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ARTE3: ESPIRITUALIDAD. JOYERÍA CRISTIANA. La joya consiste en prendas ornamentales llevadas en el cuerpo, que generalmente se fabrican con piedras y metales preciosos, aunque también se pueden emplear materiales de menor valor. De hecho, prácticamente cualquier tipo de material se ha utilizado para fabricar joyas. Entre los artículos de joyería cabe mencionar los brazaletes, collares, anillos, pendientes, así como ornamentos para el cabello, entre otros.

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. JOYERÍA ÁRABE. La joya consiste en prendas ornamentales llevadas en el cuerpo, que generalmente se fabrican con piedras y metales preciosos, aunque también se pueden emplear materiales de menor valor. De hecho, prácticamente cualquier tipo de material se ha utilizado para fabricar joyas. Entre los artículos de joyería cabe mencionar los brazaletes, collares, anillos, pendientes, así como ornamentos para el cabello, entre otros.

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. CULINARIA. El arte culinario o culinaria es una forma creativa de preparar los alimentos y depende mucho de la cultura, en términos de conocimientos respecto a los alimentos, su forma de prepararlos, así como de los rituales sociales establecidos alrededor de la comida. No hay que confundirlo con gastronomía, que englobaría a esta en un campo más general dedicado a todo lo relacionado con la cocina.

Arte culinario

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El arte culinario o culinaria es una forma creativa de preparar los alimentos y depende mucho de la cultura, en términos de conocimientos respecto a los alimentos, su forma de prepararlos, así como de los rituales sociales establecidos alrededor de la comida. No hay que confundirlo con gastronomía, que englobaría a esta en un campo más general dedicado a todo lo relacionado con la cocina.

Existe un arte culinario característica en cada pueblo, cultura y región. Hoy en día con el fenómeno de la globalización, con la continua comunicación de millones de personas y la influencia de los medios de comunicación, así como del comercio han conducido a un mayor conocimiento y aprecio de las cocinas foráneas, y una mayor facilidad para acceder a su preparación. Sin embargo, una gran mayoría de esas recetas y sus variaciones tienen sus orígenes en las cocinas tradicionales desarrolladas a lo largo de mucho tiempo, con rituales de preparación transmitidos a lo largo de muchas generaciones.

La cocina tradicional es un arte fundamentalmente social con caracteres locales y tradicionales, pero la sociedad moderna ha conseguido facilitar su elaboración y materias primas que se cultivan a miles de kilómetros. Es importante, en la cocina moderna esta base de distintos orígenes étnicos y culturales.

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La preparación de las comidas [editar]

El tipo de cocina depende, del cocinero, de los ingredientes y de las costumbres u obligaciones culturales, médicas y religiosas para unos alimentos en concreto.

Decimos, entonces, que algunos alimentos (casi todos) deben pasar por un proceso llamado cocción, que es la aplicación de calor u otras técnicas para conservar y modificar su sabor, color y textura; de esta manera serán estos aptos para el consumo humano.

Para que un alimento sea parte íntegra del modo de alimentación tendrá que estar fácilmente disponible, en cantidad adaptada a las necesidades humanas y, a ser posible, a buen precio.

Como el hombre se nutre, no solamente para asegurar su crecimiento y desarrollo sino también por placer, los alimentos tendrán que tener a menudo unas calidades gustativas, las cuales cambian según las sociedades. Comer es también un acto social, algunas personas intentan no comer ciertos alimentos por su imagen desvalorizante (el aceite de colza después de la Primera Guerra Mundial), buscan unos más raros y caros (el foie-gras o el caviar) o rivalizan de imaginación para preparar algún plato de manera compleja, apetitosa y visualmente satisfactoria.

La cocina es además el soporte y manifestación de alguna posición religiosa y hasta política. Así, algunas costumbres culturales o algunas religiones han puesto tabúes sobre ciertos alimentos o preparaciones.

Los alimentos y modos de preparación elegidos dependen de los principios de cada consumidor. Buscar alimentos con Label de calidad o Denominación de Origen, de agricultura biológica o el rehuso de comer alimentos de origen animal (vegetarianos, por ejemplo) viene a menudo de una elección ética, igual que el deseo de no-violencia a los animales, o para no imponer un impacto tan grande para la biosfera (desde el punto de vista energética, la producción de 1 kilo de proteínas animales resulta más cara que la misma cantidad de proteínas vegetales). Estas posiciones son muy defendidas por los ecologistas, ver también macrobióticos.

La elección inicial de los alimentos depende de varias variables: antes, el primer factor fue el de la disponibilidad, por ejemplo la carne de mamut en una eco-región al norte de Europa o los períodos de recolección de los agroalimentos. Las costumbres y técnicas alimentarias se formaron en torno a esos períodos favorables y de la disponibilidad de los combustibles (madera, carbón).

Ahora, para la mayor parte de la humanidad, los alimentos utilizados, más o menos variados, vienen de los huertos e invernaderos, según la biodiversidad de cada región. En los países industrializados se compran en los comercios próximos o en supermercados. Encontramos alimentos sin transformar, parcial o completamente preparados para su consumición. En este caso lo único que hace falta es calentarlo; si se desea.

Gracias a la multiplicación de los intercambios entre países se puede encontrar frutas y verduras en todo momento del año, cosa que antes era imposible. Esta disponibilidad permanente de algunos comestibles ya ha cambiado la conducta alimentaria y numerosos ritos. También se ha observado un abandono progresivo de la consumición de varios alimentos, víctimas del fenómeno de la moda o simplemente olvidados por la industria agroalimentaria.

Alimentarse [editar]

Alimentarse consiste en satisfacer las necesidades del organismo en agua, proteínas, lípidos, glúcidos, vitaminas y oligoelementos, para asegurar el crecimiento y mantenimiento del cuerpo según la edad, sexo y grado de actividad física o psíquica.

Los alimentos suministran, pero de manera desequilibrada en relación a las necesidades, las proteínas, lípidos y glúcidos que constituyen una fuente de energía y moléculas necesarias al cuerpo humano, así como vitaminas y otros elementos. Resultando que sólo la asociación, equilibrada de alimentos de tipos nutricionales diferentes, asegura los aportes de elementos indispensables.

Necesidades [editar]

Los bebés e infantes necesitan la vitamina D, la cual tendría que ser aportada por la comida pero, al encontrase ésta en baja disponibilidad en la porción cotidiana, se les suele dar complementos vitamínicos. De igual modo, las mujeres necesitan un 77% de hierro más que los hombres por las pérdidas menstruales o después del parto, así como más calcio en la menopausia, para evitar en lo posible la aparición de osteoporosis.

De forma similar, la ración hídrica varía de la misma forma que los aportes energéticos. Un cuarto del almacenamiento de agua extracelular es renovado diariamente en los bebés y sólo una séptima parte en el adulto.

¿Para qué? [editar]

  • Para favorecer la digestión, se cuece.
  • Para intentar garantizar la salud de los consumidores, se transforman y asocian alimentos variados.
  • Para suministrar contenidos y elementos variables según las necesidades de cada individuo.
  • Para poder proponer regímenes nutricionales específicos en función de cada enfermedad.

Véase también [editar]

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. LA NATURALEZA. La naturaleza o natura, en su sentido más amplio, es equivalente al mundo natural, universo físico, mundo material o universo material. El término "naturaleza" hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general. Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, a menos que se la califique de manera que haga referencia a ello, por ejemplo con expresiones como "naturaleza humana" o "la totalidad de la naturaleza". La naturaleza también se encuentra diferenciada de lo sobrenatural. Se extiende desde el mundo subatómico al galáctico.

Naturaleza

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El volcán Galunggung en 1980, mostrando una combinación de fenómenos naturales.
Una visión más estable de la naturaleza: Hopetoun Falls, Victoria, Australia. Se ha prestado mucha atención a la conservación de la flora y de otras características naturales de este lugar, al mismo tiempo que se ha permitido un mayor flujo de visitantes.

La naturaleza o natura, en su sentido más amplio, es equivalente al mundo natural, universo físico, mundo material o universo material. El término "naturaleza" hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general. Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, a menos que se la califique de manera que haga referencia a ello, por ejemplo con expresiones como "naturaleza humana" o "la totalidad de la naturaleza". La naturaleza también se encuentra diferenciada de lo sobrenatural. Se extiende desde el mundo subatómico al galáctico.

La palabra "naturaleza" proviene de la palabra latina natura, que significa "el curso de las cosas, carácter natural."[1] Natura es la traducción latina de la palabra griega physis (φύσις), que en su significado original hacía referencia a la forma innata en la que crecen espontáneamente plantas y animales. El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más reciente que adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno en los últimos siglos.[2] [3]

Dentro de los diversos usos actuales de esta palabra, "naturaleza" puede hacer referencia al dominio general de diversos tipos de seres vivos, como plantas y animales, y en algunos casos a los procesos asociados con objetos inanimados - la forma en que existen los diversos tipos particulares de cosas y sus espontáneos cambios, así como el tiempo atmosférico, la geología de la Tierra y la materia y energía que poseen todos estos entes. A menudo se considera que significa "entorno natural": animales salvajes, rocas, bosques, playas, y en general todas las cosas que no han sido alteradas sustancialmente por el ser humano, o que persisten a pesar de la intervención humana. Este concepto más tradicional de las cosas naturales implica una distinción entre lo natural y lo artificial (entendido esto último como algo hecho por una mente o una conciencia humana).

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[editar] La Tierra

Artículo principal: Tierra
Vista de la Tierra, tomada en 1972 por la tripulación del Apollo 17. Esta imagen es la única de su clase hasta la fecha, en la que aparece un hemisferio completamente iluminado por el sol.

La Tierra es el quinto mayor planeta del Sistema Solar y el tercero en orden de distancia al Sol. Es el mayor de los planetas telúricos o interiores y el único lugar del universo en el que se sabe que existe vida.

Los rasgos más prominentes del clima de la Tierra son sus dos grandes regiones polares, dos zonas templadas relativamente estrechas y una amplia región ecuatorial, tropical y subtropical.[4] Los patrones de precipitación varían enormemente dependiendo del lugar, desde varios metros de agua al año a menos de un milímetro. Aproximadamente el 70 por ciento de la superficie terrestre está cubierta por océanos de agua salada. El resto consiste en continentes e islas, situándose la gran mayoría de la tierra habitable en el hemisferio norte.

La tierra ha evolucionado mediante procesos geológicos y biológicos que han dejado vestigios de las condiciones originales. La superficie externa se halla fragmentada en varias placas tectónicas que se van desplazando muy lentamente a medida que avanza el tiempo geológico (si bien al menos varias veces en la historia han cambiado de posición relativamente rápido). El interior del planeta permanece activo, con una gruesa capa de materiales fundidos y un núcleo rico en hierro que genera un potente campo magnético. Las condiciones atmosféricas han variado significativamente de las condiciones originales por la presencia de formas de vida, que crean un equilibrio ecológico que estabiliza las condiciones de la superficie. A pesar de las grandes variaciones regionales del clima por la latitud y otros factores geográficos, el clima global medio a largo plazo está regulado con bastante precisión, y las variaciones de un grado o dos en la temperatura global media han tenido efectos muy importantes en el equilibrio ecológico y en la geografía de la Tierra.

Pediastrum boryanum. El plancton ha formado parte de la naturaleza de la Tierra durante al menos 2.000 millones de años[5]

Basándose en las pruebas disponibles, los científicos han recabado información detallada acerca del pasado del planeta. Se cree que la Tierra se formó hace aproximadamente 4.550 millones de años a partir de la nebulosa protosolar, junto con el Sol y otros planetas.[6] La Luna se formó relativamente poco después (aproximadamente 20 millones de años más tarde, hace 4.530 millones de años). Al principio fundida, la capa exterior del planeta se enfrió, dando lugar a la corteza sólida. Las emisiones de gases y la actividad volcánica formaron la atmósfera primordial. La condensación del vapor de agua, junto con el hielo de los cometas que en aquella época impactaban con la Tierra, crearon los océanos.[7] Se cree que la química altamente energética produjo una molécula que se autoduplicó hace aproximadamente 4.000 millones de años.[8]

Los continentes se formaron, se separaron y se volvieron a unir durante cientos de millones de años, combinándose en ocasiones para formar un supercontinente. Hace aproximadamente 750 millones de años, el primer supercontinente conocido, Rodinia, comenzó a fracturarse. Más tarde, los continentes se volvieron a unir para formar Pannotia, que se dividió hace aproximadamente 540 millones de años. El último supercontinente que conocemos es Pangea, que comenzó a romperse hace aproximadamente 180 millones de años.[9]

Las plantas terrestres y los hongos han sido parte de la naturaleza de la Tierra durante aproximadamente los últimos 400 millones de años. Han tenido que adaptarse y moverse, tantas veces como se desplazaban los continentes y cambiaba el clima.[10] [11]

Hay pruebas significativas, aún discutidas entre la comunidad científica, de que una severa era glacial durante el Neoproterozoico cubrió gran parte del planeta con una gruesa capa de hielo. Esta hipótesis se ha llamado la "Tierra bola de nieve", y es de especial interés, ya que precede a la explosión cámbrica en la cual comenzaron a proliferar las formas de vida pluricelulares, hace 530-540 millones de años.[12]

Desde la explosión cámbrica se han registrado cinco grandes extinciones en masa.[13] La última extinción masiva tuvo lugar hace aproximadamente 65 millones de años, cuando probablemente el choque de un meteorito causó la extinción de los dinosaurios y otros grandes reptiles, pero no la de los animales pequeños como los mamíferos, que por aquel entonces se asemejaban a las musarañas. A lo largo de los 65 millones de años siguientes, los mamíferos se diversificaron.[14]

Hace varios millones de años, una especie de pequeño mono africano adquirió la habilidad para ponerse de pie.[5] El advenimiento posterior de la vida humana y el desarrollo de la agricultura y, más tarde, de la civilización, permitió a los humanos repercutir en la Tierra más que cualquier otra forma de vida anterior, en un lapso de tiempo relativamente corto. Las acciones humanas influyen tanto en la naturaleza como en la cantidad de las otras formas de vida, así como en el clima global.

Una encuesta llevada a cabo por el Museo Americano de Historia Natural en 1998, reveló que el 70% de los biólogos veían la era actual como parte de una acontecimiento de extinción masiva, la extinción masiva del Holoceno, que sería la más rápida de todas las conocidas. Algunos expertos, como E. O. Wilson, de la Universidad Harvard, predicen que la destrucción humana de la biosfera podría causar la extinción de la mitad de todas las especies en los próximos 100 años.[15] [16] [17] No obstante, el alcance de esta extinción actual está aún siendo investigado, discutido y calculado por biólogos.[18]

[editar] Tiempo atmosférico y clima

Cumulus humilis, nubes indicadoras de buen tiempo.

La atmósfera terrestre es un factor clave que sustenta el ecosistema planetario. Esta fina capa de gases que envuelve la Tierra se mantiene en su sitio gracias a la gravedad del planeta. Está compuesta por un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y trazas de otros gases. La presión atmosférica disminuye con la altitud. La capa de ozono de la Tierra desempeña un papel esencial en la reducción de la cantidad de radiación ultravioleta que llega a la superficie. Ya que el ADN puede verse fácilmente dañado por esta radiación, la capa de ozono actúa de escudo que protege la vida en la superficie. La atmósfera también retiene calor durante la noche, reduciendo por tanto las temperaturas extremas diarias.

Las variaciones del tiempo atmosférico tienen lugar casi exclusivamente en la parte baja de la atmósfera, y actúa de sistema convectivo para redistribuir el calor. Las corrientes oceánicas son otro factor importante para determinar el clima, especialmente la circulación termohalina submarina, que distribuye la energía calorífica de los océanos ecuatoriales a las regiones polares. Estas corrientes ayudan a moderar las diferencias de temperatura entre el invierno y el verano en las zonas templadas. Es más, sin las redistribuciones de energía calorífica que realizan las corrientes oceánicas y atmosféricas, los trópicos serían mucho más cálidos y las regiones polares mucho más frías.

El tiempo puede tener a la vez efectos beneficiosos y perjudiciales. Los fenómenos meteorológicos extremos, como los tornados o los huracanes, pueden emplear grandes cantidades de energía en su trayectoria y arrasar con todo lo que encuentren a su paso. La vegetación superficial ha desarrollado una dependencia de la variación estacional del tiempo, y los cambios repentinos, aunque sólo duren algunos años, pueden tener un efecto devastador, tanto en la vegetación como en los animales que dependen de ella para alimentarse.

El clima planetario es una medida de la tendencia del tiempo atmosférico a lo largo del tiempo. Pueden influir en él varios factores, como las corrientes oceánicas, el albedo superficial, los gases de efecto invernadero, las variaciones en la luminosidad solar y los cambios en la órbita del planeta. Basándonos en los registros históricos, hoy sabemos que la Tierra ha sufrido drásticos cambios climáticos en el pasado, incluso glaciaciones. El clima de una región depende de una cierta cantidad de factores, como la latitud. Una franja latitudinal de la superficie con características climáticas similares conforma una región climática. En la Tierra, existen varias de estas regiones, que van del clima tropical en el Ecuador al clima polar en los polos. En el tiempo también influyen las estaciones, que resultan de la inclinación del eje de la Tierra con respecto a su plano orbital. De esta forma, en cualquier momento dado durante el verano o el invierno, hay una parte del planeta que está más directamente expuesta a los rayos del Sol. Esta exposición se va alternando al tiempo que la Tierra va describiendo su órbita. En todo momento, sin importar la estación, los hemisferios norte y sur experimentan condiciones climáticas opuestas.

El tiempo es un sistema caótico que puede modificarse fácilmente con sólo pequeños cambios en el entorno, por ello las previsiones meteorológicas exactas sólo se limitan a algunos días. En conjunto, están sucediendo dos cosas a nivel global: (1) la temperatura está aumentando por término medio; y (2) los patrones del tiempo están cambiando y volviéndose cada vez más caóticos.

[editar] Vida

Una pata con sus patitos. La reproducción es esencial para la perpetuación de la vida.
Artículos principales: Vida y biosfera

El hecho de que las formas más básicas de vida vegetal comenzaran a realizar la fotosíntesis fue clave para la creación de condiciones que permitiesen el desarrollo de formas de vida más complejas. El oxígeno resultante del proceso se acumuló en la atmósfera y dio lugar a la capa de ozono. La relación de simbiosis entre células pequeñas y otras mayores dio lugar al desarrollo de células aún más complejas llamadas eucariotas.[19] Las células se agruparon en colonias y comenzaron a especializarse, dando lugar a auténticos organismos pluricelulares. Gracias a la capa de ozono, que absorbe las radiaciones ultravioletas nocivas, la vida colonizó la superficie de la Tierra.

Aunque no existe un consenso universal sobre la definición de la vida, los científicos, por lo general, aceptan que la manifestación biológica de la vida se caracteriza por los siguientes factores o funciones: organización, metabolismo, crecimiento, adaptación, respuesta a estímulos y reproducción. De manera más sencilla, podemos considerar la vida como el estado característico de los organismos. Las propiedades comunes a los organismos terrestres (plantas, animales, hongos, protistas, archaea y bacterias) son las siguientes: son celulares, tienen una organización compleja basada en el agua y el carbono, tienen un metabolismo y capacidad para crecer, responder a estímulos y reproducirse. Por ello, se considera que una entidad que reúna estas propiedades está viva. Sin embargo, no todas las definiciones que hay sobre la vida consideran esenciales todas estas propiedades: también se puede considerar que las formas de vida análogas creadas por el hombre son vida.

La biosfera es la parte de la capa más externa de la Tiera —que comprende el aire, la tierra, las rocas superficiales y el agua— dentro de la cual tiene lugar la vida, y en donde, a su vez, se alteran o se transforman los procesos bióticos. Desde el punto de vista geofísico, la biosfera es el sistema ecológico global que integra a todos los seres vivos y sus relaciones, incluyendo su interacción con los elementos de la litosfera (rocas), la hidrosfera (agua), y la atmósfera (aire). Actualmente, se estima que la Tierra contiene cerca de 75.000 millones de toneladas (unos 6,8 x1013 kg) de biomasa (la masa de la vida), que vive en diversos entornos dentro de la biosfera.[20] Cerca de nueve décimas partes de la biomasa total de la Tierra es vida vegetal, de la que depende estrechamente la vida animal.[21] Hasta la fecha, se han identificado más de 2 millones de especies de plantas y animales,[22] y las estimaciones realizadas sobre la cantidad real de especies existentes varían entre unos cuantos millones y cerca de 50 millones.[23] [24] [25] La cantidad de especies individuales oscila constantemente: aparecen especies nuevas y otras dejan de existir, en una base continua.[26] [27] En la actualidad, la cantidad total de especies está experimentando un rápido descenso.[28] [29] [30]

Vista de una granja de Pensilvania, confluencia entre un entorno "natural" y uno "artificial".

La diferencia entre la vida animal y la vegetal no es tan tajante como pueda parecer, ya que hay algunos seres vivos que reúnen características de ambas. Aristóteles dividió a todos los seres vivos en plantas, que por lo general no se mueven, y animales. En el sistema de Carlos Linneo, éstos se convirtieron en los reinos Vegetabilia (más tarde Plantae) y Animalia. Desde ese momento se vio que el reino Plantae, como estaba definido originalmente, incluía varios grupos sin relación alguna, por lo que se eliminó a los hongos y a varios grupos de algas para moverlos a reinos nuevos, si bien a menudo se siguen considerando plantas en algunos contextos. En la flora, está comprendida a veces la vida bacteriana,[31] [32] tanto es así que ciertas clasificaciones utilizan los términos flora bacteriana y flora vegetal de manera separada.

Una de las muchas formas de clasificar las plantas es por floras regionales, que, dependiendo del propósito de estudio, pueden incluir también a la flora fósil, que son restos de vida vegetal de eras pasadas. Muchas personas de varias regiones y países se enorgullecen de su flora característica, que varía ampliamente a través del globo debido a las diferencias de climas y suelos. La flora regional se suele dividir en subcategorías como la flora nativa y flora agrícola y de jardín (éstas últimas son las que cultiva el hombre intencionadamente). Algunas clases de "flora nativa", en realidad han sido introducidas hace siglos por emigrantes de una región o continente a otro, y con el paso del tiempo se han convertido en parte de la flora nativa o natural del lugar en el que se introdujeron. Éste es un ejemplo de cómo la acción humana puede desdibujar el límite de lo que se considera naturaleza. Otra categoría de plantas es la de las "malas hierbas". Aunque el término ha perdido uso entre los botánicos como manera de designar a las plantas "inútiles", su uso informal (para describir a las plantas que estorban y que se deben eliminar) ilustra perfectamente la tendencia general de las personas y las sociedades de pretender alterar el curso de la naturaleza. Del mismo modo, los animales se suelen clasificar como domésticos, de granja, salvajes, plagas, etc. según la relación que tengan con la vida humana.

Una manada de ñus en el Ngorongoro, Tanzania.

Los animales como categoría tienen varias características que los diferencian de los otros seres vivos. Los animales son eucarióticos y normalmente pluricelulares (véase Myxozoa, sin embargo), lo que los distingue de las bacterias, los archaea y la mayor parte de los protistas. Son heterótrofos, y generalmente digieren la comida en un órgano interno, lo que los diferencia de las plantas y las algas. También se distinguen de la plantas, las algas y los hongos en que carecen de paredes celulares. Con unas pocas excepciones, especialmente en las esponjas (Phylum porifera), los animales tienen un organismo compuesto por varios tejidos, que comprenden músculos, capaces de contraerse y controlar la locomoción, y un sistema nervioso, que envía y procesa señales. En la mayoría de los casos, tienen un aparato digestivo interno. Las células eucariotas que tienen todos los animales están rodeadas por una matriz extracelular característica, compuesta por colágeno y glicoproteínas elásticas. Se puede calcificar para formar estructuras como conchas, huesos, y espículas, en las que la célula se desplaza y reorganiza durante su desarrollo y maduración, y que soportan la compleja anatomía necesaria para la locomoción.

Aunque, en la actualidad, los humanos componen sólo la mitad del uno por ciento del total de la biomasa viva en la Tierra,[33] los efectos de sus acciones sobre la naturaleza son desproporcionadamente grandes. A causa del alcance de la influencia humana, los límites entre lo que consideramos como naturaleza y "entornos artificiales" no están del todo claros, excepto en los extremos. E incluso en los extremos, los entornos naturales que no están afectados de manera perceptible por las acciones humanas está disminuyendo cada vez más rápido, y según algunas personas, han desaparecido ya.

Véase también: planta, botánica, fauna, animal y biología

[editar] Ecosistemas

EL ecosistema es un sistema dinámico relativamente autónomo, formado por una comunidad natural y su ambiente físico. El concepto, que empezó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos (plantas, animales, bacterias, algas, protozoos y hongos, entre otros) que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que la atraviesan.

Vista aérea de Chicago, ejemplo de ecosistema urbano.
Loch Lomond, Escocia.
Artículos principales: Ecología y ecosistema

Todas las formas de vida tienen la necesidad de relacionarse con el entorno en que viven, y también con otras formas de vida. En el siglo XX, esta premisa dio lugar al concepto de ecosistema, que se pueden definir como cualquier situación en la que hay una interacción entre organismos y su entorno. Los ecosistemas constan de factores bióticos y abióticos que funcionan de manera interrelacionada.[34] Los factores más importantes de un ecosistema son: suelo, atmósfera, radiación solar, agua y organismos vivos. Cada organismo vivo tiene una relación continua con todos los demás elementos de su entorno. Dentro del ecosistema, las especies se relacionan y dependen unas de otras en la llamada cadena alimentaria, e intercambian materia y energía tanto entre ellas mismas como como con su entorno. Michael Pidwirny, en su libro Fundamentals of Physical Geography, describe el concepto así:[35]

Los ecosistemas son entidades dinámicas compuestas por una comunidad biológica y un entorno abiótico. La composición abiótica y biótica de un ecosistema y su estructura viene determinada por el estado de una cantidad de factores del medio relacionados entre sí. Cualquier cambio en alguno de estos factores (por ejemplo: disponibilidad de nutrientes, temperatura, intensidad de la luz, densidad de población de una especie...) resultará en cambios dinámicos en la naturaleza de estos sistemas. Por ejemplo, un incendio en un bosque caducifolio templado cambia completamente la estructura de ese sistema. Ya no hay árboles grandes, la mayor parte de los musgos, hierbas y arbustos que poblaban el suelo del bosque han desaparecido y los nutrientes almacenados en la biomasa se liberan rápidamente al suelo, a la atmósfera y al sistema hidrológico. Después de un corto periodo de recuperación, la comunidad que antes eran grandes árboles maduros, ahora se ha convertido en una comunidad de hierbas, especies herbáceas y plántulas.

Todas las especies tienen límites de tolerancia a los factores que afectan a su supervivencia, su éxito reproductivo y su capacidad de continuar creciendo e interactuando de forma sostenible con el resto de su entorno. Éstas a su vez pueden influir en estos factores, cuyas consecuencias pueden extenderse a otras muchas especies o incluso a la totalidad de la vida.[36] El concepto de ecosistema es, por tanto, un importante objeto de estudio, ya que dicho estudio nos proporciona la información necesaria para tomar decisiones sobre cómo la vida humana puede interactuar de manera que permita a los variados ecosistemas un crecimiento sostenido con vistas al futuro, en vez de expoliarlos. Para tal estudio se toma una unidad más pequeña llamada microecosistema. Por ejemplo, un ecosistema puede ser una piedra con toda la vida que alberga. Un macroecosistema podría comprender una ecorregión entera, con su cuenca hidrográfica.[37]

Los ecosistemas siguientes son ejemplos de los que actualmente están sometidos a estudio intensivo:

Se puede realizar otra clasificación de los ecosistema atendiendo a sus comunidades, como en el caso de un ecosistema humano. La clasificación más amplia (sometida hoy a un amplio estudio y análisis, y también objeto de discusiones sobre su naturaleza y validez) es la del conjunto entero de la vida del planeta vista como un único organismo, la conocida como hipótesis de Gaia.

[editar] Relación del ser humano con la naturaleza

El desarrollo de la tecnología por la raza humana ha permitido una mayor explotación de los recursos naturales y ha ayudado a paliar parte de los riesgos de los peligros naturales. No obstante, a pesar de este progreso, el destino de la civilización humana está estrechamente ligado a los cambios en el medio ambiente. Existe un complejísimo sistema de retroalimentación entre el uso de la tecnología avanzada y los cambios en el medio ambiente, que sólo ahora se están comenzando a entender, aunque muy lentamente.

Los humanos emplean la naturaleza para actividades tanto económicas como de ocio. La obtención de recursos naturales para el uso industrial sigue siendo una parte esencial del sistema económico mundial. Algunas actividades, como la caza y la pesca, tienen intenciones tanto económicas como de ocio. La aparición de la agricultura tuvo lugar alrededor del noveno milenio antes de Cristo. De la producción de alimentos a la energía, no cabe duda de que la naturaleza es el principal factor de la riqueza económica.

Los seres humanos han empleado las plantas para usos medicinales durante miles de años. Los extractos vegetales pueden tratar calambres, reumatismos y la inflamación pulmonar.[38] Mientras que la ciencia nos ha permitido procesar y transformar estas sustancias naturales en píldoras, tintes, polvos y aceites,[39] la economía de mercado y la posición de "autoridad" que se le atribuye a la comunidad médica han hecho menos popular su uso. El término "medicina alternativa" se emplea con frecuencia para designar el uso de plantas y extractos naturales con propósitos curativos.

Las amenazas a la naturaleza provocadas por el hombre son, entre otras, la contaminación, la deforestación, y desastres tales como las mareas negras. La humanidad ha intervenido en la extinción de algunas plantas y animales.

[editar] Zonas vírgenes

Artículo principal: Medio ambiente
Un entorno virgen en Queensland, Australia.

Una zona virgen es un entorno natural de la Tierra que no ha sido modificado directamente por la acción del hombre. Los ecologistas consideran que las áreas vírgenes son una parte del ecosistema natural del planeta (la biosfera).

La expresión "zona virgen" evoca inmediatamente la idea de "naturaleza salvaje", es decir, que los humanos no pueden controlar. Desde este punto de vista, es la virginidad o estado salvaje de un lugar la que la convierte en una zona virgen. La mera presencia o actividad humana no necesariamente implica que una zona deje de ser virgen. Muchos ecosistemas que son, o han sido, habitados o influidos por las actividades humanas pueden considerarse como "vírgenes". Este punto de vista incluye las áreas en las que los procesos naturales discurren sin interferencias humanas notorias.

La noción de "naturaleza salvaje" ha sido un tema importante en las artes visuales durante diversas épocas de la historia mundial. Durante la Dinastía Tang (618-907) se dio una temprana tradición de pintura paisajística. Esta tradición de representar la naturaleza tal cual se convirtió en uno de los objetivos de la pintura china y tuvo una influencia significativa en el arte asiático.

En el mundo occidental, la idea de "zona virgen" (naturaleza salvaje, etc.) como valor intrínseco apareció en los años 1800, especialmente en las obras del movimiento romántico. Artistas británicos como John Constable y Joseph Mallord William Turner se dedicaron a plasmar la belleza del mundo natural en sus cuadros. Antes, las pinturas habían sido sobre todo de escenas religiosas o de seres humanos. La poesía de William Wordsworth describe las maravillas del mundo natural, que antes se veía como un lugar amenazador. Cada vez más, la valoración de la naturaleza se fue convirtiendo en un aspecto de la cultura occidental.[40]

[editar] La belleza en la naturaleza

Eclosión de un huevo de salmón. Una de las raíces originales de la palabra latina natura era natus, que a su vez procede de la palabra nasci, cuya traducción es "nacer".[41]

La belleza de la naturaleza es un tema recurrente en la vida moderna y en el arte: los libros que la ensalzan llenan grandes estanterías de bibliotecas y librerías. Esa cara de la naturaleza, que el arte (fotografía, pintura, poesía...) tanto ha retratado y elogiado revela la fuerza con la que muchas personas asocian naturaleza con belleza. El porqué de la existencia de esa asociación y en qué consiste ésta constituyen el campo de estudio de la rama de la filosofía llamada estética. Más allá de ciertas características básicas de la naturaleza en cuya hermosura coinciden la mayoría de filósofos, las opiniones son prácticamente infinitas.[42]

Muchos científicos, que estudian la naturaleza de forma más específica y organizada, también comparten la idea de que la naturaleza es hermosa. El matemático francés Jules Henri Poincaré (1854-1912) dijo:[43]

El científico no estudia la naturaleza porque es útil, sino porque le cautiva, y le cautiva porque es bella.
Si la naturaleza no fuera hermosa, no valdría la pena conocerla, y si no valiera la pena conocerla, tampoco valdría la pena vivir. Por supuesto, no me refiero aquí a la belleza que estimula los sentidos, la de las cualidades y las apariencias; no es que la desdeñe, en absoluto, sino que ésta nada tiene que hacer con la ciencia. Me refiero a la belleza más profunda, la que procede del orden armonioso de las partes y que puede captar una inteligencia pura.

Una idea clásica de la belleza del arte involucra la palabra mímesis, es decir, la imitación de la naturaleza. En el dominio de las ideas sobre la belleza de la naturaleza, lo perfecto evoca la simetría, la división exacta y otras fórmulas y nociones matemáticas perfectas.

[editar] Materia y energía

Artículos principales: Materia y energía
Los primeros orbitales atómicos del átomo de hidrógeno. Aquí se muestran como secciones transversales cuyos colores indican la probabilidad de densidad electrónica.

Algunos campos de la ciencia ven la naturaleza como "materia en movimiento", obedeciendo a ciertas "leyes naturales" que la ciencia se encarga de descubrir y entender.

Se suele definir la materia como la sustancia de la que se componen los objetos físicos, y constituye el universo observable. Según la teoría de la relatividad especial, no existe ninguna distinción inalterable entre la materia y la energía, dado que la materia se puede convertir en energía (véase aniquilación), y viceversa (véase creación de la materia). Ahora se piensa que los componentes visibles del universo constituyen únicamente un 4 por ciento de la masa total, y que lo restante consiste en un 73 por ciento de materia oscura y un 23 por ciento de materia oscura fría.[44] Aún se desconoce la naturaleza exacta de estos componentes, que están siendo investigados a fondo por los físicos.

El comportamiento de la materia y la energía en el universo observable parece corresponderse con leyes físicas bien definidas. Éstas se han empleado para crear modelos cosmológicos que explican satisfactoriamente la estructura y la evolución del universo que podemos observar. Las expresiones matemáticas de las leyes físicas emplean un conjunto de veinte constantes físicas que, a través del universo observable, parecen estáticas. Sus valores se han conseguido medir con gran precisión, pero la razón de por qué tienen esos valores específicos y no otros sigue siendo un misterio.

Véase también: Química y física

[editar] La naturaleza más allá de la Tierra

Artículos principales: Espacio exterior y Universo
NGC 4414, una típica galaxia espiral en la constelación Coma Berenices. Tiene unos 56.000 años luz de diámetro y está aproximadamente a 60 millones de años luz de nosotros.
Ésta es la imagen más profunda del universo tomada con luz visible, la llamada Hubble Ultra Deep Field. Créditos: NASA, ESA, S. Beckwith (STScI) y el equipo del HUDF.

El espacio exterior, también llamado espacio a secas, designa las regiones relativamente vacías del universo fuera de las atmósferas de los cuerpos celestiales. Se añade el adjetivo exterior para distinguirlo del espacio aéreo. No existe ningún límite definido entre la atmósfera terrestre y el espacio, puesto que ésta se va atenuando gradualmente a medida que aumenta la altitud. El espacio cósmico ubicado dentro de los límites del Sistema Solar se conoce como espacio interplanetario, cuyo límite con el espacio interestelar es lo que conocemos como heliopausa.

Aunque el espacio exterior es de por sí muy amplio, no está vacío. En él existen, aunque repartidas de manera muy dispersa, varias docenas de moléculas orgánicas descubiertas hasta la fecha gracias a la espectroscopia rotacional, la radiación de fondo de microondas y la radiación cósmica, formada por núcleos atómicos ionizados y diversas partículas subatómicas. También hay algo de gas, plasma, polvo cósmico y pequeños meteoros. Además, los seres humanos han dejado restos de su actividad en el espacio exterior, a través de materiales procedentes de los lanzamientos tripulados y no tripulados. A todos estos objetos se les ha llamado "basura espacial" y constituyen un riesgo potencial para las naves espaciales. Algunos caen a la atmósfera periódicamente.

El planeta Tierra es actualmente el único cuerpo celeste conocido dentro del sistema solar en el que existe vida. Sin embargo, los recientes hallazgos sugieren que, en el pasado lejano, el planeta Marte tenía masas de agua líquida en la superficie. Durante un breve periodo en la historia de Marte, podría haber sido capaz de albergar vida. Sin embargo, en la actualidad la mayor parte del agua de Marte está congelada. Si aun así existiese vida en Marte, lo más probable es que estuviese situada bajo tierra, donde todavía podría haber agua líquida.[45]

Las condiciones existentes en los otros planetas telúricos, Mercurio y Venus, parecen ser demasiado hostiles como para que allí se pueda desarrollar la vida tal cual la conocemos. Pero se ha conjeturado que Europa, la cuarta mayor luna de Júpiter, pueda poseer un océano subterráneo de agua líquida, y sería posible que existiese vida en él.[46]

Véase también: Vida extraterrestre

[editar] Notas y referencias

  1. Harper, Douglas. «Nature».
  2. El título del libro Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de Isaac Newton (1687), por ejemplo, se traduce por "Principios Matemáticos de la Filosofía Natural", y refleja el uso frecuente, en aquella época, del término "filosofía natural", que equivale a "estudio sistemático de la naturaleza".
  3. La etimología de la palabra "física" revela su uso como sinónimo de "natural" a mediados del siglo XV: Harper, Douglas. «Physical».
  4. Se puede encontrar una excelente reseña del clima global en: «World Climates».
  5. a b Margulis, Lynn; Dorian Sagan (1995). What is Life?. Nueva York: Simon & Schuster. ISBN 0-684-81326-2.
  6. Dalrymple, G. Brent (1991). The Age of the Earth. Stanford: Stanford University Press. ISBN 0-8047-1569-6.
  7. Morbidelli, A.; et al. (2000). «Source Regions and Time Scales for the Delivery of Water to Earth» Meteoritics & Planetary Science. Vol. 35. n.º 6. pp. 1309-1320.
  8.  «Earth's Oldest Mineral Grains Suggest an Early Start for Life» NASA Astrobilogy Institute. Consultado en 2006.
  9. Murphy, J. B.; R.D. Nance (2004). «[http://www.americanscientist.org/template/AssetDetail/assetid/34004;jsessionid=aaa4W2jLnnG9QG How do supercontinents assemble?]» American Scientist. Vol. 92. n.º 4. pp. 324-333. DOI 10.1511/2004.4.324.
  10. Colebrook, Michael. «Chronology of Earth History».
  11. Stanley, Steven M. (1999). Earth System History. New York: W.H. Freeman. ISBN 0-7167-2882-6.
  12. Kirschvink, J.L. (1992). «Late Proterozoic Low-Latitude Global Glaciation: The Snowball Earth», J.W. Schopf, C.Klein eds. (ed.). The Proterozoic Biosphere. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 51-52. ISBN 0-521-36615-1.
  13. Raup, David M.; J. John Sepkoski Jr. (Marzo de 1982). «Mass extinctions in the marine fossil record» Science. Vol. 215. n.º 4539. pp. 1501–1503. DOI 10.1126/science.215.4539.1501.
  14. Margulis, Lynn; Dorian Sagan (1995). What is Life?. Nueva York: Simon & Schuster, pp. 145. ISBN 0-684-81326-2.
  15. Eldredge, Niles (Junio de 2001). «The Sixth Extinction». ActionBioscience.org. Consultado el 17 de mayo de 2006.
  16. Stuart, A.J., et al: "Pleistocene to Holocene extinction dynamics in giant deer and woolly mammoth" Nature 431, 684-689(7 de octubre de 2004) [1]
  17. "The mid-Holocene extinction of silver fir (Abies alba) in the ..." pdf
  18. Véase, p.ej. [2], [3], [4]
  19. Berkner, L. V.; L. C. Marshall (mayo de 1965). «On the Origin and Rise of Oxygen Concentration in the Earth's Atmosphere» Journal of the Atmospheric Sciences. Vol. 22. n.º 3. pp. pp. 225–261.
  20. Las estimaciones que incluyen la masa total de la materia vegetal y animal muerta ("biomasa seca") elevan este número a cerca de 1.100.000 millones de toneladas métricas, o más. Cabe señalar que no se están teniendo en cuenta las estimaciones de la cantidad de combustibles fósiles que en su día estuvieron vivos, pero que han adquirido su composición actual debido a las condiciones extremas de calor y presión.
  21. Sengbusch, Peter V.. «The Flow of Energy in Ecosystems - Productivity, Food Chain, and Trophic Level». Departamento de Biología de la Universidad de Hamburgo.
  22. Pidwirny, Michael (2006). «Introduction to the Biosphere: Species Diversity and Biodiversity».
  23. «How Many Species are There?».
  24. "Animal." World Book Encyclopedia. 16 vols. Chicago: World Book, 2003. Esta fuente da una cifra estimada de entre 2 y 50 millones.
  25. «Just How Many Species Are There, Anyway?». Science Daily (mayo de 2003).
  26. Withers, Mark A.; et al. (1998). «Changing Patterns in the Number of Species in North American Floras». Web basada en los contenidos del libro: (1998) Sisk, T.D., ed. (ed.). Perspectives on the land use history of North America: a context for understanding our changing environment, Revisado en septiembre de 1999 edición, U.S. Geological Survey, Biological Resources Division. USGS/BRD/BSR-1998-0003.
  27. «Tropical Scientists Find Fewer Species Than Expected». Science Daily (abril de 2002).
  28. Bunker, Daniel E.; et al. (noviembre de 2005). «Species Loss and Aboveground Carbon Storage in a Tropical Forest» Science. Vol. 310. n.º 5750. pp. pp. 1029-31. DOI 10.1126/science.1117682.
  29. Wilcox, Bruce A. (marzo de 2006). «Amphibian Decline: More Support for Biocomplexity as a Research Paradigm» EcoHealth. Vol. 3. n.º 1. pp. 1-2. DOI 10.1007/s10393-005-0013-5.
  30. (2002) «Decline and loss of species», Clarke, Robin, Robert Lamb, Dilys Roe Ward eds. (ed.). Global environment outlook 3 : past, present and future perspectives. Londres; Sterling, VA: Nairobi, Kenia: UNEP. ISBN 92-807-2087-2.
  31. «flora». Merriam-Webster.
  32. (1998) «Glossary», Status and Trends of the Nation's Biological Resources. Reston, VA: Department of the Interior, Geological Survey. SuDocs No. I 19.202:ST 1/V.1-2.
  33. El dato "la mitad de un uno por ciento" tiene en cuenta lo siguiente (véase, por ejemplo, Leckie, Stephen (1999). «How Meat-centred Eating Patterns Affect Food Security and the Environment», For hunger-proof cities : sustainable urban food systems. Ottawa, Canadá: International Development Research Centre. ISBN 0-88936-882-1., que estima el peso global en unos 60 kg de media.), la biomasa humana total es el peso medio multiplicado por la población humana actual, de aproximadamente 6.500 millones de personas (véase «World Population Information». U.S. Census Bureau.): Tomando 60-70 kg como la masa humana media, la estimación de la masa humana global total es de entre 390.000 y 455.000 millones de kg. La biomasa total de todas clases en la Tierra se estima en unos 6,8 x1013 kg. Según estos cálculos, la parte humana de la biomasa total sería aproximadamente del 0,6%.
  34. Pidwirny, Michael (2006). «Introduction to the Biosphere: Introduction to the Ecosystem Concept».
  35. Pidwirny, Michael (2006). «Introduction to the Biosphere: Organization of Life».
  36. Pidwirny, Michael (2006). «Introduction to the Biosphere: Abiotic Factors and the Distribution of Species». esp. la sección "Abiotic Factors and Tolerance Limits."
  37. Bailey, Robert G. (abril de 2004). «Identifying Ecoregion Boundaries» Environmental Management. Vol. 34. n.º Suplemento 1. DOI 10.1007/s00267-003-0163-6.
  38. «Plant Conservation Alliance - Medicinal Plant Working Groups Green Medicine» (en inglés). US National Park Services.
  39. «Natural Healing Oils» (en inglés).
  40. History of Conservation BC Spaces for Nature. Consultado el 20 de mayo 2006.
  41. Harper, Douglas. «Nature».
  42. Para un ejemplo de varias opiniones, véase: «On the Beauty of Nature». The Wilderness Society. y el análisis de la materia de Ralph Waldo Emerson: Emerson, Ralph Waldo (1849). «Beauty», Nature; Addresses and Lectures.
  43. Poincaré, Jules Henri (1913). The foundations of science; Science and hypothesis, The value of science, Science and method. New York: The Science Press, pp. 366-7. OCLC 2569829.
  44. «Some Theories Win, Some Lose». NASA.
  45. Malik, Tariq (08-03-2005). «Hunt for Mars life should go underground» (en inglés). The Brown University News Bureau.
  46. Scott Turner (02-03-1998). «Detailed Images From Europa Point To Slush Below Surface» (en inglés). The Brown University News Bureau.

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

Wikiquote

[editar] Vídeos de YouTube

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. LA PERFUMERÍA. El nombre de perfume o perfumes proviene del latín "per", por y "fumare", producir humo, haciendo referencia a la sustancia aromática que desprendía un humo fragante al ser quemado, usado para sahumar. En la actualidad, la palabra «perfume» se refiere al líquido aromático que usa una mujer o un hombre, para desprender olores agradables.

Perfume

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para otros usos de este término, véase Perfume (grupo musical).
Frascos de perfume.

El nombre de perfume o perfumes proviene del latín "per", por y "fumare", producir humo, haciendo referencia a la sustancia aromática que desprendía un humo fragante al ser quemado, usado para sahumar. En la actualidad, la palabra «perfume» se refiere al líquido aromático que usa una mujer o un hombre, para desprender olores agradables.

El término perfumería tiene cuatro acepciones,[1] pudiendo referirse a un establecimiento comercial donde venden perfumes, al arte de fabricar perfumes, al conjunto de productos y materias de la industria del perfume, o al lugar donde se preparan los perfumes o se perfuman ropas o pieles.

Contenido

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[editar] Historia del perfume

Elaboración de perfume en el Antiguo Egipto. Louvre.

El arte de la elaboración de perfumes nació en Egipto, fue desarrollado por árabes y romanos y desde España se reintrodujo en Europa durante el Renacimiento. Fue en Francia, hacia el siglo XIV, donde se cultivaron flores para elaborar los perfumes, permaneciendo ésta desde entonces como el centro europeo de diseño y comercio en perfumería. Mientras que en la Europa del siglo XVIII el perfume era utilizado por la nobleza, en Oriente, especialmente en Japón, el perfume constituía un arte, llamado kodo o arte del incienso, practicado además por la burguesía.

[editar] Ingredientes de perfumería

El perfume es una mezcla que contiene sustancias aromáticas, pudiendo ser éstas aceites esenciales naturales o esencias sintéticas; un disolvente que puede ser sólido o líquido (alcohol en la mayoría de los casos) y un fijador, utilizado para proporcionar un agradable y duradero aroma a diferentes objetos pero, principalmente al cuerpo humano.

Los aceites esenciales son sustancias orgánicas, líquidas aunque algunas veces sólidas, de olor y sabor acres, irritantes e incluso cáusticas. Pueden destilarse sin descomposición, no son miscibles en el agua pero son solubles en alcohol y éter. No tienen el tacto graso y untuoso de los aceites fijos y no dan jabón. Disuelven los cuerpos grasos, la cera y las resinas.

Su composición química es variadísima; a menudo encierran hidrocarburos de fórmula C10H16 o un múltiplo o submúltiplo y un compuesto oxigenado o alcanfor. Algunos contienen éteres, alcoholes, fenoles; otros, contienen azufre. Existen en todos los órganos de las plantas pero especialmente en las hojas y en las flores.

La mayor parte de las esencias ya existen completamente formadas en la planta o vegetal; sin embargo, otras no preexisten sino que se forman por la acción del agua sobre determinadas partes del vegetal por cuya acción se combinan ciertos elementos que se encuentran en las células y determinan la formación de la esencia.[2]

Los fijadores que aglutinan las diversas fragancias incluyen bálsamos, ámbar gris y secreciones glandulares de ginetas y ciervos almizcleros (estas secreciones sin diluir tienen un desagradable olor, pero en solución alcohólica actúan como conservantes). En la actualidad, estos animales están protegidos en muchos países, por lo que los fabricantes de perfumes utilizan almizcle sintético.

La cantidad de alcohol depende del tipo de preparación al que vaya dirigido. Normalmente, la mezcla se deja envejecer un año.

[editar] La Ruta del Perfume

El texto de este artículo o sección aparece en

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[editar] Extracción de fragancias

perfume "hot sensation" de Plaisance

Los aceites esenciales se extraen de los vegetales que los contienen formados o que contienen los elementos para su formación. Su extracción industrial tiene gran importancia; existen distintos procedimientos:

  • Destilación. Este método es el más empleado especialmente para flores, plantas y hierbas, tales como la lavanda, rosas, alhucema, tomillo, sándalo, mimosa, etc. Para ello, se emplea un alambique de cavidad bastante grande. La parte del vegetal que contiene la esencia (raíz, hojas, flores, corteza (árbol), etc.) se machaca y se introduce en el alambique. Es conveniente no poner la materia en contacto directo con la caldera; por este motivo se coloca en sacos o en un vaso en forma de criba que se dispone en el centro de la cucúrbita. Se añade el agua suficiente para que la materia esté completamente bañada y al cabo de algunas horas de maceración se procede a la destilación. El aceite esencial es arrastrado por el vapor de agua, aunque su punto de ebullición en general es muy superior a 100º. Los productos de la destilación son recogidos en un vaso en el que se separan fácilmente el agua y la esencia. Para las esencias más ligeras se dispone del llamado recipiente florentino. La esencia va a la parte superior y se acumula en el recipiente mientras que el agua se escapa por un tubo encorvado que nace de la base del recipiente. Para las esencias más pesadas se usa otro tipo de probeta en la que se deposita el líquido en la base y el agua escapa en altura. En todos los casos, el agua que sale arrastra un poco de esencia en disolución o en suspensión. Esta agua retorna al alambique para aprovecharla en operaciones sucesivas.
  • Compresión. Otro procedimiento extractivo es la compresión; muy conveniente en la cidra, la naranja y la bergamota. Cuando el fruto es abundante, se exprime para recoger el aceite.
  • Enfleurage. El procedimiento extractivo de disolución sirve para ciertas flores delicadas; utilizando para esto ciertas sustancias grasas que tienen la propiedad de absorber los perfumes por contacto. Si se procede a la temperatura ordinaria, la operación se llama enfleurage como ocurre con la vara de Jesé y el jazmín. Consiste en impregnar las sustancias aromáticas en grasa y después extraer el aceite oloroso con alcohol. También se utilizan compuestos químicos aromáticos.
  • Maceración. Cuando se procede por maceración es necesario colocar las flores en unas grandes calderas manteniéndolas sumergidas a fin de que suelten el perfume.[2]

[editar] Tipos de perfumes

Etiqueta de Agua de colonia (1868)

Existen diferentes tipos de perfumes, según su intensidad aromática:

  • Perfume: la forma más concentrada, entre el 15-40% de esencia aromática.
  • Eau de Perfume (EdP): concentración del ~15%.
  • Agua de baño, más conocida como Eau de Toilette (EdT): concentración del 7-15% (~10%).
  • Agua de colonia, Eau de Cologne (EdC): la misma concentración que el anterior pero con aromas cítricos predominantemente: sólo un 3-6% (~5%) de concentrados.
  • Splash perfumes (EdS): ~1% de concentrados.

Al aplicarse el perfume sobre la piel, el calor del cuerpo evapora el disolvente, permaneciendo las sustancias aromáticas, que se disipan gradualmente durante varias horas.

[editar] ¿Cómo reconocer perfumes originales?

Aquí hay algunos tips para reconocer cuando estamos en presencia de perfumes originales o no:

Lo primero es la caja del perfume y el envase. La mayoría de los perfumes originales vienen en su caja sellada, incluso con un celofán, pero hay algunos fabricantes que no los envuelven en plástico por ejemplo muchos de Perry Ellis, algunos de Calvin Klein, de Beverly Hills, Lacoste y casi todos los de la casa Benetton.

La mayoria de los perfumes originales tienen grabado en la parte inferior de la caja un número de lote que debe de coincidir con el del envase. Otro tip puede ser el siguiente: agita el envase un poco y si después de 10 segundos no desaparecen las burbujas existe la posibilidad que sea imitación y no un perfume original.

Por último revisar que la caja no tenga errores de impresión, que la botella no esté despostillada o con muestras de alteración física en el atomizador.

Como los vinos, los perfumes están vivos. Respiran, crecen y se alteran con el tiempo, por lo que si no se cuidan, pueden estropearse antes de tiempo. Vale la pena tomar algunas precauciones para conservarlo en el mejor estado y disfrutar de su aroma el mayor tiempo posible: manténgalo alejado del calor y la luz directos, puesto que ambos alteran su aroma.

Conviene guardarlos en un lugar fresco y sombrío, como por ejemplo un armario o, al menos, mantenerlos dentro de su caja, por hermoso que sea el frasco.

[editar] Referencias

  1. Real Academia Española. «Perfumería en el Diccionario de la Lengua Española». Consultado el 18 de septiembre de 2008.
  2. a b Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (1906-1914)

[editar] Bibliografía

  • Introducción a la cultura japonesa, Hisayasu Nakagawa. Ed. Melusina
  • Süskind, Patrick, El Perfume. Historia de un asesino, Editorial Seix Barral: Barcelona, 1985/2006. ISBN 84-322-2803-6
  • Diccionario de Ingredientes Cosméticos, F. Carrasco (4ª ed, 2009). Ed: www.imagenpersonal.net. ISBN 978-84-613-4979-1
  • La Ruta del Perfume, Alejandro Pose. Ed. Perfil, 2006

[editar] Enlaces externos

Wikcionario

ARTE3: LA ESTÉTICA. La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Formalmente se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte". La palabra deriva de las voces griegas αἰσθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e -ικά (ica) «relativo a».

La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Formalmente se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte". La palabra deriva de las voces griegas αἰσθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e -ικά (ica) «relativo a».

La estética estudia las razones y las emociones estéticas, así como las diferentes formas del arte. La Estética, así definida, es el dominio de la filosofía que estudia el arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo eminente, lo feo o la disonancia. Desde que en [[1750](en su primera edición)y 1758 (en su segunda edición publicada)] Baumgarten usó la palabra "estética", se la designó como: "ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores". Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: calología, que atendiendo a su etimología significa ciencia de lo bello (kalos, «bello»).

 

Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Est%C3%A9tica

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. La espiritualidad es el uso que hace el individuo del conjunto de pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes a través de las cuales se materializa una sociedad.

Espiritualidad

De Wikipedia, la enciclopedia libre


La espiritualidad es el uso que hace el individuo del conjunto de pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes a través de las cuales se materializa una sociedad.[cita requerida].

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Sociedades [editar]

La socialización es el resultado de un uso de las facultades mentales tal, que permite destinar recursos para establecer lazos afectivos y de amistad. En una mente sana, se manifiesta como una necesidad de establecer patrones concurrentes, ciclos en los sistemas del medio que le permitan sostener su actividad y enfocar su proyecto de futuro; así como el reconocimiento de que uno mismo no tiene el suficiente poder como para sostener lo beneficioso a lo largo del tiempo.

Esto puede nacer de forma espontanea o planeada. Encontrando la coordinación de todos los sistemas que pueden llegar a condicionar la actividad humana, el hombre puede comunicarse con lo absoluto, lo único e indivisible; siendo la deidad suprema, la figura de Dios, la proyección en nuestras mentes de ese padre, que eternamente necesita nuestra economía mental; una especie de arquetipo psicológico, del cual el hombre necesita para liberar ciclos cerebrales y destinar los recursos al aprendizaje. También se relaciona con la capacidad de entender lo religioso, lo místico y lo metafísico.[1]

La vida en común con otros seres humanos, conforma unos patrones de conducta y comportamiento modulados por lo anterior. Las obras que resultan del trabajo en común, son en esencia el fruto de su herencia educacional, marcando la pauta del concepto de espiritu por el que dicha sociedad fluye y que le ayuda a elevar su estado de conciencia.

Espiritu y Espiritualidad [editar]

Espiritu es un concepto que alude a una fuerza no perceptible por los habituales 5 sentidos. En la antigüedad se asociaba a la fuerza que el aire pudiera ejercer sobre las velas de un barco. También al aliento motivador que permite acometer tareas en un estado de ánimo de felicidad.

El espíritu que alienta nace de la integración de la información en un cerebro con capacidades de pensamiento y le explica al ser humano su propia capacidad para pensar y para tener animación, emergiendo la capacidad de autodominio. Los animales y las plantas tienen alma anima pero no son capaces de autodominar su espíritu.

Esto establece la principal diferencia entre alma y espíritu: No tienen capacidad de elección sujeta a criterios racionales, por los cuales dominar su alma; por lo tanto son carentes de espiritualidad, pero no de espíritu. La espiritualidad esta basada en la transpersonalización del ego, reconociendo que la energía que aliente nuestra naturaleza, procede de un sistema basal, dando soporte a la creencia de la exitencia de un espiritu o aliento superior del cual depende nuestro ego.

La gran incognita que representa para el ser humano el entender como dominar el pensamiento del hombre y así condicionar las expresiones del alma a voluntad, dio origen a la conceptualización de un espiritu o aliento que trasciende al ego, y por lo tanto en jerarquía, que da soporte al ego y la voluntad. Una especie de hommo dei.

La persona capaz de armonizar alma y espíritu se encuentra más cerca de Dios y es capaz de trascender lo que entendemos comúnmente por humano. Eso no lo hace superior a los demás, sólo lo prepara para servir a los demás como instrumento de una voluntad superior.

Desde la antiguedad, se ha necesitado siempre la figura tutelar de un padre guía que, tal como los padres reales, diese la sensación de estar acogidos para poder descargar de responsabilidad a la voluntad, admitir que hay asuntos que hemos de permitir que acontezcan más allá de nuestra voluntad y que esos hechos no son malos, dado que ese 'padre' que lo domina no desea nada malo a sus criaturas. De esa forma se supera el miedo que la presencia divina puede generar en un primer momento a nuestro espíritu, figurativamente, hay que dejarse caer de espaldas. De esa forma se asumen las consecuencias y se integran dentro de la actividad como algo ineludible. Cuanto menos desarrollada es una sociedad, más intensa es la necesidad de sentir que los elementos no controlados son guiados para nuestro bien. Según se va desarrollando la sociedad se llega a la conceptualizacion de un espiritu superior dando como resultado la idea de un dios en el pensamiento monoteista y de varios espiritus superiores en el politeista.

La necesidad de organizar el conocimiento dio como resultado una estructura, que con el tiempo se dividió en ciencia y religión, siendo esta última forma la que el hombre encontró para estructurar la espiritualidad de los pueblos de acuerdo a sus creencias historicas dándoles nombre y atribuciones o poderes a las diferentes deidades y creando conceptos y mensajes que dichos espiritus superiores desean comunicar a los humanos. Solo algunos iniciados o personas que han tenido un amplio avance racional y filosófico tienen la capacidad de comunicarse con dichos entes superiores.

La espiritualidad es la forma de transcender al propio ego y reconocer que se necesita más poder del que nuestro ego pudiera estimular para dirigir nuestra voluntad. En este aspecto, la religión es un conjunto de experiencias, que han sido útiles a las personas en la puesta en práctica de unos dogmas que no son, o no suelen ser colaterales a la naturaleza humana, y sí necesarios para forzar la socialización a entornos más artificiales, que a veces entran en concordancia con los criterios de los gobernantes, principales beneficiarios del recurso humano, mientras otras muchas veces quedan puramente en el ámbito ideológico o de los científicos o filósofos. El resultado es una deidad con atributos sobrenaturales que se deben imitar, pero cuya presencia es difícil de delimitar.

La puesta en práctica de dichas costumbres, suelen otorgar una adoración a un dios o varios dioses a través de una estructura como la religion o a través de pensamientos y actitudes no estructurados en una sociedad, con el único objetivo de motivar y alentar el recurso humano social. Esa imagen divina aparece en el momento en el que uno reconoce que no hay poder que suministre suficiente fuerza a nuestra voluntad si lo tomamos del ego, emergiendo las propiedades de nuestro sistema basal, que nutre un estado de flujo que nos encamina a un estado de ánimo feliz.

La dimensión espiritual trasciende, por su naturaleza, al control de la voluntad y al deseo del ego, pero no necesariamente a la comprensión intelectual, pues la evidencia de existir escritos sagrados dan a entender que han habido personas que lo han logrado entender y poner por escrito. Así, la religión es una expresión de dicha experiencia a través de un sistema de:

  1. Doctrinas morales,
  2. Prácticas culturales (ritualizadas y/o espontáneas, comunitarias y/o personales), y
  3. Un conjunto de símbolos (creencias, "teologías", lugares santos, sacerdocio...).

La simbología religiosa es interpretada en la realidad ligando la experiencia espiritual (símbolo con su significado, fundamento con su argumento), con la historia patente (en parte simbolizada con su significante y moraleja final).

Desde sus comienzos el hombre ha demostrado conciencia de su necesidad espiritual, puesto que asi fue creado.

Concepción moderna[cita requerida] [editar]

El espíritu no es una sustancia, sino el modo de ser propio del ser humano, cuya esencia es la libertad. Seguramente somos seres de libertad porque plasmamos la vida y el mundo, pero el espíritu no es exclusivo del ser humano ni puede ser desconectado del proceso evolutivo. Pertenece al cuadro cosmológico. Es la expresión más alta de la vida, sustentada a su vez por el resto del universo.

La concepción contemporánea, fruto de la nueva cosmología, dice: el espíritu posee la misma antigüedad que el universo. Antes de estar en nosotros está en el cosmos. Espíritu es la capacidad de inter-relación que todas las cosas guardan entre sí. Forma urdimbres relacionales cada vez más complejas, generando unidades siempre más altas. Cuando los dos primeros topquarks comenzaron a relacionarse y a formar un campo relacional, allí estaba naciendo el espíritu. El universo está lleno de espíritu porque es reactivo, panrelacional y auto-organizativo. En cierto grado, todos los seres participan del espíritu. La diferencia entre el espíritu de la montaña y el del ser humano no es de principio sino de grado. El principio funciona en ambos, pero de forma diferente.

La singularidad del espíritu humano es ser reflexivo y autoconsciente. Por el espíritu nos sentimos insertados en el Todo a partir de una parte que es el cuerpo animado y, por eso, portador de la mente. En el nivel reflejo, espíritu significa subjetividad que se abre al otro, se comunica y así se autotrasciende, gestando una comunión abierta, hasta con la suprema Alteridad. Definiendo: vida consciente, abierta al Todo, libre, creativa, marcada por la amorosidad y el cuidado, eso es concretamente el espíritu humano.

Si espíritu es relación y vida, su opuesto no es materia y cuerpo, sino muerte y ausencia de relación. Pertenece también al espíritu el deseo de encapsularse y rechazar la comunicación con el otro. Pero nunca lo consigue totalmente porque vivir es forzosamente con-vivir. Aun negándose, no puede dejar de estar conectado y de conectarse.

Esta comprensión nos hace conscientes del vínculo que liga y religa todas las cosas. Todo está envuelto en el inmenso proceso complejísimo de la evolución, atravesado en todas las etapas por el espíritu que emerge, cada vez, bajo formas diferentes, inconsciente en unas y consciente en otras.

En esta acepción, espiritualidad es toda actitud y actividad que favorece la relación, la vida, la comunión, la subjetividad y la trascendencia rumbo a horizontes cada vez más abiertos. Al final, espiritualidad no es pensar en Dios sino sentir a Dios como el Vínculo que pasa a través de todos los seres, interconectándolos y constituyéndonos, a nosotros y al cosmos.

Espiritualidad pura [editar]

Uno de los objetivos de las religiones es experimentar y expresar la realidad en su dimensión trascendental. Esta expresión siempre se desarrollará influida por la cultura de la sociedad en la que se expresa, pudiendo parecer inaceptable o incomprensible para otras culturas dicha forma de expresión. De esta manera, la espiritualidad está llamada a ser una disciplina universal en el grado en que dichas culturas sean capaces de liberarse de las particularidades culturales (que pueden aparecer como las únicamente válidas).

David Hume apuntó hacia una espiritualidad pura en su libro póstumo diálogos sobre la religión natural. En él, el filósofo se refiere a concepciones religiosas que no derivan de la revelación (a través de un profeta que dar lugar a unas sagradas escrituras), sino de unos argumentos filosóficos universales (como el deísmo).

Joaquín de Fiore profetizó una religión del espíritu que estuviese libre de dogmas confusos que requiriesen explicación. Así, no necesitaría readaptarse a cada cultura.

También Mahatma Gandhi hizo referencia a éste hecho:

Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres

.

La espiritualidad pura es absoluta ambiguedad entregada a la voluntad de Dios. La espiritualidad requiere el instrumento de la consciencia para ser experimentada.

Espiritualidad de las religiones [editar]

La espiritualidad de cada religión pone de relieve los temas que preocupan a la cultura de ésta, generando la pluralidad de espiritualidades.

Todas las religiones tratan la misma realidad, aunque cada una la expresa con su lenguaje propio relativo a su cultura. Este factor educacional de la religión se debe a que cada doctrina está diseñada para funcionar como puente entre cierta estructura mental y la realidad espiritual, es decir, que está inculturada en una sociedad concreta. Esto no suprime el valor absoluto de cada religión ni lo relativiza, simplemente lo desexclusiviza.

Del mismo modo que la espiritualidad necesita de una religión, las religiones no se pueden separar de la espiritualidad. Si así fuese, se convertirían en simple superstición o totemismo.

Las doctrinas morales, el culto y los símbolos religiosos son los modos de acceso a la espiritualidad que usan las religiones.

Espiritualidad Católica [editar]

¿Qué es la espiritualidad?

Espiritualidad: Es a forma de responder libremente, por la gracia, a la llamada de Cristo a ser sus discípulos. Requiere conversión (cambio de corazón) y por lo tanto renuncia al pecado a favor de una vida nueva en Cristo. Esta llamada es al mismo tiempo personal y comunitaria. Igual que hay diferentes rostros humanos, pero, cada uno tiene los mismos componentes: 2 ojos, una boca, una quijada, etc. Así también hay muchas espiritualidades, pero todas expresan la misma fe en Cristo, vivida plenamente en su Cuerpo místico, que es la Iglesia. Ella nos une al Señor y a todos los redimidos. La espiritualidad se nutre del Espíritu Santo en la oración, en los sacramentos, en el desarrollo de las virtudes, el estudio la vida comunitaria. (Cf. Catecismo 89, 131, 1374, 1392, 2014, 2684, 2687, 2693, 2697).

La Espiritualidad es parte de la teología que estudia el dinamismo que produce el Espíritu en la vida del alma: cómo nace, crece, se desarrolla, hasta alcanzar la santidad a la que Dios nos llama desde toda la eternidad, y transmitirla a los demás con la palabra, el testimonio de vida y con el apostolado eficaz.

Por tanto, se busca una sana relación y equilibrio entre doctrina teológica y vivencia cristiana. Si sólo optara por la doctrina teológica quitando la vivencia, tendríamos una espiritualidad racional, intelectualista y sin repercusión en la propia vida. Y si sólo optara por la vivencia cristiana, sin dar la doctrina teológica, la espiritualidad quedaría reducida a un subjetivismo arbitrario, sujeta a las modas cambiantes y expuesta al error. Así pues, la verdadera espiritualidad cristiana debe integrar doctrina y vida, principios y experiencia.

Así ha sido el testimonio de los santos. Santa Teresa de Ávila dice: “No diré cosa que no la haya experimentado mucho” (Vida 18, 7; Camino, prólogo 3). Pero ella valoraba también mucho el saber teológico: “No hacía cosas que no fuese con parecer de letrados” (Vida 36, 5). Y decía: “Es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz, y allegados a verdades de la Sagrada Escritura hacemos lo que debemos. De devociones a bobas líbrenos Dios” (Vida C. 13, 16).

Hay varios peligros y errores en la búsqueda de una auténtica espiritualidad:

- Por una parte, la ignorancia en los temas espirituales es grande y a veces lleva a que cada cual se forje su propia espiritualidad, su propio criterio. Se suele dar por supuesto que la conciencia y la mente están siempre bien formadas, y se sabe muy bien discernir lo bueno y lo malo. Pero, a decir verdad, no siempre es así.

- Por otra parte, están también los que ofrecen doctrinas falsas o mediocres en temas espirituales. No es raro en temas de espiritualidad un subjetivismo arbitrario, que no se interesa por la Revelación, el Magisterio, la teología o enseñanza de los santos. Se contentan con seguir sus propios gustos y opiniones. Serán falsas todas aquellas espiritualidades que no conducen a la perfecta santidad y al compromiso apostólico, produciendo cristianos cómodos, sabihondos, soberbios intelectuales, o con ideas confusas, extravagantes y etéreas... que va sacando de la chistera un malabarismo pseudo espiritual, que intenta agradar y hacer reír a su público, ávido de espectáculo y de la comezón curiosa. Ya lo decía san Pablo: “No soportan la doctrina sana; si no que, según sus caprichos, se rodean de maestros que les halagan el oído” (2 Tim. 4, 3). ¡Qué bueno es tener buenos guías espirituales! San Juan de la Cruz recomienda mucho “mirar en qué manos se pone, porque cual fuere el maestro, tal será el discípulo” (Llama de amor viva, 3, 30-31). Y santa Teresa confiesa que “siempre fui amiga de letras... gran daño hicieron a mi alma confesores medio letrados, porque no los tenía de tan buenas letras, como yo quisiera...Buen letrado nunca me engañó” (Vida 5, 3).

¿Hay una o varias espiritualidades?

a) La espiritualidad cristiana es una sola si consideramos su substancia, la santidad, la participación en la vida divina trinitaria, así como los medios fundamentales para crecer en ella: oración, liturgia, sacramentos, abnegación, ejercicio de las virtudes todas bajo el imperio de la caridad. En este sentido, como dice el concilio Vaticano II, “Una misma es la santidad que cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios” (Lumen Gentium 41a).... ”Todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (40b). Y en el cielo, una misma será la santidad de todos los bienaventurados, aunque habrá grados diversos.

b) Las modalidades de la santidad son múltiples, y por tanto las espiritualidades diversas. Podemos distinguir espiritualidades de época (primitiva, patrística, medieval, moderna); de estados de vida (laical, sacerdotal, religiosa); según las dedicaciones principales (contemplativa, misionera, familiar, asistencial, etc); o según características de escuela (benedictina, franciscana, ignaciana, dehoniana, etc.).

La infinita riqueza del Creador se manifiesta en la variedad inmensa de criaturas: miles y miles de especies de plantas, animales, peces, minerales. También las infinitas riquezas del Redentor se expresan en esas innumerables modalidades de vida evangélica. El cristiano, sin una espiritualidad concreta, podría encontrarse dentro del ámbito inmenso de la espiritualidad católica como a la intemperie. Cuando por don de Dios encuentra una espiritualidad que le es adecuada, halla una casa espiritual donde vivir, halla un camino por el que andar con más facilidad, seguridad y rapidez; halla, en fin, la compañía estimulante de aquellos hermanos que han sido llamados por Dios a esa misma casa y a ese mismo camino.

Hoy se da en la Iglesia un doble movimiento: por un lado, una tendencia unitaria hace converger las diversas espiritualidades en sus fuentes comunes: Biblia, liturgia, grandes maestros. Por otra, una tendencia diversificadora acentúa los caracteres peculiares de la espiritualidad propia a los distintos estados de vida, o a tales movimientos y asociaciones. La primera ha logrado aproximar espiritualidades antes quizá demasiado distantes, centrándolas en lo principal. La segunda ha estimulado el carisma propio de cada vocación, evitando mimetismos inconvenientes.

Ciertos radicalismos deben ser indicados en este punto:

- Un exceso unificador: lleva en ocasiones a difuminar las espiritualidades, ignorando los diversos carismas, rompiendo tradiciones valiosas, desvirtuando la fisonomía propia de las diversas familias, regiones, escuelas. Así se llega a una espiritualidad única para adolescentes, jesuitas, madres de familia, párrocos o franciscanos. Es un empobrecimiento.

- Un exceso diversificador: radicaliza hasta la caricatura los perfiles peculiares de una espiritualidad concreta; se apega demasiado a sus propios métodos, lenguajes, modos y maneras; absolutiza lo accidental y relativiza quizá lo esencial; pierde armonía evangélica y plenitud de valores. Así se produce un ambiente espiritual cerrado, aislado. Los integrantes de círculo tan cerrado se mostrarán incapaces de colaborar con otros fieles o grupos cristianos. Es también un empobrecimiento.

La vida espiritual debe ejercitarse con las obras, se debe encarnar en la vida ordinaria de la persona. No se es persona espiritual porque se esté pensando siempre en el Cielo y se desprecie la tierra. Al contrario, se es persona espiritual porque se contempla el Cielo con los pies muy firmes en la tierra y se pone en práctica lo que se ha contemplado.(Amedeo Cencini, Verginità e celibato oggi, Per una sessualità pasquale, Edizioni Devoniane Bologna, Bologna 2005, p. 103.).

La espiritualidad, entendida como un camino para abrirse a Cristo y al prójimo, de forma que se pueda amar a Cristo con el corazón humano y amara al prójimo con el corazón de Cristo. La espiritualidad (T. Spildik, Spiritualità, in La mistica parola per parola, a cura di Luigi Borriello Maria R. del Genio, Tomás Spidlík, Ed. Ancora, Milano 2007, p. 336 – 337.) podemos decir que es una escuela, un camino, una forma para llegar a vivir en el corazón de Cristo, que comporta un conocimiento vivencial y experimental de Cristo y una forma muy específica de relacionarse con el mundo, de acuerdo con este corazón que se ha amasado en la cercanía de Cristo. Cada escuela de espiritualidad ofrecerá diversos caminos para alcanzar la vida en Cristo. Difieren una de otra por los métodos, los medios y los caminos que ofrecen y si bien, coinciden en el fin que es el de alcanzar a Cristo, éste se presenta en forma diversa, siendo éste la característica esencial de cada escuela de espiritualidad.

Si bien todas tienden a vivir la misma vida de Cristo, cada escuela de espiritualidad presenta un Cristo diverso, o mejor expresado, una faceta diversa de Cristo. El Cristo es el mismo para todos, pero hay quien hace énfasis en el Cristo resucitado. Hay quien pone su atención en el Cristo que cura a los enfermos, a semejanza del Buen samaritano. Hay quien fija su mirada en el Cristo que toma a un joven y tocando su lengua le dice “¡Effetà!” Es el mismo Cristo, pero contemplado desde un ángulo diverso. Y no sólo se presenta una faceta diversa de Cristo. En ocasiones, el punto central de una escuela de espiritualidad puede ser un misterio divino. Así nos encontramos con escuelas de espiritualidad que tiene como centro el misterio de la encarnación, el de la purificación de María en el templo o el de la Visitación. Y a partir de ese ángulo o misterio divino se explica el organismo de la vida espiritual presentado por cada espiritualidad.

Cada espiritualidad será el medio para vivir la vida en Cristo, esto es, la vida del Espíritu, de forma que las personas consagradas no antepongan nada al Amor de Cristo y vivan una vida de acorde a las exigencias del evangelio. Por ello se puede hablar de una espiritualidad propia basada, como veremos, en el propio carisma. “La consagración religiosa se vive dentro de un determinado instituto, siguiendo unas Constituciones que la Iglesia, por su autoridad, acepta y aprueba. Esto significa que la consagración se vive según un esquema específico que pone de manifiesto y profundiza la propia identidad. Esa identidad proviene de la acción del Espíritu Santo, que constituye el don fundacional del instituto y crea un tipo particular de espiritualidad, de vida, de apostolado y de tradición (cfr. MR 11). Cuando se contemplan las numerosas familias religiosas, queda uno asombrado ante la riqueza de dones fundacionales. El Concilio insiste en la necesidad de fomentarlos como dones que son de Dios (cf PC 2b). Ellos determinan la naturaleza, espíritu, fin y carácter, que forman el patrimonio espiritual de cada instituto y constituyen el fundamento del sentido de identidad, que es un elemento clave en la fidelidad de cada religioso (cf ET 51).” (Sagrada congregación para los religiosos e institutos seculares, Elementos esenciales de la doctrina de la Iglesia sobre la vida religiosa, 31.5.1983, n. 11.)

La espiritualidad, en la medida que se le conozca, se le aprecie y se ponga en práctica, ayuda a relanzar la vida consagrada, puesto que permite llevar a cabo la adecuada renovación y por ende, cumplir con los cometidos del Concilio. Cuando un Instituto de vida consagrada o sociedad de vida apostólica conocen el Cristo o el misterio divino que el fundador ha dejado como modelo a seguir tiene la capacidad de enfrentar las tareas de la renovación sugeridas por el Concilio, a condición de que la espiritualidad sea viva25. Fijando su mirada en el Cristo o en el misterio divino que ha dejado el fundador como punto central de la espiritualidad, las personas consagradas tienen la capacidad de llevar a cabo la renovación en sus cinco vertientes propuestas por el Concilio: vertiente cristocéntrica, vertiente carismática, vertiente eclesiológica, vertiente antropológica y vertiente espiritual. (Arnaldo Pigna, La vita consacrata, trattato di teologia e spiritualità, Edizioni OCD, Roma, 202, p. 503.)

Fuente: - ¿Qué es la espiritualidad? Autor: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net - “El Carisma, origen de la propia espiritualidad” Autor: Germán Sánchez Griese Fuente: Catholic.net


Aunque existen multitud de personas diferentes, hay ciertos rasgos comunes entre ellos que nos permiten conocer mejor a cada quien (por ejemplo con el temperamento etc...), así en la Iglesia Católica conviven grupos de personas que poseen a su modo cada uno una espiritualidad y al reflejar cada una de ellas algo del Espíritu que movía a Jesucristo se convierten así en escuelas de espiritualidad.

Espiritualidad franciscana [editar]

La experiencia religiosa de Francisco de Asís lo conduce a querer imitar a Cristo principalmente en su actitud de "pobreza". Reporta Francisco en la regla Franciscana que: '"La Regla y vida de los Hermanos Menores es esta: observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad" (2Reg 1). Quienes buscan esa "pobreza" absoluta, deben anunciar la paz y la salvación de Jesucristo a cristianos y a personas de otras creencias. La Espiritualidad franciscana conduce a desprenderse de sí para enfocar su atención completa sobre Dios y el ser humano en plan de servicio, de amor y fidelidad. Un estilo de vida y de fe.

  • Ejemplos:
  • a) Vivir el Evangelio. La espiritualidad de Francisco de Asís.
  • b) Espiritualidad y situación del Siglo XII
  • Ver en:Franciscanos.org.

 

Espiritualidad Renana del siglo XII [editar]

  • HILDEGARDA Y LAS BEGUINAS

Hildegarda de Bingen (1098–1179), educada en la comunidad benedictina de Disibodenberg, llamada la “sibila renana” del siglo XII, tiene una profunda formación religiosa, a pesar de su condición de mujer, lo que era una limitante en aquella época. Ella sigue la espiritualidad medieval de la experiencia que pone en ejercicio tanto los sentidos interiores del alma cuanto el movimiento amoroso que la impulsa a autotrascenderse. Su visión subraya lo itinerante de la vida. Invita al discernimiento que evita la dispersión del espíritu, un alegre saber de la vida llamado "discretio", el cual tiene esa sensibilidad para con la vida que deja resonar el todo del universo en la inefabilidad del individual concreto. Se trata de un conocimiento en equilibrio, en donde el hombre sabe por relación a la totalidad. Todo saber fuera de los límites produce un desequilibrio tanto en la historia como en la naturaleza de los elementos. En el cosmos simbólico de Hildegarda la semejanza constituye la forma vinculante del universo. La enfermedad, por ejemplo, no es tanto una alteración patológica cuanto una interrupción de la corriente vital que circula por la buena creación; el restablecimiento viene por la simpatía, el acompañamiento y la compasión con el que sufre. "Veriditis" es la fuerza germinante y creadora que lleva a plenitud los diseños de la semejanza, es el color verde en tanto principio de vida, crecimiento y fertilidad que sale del poder creador de Dios. El alma es la potencia verdeante del cuerpo. La existencia itinerante se cumple en el final de la historia como una celebración en la que resuena el canto sinfónico de los ángeles y de los hombres. Ciertamente Hildegarda tiene una experiencia personal y comunitaria de los misterios de Dios. [15]

'Viendo' esta restauración, la describe así: "el fuego brilla sin quemar, como la aurora, el aire resplandece en toda su transparencia, el agua es clara y tranquila sin desbordamiento ni devastación y la tierra aparece fuerte y plana, sin fragilidad ni defecto. Todo es calma y belleza... la noche ha terminado... Las tinieblas de la noche no volverán a levantarse y el día no terminará [...] La voz de una multitud, canta sinfónicamente la alabanza de los lugares celestiales. Se trata de una visión en plenitud pero dentro de la experiencia del extrañamiento en esta vida y de la patria, inalcanzada aún, del más allá". Sus narraciones apocalípticas (en el sentido de desvelar los fines últimos) dan del universo una visión sorprendente de modernidad dónde la ciencia actual puede reconocerse: creación continua, energía escondida en la materia, magnetismo.

La cultura mística

Las beguinas (XII-XIV): Continúan la espiritualidad de Hildegarda y pertenecen a la mística renana-flamenca.

Tomás pertenece a la escuela de místicos que se difundieron especialmente en el norte de Europa, de Suiza a a Holanda. Fue un seguidor de Geert Groote y Florentius Radewijns, los fundadores de los Hermanos de la Vida Común. Sus escritos son de carácter devocional e incluyen meditaciones, cartas, sermones así como una biografía de Santa Lydwine -una mujer cristiana que dio muestras de virtud y perseverancia aún en momentos de grandes dificultades-. Tiene la biografía de Groote, Radewijns y nueve de sus compañeros. Todas esas obras tienen el mismo sentido, estilo y fuerza de la Imitación de Cristo como una prolongada meditación de la vida y las bendiciones divinas. Todas sus obras son una permanente adoración a Cristo.

Espiritualidad jesuítica [editar]

La espiritualidad jesuita consiste en la forma concreta del seguimiento de Cristo que ilustran los Ejercicios ignacianos, las Constituciones de la Compañía, los escritos de Ignacio de Loyola, Jerónimo Nadal , Luis González de Cámara, Pedro Fabro, Francisco Javier. La Encarnación de Cristo conduce a abarcar toda la vida concreta de las personas en el conjunto de su fe. No es sólo una espiritualidad de vida íntima en relación con Dios, pero también una acción concreta para encarnar en el mundo de hoy, el ideal cristiano.

Espiritualidad monástica [editar]

La espiritualidad monástica nace del evangelio, como la espiritualidad del catolicismo en general. Su ideal cristiano se plasma en "Reglas" de vida. Parte de sus experiencias y lleva al monje a apartarse de bienes y de la vida conyugal para vivir por el grande y absorbente ideal de la búsqueda de Dios. El ascetismo corporal se impone. Sus elementos destacados son el ayuno, la abstinencia, las velas nocturnas, la práctica del silencio, el trabajo manual, una auténtica pobreza, la virginidad. Espiritualidad monacal

Espiritualidad dominicana [editar]

Los miembros de la Orden de los Hermanos Predicadores llamados también 'dominicos' viven en comunidad con los tres votos religiosos.

"Los frailes, de acuerdo entre sí por la obediencia, asociados en un amor más elevado por la disciplina de la castidad, y dependiendo más estrechamente unos de otros por la pobreza edifican primero en su propio convento esa iglesia de Dios que, mediante su trabajo, han de extender por el mundo"

Toda su espiritualidad se dirige hacía su misión principal de predicadores del evangelio, usando diversas formas de transmisión.

Página de los Dominicos

Las fuentes de la espiritualidad [editar]

  • La Santa Biblia (leída con una gran fuerza de espíritu en comunión con la voluntad de Dios)
  • La Toráh (los 5 libros de Mosheh)
  • Palabra de Dios
  • Sacramentalidad de la iglesia
  • Testimonio de la iglesia
  • Reconocimiento de nuestros hermanos.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

ARTE3: ESPIRITUALIDAD. EL AMOR. El amor (del latín, amor, -ōris) es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico). Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frecuencia el término se asocia con el amor romántico.

Amor

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Le printemps («La primavera», 1873), pintura de Pierre Auguste Cot.

El amor (del latín, amor, -ōris) es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico). Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente. Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. Con todo, el amor interpersonal se considera sano o «verdadero» cuando es constructivo para la personalidad, para lo cual es indispensable tener una buena autoestima.

«Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad».[1]

Como concepto abstracto, el amor se considera normalmente un sentimiento profundo e inefable de preocupación cariñosa por otra persona, animal o cosa. Incluso esta limitada concepción del amor, no obstante, abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico,[2] y hasta la profunda unidad de la devoción del amor religioso.[3] En este último terreno, trasciende el sentimiento y pasa a ser la manifestación de un estado del alma o de la conciencia identificada en algunas religiones con Dios mismo. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (música, cine, literatura). Desde el punto de vista de la Biología, parece estar relacionado con la supervivencia del individuo y de la especie; según algunos, no es privativo de la especie humana, y también pueden presentarlo otros animales capaces de establecer nexos emocionales.

Contenido

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Manifestaciones del amor

Admiration maternelle («Admiración maternal», 1869). Óleo de William-Adolphe Bouguereau.

En las relaciones de la persona con su medio, el amor puede presentar una o más de una de las manifestaciones siguientes:

  • Amor autopersonal: La autoestima o amor propio es el amor hacia uno mismo. Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales. Se basa en la aceptación de las virtudes y defectos propios y la percepción de éstos en su justa medida. No debe confundirse con el narcisismo, que conlleva egocentrismo y que suele existir como consecuencia de una autoestima baja.[4] Vulgarmente y con frecuencia se malinterpreta el concepto de autoestima al referirse al narcisismo patológico como «autoestima demasiado alta» o «demasiado amor propio». La autoestima es el requisito necesario para que exista amor real en cualquiera de sus manifestaciones.[4]
  • Amor incondicional: Es el que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este tipo; este último, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.[5]
  • Amor filial: Entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
  • Amor fraternal: En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco. Lo mismo que el amor filial, y desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto.
  • Amistad: Cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad. Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo».[6]
Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, 250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, México).
  • Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.
  • Amor confluente: Amor entre personas capaz de establecer relaciones de pareja definido a mediados del siglo XX. Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser para siempre, no supone una entrega incondicional etc.[7]
  • Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual se considera una manifestación del amor únicamente si nace de la autoestima.
Representación del amor(erastés y erómeno, Siglo V a. C.).
  • Amor platónico: Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para Platón, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del conocimiento.[8] Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.
  • Amor a los animales y a las plantas: Nace de un sentimiento protector.
  • Amor hacia algo abstracto o inanimado: A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo), al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia (integridad). Puede considerarse amor platónico en su sentido filosófico.
  • Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación recibida desde la infancia. Considera a Dios como la fuente de todo amor y se basa en la fe. En la mayoría de los casos, se considera que tras la muerte Dios premiará de alguna forma a las personas que la correspondiente religión considere virtuosas.
  • Amor universal: Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden llegar a sentir por el medio natural y que los grandes místicos experimentan como nirvana, éxtasis o iluminación, manifestación sublime en la que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle sostiene que el amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano consciente.[9]

Perspectivas sobre el amor

Perspectiva popular

El amor suele representarse frecuentemente con un conocido y peculiar corazón rojo.

Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una influencia muy importante en sus relaciones interpersonales y sexuales mutuas. Sin embargo, se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y, en un sentido más amplio, se habla de amor hacia Dios, la humanidad, la naturaleza, el arte o la belleza, lo que suele asociarse con la empatía y otras capacidades. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo que ocasiona felicidad o placer al que ama. Sobre todo en el mundo occidental, suele ser contrastado, evitado o contrarrestado por el odio, desprecio o egoísmo.

Popularmente, el amor se considera un sentimiento real. En los casos más comunes es el origen de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser o no ser correspondido. Ello intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos que, partiendo de su propia insuficiencia, desean el encuentro y unión con aquél que han juzgado ser su complemento para su existencia.

Las personas aplican el concepto del amor de un modo intuitivo desde y hacia otros animales superiores y hacia otros seres vivos como las plantas.

Perspectiva artística

Perspectiva espiritual

En la cultura religiosa monoteísta, el amor suele mencionarse y ser apoyado por Dios, como es el caso del Islam, el judaísmo y el cristianismo. Aquellas personas cuyo amor está o se supone que está cercano al Amor Universal, o a Dios, reciben el nombre de santos. Tanto en el budismo como en el cristianismo, el Islam, el hinduismo o el judaísmo suelen representarse con una aureola alrededor de su cabeza. Los budas presentan aureolas adicionales alrededor de todo su cuerpo.

Judaísmo

Escultura análoga a la escultura de arte pop LOVE de Robert Indiana (1977) que sustituye la palabra «love» por ahava, en el Museo de Israel.

En hebreo, ahava es el término más comúnmente usado tanto para el amor interpersonal como para el amor de Dios.

El judaísmo emplea una definición amplia del amor, tanto entre personas como entre los seres humanos y la deidad. Respecto al primer caso, en la Torah se afirma: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18). Respecto al segundo, a los seres humanos se les manda amar a Dios «con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas» (Deuteronomio 6:5), tomado de la Mishná (un texto central de la tradición oral judía) para referirse a los buenos actos, la buena voluntad para sacrificar la vida en lugar de cometer ciertas transgresiones graves, la buena voluntad para sacrificar todas las posesiones, y el agradecimiento al Señor a pesar de la adversidad (tratado de bərākhāh 9:5). La literatura rabínica se diferencia de lo anterior en cómo este amor puede desarrollarse: por ejemplo, mediante la contemplación de los bienes divinos o la observación de las maravillas de la naturaleza.

En lo concerniente al amor entre compañeros de matrimonio, éste está considerado un ingrediente esencial de la vida: «Observa la vida con la esposa que amas» (Eclesiastés 9:9). El libro bíblico Cantar de los Cantares se considera una metáfora romántica del amor entre Dios y su pueblo, pero, en su lectura literal, aparece como una canción de amor.

El rabino del siglo XX Eliyahu Eliezer Dessler es citado frecuentemente como definidor del amor desde el punto de vista judaico, de «dar sin esperar nada a cambio» (Michtav me-Eliyahu, Vol. 1).

Cristianismo

La Virgen y su hijo, de Isaac Oliver (f. 1617). Aparecen la Virgen y su hijo representados con rasgos europeos y con la aureola de santos.

En el cristianismo se entiende que el amor proviene de Dios. El amor de hombre y mujer —eros en griego— y el amor desinteresado por los demás (agape) se contrastan a menudo como amor «ascendente» y «descendente», respectivamente, aunque en última instancia son una misma cosa.[10]

Existen varias palabras griegas para el "amor" que se utilizan con frecuencia en ámbitos cristianos.

  • Agape: En el Nuevo Testamento, agapē es caritativo, desinteresado, altruista e incondicional. Es el amor de los padres, visto como creador del bien en el mundo; es el modo en el que se ve a Dios amar a la humanidad, y es la clase de amor que los cristianos aspiran a tener por sus semejantes.
  • Phileo: También usado en el Nuevo Testamento, es una respuesta humana a algo que se ha encontrado muy agradable. También conocido como amor fraternal.
  • Las palabras eros (amor sexual) y storge (amor entre hijos y padres) nunca se usaron en el Nuevo Testamento.

Los cristianos creen que amar a Dios con todo el corazón, mente y fuerza (sobre todas las cosas) y amar al prójimo como a uno mismo son las dos cosas más importantes en la vida (el mayor mandamiento de la Torah de los judíos, según Jesús);[11] San Agustín resumió este pensamiento al escribir «ama a Dios, y haz lo que quieras».

El apóstol San Pablo glorificó el amor como la mayor de las virtudes. Describiéndolo en el famoso poema Primera epístola a los corintios, escribió:

«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta».
1 Corintios 13:4-7.

En la Primera epístola de Juan, capítulo 4, se dice:

«Amémonos los unos a los otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios; quien no ama no ha conocido a Dios».
1 Juan 4:7-8.[12]

El apóstol San Juan también escribió:

«Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna».
Juan 3:16-18.

San Agustín dijo que uno debe ser capaz de descifrar la diferencia entre el amor y el deseo sexual. También dijo que el único que puede amar real y plenamente es Dios, porque el amor entre seres humanos permite la aparición de defectos como los celos, la desconfianza, el miedo, la ira y la disputa.

Benedicto XVI escribió su primera encíclica con el título «Dios es amor». En ella expresa que un ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, que es amor, es capaz de practicar el amor, de darse a Dios y a otros (agape) y de recibir y experimentar el amor de Dios en la contemplación (eros). Esta vida de amor, según el pontífice, es la vida de santos como la Madre Teresa de Calcuta y la Bienaventurada Virgen María y es la dirección que deben tomar los cristianos cuando creen que Dios les ama.[10]

La homosexualidad está completamente rechazada por la Iglesia católica actual. Según unas polémicas declaraciones pronunciadas en diciembre de 2008 por el papa Benedicto XVI, «constituye una grave amenaza para la humanidad la confusión de los sexos».[13]

El Islam y otras creencias árabes

En cierto sentido, el amor abarca la visión islámica de la vida como una hermandad universal que se aplica a todos los que mantienen la fe. No existen referencias directas que afirmen que Dios es amor, pero entre los 99 nombres de Dios (Allah), existe el nombre Al-Wadud, o «el Amante», que se encuentra en la Azora 11:90 y en la Azora 85:14. Se refiere a Dios como «pleno de amorosa amabilidad». Todos los que tengan fe tendrán el amor de Dios, aunque el grado de amor recibido y el esfuerzo puesto para conseguirlo depende del individuo en sí mismo.

Ishq, o el amor divino, es el tema principal del sufismo. Los sufís creen que el amor es una proyección de la esencia de Dios sobre el universo. Dios desea reconocer la belleza, de modo que, cuando, por ejemplo, alguien se mira en un espejo, es Dios quien se «mira» a sí mismo dentro de la dinámica de la naturaleza. Ya que todo es un reflejo de Dios, la escuela del sufismo practica ver la belleza dentro de la aparente fealdad. El sufismo se refiere a menudo a ello como la religión del amor. Dios aparece en tres términos principales, que son el Amante, el Amado y el Amor, pudiéndose encontrar el último de estos términos frecuentemente en la poesía sufí. Un punto de vista común es que, a través del amor, la humanidad puede volver a su pureza y gracia inherentes. Los santos sufistas son tristemente célebres por estar «borrachos» debido a su amor divino; por lo tanto, es constante la referencia al vino en la poesía y la música sufís.

La homosexualidad está castigada por la ley en los países islámicos, llegando en algunos a existir cadena perpetua e incluso pena de muerte para los homosexuales.

Budismo

Buda Gautama pintado sobre una roca en el Tíbet. Se aprecian las aureolas alrededor de su cabeza y de su cuerpo.

En el budismo, kāma es amor sensual, sexual. Es un obstáculo en el camino hacia la iluminación, ya que constituye egoísmo.

Karuṇā es compasión y misericordia, y reduce el sufrimiento de otros. Es complementario de la sabiduría y necesario para la iluminación.

Adveṣa y mettā son amor benevolente. Este amor es incondicional y requiere una autoaceptación considerable. Es bastante diferente del amor ordinario, que normalmente se basa en el apego y el sexo y que raramente ocurre sin interés propio. En su lugar, este amor se refiere al desprendimiento y la ausencia de intereses egoístas en beneficio de los demás.

Desde el punto de vista del budismo, el amor «puro» proviene de un estado de pureza espiritual al que los seres humanos pueden llegar mediante la liberación de las llamadas emociones perturbadoras (deseo y apego, odio e ira, ignorancia, orgullo, envidia), inherentes al mundo material o samsara. Mediante la compasión, el desapego del mundo material, y la meditación, puede aumentarse paulatinamente la capacidad de funcionamiento de todos los chakras, incluyendo el chakra del corazón, de tal modo que es posible amar conscientemente y eliminar el sufrimiento asociado al amor ordinario hasta alcanzar el llamado estado de iluminación, en el que existe un amor incondicional hacia todos los seres sintientes, equiparable al que, por ejemplo, puede sentir una madre por su hijo. Según esta corriente de pensamiento, el amor mantiene unidas todas las cosas, y nuestra conciencia crea el propio universo. Para el budismo, todas las religiones son válidas si se basan en el amor espiritual y la compasión.[14] [15] [16] [17]

El ideal de bodhisattva en el budismo Mahayana implica la completa renunciación a uno mismo con el objeto de soportar la carga de un mundo de sufrimiento. La mayor motivación que uno tiene para tomar el camino del bodhisattva es la idea de salvación que existe dentro del amor altruista y falto de egoísmo por todos los seres sintientes.

Los siete chakras. El cuarto, empezando por arriba, es el del corazón.

Hinduismo

En el hinduismo, kāma es el amor placentero, sexual, personificado por el dios Kamadeva. Para muchas escuelas hinduistas, es el tercer final (artha) de la vida. Kamadeva se representa a menudo sosteniendo un arco de caña de azúcar y una flecha de flores, y montado en ocasiones sobre un gran loro. Está normalmente acompañado por su consorte Rati y su compañero Vasanta, señor de la primavera. Pueden verse imágenes grabadas en piedra de Kaama y Rati en la puerta del templo de Chenna Keshava en Belur, en Karnataka, India. Maara es otro nombre para kāma.

En contraste con kāma, prema —o prem— se refiere al amor elevado. Karuna es la compasión y misericordia, que impulsa a uno a reducir el sufrimiento de otros. Bhakti es un término del sánscrito, que significa «devoción amorosa hacia el supremo Dios». Una persona que practica bhakti se conoce como bhakta. Escritores, teólogos y filósofos hindúes han diferenciado nueve formas de bhakti, que pueden encontrarse en el Bhagavatha-Purana y en las obras de Tulsidas. La obra filosófica Sutras de Narada Bhakti, de autor desconocido (presumiblemente Narada), distingue once formas de amor.

La filosofía oriental presenta una aproximación al amor espiritual diferente de la occidental: El sufrimiento en sí mismo no es lo que nos hace virtuosos, sino que es un medio para alcanzar la virtud, de tal modo que acercarse a la iluminación o el nirvana implica el cese paulatino del sufrimiento y el aumento del gozo. Al igual que en el cristianismo, el sufrimiento es un catártico (o vía de expiación) que nos conduce al estado iluminado (o a Dios en el cristianismo). Sin embargo, para la concepción oriental, preocuparse por conseguir un objetivo constituiría un modo de sufrimiento adicional (el apego y la ignorancia), de modo que deberíamos limitar nuestro sufrimiento no preocupándonos por el propio sufrimiento —incluyendo el deseo de conseguir metas—. En palabras de Osho:

El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a amar, no voy a odiar». Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a inspirar, no voy a espirar». De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: «¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir». [...] El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente.

Perspectiva psicológica

Noonday heat («Calor del mediodía», 1902). Pintura de Henry Scott Tuke.

El amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.)

Tras las investigaciones efectuadas acerca del amor, Robert J. Sternberg propuso la existencia de 3 componentes:

  1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
  2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
  3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.

Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.

Por su parte, analizando la preeminencia de una u otra de estas distintas prioridades que motivan los vínculos amorosos, algunos autores como John Lee proponen una serie de arquetipos amatorios: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma.

L'enlèvement de Psyché («El rapto de Psique», 1895), pintura de William-Adolphe Bouguereau en la que Psique aparece raptada por Cupido.

Para Erich Fromm el amor es un arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud. Según Fromm, la mayoría de la gente identifica el amor con una sensación placiente. Él considera, en cambio, que es un arte, y que, en consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de vista, la mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal objetivo es ser amado y no amar, de modo que llegan a valorar aspectos superficiales como el éxito, el poder o el atractivo que causan confusión durante la etapa inicial del pretendido enamoramiento pero que dejan de ser influyentes cuando las personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia del misterio inicial.

Le sommeil («El sueño», 1866). Óleo sobre lienzo de Gustave Courbet.

Así pues, recomienda proceder ante el amor de la misma forma que lo haríamos para aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o la medicina. Y distingue, como en todo proceso de aprendizaje, dos partes, una teórica y otra práctica.[6]

Existen polarizaciones extremas de la mente manifestando un amor desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o incluso la de la otra persona por estar experimentando un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas. El dar sin recibir a cambio, el sacrificar y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, sin que uno lo considere como sacrificio sino como oportunidad para prodigar el sentimiento, suele considerarse una antesala al desequilibrio emocional, pues la persona objeto de nuestra obsesión no tiene por qué responder tal como lo habíamos premeditado; puede no agradecer nuestro esfuerzo y exigirnos aún más. No obstante, algunos confunden esa polarización extrema con amor «verdadero» o «sano», y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y, como salida a dicha frustración, violencia. Por los resultados evidentes en las noticias diariamente, observamos una creciente tendencia a la violencia de género, en la que los psicólogos actuales apuntan a esta patología de obsesión polarizada como principal desencadenante de estos conflictos.

Perspectiva filosófica

Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión. Baruch de Spinoza estableció una definición que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y sociales. Escribió al respecto: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada».[19]

La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir alegrías y tristezas de otras personas, no difiere esencialmente de la definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere «compartir las alegrías y tristezas de los demás como si fuesen propias», tal el «amarás a tu prójimo como a ti mismo».

No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables con la realidad, sino que también presenta aspectos cuantificables, ya que indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos, mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona amada.

De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero. Según sus propias palabras: «Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que la afecta de tristeza, seremos, por el contrario, afectados también de odio contra él».[20]

Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud opuesta al amor, como una tendencia a intercambiar (respecto del tercero mencionado) los papeles de tristeza y alegría como afectos compartidos.

Para Leibniz, la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes, y esa felicidad radica fundamentalmente en el amor. El amor a Dios, según el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz. Así pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el que se combina la ternura con la razón.[21]

Perspectiva biológica

Cachorros de perro en «actitud amorosa».

El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarlo en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia).

Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama «amor» que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones físicas con individuos del mismo sexo (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana, y también se observan comportamientos altruistas por parte de individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable).

Visión general simplista de la base química del amor.

La neurobiología está avanzando una definición tripartita del amor, en que se diferenciarían tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados, y cada uno de ellos regulado hormonalmente:

Aparte de la serotonina y la oxitocina, el cerebro libera otra sustancia en estado de enamoramiento, la feniletilamina que actúa sobre el sistema límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en el enamoramiento, además de que es un precursor de la dopamina, de ahí que también se encuentre en grandes cantidades. Se puede encontrar en alimentos como el chocolate y quesos fermentados. Una pequeña modificación química puede hacer que se transforme en un estimulante (anfetamina y metilfenidato) o un antidepresivo (bupropión y la venlafaxina).

El equilibrio de los tres procesos controla la biología reproductiva de muchas otras especies, por lo que se cree que su origen evolutivo es común. La etología interpreta que el amor humano evolucionó a partir del ritual de apareamiento, o cortejo de los mamíferos (despliegue de energía, persecución obsesiva y protección posesiva de la pareja y agresividad hacia los potenciales rivales).[22]

Los modelos biológicos del sexo tienden a ver el amor como un impulso de los mamíferos, tal como el hambre o la sed.[23] Helen Fisher, una experta mundial en este tema, divide la experiencia del amor en tres etapas parcialmente superpuestas: lujuria, atracción, y apego. La lujuria expone a las personas hacia el resto; la atracción romántica anima a las personas a enfocar su energía en el apareamiento; y el apego implica la tolerancia de la pareja (o de los hijos) durante un tiempo suficiente como para criar a la prole hasta que ésta pueda valerse por sí misma.

La lujuria es el deseo sexual pasional inicial que promueve el apareamiento, e implica un aumento en la liberación de sustancias químicas tales como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos raramente duran más de unas pocas semanas o meses. La atracción interpersonal es un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la lujuria como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[24]

Ya que las etapas de lujuria y atracción se consideran ambas temporales, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años o incluso décadas. Se basa generalmente en reponsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[24]

La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[25]

Perspectiva materialista

Bajo un punto de vista meramente materialista, el amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes involuntarios[cita requerida] y desinteresados que se manifiestan en seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. Cabe resaltar el uso actual de la palabra amor para designar tanto el amor espiritual como el propio acto sexual —mediante la expresión «hacer el amor». Hasta mediados del siglo XX, esa expresión estaba reservada para el galanteo.

Diferentes visiones histórico-culturales

Si bien el amor está fundado en capacidades y necesidades biológicas así como el placer sexual y el instinto de reproducción, tiene también una historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los trovadores,[26] al cristianismo, al movimiento romántico, etcétera), pero los vestigios arqueológicos de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños, los coterráneos, entre otros, por lo cual las interpretaciones que postulan que el amor en general es una construcción cultural específica no parecen fundadas.

Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas del sexo opuesto como hacia aquellas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento, los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo masculino.

La palabra española «amor» puede tener múltiples significados, aunque relacionados, distintos entre sí dependiendo del contexto. A menudo, otros idiomas usan diferentes palabras para expresar algunos de los variados conceptos. Las diferencias culturales al conceptualizar el amor hacen aún más difícil establecer una definición universal.[27] En la cultura maya no existía la palabra amor para con los hijos. En piamontés no existe la palabra amor.[28]

Cultura persa

Incluso tras todo este tiempo
El Sol nunca dice a la Tierra «estás en deuda conmigo».
¡Observa lo que ocurre con un Amor como ese!
Ilumina todo el Cielo.
Hafiz

Rumi, Hafiz y Sa'di son iconos de la pasión y el amor en la cultura y el lenguaje persas. La palabra persa para el amor es eshgh, que deriva de la árabe ishq. En la cultura persa, todo es abarcado por el amor y todo es por amor, empezando por el amor a los amigos y a la familia, a los maridos y esposas, y llegando eventualmente al amor divino, que constituye la meta última de la vida. Hace alrededor de siete siglos, Sa'di escribió:

Los hijos de Adán son miembros de un cuerpo
Habiendo sido creados de una sola esencia.
Cuando la calamidad del tiempo aflige a un miembro
Los otros miembros no pueden continuar su descanso.
Si no tienes compasión por los problemas de otros
No mereces ser llamado por el nombre de «hombre».
Sa'di

Cultura china y otras culturas sínicas

El carácter chino para el amor (愛) consiste en un corazón (en medio) dentro de «aceptar», «sentir» o «percibir» que muestra una emoción llena de gracia.

En el idioma chino y la cultura china contemporáneos, se usan varios términos o palabras raíz para el concepto de amor:

  • Ai (愛) se usa como verbo (p. ej., wo ai ni, «te amo») o como nombre, especialmente en aiqing (愛情), «amor» o «romance». En la China continental, y desde 1949, airen (愛人, originalmente «amante», o, más literalmente, «persona de amor») es la palabra dominante para «esposo» (habiendo sido desenfatizados originalmente los términos separados para «esposa» y «marido»); la palabra tuvo una vez una connotación negativa, que permanece, entre otros lugares, en Taiwán.
  • Lian (戀) generalmente no se usa de forma aislada, sino como parte de términos tales como «estar enamorado» (談戀愛, tan lian'ai —que también contiene ai), «amante» (戀人, lianren) u «homosexualidad» (同性戀, tongxinglian). En el confucianismo, lian es un amor benevolente y virtuoso que deberían buscar todos los seres humanos, y refleja una vida moral. El filósofo chino Mozi desarrolló el concepto de ai (愛) como reacción al lian confucianista. Ai, en el mohismo, es un amor universal hacia todos los seres, no sólo hacia los amigos o familia, sin consideración de la reciprocidad. La extravagancia y la guerra ofensiva son hostiles hacia ai. Aunque el pensamiento de Mozi tuvo influencia, el término confucianista lian es el que la mayoría de los chinos usan para el amor.
  • Qing (情), que comúnmente significa «sentimiento» o «emoción», generalmente indica «amor» en varios términos. Está contenido en la palabra aiqing (愛情). Qingren (情人) es un término usado con el significado de «amante».
  • Gănqíng (感情) es el «sentimiento» de relación, vagamente similar a la empatía. Una persona expresará amor construyendo buen gănqíng, conseguido por medio de ayuda o trabajo prestados a otras personas y apego emocional hacia otra persona o hacia cualquier otra cosa.
  • Yuanfen (緣份) es la conexión de destinos vinculados. Una relación significativa es generalmente concebida como dependiente de un fuerte yuanfen. Consiste en buena suerte a la hora de hacer un descubrimiento afortunado e inesperado. Conceptos similares en español son: «Estaban hechos el uno para el otro», o el «destino».
  • Zaolian (simplificado: 早恋, tradicional: 早戀, pinyin: zǎoliàn), literalmente, «amor temprano», es un término contemporáneo usado frecuentemente para los sentimientos románticos o el apego entre niños o adolescentes. Describe tanto la relación entre novio y novia adolescentes como el enamoramiento de la adolescencia temprana o la niñez. El concepto indica en esencia la creencia prevalente en la cultura china contemporánea consistente en que, debido a la demanda de los estudios (derivada sobre todo del sistema educativo altamente competitivo de China), los jóvenes no crean apego romántico y por lo tanto ponen en peligro sus oportunidades de éxito futuro. Han aparecido informes en periódicos y otros medios chinos que detallan la prevalencia del fenómeno, los peligros observados en los estudiantes y los temores de sus padres.

Cultura japonesa

En el budismo japonés, ai (愛) es un amor de cariño pasional, y un deseo fundamental. Puede desarrollarse hacia el egoísmo o el altruismo y hacia la iluminación.

Amae (甘え), una palabra japonesa que significa «dependencia indulgente», es parte de la cultura de la educación de los hijos en Japón. Se espera de las madres japonesas que abracen y mimen a sus hijos, y se espera de los hijos que recompensen a sus madres aferrándose a ellas y sirviéndolas. Algunos sociólogos han sugerido que las interacciones sociales de los japoneses en la vida de adultos se modelan en el amae entre madre e hijo.

Cultura griega

El idioma griego distingue varios sentidos diferentes en los que se usa la palabra «amor». Por ejemplo, el griego antiguo presenta la palabras philia, eros, storge y xenia. Sin embargo, con el griego (al igual que con muchos otros idiomas) ha sido históricamente difícil separar totalmente los significados de estas palabras. Al mismo tiempo, el texto en griego antiguo de la Biblia contiene ejemplos del verbo agapo con el mismo significado que phileo.

  • Agape (ἀγάπη agápē) significa amor en griego actual. El término s'agapo significa «te amo» en griego. La palabra agapo es el verbo «amo». Generalmente se refiere a un tipo ideal de amor «puro», más que a la atracción física sugerida por eros. No obstante, hay algunos ejemplos de agape usados con el significado de eros. También se ha traducido como «amor del alma».
  • Eros (ἔρως érōs) es un amor pasional, con deseo sensual y duradero. La palabra griega erota significa enamorado. Platón creó su propia definición. Aunque eros se siente inicialmente por una persona, con la contemplación se convierte en una apreciación de la belleza que existe dentro de esa persona, o incluso llega a ser la apreciación de la belleza en sí misma. Eros ayuda al alma a recordar el conocimiento de la belleza y contribuye a la comprensión de la verdad espiritual. Los amantes y los filósofos están todos inspirados para la búsqueda de la verdad por medio de eros. Algunas traducciones lo muestran como "amor del cuerpo".
  • Philia (φιλία philía), un amor virtuoso desapasionado, fue un concepto desarrollado por Aristóteles. Incluye la lealtad a los amigos, la familia y la comunidad, y requiere virtud, igualdad, y familiaridad. Philia está motivado por razones prácticas; una o ambas partes se benefician de la relación. También puede significar «amor de la mente».
  • Storge (στοργή storgē) es un afecto natural, como aquel que sienten los padres por sus hijos.
  • Xenia (ξενία xenía), hospitalidad, era una práctica extremadamente importante en la Antigua Grecia. Era una amistad casi ritualizada formada entre un anfitrión y su huésped, quienes podían haber sido previamente desconocidos. El anfitrión alimentaba y proporcionaba alojamiento al huésped, de quien se esperaba recompensa únicamente con gratitud. La importancia de este amor puede verse a través de toda la mitología griega, en particular, en la Ilíada y la Odisea de Homero.

Reseña mitológica sobre el amor: el mito del andrógino

En la mitología griega, eran tres los sexos: lo masculino era en un principio descendiente del sol; lo femenino, de la tierra, y lo que participaba de ambos, de la luna. Estos tres sexos, y su manera de avanzar, eran, precisamente como la luna, circulares. Así pues, eran terribles por su fuerza y su vigor y tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Ante esta situación, Zeus y los demás dioses deliberaron, y se encontraron ante un dilema, ya que no podían matarlos o hacer desaparecer su raza fulminándolos con el rayo como a los gigantes —porque entonces desaparecerían los honores y sacrificios que los hombres les tributaban—, ni permitir que siguieran siendo altaneros.

Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: «Me parece que tengo una estratagema para que continúen existiendo estos seres y al mismo tiempo dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo —continuó— voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber aumentado su número». Así pues, Zeus llevó a cabo su plan, y una vez que la naturaleza de estos seres quedó cortada en dos, cada parte empezó a echar de menos a su mitad, a reunirse con ella y rodearla con sus brazos, a abrazarse la una con la otra anhelando ser una sola por naturaleza. Desde entonces, el amor de unos a otros es innato en los hombres y mujeres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Por eso, cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos a separarse.

De El Banquete de Platón.

Cultura turca (chamánica e islámica)

En turco, la palabra «amor» aparece con varios significados. Una persona puede amar a un dios, a una persona, a sus padres, o a la familia. Pero esa persona sólo puede «amar» (aşk) a una persona del sexo opuesto. Los turcos usaban esta palabra solamente para sus amores en un sentido romántico o sexual, que inidicasen un enorme encaprichamiento. Esta palabra también es común para las lenguas turcas, tales como el azerbaiyano (eşq) y el kazajo (ғашық).

Antigua Roma (latín)

Agnolo Bronzino, Alegoría del triunfo de Venus, hacia 1540-1545. Londres, The National Gallery. El amor representado por los dos dioses acompañados por los «celos» (centro-izquierda), el «engaño» (centro-derecha), la «necedad» (arriba a la izquierda) y el «tiempo» (arriba a la derecha).

El idioma latín tiene varios verbos diferentes que se corresponden con la palabra española «amor».

  • Amāre es la palabra básica para «amar», y aún lo es en el italiano actual. Los romanos la usaban tanto en un sentido afectivo como en un sentido romántico o sexual. De este verbo deriva amans —un amante, amador, «amante profesional», generalmente con la noción accesoria de lujuria— y amica, «novia», palabra generalmente usada de forma eufemística para una prostituta. El nombre correspondiente es amor, que también se usaba en la forma plural para indicar enredos amorosos o aventuras sexuales. La misma raíz produce además amicus —«amigo»— y amicitia, «amistad» (por lo general basados en el provecho mutuo, y correspondientes a veces más exactamente a «deuda» o «influencia»). Cicerón escribió un tratado llamado Sobre la amistad (De amicitia), que discute la noción hasta cierta profundidad. Ovidio escribió una guía para las relaciones amorosas llamada Ars Amatoria que trata en profundidad el amor desde las relaciones extramaritales hasta los padres sobreprotectores.
En latín a veces se usaba amāre con el sentido que damos en español a «gustar». Esta noción, no obstante, se expresa de forma mucho más generalizada con placere o delectāre, que son de uso más coloquial, siendo el último usado frecuentemente en la poesía amorosa de Catulo.
  • Diligere a menudo presenta la noción de «tener afecto por», «estimar», y raramente si no nunca se usaba para el amor romántico. Esta palabra sería apropiada para describir la amistad de dos hombres. El nombre correspondiente, diligentia, sin embargo, tiene el significado de «diligencia» o «dedicación», y tiene cierta superposición semántica con el verbo.
  • Observare es un sinónimo de diligere; este verbo y su correspondiente nombre, observantia, denotan a menudo «estima» o «afecto».
  • Caritas se corresponde con el griego agape (empatía, altruismo), y se usó en traducciones de la Biblia cristiana al latín con el significado de «amor caritativo»; este significado, no obstante, no se ha hallado en la literatura clásica romana pagana. Como resultado de la combinación con una palabra griega, no existe el verbo correspondiente.
  • Cupiditas se corresponde con el término griego eros (deseo sexual).
  • Algunas terminologías vulgares en español, como por ejemplo filito, originado de filia, generan jerarquías de seriedad o duración de la pareja.

Cultura anglosajona

En la cultura anglosajona la palabra «amor» (love) presenta, al igual que en español, múltiples significados. Pero, a todos aquellos que existen en el mundo hispanohablante, los angloparlantes añaden un significado adicional, más relacionado con el simple gusto por una persona, animal o cosa: I love dancing (literalmente, «amo el baile») corresponde en español a «me encanta bailar» o «me gusta mucho bailar»; he's a great actor, I love him (literalmente, «es un gran actor, le amo») corresponde a «es un gran actor, me encanta», o «es un gran actor, me gusta mucho».[29]

Véase también

Notas y referencias

  1. Leibniz, Gottfried. «Confessio philosophi». Wikisource edition.
  2. Kristeller, Paul Oskar (1980). Renaissance Thought and the Arts: Collected Essays. Princeton University. ISBN 0-691-02010-8.
  3. Mascaró, Juan (2003). The Bhagavad Gita. Penguin Classics. ISBN 0-140-44918-3. (J. Mascaró, translator)
  4. a b Sé amigo de ti mismo: manual de autoestima. José-Vicente Bonet. 1997. Editorial Sal Terrae. ISBN 978-84-293-1133-4.
  5. Elisabeth Badinter. ¿Existe el instinto maternal? 1981. Editorial Paidós. ISBN 978-84-7509-287-4.
  6. a b Erich Fromm. El arte de amar. Editorial Paidós. 2002. ISBN 978-84-493-0852-9.
  7. Aurora Leal García. «Nuevos tiempos, viejas preguntas sobre el amor. Un estudio con adolescentes» págs. Pág. 57. Universitat Autònoma de Barcelona.
  8. El Banquete, Traducción y notas de Patricio de Azcárate (1872).
  9. Eckhart Tolle. El poder del ahora, p. 152. Ediciones Gaia. 1997. ISBN 84-8445-034-1.
  10. a b Pope Benedict XVI. «papal encyclical, Deus Caritas Est.».
  11. Evangelio de Marcos capítulo 12, versos 28–34).
  12. Nuevo Testamento. Epístolas - Primera epístola de San Juan: Dios es amor (4:7 - 4:21)
  13. Periódico digital El Nuevo Diario.
  14. Lama Tsongkapa. El Gran Tratado de los Estadios en el Camino a la Iluminación (Vol. 2). 2007. 270 pp. Librería Bohindra. CIF: 50.042.974-K.
  15. XVI Dalai Lama. Introducción al budismo tibetano. Editorial Paidós. España. 2004. ISBN 978-84-493-1554-1.
  16. Lama Ole Nydahl. Las cosas como son (Wie die Dinge Sind). 2005. pp. 56-72. ISBN 970-94105-6-3.
  17. Pema Cödrön. La sabiduría de la no-evasión. La senda del amor compasivo que lleva a la liberación. Ediciones Oniro. ISBN 84-89920-31-1. ISBN 978-84-89920-31-6.
  18. Osho. El libro de la Nada (Hsin Hsin Ming). 2004. Ediciones Gaia. ISBN 84-8445-096-1.
  19. «Ética demostrada según el orden geométrico» (pág.120) de Baruch de Spinoza – Fondo de Cultura Económica – ISBN 968-16-0497-0
  20. «Ética demostrada según el orden geométrico» (pág. 121) de Baruch de Spinoza – Fondo de Cultura Económica – ISBN 968-16-0497-0
  21. Julián Marías. Conferencia del curso «Los estilos de la Filosofía», Madrid, 1999/2000 (transcripción). Edición de Jean Lauand.
  22. Experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) de Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, citada por Javier Sampedro El amor es química... y algo de amistad. Las hormonas definen el calendario amatorio: la testosterona dispara el deseo y la oxitoscina mantiene la fidelidad, El País 18/01/2009.
  23. Lewis, Thomas; Amini, F., & Lannon, R. (2000). A General Theory of Love. Random House. ISBN 0-375-70922-3.
  24. a b Winston, Robert (2004). Human. Smithsonian Institution.
  25. Emanuele, E. (2005). «Raised plasma nerve growth factor levels associated with early-stage romantic love» Psychoneuroendocrinology. Vol. Sept. 05.
  26. En su caso, se trata de un tipo particular de amor: el «amor imposible» encarnado por una mujer lejana o un caballero que ha partido a las cruzadas.
  27. Kay, Paul (March de 1984). «What is the Sapir-Whorf Hypothesis?» American Anthropologist. Vol. 86. n.º 1. pp. pp. 65–79. DOI 10.1525/aa.1984.86.1.02a00050.
  28. Artículo en Página|12.
  29. Entrada love en Word Reference.

Bibliografía relacionada

  • Agustín García Calvo (1984), El amor y los 2 sexos. Del tiempo de amor y olvido. Editorial Lucina, Zamora. (2.ª ed. 1991).
  • José Pedro Manglano Castellary (2007). El amor y otras idioteces. Editorial Planeta. ISBN 978-84-08-07567-7.
  • Conchita Ramón Delgado. Diccionario del amor. 1936. Gráficas "RECORT", Barcelona.

Enlaces externos

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