Blogia
petalofucsia

HISTORIA19: NOS REUNIMOS EN UN SITIO, UN PLANETA, QUE SE LLAMABA "BERTRAND RULS". Bertrand Arthur William Russell, 3er Conde de Russell, OM, MRS, (18 de mayo de 1872, Trellech, Monmouthshire, Gales - 2 de febrero de 1970, Penrhyndeudraeth, Gales) fue un filósofo, matemático y escritor británico.

Bertrand Russell

Bertrand Russell

Russell1907-2.jpg
Bertrand Russell en 1907.

Nombre completo Bertrand Arthur William Russell Premio Nobel
Nacionalidad Bandera del Reino Unido Reino Unido
Cónyuge Alys Pearsall Smith
Dora Black
Patricia Spence
Edith Finch

Bertrand Arthur William Russell, 3er Conde de Russell, OM, MRS, (18 de mayo de 1872, Trellech, Monmouthshire, Gales - 2 de febrero de 1970, Penrhyndeudraeth, Gales) fue un filósofo, matemático y escritor británico.

Contenido

[ocultar]

[editar] Introducción a su vida y contribuciones

Bertrand Russell fue hijo de John Russell, Vizconde de Amberley y de Katrine Louisa Stanley (1844 - 1874), esta fue hija de Edward Stanley, 2.º Baron Stanley de Alderley, y hermana de Rosalind Howard, condesa de Carlisle.

Escribió sobre una amplia gama de temas, desde los fundamentos de las matemáticas y la teoría de la relatividad al matrimonio, los derechos de las mujeres y el pacifismo. La vida de Russell fue apasionada, intensa y larga. Se fraguó un nombre tanto en los círculos de especialistas como entre las multitudes que lo seguían con fervor o lo odiaban con intensidad.

En matemáticas su gran contribución es la indudablemente importante Principia Mathematica con Alfred North Whitehead, libro en tres volúmenes en donde a partir de ciertas nociones básicas de la lógica y la teoría de conjuntos se pretendía deducir la totalidad de las matemáticas. Kurt Gödel echó abajo la pretendida demostración, mostrando así el poder de los lenguajes formales, la posibilidad de modelar las matemáticas y la fertilidad de la lógica. Un libro profundamente influyente e importante que contribuyó al desarrollo de la lógica, la teoría de conjuntos, la inteligencia artificial y la computación, así como a la formación de pensadores de la talla de David Hilbert, Ludwig Wittgenstein, Alan Turing, Willard Van Orman Quine y Kurt Gödel. En filosofía contribuyó prácticamente en todas las áreas, desde la misma metodología abogando siempre por el análisis y alertando a los filósofos de las trampas del lenguaje, sentando así el método y las motivaciones de la filosofía analítica. Sus contribuciones de contenido incluyen su innegable artículo maestro Sobre el Denotar y una serie de libros y artículos en problemas desde la filosofía de las matemáticas, la metafísica, la epistemología, la inferencia científica y la ética a una serie de enfoques interesantes y fértiles al problema mente-cuerpo, enfoques discutidos hoy en día por variedad de filósofos importantes como David Chalmers, Michael Lockwood, Thomas Nagel, Grover Maxwell, Mario Bunge, etc.

Russell fue un conocido pacifista durante la Primera Guerra Mundial, aunque se manifestó a favor de tomar acciones bélicas durante la Segunda Guerra Mundial, alegando que un mundo en donde el fascismo fuera la ideología reinante sería un mundo en donde lo mejor de la civilización habría muerto y no valdría la pena vivir. Estuvo en prisión dos veces, la primera conectada con sus actividades pacifistas durante la gran guerra y la segunda por participar en una manifestación contra la proliferación de armas nucleares. Contrajo matrimonio cuatro veces. La última vez, con Edith Finch, pudo alcanzar la paz y entendimiento que siempre buscó. Tuvo tres hijos, John, Kate y Conrad. Conrad se convirtió en un importante político del Partido Liberal Demócrata en Inglaterra y en un historiador erudito, murió recientemente quinto conde de Russell.

Bertrand Russell

Russell fue también además de activista y pensador de primera línea un soberbio polemista que se convirtió en el ícono del racionalismo para toda una generación. Polemizó sobre el control de natalidad, los derechos de las mujeres, la inmoralidad de las armas nucleares, y sobre las deficiencias en los argumentos y razones esgrimidos a favor de la existencia de Dios. Siempre en sus escritos hizo gala no sólo de un magnífico estilo literario sino también de un excelente sentido del humor y una habilidad para sorprender y provocar con la ironía, el sarcasmo y la metáfora. Sin duda alguna Lord Russell fue uno de los pensadores más interesantes, profundos, mordaces y activos del siglo XX y dejó un enorme legado de escritos de los cuales podemos extraer importantes lecciones.

En 1962, a los 90 años, medió en la crisis de los misiles de Cuba para evitar que se desatara un ataque militar, escribiendo cartas tanto a Jrushchov como al presidente Kennedy y siendo intermediario en sus respuestas mutuas. Organizó con Albert Einstein un manifiesto que dio vida a las Conferencias de Pugwash, ante la amenaza de una guerra nuclear y pasó los últimos quince años de su vida haciendo campaña en contra de la fabricación de armas nucleares. En esto seguía el consejo que había dado a un entrevistador, diciéndole que el deber del filósofo en esos tiempos era evitar a toda costa un nuevo holocausto, la destrucción de la humanidad. Murió pacíficamente a los 98 años, en compañía de su última esposa, Edith Finch.

[editar] Pensamiento

[editar] Hasta la Gran Guerra

Bertrand Russell posiblemente haya sido el filósofo más influyente del siglo XX, al menos en los países de habla inglesa, considerado junto con Gottlob Frege como uno de los fundadores de la Filosofía analítica. Es también considerado uno de los dos lógicos más importantes del siglo XX, siendo el otro Kurt Gödel. Russell fue heredero de una distinguida tradición de liberalismo, nieto de Lord John Russell, primer Conde de Russell, quien fue dos veces Primer Ministro con la Reina Victoria y ahijado de John Stuart Mill, quien, aunque jamás conoció a Russell ejerció una profunda influencia en su pensamiento político a través de sus escritos. Russell quedó huérfano a la edad de 6 años luego de que primero murieran su hermana y su madre de difteria y seguidamente su padre, Amberley, quién no pudo recuperarse de la pérdida de su esposa e hija y finalmente se dejó morir en 1878. Russell y su hermano Frank se mudaron a Pembroke Lodge, una residencia oficialmente de la Corona pero en donde por favor Real vivían su abuelo Lord John y su abuela Lady Russell, quien sería la responsable de educarlo.

La infancia de Russell transcurrió en Pembroke Lodge de una manera solitaria, solía pasar mucho tiempo en la biblioteca de su abuelo en donde precozmente demostró un gran amor por la Literatura y la Historia. Los jardines de Pembroke Lodge eran el lugar predilecto del pequeño Russell, muchos de los momentos más felices de su infancia los pasó allí, meditando en soledad. El hermano de Russell, Frank, mostró siempre una abierta rebeldía al ambiente tímido y conservador de Pembroke Lodge, mientras que Russell, si bien jamás se sintió del todo contento en la casa de sus abuelos, se rebelaba de una manera más intelectual, escondiendo sus pensamientos de todos y llevando una existencia solitaria, preguntándose si algún día sería capaz de expresarse francamente con otro ser humano. A la edad de once años Russell comenzó el estudio de la geometría euclidiana, pareciéndole tan maravilloso todo el asunto como el primer amor. El poder demostrar una proposición le produjo a Russell una inmensa satisfacción, que sin embargo se vio frustrada cuando su hermano le dijo que tendría que aceptar ciertos axiomas sin cuestionarlos, o de otra forma no podrían seguir. Al percatarse de su facilidad para aprender geometría, Russell consideró por primera vez que quizá poseía alguna inteligencia. Desde ese momento hasta la terminación de Principia Mathematica las matemáticas serían su principal fuente de felicidad.

Russell leyó y meditó mucho durante su adolescencia, en ausencia de otros jóvenes con quienes pudiera compartir sus intereses, con algunas notables excepciones como Fitzgerald. Durante este periodo Russell leyó vorazmente, en italiano a Dante y Maquiavelo, leyó a Comte, quien no lo impresionó, leyó de su padrino Mill la "Economía Política" y la "Lógica", de los cuales hizo amplios apuntes. Russell leyó también al célebre historiador Edward Gibbon y los " Viajes de Gulliver" de Jonathan Swift que dejarían un recuerdo indeleble en su mente, cuando desde entonces en adelante contemplara a los hombres y sus necedades como los Yahoos, aquellos animales bestiales en los cuentos de Swift. Leyó también mucha poesía, por supuesto John Milton y William Shakespeare entre otros, pero su poeta favorito era Percy Bysshe Shelley, cuyo poema Alastor; o El Espíritu de la Soledad había impresionado profundamente a Russell y el cual, pese a ser bastante extenso, se sabía de memoria. También en esta época Russell escribió en sus cuadernos los que después serían conocidos como "Ejercicios de Griego", una serie de notas, escritas en inglés pero utilizando el alfabeto griego, en donde Russell debatía varias problemáticas filosóficas que habían venido atormentándolo, especialmente el problema del libre albedrío contra el determinismo. Siendo Russell en esta época un joven profundamente religioso y además con un excelente entrenamiento en matemáticas y física, era consciente del problema que surgía cuando consideramos que todos los cuerpos físicos del universo se comportan de acuerdo a ciertas regularidades, cosa que en física nos permite predecir su comportamiento. De este hecho se deduce que ya que los cuerpos humanos son otros objetos físicos más en el universo, entonces éstos y sus comportamientos también están determinados y podrían ser deducidos por un ser o máquina con poderes de razonamiento superior. Pero si esto es así, pensaba Russell, entonces el hombre no tiene libre albedrío. Estas conclusiones le parecían alarmantes al darse cuenta que chocaban con algunas de sus convicciones religiosas. Gradualmente Russell abandonó la creencia en Dios a medida que su intelecto filosófico se tornó más y más racionalista. Lo sorprendente de estos ejercicios sin embargo, es su sofisticación para haber sido escritos por un adolescente, sin prácticamente previo contacto con la filosofía fuera de Mill.

Russell terminó por ingresar al Trinity College de Cambridge para estudiar matemáticas. Su examinador fue Alfred North Whitehead, con quien después colaboraría en Principia Mathematica. Whitehead quedó tan impresionado por el joven Russell que lo recomendó a la sociedad de discusión intelectual de Cambridge, Los Apóstoles, un grupo de jóvenes brillantes que se reunían para discutir cualquier tema, sin tabúes en un ambiente intelectualmente estimulante y honesto. Otros distinguidos miembros de esta sociedad fueron John Maynard Keynes, y John McTaggart Ellis McTaggart tan sólo por mencionar algunos. Fue así como Russell finalmente, después de muchos años de soledad pudo expresar sus opiniones e ideas a una serie de jóvenes inteligentes que no lo miraban con sospecha. Russell continuó sus estudios en matemáticas en Cambridge, aunque algo decepcionado por la manera en que en esos tiempos se enseñaba esta ciencia. Esto se debe principalmente a que las matemáticas, en esa época, se enseñaban mediante la constante resolución de ejercicios mecánicamente, sin ir muy a fondo en la parte puramente formal de la disciplina.

En este sentido Cambridge se encontraba un poco atrasada respecto, por ejemplo, a las universidades alemanas en donde distinguidos matemáticos como Weierstrass, Richard Dedekind y Georg Cantor habían estado trabajando para introducir mucho más rigor en las matemáticas tratando de entender y delimitar ciertos conceptos como: infinitesimal o infinito. El hecho de tener que aprender su amada ciencia como una serie de trucos decepcionó profundamente a Russell quien buscó estimulación intelectual en la filosofía. Por esta época leyó a Platón, a Baruch Spinoza, a David Hume y a F.H. Bradley por mencionar algunos. Russell concluyó sus estudios en matemáticas obteniendo un examen meritorio que lo colocó como séptimo "wrangler", una marca distintiva que era reconocida en el marco académico donde se movía. Durante su cuarto año en Cambridge, Russell estudió ciencias morales, que era el nombre por el cual se conocía a la filosofía. Para entonces Russell ya se había hecho amigo de George Edward Moore, un joven estudiante de clásicos a quien Russell había persuadido de cambiarse a filosofía. También Russell para entonces había caído bajo la influencia filosófica de McTaggart, uno de los prometedores filósofos idealistas del momento. Es en este contexto en donde tuvo lugar la famosa revuelta de Russell y Moore contra el idealismo .

En el aspecto personal, Russell para ese entonces había conocido y se había enamorado de la hermosa Alys Pearsall Smith, mujer que, a pesar de ser varios años mayor que él lo había cautivado profundamente, tanto por su delicada belleza como por sus convicciones, ideas y formas de ver el mundo. Alys era una joven profundamente culta e interesada en participar activamente a favor de varias causas. Russell desde un principio trató de impresionarla y resolvió persuadirla primero que el matrimonio era algo deseable, segundo que el matrimonio entre dos personas inteligentes y dedicadas a causas justas era aún más deseable y como conclusión de ese argumento, que ya que ambos eran de ese tipo de personas debían casarse. Y sorprendentemente, el acercamiento filosófico de Russell al romance habría de tener éxito. Russell comenzó su asalto discutiendo con ella estos asuntos, aunque por supuesto acompañados por un chaperón. Y permanecería insistente mediante cartas. Para cuando Russell se graduó con honores de matemáticas Alys y él ya tenían un tono más amistoso en sus escritos y ella lo felicitó efusivamente diciéndole que posiblemente tenía que ser ése el día más feliz de su vida. Russell recuerda haber pensado que, por el contrario, sólo estar con Alys podría haberlo hecho feliz. Finalmente, la relación de Russell y Alys dio un giro más íntimo y pronto estaban comprometidos, pese a la oposición de la familia de Russell y a pesar de haber pasado un año separados, puesto que Russell había aceptado una pasantía en París. Después de la boda Russell y Alys viajaron a Alemania donde Russell estudiaría economía y ambos entablarían contacto con algunos de los socialistas del momento.

La estancia de Russell en Alemania sirvió para dos propósitos, primero le dio suficiente conocimiento del país, de su economía y sus disputas políticas para escribir un libro La Socialdemocracia Alemana, y segundo le permitió conocer los trabajos de sus matemáticos. Sin duda alguna Alemania era el país que, en esa época, poseía los más distinguidos matemáticos del mundo, muchos de ellos trabajando para dar más rigor a su ciencia. Karl Weierstrass, Richard Dedekind y Georg Cantor eran tres de los más eminentes y Russell los estudió concienzudamente durante su estancia en Alemania. Es admirable en este caso que haya podido escribir un libro dedicado a cuestiones políticas y económicas, en donde hacía varias predicciones que darían en el blanco y además esgrimía una serie de potentes argumentos contra la teoría económica de Marx (como su crítica a la teoría de la plusvalía) y mientras hacía todo esto su corazón y su mente estaban realmente en las matemáticas. Eso muestra el calibre del pensamiento de Russell.

La filosofía en boga en Inglaterra era entonces el Idealismo, filosofía de la cual Russell era un practicante; habiendo sido previamente convencido por McTaggart del poder intelectual del idealismo, Russell se convirtió en un pupilo de Hegel y Kant, escogiendo siempre a Hegel cuando surgía alguna disputa entre los dos. Las ideas de Hegel fueron transmitidas a Russell a través de su estudio de pensadores como T.H. Green y F.H. Bradley, el trabajo de Bradley era especialmente sofisticado, y en textos como Appearance and Reality Bradley ofrecía una serie de argumentos que pretendían establecer la irrealidad de muchas cosas que aceptamos de buena gana como las relaciones, y al mostrar la irrealidad de las relaciones se seguía la irrealidad de cualquier cosa constituida por relaciones: espacio, tiempo, la pluralidad de objetos y se seguía también que últimadamente existía una sola cosa: el Absoluto. Pero si esto era así, entonces al interior de las matemáticas tenían que surgir una serie de contradicciones, las mismas que no podían ser resueltas en las propias matemáticas y que tenían que ver con temas fundamentales como: la continuidad, el infinito, los infinitesimales, la validez de la inducción matemática, etc. Russell nunca estuvo satisfecho con esto, pero debido a su adherencia al idealismo (de manifiesto en su excelente ensayo para obtener su Fellowship Ensayo Sobre los Fundamentos de la Geometría) no podía ver camino para resolver esas dificultades. Un camino le fue revelado, sin embargo, en su estudio de los matemáticos alemanes. Cantor con su teoría de conjuntos pretendía resolver el problema del infinito y Dedekind con su uso de los límites y "cortes" el de los infinitesimales.

No pasaría mucho tiempo para que Russell junto con Moore comenzaran su revuelta contra el idealismo. A su regreso a Inglaterra Russell y Moore se reunirían ocasionalmente para discutir estos temas, y de estas discusiones emergió un texto importante Sobre la Naturaleza del Juicio en donde Moore finalmente rompía con el idealismo, y proponía en su lugar un realismo a ultranza que se comprometía con la existencia de entidades abstractas como los conceptos y las proposiciones. Russell después manifestó que esta ruptura con el idealismo le permitió creer por un tiempo en la existencia de una multiplicidad de cosas y eso constituyó para él una gran liberación. Con el idealismo a un lado Russell comenzó a concebir un plan para seguir con el movimiento de dar más rigor a las matemáticas. Empezó así su investigación sobre los fundamentos de las mismas, investigación que, pese a producir una serie de trabajos importantes e interesantes, no llegó a culminar en ningún lado, esto es, hasta el Congreso de Filosofía de París en 1900.

[editar] Filosofía analítica

Russell es reconocido como uno de los fundadores de la filosofía analítica, de hecho, inició diversas vías de investigación. A principios del siglo XX, junto con G. E. Moore, Russell fue responsable en gran medida de la "rebelión británica contra el idealismo", una filosofía influenciada en gran medida por Georg Hegel y su discípulo británico, F. H. Bradley. Esta rebelión tuvo repercusión 30 años después en Viena por la "rebelión en contra de la metafísica" de los positivistas lógicos. Russell estaba especialmente disgustado por la doctrina idealista de las relaciones internas, las cuales mantienen que para conocer sobre una cosa en concreto, debemos conocer todas sus relaciones. Russell mostró que tal postura haría del espacio, del tiempo, de la ciencia, y del concepto de número algo sin sentido. Russell junto con Whitehead continuó trabajando en ese campo de la lógica.

Russell y Moore se esforzaron para eliminar las suposiciones de la filosofía que encontraron absurdas e incoherentes, para llegar a ver claridad y precisión en la argumentación por el uso exacto del lenguaje y por la división de las proposiciones filosóficas en componentes más simples. Russell, en particular, vio la lógica y la ciencia como la principal herramienta del filósofo. Por tanto, a diferencia de la mayoría de los filósofos que le precedieron a él y a sus contemporáneos, Russell no creía que hubiese un método específico para la filosofía. Él creía que la principal tarea del filósofo era clarificar las proposiciones más genéricas sobre el mundo y eliminar la confusión. En particular, quería acabar con los excesos de la metafísica. Russell adoptó los métodos de Guillermo de Ockham sobre el principio de evitar la multiplicidad de entidades para un mismo uso, la navaja de Ockham, como parte central del método de análisis y el realismo.

[editar] Teoría del conocimiento

La teoría del conocimiento de Russell atravesó muchas fases. Una vez que hubo desechado el neo-Hegelismo en su juventud, Russell se consolidó como un realista filosófico durante el resto de su vida, creyendo que nuestras experiencias directas tienen el papel primordial en la adquisición de conocimiento. Aunque algunos de sus puntos de vista han perdido empuje, su influencia se mantiene sólida en la distinción entre las dos maneras en que nos familiarizamos con los objetos: “conocimiento por familiaridad” y “conocimiento por descripción”. Durante un tiempo, Russell pensó que sólo podíamos conocer mediante "datos sensoriales" —percepciones momentáneas de colores, sonidos, y similares— y que todo lo demás, incluyendo los objetos físicos que esas percepciones sensoriales representan, sólo pueden ser inferidos o razonados, es decir conocidos por descripción y no directamente. Esta diferenciación ha llegado a ser de mucho más amplio uso, aunque Russell posteriormente rechazó la idea de una percepción sensorial intermedia.

En su última etapa filosófica, Russell adoptó un tipo de "monismo neutral", sosteniendo que la diferenciación entre el mundo material y el mental era, en su análisis final, arbitraria, y que ambos pueden reducirse a una esfera neutral, un punto de vista similar al sostenido por el filósofo americano William James y que fue formulado por primera vez por Baruch Spinoza, muy admirado por Russell. Sin embargo, en lugar de la “experiencia pura” de James, Russell caracterizó la esencia de nuestros estados iniciales de percepción como “eventos”, una postura curiosamente parecida a la filosofía de procesos de su antiguo profesor Alfred North Whitehead.

[editar] Ética

A pesar de que Russell escribió sobre numerosos temas éticos, no creía que la materia perteneciese a la filosofía, ni que lo escribiese en virtud de filósofo. En su etapa temprana, Russell estaba influenciado en gran medida por el “Principia Ethica” de G.E. Moore. Junto con Moore, creía que los hechos morales eran objetivos, pero sólo conocidos a través de la intuición, y que eran simples propiedades de los objetos, no equivalentes (p.e. el placer es bueno) a los objetos naturales a los que habitualmente se les asocia (ver falacia naturalista), y que esas sencillas propiedades morales indefinibles no podían ser analizadas usando las propiedades no morales a las cuales se asociaban. Con el tiempo, sin embargo, acabó estando con su héroe filosófico, David Hume, quien creía que los términos éticos manejados con valores subjetivos no podían ser verificados de la misma manera que los hechos tangibles. Junto con otras doctrinas de Russell, esto influyó a los positivistas lógicos, quienes formularon la teoría del emotivismo, que sostienen que las proposiciones éticas (junto con las pertenecientes a la metafísica) eran esencialmente sinsentidos, o como mucho, algo más que expresiones de actitudes y preferencias. A pesar de su influencia en ellos, Russell no interpretó las proposiciones éticas tan estrechamente como los positivistas, para él las consideraciones éticas no eran sólo significativas, sino que eran objeto de importancia vital para el discurso civil. De hecho, Russell fue a menudo caracterizado como el abanderado de la racionalidad, él estaba de acuerdo con Hume, quien dijo que la razón debía estar subordinada a consideraciones éticas.

[editar] Opiniones prácticas

Russell escribió algunos libros sobre asuntos éticos prácticos tales como el matrimonio. Sus opiniones en este campo son liberales. Argumenta que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son relativamente aceptables. En su libro "Sociedad Humana, Ética y Política" (Human Society in Ethics and Politics) de 1954, aboga en favor de la perspectiva de que deberíamos atender los asuntos morales desde el punto de vista de los deseos de los individuos. Los individuos pueden hacer lo que ellos quieran, siempre y cuando no existan deseos incompatibles entre individuos diferentes. Los deseos no son malos en si mismos, pero en ocasiones sí lo son su poder o consecuencias reales. Russell también escribe que el castigo es importante sólo en un sentido instrumental, y no debería utilizarse nunca sin justificación.

[editar] Atomismo lógico

Quizás el tratamiento de análisis filosófico más sistemático y metafísico, y su logicismo centrado en el empirismo, es evidente en lo que él llamó Atomismo lógico, explicado en una serie de conferencias llamada "La Filosofía del Atomismo Lógico", dictada por él. En esos discursos, Russell expone su concepto de un lenguaje ideal, isomórfico, uno que reflejaría el mundo, donde nuestro conocimiento puede ser reducido a términos de proposiciones atómicas y sus componentes de función de verdad (lógica matemática). Para Russell el atomismo lógico es una forma radical de empirismo, quien además creía que el requerimiento más importante para tal lenguaje ideal es que cada proposición significativa debe consistir de términos que se refieran directamente a los objetos que nos son familiares. Russell excluyó ciertos términos lógicos y formales como todos (all), el o la (the), es (is), y así otros, de su requisito isomórfico, pero nunca estuvo completamente satisfecho acerca de nuestra comprensión de tales términos.

Uno de los temas centrales del atomismo de Russell es que el mundo consiste de hechos lógicamente independientes, una pluradidad de hechos, y que nuestro conocimiento depende de los datos de nuestra experiencia directa con ellos.

Más tarde en su vida, Russell comenzó a dudar de los aspectos del atomismo lógico, especialmente su principio de isomorfismo, aunque continuó creyendo que el proceso de filosofía debiera consistir de cosas desmenuzadas en sus componentes más simples, aunque nunca alcanzaríamos la útima verdad (hecho) atómica.

[editar] Lógica y filosofía de las matemáticas

Russell tuvo una gran influencia en la lógica matemática moderna. El filósofo y lógico norteamericano Willard Quine dijo que el trabajo de Russell representaba la más grande influencia sobre su propio trabajo.

El primer libro matemático de Russel, Ensayo Sobre los Fundamentos de la Geometría ('An Essay on the Foundations of Geometry'), fue publicado en 1897. Este trabajo fue fuertemente influenciado por Immanuel Kant. Russell pronto se dio cuenta que el concepto aplicado haría imposible el esquema espacio-tiempo de Albert Einstein, al cual lo consideraba como superior a sus propios sistemas. Desde ahí en adelante, rechazó todo el programa de Kant en lo relacionado a las matemáticas y a la geometría, y sostuvo que su trabajo más temprano en esa materia carecía de valor.

Interesado en la definición de número, Russell estudió los trabajos de George Boole, Georg Cantor y Augustus De Morgan, mientras que en los Archivos Bertrand Russell en la Universidad McMaster se encuentran notas de sus lecturas de lógica algebraica por Charles Sanders Peirce y Ernst Schröder. Se convenció de que los fundamentos de matemáticas serían encontrados en la lógica, y siguiendo a Gottlob Frege aplicó un acercamiento extensionista en donde la lógica a su vez se basaba en la teoría de conjuntos. En 1900 participó en el primer Congreso Internacional de Filosofía en París, donde se familiarizó con el trabajo del matemático italiano Giuseppe Peano. Se convirtió en un experto del nuevo simbolismo de Peano y su conjunto de axiomas para la aritmética. Peano definió lógicamente todos los términos de estos axiomas con la excepción de 0, número, sucesor y el término singular 'el' (the), los que eran primitivos de su sistema. Russell se dio la tarea de encontrar definiciones lógicas para cada uno de éstos. Entre 1897 y 1903 publicó varios artículos aplicando la notación de Peano en la álgebra clásica de relaciones de Boole-Schröder, entre ellas Acerca de la Noción del Orden, Sur la Logique des Relations avec les Applications à la Théorie des Séries, y Acerca de los Números Cardinales.

Russell al final descubrió que Gottlob Frege había llegado de forma independiente a definiciones equivalentes para 0, sucesor y número; la definición de número es actualmente referida como la definición Frege-Russell. En gran manera fue Russell quien trajo a Frege a la atención del mundo angloparlante. Hizo esto en 1903, cuando publicó Principios de las Matemáticas (The Principles of Mathematics), en el cual el concepto de clase es inextricablemente ligado a la definición de número. El apéndice de este trabajo detallaba una paradoja surgida en la aplicación de Frege para las funciones de segundo -y más alto- orden que tomaban funciones de primer orden como argumento, para luego ofrecer su primer esfuerzo en resolver lo que luego sería conocida como la paradoja de Russell. Antes de escribir Principios, Russell se había enterado de la prueba de Cantor sobre que no existía el número cardinal más grande, lo que Russell consideraba un error. La Paradoja Cantor a su vez fue considerada (por ejemplo, por Crossley) como un caso especial de la Paradoja de Russell. Esto hizo que Russell analizara las clases, donde era sabido que dado cualquier número de elementos, el número de clases resultantes es mayor que su número. Esto, a su vez, llevó al descubrimiento de una clase muy interesante, llamada la clase de todas las clases. Contiene dos tipos de clases: aquellas clases que se contienen a sí mismas, y aquellas que no. La consideración de esta clase lo llevó a encontrar una falta grave en el llamado principio de comprensión, el cual ya había sido asumido por los lógicos de la época. Demostró que resultaba en una contradicción, donde Y es un miembro de Y, sí y sólo sí, Y no es un miembro de Y. Ésta se ha llegado a conocer como la Paradoja de Russell, la solución que fue esbozada en un apéndice de Principios, y la que más tarde desarrolló como una teoría completa, la teoría de los tipos. Aparte de exponer una mayor inconsistencia en la teoría intuitva de conjuntos, el trabajo de Russell condujo directamente a la creación de la teoría axiomática de conjuntos. Esto paralizó el proyecto de Frege de reducir la aritmética a lógica. La Teoría de los Tipos y mucho del trabajo subsecuente de Russell han encontrado aplicaciones prácticas en las ciencias de la computación y la tecnología de la información.

Russel continuó defendiendo el logicismo, la visión que la matemática es en un sentido importante reducible a la lógica, y junto a su ex-profesor Alfred North Whitehead, escribió la monumental Principios de las Matemáticas, un sistema axiomático en el cual todas matemáticas pueden ser fundadas. El primer volumen de Principios fue publicado en 1910, y es en gran manera atribuido a Russell. Más que ningún otro trabajo, estableció la especialidad de la lógica matemática o simbólica. Dos volúmenes más fueron publicados, pero su plan original de incorporar la geometría en un cuarto volumen nunca fue llevada a cabo, y Russell nunca mejoró los trabajos originales, aunque se refirió a nuevos desarrollos y problemas en su prefacio de la segunda edición. Al completar Principios, tres volúmenes de extraordinario razonamiento abstracto y complejo, Russell estaba exhausto, y nunca sintió recuperar completamente sus facultades intelectuales de tal esfuerzo realizado. Aunque Principios no cayó presa de las paradojas de Frege, más tarde fue demostrado por Kurt Gödel que ni Principios de las Matemáticas, ni otro sistema consistente de aritmética recursiva primitiva podría, dentro de ese sistema, determinar que cada proposición que pudiera ser formulada dentro de ese sistema era decidora, esto es, podría decidir si esa proposición o su negación era demostrable dentro del sistema (Teorema de la incompletitud de Gödel).

El último trabajo significativo de Russel en matemáticas y lógica, Introducción a la Filosofía Matemática, fue escrito a mano mientras estaba en la cárcel por sus actividades antibélicas durante la Primera Guerra Mundial. Este trabajo fue principalmente una explicación de su obra previa y su significado filosófico.

[editar] Filosofía del lenguaje

Russell no fue el primer filósofo en sugerir que el lenguaje tenía una importante significancia en cómo entendemos el mundo; sin embargo, más que nadie antes que él, Russell hizo del lenguaje, o más específicamente, cómo utilizamos el lenguaje, una parte central de la filosofía. Sin Russell, parece improbable que filósofos tales como Ludwig Wittgenstein, Gilbert Ryle, J. L. Austin y P. F. Strawson, entre otros, se hubieran embarcado por el mismo rumbo, por mucho que lo que ellos hicieron fue amplificar o responder, a veces de modo crítico, a lo que Russell había dicho antes que ellos, usando muchas de las técnicas que él desarrolló originalmente. Russell, en conjunto con Moore, compartía la idea que la claridad de expresión era una virtud, una noción que desde entonces ha sido un punto de referencia para los filósofos, particularmente entre los que tratan con la filosofía del lenguaje.

Quizás la contribución más significativa de Russell a la filosofía del lenguaje es su teoría de las descripciones, presentada en su ensayo On Denoting, publicado por primera vez en 1905 en el journal de filosofía Mind, el cual el matemático y filósofo Frank P. Ramsey describió como "un paradigma de filosofía". La teoría es normalmente ilustrada utilizando la frase "El actual rey de Francia", como en "El actual rey de Francia es calvo". ¿Sobre qué objeto se trata esta proposición, dado que no existe en la actualidad un rey de Francia? (difícilmente el mismo problema surgiría si hubiera dos reyes de Francia en la actualidad: ¿a cuál de ellos se refiere "El" rey de Francia?) Alexius Meinong había sugerido que debemos asumir la existencia de un reino de "entidades no-existentes" que podamos suponer sobre las que nos estamos refiriendo cuando usamos expresiones como ésa; pero esto sería una teoría extraña, por decirlo al menos. Frege, empleando su distinción entre sentido y referencia, sugirió que tales frases, aunque significativas, no eran ni verdaderas ni falsas. Pero algunas de esas proposiciones, tales como "Si el actual rey de Francia es calvo, entonces el actual rey de Francia no tiene cabello en su cabeza", no parece sólo verdadera en su valor sino en efecto obviamente verdadera.

El problema es general a lo que son llamadas las "descripciones definidas". Normalmente esto incluye todos los términos comenzando con "el", y algunas veces incluye nombres, como "Walter Scott" (este punto es bastante controvertido: Russell a veces pensaba que estas últimas no deberían ser llamadas con ningún nombre, sino sólo "descripciones definidas encubiertas"; sin embargo, en trabajos posteriores han sido tratadas completamente como cosas diferentes). ¿Cuál es la "forma lógica" de las descripciones definidas: cómo, en los términos de Ferge, las podríamos parafrasear a modo de mostrar cómo la verdad de ese todo depende de las verdades de las partes? Las descripciones definidas aparecen como nombres que por su propia naturaleza indican exactamente una cosa, ni más ni menos. ¿Qué, entonces, sómos nosotros para decir algo sobre la proposición como un todo si una de sus partes aparentemente no está funcionando correctamente?

La solución de Russell fue, antes que todo, analizar no el término por sí solo, sino la proposición entera que contenía una descripción definida. "El actual rey de Francia es calvo", entonces sugirió, puede ser replanteado como "Existe un x tal que es el actual rey de Francia, nada más que x es el actual rey de Francia, y x es calvo". Russell exigía que cada descripción definida en efecto contenga una afirmación de existencia y una afirmación de unicidad que da esta apariencia, pero éstas pueden ser descompuestas y tratadas separadamente de la afirmación que es el contenido obvio de la proposición. La proposición como un todo entonces dice tres cosas sobre algún objeto: la descripción definida contiene dos de ellas y el resto de la frase contiene la restante. Si el objeto no existe, o si no es único, entonces la frase completa resulta ser falsa, aunque no sin sentido.

Una de las mayores quejas en contra de la teoría de Russell, debida originalmente a Strawson, es que las descripciones definidas no exigen que su objeto exista, ellas sólo presuponen que sí. Strawson también señala que una frase que no indica nada puede ser supuesta a seguir el rol del "valor verdadero invertido" de Widgy y expresa el significado contrario de la frase pensada. Esto puede ser mostrado utilizando el ejemplo de "El actual rey de Francia es calvo". Aplicando la metodología del valor verdadero invertido el significado de esta frase se convierte en "Es verdad que no existe un actual rey de Francia que es calvo" que cambia el significado de 'El actual rey de Francia' de uno principal a uno secundario.

Wittgenstein, estudiante de Russell, logró una considerable prominencia en la filosofía del lenguaje luego de la publicación póstuma de Investigaciones Filosóficas. Según la opinión de Russell, el trabajo más tardío de Wittgenstein no fue dirigido correctamente, y desacreditó su influencia y seguidores (especialmente los miembros de la llamada "escuela de Oxford" de la filosofía del lenguaje ordinario, a quienes los veía como promotores de una especie de misticismo). La creencia de Russell que la tarea de la filosofía no está limitada a examinar el lenguaje común u ordinario es nuevamente aceptada ampliamente en filosofía.

[editar] Filosofía de la ciencia

Russell aclamaba con frecuencia que estaba más convencido de su método de hacer filosofía, el método del análisis, más que de sus conclusiones filosóficas. La Ciencia, por supuesto, era uno de los componentes principales del análisis, junto a la lógica y las matemáticas. Mientras Russell era un creyente del método científico, el conocimiento derivado de la investigación empírica que es verificada a través de pruebas repetidas, creía que la ciencia sólo obtiene respuestas provisionales, y que el progreso científico se construye poco a poco, tratando de encontrar unidades orgánicas considerablemente fútiles. En efecto, creía lo mismo para la filosofía. Otro fundador de la filosofía moderna de la ciencia, Ernst Mach, le daba menos confianza al método, por sí mismo, pues creía que cualquier método que producía resultados predecibles era satisfactorio y que el rol principal del científico era hacer predicciones exitosas. Mientras que Russell sin dudarlo estaría de acuerdo con esto como un asunto práctico, creía que el objetivo fundamental de la ciencia y la filosofía era comprender la realidad, y no simplemente hacer predicciones.

El hecho que Russell hizo de la ciencia una parte central de su método y filosofía, fue instrumental en hacer de la filosofía de la ciencia una rama completa y separada en la filosofía, y un área en que filósofos subsiguientes se especializaron. Mucho del pensamiento de Russell acerca de la ciencia se expone en su libro de 1914, "Nuestro Conocimiento del Mundo Exterior" (Our Knowledge of the External World as a Field for Scientific Method in Philosophy). Entre las diversas escuelas que fueron influenciadas por Russell estuvieron los positivistas lógicos, particularmente Rudolph Carnap, quien mantenía que la característica distintiva de las proposiciones científicas era su verificabilidad. Esto contrastaba con la teoría de Karl Popper, también muy influenciado por Russell, que creía que su importancia descansaba en el hecho que ellas eran potencialmente falsificables.

Vale hacer notar que fuera de las búsquedas estrictamente filosóficas, Russell siempre se sentía fascinado por la ciencia, particularmente la física, incluso fue el autor de varios libros de ciencia populares, "El ABC de los Átomos" de 1923 (The ABC of Atoms) y "El ABC de la Relatividad (The ABC of Relativity) de 1925.

[editar] Religión y teología

La perspectiva ética de Russell y su valor personal para enfrentar controversias, ciertamente fueron formadas por su crianza y educación religiosa, principalmente la dada por su abuela paterna, que lo instruyó con el precepto bíblico "No sigas a la mayoría para obrar mal" (Thou shalt not follow a multitude to do evil) (Éxodo 23:2), algo que -según el propio Russell- lo había influenciado de por vida.

Sin embargo, en su vida adulta, Russell pensaba que era muy improbable que existiera un dios, y sostenía que la religión era poco más que superstición.

En su discurso de 1949, "Soy un Ateo o un Agnóstico?" (Am I an Atheist or an Agnostic?), Russell expresaba su dificultad sobre si llamarse a sí mismo un ateo o un agnóstico:

Como filósofo, si estuviera dirigiéndome a una audiencia puramente filosófica, debería decir que tendría la obligación de describirme a mí mismo como un Agnóstico, porque no creo que hay un argumento concluyente por el cual uno demuestre que no hay un Dios. Por otra parte, si voy a expresar la idea correcta al hombre común en la calle, pienso que tendría que decir que soy un Ateo, porque, cuando digo que no puedo probar que no existe un Dios, debería igualmente agregar que no puedo probar que no existen los dioses Homéricos.
Bertrand Russell. Collected Papers, vol. 11, p. 91

Aunque más tarde cuestionaría la existencia de Dios, en sus años de estudiante no graduado, aceptaba completamente el Argumento ontológico:

Recuerdo el momento preciso, un día en 1894, mientras caminaba por Trinity Lane -en la Universidad de Cambridge donde Russell estudiaba-, cuando vi en un centelleo (o pensé que lo vi) que el argumento ontológico es válido. Había salido a comprar una lata de tabaco; a mi regreso, repentinamente la lancé al aire, y exclamé mientras lo comprendía: "¡Cáspita!, ¡el argumento ontológico es sólido!"
Bertrand Russell. Autobiografía de Bertrand Russell, 1967.

Esta cita ha sido utilizada por muchos teólogos a través de los años, tales como Louis Pojman en Filosofía de la Religión, que desea que los lectores crean que incluso un conocido filósofo-ateo defiende este agumento particular para la existencia de Dios.

Russell hizo también un influyente análisis de la Hipótesis Omphalos (Omphalos Hypothesis) enunciada por Philip Henry Gosse -que cualquier argumento sugiriendo que el mundo fue creado ya en movimiento, podría hacerse con una tierra de unos cuantos miles años de edad así como una originada hace cinco minutos atrás:

No hay imposibilidad lógica en la hipótesis que el mundo se creó hace cinco minutos, con una población que "recordaba" un pasado completamente irreal. No hay conexión necesariamente lógica entre eventos de épocas distintas; por lo tanto, nada de lo que sucede ahora o sucederá en el futuro puede refutar la hipótesis que el mundo comenzó hace cinco minutos atrás.
Bertrand Russell. El Análisis de la Mente (The Analysis of Mind), 1921, pp. 159-60; cf. Filosofía (Philosophy), Norton, 1927, p. 7, donde Russell reconoce la paternidad de Gosse en su argumento anti-evolucionario.

Cuando joven, Russell tuvo una inclinación decididamente religiosa, él mismo, como es evidente en el realismo platónico de su época más temprana. Anhelaba verdades verdaderas, como lo deja claro en su famoso ensayo A Free Man's Worship, ampliamente considerado como una obra maestra en prosa, pero llegó a desagradar al propio Russell. Mientras rechazaba lo sobrenatural, admitía libremente que ansiaba un significado más profundo de la vida.

Las opiniones de Russell sobre religión pueden ser encontradas en su conocido libro, "Por Qué No Soy Cristiano y Otros Ensayos" (Why I Am Not a Christian and Other Essays on Religion and Related Subjects (ISBN 0-671-20323-1). El título fue una charla dada el 6 de marzo de 1927, que un año después fue publicada como panfleto. El libro contiene además otros ensayos en los cuales Russell considera un número de argumentos lógicos para la no existencia de Dios, incluyendo el argumento propósito cosmico, el argumento de ley natural, el argumento teleológico, y argumentos morales. También trata brevemente sobre la teología cristiana en si forma parte de la tesis "Agnostica" en la cual la existencia o no existencia de dios no puede ser probada.

[editar] Influencia en la filosofía

Sería difícil ponderar la influencia de Russel sobre la filosofía moderna, especialmente en el mundo angloparlante. Mientras otros también fueron notablemente influyentes, Frege, Moore y Wittgenstein, más que ninguna otra persona Russell hizo del análisis la aproximación dominante hacia la filosofía. Además, él es el fundador, o al menos, el principal promotor de sus mayores ramas y temas, incluyendo varias versiones de la filosofía del lenguaje, análisis lógico formal, y la filosofía de la ciencia. Varios movimientos analíticos del último siglo se los debemos a los primeros trabajos de Russell.

La influencia de Russell sobre cada filófoso es particular, y quizás esto se note más en el caso de Ludwig Wittgenstein, quien fue su alumno entre 1911 y 1914. También hay que observar que Wittgenstein ejerció considerable influencia sobre Russell, especialmente al mostrarle el camino para llegar a concluir, a su pesar, que las verdades matemáticas eran sólo verdades tautológicas. La evidencia de la influencia de Russell sobre Wittgenstein pueder ser vista por todas partes en el Tractatus, donde Russell contribuyó en su publicación. Russell también ayudó en garantizar el doctorado de Wittgenstein junto a una posición en la facultad de Cambridge, además de varias becas. Sin embargo, como se menciona previamente, Russell más tarde llegó a disentir con la aproximación lingüística y analítica hacia la filosofía de Wittgenstein, mientras Wittgenstein llegó a pensar de Russell como "superficial", particularmente en sus escritos más populares. La influencia de Russell también es evidente en el trabajo de A. J. Ayer, Carnap, Kurt Gödel, Karl Popper, W. V. Quine, y otros filósofos y lógicos.

Algunos ven la influencia de Russell como negativa, principalmente aquellos que han sido críticos de su énfasis en la ciencia y la lógica, la consiguiente debilitación de la metafísica, y su insistencia en que la ética yace fuera de la filosofía. Los admiradores y detractores de Russell generalmente están más al tanto de sus pronunciamientos sobre asuntos políticos y sociales (llamado "periodismo" por algunos, como Ray Monk), que de su trabajo técnico y filosófico. Entre los no-filósofos, hay una tendencia marcada en fusionar estos temas, y juzgar a Russell el filósofo por lo que él ciertamente consideraría ser sus opiniones no-filosóficas. Russell con frecuencia recalcaba a las personas esta diferencia.

Russell dejó un gran surtido de escritos. Desde la adolescencia, escribió cerca de 3.000 palabras por día, con pocas correcciones; su primer borrador casi siempre era muy cercano a su último borrador, aún en los temas técnicos más complejos. Su trabajo previo no publicado es una inmensa colección de tesoros, del cual los especialistas continúan adquiriendo nuevas visiones del pensamiento de Russell.

[editar] Activismo de Bertrand Russell

El activismo social y político ocupó gran parte del tiempo de Russell durante su larga vida, lo que hace más remarcable sus escritos sobre un gran rango de temas técnicos y no técnicos.

Russell permaneció políticamente activo hasta el final, escribiendo y exhortando a los líderes mundiales, además de prestar su nombre a numerosas causas. Algunos afirman que durante sus últimos años él dio a sus jóvenes seguidores demasiada licencia y que ellos utilizaron su nombre para ciertos propósitos absurdos que un Russell más atento no hubiera aprobado. Existe evidencia que muestra que él se dio cuenta de esto cuando despidió a su secretario privado, Ralph Schoenman, entonces un joven revolucionario de la izquierda radical.

[editar] Pacifismo, guerra y armas nucleares

Russell nunca fue un total pacifista; en su artículo de 1915 "La Ética de la Guerra (The Ethics of War)", defendió las guerras de colonización sobre tierras de uso útil, cuando una civilización más avanzada podría administrar la tierra dándole un mejor uso. Sin embargo, se opuso casi a todas las guerras entre naciones modernas. Su activismo en contra de la participación británica en la Primera Guerra Mundial le hizo perder su membresía en el Trinity College, Cambridge. Fue sentenciado a prisión por aconsejar a jóvenes sobre cómo evitar el servicio militar. Fue liberado después de seis meses. En 1943 Russell llamó a su postura "pacifismo político relativo" —sostuvo que la guerra era un mal enorme, pero en algunas circunstancias particulares extremas (tales como cuando Adolf Hitler amenazó tomar posesión de Europa) podría ser el menor de múltiples males. En los años cercanos a la Segunda Guerra Mundial, apoyó la política de apaciguamiento; pero en 1940 reconoció que para preservar la democracia, Hitler tendría que ser derrotado. Este mismo compromiso reluctante fue compartido por Alan Alexander Milne, conocido de Russell.

Russell se opuso al uso y posesión de armas nucleares, pero pudo no haber tenido siempre esa opinión. El 20 de noviembre de 1948, durante un discurso público (documento en inglés) en la Escuela de Westminster, conmocionó a algunos observadores con comentarios que parecían sugerir que un ataque nuclear preventivo a la Unión Soviética sería justificado. Russell aparentemente discutía que la amenaza de guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética permitiría a los Estados Unidos forzar a los soviéticos a aceptar el Plan Baruch para el control internacional de energía atómica. A principios de ese año había escrito a Walter W. Marseille en ese mismo tono. Russell sintió que ese plan "había tenido grandes méritos y demostró una generosidad considerable, cuando se tiene presente que Estados Unidos aún tenía un monopolio nuclear intacto" (Has Man a Future?, 1961). Sin embargo, Nicholas Griffin, de la Universidad de McMaster, en su libro The Selected Letters of Bertrand Russell: The Public Years, 1914-1970 señala (luego de haber conseguido una transcripción del discurso) que los términos de Russell implican que él no defendió el uso de la bomba atómica, sino simplemente su uso diplomático como una fuente poderosa de influencia sobre las acciones de los soviéticos. La interpretación de Griffin fue debatida por Nigel Lawson, anterior Canciller británico, que estuvo presente en el discurso, y quien señala que fue muy claro para la audiencia que Russell estaba apoyando un primer ataque. Cualquiera sea la interpretación correcta, Russell luego se moderó, en vez de discutir por un desarme nuclear por parte de los poderes nucleares, probablemente asociado a alguna forma de gobierno mundial.

En 1962 durante la Crisis de los misiles de Cuba Russell envió telegramas a John F. Kennedy, Nikita Jrushchov, al Secretario General de las Naciones Unidas U Thant y al primer ministro británico Harold Macmillan, quienes pudieron haber ayudado a prevenir el avance del conflicto y una posible guerra nuclear. Jrushchov respondió con una larga carta, publicada por la agencia de noticias soviética ITAR-TASS, la que estaba dirigida principalmente a Kennedy y al mundo occidental.

En 1955 Russell dio a conocer el Manifiesto Russell-Einstein, firmado en conjunto con Albert Einstein y otros nueve líderes científicos e intelectuales, un documento que desembocó en la Conferencia Pugwash en 1957.

En 1958 se convirtió en el primer presidente de la Campaña de Desarme Nuclear (CDN). Renunció dos años más tarde cuando la CDN no apoyó la desobediencia civil, y formó el Comité de los 100. En 1961, ya casi cerca de los noventa años, fue encarcelado por una semana por incitar a la desobediencia civil, en conexión con protestas en el Ministerio de Defensa de Reino Unido y en Hyde Park, Londres.

Muy preocupado sobre el peligro potencial a la humanidad debido a las armas nucleares y otros descubrimientos científicos, también se unió a Einstein, Oppenheimer, Rotblar y otras eminencias en el ámbito científico del momento para establecer la Academia Mundial de Arte y Ciencia constituida en 1960.

Russell realizó un cameo interpretándose a sí mismo en la película india antibélica "Aman" que fue presentada en India en 1967. Esta fue la única aparición de Russel en un film.

La Fundación para la Paz Bertrand Russell comenzó a funcionar en 1963, a fin de llevar adelante el trabajo de Russell por la paz, los derechos humanos y la justicia social. Comenzó su oposición pública hacia la política de Estados Unidos en Vietnam, con una carta al New York Times con fecha 28 de marzo de 1963. En el otoño de 1966 ya había completado el manuscrito "Crímenes de Guerra en Vietnam". Luego, utilizando las justificaciones estadounidenses para los Juicios de Nuremberg, Russell en conjunto con Jean-Paul Sartre organizaron lo que él mismo llamó un Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, conocido como el Tribunal Russell.

Russell de un comienzo fue crítico con la historia oficial en el asesinato de John F. Kennedy. Su escrito "16 Preguntas sobre el asesinato" de 1964 es aún considerado un buen resumen de las aparentes inconsistencias del caso.

[editar] Comunismo y socialismo

Russell inicialmente expresó tener mucha esperanza en el "experimento Comunista". Sin embargo, cuando visitó la Unión Soviética y se reunió con Lenin en 1920, encontró al sistema imperante poco impresionante. A su regreso escribió un tratado crítico llamado "La Práctica y Teoría del Bolchevismo" (The Practice and Theory of Bolshevism). Él estaba "infinitamente descontento en esta atmósfera—sofocada por su utilitarismo, su indiferencia hacia el amor y belleza y el vigor del impulso". Para Russell, Lenin era un tipo que se pretendía científico y que presumía de actuar siguiendo las leyes de la historia, pero no veía en él ninguna traza de ciencia. Los seguidores de Lenin eran, para Russell, creyentes, fundamentalistas y fanáticos. Afirmaba ver algo interesante en su fanatismo, pero nada que ver con las leyes de la historia, que para Russell estaban subordinadas a la ciencia como único método de análisis. Creía que Lenin era similar a un fanático religioso, frío y poseído por un "desamor a la libertad".

Políticamente, Russell imaginaba un tipo benévolo de socialismo afirmando su simpatía por el socialismo libertario o anarquismo, similar en algunas formas a, aún poseyendo diferencias importantes, el concepto promovido por la Sociedad Fabiana. De esta fusión de criterios surge en los años 20 su respaldo al socialismo gremial, una forma de socialismo individualista/cooperativo y antiestatal, de mando distribuido y no centralizado.

Russell criticaba fuertemente al régimen de Stalin, y las prácticas de los estados que proclamaban al marxismo y comunismo en general. Siempre fue un entusiasta consistente de la democracia y el gobierno mundial, y abogaba por el establecimiento de un gobierno internacional democrático en algunos de los ensayos reunidos en In Praise of Idleness (1935), y también en Has Man a Future? (1961).

Quien cree como yo, que el intelecto libre es la principal máquina del progreso humano, no puede sino oponerse fundamentalmente al Bolchevismo tanto como a la Iglesia de Roma. Las esperanzas que inspiran al comunismo son, en lo principal, tan admirables como aquellas inculcadas por el Sermón de la Montaña, pero ellas se sostienen fanáticamente y son igual de probables de hacer tanto daño como ellas.
Bertrand Russell - La Práctica y Teoría del Bolchevismo, 1920
Por mi parte, mientras soy un socialista convencido tanto como el más ardiente marxista, no considero al Socialismo como un evangelio de venganza proletaria, ni siquiera, principalmente, como un medio de asegurar justicia económica. Lo considero principalmente como un ajuste a la máquina de producción requerido por consideraciones de sentido común, y calculadas para incrementar la felicidad, no sólo del proletariado, sino de todos excepto una minoría pequeña de la raza humana.
Bertrand Russell - "The Case for Socialism" (In Praise of Idleness, 1935)
Métodos modernos de producción nos han dado la posibilidad de bienestar y seguridad para todos; hemos escogido, en vez, tener sobrecarga de trabajo para algunos y hambruna para el resto. Hasta ahora hemos continuado ser tan enérgicos como éramos antes que hubieran máquinas; en esto hemos sido estúpidos, pero no hay razón para que sigamos siendo estúpidos por siempre.
Bertrand Russell - In Praise of Idleness, 1935
Llego a la conclusión que, tanto hoy como en tiempos de Locke, el liberalismo empirista (que no es incompatible con el socialismo democrático) es la única filosofía que puede ser adoptada por el hombre que, por una parte, demande alguna evidencia científica a sus convicciones y, por otra parte, desee la felicidad humana por encima de la prevalencia de cualquier partido o credo.
Bertrand Russell - Unpopular Essays - 1950

[editar] Sufragio femenino

Cuando era joven, Russell fue miembro del Partido Liberal de Reino Unido y se mostró en favor del libre comercio y el voto femenino. En su panfleto de 1910, "Ansiedades Anti-Sufragio" (Anti-Suffragist Anxieties), Russell escribió que algunos hombres se oponen al sufragio porque "temen que su libertad para actuar de maneras que son ofensivas hacia las mujeres sea reducida". En 1907 se presentó a las elecciones para apoyar esta causa, pero perdió por un alto margen.

[editar] Sexualidad

Russell escribió en contra de la nociones victorianas sobre moralidad. En Matrimonio y Moral (1929) expresó su opinión sobre que el sexo entre un hombre y una mujer que no están casados entre sí no es necesariamente inmoral si ellos realmente se aman, y defendió los "matrimonios experimentales" o "matrimonios de compañía", relaciones formalizadas donde jóvenes podían tener de forma legítima relaciones sexuales sin esperar permanecer casados a largo plazo o tener hijos (una idea propuesta por primera vez por el juez y reformador social norteamericano Ben Lindsey). Esto puede no parecer extraño hoy en día, pero fue suficiente para desencadenar acaloradas protestas y fuertes denuncias en su contra durante su visita a los Estados Unidos poco después de la publicación del libro. Russell también estuvo adelantado a su época al apoyar una educación sexual abierta y un amplio acceso a métodos anticonceptivos. También apoyó el divorcio fácil, pero sólo si el matrimonio no había tenido hijos —la visión de Russell era que los padres deberían permanecer casados pero tolerantes hacia las infidelidades del otro. Esto reflejaba su vida en ese momento —su segunda esposa Dora tenía públicamente un amante, y pronto quedaría embarazada del mismo, pero Russell deseaba que sus hijos John y Kate tuviesen una vida familiar “normal”.

Russell participaba activamente dentro de la Sociedad de la Reforma de Ley Homosexual, siendo uno de los signatarios de la carta de Anthony Edward Dyson que hacía un llamamiento por un cambio en la ley que respecta a las prácticas homosexuales.

La vida privada de Russell era aún más libre de lo que revelaban sus escritos públicos, pero eso no era muy conocido en esa época. Por ejemplo, el filósofo Sidney Hook da cuenta que Russell con frecuencia habló de su destreza sexual y de sus numerosas conquistas.

[editar] Raza

Así como sus puntos de vista sobre religión, que perfeccionó considerablemente a través de su larga vida, la visión de Russell en el tema de la raza no permaneció inalterable. Por 1951, Russell abogaba por la igualdad racial y el matrimonio interracial. De su autoría en “Antagonismo Racial” (“Racial Antagonism”) en New Hopes for a Changing World (1951), se lee lo siguiente:

A veces se estipula que la mezcla racial es indeseable. No existe evidencia alguna para tal opinión. No existe, aparentemente, ninguna razón para pensar que los negros son congénitamente menos inteligentes que los blancos, pero eso será difícil de juzgar hasta que ellos tengan las mismas oportunidades y buenas condiciones sociales.
Bertrand Russell, New Hopes for a Changing World (London: Allen & Unwin, 1951, p. 108)

Pasajes en algunos de sus primeros escritos apoyan el control de la natalidad. En Noviembre 16 de 1922, por ejemplo, dio una conferencia en la Reunión General "Control de la Natalidad y Relaciones Internacionales" de Dr. Marie Stopes perteneciente a la Sociedad por un Control de la Natalidad y Progreso Racial Constructivo, donde describió la importancia de extender el control de natalidad de Occidente por todo el mundo; sus observaciones anticiparon el movimiento por el control de la población de los años 60 y el rol de las Naciones Unidas.

This policy may last some time, but in the end under it we shall have to give way--we are only putting off the evil day; the one real remedy is birth control, that is getting the people of the world to limit themselves to those numbers which they can keep upon their own soil... I do not see how we can hope permanently to be strong enough to keep the coloured races out; sooner or later they are bound to overflow, so the best we can do is to hope that those nations will see the wisdom of Birth Control.... We need a strong international authority.
“Lecture by the Hon. Bertrand Russell” - Birth Control News, vol 1, no. 8 (December 1922), p.2

Otro pasaje de las ediciones más tempranas de su libro Matrimonio y Moral (1929), el cual Russell más tarde aclaró como referencia sólo a la situación resultante del condicionamiento ambiental, el cual había removido de ediciones más tardías, dice lo siguiente:

En casos extremos puede existir poca duda de la superioridad de una raza sobre otra... No existe motivo razonable para considerar a los negros inferiores como término medio respecto a los blancos, aunque para trabajos en los trópicos ellos son indispensables, por lo que su exterminación (dejando de lado los asuntos humanitarios) sería altamente indeseable.
Bertrand Russell, Matrimonio y Moral (Marriage and Morals) (1929)

Russell más tarde criticó los programas de eugenesia por su vulnerabilidad ante la corrupción, y en 1932, condenó la "suposición sín garantía" que "los negros son congénitamente inferiores a los hombres blancos" (Education and the Social Order, Cap. 3).

Respondiendo en 1964 a la pregunta de un corresponsal, “¿aún considera a los negros como una raza inferior, como lo hizo cuando escribió Matrimonio y Moral (Marriage and Morals)?”, Russell respondió:

Nunca sostuve que los negros eran intrínsecamente inferiores. La afirmación en Marriage and Morals se refiere al condicionamiento ambiental. La he retirado de ediciones subsiguientes porque claramente es ambigua.
Bertrand Russell, carta fechada el 17 de Marzo de 1964 en Querido Bertrand Russell... una selección de su correspondencia con el público en general, 1950-1968. Editado por Barry Feinberg y Ronald Kasrils. (London: Allen & Unwin, 1969, p. 146)

[editar] Balance de la vida de Bertrand Russell

Admitiendo fracasar en ayudar al mundo a vencer la guerra y en ganar su perpetua batalla intelectual por verdades eternas, Russell escribió esto en "Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños" (Reflections on My Eightieth Birthday), que además fue la última entrada en el último volumen de su autobiografía, publicada cuando tenía 98 años:

He vivido en busca de una visión, tanto personal como social. Personal: cuidar lo que es noble, lo que es bello, lo que es amable; permitir momentos de intuición para entregar sabiduría en los tiempos más mundanos. Social: ver en la imaginación la sociedad que debe ser creada, donde los individuos crecen libremente, y donde el odio y la codicia y la envidia mueren porque no hay nada que los sustente. Estas cosas, y el mundo, con todos sus horrores, me han dado fortaleza.
Bertrand Russell, Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños.

[editar] Obras

La siguiente es una selección de obras de Bertrand Russell ordenadas por fecha de publicación:

  • La perspectiva científica. 1931.
  • Educación y el orden social. 1932.
  • Libertad y organización 1814 - 1914. 1934.
  • Elogio de la ociosidad. 1935. (versión en español)
  • Religión y ciencia. 1935.
  • ¿Qué camino hacia la paz?. 1936.
  • Los documentos Amberley. 1937.
  • El poder en los hombres y en los pueblos. 1938.
  • Investigación sobre el significado y la verdad. 1940.
  • Cómo convertirse en filósofo. 1942.
  • Cómo leer y entender la historia. 1943.
  • El valor del libre pensamiento. 1944.
  • Historia de la filosofía occidental. 1945.
  • El conocimiento humano. Su alcance y sus límites. 1948.
  • Autoridad e invididuo. 1949.
  • Ensayos impopulares. 1950.
  • El impacto de la ciencia en la sociedad. 1951.
  • Nuevas esperanzas para un mundo cambiante. 1951.
  • Satán en los suburbios. 1953.
  • Pesadillas de personas eminentes. 1954.
  • Sociedad humana, ética y política. 1954.
  • Retratos de memoria y otros ensayos. 1956.
  • Lógica y conocimiento. 1956.
  • Sentido común y guerra nuclear. 1959.
  • La evolución de mi pensamiento filosófico. 1959.
  • Los escritos básicos de Bertrand Russell. 1961.
  • Hecho y ficción. 1961.
  • ¿Tiene el hombre un futuro?. 1961.
  • Victoria pacífica. 1963.
  • Crímenes de guerra en Vietnam. 1967.
  • Autobiografía. 1967.

[editar] Véase también

[editar] Bibliografía

  • Garciadiego Dantan, Alejandro R. (febrero 1988). «Bertrand Russell y el origen de las paradojas de la teoría de conjuntos». Mathesis 1 (4):  pp. 113-130.
  • Grattan-Guiness, Ivor (2000). The Search For Mathematical Roots 1870 - 1940. Princeton University Press.
  • Grattan-Guiness, Ivor (2003). The Cambridge Companion to Bertrand Russell. Cambridge University Press.
  • Hurtado, Guillermo (1998). Proposiciones russellianas. México: Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM.
  • Rodríguez, Consuegra Francisco (1990). «La interpretación russelliana de Leibniz y el atomismo metodológico de Moore». Diánoia 36 (36):  pp. 121-156.
  • Rodríguez, Consuegra Francisco (1991). «El logicismo russelliano: su significado filosófico». Crítica 23 (67):  pp. 15-34.
  • Rodríguez-Ponga, Rafael: El agnosticismo de Bertrand Russell, Religión y Cultura, XXVIII, 1982, 128, 327-350.
  • Tomasini, Alejandro (1994). Los atomismos lógicos de Russell y Wittgenstein. México: Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM.
  • Tomasini, Alejandro (1992). Una introducción al pensamiento de Bertrand Russell. México: Universidad Autónoma de Zacatecas.

[editar] Enlaces externos

 

Predecesor:
William Faulkner
Premio Nobel de Literatura
1950
Sucesor:
Pär Fabien Lagerkvist

9 comentarios

petalofucsia -

Entre mis ideas futuristas también estaba ir haciendo páginas profesión por profesión para recoger y juntar toda la sabiduría que hubiese.

petalofucsia -

Inconscientemente sí me molestaba no ver a la gente como era, digamos que me incomodaba y lo pensaba bastante.

petalofucsia -

De Letizia me acordé por el sentimiento que tenía el infinito cuando estábamos en el Universo.

petalofucsia -

Tienen que disculpar los comentarios que se vertieron en privado, tenía demasiada memoria, ¿qué se siente? demasiada preocupación, saberlo todo y prevenir todo, una memoria muy superior es lo que tenía y me preocupaba más de lo normal.

petalofucsia -

Iba con mis padres al congreso, no sólo estaba por las tardes-noches con ellos.

Se hablaba de como era este pueblo, de sus costumbres, de sus creencias y de muchas cosas...

petalofucsia -

Para hablar del pueblo árabe y de su religión hubo un congreso, el Saúk, allí estuve unos días, por las tardes-noches estaba con mi familia. Hablábamos latín, castellano, no fue mucho tiempo.

petalofucsia -

También nos reunimos en Ayatalud.

petalofucsia -

Clotis me dio clases de castellano, creo recordar, el padre Nicanor de leyes, preparación para los pleitos, el padre Rudolph, de filosofía.

Estuve meses en Corazina, guardo muy buenos recuerdos. Por las calles todo era polémica y dudas y debate.

Hablaba gaélico, copto, latín, bereber y me enseñaron castellano. Estuve meses allí en la ciudad de Corazina.

petalofucsia -

En la ciudad de Coracina, Corazina.