HISTORIA18: LOS ÁRBOLES DEL PARAÍSO. Los árboles del Paraíso son árboles simbólicos mencionados por primera vez en la Biblia en el libro del Génesis.
Árboles del Paraíso
Existen desacuerdos sobre la neutralidad en el punto de vista de la versión actual de este artículo o sección. Árbol del conocimiento, pintado por Lucas Cranach como un manzano. |
Los árboles del Paraíso son árboles simbólicos mencionados por primera vez en la Biblia en el libro del Génesis.
«Y El Señor Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.» (Génesis 2:9)
Se distinguen tres tipos: los llamados "árboles deliciosos a la vista" (estos darían fruto para comer); "el árbol de la ciencia del bien y el mal" (o del conocimiento del bien y del mal) y el "árbol de la vida". El primero tipifica los árboles frutales [1] , el segundo tipifica el conocimiento, discernimiento (para decidir lo que está bien de lo que está mal); y el tercero tipifica la vida eterna (inmortalidad).
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[editar] Descripción
[editar] En el Génesis
Según explica el Génesis bíblico, son árboles ubicados en el Jardín de Edén, siendo el árbol del bien y el mal el único árbol de cuyo fruto se prohibió comer a Adán y Eva.
«Y mandó Yahve Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás» (Génesis 2:16,17)
Al imponer esta regla, el Creador habría reconocido al ser humano como un ser responsable de sus actos; pero le recordaba la soberanía de Dios sobre el ser humano y la obligación de estos de guardar sus propios límites. Se estaba dotando a la humanidad con libre albedrío; se les concedía la libertad de elegir.[2]
Fue entonces cuando “La serpiente dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1)
Puede ya notarse la astucia de la serpiente, pues dirige la pregunta a quien no había sido receptor directo de la orden divina (ya que Dios habló con Adan). Y al hacer la pregunta (maliciosamente) forzaba a que la respuesta sea aclaratoria, no bastaba con un simple SI o NO.
“Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.” (Génesis 3:2)
Nótese que Dios no dijo que no se comiera del árbol de que está en medio del huerto, sino del Árbol del conocimiento del bien y el mal. (Eva parece estar turbada, ya no ve con los ojos del espíritu) Es que…“la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a la vista, y árbol codiciable…” (Génesis 3:6-7)
“Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis…”
Aquí vuelve a utilizar artimañas. Una "verdad a medias" es una mentira… pues se apunta al hecho de que el humano no moriría físicamente (al menos en lo inmediato). Con esto la serpiente adquirió credibilidad. Por lo tanto avanzó en su cometido:
“sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal“ (Génesis 3:4,5)
Dios había creado muchos árboles más con el fin de que el hombre no tuviera necesidad del prohibido (Génesis 2:9). Pero no solo eso, sino que el texto dice: “Todo árbol delicioso a la vista”. No obstante, por influencia de la Serpiente (Satanás)… “la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a la vista, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; tomó de su fruto, y comió…” (Génesis 3:6)
El ser humano es arrastrado por la tentación, al considerar que algo es bueno sólo "si lo gratifica" (si es "agradable a los sentidos")...
Primero Eva y posteriormente Adán comieron. No aceptaron la propuesta de Dios y quisieron hacer su propia experiencia, decidir por sí mismos (acerca del bien y del mal). Así serían como dioses; y lo fueron: no siguieron el mandato de Yahvé (sobre lo que se puede hacer y lo que no), sino que priorizaban sus propias normas –o mejor dicho, las normas que la serpiente inducía-.
“Y dijo Yahvé Dios: He aquí el hombre es como uno de Nosotros sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, porque no extienda su mano y tome también del Árbol de la vida, y coma, y viva para siempre, sacólo Yahvé del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre…” (Génesis 3:22-24)
Dios, entonces, puso querubines al oriente en el huerto del Edén y una espada ardiente que se revolvía para impedir que el hombre accediera y también comiera el fruto del árbol de la Vida, el cual los haría inmortales imperfectos.
Adán y Eva ya no tuvieron más acceso al árbol de la vida (ya no podrían vivir para siempre). Murieron eventualmente y su descendencia moriría también. [Esa caída del ser humano representa, en la modernidad, el enfrentamiento entre dos esferas: la esfera del deber y la del “querer”, la de la Ley y la de “la libertad“].
[editar] Priorizar la Ley de Dios
El ser humano tiende a dejar de lado la Ley de Dios para imponer sus propias normas humanas. No quiere someterse a los mandatos divinos, sino escoger el propio camino, erigirse en norma última y exclusiva para saber lo que está bien y está mal, a fin de “vivir mejor”. Esto último en general queda reducido a gratificar los sentidos (“agradable a la vista…”), o sea, disfrutar del “materialismo”…
“Porque mi pueblo es necio… son hijos… sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron” (Jeremías 4:22)
“Saber hacer el bien” es lo que solicita también el profeta Isaías:
-"¡Dejen de hacer el mal!, ¡Aprendan a hacer el bien!, ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!, ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!" (Isaías 1:16,17)
Tales frases intentaban hacer cumplier con la Ley de Yahvé, la cual exigía que los hebreos se esforzaran para lograr una comunidad de “hermanos” donde se defienda a los más débiles y prime la justicia. Dice Yahvé:
estoy contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano… (Malaquías 3:5)
Tened balanza justa, peso justo, medida justa. Yo soy Yahvé (Lev. 19:35)
Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no serás con él un usurero; no le exigiréis interés (Éxodo 22:24)
…cometer fraude es abominación (Deuteronomio 25:15-16)
No mentiréis ni os defraudéis unos a otros (Levítico 19:21)
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Yahvé (Lev. 19:18)
“Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque te aumentarán días y años de vida y paz… Fíate de Yahvé de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:1-5)
El tratar de hacer normas propias... leyes humanas... (demostrando una sabiduría propia) tiene su origen en la soberbia. La soberbia (que es predominante en Satanás) es considerada como el más grave pecado.[3] Ejemplo de ello son los caldeos, que al rechazar la Ley de Yahvé y basarse en su propio derecho, pasaron a ser considerados un “pueblo terrible” que (por su soberbia) se imponía a los demás (Isaías 14:4-6):
"Son un pueblo temible y espantoso, que impone su propia justicia y grandeza" (Habacuc 1:7) (Biblia Versión NVI)
“nación formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad” (Habacuc 1:7) (Biblia Versión RV 1960)
La verdadera sabiduría es seguir la Ley de Yahvé:
“Yahvé Dios se apareció á Salomón… y le díjo: Pide lo que quisieres que yo te dé” “Y Salomón dijo:… Da pues á tu siervo un corazón dócil para juzgar á tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo..." (1 Reyes 3:5,9)
"Y respondió Dios: lo he hecho conforme á tus palabras: he aquí que te he dado corazón sabio y entendido” (1 Reyes 3:11,12)
Vemos que Salomón logró ser “entendido”, “sabio”, tenía “conocimiento”. Podía “discernir entre lo bueno y lo malo”, pero a partir de seguir los mandamientos divinos (1 Reyes 3:3)
Tener verdadero “conocimiento” era sinónimo de llevar una vida en concordancia con la voluntad divina. El profeta Oseas explicaba el significado de "ser sabio" de la siguiente manera: "No demuestran conocimiento… hay perjurio... mentira... engaños...robo... asesinatos" (Oseas 4:1-2). "Cuando haya Justicia, solidaridad y compasión, entonces habrá conocimiento de Dios" (Os 2:19-20)
Por su parte Adán y Eva, al tomar del árbol prohibido (el árbol del conocimiento del bien y del mal), llegaron a una nueva conciencia del ‘bien y del mal’. Dios había prohibido comer el fruto de aquel árbol. Comerlo, fue hacer lo malo. Y aún así, con un poco de engaño por parte de Satanás, Eva llegó a ver este ‘mal’ (de acuerdo a la definición dada por Dios) como algo ‘bueno’ (en la percepción humana, de acuerdo a lo sugerido por Satanás). El mal llegó a ser ‘bueno’ a sus ojos... las etiquetas habían sido cambiadas:
Cuando Dios hizo a Adán -y más tarde a su mujer- eran (como todo el resto de la creación de Dios), "buenos".
Las vestiduras de Adán eran la gloria de Dios (pues fue hecho a imagen y semejanza de Él) y eso era su cobertura, su protección, su escudo. "Te has vestido de gloria y de magnificencia" (Salmos 104:1); "tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí, mi gloria…" (Salmos 3:3)
Adán tuvo conciencia de su desnudez con la desobediencia, pues sus 'vestiduras' (gloria y cobertura) se apartaron de él. En realidad lo que lo abandonó fue la misma presencia que lo rodeaba. Decía Job: "Me ha despojado de mi gloria..."
Inicialmente la compañía que gozaron junto a Dios, era ciertamente muy "buena". Pero una vez que le desobedecieron, ya no era “buena” (trataban de esconderse de Su presencia).
“¡Ay de los que a lo malo dicen "bueno", y a lo bueno "malo"; que hacen de la luz "tinieblas", y de las tinieblas "luz", que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20).
Lo malo para Eva no fue desear el conocimiento. No puede ser malo desear ser sabios, Dios no desea mantener a Adán y a Eva en la ignorancia. Pero si ellos deseaban ser sabios y entendidos, debieron haber obedecido a Dios: la sabiduría es el resultado de la obediencia (versículos 1-2). [...sólo los que han alcanzado madurez (en la palabra de justicia) tienen los sentidos ejercitados -por el uso- en el discernimiento del bien y del mal. (Hebreos 5:14)]
“Guardad los [mandamientos], pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta” (Deuteronomio 4:6)
Satanás convenció a Eva que la sabiduría sería el resultado de su desobediencia. Y al desobedecer, Adán y Eva evidenciaron su desconfianza en Dios y en Su infinita sabiduría.
El que comiera del árbol de la vida tendría vida eterna. Adán y Eva ya no tuvieron más acceso al mismo. Pero hace dos milenios Cristo proveyó una manera para que nosotros pudiéramos tener nuevamente acceso a él:
Jesucristo venció todas las tentaciones que la Serpiente le presentó. Hasta rechazó “ser dueño de todas las riquezas del mundo” (Lc 4:5-8). Luego de lo cual podía exclamar: “Yo he vencido al mundo” (Jn 16:29-33) Si el humano vence las tentaciones materiales mundanas, y prioriza la Ley de Dios, adquiere el derecho a obtener la vida eterna:
Así está escrito: Luego de su “Gran día” [4] habrá una ciudad (la Nueva Jerusalén) y sus habitantes comerán del fruto del árbol de la vida. Las hojas del árbol serán medicinales y curarán enfermedades... No habrá más enfermedad ni muerte; (recibirán vida eterna) (Ap 22:2)
[editar] En el libro de Enoc
En el libro de Enoc, Enoc hace una descripción del paraíso, con numerosos árboles, entre ellos menciona al "árbol del conocimiento del bien y el mal" con el nombre del "árbol de la sabiduría". El árbol estaba ubicado al lado del Paraíso de Justicia, en un lugar con árboles numerosos en exceso y grandes, diferentes unos de otros, en donde destaca un árbol distinto de todos los demás, muy grande, bello y magnífico, el árbol de la sabiduría. El árbol es descrito tan alto como un abeto, sus hojas se parecen a las del algarrobo y su fruto es como un racimo de uvas, muy bonito; y con una fragancia que penetra hasta muy lejos, Igualmente se menciona que los que comen de su fruto aprenden gran sabiduría. En esta descripción, Remeiel le menciona igualmente a Enoc que:
Igualmente se menciona detalladamente en el paraíso un árbol que proporciona vida, siendo lo más posible la descripción del "árbol de la Vida". Enoc lo describe como un árbol rodeado por árboles aromáticos, el cual supera a los demás árboles en altura a la manera de un trono. Ese árbol presentaría un perfume que exhala una fragancia superior a cualquiera y sus hojas, flores y madera no se secan nunca, y presenta un fruto hermoso que se parece a los dátiles de las palmas. En esta descripción, Miguel, que estaba encargado de esos árboles, le menciona igualmente a Enoc que:
[editar] En el Apocalipsis
En el libro del Apocalipsis, se hace una descripción explícita sobre el árbol de la Vida, indicándose que al vencedor se le dará de comer del árbol de la vida que está en medio del paraíso de Dios". (Apocalipsis 2:7) Igualmente se menciona que está ubicado en medio de la calle de la ciudad, en la cual a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. (Apocalipsis 22:2)
[editar] En la tradición popular
Popularmente, en las artes visuales estos árboles son representados como manzanos, pero en realidad en el Génesis no se especifica a qué fruto se refiere.
[editar] Referencias
- ↑ o también hombres/mujeres que dan fruto Salmos 1:3
- ↑ Ver Josué 24:15, Isaías 7:15, Juan 5:39-40, 7:17 y Apocalipsis 22:17
- ↑ "guárdame de la soberbia… entonces seré limpio del mas grave pecado” (Salmos 18:14)
- ↑ Ver Amós 8:9; Hageo 2:6-7; Isaías 10:1-4; Salmos 50:15; 86:7; 1ª Tesalonicenses 5:2-4
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