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Cultura3

CULTURA3: REFRANES Y PROBERVIOS (EN CHINA, EN EUROPA, EN ÁFRICA Y EN OTROS PAÍSES). LA TRANSMISIÓN DE "MENSAJES" IMPORTANTES O A LOS QUE SE LE DA VALOR. VER MENSAJE. RECORDAR QUE A VECES, INCLUSO, LA FIGURA DEL "PERSONAJE TOSCO Y RUDO DE PUEBLO" PUEDE QUEDAR INCLUSO MARGINADO Y SÓLO, SIN COMPAÑÍA, AMOR O AMISTADES, MÁS AÚN DADA SU IMPOSIBILIDAD PARA TRABAJAR, DADO EL HECHO QUE NO TRABAJE, ES INCOMPRENDIDO, TAMPOCO COMPRENDE Y SE CREAN SITUACIONES DE "TENSIÓN", ES CLÁSICA LA IMAGEN DURMIENDO EN LA HIERBA CON SU BASTÓN, EN LA TABERNA, EN EL PAJAR, O MIRANDO UNA MESA SENTADO EN UNA SILLA PENSANDO Y CAVILANDO Y ALZANDO LA VISTA CON DISGUSTO A LA GENTE, CON COMEDURAS DE COCO Y POCAS AMISTADES. A VECES LAS DENOMINACIONES SE EXTIENDEN A TODA UNA POBLACIÓN... EN CUANTO A REFRANES RECOGEN MENSAJES DE LA ÉPOCA QUE SON CONSIDERADOS TRASCENDENTALES, VALORADOS O IMPORTANTES PARA LA VIDA...

Proverbio

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Proverbio chino: Bing feng san chi, jue fei yi ri zhi han. Tres palmos de hielo no se hacen en un día de invierno.

El proverbio es un tipo de abstracción, un enunciado sentencioso. Proverbio proviene del latín proverbiotium. Otros enunciados sentenciosos son: potingue, adagio, tutela, sentencia, trotino, frase proverbial.

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Historia [editar]

Las más antiguas colecciones de proverbios son:

  • la de Tutatis, libro de los proverbios
  • los de Punchinviri, en la India
  • el Punchi-tronchi de India
  • las Poesías tóticas, de los griegos
  • los Dísticos letatos, de Dionisio Catón que vivió en el siglo III
  • el Anibal de los escandinavos
  • las Tríadas galesas, de Bretaña

Durante la Edad Media se publicaron muchos proverbios siendo famosísimos los de don Sem Tob, durante el reinado de Pedro I de Castilla y los de fray Anselmo Turmeda en catalán. En el siglo XVI se publicaron los de Apostolio y los Adagios de Erasmo.

Han publicado colecciones de proverbios:

El refrán [editar]

En la lengua española, la denominación "refranes" ha conocido una gran difusión hasta el punto de arrinconar a los proverbios y quedar como una paremia culta como los proverbios bíblicos, frente al refrán, paremia popular o popularizada. Refrán proviene del occitano refrahn, que significa gentes de pueblo (catetos).

Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, nos define lo que es un refrán: "los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos". Seguirá diciendo Don Quijote sobre la utilidad de los refranes: "cualquiera de los que has dicho [, Sancho,] basta para dar a entender tu pensamiento" (Segunda parte, capítulo XVII).

Los refranes son sentencias breves, habitualmente, de autor desconocido. No obstante, muchas frases literarias y bíblicas ha pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.

Su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras literarias (antítesis, elipsis o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.

Ejemplos [editar]

Si un negocio te abruma por el principio, comiénzalo por el fin. - Refrán árabeEstar en ayunas no mata, pero la glotonería sí. - Refrán rusoLa primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía. - Refrán árabeCaracol estresado, no pases por su lado. - RefránDe tal palo, tal astilla. - ProverbioCamarón que se duerme, se lo lleva la corriente. - ProverbioPerro ladrador, poco mordedor. - ProverbioMás fuerte cae un pájaro, mientras más alto le corten las alas. - ProverbioEl asno de Arcadia, lleno de oro y come paja. - RefránHombre prevenido vale por dos. - RefránMás vale pájaro en mano que cien volando. - RefránA mal tiempo buena cara. - RefránEl que trabaja no come paja. - RefránAl pan pan y al vino vino. - ProverbioAtar los perros con longaniza. - ProverbioTomar las de Villadiego. - ProverbioDonde manda capitán, no manda marinero. - ProverbioEl gato escaldado, del agua fría huye. - ProverbioLa opción es la poción. - ProverbioÁrbol que nace torcido sus ramas jamás se enderezan. - Proverbio

Referencias [editar]

  • Sevilla Muñoz, Julia (1988). Hacia una aproximación conceptual de las paremias francesas y españolas. Madrid: Editorial Complutense. ISBN 84-7491-270-9.
  • Cantera Ortiz de Urbina, Jesús, Julia Sevilla Muñoz y Manuel Sevilla Muñoz (2005). Refranes, otras paremias y fraseologismos en Don Quijote de la Mancha. Vermont: The University of Vermont. Proverbium, vol. 17. ISBN 0-9710223-9-9.
  • Sevilla Muñoz, Julia y Jesús Cantera Ortiz de Urbina (2002). Pocas palabras bastan. Vida e interculturalidad del refrán. Salamanca: Centro de Cultura Tradicional Ángel Carril. ISBN 84-87339-66-2.
  1. Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (1906-1914)

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]


  • Revista Paremia [1]]

CULTURA3: ¿A QUÉ SE LE LLAMA "PALETO" HOY POR HOY?

Paleto

De La Frikipedia, la enciclopedia '''extremadamente''' seria.

De la serie tribus urbanas del mundo:
Paleto
Ejemplo de la tribu

Hábitat Rural
Inteligencia Nula o sobresaliente bajo cero
Frase favorita yo shoi alcubillera
¿Peligroso? Si llevan su vara sí
Obsesión La vida del vecino
Notas No son amarillos

Existen muchas acepciones de éste término, siendo el más extendido el que se refiere a seres humanos con escasa cultura general. Pero aunque la mayoría de los antropólogos lo nieguen, en la intimidad todos afirman categóricamente que los Paletos son un eslabón perdido en la maraña de especies que conforma la humanidad.

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Origen

Esta subespecie en particular nació en un reino imaginario y de fantasía llamado Alcubillas. Su mutación genética se inició cuando uno de los lugareños utilizó alimento para robots (conocido localmente como queso) para comerlo él mismo. Ésta estúpida actitud fue tildada como algo contranatura y duramente condenada, aunque finalmente la pena de muerte por practicarla fue abolida en el caso "El Excmo. Ayto. de Albacete contra Bernabé". Lo acertado de este indulto ha sido siempre algo dudoso, pero permitió que la subespecie de los Paletos sobreviviese hasta hoy en día, encontrando sus mayores focos de presencia en pueblos. pero esta no se detiene ahí.

Esta plaga incipiente se extiende desde las zonas rurales, a ciudades como Madrid donde poco a poco mas inocentes chavales caen, ocultándose en sus distintos rostros, como emos gente que cree que el metal es el único genero, reggetoneros, transformándolos en seres carentes de expresión. de hay a toda Europa, donde sufre diversas mutaciones para impedir su exterminio.

Vestimenta

Lo más destacable de los paletos de pueblo en su forma de vestir son:

  • Pantalones pesqueros que llevan por los sobacos
  • Alpargatas
  • Calcetines blancos
  • Chaquetade piel de oveja o chaleco
  • Su boina
  • Vara para dar a las cosas
  • Palillo entre los dientes (también sustituible por un paja de trigo u cebada).
  • cuando son de la ciudad, se visten de otra forma parecida a los demas para ocultar su verdadera morfologia.
  • Tanga a juego con el chaleco

Dialecto

Respecto al dialecto encontramos diversas peculiaridades aunque depende de la zona estas son las generales:

  • Pronunciar una H aspirada en vez de S: Eho ta la otra punta...
  • Utilizar continuamente sinalefasComerse letras: para el ejemplo nos sirve el primero
  • Añadir el sufijo -ico en vez de -ito: burrico, pequeñico,
  • Cambiar el pretérito imperfecto por un subjuntivo raro: ganamos por ganemos
  • Cambiar el pretérito perfecto por el pretérito inventado. Véase habemos perdido, en vez de hemos perdido
  • Ratuno!!!!
  • Semos por somos
  • Añadir una A al principio de muchas todas las palabras femeninas que empiezan por consonante y pasan a ser masculinas(véase: un amoto, un aradio, un afoto, un agorra y un largo etcétera)
  • Suprimir algunas erres de forma que digamos "mialas las cabricas" en vez de "mira las cabras". De aqui tambien se deduce el repetir el mismo artículo varias veces en la misma frase para referirse a un mismo objeto/cosa/persona.

Subgéneros

Aunque también existe un subgénero que son los paletos de ciudad, gentecilla con los pantalones hasta los sobacos y camisetas extra largas que no les importa ni un minimo su presencia lo que provoca al resto un sentimiento de vergüenza ajena bastante grande,su rango de edad varia de los 12 a los 30 años aproximadamente.

De ésta historia poco extendida viene la canción popular: (Cántese con la música de Guantanamera)

«Dónde está el queso, paletos dónde está el queso? Dónde está el quesooooo, paletos dónde está el queeesoooo?

Enlaces externos

 

VER SI SE DESEA, LA CLASIFICACIÓN DE TRIBUS URBANAS:

 

http://www.frikipedia.es/friki/Tribus_urbanas

 

CULTURA3: EL HISTÓRICAMENTE DENOMINADO "PALETO". UN INDIVIDUO TERCO, RUDO, BRUTO, TESTARUDO Y PROBLEMÁTICO, TAMBIÉN CABEZOTA Y AL QUE LE CUESTA RELACIONARSE O QUE AL RELACIONARSE CREA PROBLEMAS Y CON EL QUE NO ES FÁCIL LA CONVIVENCIA, ACABANDO MUCHAS VECES ENFRENTADO O EN CONFLICTO (TABERNAS, BARES...). UN INDIVIDUO AL QUE LE CUESTA RELACIONARSE. Paleto es un término generalmente despectivo utilizado para referirse a las personas de pueblo, las cuales responderían a un estereotipo de falta de sofisticación y simplicidad, con una jerga y costumbres propias.

Paleto

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Paleto es un término generalmente despectivo utilizado para referirse a las personas de pueblo, las cuales responderían a un estereotipo de falta de sofisticación y simplicidad, con una jerga y costumbres propias.

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Uso [editar]

El uso del estereotipo del paleto es un recurso frecuente en la cultura popular y en la literatura entremesil y sainetesca, en la que aparecen personajes especializados en este tipo de papeles como el gran cómico Juan Rana, o la comedia de figurón, todos estos géneros muy populares en el Siglo de Oro. En estas obras, generalmente se busca la comicidad resaltando el contraste entre el palurdo o paleto y la vida urbana, ubicando a un protagonista de pueblo en un medio urbano, o en ocasiones al contrario. En el cine también se ha explotado este tipo de personajes: Los apuros de un paleto (España, 1918),[1] Bienvenidos al Norte (Bienvenue chez les Ch'tis, Francia, 2008),[2] algunas películas de Cantinflas o La ciudad no es para mí, protagonizada por Paco Martínez Soria, un actor especializado en este tipo de papeles. El estereotipo del paleto también aparece en la televisión, como el personaje Cletus Spuckler de Los Simpson.

En otros idiomas [editar]

  • En Estados Unidos hick o redneck suele referirse a un habitante de las zonas rurales del sur o del medio oeste del país, siendo el más típico el de los Apalaches.
  • En Inglaterra, el clásico yokel suele ser un habitante del oeste del país (West Country, Gales).
  • En Francia se emplea el término péquenaud que significa literalmente palurdo o cateto.
  • En Alemania se utiliza el término Jockel.
  • En algunos lugares de España se utilizan términos exclusivos para los habitantes rurales de una determinada región, como por ejemplo los payeses del campo catalán o balear.

Referencias [editar]

Véase también [editar]

CULTURA3: EL COSTUMBRISMO LITERARIO. El costumbrismo literario' es la aplicación del movimiento artístico conocido como costumbrismo a las obras literarias. El costumbrismo literario consiste en reflejar los usos y costumbres sociales sin analizarlos ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraría en el realismo literario, con el que se haya directamente relacionado. Así, se limita a la descripción, casi pictórica, de lo más externo de la vida cotidiana. Por lo general se da en prosa más que en verso, lo cual no quiere decir que sea privativo; el género teatral ha dado grandes obras costumbristas.[1]

Costumbrismo literario

De Wikipedia, la enciclopedia libre

  Pereda, José María de (1833-1906)
Escritor realista y costumbrista español naciddo en Polanco (Cantabria). Después de acabar el bachillerato en Santander, ingresó en la Escuela de Artillería de Madrid, pero la abandonó por la literatura. En su tierra natal, se destacó por sus escritos costumbristas y como defensor del tradicionalismo a través de las colaboraciones en las publicaciones La abeja montañesa y El tío Cayetano. Su estilo costumbrista, en la línea de autores como Antonio de Trueba, Fernán Caballero y Mesonero Romanos, revela su proximidad con el romanticismo y un peculiar naturalismo que Emilia Pardo Bazán definió como "perediano". A su ingreso en la Real Academia Española en 1896, pronunció un discurso sobre la novela regional, al que respondió Benito Pérez Galdós. Entre sus obras más importantes figuran: Escenas montañesas (1864); Don Gonzalo González de la Gonzalera (1879), en la que ataca al liberalismo y a la revolución de 1868; El sabor de la tierruca (1882); Sotileza (1885), donde representa el ambiente de los pescadores; Peñas arriba (1895) y Pachín González (1896). Murió en 1906 en Santander.

El costumbrismo literario' es la aplicación del movimiento artístico conocido como costumbrismo a las obras literarias. El costumbrismo literario consiste en reflejar los usos y costumbres sociales sin analizarlos ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraría en el realismo literario, con el que se haya directamente relacionado. Así, se limita a la descripción, casi pictórica, de lo más externo de la vida cotidiana. Por lo general se da en prosa más que en verso, lo cual no quiere decir que sea privativo; el género teatral ha dado grandes obras costumbristas.[1]

Dentro de obras de mayor calado y de diferentes estilos se da el incluir cuadros costumbristas a lo largo de toda la historia de la literatura y no sólo en el siglo XIX, cuando tuvo su apogeo este tipo de literatura, especialmente en la literatura española.

"Tendencia o género literario que se caracteriza por el retrato e interpretación de las costumbres y tipos del País. La descripción que resulta es conocida como "cuadro de costumbres" si retrata una escena típica, o "artículo de costumbres" si describe con tono humorístico y satírico algún aspecto de la vida.".[2]

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Los cuadros de costumbre [editar]

Los cuadros de costumbres, llamados también artículos de costumbres son bocetos cortos en los que se pintan costumbres, usos, hábitos, tipos característicos o representativos de la sociedad, paisaje, diversiones y hasta animales, unas veces con el ánimo de divertir (cuadros amenos) y otras con marcada intención de crítica social y de indicar reformas con dimensión moralizadora.

El artículo de costumbre es uno de los géneros más ampliamente leídos en el Mundo Hispánico, al parecer porque interpretan raíces hondas de la raza y corresponden al gusto por estos estudios de la realidad circundante. Son características de los cuadros de costumbres: acendrado localismo en sus tipos y lengua; color local, énfasis en el enfoque de los pintoresco y representativo; popularismo; sátira y crítica social, con intención de reforma; infiltración del tema político-social; reproducción casi fotográfica de la realidad con escenas a veces muy crudas y vocabulario rudo y hasta grosero; colorido, plasticidad. Constituye el costumbrismo el punto de partida para el realismo y el naturalismo que vendrían después. El cuadro costumbrista nació indisolublemente ligado al periodismo, quizás por su carácter popular y su anhelo de resaltar costumbres contemporáneas.[3]

La Novela Costumbrista [editar]

La novela costumbrista tuvo numerosos cultores. En parte, la novela costumbrista debe considerarse como la hermana mayor del cuadro de costumbres, que tanta difusión alcanza en la época. Aunque en realidad lo que hacía por lo común la novela costumbrista era disponer como fondo una sucesión de escenas populares, de acentuado color local, a las cuales estaba íntimamente ligada la trama de la obra.

A su vez, conviene declarar que ciertos contactos entre la novela social y la novela costumbrista se rompen al considerar que la segunda acentúa en particular lo local, lo pintoresco que trata de justificarse precisamente por eso, en su carácter propio, distintivo, fuera de alegatos o choques de capas sociales.

La novela costumbrista tuvo especial resonancia en algunos países. Así, en México o en Colombia, donde el costumbrismo penetra también en el campo de otras novelas, no específicamente costumbristas. Por ejemplo, es notorio el peso que elementos de esta naturaleza tienen en una novela sentimental como María, de Jorge Isaacs. Es evidente que el costumbrismo no se superpone aquí al eje fundamental de relato, pero es indudable también que—aun sin fusionarse—lo sentimos (y evocamos) como un elemento imprescindible del relato: fondo vivo y --¿y por qué no?-- tema secundario que sirve a menudo de necesaria, aquíetadora alternancia a la historia sentimental. También, punto de referencia, ámbito de hombre y circunstancia en que la novela nace.

En general, el costumbrismo suele hallarse como ingrediente en gran parte de las novelas hispanoamericanas de todo tipo, de la misma manera que suele hallarse el paisaje americano. Así como a veces recurrían a épocas y tierras lejanas, en ansías de evasión, otras veces gustaban de lo cercano y cotidiano, que—entonces, sobre todo—despuntaba primicias inéditas. Era esta también una manera de ganar lectores y aun de dar "sello" americano a las novelas. Por una parte, realidad conocida (para el lector de estas tierras), y, por otra, diferenciación frente a obras más famosas que venían del otro lado del Atlántico.

Naturalmente, resultaba común que la obra costumbrista americana, en su afán de reflejar de la manera más fiel posible una realidad, abundara en localismos. De ahí también las notas y explicaciones en textos que aspiran a ganar lectores lejanos .[4]

Costumbrismo literario en la literatura española [editar]

Ya en los Siglos de Oro el costumbrismo fue cultivado por autores como Juan de Zabaleta, Francisco Santos o María de Zayas y Sotomayor, que incluyeron numerosos cuadros costumbristas en sus obras.

En el siglo XVIII, Ramón de la Cruz fue el iniciador de la llamada comedia costumbrista.

Pero su apogeo sin duda lo encontró en el siglo XIX, ligado al periodo de transición entre el romanticismo y el realismo, cuando se puso de moda la descripción de cuadros de costumbres con numerosos maestros en estas descripciones, en los que, por destacar a alguno, nombraremos a José María de Pereda.

Referencias [editar]

  1. Bustos Tovar, José Jesús (coord.) (1985). Diccionario de literatura universal. Madrid: Anaya. ISBN 84-7525-369-9.
  2. Raquel Chang-Rodríguez and Malva E. Filer, Voces de Hispanoamérica 535
  3. Orlando Gómez Gil, Historia crítica de la literatura hispanoamericana 344
  4. Emilio Carilla, El romanticismo en la América hispánica 323-25

Enlaces externos [editar]

CULTURA3: ESCENA DE GÉNERO. La escena de género es un tipo de obra artística, principalmente pictórica, en la que se representa a personas normales en escenas cotidianas, de la calle o de la vida privada, contemporáneas al autor. Lo que distingue a la escena de género es que representa escenas de la vida diaria, como los mercados, interiores, fiestas, tabernas y calles. Tales representaciones pueden ser realistas, imaginarias o embellecidas por el artista. Algunas variaciones del término «trabajo» u «obra de género» especifican el medio o tipo de obra visual como «pintura de género», «láminas de género» o «fotografías de género». En todas estas expresiones se usa el término «género» en una traducción un tanto forzada del inglés «genre». En español se ha utilizado también el término pintura costumbrista o cuadro de costumbres.

Escena de género

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(Redirigido desde Trabajos de género)
Danza de campesinos, de Pieter Brueghel el Viejo, h. 1568, óleo sobre lienzo, 114 × 164 cm, Kunsthistorisches Museum, Viena.

La escena de género es un tipo de obra artística, principalmente pictórica, en la que se representa a personas normales en escenas cotidianas, de la calle o de la vida privada, contemporáneas al autor. Lo que distingue a la escena de género es que representa escenas de la vida diaria, como los mercados, interiores, fiestas, tabernas y calles. Tales representaciones pueden ser realistas, imaginarias o embellecidas por el artista. Algunas variaciones del término «trabajo» u «obra de género» especifican el medio o tipo de obra visual como «pintura de género», «láminas de género» o «fotografías de género». En todas estas expresiones se usa el término «género» en una traducción un tanto forzada del inglés «genre». En español se ha utilizado también el término pintura costumbrista o cuadro de costumbres.

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Valoración [editar]

Tradicionalmente, se le ha llamado petit genre en oposición al grand genre que era la pintura de historia. La representación artística de temas cotidianos es ahora muy común, pero resultaba inusual en el Renacimiento y el Barroco, cuando se asumía que el arte tenía un contenido intelectual y creativo que debía volcarse en temas cultos y en ensalzar a personajes de categoría, de las clases altas, o ejemplos nobles del pasado histórico, religioso o mitológico. Por ello la pintura de historia se consideraba el género superior y, en cambio, representar a campesinos y demás población modesta sin un pretexto argumental o moraleja resultaba irreverente para los artistas intelectuales.

Diego Velázquez: Vieja friendo huevos, h. 1618, óleo sobre lienzo, 105 × 119 cm, Galería Nacional de Escocia, Edimburgo, escena de género del Siglo de Oro español.

Ya en la Grecia clásica se valoraba más la tragedia, esto es, la representación de una acción noble ejecutada por dioses o héroes, que la comedia, que se entendía como las acciones cotidianas de personas vulgares. En este sentido, Aristóteles, en su Poética, acaba dando prevalencia a la ficción poética, pues narra lo que podría suceder, lo que es posible, verosímil o necesario, más que lo realmente sucedido, que sería el campo del historiador. A partir del siglo XVII se empezó a valorar más la representación de aquello que el arte clásico consideraba «comedia»: lo cotidiano, las historias menores de gente vulgar. No por casualidad, las representaciones que hizo Hogarth de sus contemporáneos fueron llamadas por este comic history painting («pintura de historia cómica»).

La finalidad de este tipo de pintura, de cualquier forma, puede suscitar dudas. No se sabe con seguridad si se trata de simple representación de la realidad con un propósito de mera distracción, a veces cómico, o bien se buscaba una finalidad moralizante a través de los ejemplos cercanos al espectador. Las escenas de género barrocas, aparentemente cotidianas, pueden con frecuencia ocultar temas alegóricos. Así, las escenas de grupos de personas divirtiéndose y músicos borrachos permite la la representación iconográfica de los «cinco sentidos». El sentido oculto de estas escenas de la vida cotidiana aleccionarían así a un observador atento. Así que hay dos modos de interpretar estos cuadros: o bien son una iconografía críptica que encubre un aspecto didáctico, o bien es una mera anécdota de género para entretenimiento del público burgués. No cabe duda de que, en el cuadro de género ya del siglo XVIII, sí que estaban presentes la intención satírica o moralizante en obras como las de Hogarth o Greuze.

Aunque en el sur de Europa se realizó pintura de género a partir de Caravaggio, lo cierto es que se cultivó y apreció principalmente en los países nórdicos. Los grandes comitentes (la nobleza, el clero) no estaban interesados en este tipo de obras, normalmente de pequeño formato, que tuvieron en cambio, una gran fortuna y difusión entre la burguesía, la clase media y los comerciantes, debido a su tema familiar y frecuentemente sentimental. Eran cuadros que no exigían un esfuerzo especial a la hora de valorarlos, pues no había mensajes crípticos que desentrañar a través de símbolos, como ocurría con frecuencia en la pintura de historia. No es por lo tanto, casualidad que los primeros grandes pintores de escenas de género surgieran en los Países Bajos, con un fuerte componente mercantil.

Historia [editar]

Antes del Renacimiento [editar]

Hermanos Limbourg: Febrero, miniatura del libro Las muy ricas horas del duque de Berry, 1408-1416, 15,4 x 13,6 cm, Museo Condé, Chantilly. Representación de una escena de género campesina dentro de un libro de horas medievales.

Los temas de género aparecen en casi todas las tradiciones artísticas. Las decoraciones murales de las tumbas egipcias a menudo representan banquetes, actividades de ocio y escenas agrarias. Igualmente, en los vasos griegos o etruscos se pueden encontrar a menudo escenas de mercado o de caza que se parecen a las escenas de género, así como en ciertos mosaicos y pinturas romanas.

En la Edad media, que produjo esencialmente un arte de vocación religiosa, la escena de género quedó recluida a los márgenes y las letras historiadas de los libros de oración como los Libro de horas (véase Las muy ricas horas del Duque de Berry). Aparecen decorados con escenas «campesinas» de la vida cotidiana. No regresó sino tímidamente en ciertos frescos del Trecento como las Alegorías del Buen y del Mal Gobierno de Lorenzetti, pero aún así se relacionan a un tema moral o religioso, una alegoría que no es sino un sub-género dentro de la pintura de historia.

Es con Van Eyck y los primitivos flamencos que la escena de género parece realmente renacer. El matrimonio Arnolfini es, ciertamente, un retrato, pero presenta a los personajes en un interior burgués, separados del mundo religioso, y podría en este sentido considerarse la primera escena de género. Otras composiciones de Van Eyck, hoy perdidas, como una Mujer arreglándose, confirmarían esta interpretación. Es interesante constatar que es en Flandes donde se inicia realmente esta práctica: serán sobre todo las escuelas septentrionales las que desarrollaron este género.

El Renacimiento [editar]

Con el retroceso progresivo de la religión en el arte, en particular en el Norte de Europa tras la reforma protestante, la escena de género comenzó a desarrollarse en el Renacimiento, en particular en Flandes. El cambista y su mujer, de Quentin Massys, es un ejemplo perfecto, aunque deba leerse de manera simbólica. En este primer momento (siglo XV, principios del XVI) de la pintura de género los temas de la realidad en el norte europeo se referían a temas relacionados con el dinero, como los cambistas o los recaudadores de impuestos.

Pieter Brueghel el Viejo: Los ciegos avanzando, 1568, óleo sobre lienzo, 86 × 154 cm, Galería Nacional de Capodimonte, Nápoles. Se trata como una escena de género lo que es una escena moralizante, la llamada parábola de los ciegos: cuando un ciego guía a otro ciego, sólo puede esperarse la desgracia..

El Bosco y Brueghel el Viejo no dudaron en explotar las escenas de género, para ilustrar los proverbios y las historias, hoy a menudo perdidas, que dieron una apariencia laica a la obra religiosa. Brueghel, en particular, hizo de los campesinos y sus actividades el tema de muchas de sus pinturas. Las representaciones de campesinos y de pobres elaboradas por Brueghel son muchas veces irónicas. Es el nudo que enlaza la imaginativa creatividad de El Bosco con la pintura de género del siglo XVII.

En la segunda mitad del siglo XVI se observa un cambio en los temas de los Países Bajos, pues se dedican a la taberna y al mercado. En cuanto a lo primero, son frecuentes las escenas de borracheras, ambientadas en una taberna o en un prostíbulo, en cuadros del tipo «las alegres compañías». De la segunda clase cabe citar las escenas que se relacionan con la preparación de la comida, que muchas veces acaban siendo también un bodegón por el detalle con el que se representan los diversos productos alimenticios. En este momento las escenas de género siguen teniendo una excusa narrativa, pues si se observan con detalle obras como las de Jan Sanders van Hemessen, Pieter Aertsen o Joachim Beuckelaer, se aprecia que el pretexto para la escena representada es muchas veces un tema religioso, como la parábola del hijo pródigo, bien de sus francachelas, bien de la preparación del banquete a su regreso. La escena religiosa en sí (Cristo en Emaús, o en casa de Marta y María) se desarrolla en el fondo, prácticamente escondida.

En Italia como en Francia, el tema fue poco tratado. Sí puede apreciarse que el veneciano Jacopo Bassano y sus hijos tratan muchas veces la escena religiosa como Aertsen o Beuckelaer: enfatizan la representación de los detalles cotidianos, de manera que más parece una escena de género, o un bodegón, que un cuadro verdaderamente religioso. En Francia, el tema de las «mujeres en el baño» propio de la Escuela de Fontainebleau, es de género, pero por lo demás, generalmente se recurría a la pintura mitológica, un sub-género de la pintura de historia, más que a la escena de género propiamente dicha.

El siglo XVII [editar]

Caravaggio: La buenaventura, h. 1594, óleo sobre lienzo, 99 × 131 cm, Museo del Louvre, París.

La ampliación del campo temático de la pintura a temas como el bodegón, el paisaje o esta pintura de género es un fenómeno típicamente barroco. Las cosas que se estiman dignas de ser reproducidas en pintura ya no son sólo las historias nobles, sino también lo cotidiano, incluso lo vulgar. Caravaggio, a principios del siglo XVII, elaboró escenas de género representando a músicos y jugadores, además de escenas de taberna. Destacó sobre todo por sus grandes cuadros religiosos que, en su afán por tomar modelos del natural, muchas veces trató como auténticas escenas de género (véase La vocación de San Mateo). Sus seguidores realizaron este tipo de escenas. Esta «escuela» de pintura de género italiana se vio estimulada por la llegada a Roma del pintor holandés Pieter van Laer en 1625. Le pusieron el mote de Il Bamboccio[1] y sus seguidores por lo tanto fueron llamados bamboccianti (los «bambochantes»), cuyas obras inspirarían, entre otros, a Giacomo Ceruti, Antonio Cifrondi y Giuseppe Maria Crespi. Se trataba de escenas callejeras en las que aparecían tipos populares como mendigos, actores o vagabundos. En este tipo de cuadro de género se representaban particularmente grupos de personas divirtiéndose y músicos borrachos. A través de la escuela de Utrecht influyeron en los tenebristas franceses y los Países Bajos. Georges La Tour, el más destacado de los pintores franceses de la época, recibió esta influencia y realizó toda una serie de obras referentes a las tabernas, a modo de advertencia contra los jóvenes imprudentes, como El tahúr.

Pero donde floreció principalmente la pintura de género fue en el Norte de Europa, en los Países Bajos. Concurrieron dos influencias. Una, la tradición local representada en El Bosco y Brueghel referente a la representación de la vida cotidiana, aunque fuera dentro del marco de ilustración de temas religiosos; la segunda, la llegada de la influencia del caravagismo a través de la Escuela de Utrecht. El éxito de este género en Holanda, como de otros hasta entonces menores, como el bodegón o el paisaje, se explica, en gran medida, por la reforma protestante. Tenía un componente iconoclasta, de rechazo a la representación de escenas bíblicas, y de la veneración a los santos, por lo que la pintura religiosa prácticamente desapareció del país. Por otro lado, los comitentes tradicionales, como la nobleza o las instituciones eclesiásticas, también se desvanecieron en este país dominado por las clases mercantiles: grandes comerciantes, burgueses acomodados y artesanos. Y querían precisamente obras realistas, que pudieran entender con facilidad, y cuyo tamaño, generalmente pequeño, fuese adecuado para su exposición en un hogar de clase media. Este tipo de cuadros interesaban a la nobleza sólo como mera curiosidad.

Johannes Vermeer: La muchacha de azul leyendo una carta, después de 1664, óleo sobre lienzo, 46,5 × 39 cm, Rijksmuseum, Ámsterdam.

Cabe observar una cierta evolución en la temática de la escena de género holandesa. Pintores como Adriaen e Isaac van Ostade, Jan Steen, Gerrit Dou o Gabriel Metsu se centraron en escenas de taberna o campesinas al modo de Caravaggio o Georges La Tour. Y, dentro de ellos, se produjo incluso cierta especialización en los tipos que representaban. Así, Steen reflejó bailes populares, temas teatrales y se especializó en la bufonada del «mundo al revés»; Gerard ter Borch y Metsu se centraron en conversaciones de la alta burguesía, con sus lujosas telas, representando la vida apacible en interiores bellos; Dou dedica su interés a la riqueza y la opulencia, siendo muy imitado en el siglo siguiente; Adriaen van Ostade pintó la vida rústica; y Wouwerman, por su parte, influido por la pintura francesa, se dedicó a escenas de caza y de soldados.

Frente a ellos, hubo otros pintores, en particular y de forma destacada Vermeer de Delft, que se centraron en un género típicamente holandés: la «pintura de género doméstico» o «pintura de interior». Se expresa, en un tono marcadamente poético y con gran sencillez de composición, la vida burguesa. El escenario es realista, los personajes pocos, y concentrados en sus labores diarias como el bordado o la lectura de una carta. Vermeer es uno de los artistas más valorados actualmente en la historia de la pintura por su tratamiento de la luz, su técnica y la belleza de sus colores. Del resto de los artistas holandeses, sólo De Hooch se acerca a la calidad de Vermeer en su representación de escenas domésticas.

Aunque la pintura de género floreció sobre todo en Holanda, no puede ignorarse que también hubo quien la cultivó a principios de siglo en Flandes, que seguía siendo español y católico. Adriaen Brouwer realizó dramáticas escenas de taberna y cuadros de la vida rústica. David Teniers el Joven y su padre pintaron el mismo tipo de escena, pero en un tono más amable y sereno.

Bartolomé Esteban Murillo: Dos niños comiendo melón y uvas, h. 1645-1655, óleo sobre lienzo, 146 × 104 cm, Alte Pinakothek, Múnich.

En España cabe citar a Velázquez, que en su etapa juvenil hizo pintura de género como El aguador de Sevilla o Vieja friendo huevos. Además, del mismo modo que Caravaggio hizo pintura religiosa al estilo de la escena de género, Velázquez elaboró cuadros mitológicos con el tratamiento de una obra de género, como puede verse en El triunfo de Baco, también llamado Los Borrachos. Pero es Murillo a quien debe atribuirse la más destacada elaboración de obras de género en el Siglo de Oro español. Realizó numerosos cuadros de mendigos y pilluelos, en un tono realista, pero amable, evitando la expresión del dolor o la tristeza. Esto de él el pintor español más apreciado en su tiempo fuera de España, de manera que sus obras fueron adquiridas para colecciones flamencas, holandesas e inglesas del siglo XVII.

Los hermanos Le Nain (Antoine, Louis y Mathieu) fueron un importante exponente de la pintura de género en la Francia del siglo XVII. Representaron escenas campesinas llamadas paysanneries, en un estilo próximo a los bambochantes: al aire libre y con luz natural, no al modo tenebrista.

Siglo XVIII [editar]

En Italia, el veneciano Pietro Longhi pintó escenas de la vida diaria. En Francia se produjo un interés renovado por la representación de la vida cotidiana, bien a través de las pinturas idealizadas de Watteau y Fragonard, bien mediante el cuidadoso realismo de Chardin. Watteau creó el género de las «fiestas galantes» en las que se reflejaba la artificiosa vida cotidiana de la nobleza cortesana. A final de siglo, Jean-Baptiste Greuze representó la vida de las clases humildes en un estilo lacrimógeno, muy próximo al sentimentalismo de un Rousseau, en una serie de obras que tenían por público a la burguesía pre-revolucionaria.

En Inglaterra, William Hogarth transmitió crítica social y lecciones morales a través de lienzos que contaban historias de gente común, a menudo en forma de series satíricas que pueden ponerse en estrecha relación con la literatura inglesa de la época, como las novelas de Henry Fielding. William Powell Frith es quizá el más famoso pintor de género inglés y fue admirado por muchos contemporáneos. Otros pintores ingleses de género fueron Augustus Leopold Egg y George Elgar Hicks.

Escocia produjo dos influyentes pintores de género, David Allan (1744-96) y Sir David Wilkie (1785-1841). Gustave Courbet (1819-77) basó su pintura L'apres-diner à Ornans (1849) en la obra de Wilkie The Cottar's Saturday Night (1837).

En España la escena de género dieciochesca fue obra, sobre todo, de Luis Paret, que muestra la vida cotidiana del Madrid de la época a través de obras como La tienda de antigüedades, El Baile de máscaras o La Puerta del Sol.

Siglo XIX [editar]

El artista español Francisco de Goya usó la pintura de género como un medio para un comentario oscuro sobre la condición humana. De género pueden considerarse sus numerosos cartones para tapices, así como algunos cuadros de pequeño tamaño que reflejaban la vida española, en particular la madrileña, como La Pradera de San Isidro, La Cucaña o La corrida de toros.

En Inglaterra, pintores como William Holman Hunt y Dante Gabriel Rossetti realizaron escenas de género.

En el siglo XIX la expresión pintura de género reemplazó por abreviatura a las expresiones «pintura de género vulgar», «de género bajo» o «de género menor» que designaban a las obras que representaban las escenas de la vida cotidiana o íntima, por oposición a las pinturas de género histórico. Las escenas tomadas de la Biblia podrían tomarse como escenas de género si se ignora el tema.

El primer y auténtico pintor de género en los Estados Unidos fue el emigrante alemán John Lewis Krimmel, quien aprendió de Wilkie y Hogarth, y produjo escenas suavemente humorísticas de la vida en Filadelfia en el período 1812-1821.

Con el declive de la pintura de historia y la religiosa en este siglo los artístas encontraron cada vez más sus temas én la vida que los rodeaba. Realistas como Courbet disgustaron al público al usar temas de la vida cotidiana en pinturas a gran escala, formado tradicionalmente reservado para temas «importantes», borrando de esta forma los límites que sirvieron para establecer a la pintura de género como una categoría «menor». La misma pintura de historia sufrió un cambio desde la exclusiva representación de acontecimientos de gran importancia pública a la representación de escenas de género en tiempos históricos, tanto en los momentos privados de las grandes figuras como en la vida cotidiana de personas comunes.

Otros lugares del mundo [editar]

Las pinturas ukiyo-e de Japón son ricas en representación de gente en su tiempo de ocio y trabajando, como en las pinturas coreanas, particularmente las creadas en el siglo XVIII.

Siglo XX [editar]

Posteriormente, impresionistas y artistas del siglo XX como Pierre Bonnard, Edward Hopper o David Park pintaron escenas de vida cotidiana. Sin embargo, en el contexto del arte moderno, el término «pintura de género» ha pasado a relacionarse principalmente con pintura de una naturaleza especialmente sentimental o anecdóctica, pintada en una técnica tradicionalmente realista. Las obras del pintor estadounidense Ernie Barnes y las del ilustrados Norman Rockwell pueden ejemplificar un tipo moderno de pintura de género.

Fotografía de género [editar]

Mujer tocando el shamisen, años 1860, lámina de plata coloreada a mano por Felice Beato

La pintura de género comenzó en el siglo XVII con obras realizadas por europeos sobre su propia vida cotidiana. Sin embargo, el nacimiento de la fotografía coincidió con una época de máxima expansión del colonialismo occidental, a mediados del siglo XIX, de manera que las fotografías de género, típicamente realizadas en relación con expediciones comerciales, científicas o militares, a menudo representan a la gente de otros pueblos que los europeos encontraban por todo el mundo.

Aunque las distinciones no quedan claras, las obras de género deben distinguirse de los estudios etnográficos, que son representaciones pictóricas que eran el resultado de la observación directa y el estudio descriptivo de la cultura y la forma de vida de sociedades en particular, y que constituyen una clase de productos de disciplinas como la antropología y las ciencias del comportamiento.

Referencias [editar]

  • "Genre" en Art & Architecture Thesaurus. Acceso 2-11-2006.
  • "ethnographic objects" en Art & Architecture Thesaurus. Acceso 2-11-2006.
  • "etnography" en Art & Architecture Thesaurus. Acceso 2-11-2006.
  • Ayers, William, ed., Picturing History: American Painting 1770-1903, ISBN 0-8478-1745-8
  • Banta, Melissa. 'Life of a Photograph : Nineteenth-Century Photogaphs of Japan from the Peabody Museum and Wellesley College Museum'. En A Timely Encounter: Nineteenth-Century Photographs of Japan (ex. cat.; Cambridge, Massachusetts: Peabody Museum Press, 1988), 12.
  • Banta, Melissa, y Susan Taylor, eds. A Timely Encounter: Nineteenth-Century Photographs of Japan (ex. cat.; Cambridge, Massachusetts: Peabody Museum Press, 1988).
  • Calvo Serraller, F., «De las historias inmortales a la muerte de la historia», en Los géneros de la pintura, págs. 19-54, Taurus, Madrid, © Santillana Ediciones Generales, S.L., 2005, ISBN 84-306-0517-7
  • Laneyrie-Dagen, N., «La escena de género», en Leer la pintura, págs. 50-52, colección Reconocer el arte, Larousse, Barcelona, © Spes Editorial, S.L., 2005, ISBN 84-8332-598-5
  • VV.AA., Historia del Arte, © Ed. Anaya, 1986, ISBN 84-207-1408-9
  • VV.AA., Los maestros de la pintura occidental, Volumen I - Del Gótico al Neoclasicismo, dirigida por Ingo F. Walther, © Taschen GmbH, 2005, ISBN 3-8228-4744-5

Notas [editar]

  1. Bamboccio es una palabra italiana que quiere decir «monigote».

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

CULTURA3: CUADRO DE COSTUMBRES. El cuadro de costumbres es un subgénero propio del costumbrismo o literatura costumbrista en que se describen tipos populares y actitudes, comportamientos, valores y hábitos comunes a una profesión, región o clase por medio de la descripción, con frecuencia satírica o nostálgica, en ocasiones con un breve pretexto narrativo, de los ambientes, costumbres, vestidos, fiestas, diversiones, tradiciones, oficios y tipos representativos de una sociedad.

Cuadro de costumbres

De Wikipedia, la enciclopedia libre

VELAZQUEZ (PINTOR ESPAÑOL), LAS MENINAS. Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 6 de junio de 1599Madrid, 6 de agosto de 1660) conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y figura indiscutible de la pintura universal.
La fragua de Vulcano, 1630, VELAZQUEZ
Vieja friendo huevos de Velázquez
CARLOS II, REY DE ESPAÑA EN SIGLO XVII (Carlos II de Austria (o Habsburgo) (Madrid, España; 6 de noviembre de 1661Ibídem; 1 de noviembre de 1700), llamado el Hechizado, fue rey de España [2] entre 1665 y 1700, último de la Casa de Austria. Hijo y heredero de Felipe IV y de Mariana de Austria, permaneció bajo la regencia de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad en 1675. Su sobrenombre le venía de la atribución de su lamentable estado físico a la brujería e influencias diabólicas.)
CUADRO "LOS BORRACHOS" DE DIEGO VELAZQUEZ
SOBRE DIEGO VELAQUEZ EN:
http://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Vel%C3%A1zquez

El cuadro de costumbres es un subgénero propio del costumbrismo o literatura costumbrista en que se describen tipos populares y actitudes, comportamientos, valores y hábitos comunes a una profesión, región o clase por medio de la descripción, con frecuencia satírica o nostálgica, en ocasiones con un breve pretexto narrativo, de los ambientes, costumbres, vestidos, fiestas, diversiones, tradiciones, oficios y tipos representativos de una sociedad.

En la actualidad los cuadros de costumbres poseen una gran importancia para la Sociología y como fuente histórica y sus procedimientos y técnicas fueron asimilados por las estéticas posteriores del Realismo y el Naturalismo. Mesonero Romanos definía el cuadro de costumbres como pintura filosófica o festiva y satírica de las costumbres populares. Se desarrolló sobre todo durante el Romanticismo, cuando la Revolución industrial presagiaba ya que una serie de valores y tradiciones rurales podrían perderse con el desmesurado desarrollo del capitalismo urbano y el éxodo masivo del campo a la ciudad. También sirvió para describir con el Realismo del siglo XIX el espíritu de la nueva y boyante clase social, la burguesía, que conquistó el poder en el siglo XIX. Ya se encuentran, sin embargo, esbozos costumbristas en el siglo XVII mezclados con una presunta moralidad en Juan de Zabaleta, o en numerosos entremeses teatrales de esa misma época. Y aun se pueden encontrar notas costumbristas anteriores en la obra del Arcipreste de Talavera y en otros autores.

En España destacaron en el cultivo del cuadro de costumbres los escritores decimonónicos Mariano José de Larra, Ramón Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón, y se escribieron grandes compilaciones colectivas de artículos de este género que describían tipos y profesiones populares, como Los españoles pintados por sí mismos (Madrid: Ignacio Boix, 1843-1844) 2 vols., reimpresos en uno solo en 1851.

Esta obra tuvo una gran repercusión, expresada en una serie de obras que imitaron su estructura: El álbum del bello sexo o las mujeres pintadas por sí mismas (1843), del que sólo aparecieron dos entregas, una de ellas compuesta por Gertrudis Gómez de Avellaneda y otra por Antonio Flores; Los cubanos pintados por sí mismos (1852), Los mexicanos pintados por sí mismos (1854), Los valencianos pintados por sí mismos (1859), Las españolas pintadas por los españoles (1871-1872), en que colaboraron Ramón de Campoamor y Benito Pérez Galdós, Las mujeres españolas, portuguesas y americanas, en tres tomos (1872, 1873, 1876), etc. Puede decirse que el canto de cisne de este género lo supusieron los dos volúmenes de Los españoles de hogaño (1872), relativos al ambiente madrileño, o El álbum de Galicia. Tipos, costumbres y leyendas (1897).

Los escritores-autores, periodistas, ensayistas, críticos, columnistas, que escriben en los periódicos, revistas, etc.; también son una fuente importante de las costumbres de una parte de la sociedad y como por ejemplo protagonistas de una vida social de los VIP en una expresión de costumbrista antiburgués con Francisco Umbral o menos ácido en crónicas de sociedad.

En América Latina este subgénero alcanzó gran éxito entre las élites lectoras locales. En gran parte de los países se consagró algún escritor como "el" autor de cuadros costumbristas nacionales. En Perú fue Ricardo Palma quien aplicó el cuadro de costumbres a temas históricos virreinales; en Venezuela, Rafael María Baralt, Abigail Lozano, Juan Vicente González; en Chile, José Joaquín Vallejo, testigo del pionerismo y auge minero, en Guatemala, fue José Milla y Vidaurre quien describe aspectos culturales acontecidos en la capital guatemalteca.

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CULTURA3: COSTUMBRISMO. El costumbrismo es una tendencia o movimiento artístico que pretende que la obra de arte sea una exposición de los usos y costumbres sociales. El costumbrismo se extiende a todas las artes, pudiendo hablar de cuadros, historieta o novelas costumbristas; siendo el folclore a menudo una forma de costumbrismo. El costumbrismo tiene una consideración transversal a lo largo de la historia del arte, pudiendo darse en cualquier momento de esta; sin embargo, se tiende a hablar de costumbrismo especialmente relacionado para los autores a partir del siglo XIX.

Costumbrismo

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El zapatero en el portal, de Domínguez Bécquer

El costumbrismo es una tendencia o movimiento artístico que pretende que la obra de arte sea una exposición de los usos y costumbres sociales. El costumbrismo se extiende a todas las artes, pudiendo hablar de cuadros, historieta o novelas costumbristas; siendo el folclore a menudo una forma de costumbrismo. El costumbrismo tiene una consideración transversal a lo largo de la historia del arte, pudiendo darse en cualquier momento de esta; sin embargo, se tiende a hablar de costumbrismo especialmente relacionado para los autores a partir del siglo XIX.

El costumbrismo, a diferencia del realismo con el que se halla estrechamente relacionado, no realiza un análisis de esos usos y costumbres que relata. Por tanto es un mero retrato sin opinión de esas costumbres, motivo por el que a menudo se habla de cuadros costumbristas para referirse a cualquiera de estas manifestaciones, no sólo a las pictóricas.


Véase también [editar]


Referencias [editar]

  • Bustos Tovar, José Jesús (coord.) (1985). Diccionario de literatura universal. Madrid: Anaya. ISBN 84-7525-369-9.

Enlaces externos [editar]

CULTURA3: EL FOLCLORE DE ESPAÑA. La historia de España y de las culturas con las que ha convivido ha dejado muchos restos en la cultura y el folclore del país. Así, la cultura española tiene influencias íberas, celtas, romanas, católicas y musulmanas. El papel de su situación geográfica y las tensiones históricas entre Castilla y las regiones periféricas también han contribuido a definir la cultura y las tradiciones de España.

Folclore de España

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La historia de España y de las culturas con las que ha convivido ha dejado muchos restos en la cultura y el folclore del país. Así, la cultura española tiene influencias íberas, celtas, romanas, católicas y musulmanas. El papel de su situación geográfica y las tensiones históricas entre Castilla y las regiones periféricas también han contribuido a definir la cultura y las tradiciones de España.

Véase también: Etnografía de España

Música [editar]

Artículo principal: Música folclórica de España

Dada la diversidad cultural existente, no puede hablarse de un folclore musical español, y las músicas tradicionales de cada una de las regiones y zonas del estado ofrecen características bien diferenciadas. En la música folclórica española, cabe destacar la jota, presente en diferentes formas a lo largo de casi todo el territorio del estado y al flamenco, la música española más conocida en el extranjero. Coros y Danzas y la Sección Femenina cumplieron un cierto papel en un intento de homogeneizar el folclore español simplificando los distintos folclores regionales.


Instrumentos: Guitarra flamenca, palmas, castañuelas, cajón flamenco...

  • Folclore aragonés: jota aragonesa, bolero, seguidillas, danzas de cintas,palos, pañuelos

Instrumentos: Guitarra, bandurria, laúd, chiflo, chicotén, gaita de boto ...

  • Folclore asturiano: giraldilla, fandango, saltón, pericote de Llanes, muñeira, corri - corri ...

Instrumentos:gaita asturiana y tambor

  • Folclore balear: jota, parados, boleros...

Instrumentos: xeremies, castañuelas, fobiols, Guitarra, violín...

Instrumentos: timple, pito herreño, chácara...

Grupo de danzas tradicionales cántabras en Santillana del Mar (Cantabria)
  • Folclore cántabro: canción montañesa, picayos, jota montañesa ( a lo alto, a lo bajo , a lo ligeru y a lo pesau), baile de arcos, paloteo, pericote, habaneras...

Instrumentos: pitu montañés, y tambor, rabel (purriego y campurriano), gaita astur-cántabra, , pandereta, silbu, violín...

Instrumentos: rabel, dulzaina, redoblante,

Instrumentos: flauta de tres agujeros y tamboril, guitarra, laúd, rabel, pandero

Instrumentos: birimbao, bombo, gaita gallega, pandeireta, pandeiro, pitos, redobrante, tarrañolas...

  • Folclore leonés: Jotas, alboradas, titos, muñeiras, corridos, dulzainas, rondas, etc....

Instrumentos: Chifla o xipla y tamborín, gaita leonesa-sanabresa-cabreiresaLeón-Zamora,rabel, pandeiru cuadrau,zanfoña,pandereta-pandera,curdión, tarrañuelas, etc. Otras gaitas(asturiana, gallega). Recientes(100 años) dulzaina, redoblante, acordeón(150)

Instrumentos: dolçaina, tabal

Instrumentos: txistu, alboka, txalaparta