HISTORIA9: GRIMORIOS. Un grimorio es un libro de conocimiento mágico escrito entre la Alta Edad Media y el siglo XVIII. Tales libros contienen correspondencias astrológicas, listas de ángeles y demonios, instrucciones para lanzar encantamientos y hechizos, mezclar medicamentos, convocar entidades sobrenaturales y fabricar talismanes.
Grimorio
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Un grimorio es un libro de conocimiento mágico escrito entre la Alta Edad Media y el siglo XVIII. Tales libros contienen correspondencias astrológicas, listas de ángeles y demonios, instrucciones para lanzar encantamientos y hechizos, mezclar medicamentos, convocar entidades sobrenaturales y fabricar talismanes.
[editar] Descripción
La palabra «grimorio» procede, según la Real Academia Española de la lengua, del francés grimoire, y éste es a su vez de una alteración de grammaire, «gramática», según el Trésor de Langue Française. Esto se debe en parte a que, en la Edad Media, las «gramáticas» latinas (libros sobre dicción y sintaxis del latín) eran fundamentales para la educación escolar y universitaria, y controlados pues por la Iglesia Católica, mientras que la mayoría iletrada sospechaba que los libros no eclesiásticos eran mágicos. De esta forma, «gramática» también denotaba, tanto para letrados como para iletrados, un libro de enseñanza básica.
Seguramente el grimorio más influyente en todas las obras teúrgicas posteriores es el Sobre los Misterios Egipcios de Jámblico de Calcis. Escrito hacia finales del siglo III d. C. cuando todavía no se les daba ese nombre a tal género de libros. También se les conoció, ya en la Edad Media, como Libros Negros.
Otros grimorios históricos de interés incluyen:
- El Grimorio de San Cipriano o Ciprianillo.
- El Libro de la Magia Sagrada de Abra-Melin el Mago.
- El Liber Juratis, Grimorium Honorii Magni o Libro del Papa Honorio III.
- El Poule Noir.
- La Clave Mayor de Salomón.
- El Lemegeton o Clave Menor de Salomón.
- El Gran Grimorio.
- El Grimorio Secreto de Turiel. Edición muy polémica de Max Turiel. ISBN:978-84-96785-31-1.
A finales del siglo XIX, algunos de estos textos como el de Abra-Malin y las Claves de Salomón fueron reivindicados por organizaciones mágicas para-masónicas como la Orden Hermética del Amanecer Dorado y la Ordo Templi Orientis. Aleister Crowley, gran promotor de estos grupos, dio pie para basar en ellos diversos movimientos modernos como la Wicca, el neo-satanismo, y la magia del Caos. Desde el siglo XIX ha existido también un pequeño sector económico dedicado a la venta de grimorios falsos o mal traducidos (la mayoría de los textos originales están en francés o latín, y son muy raros). No obstante, existen traducciones fieles de la mayoría de libros indicados.
Existen algunos grimorios de ficción contemporáneos. El más conocido de todos ellos probablemente sea el Necronomicón, un supuesto libro mágico de las obras de H.P. Lovecraft inspirado por la mitología sumeria y el Ars Goetia, una parte de la Clave Menor de Salomón que trata sobre cómo invocar demonios.
El manuscrito de Voynich podría también tratarse de un grimorio, aunque su texto nunca ha sido descifrado, o también un fraude de siglos de antigüedad.
[editar] Otros significados
- También se llama grimorio a un conjunto de signos a descifrar, galimatías y, en tono despectivo, obra o texto obscuro, complicado o indescifrable.
[editar] Grimorios en la cultura popular
- En la serie de televisión Gargoyles (Gárgolas: Guerreros de la Noche), mediante el grimorio llamado "Grimorum Arcanorum" se realizó un hechizo que causó el sueño de piedra a las gárgolas, por 1000 años.
- En el juego "Final Fantasy Tactics Advance" (Square-Enix) el libro que el personaje Mewt encuentra en una biblioteca local y que ayuda a los niños del mismo juego a trasportarse a otro mundo es al parecer el "Gran Grimoire"; un libro capaz de cambiar al mundo según los deseos de su poseedor. Hay más información en el manual que acompaña al juego.
- Asimismo, en el juego "Final Fantasy Tactics A2: Grimoire of the Rift", el personaje principal es arrastrado al mundo de Ivalice a través de un misterioso Grimorio con las páginas en blanco, el cual a medida que ocurren sucesos durante el juego, se va escribiendo solo hasta terminarse y llegar al final del juego.
- En el juego Vagrant Story, de la compañía Squaresoft, se utilizan Grimoires para ejecutar los hechizos, hasta llegar a dominarlos y poder prescindir de los libros.
- En la novela Krabat y el Molino del Diablo, el amo del molino es también un maestro de la magia negra, en la cual instruye a sus discípulos.
- La película Warlock, el brujo, se basa en la búsqueda de "Le Grand Grimoire", un libro de hechicería capaz de dejar entrar a Satán en la tierra.
- En la serie Embrujadas ("Charmed") también es usado por las hemanas Halliwell: en ella aparecen dos grimorios "Libro de las Sombras"(Magia blanca) y "Dark Magic"(magia negra). El primero de ellos está encantado, de manera que se protege a sí mismo del contacto con demonios o brujos malos. El segundo de ellos también esta encantado pero se protege de las entidades buenas y de la magia blanca.
- En la trilogía de películas Evil Dead se hace mención en reiteradas veces al Necronomicón, un Grimorio ficticio creado por el escritor H. P. Lovecraft.
- En el cuento The Shambler from the Stars (1935) del escritor estadounidense Robert Bloch, se menciona un grimorio llamado De Vermis Mysteriis o Los Misterios de los Gusanos que después H. P. Lovecraft incorporó a los Mitos de Cthulhu.
- En el videojuego Touhou Project: Mystic Square (Team Shanghai Alice) Alice consigue el Grimoire of Alice, dándole un gran poder y convirtiéndola en la boss del Extra Stage. A partir de ahí Alice siempre llevará el grimorio consigo.
- En el videojuego World of Warcraft: Los Grimorios se utilizan para que los jugadores que usen personajes de clase Brujo (Warlock) , puedan aprender a invocar demonios y enseñarles habilidades a los mismos.
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Pseudociencia (neologismo formado a partir de la raíz griega pseudo-falso, y la palabra «ciencia»: falsa ciencia) es un término que da cuenta de un conjunto de supuestos conocimientos, metodologías, prácticas o creencias no científicas pero que reclaman dicho carácter. Este concepto es utilizado en los enfoques epistemológicos preocupados por el criterio de demarcación de la ciencia para diferenciarlas claramente de las ciencias exactas, las naturales y las sociales.
El término tiene connotaciones peyorativas, porque se usa para indicar que las materias así etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas. Por este motivo, aquellos que cultivan determinada "pseudociencia", normalmente rechazan esta clasificación. El apelativo se ha aplicado a disciplinas como la física cuántica, las ciencias sociales, el psicoanálisis y la criptozoología por la naturaleza de sus sujetos de estudio difícil de aplicarle la misma rigurosidad científica que en otras disciplinas, no obstante esto es relativo y algunas disciplinas acusadas de pseudocientíficas son aceptadas como científicas por universidades, asociaciones científicas, centros médicos, gobiernos, etc., por ejemplo, el psicoanálisis.
Filósofos de la ciencia que se han ocupado extensamente de esta cuestión, como Karl Popper, quien consideraba en un principio a la selección natural como metafísica por no ser comprobable[1] [2] (si bien más tarde rectificaría ésta idea, pero mantendría que en ese caso la teoría debería ser reformulada y no sería estrictamente universalmente verdadera [3] [4] ), consideran que el carácter de pseudociencia depende menos del ámbito u objeto de estudio que de la actitud de sus seguidores hacia la crítica y, en general, hacia el método científico. Así, un físico o un biólogo podrían comportarse de un modo dogmático, mientras que un historiador o un sociólogo pueden presentar sus tesis de una manera que inviten a la refutación (o «falsación», en lenguaje popperiano). En general, y en la medida en que pueda resultar aplicable, la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas rigurosas, mientras que a las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas), o bien sus partidarios protegerán la teoría (por ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de someterla a ensayos que puedan refutarla.
A falta de un criterio delimitador objetivo y universal,[5] [6] [7] [8] [9] [10] la clasificación definitiva requiere de un argumento o falacia de autoridad, que es un caso particular de la falacia argumentum ad verecundiam, en la que se pretende apoyar una creencia por su origen y no por sus argumentos en contra y a favor, lo cual convierte a cualquier pretensión de ciencia sobre la clasificación de las pseudociencias en una pseudociencia en sí misma.
Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Pseudociencia
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Efecto apotropaico es el mecanismo de defensa que la superstición o las pseudociencias atribuyen a determinados actos, rituales, objetos o frases formularias, consistente en alejar el mal o proteger de él o de los malos espíritus o de una acción mágica maligna. Viene del griego apotrepein ('alejarse'), y psicológicamente tiene que ver con la represión de lo malo. Lingüísticamente se expresa mediante el eufemismo contra una palabra tabú.
Contenido [ocultar]
1 Origen
2 Gestos, fórmulas, fetiches y rituales
3 Símbolos y arquitectura
4 Historia
5 Bibliografía
[editar] Origen
El instinto de conservación origina algunos actos instintivos que no tienen explicación racional aparente, como por ejemplo matar un insecto o una araña o rehuir determinadas situaciones. En el origen de los actos apotropaicos se encuentran rastros de esos impulsos instintivos fruto de la evolución y la selección natural.
[editar] Gestos, fórmulas, fetiches y rituales
Determinados gestos son considerados por la Antropología cultural apotropaicos: hacer la higa para rechazar el mal de ojo, tocar madera, cruzar los dedos, decir ¡Jesús! para rechazar el mal agüero de un estornudo, aún cuando esta exclamación es utiliza mas comúnmente como una fórmula de cortesía, cuando estornuda una persona. Evitar determinados animales o números, etcétera. Los romanos cortaban las manos a los suicidas como acto apotropaico para defenderse del mal espíritu. Igualmente, los denominados conjuros y ensalmos, o fórmulas como las que se pronuncian en los brindis o en las queimadas. Determinados objetos y fetiches suelen ser considerados protectores, o amuletos y talismanes como el ojo apotropaico, las cruces de Caravaca, las medallas de San Benito etcétera. El bautizo de los bebés católicos es a menudo considerado un acto apotropaico.
[editar] Símbolos y arquitectura
Algunos símbolos de la arquitectura, como la cruz misma, la flor de lis, la cabeza sin cuerpo y los ángeles cumplen una función protectora. Asimismo, las gárgolas habrían el efecto apotropaico de defender la pureza del agua y de las fuentes y los leones de los monumentos y las tumbas son defensores del personaje allí conmemorado o enterrado. Determinadas plantas como el laurel, y algunos árboles a la entrada de los templos y las casas, poseían, aparte de la función de dar sombra, la protectora, así como las herraduras clavadas en los umbrales o casapuertas de una vivienda. Los falos desenterrados por la arqueología poseen igualmente dicha función, así como los exvotos de los templos.
[editar] Historia
Desde antiguo muchos autores han reprobado con criterios racionales estos actos, considerándolos un prejuicio cognitivo, como el doctor Gaspar Navarro en su Tribunal de supersticion ladina, explorador del saber, astucia y poder del demonio: en que se condena lo que suele correr por bueno en hechizos, agueros, ensalmos, vanos saludadores, maleficios, conjuros, arte notoria, caualista, y paulina y semejantes acciones vulgares (Huesca: Pedro Blusón, 1631) y durante la Ilustración fue un lugar común el rechazar y criticar estas prácticas irracionales, contra las cuales, por ejemplo, escribió el padre Benito Jerónimo Feijoo no pocos ensayos.
[editar] Bibliografía
GARCÍA SIERRA, Pelayo, "Núcleo de la magia. Cuerpo de la religión. Cuerpo de la ciencia"
CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de Símbolos, Barcelona, 1997.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_apotropaico"
Categorías: Psicología
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Efecto apotropaico es el mecanismo de defensa que la superstición o las pseudociencias atribuyen a determinados actos, rituales, objetos o frases formularias, consistente en alejar el mal o proteger de él o de los malos espíritus o de una acción mágica maligna. Viene del griego apotrepein ('alejarse'), y psicológicamente tiene que ver con la represión de lo malo. Lingüísticamente se expresa mediante el eufemismo contra una palabra tabú.
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1 Origen
2 Gestos, fórmulas, fetiches y rituales
3 Símbolos y arquitectura
4 Historia
5 Bibliografía
[editar] Origen
El instinto de conservación origina algunos actos instintivos que no tienen explicación racional aparente, como por ejemplo matar un insecto o una araña o rehuir determinadas situaciones. En el origen de los actos apotropaicos se encuentran rastros de esos impulsos instintivos fruto de la evolución y la selección natural.
[editar] Gestos, fórmulas, fetiches y rituales
Determinados gestos son considerados por la Antropología cultural apotropaicos: hacer la higa para rechazar el mal de ojo, tocar madera, cruzar los dedos, decir ¡Jesús! para rechazar el mal agüero de un estornudo, aún cuando esta exclamación es utiliza mas comúnmente como una fórmula de cortesía, cuando estornuda una persona. Evitar determinados animales o números, etcétera. Los romanos cortaban las manos a los suicidas como acto apotropaico para defenderse del mal espíritu. Igualmente, los denominados conjuros y ensalmos, o fórmulas como las que se pronuncian en los brindis o en las queimadas. Determinados objetos y fetiches suelen ser considerados protectores, o amuletos y talismanes como el ojo apotropaico, las cruces de Caravaca, las medallas de San Benito etcétera. El bautizo de los bebés católicos es a menudo considerado un acto apotropaico.
[editar] Símbolos y arquitectura
Algunos símbolos de la arquitectura, como la cruz misma, la flor de lis, la cabeza sin cuerpo y los ángeles cumplen una función protectora. Asimismo, las gárgolas habrían el efecto apotropaico de defender la pureza del agua y de las fuentes y los leones de los monumentos y las tumbas son defensores del personaje allí conmemorado o enterrado. Determinadas plantas como el laurel, y algunos árboles a la entrada de los templos y las casas, poseían, aparte de la función de dar sombra, la protectora, así como las herraduras clavadas en los umbrales o casapuertas de una vivienda. Los falos desenterrados por la arqueología poseen igualmente dicha función, así como los exvotos de los templos.
[editar] Historia
Desde antiguo muchos autores han reprobado con criterios racionales estos actos, considerándolos un prejuicio cognitivo, como el doctor Gaspar Navarro en su Tribunal de supersticion ladina, explorador del saber, astucia y poder del demonio: en que se condena lo que suele correr por bueno en hechizos, agueros, ensalmos, vanos saludadores, maleficios, conjuros, arte notoria, caualista, y paulina y semejantes acciones vulgares (Huesca: Pedro Blusón, 1631) y durante la Ilustración fue un lugar común el rechazar y criticar estas prácticas irracionales, contra las cuales, por ejemplo, escribió el padre Benito Jerónimo Feijoo no pocos ensayos.
[editar] Bibliografía
GARCÍA SIERRA, Pelayo, "Núcleo de la magia. Cuerpo de la religión. Cuerpo de la ciencia"
CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de Símbolos, Barcelona, 1997.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_apotropaico"
Categorías: Psicología
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Una forma particular de baja teúrgia es la "teléstica", de donde deriva la palabra talismán y sirve para cargar o animar estatuas u objetos que de esta manera pueden poseer una función mágica o propicia o ser usados en rituales religiosos.