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SOCIOLOGÍA: CLASES SOCIALES. Clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una característica común que los vincula socioeconómicamente, sea por su función productiva o "social", poder adquisitivo o "económico" o por la posición dentro de la burocracia en una organización destinada a tales fines. Estos vínculos pueden generar o ser generados por intereses u objetivos que se consideren comunes y que refuercen la solidaridad interpersonal. La formación de un sistema de clases depende del hecho de que sus funciones sociales sean, independientemente de la existencia de una vinculación orgánica, mutuamente dependientes a un marco social mayor.

Clase social

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Clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una característica común que los vincula socioeconómicamente, sea por su función productiva o "social", poder adquisitivo o "económico" o por la posición dentro de la burocracia en una organización destinada a tales fines. Estos vínculos pueden generar o ser generados por intereses u objetivos que se consideren comunes y que refuercen la solidaridad interpersonal. La formación de un sistema de clases depende del hecho de que sus funciones sociales sean, independientemente de la existencia de una vinculación orgánica, mutuamente dependientes a un marco social mayor.

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Características generales [editar]

La adscripción a determinada clase de un individuo se determina básicamente por criterios económicos, a diferencia de lo que sucede en otros tipos de estratificación social, basados en castas y estamentos, donde el criterio básico de adscripción en principio no es económico (aunque la adscripción a un determinado grupo pueda conllevar secundariamente condicionantes económicos).

  1. Generalmente, para el conjunto de individuos que configura una clase existen unos intereses comunes, o una estrategia social maximizadora de su poder político y bienestar social. En ciertos casos,un cierto número de individuos se desentiende de los intereses de su clase social.
  2. Las condiciones económicas que conllevan la adscripción a una u otra clase generalmente están determinadas por el nacimiento y herencia familiar. Así en la mayoría de las sociedades los hijos de las clases desfavorecidas a lo largo de su vida seguirán formando parte de las clases desfavorecidas, y los hijos de las clases más acomodadas tienen mayor probabilidad de ser parte durante el resto de su vida de la clase acomodada. [cita requerida]

El conjunto de las clases sociales y sus relaciones, forman un sistema de clases que es típico de las sociedades industriales modernas. En este tipo de sociedad se reconoce una mayor movilidad social que en otros sistemas de estratificación social. Es decir, todos los individuos tienen la posibilidad de escalar o ascender en su posición social por su mérito u otro factor. La consecuencia es la ruptura con las organizaciones estamentarias donde cada persona esta ubicada según la tradición en un estrato específico, normalmente para toda la vida.

Sin embargo, pese a estas posibilidades de ascenso, el sistema de clases no cuestiona la desigualdad en sí misma, sobre todo en países del tercer mundo donde existen combinaciones de clases y estamentos, develando un ethos colonial. La clase social a la que pertenece un individuo determina sus oportunidades, y se define por aspectos que no se limitan a la situación económica. También incluyen las maneras de comportarse, los gustos, el lenguaje, las opiniones... Incluso las creencias éticas y religiosas suelen corresponderse con las de un estatus social o (posición social).

Un sistema de clases es por tanto, una jerarquización colectiva, donde el criterio de pertenencia lo determina la relación del individuo con la actividad económica, y principalmente, su lugar respecto de los medios de producción y dicha condición puede estar estrechamente correlacionada con la herencia familiar.

Clase social en Marx [editar]

Para Carlos Marx las clases sociales pueden entenderse de dos formas, sea como: 1) grupos de individuos que se definen por una misma categorización de sus formas de relacionarse con los medios materiales de producción (particularmente la forma de obtención de sus rentas), o 2) una conciencia de clase entendida como la creencia en una comunidad de intereses entre un tipo específico de relaciones socioeconómicas. La doctrina marxista intenta descubrir la objetividad de la existencia de las clases (clasificaciones) socialmente relevantes a través de la formación de intereses subjetivos yuxtapuestos y en contraposición a otros grupos de intereses comprendidos en forma similar. Las clases sociales aparecen entonces como dualidades antagónicas en un contexto histórico de conflicto cuyo eje central es el materialismo histórico. De ese enfrentamiento mediado por la historia surge la lucha de clases que es la manifestación misma del conflicto de los intereses económicos de los individuos.

Marx destacó que, a diferencia de todas las anteriores sociedades de la historia de Occidente con múltiples grupos de clases antagónicas, en la moderna sociedad capitalista la repartición desigual del capital se simplifica en la formación de dos grandes clases caracterizadas por esta "distribución": el proletariado y la burguesía. Esta última por su función social originaria dispondría del capital físicamente, esto es: económicamente, y por ende de los medios de producción. Le sería propio a esta clase el modo de producción denominado capitalismo y su apoyo teórico, el liberalismo, comprendido como su epifenómeno ideológico. El marxismo, en tanto teoría y explicación causal de la realidad, ha llegado a autointerpretarse como la ideología de la clase proletaria, pero esto llevó a una paradoja de autorreferencia por la cual la misma noción marxiana de clase y de "ideología de clase" se vuelve la reificación de esta clase particular, noción que es a su vez parte de la doctrina y cuyo criterio de verificación (el éxito en el proceso histórico) se vuelve inverificable. Otras corrientes marxistas han entendido su pensamiento sociológico como un criterio objetivo y universal de análisis de la realidad testeado por su carácter progresista, o bien en términos políticos como un programa filosófico de acción revolucionaria.

En el marxismo, el proletariado, como clase oprimida capaz de superar a la burguesía, debía de unirse contra ésta para romper con su explotación. Siendo su negación dialéctica y sin haber generado dentro de sí nuevas clases opresoras u oprimidas, se volvería el instrumento de la negación de la sociedad con clases. La condición de su transformación en clase política era la superación de sus diferencias geográficas y culturales ("¡Proletarios de todos los países, uníos!" había sentenciado en la última página del Manifiesto Comunista) y el descubrimiento de su conciencia de clase para así superar la alienación. Lograr superar su condición como grupo explotado llevaría a dos etapas finales en la evolución histórica de las formas de producción occidentales (a diferencia del históricamente invariado modo de producción asiático). Las etapas primera y final del comunismo como modo de producción son diferenciadas por el marxismo doctrinario, de manera similar a la categorización de Durkheim, como dos organizaciones sociales diferentes más que como una transición permanente:

  • Socialismo: Persistencia de las clases sociales no poseedoras y representación política de su consciencia mediante un partido político. Propiedad pública de la producción provisionalmente traspasada al Estado. Distribución por función.
  • Comunismo: Abolición de la división del trabajo y el dinero. Colectivización total de la sociedad civil. Disolución de cualquier forma de clase y absorción de las funciones colectivas del Estado. Distribución por necesidad.

Si bien el triunfo de la acción política marxista no probó la tesis del materialismo histórico sobre la validez de la propia doctrina, y la estrategia leninista se materializó sin cumplir las expectativas que se tenían de ella, su dialéctica provocó un giro total en la política y la historia moderna. La específica aplicabilidad de la teoría de Marx al orden capitalista se explicaría, según el marxista Karl Reitter, en los siguientes términos:

El resultado de la relación de clases es acumulable a voluntad en forma monetaria y susceptible además de ser reutilizado en otro momento y otro lugar al objeto de reproducirse otra vez. Todas las demás relaciones son diferentes: ninguna de ellas muestra esa particularidad. El hecho de que esa particularidad pudiera desarrollarse históricamente se explica por el despliegue de lo socioeconómico en tanto que esfera intratable. De nuevo, la descomposición del feudalismo, la separación de la esfera del Estado político respecto a la sociedad permitió tematizar la economía como una relación social. En sentido estricto, sólo puede hablarse de economía dentro del modo de producción capitalista. Tal y como Polanyi ha puesto de manifiesto, en las sociedades precapitalistas lo económico se presenta estructural e inextricablemente vinculado a referencias políticas, morales, señoriales y culturales. Por ejemplo, un análisis de la dinámica económica en su forma pura, tal y como el que Marx llevó a cabo en el caso del modo de producción capitalista, no es posible en absoluto para una economía de la antigüedad. Así, pues, hay motivos para pensar que los conceptos de clase y de modo de producción sólo pueden aplicarse en sentido categórico al capitalismo.[1]

Las transformaciones sociales al iniciar el siglo XX llevaron a que aparecieran nuevos aportes, entre ellos los que fueron realizados por Weber y Durkheim.

Clase social en Weber [editar]

Max Weber contribuyó a atender la complejización social de occidente en el siglo XX (aparición de capas medias, burocracia, etc) y comprender desde una lógica de la acción social y la racionalidad. Es un error ver a Weber como el verdugo de Marx (como la sociología funcionalista lo hizo creer desde Talcott Parsons) aún siendo éste liberal y cercano al mundo religioso. La distancia está más bien en el enfoque más reduccionista dado al marco teórico de Marx (primacía del factor material económico-tecnológico para explicar el capitalismo y otras formas socioeconómicas como necesidades históricas evolutivas) algo que Weber trata de refutar a través de su tesis sobre la ética protestante y principalmente mediante su comprensión de la acción social:

La sociología interpretativa o comprensiva considera al individuo y su acción como su unidad básica. Como su átomo, si puedo permitirme emplear excepcionalmente esta discutible comparación (...) en consecuencia la teoría de la sociología consiste en reducir estos conceptos a «acciones comprensibles», es decir, sin excepción, aplicables a las acciones de hombres individuales participantes.

Con su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo presentaría la tesis pluricausal según la cual si bien puede existir una evolución propia para la sociedad (Comte), el pensamiento (Hegel) y la tecnología (Marx), ninguna es infraestuctura determinante para la otra, así como también cada una de estas puede describir en el camino de su desarrollo trayectos diferentes tanto por sí misma como por influencia de las otras. Weber descubrió cómo la actitud de austeridad y negación del ocio (negocio) en función del lucro del capital que sistematizara Benjamin Franklin se generalizó sólo como derivado del ascetismo intramundano propio de las principales variantes de la ética calvinista, y cómo ésta fue condición necesaria (aunque no suficiente) de existencia de la modernidad burguesa en Occidente:

El hecho que exige explicación histórica es este: en el centro más altamente capitalista de su época, la Florencia de los siglos XIV y XV, mercado de dinero y capital de todos los grandes poderes políticos, esta actitud era considerada éticamente injustificable o, cuanto más, tolerable; mientras que en el siglo XVIII, en las lejanas poblaciones pequeñoburguesas de Pensilvania, donde los negocios amenazaban reducirse al trueque por mera falta de dinero, donde apenas había signos de una gran empresa, donde solo se esbozaban los comienzos de un régimen bancario, se veía en ella la esencia de la conducta moral, impuesta incluso en nombre del deber. Hablar aquí de un reflejo de las condiciones materiales en la superestructura ideal sería flagrante tontería. ¿Qué constelación de ideas explicaría el tipo de actividad dirigida en apariencia hacia el puro lucro, como una vocación por la cual el individuo se sintiera éticamente obligado? Pues ésta fue la idea que dio justificación y fundamento ético a la modalidad del nuevo empresario.[2]

Respecto a la teoría de la acción social, el individualismo metodológico weberiano contrasta con la visión marxista de la sociedad como una suma dialéctica de "relaciones" socioeconómicas similares que conforman dualidades de clases contrapuestas y que conforman la vida individual, así como se opone al colectivismo durkheimiano en el cual la sociedad en tanto organización tiene existencia autónoma como una totalidad orgánica social-moral en proceso interno de transformación:

Tratar conceptualmente la "clase" como si tuviera el mismo valor que la "comunidad" conduce a una distorsión. Hay un hecho importante, y después de todo, bastante simple, que ayuda a comprender los acontecimientos históricos: los hombres colocados en la misma situación de clase reaccionan por lo común con actos masivos ante situaciones tan tangibles como las económicas, en dirección de los intereses más adecuados para su número. Por sobre todo, este hecho no debe estimular ese manejo pseudocientífico de los conceptos de "clase" e "intereses de clase" tan común en estos tiempos, y que ha encontrado su expresión clásica en la afirmación de un autor de talento, según el cual el individuo puede equivocarse respecto de sus intereses, pero la "clase" es "infalible" en lo que atañe a los suyos.[3]

Weber distingue entre clases sociales, grupos de estatus y partidos políticos, estratos distintos que corresponden respectivamente a los órdenes económico, social y político.

  • Las clases sociales se definen por la relación económicamente determinable entre sus miembros y el mercado. Éstas son sólo una de las formas de la estratificación social, atendiendo a las condiciones de vida material, y no constituyen un grupo consciente de su propia unidad más allá de ciertas condiciones sin necesaria comunidad de intereses.
  • Los grupos de estatus se distinguen por su modo de consumo y por sus prácticas sociales diferenciadas que dependen a la vez de elementos objetivos (los que después Pierre Bourdieu llamaría capital social) y de otros puramente subjetivos como la reputación (el honor, el prestigio, etc.)
  • Los partidos políticos pueden acceder al poder estatal y alterar con mandatos concretos las reglas abstractas de la sociedad, utilizando su influencia para obtener beneficios ideales o materiales para sus miembros, los cuales unifican en forma institucional intereses y estatus sociales comunes preexistentes al Estado o generados desde él.

El contexto histórico presenta la llegada de una clase media ya fortalecida tras la experiencia del fordismo y que se sumaría como un actor de peso entre el proletariado y la burguesía, aunque con la salvedad de ser un estado de tránsito permanente. La complejización de este proceso, traspasó su carga teórica a la sociología contemporánea (desde mediados de los 70) la que se hizo cargo de este problema en un contexto de crisis de la sociedad moderna-industrial tal como se había conocido históricamente.

Clase social en la sociología contemporánea [editar]

La nueva complejización de la sociedad desde fines del siglo XX hasta el siglo XXI fue provocando encuentros entre las posturas actualizadas de Weber y Marx (neoweberianos y neomarxistas) aunque, por otro lado, continuaba la producción teórica más ortodoxa del marxismo y la funcionalista contemporánea (que se asocia técnicamente a la justificación del neoliberalismo), cuya figura de mayor peso sería Niklas Luhmann, quien basó su revisión de la teoría de sistemas en las tesis del biólogo chileno Humberto Maturana (autopoiesis) que encuentra justificación casi matemática en la sociedad contemporánea a diferencia del resto de las teorías sociales. Convergen neomarxistas y neoweberianos en la complejización contemporánea de las clases sociales, la desigualdad social creciente y el caos teórico producido en la transformación del trabajo. Entre los teóricos destacados del análisis de clase contemporáneo están Goldthorpe, Erik Olin Wright, Erikson y Ralf Dahrendorf.

Véase también [editar]

Bibliografía recomendada [editar]

  • Goldthorpe, J. et. al. Social Mobility and Class Structure in Modern Britain. Second Edition. Oxford: Clarendon Press. 1987.
  • Erikson, R. and J. Goldthorpe. The Constant Flux: A Study of Class Mobility in Industrial Societies. Oxford: Clarendon Press. 1993.
  • Bourdieu, Pierre. La distinción. Madrid: Taurus. 1984.
  • Crompton, Rosemary. Clase y Estratificación. Una introducción a los debates actuales. Madrid: Tecnos. 1994.
  • Wright, Erik Olin. Clase, crisis y estado. Madrid: Siglo XXI de España. 1983.
  • Wright, Erik Olin. Reflexionando, una vez más, sobre el concepto de estructura de clases. Madrid: Zona Abierta, Nº 59-60. 1992.
  • Parsons, Talcott. El sistema social. Madrid: Alianza Editorial.
  • Weber, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Alianza Editorial. 2001.
  • Weber, Max. Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva. México: Fondo de Cultura Económica. (1922) 1964.
  • Weber, Max. Ensayos de sociología contemporánea. Barcelona: Ediciones Martínez Roca. (1946) 1972.
  • Marx, Karl. Manuscritos de economía y filosofía. Madrid: Alianza Editorial.
  • Marx, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), I-III. Siglo XXI.
  • Marx, Karl y Engels, Friedrich. Manifiesto del Partido Comunista. Moscú: Editorial de Literatura Política del Estado. (1848) 1955.

Enlaces externos [editar]

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