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FILOSOFÍA3: LA ASCÉTICA. Se denomina ascética o ascetismo al conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones religiosas, la ascética es un modo de acceso místico.

Ascetismo

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El filósofo meditando, de Rembrandt

Se denomina ascética o ascetismo al conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la oposición sistemática al cumplimiento de necesidades de diversa índole que dependerá, en mayor o menor medida, del grado y orientación de que se trate. En muchas tradiciones religiosas, la ascética es un modo de acceso místico.

La mayoría de los sistemas ascéticos desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior. El fundamento de este aserto reside en la adhesión a dualismos del tipo alma-cuerpo, espíritu-materia, bien-mal.

En Occidente, las primeras doctrinas ascéticas surgieron en la antigua Grecia. Sin embargo, este tipo de prácticas ya eran milenarias en Oriente. El ascetismo alcanzó su mayor difusión al incorporarse a sistemas religiosos como el Budismo, el Cristianismo y el Islam.

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En el Cristianismo [editar]

En la primitiva religión cristiana católica, el ascetismo sirvió a los llamados Padres del yermo o de la Tebaida para alcanzar una unión más perfecta con Dios alejándose de cualquier contacto con lo profano por medio de una vida de privaciones, penitencia y oración por la que optaron algunos monjes, eremitas y anacoretas como Antonio Abad. Podía seguirse en comunidad, rigiéndose por una regla escrita o normas de disciplina monástica, o en soledad, con una vida apartada del trato humano y en contacto con la naturaleza, en cuevas, montañas, desiertos, ermitas abandonadas o incluso, como el padre del yermo San Simón el Estilita, en lo alto de una columna para apartarse de la tentación. Los monjes y monjas deseaban "limpiar su espíritu de pecado y acercarse a Dios, con el deseo de que éste acceda a unirse con el alma de su sirviente". Es lo que se llama unión mística o éxtasis).

El procedimiento para acercarse a Dios, tal como lo expuso el cartujo fray Bernardo Fontova en su Tratado de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva, constaba en general de dos vías, purgativa e iluminativa, de acercamiento a Dios, y de una tercera, la unitiva, que no era en realidad tal, puesto que se daba ya una vez realizada la unión mística.

Representación de dos monjes medievales en el Museo de Bayeux

La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz, es la vía de la penitencia en donde el alma se libera de todos sus pecados.

Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas.

El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.

La vía iluminativa comienza donde termina la anterior. El alma se halla ya limpia y en un desamparo y angustia interior inmensos, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él. El alma ha de dar lo que san Juan de la Cruz llamó un "ciego y oscuro salto", del que sólo la puede rescatar Dios mismo, si Él quiere.

La vía unitiva es el éxtasis místico: Dios se une a su criatura y le revela un conocimiento y un placer sin límites. Puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas, las heridas que sufrió Cristo en la cruz, con fenómenos de levitación del santo y bilocación, es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo. El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado, porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable.

Antecedentes de la escuela ascética española [editar]

Según Marcelino Menéndez Pelayo, podemos encontrar antecedentes de la ascética española en San Leandro (De institutione Virginum et contemptu mundi, ad sororem Florentinam), en San Isidoro (Synonymorum de lamentatione animae peccatricis), en San Valerio, abad del Vierzo (De Vana saeculi sapientia, Dicta Beati Valerii ad Beatum Donadeum, De Bonello monacho, De Revelatione Baldarii, etc.), en San Eulogio (Documentum Martyriale). En Pedro Compostelano (siglo XII) y su poema De Consolatione Rationis.

En Raimundo Lulio (Libro de las Contemplaciones. Blanquerna. Libro del amigo y del amado. Philosophia Amoris. Liber Proverbiorum, etc., etc., sin contar con algunas de sus poesías en lengua vulgar). En Don Pedro Gómez de Albornoz, arzobispo de Sevilla (Libro de la justicia de la vida espiritual de todos los hombres, e de la perfection de la Iglesia militante). En Pedro de Luna, el antipapa (Libro de las Consolaciones de la Vida Humana). En Raimundo Sabunde (en su Liber Creaturarum tiene un tratado muy importante sobre el Amor de Dios). En Fray Jacobo de Benavente, dominico (Viridario o Vergel de Consolación). En Fray Alfonso de San Cristóbal (Vegecio Spiritual). En Fray Bernardo Oliver (Libro de espertamiento de la voluntad en Dios).

En Fray Bernardo Fontova, cartujano, confesor de Doña María, la esposa de Alfonso V de Aragón (Tratado espiritual de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva. Menosprecio de las cosas visibles. Escuela de la Divina Sabiduría). En Juan de Torquemada (Contemplationes. Meditationes de Vita Christi. Quaestiones Spirituales. Apología de las Revelaciones de Santa Brígida, etc.). En Fray Lope Salinas, franciscano (Espejo de religiosos. Escala de la perfección hasta subir al perfecto amor de Dios. Conferencias espirituales). En Juan Meneses de Silva, por otro nombre el Beato Amadeo, franciscano (De Revelationibus et prophetiis). En la sordomuda y feminista doña Teresa de Cartagena (Arboleda de enfermos). En Alfonso Núñez de Toledo (Vencimiento del Mundo). En Gómez García (Carro de dos vidas, activa y contemplativa). En el tratado anónimo Flor de virtudes, escrito en 1470 (comienza con una Teoría del Amor). En Fray Lope Fernández, de la Orden de San Agustín (Espejo del alma), etcétera. Otros consideran que hay que considerar también un posible origen de la ascética española en la flamenca, germánica y nórdica o incluso en fuentes arábigas y judaicas.

Ha habido distintas doctrinas ascéticas según la orden religiosa que la inspirara: una ascética franciscana, otra carmelitana, otra dominica, etc. Grandes ascéticos han sido Juan de Ávila, Fray Luis de Granada, Francisco de Osuna, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Pedro Malón de Chaide, Antonio de Molina, etc.

Escuela ascética dominica [editar]

En España está formada, por orden cronológico, por fray Luis de Granada: Guía de Pecadores. De la Oración y Consideración. Memorial de la Vida Cristiana. Adiciones al Memorial, etc., etc. Fray Bartolomé de los Mártires: Compendium Spiritualis Doctrinae ex variis Sanctorum Patrum sententiis collectum (1582). Traducción castellana de Pacheco de Ribera (1604). Collationes Spirituales. Praticas espirituales. Fray Cristóbal de la Cruz: Tratado de la Esperanza Christiana (1611). Sor Hipólita de Jesús (Rocaberti y Solier): Tratados espirituales: de la Penitencia, del temor de Dios, de la Consideración y Meditación. Viaje del Cielo. Coloquios del Alma, etc. Floreció a mediados del siglo XVII. Fray Pedro Blasco: Tratado de la vida espiritual (1612). Fray Juan de Gabastón: El Tratado de la Vida Espiritual de San Vicente Ferrer, declarado y comentado (1616). Fray Juan de Lezcano: De la Oración y Meditación (1630). Fray Tomás Vallgornera: Mystica Theologia D. Thomae (1662). Fray Juan Thomas de Rocaberti: Theologia Mystica (1669).

Escuela ascética franciscana [editar]

También por orden cronológico, tenemos al catalán Raimundo Lulio, Libro del amigo y el amado. San Pedro de Alcántara: De la oración y meditación (1560). Fray Juan de los Ángeles: Diálogos de la conquista del espiritual y secreto reino de Dios (1595). Manual de vida perfecta (1608). Lucha espiritual y amorosa entre Dios y el Alma, (1600). Triunfos del Amor de Dios (1590). Vergel Spiritual del alma religiosa (1610). Consideración espiritual sobre los Cantares (1607). Fray Diego de Estella: De la Vanidad del Mundo (1574). Meditaciones del Amor de Dios (1578). Fray Juan Bautista de Vinones: Espejo de la Conciencia (1507). Fray Antonio de Guevara: Monte Calvario (1542). Oratorio de religiosos y exercicio de virtuosos (1542). Fray Gabriel de Toro: Teología Mystica, unión del alma con Dios (1584). Fray Francisco de Evia: Espejo del alma (1550). Fray Bernardino Laredo: Subida del Monte Sión (1553). Fray Felipe de Sosa: De la Excelencia del Santo Evangelio (1569). Fray Juan de Bonilla: Tratado de la Paz del Alma (1580). Fray Francisco Ortiz Lucio: Jardín de amores santos (1589). Mystica Theologia (1608), etc. Fray Altonio Álvarez: Silva Espiritual (1591). Fray Ángel del Pas: De cognitione et amore Dei (1595). De Fundamentis boni spiritus et omnis perfectionis spiritualis (1582). De Profectu et splendore hominis spiritualis, etc., etc. Compuso la mayor parte de sus obras en latín o en italiano. Fray Diego Murillo: Escala Espiritual (1598). Fray Andrés de Soto: De la verdadera soledad y vida solitaria (1607). Fray Antonio Sobrino: De la vida espiritual y perfección cristiana (1612). Fray Pedro de San Buenaventura: Jornada del alma a Dios (1614). Fray Antonio Pascual: Philocosmia Espiritual (1616). Fray Francisco Fernández: Guía de la vida espiritual (1643). Fray Alfonso Pastor: Soledades del Amor Divino (1665). Fray Juan de la Fuente: Árbol de la Vida (1672). Sor María de Agreda: Mística Ciudad de Dios, etc.

Anónimos: Vergel de la Virginidad y Mysterios de los Ángeles (1539). Excelencias de la Fe (1537). Tesoro de Virtudes (1543). Camino de la perfección espiritual del Alma (1532). Espejo de la Conciencia (1552). Mysterios de la Devoción (1537).

Escuela ascética agustina [editar]

Fray Luis de León: Nombres de Cristo (1583), etc., etc. Fray Pedro Malón de Chaide: Conversión de la Magdalena (1596). El beato Alfonso de Horozco: Vergel de Oración y Monte de Contemplación (1544). Memorial de Amor Santo. Recogimiento del ánima. Desposorio Espiritual. Historia de la Reyna Sabá (1565). Epistolario Cristiano (1567). Libro de la Suavidad de Dios (1576). Arte de amar a Dios y Victoria del Mundo (1585). Confesiones (1620), y otros numerosísimos tratados breves de doctrina espiritual. Fray Hernando de Zárate: Discursos de la Paciencia Christiana (1597). Cristóbal de Fonseca: Del Amor de Dios (1599). Vida de Cristo (1596, 1603, 1605, 1611). Fray Pedro de Vega: Declaración de los siete Salmos Penitenciales (1599). Fray Juan Márquez: Los dos estados de la espiritual Jerusalén (1603). Beato Luis de Montoya: De la unión del alma con Dios, y otras obras espirituales (1565). Fray Sebastián Toscano: Theologia Mystica (1568). Fray Jerónimo de Saona: Jerarquía Celestial y Terrena (1598). Fray Juan González de Criptana: El Perfecto Christiano (1601). Despertador del alma dormida (1613). Venerable Tomás de Jesús: Trabajos de Jesús (1602 y 1609). Soliloquios del Amor Divino (1628), etc., etc. Fray Diego de Pastrana y Sotomayor: El Camino de la Ciudad de Dios (1603). Fray Jerónimo Cantón: Excelencias del nombre de Jesús (1607). Fray Felipe de la Luz: Tratado de la vida contemplativa (1627). Fray Fernando de Camargo y Salcedo: Luz Clara de la Noche Obscura (1650); Fray Pedro Suárez de Escobar: Escala del Paraíso Celestial. Silva de la perfección evangélica. Fray Juan Bautista Lisaca: Grados del Amor de Dios.

Escuela ascética carmelita [editar]

Santa Teresa de Jesús: Vida. Camino de Perfección. Conceptos del Amor de Dios. Las Moradas, etc., etc. San Juan de la Cruz: Subida del Monte Carmelo. Noche escura del alma. Cántico espiritual. Llama de amor viva, etc., etc. Fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios: Mystica Teología, colegida de lo que escribió San Buenaventura del verdadero camino del Cielo, con un Itinerario de la perfección (1608). Camino del Cielo o Mystica Teología de San Buenaventura (1601). Vida del alma..., Apología contra los que ponen la perfección en la aniquilación total (1609), y otros opúsculos, que verdaderamente no tienen número. Algunos de ellos fueron coleccionados en 1616. Fray Miguel Alfonso de Carranza: Camino del Cielo (1601). Fray Juan de Jesús María: Theologia Mystica (1622). Ars amandi Deum. Schola orationis et contemplationis, etc., etc. Fray Miguel de la Fuente: Libro de las tres vidas del hombre: corporal, racional y espiritual (1623). Fray Tomás de Jesús: Methodus examinandi et discernendi Spiritualem animae profectum (1623). Divinae orationis sive a Deo infusae methodus, natura et gratia (1623). De contemplatione divina. Práctica de la viva Fe (1617). Compendio de los grados de oración (1610). Fr. Domingo de Jesús María (Ruzola): Concordia Espiritual (1628). De Mystica Theologia, etc. Fray Ambrosio Roca de la Serna: Luz del Alma (1634). Fray José de Jesús María: Subida del alma a Dios (1656). Fray Vicente Olleme: Tesoros de la liberalidad de Dios derramados en el centro del alma (1666).

Escuela ascética jesuita [editar]

San Ignacio de Loyola: Exercicios Espirituales. Padre Pedro de Ribadeneyra: Tratado de la tribulación (1591). Padre Baltasar Álvarez: De Modo et ratione loquendi de rebus Spiritualibus contra depravatas phantasias Illuminatorum (1585?). V. Luis de la Puente: Meditaciones de los Mysterios de nuestra santa Fe (1605). De la Perfección Christiana (1612-1616). Guía Espiritual de la Oración, Meditación y Contemplación (1609). Vida del P. Balthasar Álvarez (1615). Thesoro escondido en las enfermedades y trabajos, etc., etc. Alonso Rodríguez: Exercicio de Perfección y Virtudes Christianas (1614). Bernardino de Villegas: Exercicios Espirituales (1632). Soliloquios Divinos, etc., etc. Padre Francisco Arias: Del Aprovechamiento Espiritual (1588). De la presencia de Dios. De la Imitación de Cristo Nuestro Señor (1599). Juan Eusebio Nieremberg: Doctrinae Asceticae sive spiritualium Institutionum Pandectae (1643). Diferencia entre lo temporal y lo eterno. Vida Divina y Camino Real para la perfección (1633). De la Adoración en espíritu y en verdad. Tratado de la hermosura de Dios (1647), etc., etc. Luis de la Palma: Práctica y breve declaración del camino espiritual (1629). Alfonso de Andrade, traductor y adicionador deBelarmino: Avisos espirituales de Santa Teresa, comentados (1647). Itinerario que debe guardar el hombre para caminar al Cielo (1648), etcétera.

Ascéticos de otras órdenes religiosas o del clero secular [editar]

Fray Antonio de Alvarado, benedictino: Arte de bien morir y guía del camino de la muerte (1611). Fray Juan de Castañiza, benedictino de Oña: De la Perfección de la vida christiana. Batalla Espiritual, etc., etc. Fray Antonio de Molina, cartujo de Miraflores: Exercicios espirituales de las excellencias, provecho y necesidad de la oración mental (1615). Antonio de Rojas: Espejo de perfección (1604). Vida espiritual (1629). Luz de la Noche Obscura (1630). El venerable Juan de Palafox: Discursos Espirituales (1641). Varón de Deseos (1642). Pastor de Noche Buena (1655). Tratado del Recogimiento interior, etc., etc. Ascética heterodoxa del Quietismo: Miguel de Molinos: Guía Espiritual (1675).

En el Budismo [editar]

Jóvenes monjes budistas de peregrinación.

El Budismo es una religión no-teísta. Uno de sus fundamentos principales es tomar conciencia del sufrimiento, hasta liberarse completamente de éste, en la realización del nirvana. Para conseguir esta realización se enfatizan prácticas como el desapego y meditación. En la práctica diaria, sin embargo, el Budismo propugna el Camino del medio entre los extremos de la indulgencia sensual y la auto-mortificación. Las distintas ramas del Budismo admiten distintas interpretaciones de la disciplina ascética, que van desde la admisión de la sexualidad, como en el Tantrismo, a una intensa meditación para producir la total destrucción de la ilusión del ego, como en el Budismo zen.

En el Islam [editar]

El Islamismo reconoce también un tipo de ascética unida a la mística del sufismo.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

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