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ARTE2. "LA PINTURA Y LOS TEMAS EN LA PINTURA"

Pintura

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Para otros usos de este término, véase Pintura (desambiguación).
La creación de Adán, por Miguel Ángel. Detalle de uno de los frescos de la Capilla Sixtina en El Vaticano.

En Bellas Artes, la pintura artística es el arte de la representación gráfica utilizando pigmentos mezclados con otras sustancias orgánicas o sintéticas. En este arte se emplean técnicas de pintura y conocimientos de teoría del color.

Más allá de toda especulación o tendencia en las artes visuales, la pintura artística, se diferencia de cualquier otro tipo de pintura, en que su práctica no corresponde necesariamente a una demanda, sino a la búsqueda personal de un mensaje visual, que trascienda al material usado en sí, emergiendo detrás de las formas y los colores y sus tonalidades, un contenido que invite al espectador a explorar un camino que se recorre a través de las manos del mismo pintor. Siempre basándose en las técnicas elementales de la pintura como lo es la composición, el equilibrio, ritmo, forma, color y valor.

La pintura es la expresión de ideas, pensamientos y sentimientos en el papel, madera, paredes etc. Para esto el pintor necesita una habilidad para pintar y además una situación en que se base, es decir, un conflicto, problema, o situación en la que este se encuentre.

Estas técnicas basadas en naturalezas matemáticas han sido perfeccionadas a lo largo de la historia por todas las grandes civilizaciones conocidas, y sus profundos conocimientos han sido siempre aplicados a consciencia por la mayoría de los grandes pintores que han trascendido en sus obras.

"El pintor persigue la línea y el color, pero su fin es la Poesía" --Rembrandt Harmenszoon van Rijn.
 

temas  en  la  pintura

 

 

A través de la técnica y la composición el pintor expresa contenidos ideológicos ‑religiosos y civiles‑, culturales o meramente plásticos. Estos contenidos tienen su explici­tación visual en los llamados temas, tratados por los artistas. Sin embargo, el término tema lleva implícito un carácter emi­nentemente figurativo, por lo que emplearemos la palabra ti­pología para designar los contenidos de las obras. (...)

 

La Historia del Arte se inicia con una tipología mágica, representada por las pinturas del mundo prehistórico. El artis­ta ‑eminentemente cazador‑ fija las imágenes de las piezas que él pretende cobrar, de manera que su representación grá­fica tiene un significado de posesión. Así, su sueño/deseo se convierte en realidad. (...)

 

El arte se convierte en ocasiones en objeto decorativo, y como tal tiene significado. Ya no se pretende la copia de la rea­lidad, sino que los elementos tangibles se organizan en com­posiciones que no explican nada, sino que tan sólo sirven de ornamento. Cenefas, grutescos renacentistas, esgrafiados e in­cluso geometrismos árabes son elementos complementarios de una espacialidad arquitectónica. Podemos hablar así de arte aplicado, carente de significación propia.

 

… Es la mitología uno de los temas que a través de los tiempos ha tenido mayor incidencia plástica. Su sentido es doble: religioso y simbólico. En el mundo antiguo y en las culturas orientales, el dios mítico viene a representar lo que los personajes cristianos son para nosotros. Sin embargo, den­tro de nuestra cultura occidental y cristiana el mito se convier­te en modelo de virtudes y en ocasiones se sacraliza. Dioses y héroes pasan a representar vicios y virtudes en clara alusión a la moral. Así, no es de extrañar que Hércules sea la personi­ficación del rey, que al igual que aquél prefiere los trabajos al ocio. Apolo simboliza la cultura, Venus, la belleza, Baco, el pla­cer sensual, Marte, la guerra, Mercurio, el trabajo... Se utilizan los dioses dentro de un mensaje cristiano. Pero el uso de la mitología es vario. Así, los círculos culturales del Renacimien­to y el Barroco los utilizan de manera dilettante y el Neoclasi­cismo de modelo plástico, al convenir la identidad mito‑clasicismo.

 

Sin embargo, la gran división tipológica, que incluye a otras muchas, se centra en lo religioso y lo civil.

 

La temática religiosa se remonta a culturas lejanas en el tiempo y evidentemente anteriores a la Era Cristiana. El anti­guo Egipto con las representaciones de sus dioses, Mesopota­mia, Asiria, Persia... son ejemplos representativos. (...)

 

La tipología religiosa tiene en el Antiguo y Nuevo Testa­mento dos de sus representaciones más divulgadas. (...) Pero no es igual la visión de una misma historia por parte de artistas de dife­rentes épocas, a lo que hay que añadir el momento que cada pintor elige de acuerdo con su concepción artística, y el trata­miento real, simbólico o alegórico que le quiere conferir. (...) Hemos de insistir … en la ideología de cada momento artístico. Así, el mundo medieval significa los personajes dándoles un ca­rácter totémico y simbólico, que el Renacimiento humaniza y el Barroco sentimentaliza. El siglo XVII, época de crisis de valores religiosos, sensualiza esta temática, mien­tras desde el siglo XIX a nuestros días se convierte en algo amorío y sin fuerza expresiva. Los evangelios apócrifos tie­nen en el Medievo y el Renacimiento una gran utilización que el Barroco, derivado de la contrarreforma, sustituirá por la plas­mación de Vidas de Santos, como personajes modélicos a seguir. Es el didactismo de la imagen que convierte a la pintura en el máximo emisor de una nueva ideología religio­sa. Las apoteosis de los santos son la manera visual de explicar la unión de las almas escogidas con Dios: modelo a se­guir y fin a conseguir.

 

La relación de las distintas temáticas religiosas se haría ex­haustiva. A veces incluyen imágenes del Nuevo Testamento unidas a diversos santos. La Sacra Conversación, en la que la Virgen es flanqueada por santos, es un ejemplo común del Renacimiento, mientras que el Barroco introduce la Inmacu­lada Concepción, plasmación gráfica de una idea abstracta o pura. Otras veces lo religioso se une a la crónica de una rea­lidad transmitida: milagros, apariciones, martirios de san­tos... También los misterios de la Iglesia son tratados: San­tísima Trinidad, Resurrección, Eucaristía... En definiti­va, las modalidades son múltiples y, a menudo, se interrela­cionan en un mismo cuadro.

 

La compresión de una pintura religiosa no depende exclusi­vamente de su captación formal, sino que tiene en el recono­cimiento del tema uno de los aspectos fundamentales. La ico­nografía religiosa cristiana es esencial para la visión com­pleta de la obra. (...)

 

La tipología civil tiene múltiples formulaciones temáticas. Destacamos en primer lugar el retrato. El mundo romano in­trodujo esta temática en la pintura, y la potenció en la escultu­ra. Tendremos que esperar hasta el mundo gótico, salvo raras excepciones anteriores, para volver a encontrar este tipo de temática. Podríamos hablar de retrato integrado ‑orantes del mundo gótico‑, autorretrato y retrato. El autorretrato tiene su razón de ser en la autoestima que desde el Renaci­miento el artista tiene de sí mismo. Su finalidad es, esencial­mente, potenciar el personaje y sus formulaciones diversas. Así, del retrato significante del siglo XV, llegaremos al retrato simbólico del mundo barroco, con múltiples variaciones co­mo el retrato alegórico, el retrato psicológico y el re­trato fotográfico. Esta individualización del personaje tiene, en el mundo burgués, una ampliación de carácter institu­cional: el retrato de grupo y el retrato familiar. El retra­to a lo divino, en el que el personaje se representa con ico­nografías del santoral, es propio del mundo barroco.

 

La pintura de género ha sido explicada a partir de plan­teamientos burgueses. Es evidente que la sociedad del Seis­cientos holandesa potenció sus propios temas, populares y ur­banos; sin embargo, la aristocracia quiso también representarse en sus interiores; la finalidad fue la misma. Ambas institucio­nes. quisieron convertirse en tema del cuadro y, autoafirmán­dose, perpetuarse en la historia. El realismo del siglo XIX po­tenció la visión sociológica de la realidad, mientras el siglo XX volvió a conferir un carácter burgués a este tipo de repre­sentaciones.

 

El bodegón es otra de las temáticas, que junto, al florero surgen en la transición del siglo XVI al XVII. Su carácter es do­ble: plasmación de una sociedad y finalidad decorati­va. Su carácter burgués es evidente, siendo una de las temáti­cas más cultivadas desde el siglo XIX. El Impresionismo fijó su carácter decorativo, siendo el Cubismo el que les confirió una dimensión puramente especulativa.

 

La temática del paisaje es evidentemente … una de las más cultivadas, incluso en la actualidad. El paisaje dependiente sirve de fondo a composicio­nes de otro tipo de temática. Así, el Renacimiento utiliza el pai­saje como elemento complementarlo y/o perspectivo. Nos referimos al paisaje propiamente dicho, y al arquitectónico. El paisaje autónomo fue en Centroeuropa donde primero se planteó. Sus inicios los podemos situar en Patinir, aún no desliga­do de la temática religiosa, sin olvidar las magníficas acuare­las de Durero, mucho más acordes con la realidad. El siglo XVII hizo suyo este carácter individual del paisaje, formulándolo de maneras diversas. Así, los holandeses ‑Hobbema, Ruysdael, ­Vermeer... ‑ definen el paisaje de manera realista. Es la ya citada autocomplacencia por su mundo circundante. En Italia, Claude Lorrain se sirve del paisaje para intentar captar la atmósfera, aunque el tema secundario está aún presente. El XVIII inglés recoge la tradición neerlandesa y abrirá el ca­mino al paisaje como tema, que tendrá en la escuela de Bar­bizon y en los impresionistas y fauvistas sus máximos valedo­res. El hiperrealismo, con su calidad fotográfica, es el últi­mo gran intento de captación de la esencia del paisaje. Varia­ciones del denominado paisaje son las marinas, los interio­res, y las llamadas visiones arquitectónicas.

 

Opuesto a la visión de la realidad existe el llamado paisaje de creación, que tiene en el primer Renacimiento y en el Ro­manticismo sus momentos más definidores, a los que hemos de añadir el paisaje surreal y metafísico.

 

No queremos, y menos en esta tipología, dejar de insistir en que la transcripción plástica de la realidad, no la podemos con­fundir con la copia exacta de esta realidad. Una cosa es la na­turaleza y otra su plasmación sobre el cuadro, aunque la in­tención del pintor, como hemos dicho, sea el buscar el máximo de identificación o el inspirarse en ella para componer un mundo romántico, surreal o metafísico.

 

La tipología histórica es junto a la mitológica la que uti­liza de manera más clara la alegoría y en ocasiones el símbolo. La representación conmemorativa de los hechos béli­cos o históricos se relaciona claramente con un deseo de autoafirmación. Así el rey, el príncipe e incluso el burgués, quieren perpetuar aquellos hechos en los cuales han salido victorio­sos. En ocasiones esta autocomplacencia personal los ha­ce protagonistas de esta clase de temas. … Es desde el Rena­cimiento desde donde este sentido conmemorativo se poten­cia. El personaje principal queda enfatizado en la composición, tanto formalmente ‑horizonte bajo‑ como a través de atri­butos y símbolos. Históricamente es el siglo XIX el que utiliza en mayor grado esta temática, que en la actualidad ha sido sus­tituida por la instantaneidad de la fotografía, aunque la pin­tura realista ‑realismo socialista‑ ha insistido en ella cam­biando los términos: el héroe ya no es el poder establecido y autoritario, sino el pueblo, poder comunitario de la nueva sociedad.

 

La historia y la mitología presuponen a menudo la existen­cia de programa iconográficos de lectura, a veces com­pleja. … En ocasiones la pintura puede adquirir una nueva dimensión cuando se la relaciona con otras composiciones ya de antemano preestablecidas. Son los deno­minados ciclos pictóricos que a menudo explican una historia o un proceso artístico, que sólo tienen sentido en su complementariedad.

 

La alegoría cierra el capítulo de las tipologías figurativas. En la plástica artística esta representación de ideas abstractas –Inmaculada, virtud, vicio, fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, fortaleza, templanza, valor, cobardía, …- es constante a lo largo de todos los tiempos. Se asocia a la pintura religiosa pero, sobre todo, a personajes históricos a los que se quiere ensalzar. El Renacimiento y el Barroco fomentaron la alegoría como algo consustancial a su ideología. las virtu­des del héroe cristiano tuvieron en las formas alegóricas su mejor plasmación.

 

No querríamos acabar esta llamada aproximación tipológi­ca sin hablar de las formulaciones modernas o de otras cultu­ras. La pintura sígnica tiene en el mundo oriental ‑la caligrafía‑ y en el occidental ‑Miró, Tobey...‑ ejemplos de una gran fuerza plástica. La llamada especulación formal cierra esta breve relación. La pintura actual ha especulado con las formas ofreciéndonos soluciones no figurativas y nos ha ofrecido la pureza del arte: formas válidas por sí mismas; formas significantes y significadas; en definitiva, nos ha formulado el arte en su estado puro, permitiéndonos su com­prensión, no en base a identificaciones, sino por sí mismo. (...)

Obtenido de http://www.iesalmenara.org/dpto/historia/23%20%20PINT.%20LOS%20TEMAS.doc

3 comentarios

petalofucsia -

ABSTRACCIONES

También con qué relaciono los temas de la pintura indica el tipo de abstracción que hago.

Se observan asociaciones conceptuales entre objetos, propias de mi pensamiento, de donde estoy viviendo...

A veces las relaciones conceptuales se hacen imposibles y la obra parece un frenesí o un delirio...

Pero sobretodo, muchas veces aparecen una serie de "ideas fijas" en el pintor.

petalofucsia -

En cuanto a arte Oriental, de China o de los Países Árabes, apenas conozco.

Supongo que como nosotros tienen un tema que se repite, una "idea fija" que se repite, supongo que giran en torno a un tema principal, pero la verdad, desconozco por completo su pintura y su arte.

petalofucsia -

ARTE. TEMAS Y TRATAMIENTO DE LOS TEMAS. LA FORMA. LA MUJER

Básicamente en arte tratamos unos temas principalmente. En arte Occidental, se ve mucho la "forma" y la "mujer".

Tratamos estos temas porque son "ideas fijas" que tenemos. De hecho la palabra "tema" significa "idea fija".

Tal vez sea algo relacionado con la religión.

¿Por qué tenemos estas "ideas fijas"? ¿Cuerpo, forma y mujer?

¿Estará tal vez relacionado con el cuerpo de Jesús y con la Virgen María?

Estos temas se repiten y se repiten en nuestras expresiones artísticas, e incluso en el día a día, en la "moda" en las revistas que nos compramos, en los sloganes publicitarios...

En nuestro pensamiento está muy presente el cuerpo, a veces más que el rostro...

Intentaré poner más ejemplos.