en los detalles). Piero della Francesca había hecho un estudio detallado de la perspectiva, y fue el primer pintor en llevar a cabo un estudio científico de la luz. Sus trabajos, así como los tratados de Leone Battista Alberti debieron haber tenido un profundo efecto en los jóvenes artistas, y en particular en el observador Leonardo y en sus obras.[42] [43] [44]

La representación del desnudo de Masaccio en La expulsión de Adán y Eva del Paraíso, con un Adán cuyos órganos genitales no estaban cubiertos con una hoja de parra, crea una imagen muy expresiva de las formas humanas que tendría una gran influencia en la pintura, sobre todo por estar representados en tres dimensiones gracias a un novedoso empleo de la luz y la sombra, que Leonardo desarrolló en sus propias obras. El humanismo del Renacimiento y su influencia a través del David de Donatello puede ser apreciado en las pinturas más tardías de Leonardo, en particular, en su San Juan Bautista.[42]

En aquel tiempo, Florencia estaba dirigida en esa época por Lorenzo de Médici y su joven hermano Juliano (1453-1478), muerto a raíz de una conspiración. Ludovico Sforza, que gobernó Milán entre 1479 y 1499, y a cuya corte fue enviado Leonardo como embajador de los Médici, era también su contemporáneo.[42] [43] Es también por intermediación de los Médici que Leonardo tomó contacto con los viejos filósofos humanistas como Marsilio Ficino, adscrito al Neoplatonismo, y Cristóforo Landino, autor de comentarios de obras clásicas. Giovanni Pico della Mirandola estuvo igualmente vinculado a la corte de los Médici.[44] [45] Leonardo escribió más tarde una nota marginal en su diario: «Los Médici me han creado, los Médici me han destruido»; el significado de ese comentario es todavía motivo de controversia.[16]

Si bien suelen citarse juntos a los tres gigantes del Renacimiento, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael, no son de la misma generación. Leonardo tenía 23 años cuando nació Miguel Ángel, y 31 cuando nació Rafael. Rafael murió en 1520, un año después que Leonardo. Cuando falleció Miguel Ángel, Leonardo ya llevaba 45 años de muerto.[43] [44]

Asistentes y alumnos

Artículo principal: Gian Giacomo Caprotti da Oreno
Salai sirvió de modelo para el San Juan Bautista, pintado entre 1513 y 1516. Se ha llegado a considerar que Leonardo tenía una relación con éste.[8] [15] Sin embargo, era uno de sus alumnos preferidos, lo cual le hacía estar con él casi todo el tiempo.[16]

Gian Giacomo Caprotti da Oreno,[46] llamado «il Salaino» (« el diablillo ») o Salai, fue descrito por Giorgio Vasari como «un simpático y bello jovencito de cabellos finos y ensortijados, que encantaba a Leonardo».[15] Salai entró al servicio de Leonardo en 1490 a la edad de 10 años. Su relación no fue fácil. Un año más tarde, Leonardo hizo una lista de las faltas del joven, y lo calificó de «ladrón», «mentiroso», «obstinado» y de «glotón». El «pequeño diablo» había robado dinero y objetos de valor en al menos cinco ocasiones, y había dilapidado una fortuna en ropa, llegando a comprar veinticinco pares de zapatos.[47] Sin embargo, las anotaciones de Leonardo de los primeros años de su relación con el joven contienen numerosas imágenes del adolescente. Salai fue su oficial, sirviente y asistente durante los treinta años siguientes.[8]

En 1506, Leonardo tomó como alumno a Francesco Melzi, de 15 años, hijo de un aristócrata lombardo. Melzi se convirtió en compañero de la vida de Leonardo, y es considerado su alumno favorito. Permaneció en Francia con Leonardo y Salai, y estuvo con el maestro hasta su muerte.[16] Salai abandonó Francia en 1518 y regresó a Milan, donde construyó una casa en el viñedo de una finca de Leonardo que finalmente el pintor dejó en herencia. En 1525, Salai murió violentamente, quizás asesinado o a consecuencia de un duelo.[48]

Salai ejecutó un cierto número de cuadros bajo el nombre de «Andrea Salai», pero, si bien Giorgio Vasari pretendió que Leonardo «le enseñó muchas cosas sobre la pintura»,[15] su obra se considera menos valiosa que la de otros alumnos de Leonardo, como Marco d'Oggiono o Giovanni Antonio Boltraffio. En 1515, pintó una versión desnuda de La Gioconda, llamada «Monna Vanna».[49] A su muerte en 1525, la Gioconda propiedad de Salai se tasó en 105 liras, lo que supone un valor excepcionalmente elevado para un retrato de talla pequeña.[48]

Giovanni Antonio Boltraffio y Marco d'Oggiono formaron parte del taller de Leonardo cuando éste regresó a Milán, teniéndose constancia de la existencia de numerosos alumnos, como Ambrogio de Predis, Bernardino dei Conti, Francesco Napoletano, Giovanni Antonio Boltraffio o Andrea Solario, estos últimos menos conocidos.

Vida privada

Estudio de un retrato de Isabel de Este, hacia 1500. Isabel parece haber sido la única amiga de sexo femenino de Leonardo.

Leonardo da Vinci tuvo muchos amigos que gozaron reconocimiento en sus respectivos campos o tuvieron una influencia importante en su época. Por ejemplo, el matemático Luca Pacioli, con el que colaboró en un libro, Cesar Borgia, a cuyo servicio pasó dos años, Lorenzo de Médici o el médico Marcantonio della Torre. Conoció a Nicolás Maquiavelo, con quien tuvo una estrecha amistad, y a su rival Miguel Ángel. Entre sus amistades también se encontraban Franchino Gaffurio e Isabel de Este. Leonardo no pareció haber tenido relaciones estrechas con ninguna mujer, salvo Isabel, de quien hizo un retrato en el transcurso de un viaje que le llevó a Mantua, retrato que parece haber sido la base para un cuadro, hoy perdido.[16] Fue también amigo del arquitecto Jacopo Andrea da Ferrara hasta su asesinato.[29]

Más allá de la amistad, Leonardo guardó su vida privada en secreto. Su vida, sus capacidades extraordinarias de invención, su «excepcional belleza física», su «gracia infinita», su «gran fuerza y generosidad», la «formidable amplitud de su espíritu», tal y como las describe Vasari han despertado la curiosidad.[15] Numerosos autores han especulado sobre los diferentes aspectos de la personalidad de Leonardo. Su sexualidad ha sido objeto de estudios y análisis. Esa tendencia comenzó a mediados del siglo XVI y se incrementó en el transcurso de los siglos XIX y XX, pudiéndose destacar entre los estudiosos a Sigmund Freud.[50]

Las relaciones más íntimas de Leonardo fueron con sus alumnos: Salai y Francesco Melzi. Melzi dejó escrito que los sentimientos de Leonardo eran una mezcla de amor y de pasión. Después del siglo XVI se han descrito esas relaciones como eróticas. A partir de entonces se ha escrito mucho sobre esa presunta homosexualidad y sobre el papel de ésta en su arte, en particular en la impresión andrógina que se manifiesta en su Baco, y más concretamente en alguno de sus dibujos.[51]

Leonardo fue un apasionado admirador de la naturaleza y los animales, hasta el punto de convertirse en vegetariano.[52] y de comprar aves enjauladas para luego ponerlas en libertad.[53] Fue también un excelente músico. Es bien conocido que Leonardo era zurdo, lo que explicaría la utilización que hacía de la escritura especular.[29]

Obra

Pintura

Anunciación (Leonardo, Uffizi).

A pesar de la relativa toma de conciencia y la admiración que Leonardo despertó como científico e inventor en los últimos años, su fama ha descansado sobre sus creaciones como pintor de varias obras, autentificadas o que se le atribuyen, y que han sido consideradas como grandes obras maestras del patrimonio universal.[54] [Nota 10]

Sus pinturas son célebres. Por un lado, han sido copiadas e imitadas por los estudiantes, y por otro han sido el centro de debate y controversia entre los especialistas. Entre las cualidades, cabe destacar las técnicas pictóricas innovadoras que empleó, el sentido de la composición y el uso sutil de los esfumados de colores, el conocimiento profundo de la anatomía humana y animal, de la botánica y la geología, la utilización que hacía de la luz, el interés por la fisonomía, la capacidad de reflejar la forma en que los humanos utilizan el registro de las emociones y las expresiones gestuales. Dominaba sobre todo la técnica del «sfumato» y la combinación de sombras y luces. Todas estas cualidades aparecen reunidas en obras como La Gioconda, La Última Cena y La Virgen de las rocas.[55]

Primeras obras

El primer trabajo de Leonardo que se conoce es una parte del Bautismo de Cristo de Verrocchio y sus alumnos. Otra pintura que parece datar de este periodo, es La Anunciación. Uno de ellos es pequeño, 59 centímetros de largo y 14 centímetros de alto. Se trata de un «predela» para ir en la base de una gran composición, en este caso un cuadro de Lorenzo di Credi del cual se ha separado. El otro es un trabajo mucho más grande, 217 centímetros de largo.[56] En estas dos Anunciaciones, Leonardo ha representado a la Virgen María sentada o de rodillas a la derecha de la imagen, y un ángel de perfil que se acerca a ella desde la izquierda. Gran parte del trabajo es realizado en el movimiento de la ropa y las alas del ángel. Aunque anteriormente dicho trabajo fue atribuido a Domenico Ghirlandaio, el trabajo es ahora casi universalmente atribuido a Leonardo.[57] Entre 1478 y 1482, pintó Madona Benois, una obra que le ha sido atribuida pero es muy debatida en cuanto a su fecha de ejecución. Fechada hacia 1474-1476, otra pintura que ha sido atribuida al pintor florentino es un pequeño retrato, Ginebra de Benci. La Virgen del clavel, cuya fecha de ejecución se presume entre 1478 y 1480, es otra de sus obras de este periodo.

Década de 1480

En la década de 1480, Leonardo recibió dos grandes encargos y comenzó a trabajar para otra obra que fue igualmente de gran importancia en términos de composición. Desgraciadamente, dos de las obras nunca fueron terminadas, y la tercera fue sometida a un proceso de negociación para la finalización y el pago. Uno de estos cuadros fue el de 'San Jerónimo. Liana Bortolon, asocia este cuadro a un período difícil de la vida de Leonardo, los signos de la melancolía se pueden leer en su diario: «Pensaba que aprendía a vivir, aprendía sólo a morir».[13] La fijación audaz e innovadora de la composición de San Jerónimo, con los elementos del paisaje y el drama personal, aparece igualmente en otra gran obra inacabada, la Adoración de los Magos, un encargo de los frailes de San Donato en Scopeto. Fue un cuadro muy complejo, y Leonardo realizó numerosos dibujos y estudios preparatorios, incluyendo uno muy detallado para la perspectiva lineal de una ruina de arquitectura clásica que sirve de fondo a la escena. En 1480, el pintor florentino hizo una obra que ha sido muy famosa, La dama del armiño. Pero, en 1482, a petición de Lorenzo de Médici, Leonardo marchó a Milán para ganar los favores de Ludovico Sforza. De tal manera que abandonó la creación de dicho cuadro.[8] [58] La tercera obra importante de este período fue La Virgen de las Rocas (de esta obra hubo dos versiones, ambas atribuida a Leonardo[59] ), que fue un encargo de la cofradía de la Inmaculada Concepción de Milán. La pintura serviría para rellenar un gran retablo ya construido,[35] y tuvo una elaboración casi tan compleja como la Adoración de los Magos, pese a tener sólo cuatro personajes, y describe un paisaje en lugar de un fondo arquitectónico. El cuadro pudo ser terminado, se hicieron dos versiones de la pintura: la que ha quedado en la capilla de la cofradía, y una segunda versión hecha algunos años más tarde, con el añadido de las aureolas y el bastón de Juan Bautista.

Década de 1490

Entre 1495 y 1498 Leonardo pinta La Última Cena, que representa la última comida compartida por Jesús con sus discípulos; fue ejecutada directamente sobre un muro del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. Trabajaba del alba al crepúsculo sin detenerse para comer, para así dejar de hacerlo los tres o cuatro días siguientes,[35] que topó con la incomprensión del prior del convento.[29] Es una obra maestra en su concepción y caracterización,[29] que ha recibido la admiración de artistas de la talla de Rubens y Rembrandt.[24] La obra ha tenido que ser restaurada constantemente debido a la técnica utilizada por Leonardo;[Nota 11] al cabo de un tiempo ya fue descrita por un testigo como una obra «totalmente dañada».[8] A pesar de todo, es una de las obras de arte más reproducidas.[Nota 12] Entre 1499 y 1500, Leonardo pintó Santa Ana, la Virgen, el Niño y san Juanito.

Década de 1500

Entre 1503 y 1506 trabaja en un pequeño retrato, La Gioconda,[60] [61] [62] [63] probablemente el cuadro más famoso de la pintura occidental.[64] [65] La obra representa a Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo. Fue un cuadro muy querido por Leonardo y que tuvo con él hasta su muerte. El estado de conservación destacable y el hecho de que no haya ningún signo visible de reparaciones, sobrecapa o repintes es un hecho muy raro en una pintura de esta época.[8]

Otra obra destacable es La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana, pintada hacia el 1510, y que ha sido copiada muchas veces. La obra influyó sobre todo en Miguel Ángel, Rafael y Andrea del Sarto,[8] y a través de ellos, en Pontormo y Antonio da Correggio. El estilo de la composición ha sido adoptado en particular por pintores venecianos como Tintoretto y Paolo Veronese. Una de las últimas pinturas de Leonardo fue la de San Juan Bautista, en la que usó como modelo a Salai.[66]

Dibujos

Leonardo no fue un pintor prolífico pero, en cambio, fue un dibujante muy productivo; llegó a llenar sus diarios de pequeños croquis y dibujos muy detallados para dejar constancia de todo lo que había atraído su atención. Además de sus notas, existen numerosos estudios de sus pinturas, del que algunas son bocetos preparatorios de obras como Adoración de los Magos, La Virgen de las Rocas y La Santa Cena.[67] Su primer dibujo fechado fue Paisaje del valle del Arno de 1473, donde se puede observar el río, las montañas, el castillo Montelupo y, más allá, las explotaciones agrícolas hechas con gran detalle.[13] [67]

Entre los dibujos más célebres está el Hombre de Vitruvio, un estudio de las proporciones del cuerpo humano, el Jefe del ángel, La Virgen de las Rocas y La Virgen, el Niño Jesús con santa Ana y san Juan Bautista, que fue un gran dibujo (160x100 cm) en yeso blanco y negro sobre un papel de color;[67] en él utiliza la técnica sutil del «sfumato». Este tema de Santa Ana, junto con el de la Sagrada Familia, predominaría en la obra de Leonardo de 1500 a 1517.[29] No parece que Leonardo hubiera hecho ninguna pintura a partir de este dibujo, pero un cuadro bastante próximo es La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana.[8]

Entre otros dibujos de interés cabe destacar numerosos estudios «caricaturescos» que, aunque exagerados, parecen estar basados en la observación de modelos vivos. Vasari refiere que cuando Leonardo veía una persona que tenía una cara interesante, la seguía durante todo el día para poder observarla y dibujar con detenimiento.[29] También existen numerosos estudios de jóvenes de gran belleza, con una cara poco habitual, característica del llamado «perfil griego», perfil característico de muchas estatuas griegas; las cuales se han asociado con Salai. Leonardo había pintado a Salai llevando diferentes trajes y disfraces, hay que recordar que Leonardo era famoso por haber creado decoraciones y vestimentas para procesiones tradicionales. Otros dibujos, a menudo minuciosos, muestran estudios sobre ropas. Otro ejemplo de la curiosidad de Leonardo es un dibujo de Bernardo di Bandino, uno de los asesinos de Juliano de Médici en la conspiración de los Pazzi, después de ser colgado en una de las ventanas del Palazzo del Capitano di Giustizia de Florencia, el 29 de diciembre de 1479.[68]

Escultura

No ha llegado a nuestros días ninguna de sus esculturas. El proyecto escultórico de Leonardo del que más se sabe es el que de una estatua ecuestre que representara a Francisco Sforza, padre de Ludovico el Moro. Sobrepasaba en tamaño las otras dos estatuas ecuestres de bronce del Renacimiento: Gattamelata de Donatello en Padua y Bartolomeo Colleoni de Verrocchio en Venecia. Leonardo ejecutó en arcilla el modelo, conocido como el "Gran Caballo". Estaba previsto que fuera una estatua en bronce, de 8 metros de altura, y se alzaría en Milán. Se prepararon 70 toneladas de metal para moldearla. El monumento quedó sin acabar durante varios años, lo que no era inusual en Leonardo. Miguel Ángel dijo que Leonardo no era capaz de fundir la estatua.[69] En 1495 el bronce se usó para fabricar cañones para el Duque en un intento de salvar Milán de los franceses bajo el reinado de Carlos VIII de Francia en 1495. Por iniciativa privada, se construyó en 1999 en Nueva York una estatua construida según sus planos que fue donada a la ciudad de Milán, donde se erigió.

Leonardo como observador, científico e inventor

Libros de notas

Codex del vuelo de las aves, redactado con escritura especular, 1485-1490.

El humanismo renacentista no ve polaridades mutuamente excluyentes entre la ciencia y las artes. Los estudios de Leonardo en ciencias en ingeniería son tan impresionantes e innovadores como su obra artística, y fueron registrados en sus diarios y cuadernos de notas, que comprenden 13.000 páginas de texto y dibujos, asociando arte y filosofía natural (precedente de la ciencia moderna). Tales notas eran realizadas y puestas al día de manera cotidiana a lo largo de toda la vida y viajes de Leonardo. De manera constante se esfuerza por hacer observaciones del mundo que le rodea,[70] consciente y orgulloso de ser, como él se definía, un «iletrado», autodidacta y lúcido observador de fenómenos naturales a menudo alejados de lo que se aprendía en la escuela.[24]

Estos diarios están en su mayor parte redactados usando escritura especular, también llamada "en espejo", lo que pudo haberse debido más a razones prácticas, por ser este método de escritura más rápido, que a razones de cifrado, como se ha sugerido tantas veces. Dado que Leonardo escribía con la mano izquierda, le resultaba más cómodo hacerlo de derecha a izquierda.

Sus notas y dibujos, estando fechados los más antiguos en 1475,[71] muestran una gran variedad de intereses y de preocupaciones, incluso simples listas de la compra o de dinero prestado. Hay composiciones de cuadros, estudios de detalles y de tapices, estudios sobre las expresiones faciales, animales, disecciones, bebés, estudios de botánica y geología, máquinas de guerra, máquinas voladoras y trabajos de arquitectura.[70]

Estos carnets (inicialmente hojas volanderas de diferentes tamaños y tipos, regalados a su muerte por sus amistades) han encontrado su lugar en colecciones importantes como las expuestas en el Castillo de Windsor, en el Museo del Louvre, en la Biblioteca Nacional de España, en la Biblioteca ambrosiana de Milán, o el Victoria and Albert Museum y la British Library de Londres. La British Library ha puesto en internet una selección (BL Arundel MS 263). El Codex Leicester es el único gran trabajo de estas características que se encuentra en manos privadas. Su propietario es Bill Gates.

Los diarios de Leonardo parecen haber sido destinados a su publicación, dado que muchas hojas tienen una forma y un orden que facilitan la edición. En muchos casos, un solo tema, por ejemplo, el corazón o el feto humano, están tratados en detalle, tanto en el texto como en los dibujos, en una sola hoja.[72] Este modo de organización minimiza igualmente las pérdidas de aquellas hojas que fueron posteriormente distribuidas. La razón por la que no fueron publicadas en vida de Leonardo es todavía desconocida,[70] si bien se piensa que pudo deberse a que la sociedad de su época, y especialmente la Iglesia católica, no estaban preparadas para recibir los estudios anatómicos.

Estudios científicos

Estudio sobre las turbulencias.

El método científico de Leonardo se basaba fundamentalmente en la observación, «la ciencia fue el capitán, la práctica fue el soldado».[24] Sus investigaciones científicas no se refieren exclusivamente más que a lo que ha estado acompañado de la práctica.[12] Leonardo intentó comprender los fenómenos describiéndolos e ilustrándolos con mucho detalle, no insistiendo demasiado en las explicaciones teóricas. Sus estudios sobre el vuelo de los pájaros o el movimiento del agua son sin duda muy destacables. Como le faltaba formación básica en latín y en matemáticas, los investigadores contemporáneos ignoraron al sabio Leonardo; sin embargo, su sorprendente autodidactismo lo llevó a aprender latín solo.

En la década de 1490, estudió matemáticas al lado de Luca Pacioli y realizó una serie de dibujos de sólidos regulares en una forma esquelética para que formaran parte del libro Divina Proportione (1509).[16] Estaba fascinado por la idea de lo absoluto y lo universal.[24] Sin embargo, su cultura matemática era fundamentalmente práctica, con las limitaciones propias de los abacistes de su tiempo, con algunos conocimientos de la geometría euclidiana, de perspectiva y de mecánica, en la línea de lo que sabían los teóricos de su tiempo. Sin embargo, Leonardo concibió un instrumento con un sistema articulado destinado a permitir una solución mecánica para el problema de Alhazen, una cuestión esencialmente técnica, que testimonia un conocimiento profundo de las propiedades de la cónica.[12]

Su nivel de física fue bastante limitado, no fue nunca artillero y nunca formuló teoría alguna relativa a la balística. Sin embargo, como lo atestiguan algunos de sus esquemas, Leonardo pudo intuir, como se podía observar en un surtidor de agua, arguyendo que no existía parte rectilínea en la trayectoria de un proyectil de artillería, al contrario de lo que se creía en aquel tiempo. Pero no profundizó en una vía que Tartaglia y Benedetti desarrollaron y que culminó Galileo.[12] De igual manera, estudio los temas relacionados con la luz y la óptica;[12] y en hidrología, la única ley que llegó a formular tuvo relación con los cursos de agua. En cuanto al ámbito de la química, cabe destacar la puesta a punto de un alambique y algunas investigaciones sobre alquimia que practicó en Roma.[29] Si, en arquitectura, Alberti o Francesco di Giorgio se preocuparon por la solidez de las vigas, no lo hicieron desde formulaciones matemáticas como Leonardo, que se interesó por el problema de la flexión y consiguió definir «leyes» aún imperfectas, por ejemplo, en relación a la línea elástica en el caso de vigas de secciones diferentes.[Nota 13] Así, eliminaba el módulo elástico y el momento de fuerza al que había aludido Jordanus Nemorarius.[12]

Anatomía y medicina

Estudio del embrión humano hecho entre 1510-1513.

La formación inicial de Leonardo sobre anatomía humana comenzó mientras aprendía con Andrea del Verrocchio, quien insistía en que todos sus alumnos tuvieran conocimientos de anatomía.[Nota 14] Como artista, pronto fue un maestro de la anatomía topográfica, realizando numerosos estudios sobre músculos, tendones y otras características anatómicas visibles.

Puso las bases de la anatomía científica, disecando los cadáveres de los criminales bajo estricta discreción, para evitar la actuación de la Inquisición.[Nota 15] Las condiciones de trabajo fueron particularmente penosas debido a los problemas de higiene y conservación de los cuerpos. Como artista reconocido, recibió la autorización para disecar cadáveres humanos en el hospital de Santa María Nuova de Florencia y, más tarde, en los hospitales de Milán y de Roma. De 1510 a 1511, colaboró con el médico Marcantonio della Torre y, juntos, compilaron un conjunto de investigaciones sobre anatomía con más de doscientos dibujos hechos por Leonardo; los cuales fueron publicados bajo el título engañoso de Tratado de pintura, en 1680.

Realizó muchos dibujos sobre anatomía humana, de huesos, músculos y tendones, del corazón y el sistema vascular, del sistema reproductivo y otros órganos internos, y gráficos sobre la acción del ojo. Estas observaciones contienen a veces inexactitudes debidas a los conocimientos de la época,[11] por ejemplo un estudio hecho por él sobre el flujo sanguíneo.[12] Realizó uno de los primeros dibujos de un feto dentro del útero,[67] y la primera comprobación científica conocida de la rigidez de las arterias en respuesta a una crisis cardiaca. Como artista, Leonardo observó de cerca los efectos de la edad y de la emoción humana sobre la fisiología, estudiando en particular los efectos de la rabia. Dibujó igualmente numerosos modelos, algunos de ellos con importantes deformaciones faciales o signos visibles de enfermedad.[16] [67] También estudió la anatomía de numerosos animales. Disecó vacas, pájaros, monos, osos y ranas, con el único fin de comparar la estructura anatómica de estos animales con la del hombre. También hizo estudios sobre los caballos.

Ingeniería e inventos

El tornillo aéreo (arriba), 1486, considerado como el antecesor del helicóptero. (abajo) Experimento sobre la fuerza de sustentación de un ala.
Cuántas biografías se habrán escrito que sólo mencionan esta actividad científica o técnica para mostrar la extensión de un saber que se pretende universal [...] Todo esto sólo pudo hacerse penosamente, por una búsqueda constante de lo que habían escrito los antiguos o los predecores inmediatos [...]Y a falta de conocer todo este pasado que lo había formado, se ha presentado a Leonardo como un inventor fecundo
Los ingenieros del Renacimiento, Bertrand Gille

Leonardo da Vinci se inscribe en la corriente tecnicista del Renacimiento y, como tal, tuvo predecesores inmediatos o más lejanos entre los que se puede citar a Konrad Kyeser, Taccola, Roberto Valturio, Filippo Brunelleschi, Jacomo Fontana o Leon Battista Alberti, al cual probablemente le debe mucho.[12]

Algunos de ellos fueron personalidades más potentes, con un espíritu aun más completo y una curiosidad aun más amplia que los de Leonardo. Fue el caso por ejemplo de Francesco di Giorgio Martini, que fue su superior durante la construcción del Duomo de Milán y del cual Leonardo tomó muchas cosas.[12] Probablemente por estar menos ocupado que Martini debido a una lista menor de pedidos, Leonardo fue a la vez más prolijo y sobre todo capaz de un cambio de método.

Se considera a Leonardo el precursor de un cierto número de máquinas modernas. Sin embargo, más allá del asombro que provoca la imaginación prospectiva del autor, se puede constatar rápidamente que el funcionamiento real de las máquinas no debió ser su principal preocupación. Al igual que el monje Eilmer de Malmesbury, que en el siglo XI olvidó de poner una cola a su máquina voladora, los inventos de Leonardo chocan con numerosas dificultades: el helicóptero habría girado sobre sí mismo como una peonza, el buzo se habría asfixiado y el barco de palas nunca habría podido avanzar [...][73]

En una carta dirigida a Ludovico Sforza, pretende ser capaz de construir todo tipo de máquinas tanto para la protección de ciudades como para su asedio. Tras su fuga a Venecia en 1499, encontró empleo como ingeniero y desarrolló un sistema de barreras móviles para proteger la ciudad de los ataques terrestres. También proyectó el desvío del río Arno para irrigar los campos toscanos, facilitó el transporte e incomodó el acceso marítimo a Pisa, la rival de Florencia.[29]

Máquina para pulir espejos.

Sus cuadernos presentan un gran número de «inventos» a la vez prácticos y realistas, destacando las bombas hidráulicas, mecanismos de manivela como la máquina para mecanizar tornillos, aletas para obuses de mortero, un cañón a vapor,[70] el submarino, varios autómatas, el carro de combate, el automóvil, flotadores para «caminar sobre el agua», la concentración de energía solar, la calculadora, la escafandra con casco, el casco doble para barcos y los rodamientos de bolas. En cuanto a la bicicleta, su paternidad no está clara.[Nota 16]

Un examen cuidadoso de los bocetos indica sin embargo que varias de estas tecnologías fueron, o bien tomadas prestadas de predecesores inmediatos —la turbina hidráulica de Francesco di Giorgi Martini, la cadena de transmisión articulada de Taccola...—, o bien la herencia de una tradición más antigua —el martillo hidráulico se conocía en el siglo XIII, los sifones y los acueductos ya eran visibles en la obra del romano Frontino, los autómatas recreativos ya habían sido descritos en la época helenística[...][12]

Pero Leonardo también fue innovador. Fue probablemente uno de los primeros ingenieros de su época que se interesó por el trabajo mecánico de los metales y en particular del oro, el más maleable. Su originalidad se pone de manifiesto en la máquina voladora y en unas cuantas máquinas textiles, en las que tuvo la oportunidad de aplicar su sentido de la observación a la regularidad de los movimientos. El telar mecánico, la máquina de cardar y la de «afeitar las sábanas» convierten probablemente a Leonardo en el primero en tratar de mecanizar una fabricación industrial. La máquina para pulir espejos, que supuso la resolución de un cierto número de problemas para obtener superficies regulares, planas o cóncavas, la concibió durante su estancia en Roma mientras estudiaba la producción de imágenes. Paradójicamente, Leonardo da Vinci se interesó poco por inventos de su época que hoy consideramos muy importantes, como la imprenta, si bien le debemos una de las más tempranas representaciones gráficas de una prensa de imprenta.[12]

Si la guerra puede responder a una necesidad, es la «pazzia bestialissima» —«locura salvaje».[24] Leonardo estudia las armas a la vez que guarda sus distancias sobre su uso.

Planos para una máquina voladora, 1488, Institut de France, París.

En 1502 Leonardo diseñó un puente de 240 metros para un proyecto de ingeniería civil del sultán otomano Beyazid II de Estambul. El puente debía servir para franquear el estuario conocido como el «Cuerno de Oro». Beyazid abandonó el proyecto porque consideró que la construcción sería imposible. La visión de Leonardo fue resucitada en 2001 cuando se construyó en Noruega un pequeño puente basado sobre su concepto. El 17 de mayo de 2006 el gobierno turco decidió construir el puente de Leonardo sobre el Cuerno de Oro.[74]

Durante la mayor parte de su vida, Leonardo estuvo fascinado por el vuelo. Produjo numerosos estudios sobre el vuelo de los pájaros así como planos de varios aparatos voladores, como un helicóptero primitivo denominado el «tornillo aéreo», un paracaídas y un ala delta de bambú.[70] De todos ellos, la mayoría se consideran irrealizables pero el ala delta ha sido construido y, tras añadirle unos estabilizadores, ha volado con éxito. Es posible sin embargo que Leonardo estimase que los sistemas de vuelo similares a los de los murciélagos eran los que presentaban mayor potencial.[24] También inventó el túnel de viento aerodinámico para sus experimentos.

El museo del clos Lucé de Amboise (Francia), el museo Il Castello del castillo de los condes de Guidi en Vinci (Italia) y el Museo de Ciencia y Técnica Leonardo da Vinci de Milán contienen numerosas maquetas, construidas en tamaño real basadas según las indicaciones de los bocetos y los cuadernos, así como explicaciones sobre el trabajo de Leonardo.

Leonardo también estudió la arquitectura. Estuvo influenciado por la obra de Filippo Brunelleschi y proyectó sobre elevar el Baptisterio de San Juan de Florencia[71] así como crear una torre-linterna para la catedral de Milán.[24] Utiliza a menudo la forma octogonal para los edificios religiosos y el círculo para los militares.[29] A raíz de la epidemia de peste que azotó Milán entre 1484 y 1485, diseñó una ciudad perfecta teórica con ejes de circulación optimizados y condiciones de vida de calidad, en una visión marcada no por las distinciones sociales sino por las funcionales, a la imagen de los órganos del cuerpo humano.[24] Trabajó también sobre los jardines.[29] Por desgracia, muchos de sus estudios sobre arquitectura se han perdido.

Véase también

Notas

  1. Este dibujo, trazado con tiza roja, es comúnmente aceptado como un autorretrato original. No obstante, muchos no lo consideran legítimo debido a que Leonardo tenía 67 años cuando murió, por lo que no correspondería con el individuo de la tercera edad que aparece en el mismo. Aunque pudiera existir la posibilidad de que el pintor haya hecho un retrato de sí mismo, aumentándose la edad pareciendo más venerable, para La Escuela de Atenas de Rafael. Aunque hay que tener en cuenta que la media de edad del siglo XV era bastante inferior a la actual y la gente envejecía prematuramente por las condiciones de vida.
  2. Quince es la cifra aceptada por la mayoría de los historiadores del arte. La atribución de otras obras a Leonardo da Vinci todavía está sujeta a debate.
  3. Algunos de los inventos más prácticos de Leonardo da Vinci se exponen en estado de funcionamiento en los museos.
  4. La visión científica moderna de la metalurgia y de la ingeniería se hallaba en estado embrionario en la época del Renacimiento.
  5. Vinci está a ochenta kilómetros de Florencia y a cincuenta kilómetros de Pisa.
  6. «ser Piero» se refiere a su padre; «ser» es una contracción del latín «senior» («signore»), y era un pequeño título para notarios y clérigos.
  7. El «gran caballo» era uno de los muchos seudónimos que recibió Leonardo da Vinci tras ser reconocido en toda Italia.
  8. Marco d'Oggiono es conocido por las copias de la Última Cena de Leonardo.
  9. Se ha construido una copia de este león que está expuesta en el museo de Bolonia.
  10. Desde la década de 1490, Leonardo ya ha sido descrito como un pintor «divino».
  11. No es un fresco tradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido.
  12. Simón Ushakov realizó una reproducción de La Última Cena de Leonardo da Vinci aproximadamente 50 años después, Lucas Cranach el Joven y Lucas Cranach el Viejo, juntos, pintaron su versión propia sobre La Última Cena en el año 1547.
  13. Para las vigas cuadradas, horizontales y apoyadas en sus extremos, Leonardo había observado que la resistencia varía en relación al cuadrado del lado e inversamente a su longitud.
  14. Para muchos historiadores y expertos en la vida de Leonardo, consideran que la mejor representación o dibujo sobre anatomía hecho por Leonardo es el Hombre de Vitruvio.
  15. En los tiempos de Leonardo, el disecado de cadáveres, era considerado un pecado imperdonable, que debía de pagarse con la muerte.
  16. La paternidad de la invención de la bicicleta por Leonardo divide a la comunidad científica. Procedente del Códice Atlanticus, se discute el diseño porque, según Daniel Arasse, la bicicleta tiene una forma que «sólo se encontrará hacia 1900, es decir, con las dos ruedas a la misma altura y, sobre todo, el pedal y la cadena de transmisión volviendo la rueda posterior motriz». Puede quizás tratarse del trabajo de uno de sus alumnos (Salai), de un dibujo original (o de una copia del dibujo original). Sin embargo, Leonardo ya dibujó máquinas con cadenas y sistemas de transmisión por engranajes, en concreto, en el Códice de Madrid, los cuales no son discutidos y muestran el interés de Leonardo por estas cosas.

Fuentes

Referencias

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  10. Según Alessandro Vezzosi, director del museo Leonardo da Vinci, está probado que Piero era propietario de una esclava de Oriente Medio llamada Caterina, que fue madre de un niño llamado Leonardo. Esta tesis de que Leonardo tenía sangre árabe está soportada por la reconstrucción de una huella digital: (en inglés) Marta Falconi, Experts Reconstruct Leonardo Fingerprint, Marta Falconi, Associated Press, 1 de diciembre de 2006.
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Bibliografía

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En italiano

Documentales

  • Léonard de Vinci, en deux parties de soixante minutes : L'homme qui voulait tout savoir et Liaisons dangereuses, Royaume-Uni, 2003.
  • Léonard de Vinci : La biographie, Nacarat, 2006.
  • Leonardo's dream machines, sur les tests d'une reproduction à l'échelle d'un dessin d'une machine volante de Vinci, 2005.

Libros

Enlaces externos