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Filosofía19

FILOSOFÍA19: FÍJENSE BIEN, ¿NO LES PARECEN UN MONTÓN DE "PELANDRUSCAS"? ¿QUÉ PODRÍA HACER, POR OTRA PARTE, ESTA GENTE CON TANTO DINERO? ¿PODEMOS ESTUDIARLO? EL CASTELLANO ADJUNTÓ ESTA DEFINICIÓN PARA LAS PELANDRUSCAS, MUJERES GASTONAS, AMBICIOSAS... ESTUDIEMOS LO QUE NOS PONEN POR "PELANDRUSCAS".

PELANDRUSCA

Definición: Mujer de vida ajetreada y algo libertina.

"Se conoce que se arejuntó con una pelandrusca y tos los CUARTOS de la herencia se los gastaron visto y no visto".

FILOSOFÍA19: LO QUE PIENSO, QUE DEBEMOS DE SER "DISCRETOS". OBSERVEMOS, POR PONER UN EJEMPLO, CUÁNTOS COMENTARIOS Y RUMORES GENERA LA PRINCESA LETIZIA, CON SU FALTA DE DISCRECIÓN EN ALGUNOS ASPECTOS.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

discreción

  1. f. Sensatez y tacto para hablar u obrar:
    se comporta con discreción y elegancia.
  2. Reserva, prudencia:
    hay que llevar este asunto con mucha discreción.
  3. a discreción loc. adv. Sin limitación, según cada cual quiera o decida:
    en la fiesta hubo bebida a discreción.


Preguntas en los foros con la(s) palabra(s) ’discreción’ en el título:


discreción’ también aparece en estas entradas

charlatán - discreto - fuego - indiscreción - inocente - rajar - reserva - sigiloso - siniestro

Diccionario de sinónimos y antónimos © 2005 Espasa-Calpe:

discreción

  • prudencia, tacto, circunspección, mesura, moderación, reserva, sagacidad, secreto, sensatez, tino
    • Antónimos: imprudencia, indiscreción, estupidez, insensatez


discreción’ también aparece en estas entradas

atolondramiento - audacia - coladura - comedimiento - compostura - cordura - misterio - mutismo - parrafada - precaución - reserva - reservas - ruido - sensatez - seriedad - sigilo - silencio - tino

FILOSOFÍA19: SI LA "VERDAD" ES LO MÁS INTELIGENTE QUE HAY, ¿CÓMO SE RELACIONA CON SU OPUESTO, LA "FALSEDAD"? ¿ES LA FALSEDAD, UN DESORDEN ABSOLUTO, UN "CAOS"? LO FALSO TAMBIÉN CONSISTE EN DAR A LA MENTIRA, "APARIENCIA DE VERDAD", EN ENGAÑAR, TAREA DE LOS PRESDIGITADORES. "CONVIENE MATAR EL ERROR, PERO SALVAR A LOS QUE VAN ERRADOS", DECÍA SAN AGUSTÍN. ENTRE MIS OBJETIVOS SÍ ESTÁ "MATAR EL ERROR", Y SOLUCIONAR TODO TIPO DE PROBLEMAS. NO ES CONTRADICTORIO, SI DETECTO EL PROBLEMA, PERO LO EVITO...

Verdad

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Conviene matar el error, pero salvar a los que van

errados.

Enviado el June 14th, 2007. Enviado por admin.

San Agustín

Más frases de San Agustín

San Agustín
San Agustín es el nombre dado a varios santos de la Iglesia Católica, y en su honor a numerosas localidades.

 

 

El significado de la palabra verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular;[1] así como la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del TODO, el Universo.

Para el hebreo clásico el término `emuná significa primariamente «confianza», «fidelidad». Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen.[2] [3]

Alfred Stevens: La Verdad y la Falsedad

El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas. Hay posiciones diferentes acerca de cuestiones como:

Este artículo procura introducir las principales interpretaciones y perspectivas, tanto históricas como actuales, acerca de este concepto.

La pregunta por la verdad es y ha sido objeto de debate entre teólogos, filósofos y lógicos a lo largo de los siglos considerándose un tema concerniente al alma y al estudio de una llamada psicología racional dentro del campo de la filosofía.

En la actualidad es un tema de investigación científica así como de fundamentación filosófica:[4]

La importancia que tiene este concepto es que está arraigado en el corazón de cualquier supuesto personal, social y cultural. De ahí su complejidad.

Contenido

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[editar] Los portadores de verdad

Cuando decimos que algo «es verdad», ¿qué tipo de entidad es ese algo? Esto es: ¿qué tipo de entidades son las portadoras de verdad?

Suelen considerarse como tales:[8]

Cada una con sus ventajas y sus problemas.

La postura adoptada a favor de una u otra dependerá, a veces, de inclinaciones filosóficas más generales:

  • Los que rechazan la posibilidad de un conocimiento verdadero tenderán a rechazar cualquier sentido de verdad que no sea la experiencia inmediata en sí misma y para sí mismo.[9]
  • Los que rechazan la existencia de entidades mentales tenderán a rechazar a las creencias como portadoras de verdad;
  • Los que simpatizan con el nominalismo tenderán a simpatizar con las oraciones-caso como portadoras de verdad;[10]
  • Los que rechazan la existencia de entidades abstractas tenderán a rechazar a las proposiciones como portadoras de verdad.
  • Los que valoran la verdad moral sobre la mentira, tienden a considerar la verdad como ejercicio de virtudes tales como la sinceridad, la fidelidad, la honestidad en el decir, etc.; una persona es veraz en cuanto que muestra su autenticidad en la coherencia de su modo de existir en el mundo y su interpretación histórica cultural.

Cuando hablamos de cosas, de realidades, hablamos fundamentalmente de ontología. Y nuestro criterio deberá ser la verdad ontológica.[11]

Cuando hablamos de proposiciones, hablamos fundamentalmente de lógica. Y nuestro criterio deberá ser la verdad formal.

Cuando hablamos de creencias, hablamos fundamentalmente de epistemología y nuestro criterio deberá ser la verdad lógica o semántica como verdad epistemológica.

Cuando hablamos de moralidad hablamos de la veracidad de una persona. Hablamos de una virtud moral. La verdad como tarea de un hacer individual como también social e histórico.

Cuando hablamos de oraciones-caso, hablamos fundamentalmente de afirmaciones de creencias expresadas por medio del lenguaje cultural y social y nuestro criterio deberá incluir, además de todo lo anterior, las normas de la gramática: de la sintaxis en cuanto al sentido lógico; de la semántica en cuanto al sentido epistemológico; y de la pragmática en cuanto al sentido antropológico, cultural y social y aplicación al caso concreto.[12]

La verdad cabalga entre todos estos campos del conocimiento y por medio de todas sus posibles relaciones; lo que hace comprensible la enorme dificultad de definir un concepto unívoco.

Como suele suceder con los grandes conceptos y las palabras que los expresan, todos sabemos lo que son y sabemos usar los términos que los significan, con tal que no tengamos que explicarlo. El concepto de verdad es en este sentido paradigmático.

[editar] Una distinción fundamental

Cuando hablamos de la realidad decimos de ella que es verdadera frente a ser aparente, ser inexistente,... etc.[2] [13] como predicado que pretende expresar una propiedad de la realidad de referencia.[14]

En los demás casos decimos de una creencia, de una proposición, de un enunciado, que es verdadero. La atribución y referencia es la posesión de una propiedad, como predicado atribuido a una creencia, proposición o enunciado, no a la realidad. Predicamos que la creencia, proposición o enunciado es conforme o correspondiente o....(?) en relación a la realidad conocida.[15]

Así pues, ¿es la noción de verdad múltiplemente ambigua, o hay una noción primaria en la que está ligada justamente a una de estas clases de elementos? Las opiniones difieren, pero cabe establecer una amplia división entre aquellas teorías que consideran a la verdad como una propiedad de representaciones de algún tipo (sean estas lingüísticas o mentales) -y que incluyen por tanto a oraciones, enunciados y proposiciones-, y aquellas teorías que consideran a la verad como una propiedad de las proposiciones, concebidas éstas como elementos representados o expresados en el pensamiento o en el habla. Las disputas entre los teóricos de la verdad quedan a veces oscurecidas por su incapacidad de discernir esta cuestión.
Enciclopedia Oxford de Filosofía. op. cit. Cursivas en el original

Asimismo se consideran o pueden considerarse portadores de verdad:

Lo que aporta a todo lo anterior una variedad de perspectivas y valores acerca de la Verdad.

[editar] Teorías de la verdad

[editar] La Antigüedad y Edad Media

Se configuran tres orientaciones fundamentales acerca de la verdad:[16]

  • La verdad como seguridad y confianza en el mundo hebreo
  • La verdad como desvelamiento
  • La verdad como veracidad, del latín verus que expresa confianza en la correspondencia entre lo que se cree y lo que se dice y lo que es.

Para los hebreos la verdad ('emunah), es ante todo la seguridad o la confianza; verdadero es lo que es fiel a sí mismo, y por eso digno de confianza porque da seguridad.

LA VERDAD: puerta de bronce en la entrada principal de la Biblioteca del Congreso de Thomas Jefferson Building.

Dios es por eso la Verdad, porque es lo único verdadero, porque es fiel. La verdad no es estática porque no se halla en el presente sino en el futuro donde Dios manifiesta su promesa. Por eso el sentido de la verdad es decir amén, así sea. La verdad es producto de la voluntad de ser fiel a la promesa.[2]

Artículo principal: Platón

Para los griegos, en cambio, la verdad es idéntica a la realidad, y esta última era considerada como identidad que consiste en lo que permanece por debajo de las apariencias que cambian.

Tal es la materia, los números, la extensión, los átomos, ideas etc. que permanecen por debajo de lo sensible de la experiencia concreta, por lo que sólo es conocido por el pensamiento como función o facultad del alma: el entendimiento.[2]

La verdad es concebida como άλήθεια o descubrimiento del ser que se encuentra oculto por el velo de la apariencia.

Artículo principal: Aristóteles

Pero los griegos también tuvieron la consideración acerca de la verdad como propiedad de los enunciados.

Decir de lo que es que no es, o que no es que es, es lo falso; decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es lo verdadero
Aristóteles. Met., T, 7, 1011 b 26-8
Artículo principal: Sofistas

Asimismo los griegos también consideraron la verdad como conjunción o separación de signos (palabras, lenguaje) que hacen significados verdaderos. En este caso la verdad tiene su fundamento en la experiencia y en la convención social del discurso.

Artículo principal: Escolástica
Artículo principal: Realismo

Para los escolásticos verum (verdadero), lo mismo que unum (uno-identidad) y bonum (bien-bueno), es una propiedad trascendental del ente, de tal forma que son perfectamente convertibles como equivalencias con el ente, en tanto que el conocimiento verdadero supone la verdad ontológica como verdad metafísica en la adecuación del ente con el entendimiento.

Artículo principal: Analogía

Por eso el ente es ser inteligible lo que supone asimismo la adecuación del entendimiento con la cosa, Adaequatio rei et intellectus[17] lo que se ha llamado impropiamente verdad lógica que hoy llamaríamos verdad semántica o verdad epistemológica.[18]

La lógica silogística, aun siendo formal, no es formalista,[19] porque el contenido de sus términos se corresponden con la intuición esencial de lo real como άλήθεια; y sus relaciones corresponden a un orden dialéctico de esencias tal como lo concibió Platón; o un movimiento causado y ordenado de formas, el Mundo, movidas por un primer motor, como concibió su discípulo Aristóteles; y, finalmente, en el cristianismo e islamismo, es desvelamiento de Dios Creador, Ordenador y Providente, el Ser Verdadero, fundamento último de ese orden y verdad como Causa Primera, e IPSUM ESSE SUBSISTENS. [20]

Artículo principal: Nominalismo

No obstante en el seno de la escolástica a partir del siglo XI estuvo siempre presente la problemática acerca de los conceptos universales y su relación con lo real.

Los nominalistas tienden a considerar la verdad como veritas sermonis[21] puesto que los Universales son considerados flatus vocis, un soplo de voz.[2]

[editar] Edad Moderna

Artículo principal: Racionalismo
Artículo principal: Empirismo

El planteamiento de Descartes altera profundamente la cuestión de la intuición como evidencia de verdad.

Si bien los racionalistas mantienen los fundamentos escolásticos,[22] su desarrollo sin embargo conlleva a una concepción de la verdad de tipo idealista.[2]

El hecho fundamental de toda reflexión filosófica moderna (siglos XVII-XIX) parte de la conciencia puesto que la evidencia fundamental se constituye en el famoso: Pienso luego existo de Descartes.

La verdad, cuyo criterio es la evidencia y cuyo contenido es la sabiduría como ciencias[23] se manifiesta en las relaciones lógicas que, como leyes del pensar, conducen o iluminan al pensamiento cuando se somete a un método, el análisis, donde aparecen ordenada y sucesivamente las evidencias con certeza.[24]

Baruch Spinoza aún irá más lejos: El orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas.[25]

Si el pensamiento es pensamiento de la realidad, la verdad del pensamiento será la misma que la verdad de la realidad, pero también la verdad de la realidad será la misma que la del pensamiento -el orden y conexión de las ideas serán, como decía Spinoza, los mismos que el orden y conexión de las cosas-. Ahora bien, cuando no se mantiene con completo radicalismo esta concepción a la vez «lógica» y «ontológica» el problema para los autores racionalistas es cómo conjugar las «verdades racionales» con las «verdades empíricas».
Ferrater Mora, op. cit.

Lo que da lugar a nuevos conceptos de verdad:

El racionalismo justifica el éxito incuestionable del racionalismo en la nueva Física, como nacimiento de un nuevo modo de entender la ciencia, según un método de análisis:

  • Ciencia de la cantidad y la medida, frente a la ciencia cualitativa tradicional.
  • Ciencia de las relaciones funcionales matemáticas[26] entre medidas y cantidades establecidas con un método, el análisis, y una comprobación, el experimento.[27]
  • Ciencia de leyes que describen y predicen los hechos del mundo y del cosmos y que culmina con una Teoría eficaz en la descripción legal del mundo: Philosophia naturalis Principia mathematica de Newton.
  • El triunfo del mecanicismo,[28] plantea crudamente el problema que exige algún tipo de síntesis entre las radicales diferencias entre racionalistas y empiristas.

Así, pues, para los racionalistas, las verdades lógicas son asimismo ontológicas; la garantía es la existencia de Dios, como idea innata y principio del pensar mismo, puesto que Él no puede ser vil y engañador.[29]

Pero los empiristas, consideran la ciencia como verdades de hecho, y no consideran suficientemente justificada la pretensión de universalidad y necesidad de la ciencia, porque:

  • La existencia del mundo y de las cosas no se pueden afirmar con evidencia más allá del pensamiento y la conciencia, pues la fuente del contenido material del conocimiento no es otro que la experiencia.
  • Si bien no podemos negar la existencia del mundo objetivo, tampoco podemos afirmarlo sin sombra de duda alguna, con la certeza evidente que exigen los racionalistas.
  • No son aceptables, por falta de evidencia, las ideas innatas
  • La existencia de Dios no puede ser afirmada por la razón, sino por la fe

Lo que suscita la necesidad de una síntesis entre las dos posturas. Problema que intenta resolver Kant con la consideración de nuevos aspectos y conceptos acerca de la verdad:

Artículo principal: Kant

La verdad del conocimiento expresado en enunciados (o juicios), como pensaba Kant:

VERDADCONDICIÓNORIGENJUICIOEJEMPLO
Verdad de hechoContingente y particularA posteriori; depende de la experienciaSintético: amplía el conocimiento. El predicado no está contenido en la noción del sujetoTengo un libro entre las manos
Verdad de RazónNecesaria y UniversalA priori; no depende de la experienciaAnalítico: El predicado se encuentra en la noción del sujetoTodos los mamíferos son animales
Verdad científicaUniversal y necesariaA priori; no depende de la experiencia, pero únicamente se aplica a la experienciaSintético a priori: amplía el conocimiento. Solo aplicable a los fenómenosLos cuerpos se atraen en razón directa de sus masas y en razón inversa al cuadrado de sus distancias

Lo que da lugar a nuevas nociones acerca de nuevos conceptos de verdad:

  • verdad analítica: verdad de razón. Su fundamento radica en la estructura misma del conocimiento humano, en cuanto depende de sus propias estructuras a priori, es decir independientes de la experiencia.[30] Estas verdades son formales, universales y necesarias, pero no amplían el conocimiento; y cuando se aplican a contenidos al margen de la experiencia conducen a paralogismos y antinomias.[31]
  • verdad sintética: verdad de hecho. Su origen es un contenido de experiencia sensible, como materia que es formalizada por las formas y categorías del entendimiento. Por eso su verdad es una síntesis de lo material y de lo formal.
  • verdad a priori: Por lo dicho anteriormente, las verdades analíticas no dependen de la experiecia, por ello son a priori.
  • verdad a posteriori: Por lo dicho anteriormente, las verdades sintéticas dependen de la experiencia, por ello son a posteriori.
  • Verdad sintética a priori, síntesis a su vez de las anteriores, constituyen, según Kant, las verdades propias de la ciencia.[32]
  • verdad trascendental: En tanto que las estructuras a priori del conocer son trascendentales, son verdades que trascienden la experiencia subjetiva del individuo, al ser comunes al género humano. Pero al mismo tiempo que no pueden trascender dicha condición, no pueden ser trascendentes.

El límite del conocimiento científico el es mundo fenoménico entendiendo como tal, el campo de la experiencia posible. La realidad como tal es pensable, noúmeno, pero no la podemos conocer en cuanto tal.

Las leyes de la ciencia no pueden ser analíticas, o «a priori»

No cabe duda de que las leyes científicas no son analíticas y amplían el conocimiento. Es evidente que del concepto de «cuerpo» como ser material y perceptible por los sentidos no se sigue por análisis del concepto, sin más consideración, la ley: "Todos los cuerpos se atraen en razón directa de sus masas y en razón inversa al cuadrado de sus distancias"

Las leyes de la ciencia no pueden ser sintéticas o «a posteriori»

Pero la experiencia o experimento, por ser siempre individual y sometido a condiciones, no puede servir de fundamento que nos permita asegurar que dicha experiencia, o resultado del experimento, es consecuencia de una ley de la Naturaleza.

 


EL PROBLEMA DE LAS RELACIONES ENTRE LA CIENCIA Y LA EXPERIENCIA

Ni el racionalismo ni el empirismo dan respuesta de manera convincente.


El problema acerca de los límites del conocimiento.

Los juicios sintéticos apriori, es decir la ciencia, únicamente son posibles en su referencia a lo fenoménico, es decir, al campo de la experiencia posible. Lo real, como noúmeno, sólo puede ser pensado, no conocido.

La evidencia se da en la conciencia respecto a su percepción o idea o concepto.[33] Pero no parece evidente la relación de dicha percepción, idea o concepto con lo lo real.[34]

[editar] Siglos XIX y XX

La filosofía kantiana marca un hito en el modo de valorar la verdad y el sentido del conocimiento.

La verdad es entonces primordialmente verdad del conocimiento, coincidente con la verdad del ser conocido. Pues si hay efectivamente cosas en sí, éstas son inaccesibles y, por lo tanto, no puede hablarse de otro conocimiento verdadero que del conocimiento de dicha conformidad trascendental. La dependencia en que se halla la verdad con respecto a la síntesis categorial es lo que permite pasar de la lógica general a la lógica trascendental o lógica de la verdad.
Ferrater Mora. op. cit.

Desde el momento en que la verdad metafísica es considerada como inalcanzable es la razón la que construye las verdades, las justifica y las hace reales. Es el momento del Idealismo: subjetivo, objetivo y Absoluto, siendo Hegel su máximo exponente.[35]

Artículo principal: Idealismo
Artículo principal: Hegel
Biblioteca Pública de Nueva York

[editar] Verdad filosófica, Verdad como sistema, Verdad Absoluta

Hegel aporta nuevos horizontes de sentido de la verdad: la verdad filosófica, la verdad como sistema, la verdad absoluta.

La escisión materia-forma, conciencia-extensión, sujeto-objeto, puesta en escena por Descartes como res cogitans-res extensa, y definitivamente consagrada como fenómeno-noúmeno por Kant, encuentra su resolución y superación en la filosofía de Hegel en el fundamento que las unifica: el Absoluto.[36]

La verdad no se encuentra en la cosa. La cosa, como resultado, no es sino el cadáver que queda del proceso dialéctico de la tendencia que lo ha generado: el devenir; proceso dialéctico donde aparecen y se resuelven las contradicciones en la unidad del Todo como Sujeto Absoluto.[37]

La verdad absoluta es la filosofía misma, el sistema de la filosofía[2]

La verdad definitiva para Hegel consiste en la articulación que cada cosa concreta tiene con el Espíritu Absoluto, como realidad fundamental en su desarrollo como proceso dialéctico. A esa articulación es lo que Hegel llama sistema. La verdad filosófica aparece articulada como sistema.

Sistema no significa un conjunto de proposiciones ordenadas, sino esa interna articulación que cada cosa, ella en su ser, tiene con el ser absoluto del universo.[38]

Tal es asimismo el sentido de la verdad marxista, si bien interpretada desde el punto de vista materialista. La verdad es un desarrollo de la historia movida por la dialéctica de la lucha de clases. Su manifestación como verdad vendrá de la mano de la Revolución.

La filosofía alemana es la prolongación de la historia de Alemania, ../..el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que la fuerza material tiene que derrocarse mediante la fuerza material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas. Y la teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta y demuestra ad hominem y argumenta y demuestra ad hominem cuando se hace realidad, ser radical es atacar el problema por la raíz. Y la raíz para el hombre es el hombre mismo.
Marx. Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Anales franco alemanes. 1970. Barcelona. Ed. Martínez-Roca, p 103

[editar] Verdad como coherencia y consistencia

La manifestación de la verdad en un juicio ha de serlo en relación con todos los demás juicios verdaderos en la unidad del Todo, lo que le hace consistente al no entrar en contradicción con ellos. Cada uno no deja de ser una verdad parcial, un aspecto o momento de la verdad del Todo. Aparece, pues un nuevo sentido de la verdad, la verdad como coherencia.[39]

[editar] Verdad fenomenológica

Artículo principal: Fenomenología

Husserl considera que la verdad encierra cuatro aspectos:[40]

  • La plena concordancia entre lo mentado (significado) y lo dado rightarrow estado de hecho
  • La forma de un acto de conocimiento: acto empírico y contingente de evidencia rightarrow proceso cognitivo
  • El objeto dado en tanto que es mentado (significado) rightarrow objeto que hace posible la evidencia
  • La justeza de la intención, como justeza del juicio rightarrow intención significativa

Como el acto de significar no es, o no es primariamente, un acto empírico, y lo significado, o mentado, no es necesariamente una cosa, la correspondencia en cuestión queda confinada a una región «pura». Se trata de una relación ideal y esencial, que reinstaura una intuición de esencia de un "yo trascendental", en un idealismo fenomenológico-trascendental.[41]

La evidencia no es otra cosa que la «vivencia» de la verdad.
Husserl, E. Investigaciones Lógicas. 1976. Madrid. Revista de Occidente. p. 162
Artículo principal: Heidegger

Heidegger considera que la verdad no es primariamente adecuación del intelecto y se adhiere al sentido primitivo griego de la verdad como desvelamiento del ser. Pero eso se produce en la existencia en su estado de autenticidad.[42]

Pues la verdad solo se hace patente en la medida en que el juicio hace presente la cosa y permite expresarla como es en la situación radical de una conformidad con el modo de estar abierto el hombre (Dasein), un comportamiento respecto a un horizonte y un proyecto en el mundo, una libertad que posee al hombre y por eso es ex-sistencia y tiene historia. El diálogo entre el Ser y el hombre es la historia, donde se produce la aparición o el ocultamiento de la verdad. El ocultamiento es lo contrario de la aletheia; el ocultamiento puede parecer un estado natural al hombre por el uso de los entes que le sirven y le conducen al error. De vez en cuando el hombre se decide a desvelar al ente en cuanto tal y se propone la cuestión del ser y de la verdad. Es entonces cuando aparece la Filosofía.[43]

[editar] Vitalismo

Nietzsche considera que lo verdadero es todo lo que contribuye a fomentar la vida de la especie y falso lo que es un obstáculo para su desarrollo.[2]

Ortega y Gasset considera la verdad como «la coincidencia del hombre consigo mismo», la idea que el hombre tiene en su vivir racional que le permite saber a qué atenerse: Razón vital o Raciovitalismo.

El atractivo que sobre nosotros tienen las filosofías pretéritas es del mismo tipo. Su claro y sencillo esquematismo, su ingenua ilusión de haber descubierto toda la verdad......./.. Lo que ellos interpretaban como límites del universo, tras lo cual no había nada más, era sólo la línea curva con que su perspectiva cerraba su paisaje. Toda filosofía que quiera curarse de ese inveterado primitivismo, de esa pertinaz utopía, necesita corregir ese error, evitando que lo que es blando y dilatable horizonte se anquilose en mundo. Ahora bien: la reducción o conversión del mundo a horizonte no resta lo más mínimo de realidad a aquél; simplemente lo refiere al sujeto viviente, cuyo mundo es, lo dota de una dimensión vital, lo localiza en la corriente de la vida, que va de pueblo en pueblo, de generación en generación, de individuo en individuo, apoderándose de la realidad universal.
Ortega y Gasset. El tema de nuestro tiempo. Capítulo X: la doctrina del punto de vista. Obras completas. vol III. 1966. Madrid. Revista de Occidente. pp. 197-203

[editar] Verdad como pragmatismo

Artículo principal: Pragmatismo
Dios es la Verdad. El camino de la Verdad pasa por Ahimsa (no violencia). Sabarmati 13 de marzo 1927. MK Gandhi

William James considera que es verdadero aquello que muestra conformidad con nuestra creencia, porque es "expeditivo" en orden a sus consecuencias prácticas, es decir "satisfacción". Tal cosa ocurre cuando la investigación llega a un destino, en cuanto que es "verificada". En este sentido verdadero es lo "útil" que merece ser conservado.

Pero no ha de entenderse esto de modo material:

Cuando los pragmatistas hablan de verdad se refieren exclusivamente a algo acerca de las ideas, es decir, a su practicabilidad o posibilidad de funcionamiento, en tanto que cuando los antipragmatistas hablan de verdad quieren decir frecuentemente algo acerca de los objetos.
James, W. The Meaning of Truth. 1909. Prefacio

[44]

[editar] Verdad como hermenéutica, diálogo y consenso

Ya desde la antigüedad así es estudiada la verdad contenida en la comprensión de los textos. Pero en el siglo XIX la hermenéutica adquiere un nueva dimensión a partir del sentido del conocimiento que introduce Scheleiermacher quien propone un sistema circular que conocemos como el círculo hermenéutico. Cada intérprete necesita introducirse en la dimensión social y la dimensión individual del autor para comprenderlo.[2]

Dilthey distingue dos ámbitos de conocimiento y de verdad; las ciencias del espíritu y el sentido de la verdad histórica.

Para Dilthey la hermenéutica permite comprender mejor a un autor que el propio autor se entendía a sí mismo; y a una época histórica mejor de lo que pudieron comprenderla quienes vivieron en ella, pues la hermenéutica se basa en la conciencia histórica, que conduce al fondo de la vida.[2]

Gadamer considera que la tradición y el prejuicio son elementos fundamentales del conocimiento y de la interpretación de los datos. La hermenéutica es “la condición para hacerse las preguntas y las cuestiones acerca del conocimiento y la verdad”.[2]

Para Ricoeur la comprensión necesita de la mediación de la interpretación. La fenomenología hermenéutica sustituye el mundo natural del cuerpo y de la cosa por el mundo cultural del lenguaje. De este modo la hermenéutica es capaz de poner en cuestión la dicotomía científica entre comprensión y explicación, así como la dictomía Ciencias de la Naturaleza-Ciencias del Espíritu.[2]

Esto hace posible el desarrollo de una hermenéutica crítica y sobre las condiciones de ésta, lo que nos lleva a la autorreflexión que propone Habermas y la necesidad del diálogo para la crítica de las ideologías.

Tanto la hermenéutica de Gadamer como la de Habermas se oponen a la idea de razón instrumental[45] y a las tesis positivistas de una supuesta objetividad y neutralidad del conocimiento positivo de las Ciencias Naturales.

Habermas propone una hermenéutica en función de las nociones de comprensión, comunicación y diálogo.[2]

El diálogo es entonces un procedimiento de prueba y contraste en la comunicación en cuanto ausencia o deformación de la comunicación para el esclarecimiento o legitimación de la verdad.

Hay un lugar común que pone todas las expectativas de progreso colectivo en el desarrollo de un conocimiento entendido a partir del modelo de la exactitud tecnológica. Pero lo cierto es que la mayor parte de nuestros actuales debates no giran en torno a datos e informaciones sino sobre su sentido y pertinencia, es decir, acerca de cómo debemos interpretarlos, sobre lo que es deseable, justo, legítimo o conveniente.
Daniel Inerarity.La sociedad de los intérpretes. El País. 16 nov. 2010
9-11 Truth 2

[editar] La verdad como interés

Siguiendo a Husserl, llamamos objetivista a una actitud que refiere ingenuamente los enunciados teóricos a estados de cosas. Esta actitud considera las relaciones entre magnitudes empíricas, que son representadas en enunciados teóricos, como algo que existe en sí; y a la vez se sustrae al marco trascendental, solamente dentro del cual se constituye el sentido de semejantes enunciados. No bien se entiende que estos enunciados son relativos al sistema de referencia previamente puesto con ellos, la ilusión objetivista se desmorona y deja franco el paso a la mirada hacia un interés que guía al conocimiento.

 

Para tres categorías de procesos de investigación se deja demostrar una conexión específica de reglas lógico-metódicas e intereses que guían al conocimiento. Esta es la tarea de una crítica de la ciencia que escape a las trampas de positivismo. En el ejercicio de las ciencias empírico-analíticas interviene un interés técnico del conocimiento; en el ejericicio de las ciencias histórico-hermenéuticas interviene un interés práctico del conocimiento y en el ejercicio de las ciencias orientadas hacia la crítica interviene aquel interés emancipatorio del conocimiento que ya, como vimos, subyacía inconfesadamente en la ontología tradicional.
Habermas, op. cit. pp. 159-181. Sin subrayar en el original

[editar] La condición posmoderna

La pregunta, explícita o no, planteada por el estudiante profesionalista, por el Estado o por la institución de enseñanza superior, ya no es ¿es eso verdad?, sino ¿para qué sirve? En el contexto de la mercantilización del saber, esta última pregunta, las más de las veces, significa: ¿se puede vender? Y, en el contexto de argumentación del poder ¿es eficaz? Pues la disposición de una competencia performativa parecía que debiera ser el resultado vendible en las condiciones anteriormente descritas, y es eficaz por definición. Lo que deja de serlo es la competencia según otros criterios, como verdadero/falso, justo/inuusto, etc., y, evidentemente, la débil performatividad en general.
Jean François Lyotard. La condición posmoderna. op. cit. p.94

[editar] Teorías actuales acerca de la verdad

¿Es posible agrupar según caracteres y propiedades y clasificar en algún orden las teorías sobre la verdad?

[editar] Teoría correspondentista

La teoría de la verdad como correspondencia es quizás la teoría de la verdad más extendida.[46] Según esta teoría, la verdad consiste en una relación de adecuación o concordancia entre el entendimiento que conoce y lo real conocido como realidad; junto con la expresión de un lenguaje (Lenguaje apofántico que llamaba Aristóteles), lenguaje propio de la ciencia, que expresa la verdad del conocimiento.

No obstante en la actualidad, la no aceptación de un conocimiento metafísico de lo real, hace que esta teoría se considere referente a una oración o expresión lingüistica que es verdadera cuando lo que dice es el caso.[47]

Ludwig Wittgenstein sostiene en su Tractatus logico-philosophicus que el lenguaje -como serie de proposiciones lógicas- es una figura de la realidad.[48]

Según la versión tomista de la adecuación, es el intelecto el que debe adecuarse a la realidad (asimetría adecuacionista): debemos pensar las cosas conforme a lo que son. Así, la proposición "llueve" será verdadera si, efectivamente, llueve en el momento en que se profiere;[49] la proposición "Dios existe" será verdadera si Dios existe, etc.[50]

[editar] Teoría coherentista

Las teorías coherentistas de la verdad afirman que una proposición es verdadera si es coherente con el resto de las proposiciones del sistema del que forma parte. Así, la proposición «3 + 5 = 8» es verdadera en la medida que es coherente con las reglas de la matemática elemental. Sin embargo, este criterio no permite establecer la verdad de las reglas del sistema y, por tanto, sólo puede aplicarse a los elementos de un sistema de reglas previamente establecido.

[editar] Teoría del consenso

1937-truth-gilmour-the-dodo
Artículo principal: Teoría del consenso

Las teorías del consenso sostienen que la verdad requiere un procedimiento o acuerdo previo, o conocimiento previo de pautas, o en algunas versiones, que podría llegar a ser acordado por algún grupo específico, siendo de especial relevancia el diálogo como aprendizaje de las condiciones de "igualdad de habla".[51]

[editar] Teoría pragmática

Artículo principal: Pragmatismo

Las teorías pragmáticas de la verdad afirman que una proposición es verdadera si resulta útil o funciona en la práctica. Así, la proposición "En verano hace calor" es verdadera si constituye una buena guía para la acción, esto es, si resulta útil para cualquier persona que la considere verdadera. Hay que entender el criterio de utilidad como una apelación a comprobar en la práctica la verdad de las proposiciones. Si sucede tal y como la proposición indica, entonces es verdadera. Así pues, según la teoría de la utilidad, sólo podremos establecer la verdad de una proposición cuando la comprobamos en la práctica. Esta exigencia no se produce en la teoría de la correspondencia, en la que una proposición es verdadera si se corresponde con los hechos, aunque éstos no puedan comprobarse. Como es obvio, la comprobación de una proposición está sujeta a ciertas limitaciones: primero ha de ser verificable; además, la verificación no es infalible.,[52] [53] [54]

[editar] Teoría deflacionaria

La teoría deflacionaria de la verdad es una familia de teorías que comparten la afirmación de que las aseveraciones que predican la verdad de una proposición en realidad no le atribuyen una propiedad llamada verdad a dicha proposición o enunciado de la misma forma que se atribuye una propiedad a un objeto cualquiera.[55]

Las teorías que sostienen que la verdad es una propiedad de los portadores de verdad, tal como interpretar que "algunas manzanas son rojas" equivale a afirmar que "el rojo es una propiedad de algunas manzanas", se las llama teorías robustas (o inflacionarias) de la verdad.

Para tales teorías, la tarea es explicar la naturaleza de esa propiedad. Los criterios de verdad definen qué se entiende por "verdad" y nos ayudan a decidir si una proposición es verdadera o falsa. Hay diferentes criterios de verdad, aplicables a distintos tipos de proposiciones. Tales han sido tradicionalmente las teorías acerca de la verdad.

En la actualidad algunos filósofos rechazan la idea de que la verdad es un concepto robusto en este sentido. Desde este punto de vista, decir «"2 + 2 = 4" es verdad» es no decir más que «2 + 2 = 4», y eso es todo lo que hay para decir acerca de la verdad. Estas posiciones son llamadas teorías deflacionistas de la verdad (porque el concepto ha perdido valor) o también teorías desentrecomilladoras (para llamar la atención a la mera «desaparición» de las comillas de citación en casos como el del ejemplo de arriba). La preocupación más importante de estas visiones es aclarar esos casos especiales donde parece que el concepto de la verdad tiene propiedades peculiares e interesantes.

Desde este punto de vista, la verdad no es el nombre de alguna propiedad de las proposiciones — algo sobre lo que uno podría tener una teoría. La creencia de que la verdad es una propiedad es sólo una ilusión causada por el hecho de que tenemos que predicar "es verdad" en nuestro lenguaje. Como la gran parte de los predicados nombran propiedades, nosotros asumimos de forma natural que "es verdad" también lo es.

Pero, de acuerdo con los deflacionistas, las declaraciones que parecen decir la verdad realmente no hacen más que indicar estar de acuerdo con la declaración.

[editar] Otras teorías

Artículo principal: Constructivismo (filosofía)

El constructivismo sostiene que la verdad es construida por procesos individuales y sociales sin correspondencia biunívoca con las relaciones con el entorno.

  • El conocimiento «no se recibe pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es construido activamente por el sujeto cognoscente».
  • «La función del conocimiento es adaptativa, en el sentido biológico del término, tendiente hacia el ajuste o la viabilidad».
  • «La cognición sirve a la organización del mundo experiencial del sujeto, no al descubrimiento de una realidad ontológica objetiva».
  • Existe una exigencia de socialidad, en los términos de «una construcción conceptual de los “otros”»; en este sentido, las otras subjetividades se construyen a partir del campo experiencial del individuo. Según esta tesis, originada en Kant, la primera interacción debe ser con la experiencia individual.

Partiendo de la definición kantiana entre fenómeno y noúmeno el conocimiento es una construcción mental. Todos los tipos de experiencia son esencialmente subjetivos, y aunque se puedan encontrar razones para creer que la experiencia de una persona puede ser similar a la de otra, no existe forma de saber si en realidad es la misma.

[editar] Definiciones formales de verdad

[editar] Concepto semántico de verdad

[editar] Alfred Tarski

Artículo principal: Alfred Tarski
Alfred Tarski

Tarski demostró que la aplicación no paradójica del concepto de verdad depende de la distinción entre lenguaje objeto y metalenguaje.

La condición de adecuación material de Tarski supone que toda teoría de la verdad implica, para cada oración P del lenguaje objeto X para el que se define la verdad, que 'P' (nombre de oración) es verdadera si y solo si P (lenguaje objeto que habla del contenido semántico material de 'P', bien sea la referencia a algo del mundo, bien sea a su vez, referente a otro lenguaje objeto Y).

Se establecen de esta forma, niveles de lenguaje en el que cada nivel establece su contenido de verdad. Cada nivel de verdad se establece mediante subíndices.

Tarski enuncia una teoría semántica de la verdad como teoría formal de la misma:

Definición formal de verdad
Para un lenguaje formal dado,[56] construido mediante las operaciones comunes del cálculo de predicados de primer orden, que llamamos lenguaje objeto, y le asignamos un nivel de lenguaje L0:

'P' es verdadero si y sólo si P.[57]

La definición de "verdadero" adopta con referencia al lenguaje objeto el concepto de "satisfacción".

Las oraciones abiertas[58] son elementos del lenguaje para el que se define la verdad. Tales funciones proposicionales no son ni verdaderas ni falsas en sí mismas, (no son proposiciones) sino funciones que son satisfechas por unos objetos y no satisfechas por otros.

Tales funciones necesitan de la interpretación de un lenguaje que especifica los objetos como argumentos de la función que satisfacen cada elemento.[59]

Una oración cerrada, como proposición, es una función proposicional con nombres de objetos en el lugar de las variables o con variables lógicamente cuantificadas.

Como proposición lógica dicha oración puede ser verdadera o falsa.

Tarski afirma que una oración es verdadera en su nivel de lenguaje objeto si y solo si es satisfecha por todos los objetos con que se ha definido una interpretación de su nivel de lenguaje y falsa si no es satisfecha por ninguno. Así, dice Tarski: 'La nieve es blanca' es verdadero si y solo si la nieve es blanca.

Observemos que tal definición de verdad responde al concepto aristotélico de verdad. No tanto a una Teoría de “correspondencia” que tenga por supuesto la identidad entre la verdad “enunciada” y la “realidad objetiva de los hechos del mundo”, que Tarski no niega.[60] Por ello esta definición es formal y no depende de ningún contenido.

Decir de lo que no es que es, o de lo que es que no es, es falso, y decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero.
Aristóteles. Met., T, 7, 1011 b 26-8

De esta manera Tarski dio una solución lógica a la famosa paradoja del mentiroso:

“Epiménides el cretense dice que todos los cretenses son mentirosos”.

Paradoja que desde la antigüedad no encontraba un posible sentido de verdad, siendo, como es, una oración plenamente conforme a las reglas de la gramática.[61]

Analizando la frase según el esquema propuesto por Tarski:

   Lenguaje  nivel 1: L1
   Nivel de verdad 1: V1   
   'Epiménides el cretense dice que todos los cretenses son mentirosos' es verdadero si y solo si Epiménides el cretense dice que todos los cretenses son mentirosos
   Lenguaje  nivel 0: L0
   Nivel de verdad 0: V0    
   'Todos los cretenses son mentirosos' es verdadero si y solo si todos los cretenses son mentirosos

Lo que la lengua escrita, por otro lado, resuelve gráficamente expresándolo de esta forma:

Epiménides el cretense dice: “Todos los cretenses son mentirosos”.

Donde aparecen claramente los dos niveles de lenguaje y el contenido de verdad de cada uno de ellos:

  • Lo que dice Epiménides
  • El hecho de que todos los cretenses sean mentirosos o no lo sean.

[editar] Saul Kripke

Artículo principal: Saul Kripke
Kripke en 2005.

Kripke considera que la definición de Tarski es muy artificiosa y empobrece enormemente la capacidad veritativa del lenguaje ordinario en el que la gente expresa sus pensamientos. Pretende devolver al lenguaje objeto, en su caso al lenguaje natural, su significatividad de verdadero.

Los filosófos han tenido suspicacias con respecto al enfoque ortodoxo en tanto que análisis de nuestras intuiciones. Sin lugar a dudas nuestro lenguaje contiene una sola palabra “verdad”, y no una secuencia de expresiones distintas “verdadn”, la cual se aplica a oraciones de niveles más altos. Un defensor de la posición ortodoxa puede responder en contra de esta objeción (en el caso de que no mande a volar de una vez por todas al lenguaje natural, como Tarski se inclinaba a hacerlo) que la noción ordinaria de verdad es sistemáticamente ambigua: su “nivel” en una figuración particular se determina por el contexto de la proferencia y por las intenciones del que habla.
Kripke. Esbozo de una teoría de la verdad. Edición castellana, 1984, México. UNAM. p. 12

Kripke considera que la gente en su hablar diario inevitablemente usa la palabra “verdadero” con un signficado lleno de sentido y que tiene poco que ver con la definición formal tarskiana.

Teniendo en cuenta la posibilidad de las verdades necesarias a posteriori tal como las concibe Putnam, considera que se mantiene el sentido de verdad en el propio lenguaje objeto sin necesidad de recurrir a niveles diversos de lenguajes.[62]

Para ello es suficiente tener un concepto de verdad parcialmente definida, en la medida en que la referencia queda fijada por la comunidad de hablantes.

Lo mismo que el nombre propio queda fijado referencialmente por el “bautismo” y sus sucesivas transmisiones referenciales, el nombre común puede quedar fijado referencialmente por un conjunto de descriptores establecidos culturalmente por la comunidad justificando plenamente el sentido de verdad del lenguaje ordinario.[63]

De este modo la significatividad de una oración o el carácter de estar bien formada radica en el hecho de que hay circunstancias especificables bajo las cuales se dan condiciones de verdad determinada. Para ello solo necesitamos un esquema semántico que permita manejar predicados en los que la referencia queda plenamente fijada sin tener que recurrir a predicados de esencia.[64]

Considero que ninguna propuesta incluyendo la que he de presentar aquí sea definitiva en el sentido de suministrar la interpretación del uso ordinario de “verdadero” o dar la solución a las paradojas semánticas. Por el contrario, por ahora no he pensado a fondo en una justificación detallada de la propuesta, ni estoy seguro de cuáles son las áreas exactas y las limitaciones de su aplicabilidad. Espero que el modelo aquí suministrado tenga dos virtudes: primero que proporcione un área rica en propiedades matemáticas y relativas a la estructura formal; segundo que estas propiedades recojan en buena medida intuiciones importantes. Así pues el modelo ha de ser puesto a prueba por su fertilidad técnica. No tiene por qué recoger todas las intuiciones, pero se espera que recoja muchas de ellas.
Kripke. op. cit. p. 20
Dado un dominio no vacío D, un predicado monádico P(x) se interpreta mediante un par (S1, S2) de conjuntos de D;

S1 = extensión de P(x);
S2 = complementario de S1;
Entonces P(x) ha de ser verdadero de los objetos en S1 y falso de los objetos en S2.
De no ser así P(x) sería indefinido asumiendo la lógica trivalente fuerte de Stephen Kleene.[65]

Partiendo de un P(x) elemental que no tiene el predicado de verdadero, se considera un dominio D, no vacío y significativo, en el que se establecen las condiciones de “verdadero”, “falso” o “indefinido”.

El sentido de verdad ordinario del lenguaje se inicia en un dominio significativo del lenguaje (ser blanca) y un conjunto de objetos que hacen verdadera dicha expresión lingüística, (entre ellos, la nieve). A su vez un conjunto de objetos que la hacen falsa (entre ellos los cuervos).

El significado de la expresión “la nieve es blanca" tiene un carácter significativo de verdad en el propio lenguaje objeto.

De la misma forma, siendo P = ser verdadero y x = la nieve es blanca, tiene significado de verdad: "La nieve es blanca es verdadero".

Pues esa esa expresión como un nuevo segmento unitario, P(x) se constituye como un nuevo elemento significativo del mismo lenguaje. De modo que podemos decir en el mismo nivel de lenguaje objeto: “la nieve blanca es verdadero, es verdadero” y así sucesivamente.

Ciertamente, como dice Kripke, el análisis llevaría a una serie infinita de segmentos, pero en el lenguaje ordinario no es necesario.[66] Y como dice él mismo tampoco lo pretende con su modelo como algo definitivo.

Los críticos de Kripke no obstante consideran que el esquema no acaba suprimiendo una jerarquía de niveles aun cuando sean dentro del mismo lenguaje objeto.

Otros consideran que pueden aparecer paradojas cuando se produce autorreferencia del lenguaje.[67]

[editar] Tipos de verdad

[editar] Subjetiva y objetiva

Las verdades subjetivas son aquellas con las cuales estamos más íntimamente familiarizados, puesto que su contenido de verdad encuentra su fundamento en el propio sujeto que conoce y formula dicha verdad. Son las verdades de la propia experiencia.

El subjetivismo es la teoría que considera que todas las verdades son subjetivas, es decir, dependen del sujeto que conoce.

A veces se considera impropiamente como condición subjetiva el hecho de que el sujeto no sea el sujeto individual sino el sujeto trascendental kantiano. Pero en ese caso se justificaría la objetividad del conocimiento con independencia de la formulación de un sujeto individual. En ese caso hablaríamos de un antropocentrismo gnoseológico.[2]

En contraste, las verdades objetivas pretenden ser independientes de nuestras creencias subjetivas y gustos y el fundamento de las mismas independiente del hecho de ser conocida por el sujeto individual. Tal es la pretensión de la verdad científica.

Cuando se reconoce que hay o puede haber otros puntos de vista o forma de conocer entonces más que de subjetivismo se debe hablar de perspectivismo.[2]

[editar] Relativa y absoluta

Artículo principal: Relativismo
Artículo principal: Absoluto (metafísica)

Las verdades relativas son aquellas ideas o proposiciones que únicamente son verdad en relación a alguna norma, convención o punto de vista. Usualmente, la norma mencionada son los principios de la propia cultura. Todo el mundo acuerda en que la veracidad o falsedad de algunas ideas es relativa: Si se dice que el tenedor se encuentra a la izquierda de la cuchara, ello depende de desde dónde uno esté viendo. Sin embargo, el relativismo es la doctrina que señala que todas las verdades de un dominio particular(dígase moral o estética) son de esta forma, y el Relativismo implica que toda verdad sólo es en relación a la propia cultura. Por ejemplo, el relativismo moral es la perspectiva que apunta a que todas las verdades son socialmente inspiradas. Algunos problemas lógicos sobre el relativismo se explican en el artículo falacia relativista.

Las verdades relativas pueden ser contrastadas con las verdades absolutas u objetivas. Estas últimas son ideas o proposiciones que serían verdaderas para todas las culturas y tiempo. Estas ideas frecuentemente son atribuidas a la misma naturaleza del universo, de Dios, la naturaleza humana o a alguna esencia fundamental o significación trascendente.

Lo absoluto en un dominio particular del pensamiento es la visión de que todas las proposiciones en tal dominio son absolutamente ciertas o absolutamente falsas sin restricción o condición alguna.

El absolutismo moral es la visión de que las normas y principios morales son absolutamente, es decir incondicionados completamente verdaderas o falsas para todas las culturas en todas las eras y en toda situación dada con independencia de los individuos afectados.

[editar] Ontológica y epistemológica[68]

  • Predicado de una realidad: verdad ontológica
  • Predicado de un conocimiento, una proposición, o un enunciado: verdad lógica, propiamente dicho, epistemológica.

En el primer caso se usa para distinguir una realidad como realidad verdadera en oposición a una realidad “aparente”, “ilusoria” “irreal” o “inexistente”; lo que ocurre cuando tomamos una realidad por “otra”. En este sentido afirmamos, es “oro falso” o “falso oro”, parece oro, pero no lo es.

Los escolásticos afirmaban que el “ente” poseía la cualidad de su propia verdad. Omne ens est verum,[69] con independencia de su ser o no ser conocido.[70]

En el segundo caso se utiliza con referencia al conocimiento en cuanto contenido de una proposición o enunciado que puede ser “verdadero o falso” según se corresponda o no con la realidad que pretende expresar.

Estas dos formas de consideración de la verdad no siempre aparecen claros en el uso vulgar de la palabra.

El primer sentido constituye el fundamento de cualquier concepto de verdad, si bien en la filosofía actual este sentido de la verdad se valora como un supuesto de condicondiciones estructurales del proceso del conocimiento y no como un contenido concreto de realidad.

Sin embargo la posibilidad del conocimiento de la verdad así entendida es rechazado por los escépticos considerando que no es posible para el conocimiento humano el conocimiento de la realidad.

El máximo exponente de una filosofía basada en este sentido de verdad es Platón. Los cristianos y escolásticos encontraron la solución situando esa verdad en el mismo conocimiento divino, pues el conocimiento de Dios es un acto creador; pues en Dios conocimiento y realidad coinciden.

Tomado en un sentido racionalista e idealista la verdad lógica se ha de corresponder necesariamente con la ontológica. Así pensaron Spinoza, Leibniz, Hegel, y Russell o Wittgenstein en un determinado momento de su pensamiento:[71] todas las verdades han de ser verdades de razón para Dios donde alcanzan su carácter absoluto. Bien se entienda por Dios un Ser Trascendente, bien sea entendido en un sentido panteísta identificado con la Naturaleza o el Espíritu o la Humanidad o la Ciencia.

El empirismo puro, por el contrario, piensa que todo conocimiento es verdad de hecho relativa a la realidad “conocida” por la experiencia, y no es posible el conocimiento metafísico como en los escépticos.

En la actualidad, dada la valoración que se tiene de la posibilidad de un conocimiento metafísico de la “realidad en cuanto tal” este concepto no suele ser tenido mucho en cuenta.

La verdad lógica, (hoy día más bien se denomina "epistemológica"), como conocimiento de verdad objetiva encuentra su máximo exponente en la verdad científica. Hoy es más propio denominarla verdad epistemológica, a fin de evitar la confusión con el sentido lógico-formal característico de la lógica formal.

La filosofía en la actualidad considera la verdad científica como tendencia que se dirige a un horizonte abierto de experiencia superior a la mera conciencia; en un proceso de acercamiento permanente hacia el conocimiento de lo real.[72]

Lo que deja abierto el ámbito de la verdad abierto a otros tipos de conocimientos verdaderos no sometidos estrictamente al ámbito y al método científico.[73]

[editar] Material y formal

Es la distinción que se establece entre el contenido significativo de verdad de una expresión lingüística concreta (o de un discurso o de una obra completa) y la estructura de la proposición en que se resuelve dicha expresión lingüística como lenguaje formalizado, considerada entonces como una afirmación analizada según un sistema o cálculo lógico.

Consideremos el contenido de verdad de la frase siguiente: «Si todos los elefantes tienen alas y todos los seres alados vuelan, entonces los elefantes vuelan». El contenido de la frase como discurso, respecto a la verdad de su contenido significativo en el mundo, es claramente falso. Este discurso en cuanto a su contenido material, es falso. Su verdad material es falsa.

Sin embargo en cuanto a su forma o estructura lógica, es una verdad no solo respecto a este discurso concreto sino en cuanto que todo discurso que mantenga la misma forma o estructura lógica será siempre y necesariamente verdadero. Su forma lógica hace verdadero el discurso en este sentido. Su verdad formal es verdad.

[editar] Verdad Moral

Es la concordancia entre lo que se dice y manifiesta con la palabra o con la acción respecto a la creencia en lo que es verdadero. Su contrario no es la falsedad ni el error sino la mentira.

Su manifestación es una virtud moral, esto es: ser veraz, decir, usar o profesar siempre la verdad.

[editar] Verdad e historia

Artículo principal: Conocimiento
La Verdad, el Tiempo y la Historia (Goya)

Sin duda alguna es un momento histórico el día que Aristarco de Samos concibió como verdad que la tierra gira alrededor del sol. Por lo mismo es un "acontecer histórico" la evolución que dicha idea como verdad ha recorrido a lo largo de los siglos hasta Copérnico y al S. XVII en que definitivamente es "aceptada" como verdad por la comunidad científica, y más tarde como "verdad social y cultural".

Asimismo es un acontecer histórico la influencia cultural y los hechos que se han derivado de tal conocimiento tanto en el mundo de la ciencia como en el de la cultura.

No obstante estos dos aspectos no afectan al contenido de la verdad como tal. Si desde siempre, eternamente ha sido verdad y lo sigue siendo que "la tierra gira alrededor del sol", tales aconteceres mundanos[74] no afectan en absoluto a la verdad como tal verdad ontológica. Tales son los supuestos del "realismo".

Ahora bien, ¿podemos afirmar que esa verdad, en cuanto verdad, existía cuando dicho conocimiento verdadero no existía?[75] ¿No tendríamos que afirmar que dicha verdad aparece según un momento de desarrollo histórico cultural de la racionalidad, que "hace verdadero" no solo el hecho del giro de la tierra alrededor del sol, sino el nuevo concepto de "cielos", "astros" "tierra" etc. y las modificaciones que introducen en el mismo concepto de hombre, conocimiento, historia? Porque dicho conocimiento, en tanto que verdadero, es un momento más del "devenir" de lo real en tanto que realidad, pues en definitiva la verdad racional no deja de ser un momento del devenir de lo real.

La historicidad de la verdad racional no consiste por tanto en decurso, ni tempóreo ni temporal, de una actualidad, sino que consiste en un modo de constitución de la actualidad de lo real: en ser actualidad posibilitada, actualidad cumplida.
Zubiri. op. cit. p. 304

La verdad racional, como problema, en encuentro mundanal, posibilitante de posibilidades, surge como cumplimiento, puesto que es actuación en un logos, es lógica; pero al mismo tiempo, por ello mismo, la verdad racional es cumplimiento, es decir "realización de posibilidades". Se trata de la actuación realizada por una potencia individual, sin duda alguna, pero es al mismo tiempo una actualización realizada de las cosas, puesto que dicha verdad no es algo separado del proceso en que se cumple. En este sentido la verdad es un hecho, como actuación de una "potencia" (la acción humana), al mismo tiempo que "suceso" como realización de posibilidades, que es precisamente en lo que consiste la esencia de lo histórico.

Que la verdad racional tiene historia es una trivialidad, como hemos visto antes. Es obvio que está condicionada en su devenir por las condiciones materiales y culturales de un momento histórico.

Pero parece importante subrayar otro aspecto: "ser histórico" no significa lo mismo que "ser historia", aspecto que ahora queremos destacar. La verdad racional tiene un carácter intrínseco y formalmente histórico en cuanto verdad.

Algo que para el realismo clásico resultaría absolutamente inconcebible.

Es evidente que lo real en cuanto real no tiene por qué ser histórico. Cualquier planeta descubierto o astro por descubrir en cuanto real no tiene un ser histórico en cuanto realidad.[76]

Pero en cuanto "actualización racional" que la constituye como verdad mundanal (y por tanto conocida) sí lo es. En definitiva la verdad racional tiene por un lado un carácter de encuentro: es verdad lógica. Pero por otro lado tiene un carácter de cumplimiento: es verdad histórica.

[editar] Verdad y valor

Artículo principal: Conocimiento

La realidad histórica de la verdad racional lleva implícita una consecuencia importante: La verdad racional es la realización de un valor a posteriori. Esto evita toda complicidad con todo historicismo que pretende establecer la verdad racional "a priori", (Popper op. cit.).

Si la verdad racional permanece en la historia lo es en tanto que realiza un determinado valor: Ser al menos provisionalmente la actualización del conocimiento en tanto que éste interpreta el "verdadear"[77] de la realidad.

En efecto no cabe duda de que la "Teoría de la gravedad aristotélica" hacía verdadero la "realidad mundanal" de la caída de los cuerpos. Sin duda alguna la "Teoría de la gravitación universal" de Newton hizo históricamente verdadero la misma realidad mundanal. Como ahora de hecho la "Teoría de la relatividad" hace verdadera la misma "realidad mundanal" conforme a nuevos parámetros racionales. ¿Qué razón, es decir, qué verdad racional, justifica y hace posible la sustitución de una verdad por otra en tanto que racionales? ¿Hay más de una "racionalidad" en la verdad? ¿o son diferentes "justificaciones" racionales en cada momento o situación histórica y cultural según nuevos modos de interpretar la realidad percibida en la experiencia?

A estas cuestiones no hay más alternativa que:

  • admitir de modo "esencial" un relativismo absoluto, lo cual nos llevaría al absurdo de la carencia de justificación racional de la propia verdad.
  • admitir un relativismo racional enmarcado por la realización de ciertos "valores racionales" o ejercicio de ciertas "virtudes doxásticas" que hagan posible construir un saber científico que nos permite construir una representación del mundo que tenga determinadas características:[78]
    • Eficacia instrumental
    • Coherencia
    • Alcance comprensivo
    • Simplicidad funcional.
Una vez privados de la vieja idea realista de la "verdad como correspondencia" y de la idea positivista bajo cuya óptica la justificación se fija mediante "criterios" públicos, nos hemos quedado con la necesidad de considerar nuestra búsqueda de mejores concepciones de la racionalidad como una actividad intencional y humana, la cual, como cualquier actividad que se alce por encima del hábito y del mero seguimiento de la inclinación o de la obsesión, está orientada por la idea de lo bueno.
Putnam, op. cit. p. 140

[editar] Véase también

[editar] Notas y referencias

  1. «Verdad», Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), Real Academia Española, 2001, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=Verdad 
  2. a b c d e f g h i j k l m n ñ Ferrater Mora. op. cit. p. 3397 y ss.
  3. Etimologías e interpretaciones de sentido de verdad en hebreo, griego, latín, germánico, e indioiraní, véase: Zubiri, X. Naturaleza, Historia, Dios. Nuestra situación intelectual. La verdad y la ciencia. op. cit. p.14
  4. Tema de investigación transversal
  5. Arrancando desde la Física hasta la Neurología, pasando por el Evolucionismo y la Genética y la Biología y la Etología, Psicología etc.
  6. Tal como ya definió Platón el conocimiento como ciencia: creencias u opiniones verdaderas y justificadas por la razón. Teeteto, 201c-210b
  7. Epistemología y Metodología e Investigación
  8. Véase la sección «Truth-bearers» en Glanzberg, Michael, «Truth», en Edward N. Zalta (en inglés), Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2009 Edition), http://plato.stanford.edu/archives/spr2009/entries/truth/ 
  9. Tal postura representaría el escepticismo radical, si es que éste es posible, o el empirismo extremo. Así lo expresa Calicles, personaje del Gorgias, en quien Platón combate a los sofistas.
  10. Orayen, Raúl (1989). Lógica, significado y ontología. México: UNAM. 
  11. Sea posible o no acceder a la verdad ontológica, la pretensión del conocimiento siempre será acercarse lo más posible a la realidad, aunque sea de manera asintótica mediante falsaciones, como dice Karl Popper. Nuestro pensamiento en sus afirmaciones de verdad, de manera implícita, siempre buscará la condición de ser en realidad.
    El juicio no afirma ni la realidad ni la verdad sino que las supone; el juicio afirma lo que una cosa real es en "realidad de verdad". Y esta verdad es la verdad real.
    Zubiri. Inteligencia y logos p. 269
  12. Lo que nos abre al mundo de las ciencias sociales, así como del comportamiento humano, de las tradiciones etc.
  13. Interesante replanteamiento de la "verdad necesaria" (¿metafísica?) a posteriori en el conocimiento de lo real en Kripke, op. cit. conferencia 3
  14. Tal concepto de verdad actúa como postulado que dinamiza el progreso del conocimiento; no se trata de una verdad reconocida como tal de forma definitiva y eterna, de una vez por todas. Toda verdad conocida lo es siempre referente a una realidad en tanto que conocida. El problema de la verdad ontológica es la relación entre realidad como tal y realidad conocida. ¿Quedará siempre un ámbito de realidad desconocida respecto a la realidad conocida? Puesto que la metafísica no puede ser admitida como conocimiento científico, por estar más allá de la ciencia, es decir, del ámbito de la experiencia posible, tal verdad es hoy día poco considerada y mas bien es rechazada tal como ya estableció de manera definitiva Kant. Pero la consideración del conocimiento como producto de un sistema complejo y evolutivo hace posible la aceptación del conocimiento como verdad objetiva con suficiente garantía de realidad. Como dice Zubiri de los conceptos: "No es concepto de realidad" sino "realidad en concepto". Zubiri.Inteligencia y logos, pág.101
  15. Una oración es una combinación de signos lingüísticos conforme a unas reglas. Un enunciado es cuando un hablante profiere una oración en una ocasión determinada y con un significado asertórico. Una proposición es el contenido lógico del enunciado que se afirma como verdad o falsedad. Así dos hablantes diferentes o un mismo hablante en situaciones diferentes pueden hacer una misma afirmación usando enunciados diferentes y oraciones diferentes (por ejemplo en lenguas diferentes) que son una misma proposición. Una oración asimismo, como enunciado, puede representar afirmaciones (valores de verdad diferentes) como proposiciones diferentes según determinado contexto de situación.
  16. Ferrater, op. cit.
  17. Santo Tomás, S. Th. I, 16,1
  18. Porque hoy día concebimos la lógica en sentido meramente formal. La lógica silogística de herencia aristotélica, considera las proposiciones como juicio de términos y supone que los términos tienen su origen en la intuición de lo real por el entendimiento, donde no cabe error en su fundamento de realidad. Los escolásticos consideraron una simple aprehensión donde no cabe el error, pero el concepto universal no es una intuición directa, sino ens rationis cum fundamento in re (ente de razón con fundamento en la cosa).Cfr. problema de los universales
  19. Correia, M. Revista de Filosofía Volumen 62, (2006) 139-150. Instituto de Filosofía Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago, Chile
  20. El juicio verdadero es categórico, y por ello el silogismo es también categórico. Hoy la validez de tales razonamientos se consideran como razonamiento hipotético.Véase silogismo: problemática de la lógica aristotélica.
  21. Sin llegar al sentido escéptico y moral de los sofistas, para quienes el lenguaje no representa discurso de verdad alguna objetiva sino mera comunicación retórica
  22. Omne ens est verum
    Wolf.Philosophia prima sive ontologia,  497
  23. Todas las diversas ciencias no son otra cosa que la sabiduría humana, la cual permanece una e idéntica, aun cuando se aplique a objetos diversos, y no recibe de ellos más distinción que la que la luz del sol recibe de los diversos objetos que ilumina
    Descartes, Regulae ad directionem ingenii.
  24. De lo cual resulta poder afirmarse que aquellas proposiciones que se siguen inmediatamente de los primeros principiios, son conocidas tanto por intuición como por deducción; pero los primeros principios mismo sólo por intuición, mientras que las conclusiones remotas no lo son sino por deducción
    Regulae. regla III
  25. Baruch Spinoza. Ethica more geometrico demonstrata. Parte II. Proposición VII.
  26. Véase Cálculo
  27. Lo que durante algún tiempo fue considerado como El método por antonomasia de la ciencia: El método hipotético-deductivo. Véase Lógica empírica
  28. Es importante la consideración que tuvo el método resolutivo-compositivo (hipotético-deductivo), de Galileo.
    La filosofía está escrita en este gran libro continuamente abierto ante nuestros ojos, me refiero al universo, pero no se puede comprender si antes no se ha aprendido su lenguaje y nos hemos familiarizado con los caracteres en los que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático, y los caracteres son triángulos, círculos y demás figuras geométricas, sin los cuales es humanamente imposible entender ni una sola palabra; sin ellos se da vueltas en vano por un oscuro laberinto.
    Galileo. Il sagiattore.
    Leyes de Kepler. Principio de Pascal, Torricelli etc. Véase Lógica empírica.
  29. Descartes. Discurso del Método, Parte cuarta.
  30. Las formas a priori de la sensibilidad, (el espacio y el tiempo), los conceptos puros del entendimiento (las categorías) y las ideas regulativas de la razón (el yo como conciencia o alma o apercepción trascendental, el mundo y Dios), que constituyen la estructura de la forma del pensar y de la Razón
  31. Tales son para Kant las verdades sometidas a los criterios de la lógica, a la que consideró suficientemente fundamentada en la lógica aristotélica. (Kant. op. cit. Prólogo, p. 7). Pero cuando, aplicamos estas leyes lógicas como reglas a contenidos al margen de la experiencia se produce una "ilusión lógica" que conduce a "antinomias" y "paralogismos" de la Razón. (Kant. op. cit. p.297-299)
  32. Por ser a priori, universales y necesarias; y por ser sintéticas amplían el conocimiento al tener un contenido material de la experiencia
  33. En tanto que son contenidos mentales
  34. Entendido como contenido extramental. Algunos autores, Lacan por ejemplo, hacen distinción entre lo real y la realidad.
  35. En este sentido se incluyen la dialéctica marxista y el historicismo que establecen de alguna forma la realidad a priori
  36. Pues el ser conocido encuentra tanto su origen como principio y fundamento como su resultado como proceso en la Historia y al mismo tiempo su patencia o desvelación en el espíritu al ser éste, el espíritu, entendido como sujeto; y como Sujeto absoluto es el Espiritu Absoluto. Zubiri. Naturaleza, Historia, Dios. 1963. Madrid. Editoria Nacional. p.223 y ss.
  37. Devenir caricaturzado frecuentemente como la tríada o momentos dialécticos: tesis, antítesis y síntesis
  38. Zubiri, op. cit. p.233
  39. Harold Joachim, The nature of truth. (1906)
  40. Investigaciones lógicas, Investigación sexta, cap. V §§ 36-39
  41. Husserl. Epílogo a la traducción inglesa (1931) de Ideen
  42. Al cual se llega mediante al análisis fenomenológico del Dasein como conciencia; pero no conciencia de yo puro, (alma o conciencia como en Descartes), sino del ser-en-el-mundo, es decir, del hombre arrojado a la existencia, donde se entiende con los objetos de uso para construirse su propia existencia como autenticidad: La esencia de la verdad es la libertad, pero una libertad que consiste en la apertura que el hombre tiene al mundo como descubrimiento del ente, en su referencia al horizonte del Ser que da sentido a la propia existencia.
  43. Heidegger.De la esencia de la verdad. (1943)
  44. Citado por Ferrater Mora, op. cit.
  45. Horkheimer
  46. Esto se debe en parte a la influencia de Tomás de Aquino en el pensamiento occidental. En realidad, Tomás de Aquino ofrece hasta nueve definiciones de verdad. Cf. J.A. Izquierdo Labeaga, Nove definizioni di verità. L'aletheia nel confronto tra Heidegger e. Tommaso, in Il Cannocchiale (3/1993) 3-52.
  47. Tal es la postura del neopositivismo
  48. Tractatus, 4, 01. Esa postura fue rechazada por el mismo Wittgenstein en su obra posterior: el lenguaje puede obtener diferentes significados y usos acerca de un mismo hecho, porque no existe una conexión lógica (no tiene por qué haberla, al menos) entre lo que se propone y lo que es en realidad. El lenguaje puede intentar representar la realidad, pero tal intento, por muy bien construido que esté, es posible que no figure al mundo.
    Es erróneo decir que en filosofía consideramos un lenguaje ideal como opuesto a nuestro lenguaje ordinario. Pues esto hace que parezca como si pensásemos que podríamos perfeccionar nuestro lenguaje ordinario. Pero el lenguaje ordinario está perfectamente. Cuando elaboramos "lenguajes ideales", no es para que reemplacen a nuestro lenguaje ordinario, sino precisamente para eliminar alguna dificultad causada en la mente de alguien al pensar que ha comprendido el uso exacto de una palabra común. Esta es también la razón por la que nuestro método no consiste simplemente en enumerar los usos actuales de las palabras, sino más bien en inventar otros nuevos de modo deliberado, alguno de ellos a causa de su apariencia absurda.
    Wittgenstein, Ludwig. Cuaderno azul. Traducción de F. Gracia Guillén: Los cuadernos azul y marrón. 1968. Madrid, Tecnos
  49. Suma Teológica I, 84. 7
  50. Teniendo en cuenta que la proposición Dios existe no es equivalente a "llueve", Santo Tomás establece sobre esta afirmación, para evitar el ontologismo de San Anselmo y su argumento ontológico que «aunque la existencia de Dios es el contenido de un enunciado per se notum secundum se, evidente por sí en cuanto a sí mismo, no es per se notum quoad nos, evidente con respecto a nosotros.» (Ferrater Mora, J. op. cit. t. 4 p. 3274). Hoy no suele aceptarse el concepto de Dios como "evidente por sí mismo", como verdad de razón, pero sí reconocemos que el concepto de Dios no es unívoco para quien cree en determinado concepto como para el "no creyente", puesto que no es un objeto de experiencia objetiva. No obstante el creyente tendrá "experiencias subjetivas" de Dios que le confirmen en la existencia del mismo
  51. http://www.philosophia.cl/articulos/concepto_dialogico_de_verdad.pdf
  52. Peirce, C.S. 1992 and 1999. The Essential Peirce, Volumen 1, Bloomington: Indiana University Press, 1992–1999. Página 138.
  53. James, W. 1907. Pragmatism: A New Name for some Old Ways of Thinking, Cambridge MA: Harvard University Press, 1975.
  54. Rorty, R. 1991a. Objectivity, Relativism and Truth. Cambridge: Cambridge University Press.
  55. Enciclopedia Oxford de Filosofía. op. cit. p.1023
  56. Llamado esquema-T (la T es por truth, verdad en inglés
  57. Seguimos la norma que establece que las comillas simples indican un nombre, nombran o mencionan pero no significan respecto a ningún uso del lenguaje; y donde 'P' es una referencia a la sentencia (el nombre de la sentencia), y P es la sentencia en sí misma cuyo referente como significado establece el “hecho de la afirmación como verdad”.
  58. Es decir las funciones proposicionales simples, como P(x), (por ejemplo: "x es blanca"), donde x es una variable
  59. Por ejemplo, la nieve para la x en "x es blanca", cuyo elemento de lenguaje sería: “la nieve es blanca”, que la convierte en un oración cerrada con valor de verdad: una proposición que puede ser verdadera o falsa.
  60. No tiene nada que ver con esa cuestión, ni a favor ni en contra, más bien estaría a favor, en la medida en que es o sea posible que tal identidad fuera conocida.
  61. Pues Epiménides por ser cretense ha de mentir, y por tanto los cretenses no son mentirosos. Pero si los cretense no son mentirosos entonces Epiménides ha de decir la verdad, por lo que los cretenses son mentirosos. La construcción gramatical de la frase no nos permite conceder al contenido semántico de la misma ningún valor ni de verdad ni de falsedad.
  62. Putnam considera que las descripciones científicas constituyen una descripción “verdadera” del objeto por cuanto son referencias fijas de la realidad (como descriptores fijos) y por tanto son verdades necesarias a posteriori. Las descripciones en la medida en que sean referentes fijos asumidos por la comunidad científica asumen un compromiso de verdad. Putnam, op. cit.
  63. No de otra forma justifica los predicados necesarios a posteriori la comunidad de científicos, como mantiene Putnam
  64. Kripke, op. cit. pp. 23-23
  65. Kripke, op. cit. p.22
  66. Por otro lado en el mismo texto considera la posibilidad de análisis formal matemático de dicha serie infinita de secuencias
  67. http://www.accionfilosofica.com/blog/mensaje.pl?id=216
  68. Tradiciomalmente llamada "verdad lógica". Esto era así porque en la tradición platónico-aristotélica, hasta el siglo XIX, se daba por supuesto la relación formal lógica correspondiente con la realidad ontológica; Se consideraba que el entendimiento tenía intuición de realidad en la elaboración de los conceptos, que se signfican como términos de lenguaje con los cuales se forman los juicios en los cuales se manifiesta la verdad. En los juicios se expresa la verdad no solo del conocer sino del ser, en cuanto que tales juicios fueran verdaderos. La verdad material se corresponde con la verdad formal. En la actualidad la separación radical entre verdad formal y verdad material hace imposible dicha identidad. La verdad lógica se entiende solo en el sentido de verdad formal, que no habla del mundo. La verdad epistemológica, por su parte tiene un contenido material, cuyo referente es del mundo, en el supuesto, por otra parte, de que dicha verdad tiene su referente en la verdad ontológica; si bien dicha relación de referencia no es directa y difícilmente asequible al conocimiento a posteriori de la experiencia, pues no aparece una relación sin más evidente; tal es el esfuerzo de la investigación científica. En la conciencia no crítica o vulgar consideramos y suele mantenerse una identidad tal cual entre lo real y la realidad en tanto que conocida, pues tal distinción no es útil en la vida ordinaria
  69. Unum, verum et bonum: las propiedades trascendentales del ente.
  70. Nueva visión de este asunto en Kripke, op. cit. conferencia 3
  71. >Así también considera Gödel las entidades y verdades matemáticas
  72. Kripke considera para ciertas propiedades establecidas científicamente la necesidad de su verdad en un sentido metafísico o cuasi-metafísico, aun cuando dichas propiedades sean conocidas y establecidas a posteriori.
  73. Popper. Sociedad abierta, universo abierto.
  74. El hecho histórico de razonar dicha verdad como creencia en primer lugar de Aristarco de Samos, y de todos los que aceptaron tal verdad; así como las nuevas justificaciones de Copérnico, o la justificación actual de la ciencia actual y todas las consecuencias que de ello se han derivado y se derivan
  75. Cuando no existía una justificación racional de dicha verdad, la "experiencia" mostraba entonces como verdad que "es el sol el que se mueve alrededor de la tierra" ¡y había buenas razones para ello!, como de hecho mostró el acontecer histórico de dicha verdad. Pues ni la verdad justificada de Aristarco, ni la justificación copernicana fueron "aceptadas" fácilmente y sin problemas de razón.
  76. Si se tratara de una verdad acerca de hechos históricos entonces adquiriría una doble dimensión histórica.
  77. neologismo creado por Zubiri que pretende hacer patente la conexión entre la verdad ontológica y la verdad epistemológica, no tanto como adecuación sino como encuentro y realización de posibilidades. Zubiri. Sobre la Esencia. op. cit. p. 109 y ss.
  78. Putnam, op. cit. p.138

[editar] Bibliografía adicional

  • Ferrater Mora, J. (1984). Diccionario de Filosofía (4 tomos). Barcelona. Alianza Diccionarios.. ISBN 84-206-5299-7. 
  • Honderich, Ted (Editor). (2001). Diccionario Oxford de Filosofía. Madrid. Anaya. ISBN 84-309-3699-8. 
  • Zubiri, X. (1963). Naturaleza, Historia, Dios. Madrid. Editora Nacional. 
  • Zubiri, X. (1963). Sobre la esencia. Madrid. Sociedad de Estudios y Publicaciones. 
  • Kant, E. (1978). Crítica de la Razón Pura. Madrid. Alfaguara. ISBN 84-204-0407-1. 

[editar] Enlaces externos

http://www.accionfilosofica.com/blog/mensaje.pl?id=216

FILOSOFÍA19: LOS DIOSES Y LA FÉ, SON NECESARIOS, DADO NUESTRO ORÍGEN, ¿NO LE PARECE? SATISFACEN MUCHAS DE NUESTRAS NECESIDADES PSICOLÓGICAS, EL RESTO SON "DUDAS", QUE DEBEN DE SER ESCLARECIDAS, PERO EN CUANTO A NECESIDADES LOS DIOSES SATISFACEN MUCHOS SENTIMIENTOS, COMO ¿DE DÓNDE VENIMOS?, LA FE NOS RECONFORTA. La fe es, en general, la persuasión mental de que un determinado enunciado es verdadero. [1] Es la creencia y el asentimiento a la verdad de lo declarado por otro, sobre la base de su supuesta autoridad y veracidad.

Fe

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para otros usos de este término, véase Fe (desambiguación).
 
DIOS, EL SER MÁS GRANDE QUE HAY, SEGÚN NUESTRA CONCEPCIÓN.
 
Triumph of Faith over Idolatry. Jean-Baptiste Théodon (1646–1713)

La fe es, en general, la persuasión mental de que un determinado enunciado es verdadero. [1] Es la creencia y el asentimiento a la verdad de lo declarado por otro, sobre la base de su supuesta autoridad y veracidad. [2]

Las causas por las cuales las personas se convencen de la veracidad de una fe, dependerán de los enunciados filosóficos en los que las personas confían. La palabra «fe» puede referirse a una religión o a la religión en general. Al igual que la "confianza", la fe implica un concepto de eventos o resultados futuros, y se utiliza a la inversa como una creencia no apoyada en una prueba lógica o evidencia material.[3] [4]

Contenido

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[editar] La fuerza racional

Si la fe nace de un postulado, se la combina con evidencias del pasado y un soporte razonable por el cual se establece un resultado esperado, se despertará en la persona un toque de anhelo que la inducirá a actuar para conseguir lo esperado. Así pues, dará como resultado una fuerza interior cauta, que procurará asegurarse de que las condiciones son las ideales, y sobre todo y lo más importante, posee dominio de la razón sobre sus actos. A este respecto no es una fuerza interior bruta que nace y no se sabe como.

  • La voluntad es la expresión de obras por la explicación satisfactoria a nuestro convencimiento. En ello va nuestra confianza en las premisas, postulados y/o suposiciones que nos permitirán falsar el conocimiento. Si bien, nuestra voluntad será nula ante un planteamiento no satisfactorio desde el punto de vista racional...
  • La esperanza es el anhelo que se tiene por ver resuelto y finalizado un trabajo. Este trabajo está sujeto a un método, que a su vez se sujeta a una teoría.
  • La creencia es la parte de buena voluntad que ponemos a la hora de trabajar. Si esta condición no se diese, la persona negaría su cooperación.

[editar] La fuerza moral

Es lo que una persona sostiene en el medio social de la vida cotidiana.

Si la fe no nace como fuerza interior, sino que sencillamente uno acepta directamente la autoridad de una persona por algún tipo de temor mórbido a ser castigado o por ganar la recompensa prometida. En este caso la fuerza nace de la propia voluntad de la persona. Este tipo de sumisión, tiene a largo plazo, y de violarse la promesa inicial (bien las pautas por las cuales se castiga o las pautas por las cuales se premia), al agotamiento y pérdida de la fe y/o la pérdida absoluta de la sumisión. Caso de que la persona persista en sostener esa fe aún más allá de la pulsión que le permita someterse, se corre el riesgo de enfermar. Si estas bases no se violan, la persona continuará sana y satisfecha de observar que su esfuerzo sirve de algo (bien para no ser castigado y/o bien para ser premiado, las mismas bases que se usan en el adiestramiento de cualquier otro animal). De esta sumisión nace la fe como doctrina religiosa.

  • Voluntad moral es la expresión de nuestros actos por la confianza en que lo aplicado será de beneficio para otros. Esta actitud parte de una persona sana, satisfecha consigo misma y relativamente feliz.
  • Esperanza moral es la expresión de nuestros actos por la confianza de que obtendremos un entorno moralmente acorde a lo que establecemos como bueno, ajustando nuestro comportamiento, dado que es lo moralmente correcto.
  • Creencia moral es la firme convicción, más allá de cualquier argumento que pretenda persuadirnos de satisfacernos de otra manera, expresando nuestros actos por la confianza de que estaremos agradando a alguien poderoso y que este hará lo que promete porque tiene el poder para hacerlo.iusahdoaiu0pqwiepru2¿03943¿’094’02’863089345’403493’32232323243434333kqedkeduijeuahoiuewhoaeiuwhwpehoquehyfueohweuhf

[editar] La fuerza emocional

Si la fe nace de un deseo, el cual ha encontrado una creencia que lo apoya y añadiéndole la fuerza que aporta la aprobación grupal de un colectivo a la autoestima y dignidad de la persona, así como de la confianza absoluta que el propio individuo le confiere a sus propios deseos, dará como resultado una fuerza interior bruta sin directriz racional. Además de estos conceptos puedes.....

[editar] La Fe según la Biblia

La Fe es un concepto judío que se deriva de la palabra hebrea emuná que significa tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Para el pensamiento judío, una fe que no incluya seguridad o fidelidad, es lo mismo que separar el espíritu del cuerpo, es decir: es una fe muerta (Stg 2:26).

Ésta es la definición de la fe dada en la carta a los hebreos:

"la Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1).

La palabra griega: ’élenjos’ se suele traducir tradicionalmente por: ’convicción’, pero como hemos visto, la fe no es sólo convicción; sino obrar consecuentemente con lo que uno cree. Élenjos también significa: "evidencia" o "prueba de algo". Así pone Yakov (Jacobo, o Santiago) el ejemplo de Abraham: que creyó a Dios y le fue contado por justicia, pero únicamente validó esa convicción cuando llevó a su hijo al altar, como Dios le había mandado (Heb 11:17; Stg 2:21-22).

[editar] Bibligrafía

  • La hipótesis de la felicidad La búsqueda de verdades modernas en la sabiduría antigua Jonathan haidt. E.D. Gedisa. ISBN 84-9784-152-2.
  • El viaje a la felicidad Las nuevas claves científicas Eduardo Punset. E.D. Destino. Octava Edición: 02/2006 ISBN 84-233-3777-4. Dep. Legal: B.5.199-2006
  • Diseños experimentales en psicología. Manuel Ato García. Guillermo Vallejo Seco. ISBN 978-84-368-2096-6.

[editar] Referencias

  1. «Dictionary.com.» (en inglés). Easton’s 1897 Bible Dictionary.. Consultado el 20 de febrero de 2011.
  2. «Dictionary.com.» (en inglés). Easton’s 1897 Bible Dictionary.. Consultado el 20 de febrero de 2011.
  3. http://www.merriam-webster.com/dictionary/faith merriam-webster.com: 2B (1): "Firme creencia en algo de lo cual no existe pruebas"
  4. http://www.sindioses.org/simpleateismo/queesunateo.html sindioses.org: Fe contra Experiencia.

[editar] Véase también

Alegoría de la fe, por L.S. Carmona (175253). El velo simboliza la imposibilidad de conocer directamente las evidencias.

[editar] Enlaces externos

[editar] Enlaces externos (en inglés)

FILOSOFÍA19: RECOJAMOS VOCABULARIO RELACIONADO CON EL "AMOR" (Conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, o bien a las cosas, ideas, etc.) Y CON LOS DEMÁS SENTIMIENTOS, POR SUPUESTO.

Amor

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Para otros usos de este término, véase Amor (desambiguación).
Le printemps («La primavera», 1873), pintura de Pierre Auguste Cot.

El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico). Habitualmente, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa toda la bondad, compasión y afecto del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en la compasión,[1] o bien como acciones dirigidas hacia otros y basadas en el afecto.[2]

En español, la palabra amor (del latín, amor, -ōris) abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico,[3] y hasta la profunda unidad o devoción del amor religioso.[4] En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado de la mente o del alma, identificada en algunas religiones con Dios mismo y con la fuerza que mantiene unido el universo.

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (música, cine, literatura).

Desde el punto de vista de la ciencia, lo que conocemos como amor parece ser un estado evolucionado del primitivo instinto de supervivencia, que mantenía a los seres humanos unidos y heroicos ante las amenazas y facilitaba la continuación de la especie mediante la reproducción.[5]

La diversidad de usos y significados y la complejidad de los sentimientos que abarca hacen que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente, aunque, básicamente, el amor es interpretado de dos formas: bajo una concepción altruista, basada en la compasión y la colaboración, y bajo otra egoísta, basada en el interés individual y la rivalidad. El egoísmo suele estar relacionado con el cuerpo y el mundo material; el altruismo, con el alma y el mundo espiritual. Ambos son, según la ciencia actual, expresiones de procesos cerebrales que la evolución proporcionó al ser humano; la idea del alma, o de algo parecido al alma, probablemente apareció hace entre un millón y varios cientos de miles de años.[6]

A menudo, sucede que individuos, grupos humanos o empresas disfrazan su comportamiento egoísta de altruismo; es lo que conocemos como hipocresía, y encontramos numerosos ejemplos de dicho comportamiento en la publicidad. Recíprocamente, también puede ocurrir que, en un ambiente egoísta, un comportamiento altruista se disfrace de egoísmo: Oskar Schindler proporcionó un buen ejemplo.

A lo largo de la historia se han expresado, incluso en culturas sin ningún contacto conocido entre ellas, conceptos que, con algunas variaciones, incluyen la dualidad esencial del ser humano: lo femenino y lo masculino, el bien y el mal, el yin y el yang, el ápeiron de Anaximandro.

Contenido

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El yin y el yang: dos formas de entender el amor

Los seres humanos podemos desarrollar en esencia dos tipos de actitudes: bajo una de ellas somos altruistas y colaboradores, y bajo la otra somos egoístas y competidores. Existen personas totalmente polarizadas hacia una de las dos actitudes por voluntad propia; por ejemplo, los monjes budistas están totalmente volcados hacia el altruismo, y los practicantes del objetivismo, hacia el egoísmo. Y también existen personas que combinan ambas formas de ser, comportándose, unas veces, de forma altruista y colaboradora, otras, de forma egoísta y competitiva, y otras, de forma parcialmente altruista y colaboradora. En algunas partes del mundo predomina el altruismo (Tíbet), de modo que el egoísmo se ve en general como algo negativo. Y existen grupos humanos donde sucede lo contrario (Tea Party Movement). Todas las guerras de la historia nacieron del egoísmo por parte de, al menos, uno de los dos bandos; todas las situaciones conflictivas del ser humano proceden del egoísmo.

Enfoque científico

Representación simplificada de la teoría de Dawkins acerca del «egoísmo» de la información genética. Todos los genes, como unidades de supervivencia, son en sí mismos «egoístas», compitiendo entre sí y con los de otros individuos. Una vez alcanzado cierto grado de organización durante el proceso evolutivo de las especies, la información genética que produzca un fenotipo egoísta será a la larga autodestructiva a nivel del grupo humano, mientras que la que produzca un fenotipo altruista (de egoísmo altruista a nivel de gen) facilitará la supervivencia de dicha información. Con los genes actuando irracionalmente, y bajo la «ley natural del más fuerte», se producirá inevitablemente una supremacía del «gen de egoísmo altruista». El intercambio de la reproducción sexual a su vez repartirá dicha información genética entre toda la población.[7]

Richard Dawkins interpreta ambas actitudes como las expresiones del instinto de conservación del individuo (egoísmo) y de la especie (altruismo). Explica que, según una teoría aceptada por algunos biólogos, heredamos los genes responsables de tales actitudes de especies antecesoras, y que, antes de nuestra llegada, la evolución biológica estuvo probablemente controlada por un mecanismo denominado «selección de grupos»; en virtud de este mecanismo, los grupos de individuos en los que hubiese más miembros dispuestos a sacrificar su vida por el resto tendrían mayor probabilidad de sobrevivir que los que estaban compuestos por individuos egoístas; esto daría como resultado que el mundo terminase poblado por individuos altruistas. Es una teoría que, por contradecir directamente la teoría darwinista, genera gran controversia en el mundo científico, aunque proporciona una explicación para el hecho de que actualmente el altruismo predomine en el mundo. La explicación personal del autor acerca de la supervivencia del altruismo en el marco darwinista del egoísmo individual, es que la unidad de supervivencia no es el individuo, sino el gen; es decir, bajo este punto de vista, los seres humanos somos «máquinas de supervivencia» «creadas» por los genes en su propio beneficio.[7]

Por otro lado, Dawkins explica que la observación de otras especies animales nos lleva a la conclusión de que normalmente son los machos los que compiten entre sí para conseguir a la hembra. El macho vencedor probablemente tendría los genes que garantizarían a su descendencia mayores posibilidades de supervivencia. El cualquier caso, argumenta, por el hecho de ser la primera especie racional, también somos la primera especie en la historia de la evolución capaz de elegir entre ambos tipos de comportamiento de forma voluntaria, actuando por lo tanto de forma «independiente» a nuestra propia programación genética.[7]

La evolución parece producirse mediante procesos solapados entre sí y progresivamente refinados. A un nivel inmediato, funciona mediante un simple, gigantesco e irracional proceso de ensayo y error; los éxitos de determinado estado de organización facilitan su continuación. No obstante, a medida que la organización se va desarrollando cada vez más, aparecen de forma espontánea métodos de predicción estratégica, que eligen caminos indirectos que, a corto plazo, incluso pueden parecer un error, pero que, considerados en conjunto, constituyen un acierto; este tipo de «conductas» han podido observarse en modelos virtuales de evolución programados en una computadora; la conducta agresiva y egoísta constituye un primer nivel de superorganización, en virtud de la cual el individuo «comprende» que para su supervivencia debe «atacar» a sus rivales antes de acudir directamente a la recompensa, y la conducta altruista es un segundo nivel que surge en el momento en que los individuos desarrollan la capacidad de comunicarse entre sí; en modelos computacionales se ha observado el desarrollo completamente espontáneo de combinaciones de ambos mecanismos, de tal modo que un individuo se comunica con otros varios y «miente» al resto en beneficio del grupo. El egoísmo, de este modo, aparece desde la perspectiva del grupo como un comportamiento táctico, y el altruismo como un comportamiento estratégico.

Nótese, pues, la falacia que constituye interpretar el egoísmo como una ventaja genética a promover desde el punto de vista humano, ya que los beneficios de tal ventaja únicamente aparecerían si se mantuviese dicho egoísmo en todos los individuos y de forma irracional durante miles o millones de años, y ello contando con el hecho de que, con el uso de la tecnología, la especie no se hubiese autodestruido antes, por no citar los vergonzosos episodios para nuestra especie que se produjeron durante el nazismo.

La inteligencia se constituye como un nivel adicional de superorganización que permite el análisis de la situación global y la predicción del mejor camino a seguir mediante la sustitución en buena medida del método físico del ensayo y error por un proceso paralelo y «virtual», también sujeto a evolución, que se desarrolla íntegramente en el cerebro de los individuos y que se transmite de forma igualmente «virtual» a las generaciones siguientes mediante la educación. Por el hecho de ser racionales, todo parece indicar que pronto tendremos la posibilidad de programar de forma «artificial» nuestra propia evolución de la forma más beneficiosa para todos.[8]

Concepción altruista

Trabajadora humanitaria medicando a un niño en Léogâne (Haití), tras el terremoto.

El altruismo puede entenderse como altruismo puro, donde no existen apego ni deseo, como en el caso del budismo, o bien como «egoísmo altruista», como en el caso del cristianismo, donde existen apego a un ser superior y el deseo de obtener la salvación. En la práctica, en ambas religiones existen apego y deseo, y en el budismo existe una última etapa previa a la iluminación que consiste en la renunciación a todos los logros conseguidos a cambio de nada, con el objetivo de destruir el ego completamente. Para el llamado «altruismo puro», no existe posibilidad de negociación; las relaciones no son competitivas, sino colaborativas: uno procura el bienestar de los demás sin esperar nada a cambio, y los demás procuran el bienestar de uno.

El budismo sitúa al apego y al deseo como emociones negativas que también producen ira y, en definitiva, sufrimiento. Apego, deseo, ira, miedo e ignorancia (por ejemplo, falta de comprensión del sufrimiento ajeno) contribuyen a reforzar el ego. En la filosofía budista, el amor real es el amor compasivo, y el amor y el ego son incompatibles.[9] Recientes estudios científicos han demostrado que la meditación produce un incremento de la actividad en las zonas cerebrales relacionadas con las emociones positivas y una disminución de la actividad en las zonas relacionadas con la ira y la depresión.[10] [11]

El «egoísmo altruista» es la filosofía de las relaciones humanas predicada por Jesucristo («ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo»).

El altruismo es la forma de entender el amor para Leibniz, quien cree que, si uno realmente entiende y busca el amor, siempre obtendrá placer en la felicidad de otro.[12]

Amar verdaderamente, y de un modo desinteresado, no es otra cosa que encontrar placer en las perfecciones o en la felicidad del objeto.[13]

La psicología humanista considera que el amor es indispensable para conseguir una autoestima saludable.

Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y respetado por otros y por ella misma.[14]
Matthieu Ricard en el Foro Económico Mundial de 2009.

Abraham Maslow sitúa al amor en el estrato de afiliación, entre el de seguridad y el de reconocimiento, dentro de su jerarquía de las necesidades humanas.[15]

Matthieu Ricard, doctor en bioquímica y monje budista, pone como ejemplo los comportamientos altruistas que existieron entre judíos desconocidos entre sí durante la ocupación ocupación nazi para ilustrar el hecho de que los seres humanos somos altruistas por naturaleza. «¿Cómo cabe pensar que actuasen por egoísmo en esa situación?», argumenta.

El amor compasivo desde el punto de vista científico

Matthieu Ricard se sometió a un exhaustivo estudio mediante escáneres cerebrales bajo un estado especial de meditación en el que se genera un estado de amor y compasión puros y no enfocados hacia nada ni nadie en particular. Los resultados mostraron un aumento sin precedentes en la actividad del córtex prefrontal izquierdo del cerebro, relacionado con las emociones positivas, mientras que la actividad en la zona del lóbulo derecho relacionada con la depresión disminuía, como si la compasión fuese un buen antídoto contra la depresión. Y también disminuía la actividad de la amígdala, relacionada con el miedo y la ira. Por otro lado, un grupo de empleados de una empresa realizaron 30 minutos diarios de meditación durante 3 meses. A lo largo del estudio, reportaron un descenso en sus niveles de ansiedad, y se pudo ver que también se incrementaba la actividad de su córtex prefrontal izquierdo.[10] [11]

Concepción egoísta

La concepción anterior es diametralmente opuesta a la del capitalismo, que promueve el llamado «egoísmo inherente al ser humano», y sobre el cual se basa.[16] Ayn Rand defiende que el egoísmo es en esencia un sentimiento noble, y que cada persona es responsable de su propia felicidad y no de la de los demás. Este pensamiento está íntimamente ligado al capitalismo puro.[17]

Juro, por mi vida y por mi amor por ella, que nunca viviré por el bien de otro hombre, ni pediré a otro hombre que viva por el mío.[18]

Tanto El manantial como La rebelión de Atlas, las dos últimas obras de ficción de Ayn Rand, siguen apareciendo en la lista de clásicos más vendidos de Barnes and Nobles, mientras guionistas están trabajando en adaptaciones al cine de ambas obras. Según una encuesta realizada a los lectores del Club del Libro del Mes de la Biblioteca del Congreso, La Rebelión de Atlas ocupaba el segundo lugar, siendo considerado, después de la Biblia, como «el libro más influyente para los estadounidenses hoy en día». Estudiantes universitarios, profesores, hombres de negocios, Alan Greenspan, la banda de rock Rush y el principal asesor económico del presidente ruso Vladimir Putin, todos se proclaman fans de Ayn Rand.[19] En su película de 1948 Rope, y probablemente influido por los recientes sucesos del nazismo, Alfred Hitchcock ilustró mediante un ejemplo ficticio los peligros que supone llevar una idea teórica a la práctica hasta sus últimas consecuencias y sin reparar en otras consideraciones.

El amor sexual, en cualquiera de sus variantes, constituye asimismo un amor marcadamente egoísta; lo que se manifiesta como un altruismo hacia la pareja constituye una manifestación de puro egoísmo respecto al resto de la sociedad; el propio acto sexual se desarrolla bajo un estado de egoísmo personal en el que el individuo busca su propio placer, ya sea de forma directa o por la gratificación que le produce el placer de su pareja. En la misma línea, Sigmund Freud consideraba que todas las motivaciones humanas tenían un trasfondo libidinoso, y, por lo tanto, egoísta. Al considerar el amor compasivo sublimado, describe al amor como un comportamiento exclusivamente narcisista; para él las personas solo aman lo que fueron, lo que son, o lo que ambicionan ser; distingue, incluso, entre grados saludables y patológicos de narcisismo. Escribió, entre otras cosas, que el amor incondicional de una madre lleva a una perpetua insatisfacción: «Cuando uno fue incontestablemente el hijo favorito de su madre, mantiene durante toda su vida ese sentimiento de vencedor, mantiene el sentimiento de seguridad en el éxito, que en realidad raramente se satisface». Es una forma de entender las relaciones humanas que se ha extendido durante el siglo XX desde Estados Unidos a otros países occidentales, y actualmente existe una dura pugna entre sus defensores y detractores. Francia y Argentina son los dos países que más se resisten a abandonar la cultura del psicoanálisis. En España, más del 9% de los psicólogos siguen ya este paradigma.[20] [21]

El amor en la sociedad capitalista

El capitalismo se basa en el egoísmo. El altruismo no tiene cabida en el capitalismo puro.

El capitalismo sitúa a la sociedad dentro del marco de un proceso de producción. Con este marco, el amor se convierte en un elemento más de dicho proceso. Las empresas analizan al ser humano y buscan la forma de extraer de él la mayor cantidad de consumo, no dudando en utilizar el amor y el sexo como reclamo de un modo desnaturalizado y grotesco: la empresa evoca en el consumidor sentimientos amorosos y de deseo, pero su fin último no es buscar el amor ni el sexo por parte del consumidor, sino su dinero y su trabajo. Como consecuencia, se produce deshumanización al identificarse el amor a otro ser humano con el amor a un producto, ya que dicha asociación trae, inevitablemente, la asociación del propio ser humano con un producto. Gilles Deleuze y Félix Guattari consideran que el capitalismo produce una perversión del concepto natural del amor, situando al ser humano como parte de una máquina productora y destruyendo el concepto del cuerpo y el alma.[22] Escriben, en Anti-Edipo: «el capitalismo recoge y posee la potencia absurda y no poseída de la máquina. [...] en verdad, no es para él ni para sus hijos que el capitalista trabaja, sino para la inmortalidad del sistema. Violencia sin finalidad, alegría, pura alegría de sentirse en un engranaje de la máquina, atravesado por los flujos, cortado por las esquizias.»[23] Michel Foucault, refiriéndose a la sociedad capitalista, insiste en su prefacio de 1977 para la edición inglesa de Introducción al esquizoanálisis que se opone «no solo al fascismo histórico, sino también al fascismo que hay en todos nosotros, en nuestras cabezas y en nuestro comportamiento diario, el fascismo que nos hace amar el poder, desear esa misma cosa que nos domina y explota».[24] Podemos encontrar una abierta declaración de muchos de los actualmente tácitos valores del capitalismo agresivo en el Manifiesto futurista, escrito por Filippo Tommaso Marinetti, en 1909.

Dentro de la cadena productiva, o, como se la conoce en el mundo anglosajón, «cadena de comodidad», la mentira también es un elemento válido; de hecho, es un elemento recurrente y necesario para que el sistema no sucumba. Es, literalmente, lo que en política se conoce por demagogia; se miente al consumidor con propósitos egoístas, y ello lleva, según los autores anteriormente citados, a una «esquizofrenia» de las relaciones humanas a todos los niveles, haciendo imposible el amor real.[22]

Werner Sombart consideraba la desnaturalización del amor en la sociedad como una última etapa de un proceso destructivo de evolución que no es privativo de la cultura occidental: En primer lugar, el amor perdió su individualidad con el cristianismo, que lo unificó y teocratizó: ningún amor era genuino si no provenía de Dios, si no era aprobado por la Iglesia. Le siguió un período de «emancipación de la carne», que comenzó con tímidas tentativas y que se continuó, con los trovadores, con un período de sensualidad más acentuada, de desarrollo pleno del amor libre e ingenuo. Por último, aparecieron una etapa de gran refinamiento y, como colofón, la relajación moral y la perversión.[25]

Manifestaciones del amor

Admiration maternelle («Admiración maternal», 1869). Óleo de William-Adolphe Bouguereau.

En las relaciones de la persona con su medio, el amor se ha clasificado en diferentes manifestaciones; en virtud de ello, pueden aparecer una o más de las siguientes:

  • Amor autopersonal: El amor propio, amor compasivo, es, desde el punto de vista de la psicología humanista, el sano amor hacia uno mismo. Aparece situado como prerrequisito de la autoestima y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta. Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales,[15] y no debe confundirse con el narcisismo, que conlleva egocentrismo y que coincide con una autoestima baja.[26] Para el budismo, que califica al ego como una mera ilusión de nuestra mente, el amor real, amor compasivo, sólo existe cuando se dirige hacia otra persona, y no hacia uno mismo. Para el psicoanálisis, que, de forma completamente opuesta al budismo, califica al ego como la única realidad, el amor autopersonal siempre es narcisismo, que puede ser, a su vez, saludable o no saludable.
  • Amor incondicional: Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este tipo, y, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.[27]
  • Amor filial: Entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
  • Amor fraternal: En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco. Desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es, al igual que el amor filial, sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto.
  • Amistad: Cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad. Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo».[28]
Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, 250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, México).
  • Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.
  • Amor confluente: Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja, definido a mediados del siglo XX. Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser para siempre, no supone una entrega incondicional, etc.[29]
  • Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual, según Helen Fisher, es diferente del amor romántico y del afecto (véase su estudio al respecto). Desde el punto de vista de la psicología humanista, el amor romántico —y el amor interpersonal en general— está relacionado en gran medida con la autoestima.
Representación del amor(erastés y erómeno, Siglo V a. C.).
  • Amor platónico: Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para Platón, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del conocimiento.[30] Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.
  • Amor a los animales y a las plantas: Nace de un sentimiento protector.
  • Amor hacia algo abstracto o inanimado: A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo), al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia (integridad). Puede considerarse amor platónico en su sentido filosófico. El patriotismo puede ir asociado a la heroicidad, en cuyo caso constituye un comportamiento de altruismo respecto a su grupo, que en esencia es un comportamiento de egoísmo respecto a otro grupo en la medida en que no se considera al otro grupo de la misma condición.
  • Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación recibida desde la infancia, y se basa en la fe. Se considera a Dios como la fuente de todo amor. En la mayoría de los casos, existe la creencia de que, tras la muerte, Dios premiará de alguna forma a las personas que la correspondiente religión considere virtuosas.
  • Amor universal: Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden llegar a profesar al medio natural y que los grandes místicos experimentan como expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión absoluta con el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle sostiene que el amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano consciente.[31]

Simbología

Desde tiempos inmemoriales, el amor y todo lo relacionado con él se ha asociado con símbolos e iconos. De los que han sobrevivido hasta la actualidad, unos son autóctonos de las diferentes culturas o ligados a las costumbres de determinados lugares geográficos, y otros, con el paso de los siglos, se han convertido en interculturales o incluso universales en el mundo civilizado. Las flores, el color rojo, determinados perfumes o la música romántica, ensoñadora o erótica, son elementos que se repiten en una buena parte de las relaciones amorosas. En el caso de Occidente, los bombones, entre otros detalles, se interpretan en ocasiones con un significado amoroso. De todos los símbolos utilizados, los más característicos en la cultura occidental son el cupido, y, sobre todo, el corazón.

Cupido

Cupido en la página 708 de la revista Die Gartenlaube (El cenador, Leipzig, 1894).

La figura de Cupido en forma de putto es una imagen recurrente. En el caso del amor romántico, suele representarse con un arco y unas flechas, las cuales, a menudo con los ojos vendados, dispara sobre las personas, produciéndoles así el enamoramiento.

El origen de Cupido se remonta a la mitología romana, si bien su figura ya existía en la mitología griega bajo el nombre de Eros, el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad.

La flecha de Cupido también posee orígenes grecolatinos, y su influencia se hizo notar claramente en la poesía española desde la época medieval, aun sin la aparición del dios Amor. Bajo múltiples nombres (vira, asta, flecha, saeta, tiros, arpón, dardo, espina...), aparece en la literatura medieval, renacentista y posrenacentista con un sentido amoroso que se repite indefinidamente con pocos matices diferentes y mucha retórica. Sin embargo, el tema de la flecha alcanza un plano más elevado, teñido de toques conceptuales nuevos con dimensión trascendente y expresión paradójica, cuando se desarrolla en versiones a lo divino. De éstas, es significativa la narración de Santa Teresa de Jesús en un pasaje del Libro de su vida, en el que cuenta su transverberación en presencia de Serafín.[32]

A partir del Renacimiento, la figura de los putti llegó a confundirse con los querubines, confusión que perdura en la actualidad. Tanto los putti como los cupidos y ángeles pueden encontrarse en el arte religioso y secular desde la década de 1420 en Italia, desde finales del siglo XVI en los Países Bajos y Alemania, desde el período manierista y el Renacimiento tardío en Francia, y a lo largo del Barroco en frescos de techos. Los han representado tantos artistas que presentar la lista de estos sería poco útil, aunque entre los más conocidos se encuentran el escultor Donatello y el pintor Rafael; dos putti en actitud curiosa y relajada que aparecen a los pies de su Madonna Sixtina son reproducidos con frecuencia.[33]

Experimentaron una revitalización importante en el siglo XIX, y comenzaron a aparecer retozando en obras de pintores académicos, desde las ilustraciones de Gustave Doré para Orlando Furioso, hasta anuncios. Actualmente son un motivo muy utilizado como representación del amor en imágenes destinadas a la mercadotecnia; tal es el caso de muchas postales de San Valentín.

Corazón

Forma de la vaina de silphium según su representación en monedas de Cirene del siglo VII a.C.
Primer diseño del Sagrado Corazón de Jesús (Santa Margarita María Alacoque).
El conocido y peculiar corazón actual.

El símbolo del corazón es el que más frecuentemente se relaciona con el amor. Cuando aparece atravesado por la flecha de Cupido, simboliza el amor romántico, y es la forma común en la que las parejas adolescentes lo dibujan en los más variopintos lugares para dejar constancia de su amor. También se hace alusión al corazón real o al pecho de los amantes como fuente y receptáculo del amor, y son comunes expresiones como «partir» o «romper el corazón» como sinónimo de crear desamor, «robar el corazón» como sinónimo de producir enamoramiento, «abrir el corazón» como sinónimo de ofrecer amor, y una larga lista con significados en los que los elementos comunes son el amor y el alma.[34]

El origen del corazón del amor parece ser incierto, y existen diversas teorías. La idea del corazón como fuente de amor se remonta como mínimo a hace varios milenios en la India, China y Japón, con el concepto de chakras como centros de la «energía vital universal», de los cuales el que se encuentra a la altura del corazón se manifiesta, según se afirma, en forma de amor y compasión.

Respecto al símbolo propiamente dicho, hay quien lo atribuye a una planta originaria del norte de África, conocida como silphium[35] (generalmente considerada un hinojo gigante extinto, aunque algunos afirman que la planta es realmente Ferula tingitana;[36] no confundir con el género actual Silphium). Durante el siglo VII a. C., la ciudad-estado de Cirene tenía un lucrativo negocio con dicha planta. Aunque se usaba principalmente como condimento, tenía la reputación de poseer un valor adicional como método anticonceptivo. La planta era tan importante para la economía de Cirene que se acuñaron monedas con la imagen de la vaina o cáscara,[37] la cual tenía la forma del símbolo del corazón que conocemos actualmente. Según esta teoría, dicho símbolo se asoció inicialmente con el sexo, y, posteriormente, con el amor.[38]

La Iglesia católica sostiene que la forma del símbolo no apareció hasta el siglo XVII, cuando Santa Margarita María Alacoque tuvo una visión del mismo rodeado de espinas. Este símbolo se hizo conocido como el Sagrado Corazón de Jesús, se asoció con el amor y la devoción, y empezó a aparecer a menudo en vidrieras y otros tipos de iconografía eclesiástica. No obstante, aunque el Sagrado Corazón probablemente popularizase el símbolo que hoy conocemos, la mayoría de los eruditos coinciden en que ya existía desde mucho antes del siglo XV.[38]

Existen otras ideas menos románticas acerca del origen. Algunos afirman que la forma actual del símbolo surgió simplemente de burdos intentos de dibujar un corazón humano real, el órgano que los antiguos, entre ellos Aristóteles, creían ser el contenedor de todas las pasiones. Un importante erudito sobre la iconografía del corazón sostiene que la imprecisa descripción anatómica que hizo el filósofo, como un órgano de tres cámaras con la parte superior redondeada y la inferior puntiaguda, pudo haber inspirado a los artistas medievales a la hora de crear lo que hoy conocemos como la «forma de corazón».[39] A su vez, la tradición medieval del amor cortés pudo haber reforzado la asociación del símbolo con el amor romántico.[38]

Los corazones proliferaron cuando el intercambio de postales de San Valentín ganó popularidad en Inglaterra en el siglo XVII. En un principio, las cartas eran simples, pero los victorianos hicieron que fuesen más elaboradas, empleando el símbolo del corazón en conjunción con cintas y lazos.[38]

Actualmente, el símbolo está extendido por todo el mundo civilizado, y puede encontrarse en los más diversos ámbitos, lugares y momentos, incluyendo los naipes de diversas barajas, como la inglesa, la francesa o la bávara, tapices, pinturas,[38] y como elemento decorativo en objetos cotidianos. También constituye el emblema de la Cardiología.[40]

Superstición

Mapa de las religiones predominantes en el mundo.

El carácter irracional e indescriptible de la atávica experiencia amorosa y, probablemente, la existencia de un instinto religioso natural, hacen que otro aspecto íntimamente relacionado con el amor sea la superstición. El horóscopo, la adivinación, o la utilización de sustancias, objetos y rituales con cualidades pretendidamente mágicas o milagrosas, son, entre otras, creencias y prácticas que persisten desde la antigüedad, algunas de las cuales, como las religiones, están fuertemente arraigadas desde hace milenios (véase la sección Perspectiva espiritual en este mismo artículo). El advenimiento del Racionalismo en el siglo XVII y el vertiginoso desarrollo de la ciencia en el último siglo contribuyeron en gran medida a reducir el impacto de la superstición sobre el pensamiento. No obstante, aún existen determinadas culturas, como las de tribus africanas por ejemplo, donde es posible encontrar el pensamiento puramente mágico, así como significativos sectores de la población del mundo civilizado que, al margen de las religiones, aceptadas y asumidas socialmente, todavía relacionan el amor con lo sobrenatural, y testimonio de ello son las ventas de libros sobre la Nueva Era o el lucrativo negocio de los adivinadores y cartomantes a través de medios de comunicación como la televisión o la radio. En palabras de Helen Fisher, el amor es el resultado de reacciones químicas, y el conocimiento de tal hecho no es óbice para su disfrute:

Yo tengo que decirles que sí, que todo es química. Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o experimentamos una emoción, siempre se trata de química. Sin embargo, es posible conocer todos y cada uno de los ingredientes de un pastel de chocolate, y que aún nos guste sentarnos y comerlo. De la misma manera, podemos conocer toda la química que hay detrás del amor romántico –todavía no la conocemos toda, pero estamos empezando a conocerla en parte- y aun así ser capaces de captar toda su enorme magia.
Helen Fisher, en una entrevista.[41]

Perspectivas sobre el amor

Perspectiva popular

Courtship (Cortejo, 1903). Óleo sobre lienzo de Edmund Blair Leighton.
Pareja ante el mar durante una puesta de sol. La naturaleza constituye un poderoso inspirador del amor.

Popularmente, el amor se considera un sentimiento. En los casos más comunes, dicho sentimiento se basa en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro.

Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional y sexual entre dos personas que produce una influencia muy importante en sus vidas; el amor romántico intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos, quienes, partiendo de su propia insuficiencia, desean el encuentro y unión con aquel que han juzgado ser el complemento para su existencia.

Sin embargo, se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y, en un sentido más amplio, se habla de amor hacia Dios, la humanidad, la naturaleza, el arte o la belleza, lo que suele asociarse con la empatía y otras capacidades. En la mayoría de los casos implica un gran afecto por algo que ocasiona felicidad o placer al que ama.

Es un concepto con frecuencia en contraste con el odio, el desprecio o el egoísmo. No obstante, también está relativamente extendida la idea de que «solo hay un paso del amor al odio (o viceversa)», y son típicas las «peleas de enamorados», así como, en algunas personas, las relaciones patológicas de amor-odio, producidas estas últimas, según un estudio de la Universidad de Yale, por una autoestima baja.[42] Para Helen Fisher, la convivencia del amor y el odio en las relaciones amorosas es algo que, hasta cierto punto, tiene sentido, ya que lo sugiere el hecho de que, en muchos aspectos conductuales y fisiológicos, las respuestas del amor y el odio son análogas (ver la sección Aspectos antropológicos de este mismo artículo).

Culturas como la budista consideran al apego y al deseo emociones negativas que producen ira y sufrimiento; el amor y el ego son incompatibles. En la filosofía budista, el amor real es el amor compasivo. Con independencia de su origen —incluso en el caso del amor—, el apego produce sufrimiento (espiritual). El movimiento hippie que surgió en los años 60 presentaba en sus inicios un acercamiento similar al apego. Asimismo, este movimiento utilizó el amor como uno de los principales baluartes de la contracultura de los 1960, ejemplificado en el eslogan make love, not war («haz el amor, y no la guerra»).

Cachorros de perro en «actitud amorosa».

Cabe resaltar el uso actual de la palabra amor para designar tanto el amor espiritual y el amor romántico como el propio acto sexual —mediante la expresión «hacer el amor». Hasta mediados del siglo XX, esa expresión estaba reservada para el galanteo.[43]

Las personas tienden a aplicar el concepto del amor de un modo intuitivo desde y hacia otros animales (normalmente próximos en la escala evolutiva o que muestran signos interpretables como inteligencia) y hacia otros seres vivos como las plantas. En el primer caso, a menudo es debido a que los signos externos al ser humano son interpretados de forma antropocéntrica; por ejemplo, el gesto de un perro que acude a lamer la mano del dueño se interpreta como una demostración de amor; sin embargo, los procesos psicológicos que producen ese tipo de comportamientos en el perro responden, según los conocimientos científicos actuales, a otro tipo de motivaciones mucho menos complejas que las de los seres humanos, como lo puede ser, por ejemplo, la necesidad de mantenimiento de la manada, heredada de su ancestro evolutivo, el lobo.[44] En el caso de las plantas, es el hecho de que sepamos que la planta también es un ser vivo, como nosotros, lo que la hace objeto de nuestro amor. En ciertos casos, se llega al extremo de pensar que el amor en sí mismo beneficia a la planta. Y, realmente, la beneficia, aunque de forma indirecta, a través de nuestras acciones.

 

Perspectiva artística

Perspectiva mística y esotérica

Cuento de hadas, Toronto.

En Psicología de la posible evolución del hombre y en Cuarto Camino, George Gurdjieff y Piotr Uspenski distinguen entre «sentir» y la «función emocional superior» y «función cognitiva superior». El primer caso es el que está accesible para la mayoría de las personas, y es el que se suele incluir en los diccionarios, que definen el amor como un sentimiento. No obstante, ese mundanal sentimiento de apego y deseo difiere mucho de lo que constituye el verdadero amor, al que sólo se accede escalando en el nivel de conciencia desde el ordinario hasta uno presente en pocas personas, y aún en menos de forma permanente, y que en la mayoría de las personas que lo experimentan sólo sucede una vez en la vida.

La subida del nivel de conciencia produce cambios a nivel de la percepción: de repente se comienzan a encontrar significados donde antes no se veían, el encuentro con el ser amado «parece» estar rodeado de una atmósfera de cuento de hadas (no sólo lo parece, realmente lo está), y el sentido de la vista se vuelve más atractivo; por ejemplo, «da la impresión» de que se perciben más y mejor los colores, las texturas, las formas. El ingenio se acentúa, de repente «uno» se sorprende a sí mismo con expresiones artísticas que por momentos no reconoce como propias, y el ego se disipa: uno pasa a ver el mundo como si viese una película de cine, de tal modo que se olvida de sí mismo y de su pareja como cuerpos y los acontecimientos parecen fluir de un modo más suave, más grácil, el espíritu florece como un manantial compasivo hacia todas las cosas, y en algunos casos se llega a la producción de experiencias «milagrosas» (realmente, sin comillas), en las que se dan coincidencias sorprendentes (amigos que casualmente aparecen en lugares totalmente inesperados, canciones que comienzan a sonar en el momento adecuado, y, en general, la «sensación» de que el mundo se adapta a los enamorados a su paso), lo cual a su vez refuerza el amor y contribuye a profundizar en el estado aún más. Tal vez por el implacable escepticismo del ego, y por las numerosas experiencias microtraumáticas y estresantes que, sobre todo en ausencia del ser amado, experimentamos en el trabajo, en el hogar, en la calle, termina por aparecer una «masa crítica» que de forma irreversible e inevitable gana la batalla a la fe creada en torno a la magia de la relación amorosa, que era precisamente lo que mantenía el nivel de conciencia elevado. No obstante, son experiencias que, al evocarlas, y debido a que se fijaron con fuerza en la memoria, aparecen en el recuerdo, aunque como si procediesen de la nada, como sucedidas en otro universo inalcanzable. Es lo que los enamorados suelen describir como la «magia del amor», que suele aparecer de forma más generosa con el primer amor verdadero de la vida, y que generalmente no dura más de unos pocos días, y de forma discontinua, para ser sustituida por la experiencia del ego, de la personalidad: el apego y el deseo. El individuo deja de ser creativo y se vuelve rutinario y predecible. Desde su nuevo punto de vista en una conciencia disminuida, y debido a que ha olvidado completamente su reciente vivencia en un plano superior de la conciencia, él cree continuar viviéndolo como amor verdadero, pero ya es simplemente un conjunto limitado de emociones, experiencias y actitudes. La magia (sin comillas) se pierde y lo que antes eran dos almas en una fundidas con el universo (o con Dios, si se quiere) ahora son vacío interior, y lo que antes era una visión paisajística, brillante, colorida, de transparencia en el aire, donde en ocasiones, incluso, se mezclaban los sentidos entre sí, ahora es la percepción de lo que se cree ser el «yo», que realmente es la de un animal homínido sujeto a respuestas mecánicas, un «yo» engañoso, pobre y fragmentado en decenas o cientos de «yoes» desconectados entre sí.

En cuanto al sexo, en estados evolucionados de la conciencia se produce lo que llamaremos «sexo espiritual». Es una entrega compasiva al ser amado, donde la unión carnal constituye un elemento de máxima sacralidad: es, de hecho, el origen de la creación de la vida. El ego no existe, y como consecuencia se pierden todos los elementos morbosos, que son sustituidos por sentimientos de pureza e inocencia. La tensión emocional que existe en el sexo ordinario es sustituida por una sensación de fluidez, de flotar en el vacío, acompañada por un flujo suave y sin límites de amor compasivo que energetiza los cuerpos y que se expande de forma explosiva en el orgasmo, liberándose finalmente gran parte de la energía acumulada.

Lo que para un nivel de conciencia bajo constituye placer, para un nivel elevado constituye sufrimiento, en ocasiones casi insoportable. Todo ese sufrimiento, producido por la violencia física del acto sexual y, sobre todo, por el intercambio de energía agresiva, y que se manifiesta en las expresiones faciales desencajadas y los cuerpos en tensión de los «amantes», es interpretado como placer por el ego, que, en una espiral sadomasoquista, termina por aumentar considerablemente tras cada relación sexual. La aparente relajación que se siente tras el acto es en realidad adormecimiento de las facultades perceptivas. De tanto sufrir, el cuerpo termina bloqueado. Si a ello le sumamos el sufrimiento cotidiano, el ego que una «persona normal» con una «vida sexual sana» acumula es impresionante, difícil de eliminar en meses o incluso años.

El amor como energía se experimenta de un modo físico. En presencia del ego, se manifiesta como una especie de «picor agradable» que recorre el cuerpo, sobre todo por la parte de la cabeza, en dirección ascendente, y que no es otra cosa que nuestro propio sufrimiento acumulado que abandona nuestro cuerpo energético, y que el ego, en su ignorancia, interpreta como placer. En ausencia de ego, se manifiesta como un estremecimiento acompañado de la sensación que experimentamos típicamente por la médula espinal, el cuello y la nuca, llegando en ocasiones a extenderse a todo el cuero cabelludo, cuando alguien nos hace caricias el tiempo suficiente como para «purgar» el poco sufrimiento que nos pueda quedar. De hecho, las caricias desatan el paso de energía a través de nuestro cuerpo, que es la que en tales casos experimentamos. El amor, o mejor, la energía positiva, puede transmitirse sin necesidad de contacto físico, y es posible que el lector haya experimentado en alguna ocasión la sensación descrita con las caricias al sentarse junto a otra persona, incluso sin conocerse y hasta dándole la espalda. A medida que con el paso del tiempo la persona se va deshaciendo del sufrimiento acumulado, se desbloquean los chakras en sentido descendente y la sensación se termina expandiendo al cuerpo entero, desde las puntas de los dedos de los pies hasta la coronilla. Es una sensación que puede ir acompañada de otra de frialdad, como si fuese alcohol frío que nos recorriese.

En la novela Las Nueve Revelaciones, James Redfield explica muchos de los fenómenos que se producen en el Cuarto Camino, incluyendo la aparición del amor real.

Perspectiva espiritual

En la cultura religiosa monoteísta, el amor suele mencionarse y ser apoyado por Dios, como es el caso del Islam, el judaísmo y el cristianismo. Aquellas personas cuyo amor está o se supone que está cercano al Amor Universal, o a Dios, reciben el nombre de santos. Tanto en el budismo como en el cristianismo, el Islam, el hinduismo o el judaísmo suelen representarse con una aureola alrededor de su cabeza. Los budas presentan aureolas adicionales alrededor de todo su cuerpo.

Judaísmo

Escultura análoga a la escultura de arte pop LOVE de Robert Indiana (1977) que sustituye la palabra «love» por ahava, en el Museo de Israel.

En hebreo, ahavá es el término más comúnmente usado tanto para el amor interpersonal como para el amor de Dios.

El judaísmo emplea una definición amplia del amor, tanto entre personas como entre los seres humanos y la deidad. Respecto al primer caso, en la Torah se afirma: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18). Respecto al segundo, a los seres humanos se les manda amar a Dios «con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas» (Deuteronomio 6:5), tomado de la Mishná (un texto central de la tradición oral judía) para referirse a los buenos actos, la buena voluntad para sacrificar la vida en lugar de cometer ciertas transgresiones graves, la buena voluntad para sacrificar todas las posesiones, y el agradecimiento al Señor a pesar de la adversidad (tratado de bərākhāh 9:5). La literatura rabínica se diferencia de lo anterior en cómo este amor puede desarrollarse: por ejemplo, mediante la contemplación de los bienes divinos o la observación de las maravillas de la naturaleza.

En lo concerniente al amor entre compañeros de matrimonio, éste está considerado un ingrediente esencial de la vida: «Observa la vida con la esposa que amas» (Eclesiastés 9:9). El libro bíblico Cantar de los Cantares se considera una metáfora romántica del amor entre Dios y su pueblo, pero, en su lectura literal, aparece como una canción de amor.

El rabino del siglo XX Eliyahu Eliezer Dessler es citado frecuentemente como definidor del amor desde el punto de vista judaico, de «dar sin esperar nada a cambio» (Michtav me-Eliyahu, Vol. 1).

Cristianismo

La Virgen y su hijo, de Isaac Oliver (f. 1617). Aparecen la Virgen y su hijo representados con rasgos europeos y con la aureola de santos.

En el cristianismo se entiende que el amor proviene de Dios. El amor de hombre y mujer —eros en griego— y el amor desinteresado por los demás (agape) se contrastan a menudo como amor «ascendente» y «descendente», respectivamente, aunque en última instancia son una misma cosa.[45]

Existen varias palabras griegas para el «amor» que se utilizan con frecuencia en ámbitos cristianos.

  • Agape: En el Nuevo Testamento, agapē es caritativo, desinteresado, altruista e incondicional. Es el amor de los padres, visto como creador del bien en el mundo; es el modo en el que se ve a Dios amar a la humanidad, y es la clase de amor que los cristianos aspiran a tener por sus semejantes.
  • Phileo: También usado en el Nuevo Testamento, es una respuesta humana a algo que se ha encontrado muy agradable. También conocido como amor fraternal.
  • Las palabras eros (amor sexual) y storge (amor entre hijos y padres) nunca se usaron en el Nuevo Testamento.

Los cristianos creen que amar a Dios con todo el corazón, mente y fuerza (sobre todas las cosas) y amar al prójimo como a uno mismo son las dos cosas más importantes en la vida (el mayor mandamiento de la Torah de los judíos, según Jesús);[46] San Agustín resumió este pensamiento al escribir «ama a Dios, y haz lo que quieras».

El apóstol San Pablo glorificó el amor como la mayor de las virtudes. Describiéndolo en el famoso poema Primera epístola a los corintios, escribió:

«El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,

no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido,

no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta».
1 Corintios 13:4-7.

En la Primera epístola de Juan, capítulo 4, se dice:

«Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor».
1 Juan 4:7-8.[47]

El apóstol San Juan también escribió:

«Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna».
Juan 3.16.

San Agustín dijo que uno debe ser capaz de descifrar la diferencia entre el amor y el deseo sexual. También dijo que el único que puede amar real y plenamente es Dios, porque el amor entre seres humanos permite la aparición de defectos como los celos, la desconfianza, el miedo, la ira y la disputa.

Benedicto XVI escribió su primera encíclica con el título «Dios es amor». En ella expresa que un ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, que es amor, es capaz de practicar el amor, de darse a Dios y a otros (agape) y de recibir y experimentar el amor de Dios en la contemplación (eros). Esta vida de amor, según el pontífice, es la vida de santos como la Madre Teresa de Calcuta y la Bienaventurada Virgen María y es la dirección que deben tomar los cristianos cuando creen que Dios les ama.[45]

El Islam y otras creencias árabes

En cierto sentido, el amor abarca la visión islámica de la vida como una hermandad universal que se aplica a todos los que mantienen la fe. No existen referencias directas que afirmen que Dios es amor, pero entre los 99 nombres de Dios (Allah), existe el nombre de Al-Wadūd (الودود), o «el Amante», que se encuentra en la Azora 11:90 y en la Azora 85:14. Se refiere a Dios como «pleno de amorosa amabilidad». Todos los que tengan fe tendrán el amor de Dios, aunque el grado de amor recibido y el esfuerzo puesto para conseguirlo depende del individuo en sí mismo.

Ishq, o el amor divino, es el tema principal del sufismo. Los sufís creen que el amor es una proyección de la esencia de Dios sobre el universo. Dios desea reconocer la belleza, de modo que, cuando, por ejemplo, alguien se mira en un espejo, es Dios quien se «mira» a sí mismo dentro de la dinámica de la naturaleza. Ya que todo es un reflejo de Dios, la escuela del sufismo practica ver la belleza dentro de la aparente fealdad. El sufismo se refiere a menudo a ello como la religión del amor. Dios aparece en tres términos principales, que son el Amante, el Amado y el Amor, pudiéndose encontrar el último de estos términos frecuentemente en la poesía sufí. Un punto de vista común es que, a través del amor, la humanidad puede volver a su pureza y gracia inherentes. Los santos sufistas son tristemente célebres por estar «borrachos» debido a su amor divino; por lo tanto, es constante la referencia al vino en la poesía y la música sufís.

La palabra «amor» aparece en el Corán más de 80 veces en diferentes formas y significados; todas las aleyas que incluyen la palabra «amor», sean positivas o negativas, aseguran la grandeza del valor del amor en establecer las relaciones en sus diferentes formas y círculos.[48]

Algunos ejemplos:

«Al·lâh traerá a otros a los que amará y por los que será amado»
TSQ[49] La sura de Al-Ma’ida «La Mesa Servida», aleya 54.
«Di: Si amáis a Al·lâh, seguidme, que Al·lâh os amará y perdonará vuestras faltas. Al·lâh es Perdonador y Compasivo».
La sura de ‘Al ‘Imrân, «La Familia de ‘Imrân», aleya 31.
«Y pedid perdón a vuestro Señor y volveos a Él, pues es cierto que mi Señor es Compasivo, Afectuoso».
La sura de Hûd, aleya 90.

En el Islam, existe una poderosa imbricación entre las leyes de Alá y las leyes de los hombres. Dentro de este marco, el amor se manifiesta en diversos círculos: El amor hacia Al·lâh, El amor hacia el Mensajero de Al∙lâh, El amor del musulmán hacia el musulmán, El amor dentro de la familia musulmana, El amor hacia el no musulmán, El cariño entre el gobernante y el gobernado.[48]

El quinto círculo: el amor hacia el no musulmán

Según el Corán, Al∙lâh es El Afectuoso, El Muy Misericordioso y El Que ama a los equitativos y detesta a los injustos. La justicia es el mejor pilar para el amor entre la gente. La misericordia de Al∙lâh y los valores islámicos grandes y sublimes hacen del amor un espacio amplio que abarca a toda la gente. El primer paso que conduce a este amor es abrir las puertas del reconocimiento de los unos a los otros. Al·lâh, Enaltecido y Glorificado dice [lo que podemos traducir como]: «¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Al·lâh es el que más Le teme. Al·lâh es Conocedor y está perfectamente informado».[48] [50] En otra azora aparecen estas palabras: «Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos».[51]

Al∙lâh permite al musulmán casarse con una cristiana o una judía aunque una parte de sus creencias contradice al Islam y a los hábitos de los musulmanes. Y subraya que los cristianos son una gente digna de cariño: «...mientras que encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que creen, son los que dicen: Somos cristianos».[48] [52]

Existen otras aleyas que avisan de que los casos de rechazo hacia el otro (los no musulmanes) no son comunes, y que tampoco se aplican todo el tiempo. No se permite tratar como enemigos a los que no ejercen enemistad contra los musulmanes, tampoco se permite clasificarles como enemigos. Más bien, merecen otro tipo de tratamiento: «Al·lâh no os prohíbe que tratéis bien y con justicia a los que no os hayan combatido a causa de vuestra creencia ni os hayan hecho abandonar vuestros hogares. Ciertamente, Al·lâh ama a los equitativos».[48] [53]

El Corán abre las puertas del bien, del cariño y del afecto ante los que se enemistan con los musulmanes: «Puede ser que Al·lâh ponga afecto entre vosotros y los que de ellos hayáis tenido como enemigos. Al·lâh es Poderoso y Al·lâh es Perdonador y Compasivo». Y entre los comentarios sobre esta aleya está la siguiente: «El afecto después del rechazo, el cariño después del odio, y la concordia después de la discordia. Al∙lâh es El Que Puede unir las cosas esparcidas y dispersas. Es El Que concilia entre los corazones después de la enemistad y la dureza y los reemplaza por el encuentro y la concordia».[48]

Escribe Mahmud Nacua: «El origen en las relaciones entre la gente, por diferentes que sean sus nacionalidades y creencias, es el hecho de reconocerse, de tener misericordia mutua, la cooperación, la amistad y la paz. La excepción es el estado de guerras y los combates, que son asuntos que producen odio. Esta excepción es temporal porque el odio no permanece entre la gente sean cuales sean las huellas de las guerras. El mundo experimentó tanto en las pasadas épocas como en las recientes muchos ejemplos de guerras que tuvieron lugar entre las tribus, los pueblos y las naciones. Entre un pueblo y otro, entre una nación y otra en una cierta época, pero fueron seguidos por acuerdos de paz, pactos y cooperación… Así es la naturaleza de la vida, unos ciclos consecutivos. El mejor de la gente es el que utiliza los ciclos del bien, de los acuerdos y de la paz para el desarrollo de los factores del bien y del amor inculcándolos entre los individuos y los pueblos. Este es el camino del Islam y este es el fundamento en el Islam».[48]

Budismo

Buda Gautama pintado sobre una roca en el Tíbet. Se aprecian las aureolas alrededor de su cabeza y de su cuerpo.

En el budismo, kāma es amor sensual, sexual. Es un obstáculo en el camino hacia la iluminación, ya que constituye egoísmo.

Karuṇā es compasión y misericordia, y reduce el sufrimiento de otros. Es complementario de la sabiduría y necesario para la iluminación.

Adveṣa y mettā son amor benevolente. Este amor es incondicional y requiere una autoaceptación considerable. Es bastante diferente del amor ordinario, que normalmente se basa en el apego y el sexo y que raramente ocurre sin interés propio. En su lugar, este amor se refiere al desprendimiento y la ausencia de intereses egoístas en beneficio de los demás.

Desde el punto de vista del budismo, el amor «puro» proviene de un estado de pureza espiritual al que los seres humanos pueden llegar mediante la liberación de las llamadas emociones perturbadoras (deseo y apego, odio e ira, ignorancia, orgullo, envidia), inherentes al mundo material o samsara. Mediante la compasión, el desapego del mundo material, y la meditación, puede aumentarse paulatinamente la capacidad de funcionamiento de todos los chakras, incluyendo el chakra del corazón, de tal modo que es posible amar conscientemente y eliminar el sufrimiento asociado al amor ordinario hasta alcanzar el llamado estado de iluminación, en el que existe un amor incondicional hacia todos los seres sintientes, equiparable al que, por ejemplo, puede sentir una madre por su hijo. Según esta corriente de pensamiento, el amor mantiene unidas todas las cosas, y nuestra conciencia crea el propio universo. Para el budismo, todas las religiones son válidas si se basan en el amor espiritual y la compasión.[54] [55] [56] [57]

El ideal de bodhisattva en el budismo Mahāyāna implica la completa renunciación a uno mismo con el objeto de soportar la carga de un mundo de sufrimiento. La mayor motivación que uno tiene para tomar el camino del bodhisattva es la idea de salvación que existe dentro del amor altruista y falto de egoísmo por todos los seres sintientes, idea que, como deseo que es, emoción perturbadora, deberá abandonarse también en última instancia para lograr la iluminación.

Los siete chakras. El cuarto, empezando por arriba, es el del corazón.

Hinduismo

En el hinduismo, kāma es el amor placentero, sexual, personificado por el dios Kāmadeva. Para muchas escuelas hinduistas, es el tercer final (artha) de la vida. Kāmadeva se representa a menudo sosteniendo un arco de caña de azúcar y una flecha de flores, y montado en ocasiones sobre un gran loro. Está normalmente acompañado por su consorte Rati y su compañero Vasanta, señor de la primavera. Pueden verse imágenes grabadas en piedra de Kaama y Rati en la puerta del templo de Chenna Keshava en Belur, en Karnataka, India. Maara es otro nombre para kāma.

En contraste con kāma, prema —o prem— se refiere al amor elevado. Karuna es la compasión y misericordia, que impulsa a uno a reducir el sufrimiento de otros. Bhakti es un término del sánscrito, que significa «devoción amorosa hacia el supremo Dios». Una persona que practica bhakti se conoce como bhakta. Escritores, teólogos y filósofos hindúes han diferenciado nueve formas de bhakti, que pueden encontrarse en el Bhagavatha-Purana y en las obras de Tulsidas. La obra filosófica Sutras de Narada Bhakti, de autor desconocido (presumiblemente Narada), distingue once formas de amor.

Apego y deseo en las religiones orientales

La filosofía oriental presenta una aproximación al amor espiritual diferente de la occidental: El sufrimiento en sí mismo no es lo que nos hace virtuosos, sino que es un medio para alcanzar la virtud, de tal modo que acercarse a la iluminación o el nirvana implica el cese paulatino del sufrimiento y el aumento del gozo. Al igual que en el cristianismo, el sufrimiento es un catártico (o vía de expiación) que nos conduce al estado iluminado (o a Dios en el cristianismo). Sin embargo, para la concepción oriental, preocuparse por conseguir un objetivo constituiría un modo de sufrimiento adicional (el apego y el deseo), de modo que deberíamos limitar nuestro sufrimiento no preocupándonos por el propio sufrimiento —incluyendo el deseo de conseguir metas—. En palabras de Osho:

El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a amar, no voy a odiar». Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a inspirar, no voy a espirar». De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: «¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir». [...] El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente.

La religión frente al amor homosexual

Cristianismo, judaísmo y homosexualidad

El judaísmo y el cristianismo no conciben el amor sexual entre personas homosexuales. En la Biblia se hace mención expresa del rechazo, no solo al amor homosexual, sino a la homosexualidad en sí misma. Tres ejemplos:

No te acuestes con un hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto infame.
Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame.
¿No sabéis que los malvados no tendrán parte en el reino de Dios? No os dejéis engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que cometen inmoralidades sexuales, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los tramposos.

La Iglesia católica actual mantiene dicho rechazo. Según unas polémicas declaraciones pronunciadas en diciembre de 2008 por el papa Benedicto XVI, «constituye una grave amenaza para la humanidad la confusión de los sexos».[62]

Islam y homosexualidad

El islam, al igual que el cristianismo y el judaísmo, no concibe el amor homosexual y rechaza la homosexualidad en sí misma. En el Corán existe constancia de tal rechazo, como puede verse en los siguientes ejemplos, donde Lot critica a los hombres de Sodoma por su comportamiento sexual:

Y a Lot. Cuando dijo a su pueblo: «¿Cometéis una deshonestidad que ninguna criatura ha cometido antes? Ciertamente, por concupiscencia, os llegáis a los hombres en lugar de llegaros a las mujeres. ¡Sí, sois un pueblo inmoderado!». Lo único que respondió su pueblo fue: «¡Expulsadles de la ciudad! ¡Son gente que se las da de puros!». Y les salvamos, a él y a su familia, salvo a su mujer, que fue de los que se rezagaron. E hicimos llover sobre ellos una lluvia: ¡Y mira cómo terminaron los pecadores!
Azora 7:80-84[63]
Y a Lot. Cuando dijo a su pueblo: «¿Cometéis deshonestidad a sabiendas? ¿Os llegáis a los hombres, por concupiscencia, en lugar de llegaros a las mujeres? Sí, sois gente ignorante». Lo único que respondió su pueblo fue: «¡Expulsad de la ciudad a la familia de Lot! Son gente que se las dan de puros». Les preservamos del castigo, a él y a su familia, salvo a su mujer. Determinamos que fuera de los que se rezagaran. E hicimos llover sobre ellos una lluvia. ¡Lluvia fatal para los que habían sido advertidos...!
Azora 27:54-58[64]

Los países de religión mayoritariamente islámica mantienen actualmente penas legales contra los homosexuales, como multas y prisión, llegándose incluso a la pena de muerte en 5 países: Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen, y algunas partes de Nigeria y Somalia.[65]

Perspectiva filosófica

Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión. Baruch de Spinoza estableció una definición que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y sociales. Escribió al respecto: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada».[66]

La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir alegrías y tristezas de otras personas, no difiere esencialmente de la definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere «compartir las alegrías y tristezas de los demás como si fuesen propias», tal el «amarás a tu prójimo como a ti mismo».

No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables con la realidad, sino que también presenta aspectos cuantificables, ya que indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos, mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona amada.

De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero. Según sus propias palabras: «Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que la afecta de tristeza, seremos, por el contrario, afectados también de odio contra él».[67]

Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud opuesta al amor, como una tendencia a intercambiar (respecto del tercero mencionado) los papeles de tristeza y alegría como afectos compartidos.

Para Leibniz, la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes, y esa felicidad radica fundamentalmente en el amor. El amor a Dios, según el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz. Así pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el que se combina la ternura con la razón.[68]

Perspectiva científica

Enfoque propio de disciplinas tales como biología y psicobiología, llamadas en su conjunto neurociencias, así como de la psicología y la antropología.

Aspectos biológicos

Base química del amor; visión general simplista.

El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarlo en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Desde la psicobiología sí tiene sentido encontrar las bases orgánicas de estados mentales concretos (como la sensación subjetiva de amor).

Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama «amor» que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones físicas con individuos del mismo sexo (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana, y también se observan comportamientos altruistas por parte de individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable).

Modelo tripartito del amor romántico

Los modelos biológicos del sexo tienden a contemplar el amor como un impulso de los mamíferos, tal como el hambre o la sed.[69] Helen Fisher, investigadora del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, y experta mundial en este tema, describe la experiencia del amor en tres etapas parcialmente superpuestas: lujuria, atracción y apego, en cada una de las cuales se desarrolla un proceso cerebral distinto, aunque interconectado, y regulado hormonalmente.[70]

1) El impulso sexual indiscriminado o excitación sexual. Este proceso está regulado por la testosterona y el estrógeno en la mayoría de los mamíferos y casi exclusivamente por la testosterona en el ser humano, y es detectable neurológicamente en el córtex cingulado anterior. De breve duración (raramente dura más de unas pocas semanas o meses), su función es la búsqueda de pareja.

2) La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento, regulada por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer. Esta segunda etapa es inusualmente prolongada en el ser humano frente a otras especies (hasta 18 meses). Consiste en un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la excitación sexual como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[71]

Otra sustancia que el cerebro libera en estado de enamoramiento es la feniletilamina, que actúa sobre el sistema límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en dicho estado, además de que es un precursor de la dopamina, de ahí que esta última también se encuentre en grandes cantidades. Una pequeña modificación química puede hacer que se transforme en un estimulante (anfetamina y metilfenidato) o un antidepresivo (bupropión y la venlafaxina). La feniletilamina puede encontrarse también en alimentos como el chocolate y quesos fermentados. Según Helen Fisher, es por ello que el amor romántico es —al igual que el chocolate— adictivo.

La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[72]

Tras las etapas de lujuria y atracción, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo:

3) El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja, regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada (puede prolongarse toda la vida). El apego implica la tolerancia de la pareja (o de los hijos) durante un tiempo suficiente como para criar a la prole hasta que ésta pueda valerse por sí misma. Se basa generalmente, por lo tanto, en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o bien en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[71]

El equilibrio de los tres procesos controla la biología reproductiva de muchas otras especies, por lo que se cree que su origen evolutivo es común. La etología interpreta que el amor humano evolucionó a partir del ritual de apareamiento o cortejo de los mamíferos (despliegue de energía, persecución obsesiva y protección posesiva de la pareja y agresividad hacia los potenciales rivales).[73]

Aspectos antropológicos

En una entrevista con motivo de la publicación de su libro Por qué amamos, Fisher comenta que, en la elección de la pareja, y aunque aún no se conocen los motivos concretos, se sabe que intervienen de forma importante la cultura y el momento en que se produce dicha elección (por ejemplo, debemos estar dispuestos a enamorarnos). La gente tiende a enamorarse de alguien que tiene alrededor, próximo; nos enamoramos de personas que resultan misteriosas, que no se conocen bien. Los hombres se enamoran más deprisa que las mujeres, y tres de cada cuatro personas que se suicidan cuando una relación acaba son hombres. En cuanto a la pasión, ambos sexos presentan el mismo grado, pero en los hombres se ha descubierto una mayor actividad en una pequeña región cerebral asociada con la integración de los estímulos visuales. Es algo que tiene sentido, pues [en general] el negocio de la pornografía se apoya en los hombres y las mujeres intentan constantemente agradar con su aspecto a los hombres. La investigadora refiere que, durante millones de años, el hombre ha tenido que mirar bien a la mujer y tomarle la medida para ver si ella le daría un hijo saludable. En las mujeres, se ha descubierto una mayor actividad en una de tres áreas diferentes, asociadas con la memoria y la rememoración, y no simplemente con la capacidad de recordar. También durante millones de años, una mujer no podía mirar a un hombre y saber si podría ser un buen padre y un buen marido. Para saberlo, tenía que recordar. Y actualmente las mujeres recuerdan cosas como lo que había dicho su pareja el último día de San Valentín, o su comportamiento con anterioridad. Según Fisher, es un mecanismo de adaptación que las mujeres probablemente han poseído durante cuatro millones de años, para conseguir al hombre adecuado.[41] [70]

El amor romántico es más fuerte que el impulso sexual. Promueve el apareo, pero, ante todo, promueve el deseo de consecución de un nexo emocional (queremos que nuestra pareja nos llame por teléfono, que se acuerde de nosotros, queremos agradarla y deseamos que ambos tengamos los mismos gustos). Una de las características principales del amor romántico, además del deseo de contacto sexual, es el de exclusividad sexual. Cuando tenemos relaciones sexuales con alguien y no lo amamos, no nos importa realmente si también las tiene con otros. Pero cuando nos enamoramos, pasamos a ser realmente posesivos, algo que en la comunidad científica llaman «vigilancia de la pareja». Por ello, el amor romántico es un arma de doble filo, pues, dependiendo del desenlace de la relación, puede derivar en una gran felicidad o una gran tristeza, la cual a su vez puede llevar, en casos extremos, al suicidio y/o al asesinato.[41] [70]

El amor y el odio son muy parecidos, con la indiferencia como el opuesto de ambos. Normalmente hacemos ambas cosas: amamos y odiamos al mismo tiempo a la persona. De hecho, el amor y el odio tienen muchas cosas en común: cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como cuando amamos; cuando amamos o cuando odiamos, nos obsesiona pensar en ello, tenemos una gran cantidad de energía y nos cuesta comer y dormir.[41] [70]

Aspectos psicológicos

Noonday heat («Calor del mediodía», 1902). Pintura de Henry Scott Tuke.

Para presentar el punto de vista de la psicología sería preciso presentarlo de cada uno de sus enfoques/escuelas.

Desde un punto de vista de la terapia cognitivo-conductual, el amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).

Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg, quien propuso la existencia de 3 componentes en su teoría triangular del amor:

  1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
  2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
  3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.

Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.

Dentro de la psicología social, algunos autores proponen una serie de arquetipos amatorios, como por ejemplo John Lee: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma.

L'enlèvement de Psyché («El rapto de Psique», 1895), pintura de William-Adolphe Bouguereau en la que Psique aparece raptada por Cupido.

Desde corrientes psicoanalíticas, para Erich Fromm el amor es un arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud. Según Fromm, la mayoría de la gente identifica el amor con una sensación placiente. Él considera, en cambio, que es un arte, y que, en consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de vista, la mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal objetivo es ser amado y no amar, de modo que llegan a valorar aspectos superficiales como el éxito, el poder o el atractivo que causan confusión durante la etapa inicial del pretendido enamoramiento pero que dejan de ser influyentes cuando las personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia del misterio inicial.

Le sommeil («El sueño», 1866). Óleo sobre lienzo de Gustave Courbet.

Así pues, recomienda proceder ante el amor de la misma forma que lo haríamos para aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o la medicina. Y distingue, como en todo proceso de aprendizaje, dos partes, una teórica y otra práctica.[28]

Desde el punto de vista de la psicología humanista, la definición de amor más delimitada que aporta el humanismo es la de Carl Rogers, también considerada por Abraham Maslow: «amor significa ser plenamente comprendido y profundamente aceptado por alguien». Según Maslow, «el amor implica una sana y afectuosa relación entre dos personas». Partiendo de estas dos definiciones, la necesidad de amor se basa en algo que incita a las personas a ser aceptadas y adheridas a una relación. Dice Maslow: «La necesidad de amor implica darlo y recibirlo […], por tanto, debemos comprenderlo; ser capaces de crearlo, detectarlo, difundirlo; de otro modo, el mundo quedará encadenado a la hostilidad y a las sombras». Para Maslow, así como para muchos teóricos de la psicología, las necesidades o pulsiones-deseo descritas por el psicoanálisis nunca llegan a una satisfacción completa o son acompañadas por el surgimiento de una nueva necesidad, por lo cual siempre permanecerá en la persona un estado de requerimiento.[74]

Cuando en las relaciones sentimentales existe cierto grado de egoísmo, se producen situaciones en las que uno de los amantes, por miedo al fracaso, por la inseguridad que le produce su falta de autoestima, polariza su egoísmo en una muestra extrema y desesperada de altruismo, que a modo de ultimátum se manifiesta por un amor desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o la de la otra persona por estar experimentando un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas, pero, en última instancia, esperando obtener algo a cambio. Desde el punto de vista del budismo, es un amor con apego. En estos casos, el dar sin recibir a cambio, el sacrificarse y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, suele considerarse, para las personas que no han cultivado suficientemente el altruismo, es decir, para las personas que no son capaces de amar sin apego, una antesala al desequilibrio emocional, ya que la persona objeto de la obsesión no tiene por qué responder tal como se había premeditado; o puede incluso que, bajo una actitud igualmente egoísta, no agradezca el esfuerzo y exija aún más. No obstante, algunos confunden esa polarización con amor «verdadero» o «sano», y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y, como salida a dicha frustración, violencia. Por los resultados evidentes en las noticias a diario, observamos una creciente tendencia a la violencia en el noviazgo, en la que los psicólogos actuales apuntan a esta patología de obsesión polarizada (desencadenada por una baja autoestima) como principal desencadenante de estos conflictos.

Recuérdese que cada uno de los enfoques en psicología tienen su propia aportación a este respecto, congruente con su propio marco teórico.

Diferentes visiones histórico-culturales

Si bien el amor está fundado en capacidades y necesidades biológicas así como el placer sexual y el instinto de reproducción, tiene también una historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los trovadores,[75] al cristianismo, al movimiento romántico, etcétera), pero los vestigios arqueológicos de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños, los coterráneos, entre otros, por lo cual las interpretaciones que postulan que el amor en general es una construcción cultural específica no parecen fundadas.

Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas del sexo opuesto como hacia aquellas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento, los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo masculino.

La palabra española «amor» puede tener múltiples significados, aunque relacionados, distintos entre sí dependiendo del contexto. A menudo, otros idiomas usan diferentes palabras para expresar algunos de los variados conceptos. Las diferencias culturales al conceptualizar el amor hacen aún más difícil establecer una definición universal.[76] En la cultura maya no existía la palabra amor para con los hijos. En piamontés no existe la palabra amor.[77]

Cultura persa

Incluso tras todo este tiempo
El Sol nunca dice a la Tierra «estás en deuda conmigo».
¡Observa lo que ocurre con un Amor como ese!
Ilumina todo el Cielo.
Hafiz

Rumi, Hafiz y Sa'di son iconos de la pasión y el amor en la cultura y el lenguaje persas. La palabra persa para el amor es eshgh, que deriva de la árabe ishq. En la cultura persa, todo es abarcado por el amor y todo es por amor, empezando por el amor a los amigos y a la familia, a los maridos y esposas, y llegando eventualmente al amor divino, que constituye la meta última de la vida. Hace alrededor de siete siglos, Sa'di escribió:

Los hijos de Adán son miembros de un cuerpo
Habiendo sido creados de una sola esencia.
Cuando la calamidad del tiempo aflige a un miembro
Los otros miembros no pueden continuar su descanso.
Si no tienes compasión por los problemas de otros
No mereces ser llamado por el nombre de «hombre».
Sa'di

Cultura china y otras culturas sínicas

El carácter chino para el amor (愛) consiste en un corazón (en medio) dentro de «aceptar», «sentir» o «percibir» que muestra una emoción llena de gracia.

En el idioma chino y la cultura china contemporáneos, se usan varios términos o palabras raíz para el concepto de amor:

  • Ai (愛) se usa como verbo (p. ej., wo ai ni, «te amo») o como nombre, especialmente en aiqing (愛情), «amor» o «romance». En la China continental, y desde 1949, airen (愛人, originalmente «amante», o, más literalmente, «persona de amor») es la palabra dominante para «esposo» (habiendo sido desenfatizados originalmente los términos separados para «esposa» y «marido»); la palabra tuvo una vez una connotación negativa, que permanece, entre otros lugares, en Taiwán.
  • Lian (戀) generalmente no se usa de forma aislada, sino como parte de términos tales como «estar enamorado» (談戀愛, tan lian'ai —que también contiene ai), «amante» (戀人, lianren) u «homosexualidad» (同性戀, tongxinglian). En el confucianismo, lian es un amor benevolente y virtuoso que deberían buscar todos los seres humanos, y refleja una vida moral. El filósofo chino Mozi desarrolló el concepto de ai (愛) como reacción al lian confucianista. Ai, en el mohismo, es un amor universal hacia todos los seres, no sólo hacia los amigos o familia, sin consideración de la reciprocidad. La extravagancia y la guerra ofensiva son hostiles hacia ai. Aunque el pensamiento de Mozi tuvo influencia, el término confucianista lian es el que la mayoría de los chinos usan para el amor.
  • Qing (情), que comúnmente significa «sentimiento» o «emoción», generalmente indica «amor» en varios términos. Está contenido en la palabra aiqing (愛情). Qingren (情人) es un término usado con el significado de «amante».
  • Gănqíng (感情) es el «sentimiento» de relación, vagamente similar a la empatía. Una persona expresará amor construyendo buen gănqíng, conseguido por medio de ayuda o trabajo prestados a otras personas y apego emocional hacia otra persona o hacia cualquier otra cosa.
  • Yuanfen (緣份) es la conexión de destinos vinculados. Una relación significativa es generalmente concebida como dependiente de un fuerte yuanfen. Consiste en buena suerte a la hora de hacer un descubrimiento afortunado e inesperado. Conceptos similares en español son: «Estaban hechos el uno para el otro», o el «destino».
  • Zaolian (simplificado: 早恋, tradicional: 早戀, pinyin: zǎoliàn), literalmente, «amor temprano», es un término contemporáneo usado frecuentemente para los sentimientos románticos o el apego entre niños o adolescentes. Describe tanto la relación entre novio y novia adolescentes como el enamoramiento de la adolescencia temprana o la niñez. El concepto indica en esencia la creencia prevalente en la cultura china contemporánea consistente en que, debido a la demanda de los estudios (derivada sobre todo del sistema educativo altamente competitivo de China), los jóvenes no crean apego romántico y por lo tanto ponen en peligro sus oportunidades de éxito futuro. Han aparecido informes en periódicos y otros medios chinos que detallan la prevalencia del fenómeno, los peligros observados en los estudiantes y los temores de sus padres.

Qì xi: el «San Valentín» chino

Existe una leyenda china que se dice tiene miles de años de antigüedad, que, con diversas variaciones, cuenta la historia de un joven arriero llamado Niulang (chino: 牛郎; pinyin: niú láng; literalmente «[el] arriero», o «pastor de vacas», Altair) se encontró en su camino con siete hadas bañándose en un lago. Alentado por su travieso compañero el buey, hurtó sus ropas, esperando después a ver qué sucedía. Las hermanas hadas, para recuperarlas, eligieron a la hermana menor y más bella, de nombre Zhinü (chino: 織女; pinyin: zhī nǚ; literalmente, «[la] tejedora», Vega). Ella lo hace, pero, como Niulang la había visto desnuda, se ve obligada a aceptar la propuesta de matrimonio de Niulang, que se había enamorado de ella (en otras versiones de la historia, Zhinü había escapado del aburrido cielo para divertirse y fue ella la que se enamoró de Niulang). Eran felices juntos, pero, en el reino de las hadas, la «Diosa del Cielo» (que en algunas versiones es la madre de Zhinü), tras enterarse de la impura unión, tomó su alfiler y formó un ancho río para separar a los dos amantes para siempre, creando así la Vía Láctea, que separa a las estrellas Altair y Vega. (En otra versión, la Diosa obliga al hada a volver a su tarea de tejer coloridas nubes en el cielo, ya que no podía hacerlo mientras estuviese casada con un mortal).

Zhinü permanece para siempre a un lado del río, hilando tristemente su telar, mientras Niulang la ve desde lejos, y cuida de sus dos hijos (las dos estrellas que lo rodean, Beta Aquilae y Gamma Aquilae, o, por sus nombres en chino, Hè Gu 1 y Hè Gu 3).

No obstante, una vez al año, todas las urracas del mundo, aves místicas en la cultura china, se compadecen de ellos y vuelan hasta el cielo para formar un puente (chino: 鵲橋, Que Qiao, «el puente de las urracas») sobre la estrella Deneb en la constelación del Cisne, para que los amantes puedan reunirse por una sola noche, en la séptima noche de la séptima luna, el día del amor en China.

A finales del verano, las estrellas Altair y Vega se elevan en el cielo nocturno, y los chinos cuentan y celebran esta leyenda durante el Qi xi (chino: 七夕 pinyin: qī xī, «la noche de los sietes»).

La historia presenta algunas variaciones más:

  • La Diosa del Cielo, por compasión al ser tocada por el amor que existía entre ambos, decidió unirlos una vez el séptimo día del séptimo mes lunar.
  • El Emperador del cielo, padre del arriero, fue quien los separó para que se concentrasen en su trabajo en lugar de en el romance.
  • La estrella Deneb es un hada que actúa como carabina cuando los amantes se encuentran en el puente de las urracas.
  • Los amantes pueden reunirse una vez al mes.
  • Durante la noche de los sietes, en cierto momento las dos estrellas Altair y Vega se reúnen realmente a un mismo lado de la Vía Láctea.

Cultura japonesa

En el budismo japonés, ai (愛) es un amor de cariño pasional, y un deseo fundamental. Puede desarrollarse hacia el egoísmo o el altruismo y hacia la iluminación.

Amae (甘え), una palabra japonesa que significa «dependencia indulgente», es parte de la cultura de la educación de los hijos en Japón. Se espera de las madres japonesas que abracen y mimen a sus hijos, y se espera de los hijos que recompensen a sus madres aferrándose a ellas y sirviéndolas. Algunos sociólogos han sugerido que las interacciones sociales de los japoneses en la vida de adultos se modelan en el amae entre madre e hijo.

Cultura griega

El idioma griego distingue varios sentidos diferentes en los que se usa la palabra «amor». Por ejemplo, el griego antiguo presenta las palabras philia, eros, storge y xenia. Sin embargo, con el griego (al igual que con muchos otros idiomas) ha sido históricamente difícil separar totalmente los significados de estas palabras. Al mismo tiempo, el texto en griego antiguo de la Biblia contiene ejemplos del verbo agapo con el mismo significado que phileo.

  • Agape (ἀγάπη agápē) significa amor en griego actual. El término s'agapó significa «te amo» en griego. La palabra agapó es el verbo «amo». Generalmente se refiere a un tipo ideal de amor «puro», más que a la atracción física sugerida por eros. No obstante, hay algunos ejemplos de agape usados con el significado de eros. También se ha traducido como «amor del alma».
  • Eros (ἔρως érōs) es un amor pasional, con deseo sensual y duradero. La palabra griega erota significa enamorado. Platón creó su propia definición. Aunque eros se siente inicialmente por una persona, con la contemplación se convierte en una apreciación de la belleza que existe dentro de esa persona, o incluso llega a ser la apreciación de la belleza en sí misma. Eros ayuda al alma a recordar el conocimiento de la belleza y contribuye a la comprensión de la verdad espiritual. Los amantes y los filósofos están todos inspirados para la búsqueda de la verdad por medio de eros. Algunas traducciones lo muestran como «amor del cuerpo».
  • Philia (φιλία philía), un amor virtuoso desapasionado, fue un concepto desarrollado por Aristóteles. Incluye la lealtad a los amigos, la familia y la comunidad, y requiere virtud, igualdad, y familiaridad. Philia está motivado por razones prácticas; una o ambas partes se benefician de la relación. También puede significar «amor de la mente».
  • Storge (στοργή storgē) es un afecto natural, como aquel que sienten los padres por sus hijos.
  • Xenia (ξενία xenía), hospitalidad, era una práctica extremadamente importante en la Antigua Grecia. Era una amistad casi ritualizada formada entre un anfitrión y su huésped, quienes podían haber sido previamente desconocidos. El anfitrión alimentaba y proporcionaba alojamiento al huésped, de quien se esperaba recompensa únicamente con gratitud. La importancia de este amor puede verse a través de toda la mitología griega, en particular, en la Ilíada y la Odisea de Homero.

Reseña mitológica sobre el amor: el mito del andrógino

En la mitología griega, eran tres los sexos: lo masculino era en un principio descendiente del sol; lo femenino, de la tierra, y lo que participaba de ambos, de la luna. Estos tres sexos, y su manera de avanzar, eran, precisamente como la luna, circulares. Así pues, eran terribles por su fuerza y su vigor y tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Ante esta situación, Zeus y los demás dioses deliberaron, y se encontraron ante un dilema, ya que no podían matarlos o hacer desaparecer su raza fulminándolos con el rayo como a los gigantes —porque entonces desaparecerían los honores y sacrificios que los hombres les tributaban—, ni permitir que siguieran siendo altaneros.

Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: «Me parece que tengo una estratagema para que continúen existiendo estos seres y al mismo tiempo dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo —continuó— voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber aumentado su número». Así pues, Zeus llevó a cabo su plan, y una vez que la naturaleza de estos seres quedó cortada en dos, cada parte empezó a echar de menos a su mitad, a reunirse con ella y rodearla con sus brazos, a abrazarse la una con la otra anhelando ser una sola por naturaleza. Desde entonces, el amor de unos a otros es innato en los hombres y mujeres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Por eso, cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos a separarse.

De El Banquete de Platón.

Cultura árabe

En árabe, que es una lengua muy rica en palabras sinónimas, existen numerosos sinónimos de la palabra «amor». Entre ellos, se encuentran: «Al Hobb» («el amor») , «Al Mawadda» («el afecto»), «Al ‘ishq» (una muy fuerte pasión), «Al Hayâm» (amor que llega a la locura), «As·sabâba» (ternura de la pasión), «Ash·shawq» (inclinación por amor hacia otra persona o algo concreto), «Al-Hawâ» (amor que domina el corazón), «Ash·shahwa» (amor mezclado con deseo), «Al Waÿd» (amor muy intenso), «Al-Gharâm» (amor que domina a la persona, y la pasión que tortura), «At-tîm» (llegar a la locura de tanto amor, amor que domina completamente a la persona).[48]

El amor se manifiesta en diversos círculos: El amor hacia Al·lâh, El amor hacia el Mensajero de Al∙lâh, El amor del musulmán hacia el musulmán, El amor dentro de la familia musulmana, El amor hacia el no musulmán, El cariño entre el gobernante y el gobernado.[48]

En un tercer círculo figura el amor entre los musulmanes; este amor se cristaliza en el intercambio de sentimientos de afecto sincero y en traducirlo en dichos y hechos, en lo malo y en lo bueno. Es una relación íntima y estrecha en la que los corazones y los espíritus se sienten atraídos unos hacia otros; de este modo, se consigue la satisfacción y el goce del amor entre las partes que están en armonía.[48]

Ibn Al Qayyem enumera los tipos de amor en el marco social diciendo: «Entre ellos figura el amor que se manifiesta en un acuerdo acerca de una manera, una religión, una doctrina o un método, una proximidad, un producto o un objetivo. Existe también el amor con el objetivo de lograr algún beneficio del amado, de su potencia, riqueza, educación o para satisfacer un deseo. Este tipo es efímero y acaba una vez que se haya logrado el objetivo. El que te ama para lograr una meta, te abandona al conseguirla. El amor armonioso o el que emana de un acuerdo entre dos personas es duradero y sólo acaba cuando ocurre algo que ponga fin a este amor. El amor de gran afecto es: “una aprobación espiritual y una combinación entre las almas”».[78]

Cultura turca (chamánica e islámica)

En turco, la palabra «amor» aparece con varios significados. Una persona puede amar a un dios, a una persona, a sus padres, o a la familia. Pero esa persona sólo puede «amar» (aşk) a una persona del sexo opuesto. Los turcos usaban esta palabra solamente para sus amores en un sentido romántico o sexual, que indicasen un enorme encaprichamiento. Esta palabra también es común para las lenguas turcas, tales como el azerbaiyano (eşq) y el kazajo (ғашық).

Antigua Roma (latín)

Agnolo Bronzino, Alegoría del triunfo de Venus, hacia 1540-1545. Londres, The National Gallery. El amor representado por los dos dioses acompañados por los «celos» (centro-izquierda), el «engaño» (centro-derecha), la «necedad» (arriba a la izquierda) y el «tiempo» (arriba a la derecha).

El idioma latín tiene varios verbos diferentes que se corresponden con la palabra española «amor».

  • Amāre es la palabra básica para «amar», y aún lo es en el italiano actual. Los romanos la usaban tanto en un sentido afectivo como en un sentido romántico o sexual. De este verbo deriva amans —un amante, amador, «amante profesional», generalmente con la noción accesoria de lujuria— y amica, «novia», palabra generalmente usada de forma eufemística para una prostituta. El nombre correspondiente es amor, que también se usaba en la forma plural para indicar enredos amorosos o aventuras sexuales. La misma raíz produce además amicus —«amigo»— y amicitia, «amistad» (por lo general basados en el provecho mutuo, y correspondientes a veces más exactamente a «deuda» o «influencia»). Cicerón escribió un tratado llamado Sobre la amistad (De amicitia), que discute la noción hasta cierta profundidad. Ovidio escribió una guía para las relaciones amorosas llamada Ars Amatoria que trata en profundidad el amor desde las relaciones extramaritales hasta los padres sobreprotectores.
En latín a veces se usaba amāre con el sentido que damos en español a «gustar». Esta noción, no obstante, se expresa de forma mucho más generalizada con placere o delectāre, que son de uso más coloquial, siendo el último usado frecuentemente en la poesía amorosa de Catulo.
  • Diligere a menudo presenta la noción de «tener afecto por», «estimar», y raramente, si no nunca, se usaba para el amor romántico. Esta palabra sería apropiada para describir la amistad de dos hombres. El nombre correspondiente, diligentia, sin embargo, tiene el significado de «diligencia» o «dedicación», y tiene cierta superposición semántica con el verbo.
  • Observare es un sinónimo de diligere; este verbo y su correspondiente nombre, observantia, denotan a menudo «estima» o «afecto».
  • Caritas se corresponde con el griego agape (empatía, altruismo), y se usó en traducciones de la Biblia cristiana al latín con el significado de «amor caritativo»; este significado, no obstante, no se ha hallado en la literatura clásica romana pagana. Como resultado de la combinación con una palabra griega, no existe el verbo correspondiente.
  • Cupiditas se corresponde con el término griego eros (deseo sexual).
  • Algunas terminologías vulgares en español, como por ejemplo filito, originado de filia, generan jerarquías de seriedad o duración de la pareja.

Cultura anglosajona

En la cultura anglosajona la palabra «amor» (love) presenta, al igual que en español, múltiples significados. Pero, a todos aquellos que existen en el mundo hispanohablante, los angloparlantes añaden un significado adicional, más relacionado con el simple gusto por algo: I love dancing (literalmente, «amo el baile») corresponde en español a «me encanta bailar» o «me gusta mucho bailar»; he's a great actor, I love him (literalmente, «es un gran actor, le amo») corresponde a «es un gran actor, me encanta», o «es un gran actor, me gusta mucho».[79] El psicoanálisis sitúa al amor como un comportamiento narcisista, de tal modo que el amor interpersonal es realmente amor a uno mismo en última instancia. En Estados Unidos, el psicoanálisis ha ocupado durante el siglo XX un lugar preponderante en el ámbito de la psicología, aunque actualmente existe una dura pugna entre sus detractores y defensores, que se conoce como the Freud wars. La cultura del psicoanálisis se ha extendido ampliamente por otros países, y actualmente los dos países que más se resisten a la extinción de esta corriente psicológica son Francia y Argentina.[80]

Véase también

Notas y referencias

  1. Fromm, Eric; "The Art of Loving", Harper Perennial (1956), Original English Version, ISBN-10: 0060958286 ISBN-13: 978-0060958282
  2. Fromm, Eric; "The Art of Loving", Harper Perennial (1956), Original English Version, ISBN-10: 0060958286 ISBN-13: 978-0060958282
  3. Kristeller, Paul Oskar (1980). Renaissance Thought and the Arts: Collected Essays. Princeton University. ISBN 0-691-02010-8. 
  4. Mascaró, Juan (2003). The Bhagavad Gita. Penguin Classics. ISBN 0-140-44918-3.  (J. Mascaró, translator)
  5. Helen Fisher. Why we love: the nature and chemistry of romantic love. 2004.
  6. Eduardo Punset. El alma está en el cerebro. 2007. Ed. Aguilar. ISBN 978-84-663-1031-4.
  7. a b c Richard Dawkins. El gen egoísta. 1993. Volumen 5. ISBN 84-345-8885-4.
  8. Eduardo Estrada. «El transhumanismo y la singularidad tecnológica».
  9. Guatama Buddha. The Dhammapada. Translated by Irving Babbitt.
  10. a b Redes 60: La ciencia de la compasión. Entrevista a Matthieu Ricard realizada por Eduardo Punset. Programa emitido el 16 y 19 de mayo de 2010.
  11. a b Is Buddhism good for your health? Artículo por Stephen S. Hall para The New York Times Magazine, 14 de septiembre de 2003.
  12. The Aristocratic Principle in the Political Philosophy of Leibniz. DJ Den Uyl - Journal of the History of Philosophy, 2008 - muse.jhu.edu.
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  14. José-Vicente Bonet. Sé amigo de ti mismo: manual de autoestima. 1997. Ed. Sal Terrae. Maliaño (Cantabria, España). ISBN 978-84-293-1133-4.
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  17. Ayn Rand. The virtue of selfishness.
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  19. Fernando Rodríguez Genovés. «Ayn Rand en Manhattan. Un doble homenaje en septiembre»: «Ayn Rand al cumplir los 100» (David Boaz). 15 de junio de 2005.
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  25. Werner Sombart. Lujo y capitalismo. 1928.
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  47. Nuevo Testamento. Epístolas - Primera epístola de San Juan: Dios es amor (4:7 - 4:21)
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  51. TSQ, Sura 21, Al-Anbiyâ´ «Los Profetas»: Aleya 107
  52. TSQ, Sura 5, Al-Mâ´ida «La Mesa Servida»: Aleya 82
  53. TSQ, Sura 60, Al-Mumtahana «La Examinada»: Aleya 8
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  73. Experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) de Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, citada por Javier Sampedro El amor es química... y algo de amistad. Las hormonas definen el calendario amatorio: la testosterona dispara el deseo y la oxitoscina mantiene la fidelidad, El País 18/01/2009.
  74. Cheroky Mena Covarrubias. «Una óptica humanista y conductista de la sustentabilidad».
  75. En su caso, se trata de un tipo particular de amor: el «amor imposible» encarnado por una mujer lejana o un caballero que ha partido a las cruzadas.
  76. Kay, Paul (March 1984). «What is the Sapir-Whorf Hypothesis?». American Anthropologist. New Series 86 (1):  pp. pp. 65–79. doi:10.1525/aa.1984.86.1.02a00050. 
  77. Artículo en Página|12.
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  79. Entrada love en Word Reference.
  80. «El psicoanálisis va a desaparecer, dice Mikkel Borch-Jacobsen». Artículo de Luisa Corradini para el periódico argentino La Nación (14 de septiembre de 2005).

Bibliografía relacionada

  • Agustín García Calvo (1984), El amor y los 2 sexos. Del tiempo de amor y olvido. Editorial Lucina, Zamora. (2.ª ed. 1991).
  • José Pedro Manglano Castellary (2007). El amor y otras idioteces. Editorial Planeta. ISBN 978-84-08-07567-7. 
  • Conchita Ramón Delgado. Diccionario del amor. 1936. Gráficas "RECORT", Barcelona.

Enlaces externos

FILOSOFÍA19: VEÁMOS COMO EN CASTELLANO LA PALABRA "PODER" SE ASOCIA CON "CAPACIDAD" Y "SER CAPAZ DE", ESTUDIEMOS LA PALABRA "PODER" EN OTROS IDIOMAS.

 

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

poder 1

  1. m. Dominio,facultad y jurisdicción que uno tiene para mandar o ejecutar una cosa:
    poder para contratar personal.
  2. Fuerza,vigor,capacidad:
    poder de convicción.
  3. Posesión actual o tenencia de una cosa:
    tiene las llaves en su poder.
  4. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado:
    los monarcas absolutos acumulaban todo el poder.
  5. Facultad que alguien da a otra persona para que,en lugar suyo y representándole,pueda ejecutar una cosa. Más en pl.:
    le dio poderes para acceder a su cuenta bancaria.
  6. pl. Facultades,autorización para hacer una cosa:
    dio a su administrador poderes para gestionar su hacienda.
  7. poder absoluto Despotismo.
  8. poder adquisitivo Posibilidades económicas de una persona,capacidad que tiene para adquirir bienes o servicios.


Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

poder 2

  1. tr. Tener capacidad para hacer algo:
    solo él puede arreglarlo.
  2. Tener facilidad,tiempo o lugar de hacer una cosa:
    ¿puedes venir?
  3. Ser lícito hacer una cosa. Más en frases neg.:
    aquí no se puede aparcar.
  4. Vencer a una persona,ser más fuerte que ella:
    mi hermano te puede,y si te metes conmigo te pegará.
  5. intr. impers. Ser contingente o posible que suceda una cosa:
    puede que vaya.
  6. a o hasta más no poder loc. adv. Todo lo posible:
    llovía a más no poder.
  7. no poder más loc. Estar sumamente fatigado o no tener tiempo y lugar suficientes para abarcar lo que se está haciendo:
    no puedo más,voy a descansar un rato.
  8. poderle algo a alguien loc. Ser alguna cosa demasiado intensa para poder vencerla:
    le puede la curiosidad.
  9. ¿se puede? loc. Expresión con que se pide permiso para entrar en un lugar.
    Irreg. Véase conj. modelo.


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abatir - absolutismo - absoluto - absorbente - abundancia - abuso - acomodación - administrar - adopción - agente - alargadera - albarán - alimenticio - alma - alternancia - ambición - aniquilador - ansia - antepecho - antidetonante - apartadero - apoderado - apoderar - arañar - armado - armamentismo - arribismo - arribista - arrollar - asegurar - atalaya - atropellar - atropello - autoconfianza - autocracia - autócrata - autorización - autorizar - avidez - bajada - bastantear - bastanteo - bicameral - caber - cacho - decreto - definición - delegar - deliberante - monarquía
Diccionario de sinónimos y antónimos © 2005 Espasa-Calpe:

poder

  • mando, poderío, dominio, autoridad, jurisdicción, potestad, preponderancia, supremacía, pujanza, señorío
    • Antónimos: sumisión, subordinación
  •  
  • potencia, fuerza, vigor, energía, empuje
    • Antónimos: incapacidad, impotencia
  •  
  • permiso, autorización, licencia, concesión, prerrogativa, privilegio
  • lograr, conseguir, obtener, alcanzar, permitirse
  • valer, ser capaz


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poder1.

(Del lat. *potēre, formado según potes, etc.).

 

1. tr. Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo.

2. tr. Tener facilidad, tiempo o lugar de hacer algo. U. m. con neg.

3. tr. coloq. Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpo. Puedo A Roberto.

4. intr. Ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle. En la discusión me puede. U. t. en sent. fig. Me pueden sus impertinencias.

5. intr. Ser contingente o posible que suceda algo.

MORF. U. solo en 3.ª pers. Puede que llueva mañana.

 

 

MORF. Conjug. modelo.

a más no ~.

1. loc. adv. U. para explicar que alguien ejecuta algo impelido y forzado y sin poder excusarlo ni resistirlo.

2. loc. adv. Todo lo posible.

3. loc. adv. no poder más.

hasta más no ~.

1. loc. adv. a más no poder (todo lo posible). Alabar una cosa hasta más no poder.

no ~ alguien consigo mismo.

1. loc. verb. Aburrirse, fastidiarse aun de sí propio.

no ~ con alguien.

1. loc. verb. No poder sujetarlo ni reducirlo a la razón.

2. loc. verb. coloq. Sentir repugnancia hacia alguien o algo. No puedo con la sidra.

no ~ más.

1. loc. verb. Tener precisión de ejecutar algo.

2. loc. verb. Estar sumamente fatigado o rendido de hacer algo, o no poder continuar su ejecución.

3. loc. verb. No tener tiempo y lugar suficientes para concluir lo que se está haciendo.

no ~ menos.

1. loc. verb. Ser necesario o preciso.

no ~ parar.

1. loc. verb. Tener gran desasosiego o inquietud por causa de un dolor o molestia.

no ~se tener alguien o algo.

1. loc. verb. Tener gran debilidad o flaqueza.

no ~se valer alguien.

1. loc. verb. Hallarse en estado de no poder remediar el daño que le amenaza o evitar una acción.

2. loc. verb. No tener expedito el uso de un miembro.

no ~se valer con alguien.

1. loc. verb. No poder reducirlo a su intento o a lo que debe ejecutar.

no ~ tragar a alguien.

1. loc. verb. Tenerle aversión.

no ~ ver a alguien.

1. loc. verb. Aborrecerle.

no ~ ver a alguien pintado, o ni pintado.

1. locs. verbs. Aborrecerle con tanto extremo, que ofende el verle u oírle.

~ alguien leer.

1. loc. verb. desus. poder poner cátedra.

por lo que pudiere tronar.

1. loc. verb. Por lo que sucediere o acaeciere. Se usa cuando alguien se previene o trata de prevenirse contra un riesgo o contingencia.

puede que.

1. loc. adv. Acaso, quizá. Puede que llueva. Puede que venga.

¿se puede?

1. expr. U. para pedir permiso de entrada en un sitio donde hay alguien.




Ver artículo enmendadopoder2.

 

 

1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.

2. m. Gobierno de un país.

3. m. Acto o instrumento en que consta la facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar algo. U. m. en pl.

4. m. Posesión actual o tenencia de algo. Los autos están en poder del relator

5. m. Fuerza, vigor, capacidad, posibilidad, poderío.

6. m. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado.

~ absoluto.

1. m. despotismo.

~ adquisitivo.

1. m. Capacidad económica para adquirir bienes y servicios.

~ arbitrario.

1. m. despotismo.

~ constituyente.

1. m. El que corresponde a la soberanía popular para organizarse, dictando y reformando sus Constituciones.

~ de resolución.

1. m. Fís. Capacidad de un instrumento para representar o hacer perceptibles las imágenes o señales de dos sucesos u objetos próximos en el espacio o en el tiempo.

~ ejecutivo.

1. m. El que tiene a su cargo gobernar el Estado y hacer observar las leyes.

~ espiritual.

1. m. El que emana de una autoridad religiosa.

~ fáctico.

1. m. El que se ejerce en la sociedad al margen de las instituciones legales, en virtud de la capacidad de presión o autoridad que se posee; p. ej., la banca, la Iglesia, la prensa.

~ judicial.

1. m. El que ejerce la Administración de Justicia.

~ legislativo.

1. m. Aquel en que reside la potestad de hacer y reformar las leyes.

2. m. En los países democráticos, Parlamento o asamblea legislativa.

~ liberatorio.

1. m. fuerza liberatoria.

~ moderador.

1. m. El que ejerce un jefe de Estado que no tiene poder ejecutivo.

2. m. El que desempeñan los presidentes de las instituciones sociales.

~ separador.

1. m. Fís. poder de resolución.

~ temporal.

1. m. Gobierno de un Estado, por oposición al poder espiritual.

2. m. El que tenían los papas como jefes de los Estados Pontificios.

~es públicos.

1. m. pl. Conjunto de las autoridades que gobiernan un Estado.

a ~ de.

1. loc. prepos. p. us. a fuerza de. A poder de ruegos logró su intento

caer bajo el ~ de alguien.

1. loc. verb. coloq. Estar sujeto a su dominio o voluntad.

caer alguien en ~ de las lenguas.

1. loc. verb. ant. Exponerse, dar motivo a que se hable mal de él con libertad.

de ~ a ~.

1. loc. adv. U. para dar a entender que algo se ha disputado o contendido de una parte y otra con todas las fuerzas disponibles para el caso. Los ejércitos dieron la batalla de poder a poder

2. loc. adv. Taurom. U. para expresar que, en la suerte de banderillas, el diestro provoca la arrancada de la res avanzando hacia ella.

hacer un ~.

1. loc. verb. coloq. U. para incitar a esforzarse a quien se excusa de hacer algo que le mandan.

~ de Dios.

1. loc. interj. U. para exagerar el mérito, grandeza o abundancia de algo.

por ~.

1. loc. adv. Con intervención de un apoderado. Casarse por poder

V.

exceso de poder

residuo del poder



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FILOSOFÍA19: EN ESTA PÁGINA SE PRODUJO UN DESARROLLO O TRANSFORMACIÓN DE LAS IDEAS Y DE LAS TEORÍAS, UNA EVOLUCIÓN, AL TIEMPO QUE COGIMOS MÁS INTELIGENCIA. ¿PODREMOS LLEGAR A CONTROLAR ESTE TIPO DE EVOLUCIÓN? EN PRINCIPIO RECOJAMOS VOCABULARIO RELACIONADO CON LA PALABRA "EVOLUCIÓN".


 

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

evolución

  1. f. Desarrollo gradual, crecimiento o avance de las cosas o de los organismos:
    evolución mental, de las especies.
  2. Cambio de conducta, de propósito o de actitud:
    evolución positiva de comportamiento.
  3. Desarrollo o transformación de las ideas o de las teorías:
    evolución tecnológica.
  4. pl. Conjunto de movimientos, giros, ejercicios de alguien o algo:
    los caballos hicieron varias evoluciones por la pista del circo.
  5. evolución biológica Proceso continuo de cambio en los seres vivos, mediante modificaciones progresivas, por el cual se ha producido, a lo largo de las eras geológicas, la enorme variedad de formas y especies vegetales o animales, actuales y extintas.


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abortivo - analógico - asimilar - astrofísico - asturleonés - controlar - cosmología - culto - curso - darwinismo - diacronía - diacrónico - era - escalón - evolucionismo - evolutivo - fosilización - geomorfología - gótico - gramático - historia - indoeuropeo - jalonar - lateralizar - memorando - mineralogía - monoptongación - morfogénesis - morfología - navarroaragonés - neodarvinismo - observar - patrimonial - progresión - seleccionismo - semicultismo - trayectoria
Diccionario de sinónimos y antónimos © 2005 Espasa-Calpe:

evolución

  • transformación, desarrollo, crecimiento, progreso, cambio, proceso
  • movimiento, maniobra, marcha, despliegue


evolución’ también aparece en estas entradas

evolución.

(Del lat. evolutĭo, -ōnis).

 

1. f. Acción y efecto de evolucionar.

2. f. Desarrollo de las cosas o de los organismos, por medio del cual pasan gradualmente de un estado a otro.

3. f. evolución biológica.

4. f. Movimiento de una persona, animal o cosa que se desplaza describiendo líneas curvas. U. m. en pl.

5. f. Movimiento que hacen las tropas o los buques, pasando de unas formaciones a otras para atacar al enemigo o defenderse de él.

6. f. Mudanza de conducta, de propósito o de actitud.

7. f. Desarrollo o transformación de las ideas o de las teorías.

8. f. Cambio de forma.

9. f. Fil. Doctrina que explica todos los fenómenos, cósmicos, físicos y mentales, por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera, sometida a perpetuo movimiento intrínseco, en cuya virtud pasa de lo simple y homogéneo a lo compuesto y heterogéneo.

~ biológica.

1. f. Proceso continuo de transformación de las especies a través de cambios producidos en sucesivas generaciones.



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FILOSOFÍA19: LO QUE NECESITAMOS SON DESCRIPCIONES LO MÁS DETALLADAS QUE SE PUEDA, SOBRE TODO TIPO DE TEMAS Y PERSONAS O RAZAS. TAMBIÉN SOBRE LAS COSAS Y SOBRE LOS OBJETOS. ¿NO LE PARECE QUE TENEMOS QUE CONOCER QUIÉN ES QUIÉN Y LA REALIDAD QUE NOS RODEA? La descripción consiste en la representación mediante el lenguaje de personas, objetos, lugares o procesos.

Descripción

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Para la figura, véase Écfrasis.
 
GEORGE BUSH
PENÉLOPE CRUZ

La descripción consiste en la representación mediante el lenguaje de personas, objetos, lugares o procesos.

Contenido

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[editar] Clasificación de descripciones

Tipos de Descripcion:

—Descripción Denotativa: Es una Descripción objetiva y el Autor tiene una actitud ajustada al objeto, eliminando al máximo sus opiniones personales, enumera con precisión, los rasgos que definen lo escrito. La función predominante del lenguaje es la referencia y se encuentra en textos como los de carácter científico. —Descripción Connotativa: La Actitud personal del autor muestra los sentimientos o emociones que dicho objeto sugiere al sujeto que describe .Suele utilizar un lenguaje poético (figuras literarias). La Función del lenguaje que predomina es la Función Poética. Corresponde a una descripción subjetiva

 

[editar] De acuerdo al lenguaje

  • Científico: Se informa con un lenguaje preciso y objetivo lo que se percibe.
  • Literario: Informa sobre lo que se ve, pero utiliza el lenguaje para producir impresión de belleza y placer estético.
  • Coloquial: es en la que se utiliza el lenguaje común.

[editar] De acuerdo al objeto

  • Topografía:Describe paisajes, descripción de un lugar.

Ejemplo de Topografía:

El despacho de Cortabanyes estaba en una planta baja en la calle de Caspe. Constaba de un recibidor, una sala, un gabinete, un trastero y un lavabo. Las de la casa las había cedido Cortabanyes al vecino, mediante una indemnización. Lo reducido del local le ahorraba gastos de limpieza y mobiliario. En el recibidor había unas sillas de terciopelo granate y una mesilla negra con revistas polvorientas. La sala estaba rodeada por una biblioteca sólo interrumpida por tres puertas, una cristalera de vidrio emplomado que daba al hueco de la escalera y una ventana de una sola hoja cubierta por una cortina del mismo terciopelo que las sillas y que daba a la calle.
Eduardo Mendoza, "La verdad sobre el caso Savolta"
  • Zoografía: Es la descripción de todo tipo de animales (perros,gatos,elefantes entre otros)
  • Cronografía:Es la descripción del tiempo o época en el que se realiza un hecho.

[editar] Descripción de personas (Caracterización)

  • - Prosopografía:Es la que describe los rasgos físicos de una persona.
  • - Etopeya:Es la que describe los rasgos morales y psicológicos de una persona.
  • - Retrato:Es cuando se combinan la prosopografía y la etopeya.
  • - Autorretrato:Es cuando la misma persona hace su retrato (se describe a si misma).
  • - Caricatura:Es cuando se exageran o ironizan los rasgos físicos o morales de una persona.
  • - Paralelo: Es una comparacion de dos personajes reales o inventados.

[editar] Fuentes