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HISTORIA11: GRIMORIOS. Un grimorio es un libro de conocimiento mágico escrito entre la Alta Edad Media y el siglo XVIII. Tales libros contienen correspondencias astrológicas, listas de ángeles y demonios, instrucciones para lanzar encantamientos y hechizos, mezclar medicamentos, convocar entidades sobrenaturales y fabricar talismanes.

Grimorio

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Los grimorios son libros muy antiguos.

Un grimorio es un libro de conocimiento mágico escrito entre la Alta Edad Media y el siglo XVIII. Tales libros contienen correspondencias astrológicas, listas de ángeles y demonios, instrucciones para lanzar encantamientos y hechizos, mezclar medicamentos, convocar entidades sobrenaturales y fabricar talismanes.

[editar] Descripción

Diseño tomado del grimorio Black Pullet

La palabra «grimorio» procede, según la Real Academia Española de la lengua, del francés grimoire, y éste es a su vez de una alteración de grammaire, «gramática», según el Trésor de Langue Française. Esto se debe en parte a que, en la Edad Media, las «gramáticas» latinas (libros sobre dicción y sintaxis del latín) eran fundamentales para la educación escolar y universitaria, y controlados pues por la Iglesia Católica, mientras que la mayoría iletrada sospechaba que los libros no eclesiásticos eran mágicos. De esta forma, «gramática» también denotaba, tanto para letrados como para iletrados, un libro de enseñanza básica.

Seguramente el grimorio más influyente en todas las obras teúrgicas posteriores es el Sobre los Misterios Egipcios de Jámblico de Calcis. Escrito hacia finales del siglo III d. C. cuando todavía no se les daba ese nombre a tal género de libros. También se les conoció, ya en la Edad Media, como Libros Negros.

Otros grimorios históricos de interés incluyen:

A finales del siglo XIX, algunos de estos textos como el de Abra-Malin y las Claves de Salomón fueron reivindicados por organizaciones mágicas para-masónicas como la Orden Hermética del Amanecer Dorado y la Ordo Templi Orientis. Aleister Crowley, gran promotor de estos grupos, dio pie para basar en ellos diversos movimientos modernos como la Wicca, el neo-satanismo, y la magia del Caos. Desde el siglo XIX ha existido también un pequeño sector económico dedicado a la venta de grimorios falsos o mal traducidos (la mayoría de los textos originales están en francés o latín, y son muy raros). No obstante, existen traducciones fieles de la mayoría de libros indicados.

Existen algunos grimorios de ficción contemporáneos. El más conocido de todos ellos probablemente sea el Necronomicón, un supuesto libro mágico de las obras de H.P. Lovecraft inspirado por la mitología sumeria y el Ars Goetia, una parte de la Clave Menor de Salomón que trata sobre cómo invocar demonios.

El manuscrito de Voynich podría también tratarse de un grimorio, aunque su texto nunca ha sido descifrado, o también un fraude de siglos de antigüedad.

[editar] Otros significados

  • También se llama grimorio a un conjunto de signos a descifrar, galimatías y, en tono despectivo, obra o texto obscuro, complicado o indescifrable.

[editar] Grimorios en la cultura popular

  • En la serie de televisión Gargoyles (Gárgolas: Guerreros de la Noche), mediante el grimorio llamado "Grimorum Arcanorum" se realizó un hechizo que causó el sueño de piedra a las gárgolas, por 1000 años.
  • En el juego "Final Fantasy Tactics Advance" (Square-Enix) el libro que el personaje Mewt encuentra en una biblioteca local y que ayuda a los niños del mismo juego a trasportarse a otro mundo es al parecer el "Gran Grimoire"; un libro capaz de cambiar al mundo según los deseos de su poseedor. Hay más información en el manual que acompaña al juego.
  • Asimismo, en el juego "Final Fantasy Tactics A2: Grimoire of the Rift", el personaje principal es arrastrado al mundo de Ivalice a través de un misterioso Grimorio con las páginas en blanco, el cual a medida que ocurren sucesos durante el juego, se va escribiendo solo hasta terminarse y llegar al final del juego.
  • En el juego Vagrant Story, de la compañía Squaresoft, se utilizan Grimoires para ejecutar los hechizos, hasta llegar a dominarlos y poder prescindir de los libros.
  • La película Warlock, el brujo, se basa en la búsqueda de "Le Grand Grimoire", un libro de hechicería capaz de dejar entrar a Satán en la tierra.
  • En la serie Embrujadas ("Charmed") también es usado por las hemanas Halliwell: en ella aparecen dos grimorios "Libro de las Sombras"(Magia blanca) y "Dark Magic"(magia negra). El primero de ellos está encantado, de manera que se protege a sí mismo del contacto con demonios o brujos malos. El segundo de ellos también esta encantado pero se protege de las entidades buenas y de la magia blanca.
  • En la trilogía de películas Evil Dead se hace mención en reiteradas veces al Necronomicón, un Grimorio ficticio creado por el escritor H. P. Lovecraft.
  • En el videojuego Touhou Project: Mystic Square (Team Shanghai Alice) Alice consigue el Grimoire of Alice, dándole un gran poder y convirtiéndola en la boss del Extra Stage. A partir de ahí Alice siempre llevará el grimorio consigo.
  • En el videojuego World of Warcraft: Los Grimorios se utilizan para que los jugadores que usen personajes de clase Brujo (Warlock) , puedan aprender a invocar demonios y enseñarles habilidades a los mismos.

HISTORIA11: ANTONIO GAUDÍ. Antoni Gaudí i Cornet (Riudoms o Reus,[1] 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán.

  

Antoni Gaudí

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Antoni Gaudí i Cornet
Gaudí (1878).jpg
Información personal
Nacimiento25 de junio de 1852
Riudoms o Reus, Bandera de España España
Defunción10 de junio de 1926
(73 años)
Barcelona, Bandera de España España
Carrera profesional
Proyectos representativosHotel Atracción (Manhattan, Nueva York) (no construido)
Signature Antoni Gaudí.svg
Firma de Antoni Gaudí i Cornet

Antoni Gaudí i Cornet (Riudoms o Reus,[1] 25 de junio de 1852Barcelona, 10 de junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán.

Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer.

Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.

Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.

La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones, la obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico, inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de la tradición y la innovación. Asimismo, toda su obra está marcada por las que fueron sus cuatro grandes pasiones en la vida: la arquitectura, la naturaleza, la religión y el amor a Cataluña.[2]

La obra de Gaudí ha alcanzado con el transcurso del tiempo una amplia difusión internacional, siendo innumerables los estudios dedicados a su forma de entender la arquitectura. Hoy día es admirado tanto por profesionales como por el público en general: la Sagrada Familia es actualmente uno de los monumentos más visitados de España.[3] Entre 1984 y 2005 siete de sus obras han sido consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Contenido

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[editar] Biografía

El Mas de la Calderera, casa familiar de los Gaudí en Riudoms.

[editar] Nacimiento, infancia y estudios

Antoni Gaudí nació en 1852, hijo del industrial calderero Francesc Gaudí i Serra (1813-1906) y de Antònia Cornet i Bertran (1819-1876). Era el menor de cinco hermanos, de los que sólo llegaron a edad adulta tres: Rosa (1844-1879), Francesc (1851-1876) y Antoni. Los orígenes familiares de Gaudí se remontan al sur de Francia, en Auvergne, desde donde uno de sus antepasados, Joan Gaudí, vendedor ambulante, pasó a Cataluña en el siglo XVII; el apellido en su origen podría ser Gaudy o Gaudin.[4]

Se desconoce el lugar exacto del nacimiento de Gaudí, ya que no se conserva ningún documento que lo especifique, existiendo una controversia entre Reus y Riudoms (dos municipios vecinos y colindantes de la comarca del Baix Camp) sobre la localidad natalicia del arquitecto. Aun así, en la mayoría de documentos de Gaudí, tanto de su época de estudiante como en los de su época profesional, figura como nacido en Reus. Sin embargo, el propio Gaudí manifestó en diversas ocasiones que era de Riudoms, lugar de origen de su familia paterna.[5] Lo que sí es seguro es que fue bautizado en la iglesia prioral de Sant Pere Apòstol de Reus el día después de su nacimiento. El nombre que consta en su partida de bautismo es Antoni Plàcid Guillem Gaudí i Cornet.[6]

Fuese como fuese, Gaudí sintió un gran aprecio por su tierra natal, lo que evidenciaba en su gran mediterraneísmo, hecho que influyó notablemente en su arquitectura: Gaudí decía que los pueblos mediterráneos tienen un sentido innato del arte y el diseño, que son creativos y originales, mientras que los pueblos nórdicos son más técnicos y repetitivos. En palabras del propio Gaudí:

”Nosotros poseemos la imagen. La fantasía viene de los fantasmas. La fantasía es de la gente del Norte. Nosotros somos concretos. La imagen es del Mediterráneo. Orestes sabe adónde va, mientras que Hamlet divaga perdido entre dudas”.[7]
Gaudí (al fondo) con su padre (centro), su sobrina Rosa y el doctor Santaló en una visita a Montserrat (1904).

La estancia en su tierra natal le sirvió asimismo para conocer y estudiar profundamente la naturaleza, sobre todo durante sus estancias veraniegas en el Mas de la Calderera, la casa de los Gaudí en Riudoms. Le gustaba el contacto con la naturaleza, por lo que posteriormente se hizo miembro del Centro Excursionista de Cataluña (1879), entidad con la que realizó numerosos viajes por toda Cataluña y el sur de Francia. También practicó durante un tiempo la equitación, y hasta su vejez caminaba unos diez kilómetros diarios.[8]

El pequeño Gaudí era de naturaleza enfermiza, y padeció reumatismo desde niño, lo que le transmitió un carácter un tanto retraído y reservado.[9] Quizá por eso, de mayor se convirtió en vegetariano[10] [11] y en partidario de las teorías higienistas del doctor Kneipp.[12] Debido a estas creencias –y por motivos religiosos–, en ocasiones se entregaba a severos ayunos, tanto que en ocasiones ponía en peligro su propia vida, como en 1894, año en que cayó gravemente enfermo a causa de un prolongado ayuno.[13]

Realizó sus primeros estudios en el parvulario del maestro Francesc Berenguer, padre del que sería uno de sus principales colaboradores, y luego pasó a los Escolapios de Reus; destacó en dibujo, colaborando con el semanario El Arlequín.[14] También trabajó durante un tiempo como aprendiz en la fábrica textil “Vapor Nou” de Reus. En 1868 se trasladó a Barcelona para cursar enseñanza media en el Convento del Carmen de la ciudad condal. En su adolescencia estuvo cercano al socialismo utópico, realizando junto con dos compañeros de estudios, Eduard Toda i Güell y Josep Ribera i Sans, un proyecto de restauración para el monasterio de Poblet que lo convertiría en un falansterio utópico-social.[15]

Entre 1875 y 1878 realizó el servicio militar en el Arma de Infantería en Barcelona, siendo destinado a Administración Militar. Pasó la mayor parte del tiempo rebajado de servicio a causa de su salud, por lo que pudo continuar con los estudios. Gracias a ello no tuvo que entrar en combate, pues coincidió en esas fechas con la Tercera Guerra Carlista.[16] En 1876 tuvo lugar el triste suceso de la muerte de su madre, a los 57 años, así como la de su hermano Francesc a los 25, médico recién titulado que no llegó a ejercer.

Cursó arquitectura en la Escuela de la Llotja y en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, donde se graduó en 1878. Junto a las asignaturas de arquitectura asistió a clases de francés y cursó algunas asignaturas de Historia, Economía, Filosofía y Estética. Su expediente académico fue regular, con algún que otro suspenso; Gaudí se preocupaba más de sus propios intereses que de las asignaturas oficiales.[17] Elies Rogent, director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, dijo en el momento de otorgarle el título:

”Hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá”.[18]

Para pagarse la carrera, Gaudí trabajó como delineante para diversos arquitectos y constructores, como Leandre Serrallach, Joan Martorell, Emili Sala Cortés, Francisco de Paula del Villar y Lozano y Josep Fontserè.[19] Quizá por eso, al recibir el título, Gaudí, con su irónico sentido del humor, comentó a su amigo el escultor Llorenç Matamala:

”Llorenç, dicen que ya soy arquitecto”.[20]

[editar] Madurez y labor profesional

Gaudí y Eusebi Güell de visita en la Colonia Güell (1910).

Sus primeros proyectos fueron los de las Farolas para la Plaza Real, el proyecto irrealizado de Kioskos Girossi y la Cooperativa Obrera Mataronense. Con su primer encargo importante, la Casa Vicens, Gaudí empieza a adquirir renombre, y recibe encargos cada vez de mayor envergadura. En la Exposición Universal de París de 1878 Gaudí expuso una vitrina realizada para la Guantería Comella. El diseño modernista, a la vez funcional y estético de dicha obra, impresionó al industrial catalán Eusebi Güell que, a su regreso, contactó con el arquitecto para encomendarle varios proyectos que tenía en mente. Comenzó así una larga amistad y un fructífero mecenazgo que dio origen a algunas de las más destacadas obras de Gaudí: las Bodegas Güell, los Pabellones Güell, el Palacio Güell, el Parque Güell y la Cripta de la Colonia Güell. Asimismo, se relacionó con el marqués de Comillas, suegro del conde Güell, para el que realizó El Capricho de Comillas.

En 1883 aceptó hacerse cargo de continuar las recién iniciadas obras del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Gaudí modificó totalmente el proyecto inicial, convirtiéndola en su obra cumbre, conocida y admirada en todo el mundo. A partir de 1915 se dedicó casi por completo a este proyecto, hasta que murió. Gaudí comenzaba a recibir cada vez más encargos, por lo que, al trabajar en varias obras a la vez, tuvo que rodearse de un amplio equipo de profesionales de todos los campos relacionados con la construcción; en su estudio se formarían numerosos arquitectos que con el tiempo alcanzarían un puesto de renombre en el sector, como Josep Maria Jujol, Joan Rubió, Cèsar Martinell, Francesc Folguera y Josep Francesc Ràfols. En 1885, para escapar de la epidemia de cólera que asolaba Barcelona, Gaudí pasó una estancia en Sant Feliu de Codines, residiendo en la casa de Francesc Ullar, al que en agradecimiento diseñó una mesa de comedor.[21]

Carné de expositor de Gaudí para la Exposición Universal de Barcelona (1888).

Uno de los acontecimientos de la época para la capital catalana, y que sirvió de punto de partida para el modernismo, fue la Exposición Universal de 1888, donde los principales arquitectos del momento expondrían sus mejores obras. Gaudí participó con el edificio de la Compañía Trasatlántica, y recibió un encargo para reestructurar el Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona, que finalmente no se llevó a cabo. En los primeros años 1890 recibió dos encargos fuera de Cataluña: el del Palacio Episcopal de Astorga y el de la Casa Botines en León. Así, la fama y el prestigio del arquitecto reusense se iba extendiendo por toda España. En 1891 viajó a Málaga y Tánger para examinar el terreno de un proyecto para unas Misiones Católicas Franciscanas, que le había encargado el 2º marqués de Comillas;[22] el proyecto no se efectuó, pero las torres proyectadas para las Misiones le sirvieron a Gaudí como modelo para las torres de la Sagrada Familia.

En 1899 se hizo socio del Cercle Artístic de Sant Lluc, sociedad artística de corte católico fundada en 1893 por el obispo Josep Torras i Bages y los hermanos Josep y Joan Llimona. También se afilió a la Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat, entidad catalanista igualmente de signo católico.[23] Se evidencia así el carácter conservador y religioso de su pensamiento político, vinculado a la defensa de la identidad cultural del pueblo catalán. Pese a la aparente contradicción entre los ideales utópicos de su juventud y su posterior adscripción a posiciones más conservadoras, la evolución puede resultar natural si tenemos en cuenta la profunda espiritualidad del arquitecto; en palabras de Cèsar Martinell, “sustituyó la filantropía laicista por la caridad cristiana”.[24]

El principio de siglo encontró a Gaudí embarcado en numerosos proyectos, en los que se evidenciaba el cambio de su estilo, cada vez más personal e inspirado en la naturaleza. En 1900 recibió el premio al mejor edificio del año por la Casa Calvet, otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona. Durante la primera década del siglo se ocupa de proyectos como la Casa Figueras, más conocida como Bellesguard, el Parque Güell, proyecto de urbanización que no tuvo éxito, y la restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, para la que realizó varios viajes a la isla. Entre 1904 y 1910 construye la Casa Batlló y la Casa Milà, dos de sus obras más emblemáticas.

San Felipe Neri en la consagración de la Santa Misa, de Joan Llimona (iglesia de San Felipe Neri). La fisonomía de San Felipe Neri corresponde a Gaudí.

La fama de Gaudí iba en aumento, provocando por ejemplo que en 1902 el pintor Joan Llimona escogiese la fisonomía de Gaudí para representar a San Felipe Neri en las pinturas del crucero de la iglesia de San Felipe Neri de Barcelona.[25] Ese año funda con Joan Santaló, hijo de su amigo el doctor Pere Santaló, una sociedad dedicada al forjado de hierro, que fracasó.[26]

Desde su traslado a Barcelona, Gaudí había cambiado a menudo de domicilio: en su época de estudiante vivió de pensión, generalmente en la zona del Barrio Gótico; al iniciar su carrera, pasó a diversos pisos de alquiler en la zona del Eixample. Por fin, en 1906 se instaló en una casa de propiedad, en el Parque Güell, construida por su ayudante Francesc Berenguer como casa de muestra de la urbanización; actualmente es la Casa-Museo Gaudí. Aquí vivió con su padre (fallecido en 1906 a los 93 años) y su sobrina, Rosa Egea Gaudí (fallecida en 1912 a los 36 años). Vivió en esta casa hasta 1925, pocos meses antes de su muerte, residiendo este último tiempo en el taller de la Sagrada Familia.

Uno de los sucesos que marcaron profundamente a Gaudí fueron los acontecimientos de la Semana Trágica de 1909; Gaudí permaneció ese tiempo recluido en su casa del Parque Güell, pero debido al ambiente anticlerical y a los atentados contra iglesias y conventos temió por la integridad de la Sagrada Familia –que afortunadamente no sufrió daños–.[27]

Foto oficial de Gaudí para la exposición de París de 1910.

En 1910 se celebró en el Grand Palais de París una exposición dedicada a Gaudí, dentro del salón anual de la Société des Beaux-Arts de Francia. Gaudí participó a instancias del conde Güell, concurriendo con una serie de fotos, planos y maquetas en yeso de varias de sus obras. Aunque participó fuera de concurso, recibió muy buenas críticas por parte de la prensa francesa. Buena parte de esta exposición se pudo ver al año siguiente en el I Salón Nacional de Arquitectura celebrado en el Pabellón Municipal de Exposiciones del Buen Retiro de Madrid.[28]

Mientras se celebraba la exposición de París, en mayo de 1910, Gaudí pasó una estancia de reposo en Vic, donde diseñó dos farolas de basalto y hierro forjado para la Plaza Mayor de Vic, con ocasión del centenario de Jaume Balmes. Al año siguiente también se vio obligado a pasar una temporada en Puigcerdà, a causa de unas fiebres de Malta; en ese periodo de descanso concibió la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia.[29] Debido a su gravedad, el 9 de junio redactó un testamento ante el notario Ramon Cantó i Figueres;[30] por fortuna, pudo reponerse por completo.

Los años 1910 fueron duros para Gaudí, que sufrió varias desgracias: en 1912 murió su sobrina Rosa; en 1914 falleció su principal colaborador, Francesc Berenguer; en 1915 una grave crisis económica casi paraliza las obras de la Sagrada Familia; en 1916 murió su amigo Josep Torras i Bages, obispo de Vic; en 1917 se interrumpen las obras de la Colonia Güell; en 1918 falleció su amigo y mecenas, Eusebi Güell.[31] Quizá por todo ello desde 1915 se dedica por entero a la Sagrada Familia, refugiándose en su trabajo. Gaudí confiesa a sus colaboradores:

”Mis grandes amigos están muertos; no tengo familia, ni clientes, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al Templo”.[32]
Gaudí enseña las obras de la Sagrada Familia al nuncio del Vaticano, Francesco Ragonesi (1915). En aquella ocasión monseñor Ragonesi calificó a Gaudí como “el Dante de la arquitectura”.[33]

Efectivamente, los últimos años de su vida los dedica por completo a la “Catedral de los pobres” –como es popularmente conocida–, para la que incluso llegará a pedir limosna a fin de poder continuar con las obras. Aparte de esa dedicación, realiza pocas más actividades, casi siempre relacionadas con la religión: en 1916 participó en un cursillo de canto gregoriano impartido en el Palau de la Música Catalana por el monje benedictino Gregori M. Sunyol.[34]

Gaudí vivió dedicado por completo a su profesión, permaneciendo soltero toda su vida. Al parecer, tan sólo en una ocasión se sintió atraído por una mujer, Josefa Moreu, maestra de la Cooperativa Mataronense, hacia 1884, pero no fue correspondido.[35] Desde entonces Gaudí se refugió en su profunda religiosidad, en la que encontraba gran sosiego espiritual. A menudo se ha pintado la imagen de un Gaudí huraño y antipático, de bruscas contestaciones y gestos altaneros; pero la gente que lo trató más de cerca lo describió como persona afable y cortés, buen conversador y fiel con sus amigos, entre los que destacaron especialmente su mecenas, Eusebi Güell, y el obispo de Vic, Josep Torras i Bages, así como los escritores Joan Maragall y Jacint Verdaguer, el doctor Pere Santaló y algunos de sus más fieles colaboradores, como Francesc Berenguer y Llorenç Matamala.[36]

Gaudí en la procesión de Corpus Christi (11 de junio de 1924).

La apariencia personal de Gaudí –de rasgos nórdicos, pelo rubio y ojos azules– sufrió una radical transformación con el paso del tiempo: de ser un joven con aspecto de “dandi” (trajes caros, pelo y barba bien arreglados, gustos de gourmet, frecuente asistencia al teatro y a la ópera, incluso visitaba las obras montado en su carruaje), pasó en su vejez a la más estricta sencillez, comiendo con frugalidad, vistiendo trajes viejos y gastados, con un aspecto descuidado, tanto que a veces lo tomaban por mendigo, como por desgracia pasó en el momento del accidente que le provocó la muerte.[37]

Gaudí no dejó prácticamente escritos, aparte de informes técnicos de sus obras requeridos por instancias oficiales, algunas cartas a amigos (principalmente a Joan Maragall) y algún artículo periodístico. Se conservan algunas frases suyas recogidas por algunos de sus ayudantes y discípulos, principalmente Josep Francesc Ràfols, Joan Bergós, Cèsar Martinell e Isidre Puig i Boada. El único escrito dejado por Gaudí es el conocido como Manuscrito de Reus (1873-1878), una especie de diario de estudiante donde recogía diversas impresiones sobre arquitectura y decoración, exponiendo sus ideas al respecto; destacan los análisis que hizo sobre el templo cristiano y la casa solariega, así como un texto sobre ornamentación y una memoria para una mesa-escritorio.[38]

Funeral de Gaudí (12 de junio de 1926).

Gaudí se reconoció siempre partidario del catalanismo, aunque nunca quiso vincularse con la política –algunos políticos como Francesc Cambó o Enric Prat de la Riba le propusieron presentarse a diputado, pero él declinó el ofrecimiento–. Aun así, tuvo diversos altercados con la policía: en 1920 fue golpeado por la misma en un tumulto formado en la celebración de los Juegos Florales;[39] el 11 de septiembre de 1924, Día Nacional de Cataluña, durante una manifestación en contra de la prohibición del uso del catalán por parte de la dictadura de Primo de Rivera, fue arrestado por la Guardia Civil, pasando una breve estancia en el calabozo, del que salió con una fianza de 50 pesetas.[40]

[editar] Fallecimiento

El 7 de junio de 1926 Gaudí se dirigía a la iglesia de San Felipe Neri, que visitaba a diario para rezar y entrevistarse con su confesor, mosén Agustí Mas i Folch; pero al pasar por la Gran Via de les Corts Catalanes, entre las calles Girona y Bailén, fue atropellado por un tranvía, que lo dejó sin sentido.[41] Siendo tomado por un mendigo, al ir indocumentado y a causa de su aspecto descuidado, con ropas gastadas y viejas, no fue socorrido de inmediato, hasta que un guardia civil paró un taxi que lo condujo al Hospital de la Santa Creu.[42] Al día siguiente lo reconoció el capellán de la Sagrada Familia, mosén Gil Parés, pero ya era tarde para hacer nada por él. Murió el día 10 de junio de 1926, a los 74 años de edad, en la plenitud de su carrera. Fue enterrado el 12 de junio, con presencia de grandes multitudes que quisieron darle el último adiós, en la capilla de Nuestra Señora del Carmen de la cripta de la Sagrada Familia. En su lápida figura la siguiente inscripción:

Antonius Gaudí Cornet. Reusensis. Annos natus LXXIV, vitae exemplaris vir, eximiusque artifex, mirabilis operis hujus, templi auctor, pie obiit Barcinone dit X Junii MCMXXVI, hinc cineres tanti hominis, resurrectionem mortuorum expectant. R.I.P.[43]

[editar] Repercusión de la obra de Gaudí

Busto de Gaudí, de Josep Maria Subirachs.
Busto de Gaudí, de Joan Matamala.

Tras su muerte Gaudí cayó en un injusto olvido, y su obra fue denostada por la crítica internacional por barroca y excesivamente fantasiosa. En su tierra natal fue igualmente menospreciado por la nueva corriente que sustituyó al modernismo, el novecentismo, estilo que retornaba a los cánones clásicos. En 1936, durante el transcurso de la Guerra Civil Española, fue asaltado el taller de Gaudí en la Sagrada Familia, destruyéndose gran cantidad de documentos, planos y maquetas del arquitecto modernista.

Su figura comenzó a ser reivindicada en los años 1950, por Salvador Dalí en primer lugar, seguido del arquitecto Josep Lluís Sert. En 1956 se organizó una retrospectiva sobre Gaudí en el Salón del Tinell de Barcelona, y en 1957 su primera gran exposición internacional, en el MOMA de Nueva York. Asimismo, entre los años 1950 y 1960, los estudios de críticos internacionales como George Collins, Nikolaus Pevsner y Roberto Pane dieron gran difusión a la obra de Gaudí, mientras que en su tierra natal era reivindicado por Alexandre Cirici, Juan Eduardo Cirlot y Oriol Bohigas. También es de remarcar el gran éxito obtenido por Gaudí en Japón, donde su obra es muy admirada, destacando los estudios realizados por Kenji Imai y Tokutoshi Torii. Desde entonces la valoración de Gaudí ha ido en aumento, culminando en 1984 con la proclamación de varias obras del arquitecto como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.[44]

En 1952, centenario del nacimiento del arquitecto, se fundó la Asociación de Amigos de Gaudí, para divulgar y conservar el legado dejado por el artífice catalán. En 1956 se creó la Cátedra Gaudí, perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña, con el objeto igualmente de profundizar en el estudio de la obra gaudiniana y participar en su conservación; en 1987 el rey Juan Carlos I le concedió el título de Real Cátedra Gaudí. En 1976, con motivo del 50 aniversario de su muerte, el Ministerio de Asuntos Exteriores organizó una exposición sobre Gaudí que recorrió todo el mundo.[45]

Hombre de profunda religiosidad y de vida ascética, se ha propuesto la beatificación de Antoni Gaudí, proceso iniciado en 1998 por el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles. El año 2000 fue autorizado el inicio del proceso por parte del Vaticano.[46] Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Gaudí se celebró el año 2002 el Año Internacional Gaudí, con multitud de actos oficiales, conciertos, espectáculos, conferencias, publicaciones, etc. Entre otros eventos, el 24 de septiembre de ese año se estrenó en el Palau d'Esports de Barcelona el musical Gaudí, sobre la vida y obra del arquitecto reusense, obra de Jordi Galceran, Esteve Miralles y Albert Guinovart.[47] El año 2008 se instituyeron en su honor los Premios Gaudí, otorgados por la Academia del Cine Catalán, que reconocen las mejores producciones cinematográficas catalanas del año.[48]

[editar] Estilo

[editar] Gaudí y el modernismo

La cruz de cuatro brazos, uno de los elementos más típicamente gaudinianos.

La trayectoria profesional del genial arquitecto tuvo una evolución sui generis, debido a su constante investigación en el campo de la estructura mecánica de las obras. En sus inicios, Gaudí recibió cierta influencia del arte oriental (India, Persia, Japón), a través del estudio de los teóricos de la arquitectura historicista, Walter Pater, John Ruskin y William Morris. Vemos esta corriente orientalizante en obras como el Capricho de Comillas, el Palacio Güell, los Pabellones Güell o la Casa Vicens. Más tarde, sigue la corriente neogótica de moda en el momento, siguiendo los dictámenes del arquitecto francés Viollet-le-Duc. Se puede percibir en el Colegio de las Teresianas, el Palacio Episcopal de Astorga, la Casa Botines y la Casa Bellesguard, así como en la cripta y el ábside de la Sagrada Familia. Finalmente, desemboca en su etapa más personal, con un estilo naturalista, individual, orgánico, inspirado en la naturaleza, en el que realizará sus obras maestras.

Durante su época de estudiante Gaudí pudo contemplar una colección de fotografías que la Escuela de Arquitectura poseía sobre Egipto, la India, el arte persa, maya, chino y japonés, así como los monumentos islámicos españoles, los cuales le dejaron una profunda huella, sirviéndole de inspiración para muchas de sus obras. También estudió con detenimiento el libro Plans, elevations, sections and details of the Alhambra, de Owen Jones, perteneciente a la biblioteca de la Escuela.[49] De los artes nazarí y mudéjar tomó múltiples soluciones estructurales y ornamentales que aplicó con ciertas variantes y libertad estilística a sus obras. Un aspecto a destacar que Gaudí toma del arte islámico es la indefinición espacial, la concepción del espacio sin límites estructurados; espacio que adquiere un sentido secuencial, fragmentado, a través de pequeños tabiques o huecos diáfanos, que crean separación sin suponer barreras compactas que delimiten un espacio uniformemente cerrado.[50]

Pero sin duda el estilo que más le influyó fue el arte gótico, que a finales del siglo XIX vivía un gran renacimiento debido sobre todo a la obra teórica y restauradora de Viollet-le-Duc. El arquitecto francés propugnaba estudiar los estilos del pasado y adaptarlos al presente de una forma racional, atendiendo tanto a la razón estructural como a la ornamental.[51] Sin embargo, para Gaudí el gótico era “imperfecto”, porque pese a la eficacia de algunas de sus soluciones estructurales era un arte que había que “perfeccionar”. En sus propias palabras:

”El arte gótico es imperfecto, está a medio resolver; es el estilo del compás, de la fórmula de la repetición industrial. Su estabilidad se basa en el apuntalamiento permanente de los contrafuertes: es un cuerpo defectuoso que se aguanta con muletas. (...) Prueba que las obras góticas son de una plástica deficiente es que producen la máxima emoción cuando están mutiladas, cubiertas de hiedra e iluminadas por la luna”.[52]
El dragón del Parque Güell, que se ha convertido en un emblema de la obra de Gaudí.

Después de estas influencias iniciales, Gaudí desemboca en el modernismo en su época de mayor esplendor, en los años situados entre los siglos XIX y XX. En sus inicios, el modernismo encuentra la inspiración en la arquitectura historicista, ya que para los artistas modernistas la vuelta al pasado supone una reacción contra las formas industriales impuestas por los nuevos adelantos tecnológicos producidos con la Revolución industrial. La utilización de los estilos del pasado supone una regeneración moral que permite a la nueva clase dirigente, la burguesía, identificarse con unos valores que reconocen como sus raíces culturales. Asimismo, el resurgir de la cultura catalana desde mediados del siglo XIX (la Renaixença), lleva a adoptar las formas góticas como estilo “nacional” de Cataluña, con la pretensión de conjugar nacionalismo y cosmopolitismo, de integrarse en la corriente modernizadora europea.[53]

Algunos rasgos esenciales del modernismo serán: un lenguaje anticlásico heredero del romanticismo, con tendencia a un cierto lirismo y subjetivismo; vinculación decidida de la arquitectura con las artes aplicadas y los oficios artísticos, creando un estilo remarcadamente ornamental; utilización de nuevos materiales, creando un lenguaje constructivo mixto y rico en contrastes, buscando el efecto plástico del conjunto; fuerte sentimiento de optimismo y fe en el progreso, que produce un arte exaltado y enfático, reflejo del clima de prosperidad del momento, sobre todo en la clase burguesa.[54]

[editar] En busca de un nuevo lenguaje arquitectónico

Bóveda de hiperboloide de la Sagrada Familia.
Columnas helicoidales de la Sagrada Familia.

Gaudí suele ser considerado el gran maestro del modernismo catalán, pero su obra va más allá de cualquier estilo o intento de clasificación. Es una obra personal e imaginativa que encuentra su principal inspiración en la naturaleza. Gaudí estudió con profundidad las formas orgánicas y anárquicamente geométricas de la naturaleza, buscando un lenguaje para poder plasmar esas formas en la arquitectura. Algunas de sus mayores inspiraciones vendrán de la montaña de Montserrat, las cuevas de Mallorca, la Cueva del Salnitre (Collbató), los riscos de Fra Guerau en la sierra de Prades cerca de Reus, la montaña de Pareis al norte de Mallorca o Sant Miquel del Fai en Bigues i Riells, todos ellos lugares visitados por Gaudí.[55]

Este estudio de la naturaleza se traduce en el empleo de formas geométricas regladas como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide, que reflejan exactamente las formas que Gaudí encuentra en la naturaleza.[56] Las superficies regladas son formas generadas por una recta, denominada generatriz, al desplazarse sobre una línea o varias, denominadas directrices. Gaudí las halló en abundancia en la naturaleza, como por ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son a la vez funcionales y estéticas, y Gaudí las emplea con gran sabiduría, sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la arquitectura. Gaudí asimilaba la forma helicoidal al movimiento, y la hiperboloidal a la luz. Decía lo siguiente sobre las superficies regladas:

”Los paraboloides, hiperboloides y helicoides, variando constantemente la incidencia de la luz, tienen una riqueza propia de matices, que hacen innecesaria la ornamentación y hasta el modelaje”.[57]

Otro de los elementos empleados profusamente por Gaudí es la curva parabólica o catenaria. Gaudí había estudiado en profundidad la geometría cuando era joven, leyendo numerosos tratados sobre ingeniería que alababan las virtudes de la utilización de la curva catenaria como elemento mecánico, que sin embargo entonces sólo se usaba en la construcción de puentes suspendidos; Gaudí fue el primero en utilizar este elemento en la arquitectura común. La utilización de arcos catenarios en obras como la Casa Milà, el Colegio de las Teresianas, la cripta de la Colonia Güell o la Sagrada Familia permite a Gaudí dotar a sus estructuras de un elemento de gran resistencia, ya que la catenaria distribuye regularmente el peso que soporta, sufriendo únicamente fuerzas tangenciales que se anulan entre ellas.[58]

Con todos estos elementos Gaudí pasó de la geometría plana a la espacial, la geometría reglada. Además, estas formas constructivas se avenían muy bien a un tipo de construcción sencilla y de materiales baratos, como el ladrillo: Gaudí utilizó con asiduidad el ladrillo unido con argamasa, en capas superpuestas, como en la tradicional bóveda catalana tabicada.[59] Esta búsqueda de nuevas soluciones estructurales tuvo su culminación entre los años 1910 y 1920, cuando experimentó de forma práctica todas sus investigaciones en su obra cumbre: la Sagrada Familia. Gaudí concibió dicho templo como si fuese la estructura de un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes divididas en diversas ramas para sustentar una estructura de bóvedas de hiperboloides entrelazados. Las columnas las inclinó para recibir mejor las presiones perpendiculares a su sección; además, les dio forma helicoidal de doble giro (dextrógiro y levógiro), como en las ramas y troncos de los árboles. Esta ramificación crea una estructura hoy denominada fractal[60] que, junto con la modulación del espacio, que lo subdivide en pequeños módulos independientes y autosustentantes, crea una estructura que soporta perfectamente los esfuerzos mecánicos de tracción sin la necesidad de utilizar contrafuertes, como requería el estilo gótico.[61] Gaudí logró así una solución racional y estructurada, perfectamente lógica y adaptada a la naturaleza, creando al mismo tiempo un nuevo estilo arquitectónico, original y sencillo, práctico y estético.

Esta nueva técnica constructiva permite a Gaudí realizar su mayor afán arquitectónico, perfeccionar y superar el estilo gótico: las bóvedas de hiperboloides tienen su centro donde las góticas tenían la clave, con la salvedad de que el hiperboloide permite crear un hueco en ese espacio, un vacío que deja el paso de la luz natural. Asimismo, en la intersección entre las bóvedas, donde las góticas tenían los nervios, el hiperboloide permite nuevamente la apertura de pequeños vanos, que Gaudí aprovecha para dar la sensación de un cielo estrellado.[62]

Esta visión orgánica de la arquitectura se complementa en Gaudí con una singular visión espacial que le permitía concebir sus diseños arquitectónicos de forma tridimensional, contrariamente a la bidimensionalidad del diseño en plano de la arquitectura tradicional. Gaudí decía que había adquirido este sentido espacial de niño, viendo los diseños que hacía su padre para las calderas y alambiques que fabricaba.[63] Debido a esta concepción espacial Gaudí siempre prefirió trabajar sobre moldes y maquetas, o incluso ir improvisando sobre el terreno a medida que la obra avanzaba; reacio a dibujar planos, en raras ocasiones elaboró croquis de sus obras, tan sólo cuando se lo requerían instancias oficiales.

Maqueta polifunicular para la iglesia de la Colonia Güell, Museo de la Sagrada Familia.

Una de sus muchas innovaciones en el terreno técnico fue la utilización de una maqueta para el cálculo de estructuras: para la iglesia de la Colonia Güell construyó en un cobertizo junto a las obras una maqueta a gran escala (1:10), de cuatro metros de altura, donde instaló un montaje confeccionado con unos cordeles de los que pendían saquitos rellenos de perdigones. En un tablero de madera fijado en el techo dibujó la planta de la iglesia, y de los puntos sustentantes del edificio –columnas, intersección de paredes– colgó los cordeles (para los funiculares) con los sacos de perdigones (para las cargas), que así suspendidos daban la curva catenaria resultante, tanto en arcos como en bóvedas. De aquí sacaba una fotografía, que una vez invertida daba la estructura de columnas y arcos que Gaudí estaba buscando. Sobre estas fotografías Gaudí pintaba, con gouache o pastel, el contorno ya definido de la iglesia, remarcando hasta el último detalle del edificio, tanto arquitectónico como estilístico y decorativo.[64]

La posición de Gaudí dentro de la Historia de la Arquitectura supone la de un gran genio creador que, inspirándose en la naturaleza, creó un estilo propio, de gran perfección técnica a la vez que un cuidado valor estético, marcado por el sello de su fuerte personalidad. Sus innovaciones estructurales, que suponen en cierta medida la superación de los estilos anteriores, desde el dórico hasta el barroco, pasando por el gótico, principal fuente de inspiración del arquitecto, podría considerarse que representan la culminación de los estilos clásicos, que Gaudí reinterpreta y perfecciona. Así Gaudí supera el historicismo y eclecticismo de su generación, pero sin llegar a conectar con otras corrientes de la arquitectura del siglo XX, que con sus postulados racionalistas derivados de la Escuela de la Bauhaus supondrá una evolución antitética a la iniciada por Gaudí, hecho que marcará el menosprecio y la incomprensión inicial hacia la obra del arquitecto modernista.

Otro de los factores de la inicial caída en el olvido del artífice catalán es que, pese a contar en la ejecución de sus obras con numerosos ayudantes y discípulos, Gaudí no creó una escuela propia, ya que nunca se dedicó a la docencia ni dejó prácticamente escritos. Alguno de sus colaboradores siguieron sus huellas de cerca, sobre todo Francesc Berenguer y Josep Maria Jujol; otros, como Cèsar Martinell, Francesc Folguera y Josep Francesc Ràfols evolucionaron hacia el novecentismo, apartándose de la estela del maestro.[65] Pese a ello, cierta influencia del creador de la Sagrada Familia la podemos percibir en algunos arquitectos modernistas –o que partieron del modernismo– que no tuvieron un contacto directo con Gaudí, como Josep Maria Pericas (Casa Alòs, Ripoll), Bernardí Martorell (Cementerio de Olius ) o Lluís Muncunill (Masía Freixa, Tarrasa).

Aun así, Gaudí ha dejado una profunda huella en la arquitectura del siglo XX: arquitectos como Le Corbusier se declararon admiradores de la obra del arquitecto catalán, y otros como Pier Luigi Nervi, Friedensreich Hundertwasser, Oscar Niemeyer, Félix Candela, Eduardo Torroja o Santiago Calatrava son hasta hoy día deudores del estilo iniciado por Gaudí. Frei Otto empleó formas gaudinianas en el Estadio Olímpico de Múnich. En Japón, la obra de Kenji Imai es de una evidente influencia gaudiniana, como se puede apreciar en el Memorial a los 26 mártires de Japón en Nagasaki (Premio Nacional de Arquitectura de Japón en 1962), donde destaca el uso del famoso "trencadís" del arquitecto reusense.[66] Por otro lado, la labor docente e investigadora llevada a cabo por los críticos de arte desde el año 1950 ha situado al artista en un merecido lugar de relevancia dentro de la arquitectura del siglo XX.

[editar] Diseño y artesanía

Reja de entrada a los Pabellones Güell.

En su etapa de estudiante, Gaudí frecuentó diversos talleres artesanales, como los de Eudald Puntí, Llorenç Matamala y Joan Oñós, donde aprendió los aspectos básicos de todos los oficios relacionados con la arquitectura, como la escultura, la carpintería, la forja, la vidriería, la cerámica, el moldeado en yeso, etc.[67] Asimismo, supo asimilar los nuevos avances tecnológicos, incorporando a su técnica la construcción en hierro o en hormigón armado. Todo ello se debió a la visión global que Gaudí tenía de la arquitectura como obra de diseño multifuncional, en la que debía elaborarse hasta el más mínimo detalle en un conjunto compenetrado, proporcionado. Estos conocimientos le permitieron no sólo dedicarse a sus proyectos arquitectónicos, sino diseñar igualmente todos los elementos de las obras que creaba, desde el mobiliario hasta la iluminación o los acabados en forja de hierro.

Gaudí también fue un innovador en el terreno de los oficios artesanales, ideando nuevas soluciones técnicas o decorativas con los materiales que utilizaba, como por ejemplo su forma de diseñar aplacados en cerámica hecha con piezas de desecho (“trencadís”), en combinaciones originales y fantasiosas. Para la restauración de la Catedral de Mallorca creó una nueva técnica de hacer vidrieras, consistente en yuxtaponer tres vidrios de los colores primarios –y a veces uno neutro–, variando el grueso del cristal para poder graduar la intensidad de la luz.[68]

Dedicatoria de Gaudí al Orfeó Català (1922). Diseño de Gaudí, dibujo de Francesc Quintana y coloreado de Josep Maria Jujol.

Asimismo, diseñó personalmente muchas de las esculturas de la Sagrada Familia, aplicando un curioso método de trabajo ideado por él: en primer lugar hacía un profundo estudio anatómico de la figura, centrándose en las articulaciones –para lo que estudió detenidamente la estructura del esqueleto humano–; a veces se servía de muñecos confeccionados con alambre para probar la postura adecuada de la figura a esculpir. En segundo lugar, realizaba fotografías de los modelos, utilizando un sistema de espejos que proporcionaban múltiples perspectivas. A continuación, hacía moldes en yeso de las figuras, tanto de personas como de animales (en una ocasión tuvo que izar un burro para que no se moviese). Sobre estos moldes modificaba las proporciones para conseguir una perfecta visión de la figura dependiendo de su ubicación en el templo (más grandes cuanto más elevadas). Por último, se esculpía en piedra.[69]

Además de arquitecto, Gaudí fue urbanista y paisajista, procurando siempre ubicar sus obras en el entorno más adecuado, tanto natural como arquitectónico. Realizaba un profundo estudio del emplazamiento de sus construcciones, las cuales procuraba que se integrasen de una manera natural en el paisaje circundante, llegando a utilizar en numerosas ocasiones el material más común en su entorno, como la piedra pizarrosa en Bellesguard o el granito gris del Bierzo en el Palacio Episcopal de Astorga. Muchos de sus proyectos incluían jardines, como la Casa Vicens o los Pabellones Güell, o incluso eran totalmente ajardinados, como el Parque Güell o los Jardines de Can Artigas. Un ejemplo perfecto de integración en la naturaleza fue el Primer Misterio de Gloria del Rosario Monumental de Montserrat, donde el marco arquitectónico es la propia naturaleza –en este caso la roca de Montserrat–, que da cabida al grupo escultórico que decora el camino a la Santa Cueva.

Interior de la Casa Vicens.

Igualmente, Gaudí destacó como interiorista, encargándose personalmente de la decoración de la mayoría de sus edificios, desde el diseño del mobiliario hasta los detalles más nimios. En cada caso supo aplicar particularidades estilísticas, personalizando la decoración según el gusto del dueño, el estilo predominante del conjunto o su ubicación en el entorno, ya fuese urbano o natural, o dependiendo de su tipología, laica o religiosa –buena parte de su producción estuvo ligada al mobiliario litúrgico–. Así, desde el diseño de un pupitre para su propio despacho al comienzo de su carrera, pasando por el mobiliario diseñado para el Palacio de Sobrellano de Comillas, realizó todo el mobiliario de las casas Vicens, Calvet, Batlló y Milà, del Palacio Güell y de la Torre Bellesguard, para desembocar en el mobiliario litúrgico de la Sagrada Familia. Es de remarcar que Gaudí efectuó estudios de ergonomía para adaptar su mobiliario a la anatomía humana de la forma más óptima posible. Buena parte del mobiliario que diseñó se expone actualmente en la Casa-Museo Gaudí del Parque Güell.[70]

Otro aspecto a destacar es la inteligente distribución del espacio, pensado para crear un ambiente de confort e intimidad en el interior de todos sus edificios. Para ello organiza el espacio en diferentes secciones o ambientes adaptados a su uso específico, mediante el empleo de tabiques, falsos techos, puertas corredizas, vidrieras o armarios de pared. Además de cuidar hasta el último detalle todos los elementos estructurales y ornamentales, se cuidada de que sus construcciones tuviesen una perfecta iluminación y ventilación, para lo que estudiaba con detalle la orientación del edificio respecto a los puntos cardinales, así como la climatología de la zona y su encaje en el entorno natural circundante. En aquella época comenzaba la demanda de un mayor confort doméstico, con la canalización de agua, gas y luz eléctrica, elementos que Gaudí supo incorporar de forma magistral en sus construcciones. Para la Sagrada Familia, por ejemplo, llevó a cabo profundos estudios de acústica e iluminación, para optimizarlas. Gaudí decía lo siguiente respecto a la luz:

”La luz que consigue la máxima armonía es la que tiene una inclinación de 45°, pues incide en los cuerpos de modo que no es de forma horizontal ni vertical. Es la que se puede considerar luz media y da la más perfecta visión de los cuerpos y su matización más exquisita. Es la luz del Mediterráneo”.[71]

La iluminación le sirve igualmente a Gaudí para organizar el espacio, atendiendo de forma cuidadosamente estudiada a la gradación de la intensidad lumínica para adaptarse adecuadamente a cada ambiente específico. Esto lo consigue con distintos elementos como tragaluces, vidrieras, persianas o celosías; cabe destacar en este sentido la gradación cromática utilizada en el patio de luces de la Casa Batlló para conseguir una distribución uniforme de la luz en todo el interior. Asimismo, suele orientar las casas al sur para aprovechar al máximo la luz solar.[72]

[editar] Obra

Maqueta de la Sagrada Familia, la obra maestra de Gaudí.

La obra de Gaudí es de difícil clasificación. Inscrito en el modernismo, pertenece sin duda a esta corriente por su afán de renovación –sin romper por ello con la tradición–, la búsqueda de la modernidad, el sentido ornamental aplicado a su obra y el carácter multidisciplinar otorgado a sus realizaciones, donde tienen un papel fundamental los trabajos artesanales. A estas premisas Gaudí añade ciertas dosis de barroquismo, la inclusión de los adelantos tecnológicos y el mantenimiento de lenguajes arquitectónicos tradicionales, que junto a la inspiración en la naturaleza y el toque de originalidad que otorga a sus realizaciones constituyen la amalgama que proporciona al conjunto de su obra un sello personal y único en la historia de la arquitectura.

Cronológicamente, es difícil establecer unas pautas que determinen de forma veraz la evolución de su estilo. Si bien parte de unos postulados claramente historicistas para enmarcarse de lleno en el modernismo que surgía con fuerza en el último tercio del siglo XIX en Cataluña y llegar por fin a la resolución final de su estilo personal y orgánico, esta evolución no presenta unas etapas precisas con rupturas entre unas y otras, sino que en todas hay reflejos de las primeras, a medida que las va asimilando y superando. Una de las mejores periodificaciones realizadas de la obra de Gaudí es la de su discípulo y biógrafo Joan Bergós, efectuada según criterios plásticos y estructurales; Bergós establece cinco periodos en la producción gaudiniana: periodo preliminar, mudéjar-morisco, gótico evolucionado, naturalismo expresionista y síntesis orgánica.[73]

[editar] Primeras obras

Sus primeras realizaciones, tanto durante su etapa de estudiante como las primeras ejecutadas al obtener el título, destacan por la gran precisión de los detalles, la utilización de la geometría superior y la preponderancia de las consideraciones mecánicas en el cálculo de estructuras.[74]

Durante sus estudios Gaudí realizó diversos proyectos de carrera, entre los que destacan: una puerta de cementerio (1875), un pabellón español para la Exposición Universal de Filadelfia de 1876, un embarcadero (1876), un patio para la Diputación de Barcelona (1876), una fuente monumental para la Plaza Cataluña de Barcelona (1877) y un paraninfo universitario (1877).[75]

Proyectos de carrera.
Puerta cementerio (1875).jpgEmbarcadero.jpgFuente Plaza Cataluña.jpgParaninfo.jpg
Puerta de cementerio (1875).Embarcadero (1876).Fuente para la Plaza Cataluña (1877).Paraninfo universitario (1877).

Antoni Gaudí comenzó su carrera profesional durante sus estudios universitarios, ya que para pagarse los estudios trabajó como delineante para varios de los mejores arquitectos que destacaban en la Barcelona del momento, como Joan Martorell, Josep Fontserè, Francisco de Paula del Villar y Lozano, Leandre Serrallach y Emili Sala Cortés.[19] Con Josep Fontserè tenía Gaudí una antigua relación, pues su familia era también originaria de Riudoms y se conocían de hacía tiempo. Pese a no tener título de arquitecto, Fontserè recibió el encargo del Ayuntamiento de Barcelona de la urbanización del Parque de la Ciudadela, realizado entre 1873 y 1882. En dicho proyecto Gaudí se encargó del diseño de la reja de entrada al parque, de la balaustrada de la placeta de la banda municipal y del proyecto hidráulico de la Cascada Monumental, donde proyectó una gruta artificial que ya demuestra su gusto por la naturaleza y el sentido orgánico que aplica a su arquitectura.[76]

Para Francisco del Villar Gaudí trabajó en el ábside del monasterio de Montserrat, dibujando en 1876 el Camarín de la Virgen para la iglesia benedictina; más tarde, sucedería a Villar en las obras de la Sagrada Familia. Con Leandre Serrallach trabajó en un proyecto de tranvía a la Villa Arcadia de Montjuïc. Por último, con Joan Martorell colaboró en la iglesia de los Jesuitas de la calle Caspe y el convento de las Salesas del Paseo San Juan, así como en la iglesia de Villaricos (Almería). Igualmente, realizó para Martorell el proyecto para el concurso de la nueva fachada de la Catedral de Barcelona, que finalmente no fue aprobado. Su relación con Martorell, al que consideró siempre como uno de sus principales y más influyentes maestros, le reportó un inesperado y venturoso fruto, ya que fue Martorell quien recomendó a Gaudí para hacerse cargo del proyecto de la Sagrada Familia.

Farolas de la Plaza Real de Barcelona.

Una vez obtenido el título de arquitecto en 1878 sus primeros trabajos fueron unas farolas para la Plaza Real, el proyecto de Kioscos Girossi y el de la Cooperativa “La Obrera Mataronense”, que fue su primera obra importante. Gaudí recibió el encargo para unas farolas del Ayuntamiento de Barcelona en febrero de 1878, cuando había aprobado la carrera pero aún no se había expedido el título, que se despachó en Madrid el 15 de marzo de ese año.[77] Para este encargo proyectó dos distintos tipos de farolas: una de seis brazos, de la que se instalaron dos en la plaza Real, y otra de tres, de la que también se instalaron dos en la plaza de Palacio, frente al Gobierno Civil. Las farolas fueron inauguradas en las fiestas de la Mercè de 1879. Hechas de hierro colado, con base de mármol, tienen una decoración donde destaca el caduceo de Mercurio, símbolo del comercio, así como el escudo de Barcelona.

Proyecto de Kioscos Girossi.

El proyecto irrealizado de Kioscos Girossi fue un encargo del comerciante Enrique Girossi de Sanctis; habría consistido en 20 kioscos repartidos por toda Barcelona, cada uno de los cuales habría incluido unos retretes públicos, un puesto de flores y unos paneles de cristal para publicidad, además de reloj, calendario, barómetro y termómetro. Gaudí concibió una estructura de pilares de hierro y placas de mármol y cristal, coronado por una gran marquesina de hierro y cristal, con un sistema de iluminación de gas.[78]

La Cooperativa Obrera Mataronense fue el primer proyecto de envergadura de Gaudí, en el que trabajó de 1878 a 1882, por encargo de Salvador Pagès i Anglada. El proyecto, para la sede social de la empresa en Mataró, constaba de una fábrica, un barrio de casas para los obreros, un casino y un edificio de servicios, de los que finalmente sólo se llevaron a cabo la fábrica y el edificio de servicios. En la nave de la fábrica Gaudí utilizó por primera vez el arco catenario, con un sistema de ensamblaje con pernos ideado por Philibert de l'Orme.[79] También aplicó por primera vez, en el edificio de servicios, la decoración en azulejo cerámico. Gaudí realizó el diseño urbanístico basándose en la orientación solar, otra de las constantes en sus obras, e incluyó zonas ajardinadas en el proyecto. Diseñó incluso el emblema de la Cooperativa, con la figura de una abeja, símbolo de la laboriosidad.

Vitrina para la Guantería Esteban Comella.

En mayo de 1878 diseñó Gaudí una vitrina para la Guantería Esteban Comella, que fue expuesta en el pabellón español de la Exposición Universal de París de ese año.[80] Fue esta obra la que atrajo la atención del empresario Eusebi Güell, de visita en la capital francesa; quedó tan impresionado que a su retorno quiso conocer a Gaudí, empezando entonces una larga amistad y colaboración profesional, siendo Güell el principal mecenas de Gaudí y patrocinador de muchos de sus grandes proyectos.

El primer encargo que Güell realizó a Gaudí, ese mismo año, fue el diseño del mobiliario para la capilla-panteón del Palacio de Sobrellano en Comillas, que estaba entonces construyendo Joan Martorell, el maestro de Gaudí, por encargo del marqués de Comillas, suegro de Güell. Gaudí diseñó un sillón, un banco y un reclinatorio: el sillón estaba forrado de terciopelo, rematado por dos águilas con el escudo del marqués; el banco destaca por el relieve de un dragón, proyectado por Llorenç Matamala; el reclinatorio tiene decoración en bajorrelieve de formas vegetales.

Farmacia Gibert.

También en 1878 realizó unos planos para un teatro en la antigua localidad de Sant Gervasi de Cassoles (hoy día un barrio de la ciudad condal); Gaudí no intervino en la posterior construcción del teatro, actualmente desaparecido. Al año siguiente diseñó los muebles y mostrador de la Farmacia Gibert, con marquetería de influencia árabe. Ese mismo año efectuó cinco dibujos para una cabalgata en homenaje al poeta Francesc Vicent Garcia i Torres en Vallfogona de Riucorb, localidad en la que fue párroco este célebre escritor del siglo XVII, amigo de Lope de Vega. El proyecto de Gaudí giraba en torno al poeta glorificado y a distintos aspectos del trabajo en el campo, como la siega o la recogida de la uva y la aceituna; sin embargo, a causa de problemas organizativos del certamen, la idea de Gaudí no se llevó a cabo.[81]

Entre 1879 y 1881 realizó el proyecto de decoración de la iglesia de Sant Pacià, perteneciente al Colegio de Jesús-María de Sant Andreu del Palomar: realizó el altar de estilo gótico, la custodia de influencia bizantina, el mosaico y la iluminación, así como el mobiliario del colegio. Incendiada la iglesia en la Semana Trágica de 1909, en la actualidad sólo persiste el mosaico, de “opus tesselatum”, probable obra del mosaicista italiano Luigi Pellerin.[82] Para estas mismas religiosas se encargó de la decoración de la iglesia del Colegio de Jesús-María de Tarragona (1880-1882): realizó el altar en mármol blanco italiano, y su parte frontal, o antipendio, lo dispuso con cuatro columnas que exhibían medallones de alabastro polícromo, con figuras de ángeles; el ostensorio, de madera dorada, obra de Eudald Puntí, decorado con rosarios, ángeles, los símbolos del Tetramorfos y la paloma del Espíritu Santo; y la sillería del coro, destruida en 1936.[83]

En 1880 hizo un proyecto de iluminación eléctrica para la Muralla de Mar de Barcelona, que finalmente no fue llevado a cabo. Habría consistido en ocho grandes farolas de hierro, profusamente decoradas con motivos vegetales, frisos, escudos y nombres de batallas y de almirantes catalanes. Ese mismo año participó en el concurso para la construcción del Casino de San Sebastián (actual Ayuntamiento), que finalmente ganaron Luis Aladrén Mendivi y Adolfo Morales de los Ríos; Gaudí presentó un proyecto que era síntesis de varios estudios suyos anteriores, como el proyecto de fuente para la plaza Cataluña o el de patio para la Diputación Provincial.[84]

Un nuevo encargo de los Güell-López para Comillas fue el de una glorieta para la visita del rey Alfonso XII a la localidad cántabra en 1881. Gaudí diseñó un pequeño templete con forma de turbante de influencia hindú, recubierto de mosaico y decorado con una gran profusión de pequeñas campanillas que producían un constante repique musical. Posteriormente fue instalado en los Pabellones Güell.[85]

Dibujo de Gaudí para la fachada de la Catedral de Barcelona según el proyecto de Joan Martorell (1882).

En 1882 realizó para su antiguo maestro, Joan Martorell, el proyecto para un monasterio benedictino y una iglesia dedicada al Espíritu Santo en Villaricos (Cuevas de Vera, Almería). Era de planta neogótica, parecida al convento de las Salesas que Gaudí proyectó igualmente con Martorell. Finalmente no se llevó a cabo, y los planos del proyecto fueron destruidos en el saqueo de la Sagrada Familia en 1936.[86] Ese mismo año recibió el encargo para construir un pabellón de caza y unas bodegas en una finca llamada La Cuadra, en Garraf (Sitges), propiedad del magnate Eusebi Güell. Finalmente el pabellón no se llevó a cabo, construyéndose tan sólo las bodegas unos años más tarde.

Con Martorell colaboró igualmente en esas fechas en otros tres proyectos: la iglesia del Colegio de los Jesuitas de la calle Caspe, donde intervino como delineante; el convento de las Salesas del Paseo de San Juan, proyecto neogótico con altar en el centro del crucero; y el proyecto de fachada para la Catedral de Barcelona, según concurso convocado por el cabildo catedralicio en 1882, ganado finalmente por Josep Oriol Mestres y August Font i Carreras.[87]

La colaboración de Gaudí con Martorell fue determinante para que éste recomendase a Gaudí para la Sagrada Familia. El famoso templo gaudiniano fue idea de Josep Maria Bocabella, fundador de la Asociación de Devotos de San José, para lo que adquirió una manzana completa del Eixample barcelonés.[88] En principio se encargó del proyecto el arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que planeó la construcción de una iglesia de estilo neogótico, iniciándose las obras en 1882. Sin embargo, al año siguiente Villar renunció por desavenencias con la junta constructora, y el encargo pasó a manos de Gaudí, que reformó por completo el proyecto –salvo la parte ya construida de la cripta–.[89] Gaudí emplearía el resto de su vida en la construcción del templo, que será la síntesis de todos sus hallazgos arquitectónicos, culminando en su etapa final.

[editar] Etapa orientalista

En estos años Gaudí realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.[90]

Entre 1883 y 1888 construyó la Casa Vicens, encargo del corredor de bolsa Manuel Vicens i Montaner. Está estructurada en cuatro niveles o plantas, con tres fachadas y un amplio jardín, con una fuente monumental de ladrillo formada por un arco parabólico encima del cual había un paso entre columnas. La casa se cerraba con un muro de cerca con un reja de hierro colado, decorada con hojas de palmito, obra de Llorenç Matamala. Los muros de la casa son de mampostería alternada con filas de azulejo, que reproduce unas flores amarillas propias de la zona; la casa se remata con chimeneas y unas torres en forma de templetes. En el interior destacan los techos de vigas de madera policromada, adornados con temas florales de "papier maché"; los muros tienen esgrafiados de motivos vegetales, así como pinturas obra de Josep Torrescasana; por último, el suelo es de mosaico romano de "opus tesselatum". Una de las estancias más originales es el fumadero, donde destaca el techo en forma de cielo raso decorado con mucarnas árabes, que recuerdan el Generalife de la Alhambra de Granada.[91]

El mismo año de 1883 Gaudí hizo un proyecto de capilla del Santísimo Sacramento para la iglesia parroquial de San Félix de Alella, así como unos planos topográficos de la finca Can Rosell de la Llena en Gelida, y recibió el encargo de un hotelito anexo al Palacio de Sobrellano, del marqués de Comillas, en la homónima localidad cántabra. Conocido como El Capricho, fue encargado por Máximo Díaz de Quijano y construido entre 1883 y 1885. La dirección de las obras corrió a cargo de Cristòfor Cascante i Colom, compañero de estudios de Gaudí. De estilo oriental, tiene planta alargada, con tres niveles y una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica. El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la Casa Vicens. El salón principal destaca por un amplio ventanal con ventanas de guillotina, y dispone de un fumadero cubierto por falsas bóvedas de estuco de estilo árabe.[92]

Gaudí realizó un segundo encargo para Eusebi Güell entre 1884 y 1887, los Pabellones Güell de Pedralbes. Güell tenía una finca en Les Corts de Sarrià, unión de dos terrenos conocidos como Can Feliu y Can Cuyàs de la Riera. El arquitecto Joan Martorell había construido un palacete de aire caribeño, derribado en 1919, en cuyo lugar se construyó el Palacio Real de Pedralbes. Gaudí recibió el encargo de reformar la casa y construir un muro de cerca y los pabellones de portería. Realizó el muro de mampostería con varias puertas de entrada, la principal con una reja de hierro en forma de dragón, con una simbología alusiva al mito de Hércules y el Jardín de las Hespérides.[93] Los pabellones constan de caballeriza, picadero y portería: la caballeriza es de base rectangular, cubierta con bóveda tabicada con forma de catenaria; el picadero es de base cuadrada, con una cúpula de perfil hiperboloidal, rematada por un templete; la portería consta de tres pequeñas edificaciones, la central de planta poligonal y cúpula hiperbólica, y otras dos más pequeñas de planta cúbica. Las tres están rematadas por unos ventiladores en forma de chimeneas recubiertas de cerámica. La obra está realizada con ladrillo visto de diversas tonalidades entre el rojo y el amarillo, y recubierta de cristal de colores; en ciertas secciones utilizó también bloques prefabricados de cemento.[94] Actualmente los Pabellones son sede de la Real Cátedra Gaudí, de la Universidad Politécnica de Cataluña.

En 1885 Gaudí recibió de parte de Josep Maria Bocabella, el promotor de la Sagrada Familia, el encargo para un altar situado en el oratorio de la familia Bocabella, al haber obtenido licencia del Papa de poder tener un altar en su domicilio privado. El altar es de caoba, con barnizado de laca, con una losa de mármol blanco en el centro para las reliquias. Tiene decoración vegetal y varios motivos religiosos, como las letras griegas alfa y omega, símbolo del principio y el fin, frases del Evangelio e imágenes de San Francisco de Paula, Santa Teresa de Jesús y la Sagrada Familia; se cierra con una cortina con un crismón bordado. Su confección corrió a cargo del ebanista Frederic Labòria, que también colaboró con Gaudí en la Sagrada Familia.[95]

Palacio Güell, detalle de la entrada.

Poco tiempo después Gaudí recibió un nuevo encargo del conde Güell, la construcción de su casa familiar, en la calle Nou de la Rambla de Barcelona. El Palacio Güell (1886-1888) sigue la tradición de las grandes casas señoriales catalanas como las de la calle Montcada. Gaudí diseñó una entrada monumental con unas magníficas puertas de arcos parabólicos y rejas caladas de hierro forjado, ornamentadas con el escudo de Cataluña y un yelmo con un dragón alado, obra de Joan Oñós. Destaca el recibidor interior, que tiene una altura de tres plantas; es el núcleo central del edificio, ya que está rodeado por las principales estancias del palacio, y destaca por su cubierta con doble cúpula de perfil paraboloide en el interior y cónico en el exterior, solución típica del arte bizantino. En la tribuna de la fachada Gaudí empleó un original sistema de arcos catenarios y columnas con capiteles hiperboloidales, estilo no empleado ni anterior ni posteriormente a Gaudí.[96] Diseñó con esmero el interior del palacio, con una suntuosa decoración de estilo mudéjar, donde destacan los techos con artesonados de madera y hierro. En el tejado destacan las chimeneas, de formas geométricas, recubiertas de cerámica de vivos colores, así como la alta aguja en forma de linterna que supone el remate exterior de la cúpula del salón central, hecha igualmente de cerámica y rematada con una veleta de hierro.[97]

Pabellón de la Compañía Trasatlántica (1888).

Con motivo de la Exposición Universal celebrada en el Parque de la Ciudadela de Barcelona en 1888, Gaudí construyó el pabellón de la Compañía Trasatlántica, propiedad del marqués de Comillas, en la Sección Marítima del certamen. Lo realizó en estilo nazarí granadino, con arcos de herradura y decoración de estuco; subsistió hasta la apertura del Paseo Marítimo de Barcelona en 1960. Con motivo de tal evento recibió de parte del Ayuntamiento de Barcelona el encargo de la restauración del Salón de Ciento y de la Escalera de Honor de la Casa de la Ciudad, junto con la realización de un sillón para la Reina Regente; del proyecto sólo se llevó a cabo el sillón que el alcalde Francesc Rius i Taulet regaló a la reina.[98]

[editar] Período neogótico

En esta etapa Gaudí se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.[99]

Un primer exponente será el Colegio de las Teresianas (1888-1889), en la calle Ganduxer de Barcelona, encargo de San Enrique de Ossó. Gaudí cumplió la voluntad de la orden de reflejar austeridad en el edificio, en cumplimiento del voto de pobreza; siguiendo las indicaciones de las religiosas proyectó un edificio sobrio, realizado en ladrillo por fuera, y con algunos elementos de ladrillo por dentro. También incorporó a la fachada rejas de hierro forjado, uno de sus materiales preferidos, y la coronó con un conjunto de almenas que sugieren un castillo, posible alusión a la obra de Santa Teresa El castillo interior.[100] En los ángulos de la fachada figuran unos pináculos de ladrillo con una columna helicoidal culminada con la cruz de cuatro brazos, típica de las obras de Gaudí, y con unos escudos de cerámica con diversos símbolos definitorios de la orden teresiana. En el interior existe un pasillo que es famoso por la sucesión de arcos catenarios que contiene. Estos arcos de líneas elegantes no son meramente decorativos, sino que tienen la función de sostener el techo y la planta superior. Gaudí utilizó el arco en parábola como elemento constructivo idóneo, capaz de aguantar pesos elevados mediante perfiles poco gruesos.[101]

El siguiente encargo lo recibió Gaudí de parte de un clérigo amigo de su Reus natal, Joan Baptista Grau i Vallespinós, que al ser nombrado obispo de Astorga encargó a Gaudí la construcción de un Palacio Episcopal para aquella ciudad, ya que recientemente se había incendiado el edificio anterior. Construido entre 1889 y 1915, es de aire neogótico, con una planta articulada con cuatro torres cilíndricas, rodeada por un foso. La piedra en la que está construido (granito gris de la comarca de El Bierzo) es respetuosa con el entorno, en especial con la catedral que se encuentra en la inmediata vecindad, así como también con la naturaleza, que en la Astorga de finales del siglo XIX estaba más presente que en la actualidad. El pórtico de entrada tiene tres grandes arcos abocinados, hechos con sillares separados entre sí por contrafuertes inclinados. La estructura del edificio se sustenta en pilares con capiteles decorados y en bóvedas de crucería sobre arcos ojivales de cerámica vidriada. Se remata con un almenado de estilo mudéjar. Gaudí abandonó el proyecto en 1893, a la muerte del obispo Grau, por desavenencias con el Cabildo, siendo terminado en 1915 por Ricardo García Guereta. Actualmente es Museo de los Caminos.[102]

Otro proyecto de Gaudí fuera de Cataluña fue la Casa de los Botines, en León (1891-1894), encargo de Simón Fernández Fernández y Mariano Andrés Luna, comerciantes de tejidos leoneses, que recibieron la recomendación de Gaudí de parte de Eusebi Güell, con el que trataban en sus negocios. El proyecto de Gaudí fue un impresionante edificio de estilo neogótico, resuelto con su inconfundible estilo modernista. El edificio sirvió para albergar en sus plantas bajas los despachos y almacenes del negocio de tejidos, y disponía al mismo tiempo de viviendas en las plantas superiores. La construcción se realizó con muros de sólida cantería caliza, dispuesta en forma de almohadillado.[103] El edificio está flanqueado por cuatro torres cilíndricas rematadas con elevadas agujas de forma cónica, hechas de pizarra, y rodeado de un foso con reja de forja. Las ventanas son de guillotina, con voladizos inclinados para retener la nieve, muy frecuente en el invierno leonés. La fachada es de estilo gótico, con arcos lobulados, y tiene un reloj y una escultura de San Jorge y el dragón, obra de Llorenç Matamala.[104] En la actualidad es la sede de Caja España.

Proyecto de Misiones Franciscanas en Tánger.

En 1892 recibió Gaudí de parte de Claudio López Bru, segundo marqués de Comillas, el encargo para unas Misiones Católicas Franciscanas para la ciudad de Tánger, en Marruecos (por aquel entonces una colonia española). El proyecto consistía en un conjunto compuesto por iglesia, hospital y escuela, y Gaudí concibió una estructura de planta cuadrilobulada, con arcos catenarios y torres de perfil parabólico, con ventanas hiperboloidales. Finalmente el proyecto no se llevó a cabo, cosa que Gaudí lamentó profundamente, guardando siempre consigo el boceto que realizó del conjunto. Pese a todo, este proyecto le influyó para las obras de la Sagrada Familia, especialmente en el diseño de las torres, de perfil parabólico como en las Misiones.[105]

Para la familia Güell proyectó en 1895 una capilla funeraria para el monasterio de Montserrat, obra irrealizada de la que se conocen pocos datos. Ese año por fin se iniciaron las obras de las Bodegas Güell, del antiguo proyecto de 1882 para un pabellón de caza y unas bodegas en la finca La Cuadra de Garraf (Sitges), propiedad de Eusebi Güell. Construidas entre 1895 y 1897 bajo la dirección de Francesc Berenguer, ayudante de Gaudí,[106] las bodegas tienen un perfil frontal triangular, con cubiertas de gran verticalidad con pronunciadas pendientes de losas de piedra, rematadas por un juego de chimeneas y dos puentes que la unen al antiguo edificio. Tiene tres plantas: la baja para cochera, la vivienda y una capilla cubierta con bóveda catenaria, con el altar en el centro. El conjunto se completa con un pabellón portería, donde destaca la puerta de forja, con forma de red de pesca.

En el término municipal de Sant Gervasi de Cassoles (hoy día un barrio de Barcelona), Gaudí recibió el encargo, de parte de la viuda de Jaume Figueras, de reformar la Torre Bellesguard (1900-1909), antiguo palacio de veraneo del rey Martín I el Humano.[107] Gaudí hizo un proyecto neogótico, respetando al máximo el edificio anterior; como siempre, procuró integrar la arquitectura en el marco natural circundante, por lo que efectuó la construcción con la piedra pizarrosa del lugar. El edificio es de planta cuadrada de 15 x 15 metros, con los vértices orientados a los cuatro puntos cardinales. Construido con piedra y ladrillo, tiene mucha más proyección vertical, ayudado por una torre troncocónica coronada con la cruz de cuatro brazos, junto a la bandera catalana y una corona real. La casa dispone de sótano, planta baja, planta noble y desván, con techo de cuatro aguas.[108]

[editar] Etapa naturalista

En este periodo Gaudí perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello añade el arquitecto una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental. Partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.[109]

Por encargo de la razón social Hijos de Pedro Mártir Calvet, Gaudí construyó la Casa Calvet (1898-1899), en la calle Caspe de Barcelona. La fachada es de piedra de sillería de Montjuïc, adornada con balcones de hierro forjado y rematada por dos frontones, coronados con cruces de hierro de forja. Destaca asimismo en la fachada la tribuna del piso principal, decorada con motivos vegetales y mitológicos. En este proyecto Gaudí utilizó un cierto estilo barroco, visible en el uso de columnas salomónicas, la decoración con temas florales y el proyecto de azotea con cascada y maceteros de aire rococó. Por esta obra ganó en 1900 el premio al mejor edificio del año otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona.[110]

Una obra casi desconocida de Gaudí es la Casa Clapés (1899-1900), en la calle Escorial 125, encargo del pintor Aleix Clapés, que colaboró en alguna ocasión con Gaudí, como en la decoración del Palacio Güell y de la Casa Milà. Tiene planta y tres pisos, de muros revocados y balcones de hierro colado. Por su falta de decoración o de soluciones estructurales originales se ignoró la autoría de Gaudí hasta 1976, fecha en que se hallaron los planos firmados por el arquitecto.[111] En 1900 reformó la casa del doctor Pere Santaló, en la calle Nou de la Rambla 32, obra igualmente de escasa importancia. Santaló era amigo de Gaudí, al que acompañó en su estancia en Puigcerdà en 1911, y fue el que le recomendó hacer trabajos manuales para su reumatismo.[112]

Puerta de la Finca Miralles.

También en 1900 diseñó dos estandartes: el del Orfeó Feliuà (de Sant Feliu de Codines), confeccionado en latón, cuero, corcho y seda, con motivos ornamentales basados en el martirio de San Félix (una rueda de molino), en la música (un pentagrama y una clave de sol) y la inscripción “Orfeó Feliuà”; y el de la Virgen de la Misericordia de Reus, para la peregrinación de los reusenses residentes en Barcelona, que presenta una imagen de Isabel Besora, la pastora a la que se le apareció la Virgen en 1592, obra de Aleix Clapés y, en el reverso, una rosa y la bandera de Cataluña. Precisamente, del Santuario de la Virgen de la Misericordia de Reus hizo Gaudí ese mismo año un anteproyecto para la reforma de la fachada principal de la iglesia, que finalmente no se llevó a término, ya que la junta del Santuario lo consideró oneroso. Este rechazo sentó muy mal a Gaudí, dejándole cierto resquemor hacia Reus, pudiendo ser el origen de su afirmación posterior de ser Riudoms su lugar de nacimiento.[113] Entre 1900 y 1902 Gaudí trabajó en la Casa Miralles, encargo del industrial Hermenegild Miralles i Anglès; Gaudí sólo diseñó el muro de cerca y la puerta de acceso, hechos de mampostería de formas onduladas, con puerta de hierro rematada con la cruz de cuatro brazos. Posteriormente, la casa del señor Miralles fue obra de Domènec Sugrañes, arquitecto colaborador de Gaudí.

El principal proyecto de Gaudí a principios del siglo XX fue el Parque Güell (1900-1914), nuevo encargo de Eusebi Güell para construir una urbanización residencial al estilo de las ciudades-jardín inglesas. El proyecto no tuvo éxito, ya que de 60 parcelas en que se dividió el terreno sólo se vendió una. Pese a ello, se construyeron los accesos al parque y las áreas de servicios, desplegando Gaudí todo su genio arquitectónico y poniendo en práctica muchas de sus innovadoras soluciones estructurales que serán emblemáticas de su estilo organicista y que culminarán en la Sagrada Familia. El Parque Güell se sitúa en la llamada Montaña Pelada, en el barrio del Carmelo de Barcelona. Era un paraje abrupto, con fuertes desniveles que Gaudí sorteó con un sistema de viaductos integrados en el terreno. El acceso al parque tiene dos edificios, destinados a portería y administración, rodeados de un muro de mampostería y cerámica vidriada policromada. Estos pabellones de entrada son muestra de la plenitud gaudiniana, con cubiertas de bóvedas catalanas en forma de paraboloide hiperbólico.[114] Pasados los pabellones se encuentra un escalinata que conduce a los niveles superiores, decorada con unas fuentes esculpidas donde destaca el dragón, que se ha convertido en símbolo del parque y uno de los más reconocidos emblemas de Gaudí. Esta escalinata conduce a la Sala Hipóstila, que habría servido de mercado de la urbanización, hecha con grandes columnas de orden dórico. Encima de esta sala se encuentra una gran plaza en forma de teatro griego, con el famoso banco corredizo revestido de cerámica troceada (“trencadís”), obra de Josep Maria Jujol.[115] La casa de muestra del parque, obra de Francesc Berenguer, fue residencia de Gaudí de 1906 a 1926, y actualmente acoge la Casa-Museo Gaudí.

La Resurrección de Jesús, Primer Misterio de Gloria del Rosario Monumental de Montserrat.

En esta época Gaudí colaboró en un interesante proyecto colectivo, el Rosario Monumental de Montserrat (1900-1916). Ubicado en el camino a la Santa Cueva de Montserrat, se trataba de una serie de grupos escultóricos que evocaban los misterios de la Virgen que se rezan en el Rosario. En este proyecto intervinieron los mejores arquitectos y escultores de la época, y es una singular muestra del modernismo catalán. Gaudí proyectó el Primer Misterio de Gloria, que aludía al Santo Sepulcro, con una estatua de Cristo resucitado, obra de Josep Llimona, y el grupo de las Tres Marías esculpido por Dionís Renart. Otro proyecto monumental ideado por Gaudí para Montserrat no se llegó a realizar: habría consistido en coronar el Cavall Bernat (uno de los picos de la montaña) con un mirador en forma de corona real, incorporando a la pared un escudo de Cataluña de veinte metros de altura.[116]

En 1901 realizó Gaudí la decoración de la casa de Isabel Güell López, marquesa de Castelldosrius, hija de Eusebi Güell. Sita en la calle Junta de Comerç 19, la casa había sido construida en 1885 y reformada entre 1901 y 1904; la casa fue destruida por una bomba durante la Guerra Civil.[117] Al año siguiente intervino Gaudí en la decoración del Bar Torino, propiedad de Flaminio Mezzalana, sito en Paseo de Gracia 18; Gaudí diseñó la ornamentación del Salón Árabe de dicho establecimiento, confeccionada con losetas de cartón prensado y barnizado, de estilo árabe (hoy desaparecido).

Un proyecto de gran interés para Gaudí fue la restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca (1903-1914), por encargo del obispo de esa ciudad, Pere Campins i Barceló. Gaudí proyectó una serie de actuaciones como desmontar el retablo barroco del altar mayor, dejando a la vista la cátedra episcopal, desplazar el coro del centro de la nave y situarlo en el presbiterio, dejar expedita la capilla de la Trinidad, colocar nuevas cantorías y púlpitos, decorar la catedral con iluminación eléctrica, descegar los ventanales góticos de la Capilla Real y dotarlos de vidrieras, situar un gran baldaquino sobre el altar mayor y completar la decoración con pinturas. Las obras las dirigió Joan Rubió i Bellver, ayudante de Gaudí, interviniendo también Josep Maria Jujol y los pintores Joaquín Torres García, Iu Pascual y Jaume Llongueras. Gaudí abandonó el proyecto en 1914 por divergencias con el cabildo catedralicio.[118]

Uno de los mayores encargos y de las obras más emblemáticas de Gaudí fue la Casa Batlló (1904-1906). Encargo de Josep Batlló i Casanovas para reformar un edificio anterior de Emili Sala Cortés de 1875,[119] Gaudí se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, y levantó un quinto piso para el personal de servicio. Para esta obra contó con la colaboración de sus ayudantes Domènec Sugrañes, Joan Rubió y Josep Canaleta. La fachada se hizo con piedra arenisca de Montjuïc, tallada según superficies regladas en forma alabeada; las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. Gaudí conservó la forma rectangular de los balcones del edificio anterior –con barandillas de hierro con forma de antifaz–, dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente. Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores ("trencadís"), que Gaudí obtenía en los desechos de la vidriería Pelegrí. El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios. En la azotea destacan las chimeneas de formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos, revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenarios cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas (en tonos amarillo, verde y azul), que recuerda el lomo de un dragón; en la parte izquierda hay una torre cilíndrica con los anagramas de Jesús, María y José, y con la cruz gaudiniana de cuatro brazos.[120]

En 1904, por encargo del pintor Lluís Graner i Arrufí, realizó el proyecto de decoración de la Sala Mercè, en la Rambla de los Estudios, uno de los primeros cines de Barcelona; la sala imitaba una gruta, inspirándose en las Cuevas del Drach de Mallorca. También para Graner diseñó un chalet en la Bonanova, del que sólo se construyó los cimientos y la puerta principal, con tres aperturas: para personas, carruajes y pájaros; el edificio habría tenido una estructura semejante a la Casa Batlló o a la portería del Parque Güell.[121]

El chalet de Catllaràs (1905), en La Pobla de Lillet.

El mismo año construyó el Taller Badia, para Josep y Lluís Badia Miarnau, herreros y forjadores colaboradores de Gaudí en varias de sus obras, como las casas Batlló y Milà, el Parque Güell y la Sagrada Familia; sito en la calle Nàpols 278, era un edificio de líneas sencillas, hecho de mampostería (hoy desaparecido). En esas fechas diseñó también un pavimento hidráulico de baldosas de forma hexagonal para la Casa Batlló, aunque finalmente no se colocaron en esa ubicación y se reaprovecharon para la Casa Milà; eran de color verde y estaban decoradas con un alga, un caracol y una estrella de mar. Esta baldosa fue elegida posteriormente para pavimentar el Paseo de Gracia barcelonés.[122]

Igualmente en 1904 construyó el chalet-refugio de Catllaràs, en La Pobla de Lillet, para la fábrica de cemento Asland, propiedad de Eusebi Güell. Tiene una estructura simple pero muy original, con forma de arco apuntado, con dos tramos de escaleras semicirculares para conducir a los dos pisos superiores. En esta misma localidad realizó entre 1905 y 1907 los Jardines de Can Artigas, en la zona llamada Fuente de la Magnesia, por encargo del industrial textil Joan Artigas i Alart; intervinieron en esta obra operarios que habían trabajado en el Parque Güell, realizando un proyecto parecido al del famoso parque barcelonés.[123]

En 1906 hizo el proyecto del puente sobre el Torrente de Pomeret, entre Sarrià y Sant Gervasi. Este torrente se encontraba precisamente entre dos obras de Gaudí, la Torre Bellesguard y el Chalet Graner, por lo que pidieron al arquitecto un estudio para salvar el desnivel: Gaudí proyectó una interesante estructura compuesta de triángulos yuxtapuestos que sostendrían el entramado del puente, siguiendo el estilo de los viaductos que había realizado en el Parque Güell. Se habría construido de cemento, y habría tenido una longitud de 154 metros y una altura de 15 metros; la barandilla estaría recubierta de azulejo, con una inscripción dedicada a Santa Eulalia. El proyecto no fue aprobado por el Ayuntamiento de Sarrià.[124]

El mismo año intervino al parecer en la torre Damià Mateu, en Llinars del Vallès, en colaboración con su discípulo Francesc Berenguer, si bien no está clara la autoría del proyecto o en qué grado intervino cada uno. El estilo del edificio evoca las primeras obras de Gaudí, como la Casa Vicens o los Pabellones Güell; tenía una reja de entrada en forma de red de pescar, actualmente instalada en el Parque Güell. La casa fue demolida en 1939.[125] También en 1906 diseñó un nuevo estandarte, esta vez para el Gremio de Cerrajeros y Herreros, para la procesión de Corpus Christi de 1910 en la Catedral de Barcelona. Era de color verde oscuro, con el escudo de Barcelona en el borde superior izquierdo, y una imagen de San Eloy, patrón del gremio, con instrumentos típicos del oficio. La bandera fue quemada en julio de 1936.[126]

Otro de los mayores encargos y una de las obras más elogiadas de Gaudí será la Casa Milà, más conocida como La Pedrera (1906-1910), encargo de Pere Milà i Camps. Gaudí concibió la casa alrededor de dos grandes patios de forma curvilínea, con una estructura de pilares de piedra, ladrillo y hierro colado, y entramados de jácenas de hierro. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea de Vilafranca del Penedès, salvo la parte superior que está cubierta de azulejos blancos, evocando una montaña nevada. Posee un total de cinco plantas, más un desván –realizado en su totalidad con arcos catenarios– y la azotea, así como los dos grandes patios interiores, uno de planta circular y otro de planta oval. En la azotea destacan las salidas de escalera, rematadas con la cruz de cuatro brazos, así como las chimeneas, recubiertas de cerámica con unas formas que sugieren yelmos de soldados. La decoración interior corrió a cargo de Josep Maria Jujol y los pintores Iu Pascual, Xavier Nogués y Aleix Clapés. La fachada habría estado rematada por un grupo escultórico de piedra, metal y cristal con la Virgen del Rosario rodeada de los arcángeles Miguel y Gabriel, de 4 metros de altura. Se hizo un boceto a cargo del escultor Carles Mani, pero debido a los sucesos de la Semana Trágica de 1909 se abandonó el proyecto.[127]

Boceto del Hotel Atracción, dibujo de Joan Matamala.

Con motivo del séptimo centenario del nacimiento del rey Jaime I Gaudí proyectó en 1907 un monumento en su memoria. Se habría situado en la Plaza del Rey, y habría supuesto también la reforma de los edificios adyacentes: nuevo techo para la catedral, así como la culminación de sus torres y cimborio; colocación de tres jarrones sobre los contrafuertes de la Capilla de Santa Águeda, dedicados a las advocaciones de las letanías lauretanas (Vas Spirituale, Vas Honorabile y Vas Insigne Devotiones), así como la figura de un ángel sobre el campanario de la capilla; por último, abrir una gran plaza junto a la muralla (actual Plaza de Ramón Berenguer el Grande). El proyecto no se realizó porque no gustó al consistorio barcelonense.[128]

En 1908 Gaudí concibió un proyecto irrealizado para un gran hotel-rascacielos en Nueva York, el Hotel Atracción, encargo de dos empresarios estadounidenses de los que se desconoce el nombre. Habría tenido 360 metros de altura (más que el Empire State), con un cuerpo central más alto de forma paraboloide, rematado con una estrella, y flanqueado por cuatro cuerpos de edificio dedicados a museos, galerías de arte y auditorios, con formas parecidas a la Casa Milà. En el interior, habría tenido cinco grandes salones superpuestos, uno dedicado a cada continente.[129] [130]

Proyecto original de la iglesia de la Colonia Güell.

El último proyecto para su gran mecenas, Eusebi Güell, fue el de una iglesia para la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se construyó la cripta (conocida hoy día como Cripta de la Colonia Güell) (1908-1918). Proyecto de colonia obrera iniciado en 1890, se había construido la fábrica, edificios de servicios y viviendas para los obreros. La que habría sido iglesia de la Colonia fue proyectada por Gaudí en 1898, aunque no se colocó la primera piedra hasta el 4 de octubre de 1908. Lamentablemente, sólo se construyó la cripta, ya que a la muerte del conde Güell en 1918 sus hijos abandonaron el proyecto. Gaudí proyectó una iglesia de planta oval con cinco naves, una central y dos más a cada lado. Ideó un conjunto plenamente integrado en la naturaleza, reflejo del concepto que Gaudí tenía de la arquitectura como estructura orgánica. Un pórtico de bóvedas de paraboloide hiperbólico antecede a la cripta, primera vez que Gaudí empleó esta estructura y primer ejemplo de bóvedas paraboloidales en la historia de la arquitectura.[131] En la cripta destacan los grandes ventanales, de forma hiperboloidal, cubiertos con vidrios de colores en forma de pétalos de flor o alas de mariposa. En el interior se alternan pilares circulares de ladrillo con columnas inclinadas de basalto de Castellfollit de la Roca.

[editar] Etapa final: culminación de su estilo

En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada Familia, Gaudí llega a la culminación de su estilo naturalista, haciendo una síntesis de todas las soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logra una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico.[132]

El primer ejemplo de su etapa final lo tenemos en un edificio sencillo pero muy ingenioso, las Escuelas de la Sagrada Familia, pequeño edificio destinado a escuela para los hijos de los obreros que trabajaban en el templo. Construido en 1909, tiene planta rectangular de 10 x 20 metros, y constaba de tres aulas, vestíbulo y capilla. La construcción se realizó con ladrillo visto, en tres capas superpuestas, siguiendo la técnica tradicional catalana. Tanto las paredes como el tejado tienen forma ondulada, que confiere a la estructura una sensación de ligereza pero a la vez una gran resistencia. Las Escuelas de la Sagrada Familia han sido un ejemplo en genialidad constructiva y han servido de fuente de inspiración para muchos arquitectos, por su simplicidad, resistencia, originalidad del volumen, funcionalidad y pureza geométrica.[133]

En mayo de 1910 Gaudí pasó una breve estancia de reposo en Vic, donde recibió el encargo de diseñar unas farolas para la Plaza Mayor de la ciudad, en conmemoración del primer centenario del nacimiento de Jaume Balmes. Eran una farolas en forma de obelisco, con base y fuste de piedra basáltica de Castellfollit de la Roca y brazos de hierro forjado, rematadas por la cruz de cuatro brazos; la decoración era de motivos vegetales e incluía las fechas de nacimiento y defunción de Balmes. Las farolas fueron derribadas en 1924, pues presentaban mal estado de conservación.[134]

Ese mismo año, con motivo de la obtención del título de conde por parte de Eusebi Güell, Gaudí diseñó un escudo de armas para su gran mecenas: hizo un escudo con la parte inferior de forma catenaria, tan típica en Gaudí; lo dividió en dos con la figura del templete del Palacio Güell, poniendo a la derecha una paloma con una rueda dentada –en alusión a la Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló (“coloma” es paloma en catalán) –, con la leyenda “ahir pastor” (ayer pastor) y a la izquierda un búho posado sobre media luna –símbolo de prudencia y sabiduría– con la leyenda “avuy senyor” (hoy señor). Remata el escudo un yelmo con la corona condal y la paloma símbolo del Espíritu Santo.[135]

En 1912 construyó dos púlpitos para la iglesia de Santa María de Blanes: el del lado del Evangelio tenía planta hexagonal, decorado con la paloma del Espíritu Santo y los nombres en latín de los cuatro evangelistas y los siete Dones del Espíritu Santo; el de la Epístola tenía los nombres de los apóstoles que escribieron epístolas (San Pedro, San Pablo, San Juan Evangelista, San Judas Tadeo y Santiago el Mayor), con las tres virtudes teologales y las llamas del fuego de Pentecostés. Estos púlpitos fueron quemados en julio de 1936.[136] Para la restauración de la Catedral de Manresa se pidió a Gaudí en 1915 que realizase una valoración del anteproyecto realizado por el arquitecto Alexandre Soler i March, encargado de las obras. Gaudí sugirió algunas correcciones, como colocar un pórtico junto al baptisterio, una cubierta a dos aguas sobre la nave principal y una sala sobre el pórtico para museo y archivo.

Desde 1915 Gaudí se dedicó prácticamente en exclusiva a su obra cumbre, la Sagrada Familia, que supone la síntesis de toda la evolución arquitectónica del genial arquitecto. Después de la realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo lo concibió en un estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde abundan las formas geométricas regladas. El interior debía semejar un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, de forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente. Gaudí aplicó en la Sagrada Familia todos sus hallazgos experimentados anteriormente en obras como el Parque Güell o la cripta de la Colonia Güell, consiguiendo elaborar un templo estructuralmente perfecto a la vez que armónico y estético.

La Sagrada Familia tiene planta de cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y ábside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús, y cuando esté concluido tendrá 18 torres: cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas, una sobre el ábside dedicada a la Virgen y la torre-cimborio central en honor a Jesús, que alcanzará los 170 metros de altura.[137] El templo dispondrá de dos sacristías junto al ábside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el ábside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior. Gaudí aplicó a la Sagrada Familia un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicando a cada parte del templo un significado religioso.

Durante la vida de Gaudí sólo se completaron la cripta, el ábside y, parcialmente, la fachada del Nacimiento –de la que Gaudí sólo vio coronada la torre de San Bernabé–. A su muerte se hizo cargo de la construcción su ayudante, Domènec Sugrañes; posteriormente, ha estado bajo la dirección de diversos arquitectos, siendo Jordi Bonet i Armengol director de las obras desde 1987. En la decoración escultórica han trabajado artistas como Llorenç y Joan Matamala, Carles Mani, Jaume Busquets, Joaquim Ros i Bofarull, Etsuro Sotoo y Josep Maria Subirachs, autor de la decoración de la fachada de la Pasión.

Durante los últimos años de su vida, aparte de su dedicación a la Sagrada Familia, sólo intervino en pequeños proyectos que no fueron llevados a término: en 1916, al morir el obispo de Vic Josep Torras i Bages, amigo de Gaudí, proyectó un monumento en homenaje al clérigo, que pensó instalar frente a la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia. Realizó un boceto del proyecto, que finalmente no se llevó a cabo, y se realizó un busto de yeso del obispo Torras, obra de Joan Matamala bajo las órdenes de Gaudí; instalado en la Sagrada Familia –habría formado parte del monumento–, fue destruido en 1936.[138] Otro proyecto de monumento conmemorativo, igualmente irrealizado, fue el dedicado a Enric Prat de la Riba, que se habría situado en Castellterçol, lugar de nacimiento del político catalán. El proyecto data de 1918, y habría consistido en una alta torre con dos pórticos y una aguja rematada en una estructura de hierro de la que pendería la bandera catalana. El dibujo del proyecto fue de Lluís Bonet i Garí, ayudante de Gaudí.[139]

En 1922 recibió Gaudí un encargo de parte del padre franciscano Angélico Aranda de una iglesia dedicada a la Asunción en Rancagua (Chile).[140] Gaudí se excusó diciendo que ocupaba su tiempo en exclusiva a la Sagrada Familia, pero envió a Chile unos bocetos de la capilla de la Asunción que había proyectado para el ábside de la Sagrada Familia, que más o menos coincidían un poco con los solicitado por el padre Aranda. Lamentablemente este proyecto tampoco se llevó a cabo, aunque en la actualidad existe la intención de retomarlo –por parte del arquitecto chileno Christian Matzner–, y construir por fin una obra diseñada por Gaudí en el Nuevo Continente.[141]

Ese mismo año Gaudí recibió una consulta para la construcción de una estación monumental de trenes para Barcelona (la futura Estación de Francia). Gaudí sugirió una estructura de hierro en forma de gran toldo suspendido, solución original bastante adelantada a su época; quizá por ello, el proyecto arredró a los ingenieros encargados, que declinaron el ofrecimiento de Gaudí. Los últimos proyectos conocidos del arquitecto son el de una capilla para la Colonia Calvet en Torelló, de 1923, y el de un púlpito para Valencia (se desconoce el lugar exacto), de 1924. Desde entonces Gaudí trabajó ya exclusivamente para la Sagrada Familia, hasta el fatídico día del accidente que le causó la muerte.

[editar] Principales obras de Gaudí

ObraCronologíaUbicación
Cooperativa Obrera Mataronense1878-1882Mataró
El Capricho1883-1885Comillas
Casa Vicens1883-1888Barcelona
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia1883-1926Barcelona
Pabellones Güell1884-1887Barcelona
Palacio Güell1886-1890Barcelona
Colegio de las Teresianas1888-1889Barcelona
Palacio Episcopal de Astorga1889-1915Astorga
Casa Botines1891-1894León
Bodegas Güell1895-1897Sitges
Casa Calvet1898-1900Barcelona
Torre Bellesguard1900-1909Barcelona
Parque Güell1900-1914Barcelona
Casa Batlló1904-1906Barcelona
Jardines de Can Artigas1905-1906La Pobla de Lillet
Casa Milà1906-1910Barcelona
Cripta de la Colonia Güell1908-1915Colonia Güell (Santa Coloma de Cervelló)

[editar] Colaboradores de Gaudí

Reproducción del taller de Gaudí en la Sagrada Familia. Destruido en 1936, se hizo esta recreación a partir de fotografías.

La ingente tarea a la que hizo frente Gaudí –no en cantidad de obras, pero sí en la complejidad de las mismas, cuidadas hasta el último detalle– hizo que necesitase la colaboración de un gran número de ayudantes, tanto arquitectos como artesanos y profesionales de todos los sectores. Gaudí siempre marcaba las pautas de trabajo, pero dejaba margen de maniobra a las capacidades individuales de todos sus colaboradores. Prueba de su maestría tanto en el oficio como en las relaciones humanas es que supo aglutinar un gran número de profesionales, todos con distintas idiosincrasias y formas de trabajar, y crear un equipo integrado y perfectamente estructurado.[142]

Entre sus colaboradores destacan:

[editar] Patrimonio de la Humanidad

Artículo principal: Obras de Antoni Gaudí

Varias de las obras de Gaudí han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: en 1984[143] el Parque Güell, el Palacio Güell y la Casa Milà; y en 2005[144] la fachada del Nacimiento, la cripta y el ábside de la Sagrada Familia, la Casa Vicens y la Casa Batlló en Barcelona, junto con la cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló.

La declaración de Patrimonio Mundial de estas obras de Gaudí supone reconocer su valor universal excepcional. Así fue razonado por la UNESCO:[145]

  • La obra de Antoni Gaudí representa una contribución creativa excepcional y notable en el desarrollo de la arquitectura y de la construcción del final del siglo XIX y de principios del siglo XX.
  • El trabajo de Gaudí representa un importante intercambio de valores, estrechamente asociado a las corrientes culturales y artísticas de su tiempo representadas por el Modernismo catalán. Ha anticipado e influido sobre un buen número de formas y de técnicas que han jugado su papel en el desarrollo de la construcción moderna del siglo XX.
  • La obra de Gaudí incluye varios ejemplos notables de la tipología de construcción en la arquitectura del principio del siglo XX, tanto residencial como pública, en el desarrollo de la cual ha realizado una significativa y creativa contribución.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Existe cierta polémica sobre si nació en Reus o en Riudoms, localidad cercana a Reus de donde era originaria su familia paterna. Sin embargo, la mayoría de especialistas se inclinan por Reus: "Gaudí nació, según la mayor parte de versiones, en la calle San Juan, junto a la plaza Prim de Reus (...) Sin embargo, más tarde Gaudí dejó maliciosamente abiertas esas puertas al dar a entender que, de hecho, podía haber nacido en el taller de su padre, apenas traspuesto el límite del término municipal de Riudoms". Gijs Van Hensbergen, Antoni Gaudí, p. 33-35.
  2. Eduardo Daniel Quiroga y Eduardo Alberto Salomón. «Gaudí: Mecánica y forma de la naturaleza». Consultado el 29-08-2008.
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  4. Joan Castellar-Gassol, Gaudí, la vida d'un visionari, p. 13.
  5. Casi hasta 1915 Gaudí consignó en todos sus documentos como lugar de nacimiento Reus, pero a partir de entonces se declaró hijo de Riudoms; el motivo podría ser el despecho por el rechazo de su proyecto de restauración del santuario de la Misericordia de Reus. Joan Bassegoda, El gran Gaudí, p. 552.
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  103. Mª Antonietta Crippa, Gaudí, p. 37.
  104. Joan Bassegoda, Gaudí o espacio, luz y equilibrio, p. 155.
  105. Joan Bassegoda, El gran Gaudí, p. 333.
  106. Algunos expertos opinan que la autoría de las Bodegas es íntegramente de Berenguer, pero la mayoría se inclinan por su adjudicación a Gaudí, tanto por su estilo como por sus soluciones estructurales, estilísticas y de materiales empleados, considerando igualmente la comitencia del conde Güell, amigo de Gaudí, y el hecho de que Berenguer no tenía el título de arquitecto, por lo que no podía firmar planos. Joan Bassegoda, Gaudí o espacio, luz y equilibrio, p. 91-100.
  107. Joan Bassegoda, Gaudí o espacio, luz y equilibrio, p. 165.
  108. Mª Antonietta Crippa, Gaudí, p. 49.
  109. Joan Bergós, Gaudí, l'home i l'obra , p. 60.
  110. Ana Mª Férrin, Gaudí, de piedra y fuego, p. 241.
  111. Joan Bassegoda, El gran Gaudí, p. 375.
  112. Gijs Van Hensbergen, Antoni Gaudí, p. 272.
  113. Joan Bassegoda, El gran Gaudí, p. 425.
  114. Joan Bassegoda, Gaudí o espacio, luz y equilibrio, p. 176.
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  118. Rainer Zerbst, Antoni Gaudí, p. 221.
  119. Joan Bassegoda, Gaudí o espacio, luz y equilibrio, p. 184.
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[editar] Bibliografía

[editar] Enlaces externos

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HISTORIA11: ALBERTO DURERO. Alberto Durero (en alemán Albrecht Dürer) (Núremberg, 21 de mayo de 1471 - Núremberg, 6 de abril de 1528) es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte, que ejercieron una profunda influencia en los artistas del siglo XVI de su propio país y de los Países Bajos.

Alberto Durero

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Alberto Durero
Durer self portarit 28.jpg
Autorretrato (1500)
Nombre de nacimientoAlbrecht Dürer
Nacimiento21 de mayo de 1471
Núremberg, Banner of the Holy Roman Emperor (after 1400).svg Sacro Imperio (Actual Flag of Germany.svg Alemania)
Fallecimiento6 de abril de 1528 (56 años)
Núremberg, Banner of the Holy Roman Emperor (after 1400).svg Sacro Imperio (Actual Flag of Germany.svg Alemania)
NacionalidadRomano-Germana (alemana)

Alberto Durero (en alemán Albrecht Dürer) (Núremberg, 21 de mayo de 1471 - Núremberg, 6 de abril de 1528) es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte, que ejercieron una profunda influencia en los artistas del siglo XVI de su propio país y de los Países Bajos.

Contenido

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[editar] Vida y obra

Durero nació el 21 de mayo de 1471 en Núremberg, ciudad a la que estuvo íntimamente unido. Su padre, Alberto Durero el Viejo, era un orfebre húngaro que emigró a tierras germanas y el primer maestro de su hijo. De su primera formación, el joven Durero heredó el legado del arte alemán del siglo XV, en el que estaba muy presente la pintura flamenca del gótico tardío. Los artistas alemanes no tenían dificultad en adaptar su propia tradición gótica a la de artistas flamencos, como Robert Campin, Jan van Eyck y, sobre todo, Rogier van der Weyden.

El concepto empírico del mundo de la gente del norte (fundamentado más en la observación que en la teoría) era el nexo común. Durante el siglo XVI, el fortalecimiento de lazos con Italia a través del comercio y la difusión de las ideas de los humanistas italianos por el norte de Europa infundieron nuevas ideas artísticas al mundo del arte alemán, de tradición más conservadora.

Para los artistas alemanes resultaba difícil conciliar su imaginería medieval -representada con ricas texturas, colores brillantes y figuras con gran lujo de detalle- con el énfasis que los artistas italianos ponían en la antigüedad clásica, los temas mitológicos y las figuras idealizadas. La tarea que Durero se planteó fue la de proveer a sus compatriotas de un modelo con el que pudieran combinar el interés empírico por los detalles naturalistas con los aspectos más teóricos del arte italiano.

En su abundante correspondencia -especialmente en las cartas al humanista Willibald Pirckheimer, amigo suyo toda la vida- y en diversas publicaciones, Durero hacía hincapié en que la geometría y las medidas eran la clave para el entendimiento del arte renacentista italiano y, a través de él, del arte clásico.

En la lista de amigos de Durero estaba el austriaco Johann Stabius, autor que le proporcionó los conocimientos y detalles sobre la construcción de relojes solares. Entre las notas que dejó en su diario, cabe mencionar una descripción de una pesadilla que tuvo una noche de Pentecostés en 1525, donde veía caer trombas de agua del cielo. Marguerite Yourcenar hizo un interesante análisis en su libro El tiempo, gran escultor.

Desde aproximadamente 1507 hasta su muerte tomó notas y realizó dibujos para su tratado más conocido, Vier Bücher von menschlicher Proportion (Cuatro libros sobre las proporciones humanas, publicado póstumamente en 1528). Sin embargo, otros artistas contemporáneos suyos, con una orientación de tipo más visual que literaria, pusieron mayor atención en sus grabados, tanto en planchas de cobre como xilografías, que en sus escritos dirigidos a orientarlos en la modernización de su arte con desnudos de corte clásico y temas idealizados, propios del Renacimiento italiano.

[editar] Aprendizaje y primer viaje

Jacobo, cabeza de la familia Fugger que apadrinó a Durero (obra del artista).
Anciana con monedero (1507), Kunsthistorisches Museum de Viena.
Estudio de manos, 1508.
Carlomagno, 1512.

Después de estudiar con su padre, Durero entró con 14 años como aprendiz del pintor y grabador Michael Wolgemut.

Entre 1488 y 1493, el taller de Wolgemut se dedicó a la considerable tarea de realizar numerosas xilografías para ilustrar la Crónica de Núremberg (1493) de Hartmann Schedel, y es probable que Durero recibiera una instrucción exhaustiva de cómo hacer los dibujos para las planchas de madera. Durante toda la época renacentista, el sur de Alemania fue centro de muchas publicaciones y era común que los pintores estuvieran también calificados para realizar xilografías y grabados para ellas.

Como era costumbre entre los jóvenes que habían acabado su periodo de aprendizaje, Durero emprendió un viaje de estudios en 1490. En 1492 llegó a Colmar, donde intentó entrar en el taller del pintor y grabador alemán Martin Schongauer que, cosa que no sabía Durero, había muerto en 1491.

Los hermanos de Schongauer le aconsejaron que se dirigiera al centro de publicaciones de Basilea, en Suiza, para buscar trabajo. En Basilea y después en Estrasburgo, Durero realizó ilustraciones para varias publicaciones, entre las que se encuentra Das Narrenschiff de Sebastian Brant en 1494 (traducida en 1507 como La nave de los locos). Durante esta primera etapa de su vida, comprendida entre su aprendizaje y su regreso a Núremberg en 1494, su arte refleja una enorme facilidad en el trazado del dibujo y una minuciosa observación del detalle. Dichas cualidades son especialmente evidentes en una serie de autorretratos, entre los que se encuentra uno de sus dibujos más antiguos (1484, Albertina, Viena) que hizo a la edad de 13 años, un retrato de expresión seria dibujado en 1491 (Colecciones de la Universidad, Erlangen, Alemania), y otro retrato en el que aparece como un joven seguro de sí mismo (1493, Museo del Louvre).

[editar] Primer viaje a Italia

Después de casarse con Agnes Frey en Núremberg en 1494, Durero viajó a Italia. Allí realizó acuarelas de paisajes con gran minuciosidad de detalle, probablemente durante su viaje de regreso, como por ejemplo una vista del castillo de Trento (National Gallery, Londres). Durante los diez años siguientes en Núremberg, desde 1495 hasta 1505, produjo un gran número de grabados que le ayudaron a asentar su fama. Entre ellos destaca la serie del Apocalipsis (1498), Baño de hombres, Sansón con el león, La gran fortuna (1501-1502) y La caída del hombre (1504). Éstas y otras obras de este periodo muestran, en su conjunto, una maestría técnica cada vez mayor en el arte de la xilografía y el grabado, un manejo de las proporciones humanas basado en los textos del tratadista romano Vitrubio y una brillante capacidad para incorporar detalles de la naturaleza en obras que reflejan el entorno con gran realismo.

En 1498 pintó su Autorretrato (Museo del Prado, Madrid) y en 1500 el de la Pinacoteca Antigua de Múnich, en el que se representa con las características que habitualmente se atribuyen a Cristo y expresa de forma visual la preocupación que demostró durante toda su vida por elevar la categoría del artista por encima de la del mero artesano.

[editar] Segundo viaje a Italia

Durero volvió a viajar a Italia entre 1505 y 1507. En Venecia conoció al gran maestro Giovanni Bellini y a otros artistas, y la Fundación de Comerciantes Alemanes (Fondaco dei Tedeschi) le encargó una obra importante: el retablo de La fiesta del Rosario (1506, Museo Nacional de Praga).

En 1507 regresó a Núremberg, donde comenzó un segundo periodo de una ingente producción artística con obras como el retablo para la iglesia de los Dominicos de Fráncfort del Meno (1508-1509, destruido en un incendio en 1729), la tabla de la Adoración de la Trinidad (1508-1511, Museo de Historia del Arte, Viena), las tablas de Adán y Eva (1507, Museo del Prado), retratos y numerosos grabados, entre los que se encuentran dos series de la Pasión (la Gran Pasión y la Pequeña Pasión), otra sobre La Vida de la Virgen, un Arco del triunfo grabado en varias planchas de madera, encargo del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Maximiliano I, y tres imágenes magistrales: El caballero, la Muerte y el Diablo (1513), San Jerónimo en su celda (1514) y La melancolía (1514). Mediante el grabado de línea Durero consiguió crear diferentes gamas de sombreado y texturas con las que logró plasmar formas tridimensionales con una maestría nunca antes superada.

Es acogido por la familia Fugger, de cuyos miembros realiza algunos retratos.

[editar] Último viaje y últimas obras

En 1520 Durero se enteró de que Carlos I, sucesor de Maximiliano I, iba a viajar desde España a Aquisgrán para ser coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Durero había recibido una pensión anual por parte de Maximiliano y tenía la intención de que Carlos I mantuviera esa asignación. Emprendió el viaje a Aquisgrán, que financió vendiendo grabados y otras obras durante el trayecto, y de allí pasó a los Países Bajos entre 1520 y 1521. Su diario nos proporciona un fascinante relato de estos viajes, de las audiencias de los monarcas y de los recibimientos que le brindaron sus compañeros artistas, como Lucas van Leyden, especialmente en Amberes.

Resultó muy satisfactoria su audiencia con Carlos I. Regresó a Núremberg, donde habría de permanecer hasta su muerte, el 6 de abril de 1528. Sus últimas obras son dos grandes tablas en las que están representados Cuatro apóstoles (hacia 1526, Alte Pinakothek Múnich), que ofreció como regalo a la ciudad de Núremberg.

La calidad de la obra de Durero, la cantidad prodigiosa de su producción artística y la influencia que ejerció sobre sus contemporáneos fueron de una importancia enorme para la historia del arte. En un contexto más amplio, su interés por la geometría y las proporciones matemáticas, su profundo sentido de la historia, sus observaciones de la naturaleza y la conciencia que tenía de su propio potencial creativo son una demostración del espíritu de constante curiosidad intelectual del Renacimiento.

[editar] Obras

Las obras más conocidas de Durero son:

Durero.

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

HISTORIA11: JOSEPH SAURIN. Joseph Saurin (Courthézon, Provenza; 1655 - París; 1736), matemático francés.

Joseph Saurin

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Joseph Saurin (Courthézon, Provenza; 1655 - París; 1736), matemático francés.

Publicó numerosas memorias y fue uno de los más firmes defensores del cálculo infinitesimal. Determinó las tangentes en los puntos débiles de las curvas algebraicas.

HISTORIA11: CLAUDE GASPARD BACHET DE MÉZIRIAC. Claude Gaspard Bachet de Méziriac (9 de octubre de 1581 - 26 de febrero de 1638) fue un matemático francés nacido en la localidad gala de Bourg-en-Bresse.

Claude Gaspard Bachet de Méziriac

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Página de la edición de 1621 del Diophantus' Arithmetica, traducido al latín por Claude Gaspard Bachet de Méziriac.

Claude Gaspard Bachet de Méziriac (9 de octubre de 1581 - 26 de febrero de 1638) fue un matemático francés nacido en la localidad gala de Bourg-en-Bresse.

Fue pupilo del matemático jesuíta Jacques de Billy en el colegio que la orden poseía en Reims. Entre ellos surgió una gran amistad.

Es el autor de los Problèmes plaisants, cuya primera edición ve la luz en 1612, una versión más completa y extensa será publicada en 1642. Contienen una interesante colección de trucos y curiosidades aritméticas, muchas de las cuales son mencionadas en la obra de matemáticos posteriores como W. W. Rouse Ball. También es el autor de Les éléments arithmétiques, así como de una traducción del griego al latín de la Arithmetica de Diofanto, (1621). Pierre de Fermat hizo su famosa anotación marginal en uno de estos preciosos ejemplares, en el que dijo "haber encontrado una gran luz".

Fue el primer autor que analizó la solución de ecuaciones indeterminadas mediante fracciones continuas. También trabajó en la Teoría de números, y encontró un método para la construcción de cuadrados mágicos. Algunas fuentes fiables le otorgan la creación de la Identidad de Bézout.

Se casó en 1612 y en 1635 fue nombrado miembro de la Academia de las Ciencias francesa.

HISTORIA11: GOTTFRIED LEIBNIZ. Gottfried Wilhelm von Leibniz[1] (Leipzig, 1 de julio de 1646 - Hannover, 14 de noviembre de 1716) fue un filósofo, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.

Gottfried Leibniz

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Gottfried Leibniz.

Gottfried Wilhelm von Leibniz[1] (Leipzig, 1 de julio de 1646 - Hannover, 14 de noviembre de 1716) fue un filósofo, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.

Fue uno de los grandes pensadores del siglo XVII y XVIII, y se le reconoce como "El último genio universal". Realizó profundas e importantes contribuciones en las áreas de metafísica, epistemología, lógica, filosofía de la religión, así como a la matemática, física, geología, jurisprudencia e historia. Incluso Denis Diderot, el filósofo deísta francés del siglo XVIII, cuyas opiniones no podrían estar en mayor oposición a las de Leibniz, no podía evitar sentirse sobrecogido ante sus logros, y escribió en la Enciclopedia: "Quizás nunca haya un hombre leído tanto, estudiado tanto, meditado más, y escrito más que Leibniz... Lo que ha elaborado sobre el mundo, sobre Dios, la naturaleza y el alma es de la más sublime elocuencia. Si sus ideas hubiesen sido expresadas con el olfato de Platón, el filósofo de Leipzig no cedería en nada al filósofo de Atenas."[2] De hecho, el tono de Diderot es casi de desesperanza en otra observación, que contiene igualmente mucho de verdad: "Cuando uno compara sus talentos con los de Leibniz, uno tiene la tentación de tirar todos sus libros e ir a morir silenciosamente en la oscuridad de algún rincón olvidado." La reverencia de Diderot, contrasta con los ataques que otro importante filósofo, Voltaire, lanzaría contra el pensamiento filosófico de Leibniz; a pesar de reconocer la vastedad de la obra de éste, Voltaire sostenía que en toda ella no había nada útil que fuera original, ni nada original que no fuera absurdo y risible.

Ocupa un lugar igualmente importante tanto en la historia de la filosofía como en la de las matemáticas. Descubrió el cálculo infinitesimal, independientemente de Newton, y su notación es la que se emplea desde entonces. También descubrió el sistema binario, fundamento de virtualmente todas las arquitecturas de las computadoras actuales. Fue uno de los primeros intelectuales europeos que reconocieron el valor y la importancia del pensamiento chino y de la China como potencia desde todos los puntos de vista.

Junto con René Descartes y Baruch Spinoza, es uno de los tres grandes racionalistas del siglo XVII. Su filosofía se enlaza también con la tradición escolástica y anticipa la lógica moderna y la filosofía analítica. Leibniz también hizo contribuciones a la tecnología, y anticipó nociones que aparecieron mucho más tarde en biología, medicina, geología, teoría de la probabilidad, psicología, ingeniería y ciencias de la información. Sus contribuciones a esta vasta lista de temas está desperdigada en diarios y en decenas de miles de cartas y manuscritos no publicados. Hasta el momento, no se ha realizado una edición completa de sus escritos, y por ello no es posible aún hacer un recuento integral de sus logros.

Contenido

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[editar] Biografía

Breve esbozo de la vida y obra de Leibniz:

[editar] Primeros años

Gottfried Leibniz nació el 1 de julio de 1646 en Leipzig, dos años antes del final de la Guerra de los treinta años, hijo de Friedrich Leibniz, jurista y profesor de filosofía moral en la Universidad de Leipzig y Catherina Schmuck, hija de un profesor de leyes. Ya adulto, frecuentemente firmaba como "von Leibniz" y numerosas ediciones póstumas de sus obras lo nombran como "Freiherr [Barón] G. W. von Leibniz"; sin embargo, no se ha encontrado documento alguno que confirme que se le haya extendido un título nobiliario.[3] Su padre falleció cuando tenía seis años, de modo que su educación quedó en manos de su madre, de su tío y, según sus propias palabras, de sí mismo. Al morir su padre, dejó una biblioteca personal de la que Leibniz pudo hacer uso libremente a partir de los siete años, y procedió a beneficiarse de su contenido, en particular los volúmenes de historia antigua y de los Padres de la Iglesia. Para cuando tenía 12 años había aprendido por sí mismo latín, el cual utilizó durante el resto de su vida, y había empezado a estudiar griego. En 1661, a la edad de 14 años, ingresó a la Universidad de Leipzig y completó sus estudios a los 20 años, especializándose en leyes y mostrando dominio de los clásicos, lógica y filosofía escolástica. Sin embargo, su educación en matemáticas no estaba a la altura de franceses o británicos. En 1666 publicó su primer libro, y publicó también su tesis de habilitación Sobre el arte de las combinaciones. Cuando la universidad declinó el asegurarle un puesto docente en leyes tras su graduación, Leibniz optó por entregar su tesis a la Universidad de Altdorf y obtuvo su doctorado en cinco meses. Declinó después la oferta de un puesto académico en Altdorf y dedicó el resto de su vida al servicio de dos prominentes familias de la nobleza alemana.

[editar] 1666–1674

El primer puesto de Leibniz fue como alquimista asalariado en Núremberg, aunque no tenía ningún conocimiento sobre el tema. Entró en contacto con Johann Christian von Boineburg (1622–1672), antiguo Ministro en Jefe del Elector de Maguncia, Johann Philipp von Schönborn, quien lo contrató como asistente y poco después lo presentó con el Elector, tras reconciliarse con él. Leibniz le dedicó un ensayo al Elector con la esperanza de obtener un empleo. La estrategia funcionó, pues el Elector le solicitó ayuda para una nueva redacción del código legal de su Electorado, y en 1669 Leibniz fue nombrado Asesor de la Corte de Apelaciones. Aunque von Boineburg murió en 1672, Leibniz permaneció al servicio de su viuda hasta 1674.

Von Boineburg hizo mucho en promover la reputación de Leibniz, y su servicio con el Elector pronto tomó un rol más diplomático. Publicó un ensayo bajo el seudónimo ficticio de un noble polaco, en el que argumentaba (sin éxito) en favor del candidato alemán a lo corona polaca. El principal factor en la geopolítica europea durante su vida adulta fueron las ambiciones de Luis XIV de Francia, respaldadas por su ejército y su poderío económico. La Guerra de los treinta años había dejado exhausta a la Europa de habla alemana, además de fragmentada y económicamente atrasada. Leibniz propuso protegerla distrayendo a Luis XIV de la siguiente manera: Se invitaría a Francia a tomar Egipto como un primer paso hacia una eventual conquista de las Indias Orientales Holandesas. A cambio Francia, se comprometería a no perturbar a Alemania ni a Holanda. El plan recibió un apoyo cauteloso del Elector. En 1672 el gobierno francés invitó a Leibniz a París para su discusión, pero el plan se vio pronto superado por los acontecimientos y se tornó irrelevante. La fracasada invasión de Napoleón a Egipto puede interpretarse como una realización involuntaria del plan de Leibniz.

De esta forma Leibniz inició una estancia de varios años en París, durante la cual incrementó considerablemente sus conocimientos de matemáticas y física y empezó a realizar contribuciones en ambas. Conoció a Malebranche y a Antoine Arnauld, el principal filósofo francés de la época, y estudió los escritos de Descartes y de Pascal, tanto los publicados como los no publicados. Entabló amistad con el matemático alemán Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, con el cual mantuvo correspondencia hasta el final de su vida. Especialmente oportuno fue el conocer al físico y matemático holandés Christiaan Huygens, quien por entonces también se encontraba en París. Al llegar a París, Leibniz recibió un duro despertar, pues sus conocimientos de física y matemáticas eran fragmentarios. Con Huygens como mentor, inició un programa autodidacta que pronto resultó en la realización de grandes contribuciones en ambos campos, incluyendo el descubrimiento de su versión del cálculo diferencial y su trabajo en las series infinitas.

A principios de 1673, cuando estuvo claro que Francia no llevaría adelante su parte del plan egipcio de Leibniz, el Elector envió a su sobrino, escoltado por Leibniz, en una misión relacionada ante el gobierno británico. En Londres Leibniz conoció a Henry Oldenburg y a John Collins. Después de demostrar ante la Royal Society una máquina calculadora que había estado diseñando y construyendo desde 1670, la primera máquina de este tipo que podía ejecutar las cuatro operaciones aritméticas básicas, la Sociedad lo convirtió en miembro externo. La misión concluyó abruptamente al recibir la noticia de la muerte del Elector. Leibniz regresó inmediatamente a París y no a Maguncia, como tenía planeado.

La muerte repentina de los dos mecenas de Leibniz en el mismo invierno significó que debía buscar una nueva opción para su carrera. A este respecto, fue oportuna una invitación del Duque de Brunswick en 1669 para visitar Hanover. Leibniz declinó la invitación, pero empezó a escribirse con el Duque en 1671. En 1673 el Duque le ofreció un puesto de Consejero, el cual aceptó con renuencia dos años más tarde, sólo después de que estuvo claro que no obtendría ningún empleo en París (cuyo estímulo intelectual apreciaba) o en la corte imperial de los Habsburgo.

[editar] Casa de Hanover 1676–1716

Leibniz logró retrasar su arribo a Hanover hasta finales de 1676, después de otro breve viaje a Londres, donde posiblemente le mostraron algunas de las obras sin publicar de Newton, aunque la mayor parte de los historiadores de las matemáticas afirman ahora que Newton y Leibniz desarrollaron sus ideas de forma independiente: Newton desarrolló las ideas primero y Leibniz fue el primero en publicarlas. En el viaje de Londres a Hanover Leibniz se detuvo en La Haya, donde conoció a Leeuwenhoek, quien mejoró el microscopio y descubrió los microorganismos. Igualmente dedicó Leibniz varios días de intensa discusión con Spinoza, quien recién había concluido su obra maestra, Ética. Leibniz sentía respeto por el poderoso intelecto de Spinoza, pero estaba consternado por sus conclusiones, que contradecían la ortodoxia cristiana.

En 1677 fue promovido, por su propia petición, a Consejero Privado de Justicia, cargo que mantuvo durante el resto de su vida. Leibniz sirvió a tres gobernantes consecutivos de la Casa de Brunswick como historiador, consejero político y como bibliotecario de la Biblioteca Ducal. Desde entonces empleó su pluma en los diversos asuntos políticos, históricos y teológicos que involucraban a la Casa de Brunswick; los documentos resultantes constituyen una parte valiosa de los registros históricos del período.

Entre las pocas personas que acogieron a Leibniz en el norte de Alemania se contaban la Electora, su hija Sophia de Hanover (1630–1714), la Reina de Prusia y su discípulo confeso, y Carolina de Ansbach, la consorte de su nieto, el futuro Jorge II. Para cada una de estas mujeres, Leibniz fue correspondiente, consejero y amigo. Cada una de ellas lo acogió con más calidez de lo que lo hicieron sus respectivos esposos y el futuro rey Jorge I de Gran Bretaña.[4]

Hanover contaba entonces sólo con unos 10,000 habitantes y su provincianismo desagradaba a Leibniz. Sin embargo, ser un cortesano importante en la Casa de Brunswick constituía un gran honor, especialmente en vista del meteórico ascenso en el prestigio de dicha Casa mientras duró la relación de Leibniz con ella. En 1692, el Duque de Brunswick se convirtió en Elector hereditario del Sacro Imperio Romano. La Ley de Asentamiento de 1701 designó a la Electora Sofía y a su descendencia como la familia real del Reino Unido, una vez que tanto el Rey Guillermo III como su cuñada y sucesora, la Reina Ana, estuvieran muertos. Leibniz participó en las iniciativas y negociaciones que condujeron a la Ley, pero no siempre de manera eficaz. Por ejemplo, algo que publicó en Inglaterra, pensando que promovería la causa de Brunswick, fue formalmente censurado por el Parlamento Británico.

Los Brunswick toleraron los enormes esfuerzos que dedicaba Leibniz a sus proyectos intelectuales sin relación con sus deberes de cortesano, proyectos tales como el perfeccionamiento del cálculo, sus escritos sobre matemática, lógica, física y filosofía, y el mantenimiento de una vasta correspondencia. Empezó a trabajar en cálculo en 1674, y para 1677 tenía ya entre manos un sistema coherente, pero no lo publicó sino hasta 1684. Sus documentos más importantes de matemáticas fueron publicados entre 1682 y 1692, por lo general en una revista que él y Otto Mencke habían fundado en 1682, la Acta Eruditorum. Dicha revista jugó un papel clave en los progresos de su reputación científica y matemática, la cual a su vez incrementó su eminencia en la diplomacia, en historia, en teología y en filosofía.

El Elector Ernesto Augusto le comisionó a Leibniz una tarea de enorme importancia, la historia de la Casa de Brunswick, remontándose a la época de Carlomagno o antes, con la esperanza de que el libro resultante ayudaría a sus ambiciones dinásticas. Entre 1687 y 1690 Leibniz viajó extensamente por Alemania, Austria e Italia en busca de materiales de archivo de relevancia para este proyecto. Pasaron las décadas y el libro no llegaba, de modo que el siguiente Elector se mostró bastante molesto ante la evidente falta de progresos. Leibniz nunca concluyó el proyecto, en parte debido a su enorme producción en otros frentes, pero también debido a su insistencia en escribir un libro meticulosamente investigado y erudito basado en fuentes de archivo. Sus patrones habrían quedado bastante satisfechos con un breve libro popular, un libro que fuera quizás un poco más que una genealogía comentada, a ser completada en tres años o menos. Nunca supieron que, de hecho, había llevado a cabo un buena parte de la tarea asignada: cuando los escritos de Leibniz se publicaron en el siglo XIX, el resultado fueron tres volúmenes.

En 1711 John Keill, al escribir en la revista de la Real Sociedad de Londres y, con la supuesta bendición de Newton, acusó a Leibniz de haber plagiado el cálculo de Newton, dando inicio de esta manera a la disputa sobre la paternidad del cálculo. Se inició una investigación formal por parte de la Real Sociedad (en la cual Newton fue participante reconocido) en respuesta a la solicitud de retracción de Leibniz, respaldando de esta forma las acusaciones de Keill. Ese mismo año, durante un viaje por el norte de Europa, el zar ruso Pedro el Grande se detuvo en Hanover y se reunió con Leibniz, quien después mantuvo interés por los asuntos rusos durante el resto de su vida. En 1712 Leibniz inició una residencia de dos años en Viena, donde se le nombró Consejero de la Corte Imperial de los Habsburgo. Tras la muerte de la Reina Ana en 1714, el Elector Georg Ludwig se convirtió en el Rey Jorge I de Gran Bretaña bajo los términos de la Ley de Asentamiento de 1711. Aunque Leibniz había hecho bastante para favorecer dicha causa, no habría de ser su hora de gloria. A pesar de la intervención de la Princesa de Gales Carolina de Ansbach, Jorge I le prohibió a Leibniz reunirse con él en Londres hasta que hubiera completado por lo menos un volumen de la historia de la familia Brunswick comisionada por su padre casi 30 años atrás. Además, la inclusión de Leibniz en su corte de Londres habría resultado insultante para Newton, quien era visto como el triunfador de la disputa sobre la prioridad del cálculo y cuya posición en los círculos oficiales británicos no podría haber sido mejor. Finalmente, su querida amiga y defensora, la dignataria Electora Sofía de Hanover, murió en 1714.

Leibniz falleció en Hanover en 1716: para entonces, estaba tan fuera de favor en la corte que ni Jorge I (quien se encontraba cerca de Hanover en ese momento) ni ningún otro cortesano, más que su secretario personal, asistieron al funeral. Aun cuando Leibniz era miembro vitalicio de la Real Sociedad y de la Academia de Ciencias de Berlín, ninguna de las dos entidades consideró conveniente honrar su memoria. Su tumba permaneció en el anonimato durante más de 50 años, hasta que Leibniz fue exaltado por Fontenelle, ante la Academia de Ciencias de París, la cual lo había admitido como miembro extranjero en 1700. La exaltación se redactó a petición de la Duquesa de Orleans, nieta de la Electora Sofía.

[editar] Obra

Leibniz escribió principalmente en tres idiomas: latín escolástico (ca. 40%), francés (ca. 35%) y alemán (menos de 25%). Durante su vida publicó muchos panfletos y artículos académicos, pero sólo dos libros filosóficos, De Ars combinatoria y la Théodicée. Publicó numerosos panfletos, con frecuencia anónimos, en nombre de la Casa de Brunswick, entre los que se destaca "De jure suprematum", una importante consideración sobre la naturaleza de la soberanía. Otro libro sustancial apareció póstumamente: su Nouveaux essais sur l'entendement humain (Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano), el cual había evitado publicar tras la muerte de John Locke. Solamente hasta 1895, cuando Bodemann completó su catálogo de los manuscritos y la correspondencia de Liebniz, se esclareció la enorme extensión de su Nachlass: aproximadamente 15,000 cartas a más de 1000 destinatarios, además de 40,000 items adicionales, sin contar que muchas de dichas cartas tienen la extensión de un ensayo. Gran parte de su vasta correspondencia, en particular las cartas fechadas después de 1685, permanecen sin publicar, y mucho de lo que se ha publicado lo ha sido apenas en décadas recientes. La cantidad, la variedad y el desorden de los escritos de Leibniz son el resultado predecible de una situación que él describió de la siguiente manera:

"No puedo terminar de decirles lo extraordinariamente distraído y disperso que soy. Estoy intentando hallar varias cosas en estos archivos; busco papeles antiguos y voy detrás de documentos sin publicar. Con esto espero arrojar alguna luz sobre la historia de la Casa de Brunswick. Recibo y respondo una inmensa cantidad de cartas. Al mismo tiempo tengo tantos resultados matemáticos, pensamientos filosóficos, y otras innovaciones literarias que no se debe permitir que se desvanezcan, que a menudo no sé por dónde comenzar". (1695, carta a Vincent Placcius en Gerhardt)

Las partes existentes de los escritos de Leibniz critical edition (véase la fotografía allí) están organizadas de la siguiente manera:

  • Serie 1. Correspondencia política, histórica y general. 21 vols. 1666-1701.
  • Serie 2. Correspondencia filosófica. 1 vol. 1663-1685.
  • Serie 3. Correspondencia matemática, científica y técnica. 6 vols. 1672-1696.
  • Serie 4. Correspondencia política, histórica y general. 21 vols. 1666-1701.
  • Serie 5. Escritos políticos. 6 vols. 1667-1698.
  • Serie 6. Escritos históricos y lingüísticos. Inactivo.
  • Serie 7. Escritos filosóficos. 7 vols. 1663-1690 y Nouveaux essais sur l'entendement humain.
  • Serie 8. Escritos científicos, médicos y técnicos. En preparación.

La catalogación de la totalidad de los Nachlass de Leibniz se inició en 1901. Dos guerras mundiales (con el holocausto judío de por medio, incluyendo a un empleado del proyecto y otras consecuencias personales) y décadas de división alemana (dos Estados divididos por una cortina de hierro, que separaron a los académicos y dispersaron también partes de su legado literario) obstaculizaron grandemente el ambicioso proyecto de edición que debe tratar con el empleo de siete idiomas en cerca de 200,000 páginas de material impreso. En 1985 fue reorganizado e incluido en un programa conjunto de academias federales y estatales alemanas. Desde entonces las ramas en Potsdam, Münster, Hannover y Berlín han publicado en conjunto 25 volúmenes de la edición crítica (hasta 2006), con un promedio de 870 páginas por volumen (comparado con los 19 volúmenes desde 1923), más la preparación de índices y la labor de concordancia.

[editar] Celebridad póstuma

Al momento de fallecer Leibniz, su reputación estaba en declive; se le recordaba únicamente por un libro, la Théodicée, cuyo supuesto argumento central fue caricaturizado por Voltaire en su Candide. La descripción que hizo Voltaire de la ideas de Leibniz fue tan influyente que muchos la tomaron como una descripción precisa (esta malinterpretación puede seguir ocurriendo entre ciertas personas legas). De modo que Voltaire tiene algo de responsabilidad en el hecho de que muchas de las ideas de Leibniz sigan sin ser comprendidas. Además, Leibniz tuvo un ardiente discípulo, el filósofo Christian Wolff, cuya apariencia dogmática y superficial contribuyó a dañar considerablemente la reputación de Leibniz. En cualquier caso, el movimiento filosófico se estaba apartando del racionalismo y de la construcción de sistemas del siglo XVII, del cual Leibniz había sido un gran exponente. Su trabajo en derecho, diplomacia e historia fue percibido como efímero en su interés, y la vastedad y la riqueza de su correspondencia se pasó por alto.

Gran parte de Europa llegó a dudar que hubiera descubierto el cálculo independientemente de Newton, y por ende se despreció la totalidad de su trabajo en matemáticas y física. Voltaire, quien admiraba a Newton, también escribió su Candide, al menos en parte para desacreditar la aseveración de Leibniz de su descubrimiento del cálculo y su opinión de que la teoría de la gravitación universal de Newton era incorrecta. El surgimiento de la relatividad y el trabajo subsiguiente en la historia de las matemáticas situaron la posición de Leibniz bajo una luz más favorable.

El largo recorrido de Leibniz hasta su gloria presente empezó con la publicación en 1765 de sus Nouveaux Essais, los cuales fueron leídos rigurosamente por Kant. En 1768 Dutens publicó la primera edición en varios volúmenes de la obra de Leibniz, seguidas en el siglo XIX por varias ediciones, incluyendo la de Erdmann, Foucher de Careil, Gerhardt, Gerland, Klopp y Mollat, así como la publicación de su correspondencia con personajes notables como Antoine Arnauld, Samuel Clarke, Sofía de Hanover y la hija de ésta, Sofía Carlota de Hanover.

En 1900 Bertrand Russell publicó un estudio crítico acerca de la metafísica de Leibniz, y poco después Louis Couturat publicó un importante estudio de Leibniz y editó un volumen de escritos hasta entonces no divulgados, principalmente de lógica. Aunque dichas conclusiones, especialmente las de Russell, se pusieron en duda y a menudo se desecharon, le dieron a Leibniz algo más de respetabilidad entre los filósofos analíticos y lingüísticos del siglo XX del mundo de habla inglesa (Leibniz había sido ya de gran influencia para varios alemanes, como Bernhard Riemann). Sin embargo, la literatura secundaria en habla inglesa sobre Leibniz no floreció realmente sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en la bibliografía de Brown.[5] Menos de treinta de las entradas en inglés se publicaron antes de 1946.

Nicholas Jolley (Jolley, 217–19) ha dicho que la reputación de Leibniz como filósofo es quizás ahora más alta de lo que lo fue en cualquier momento desde la época de Leibniz, por las siguientes razones:

En 1985 el gobierno alemán instituyó el Premio Leibniz, que anualmente entrega 1.55 millones de euros para resultados experimentales y 770,000 euros para resultados teóricos (el premio más importante a nivel mundial para las contribuciones científicas).

En 1970 la UAI decidió en su honor llamarle «Leibniz» a un astroblema ubicado en el hemisferio sur del lado oscuro de la Luna.[6] En 2006, la Universidad de Hanover fue nombrada "Gottfried Wilhelm Leibniz" en su honor

[editar] Filosofía

El pensamiento filosófico de Leibniz aparece de forma fragmentada, ya que sus escritos filosóficos consisten principalmente en una multitud de textos cortos: artículos de revistas, manuscritos publicados mucho después de su muerte y gran cantidad de cartas con personajes múltiples. Escribió únicamente dos tratados de filosofía, y el que se publicó durante su vida, la Théodicée de 1710, es tanto teológico como filosófico.

El propio Leibniz fecha su inicio como filósofo con su Discurso sobre la metafísica, el cual elaboró en 1686 como un comentario a una disputa entre Malebranche y Antoine Arnauld. Esto condujo a una extensa y valiosa disputa con Arnauld (Ariew & Garber|69, Loemker|§§36,38); dicho comentario y el discurso no se publicaron sino hasta el siglo XIX. En 1695 Leibniz realizó su entrada pública a la filosofía europea con un artículo titulado Nuevo sistema de la naturaleza y comunicación de las sustancias (Ariew & Garber, 138, Loemker, §47, Wiener, II.4). En el período 1695-1705 elaboró sus Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, un extenso comentario sobre An Essay Concerning Human Understanding (1690) de John Locke, pero al enterarse de la muerte de Locke en 1704 perdió el deseo de publicarlo, de modo que los Nuevos ensayos no se publicaron sino hasta 1765. La Monadologie, otra de sus obras importantes, compuesta en 1714 y publicada póstumamente, consta de 90 aforismos.

Leibniz conoció a Spinoza en 1676 y leyó algunos de sus escritos sin publicar, y se sospecha desde entonces que se apropió de algunas de sus ideas. A diferencia de Descartes, Leibniz y Spinoza tenían una educación filosófica rigurosa. La disposición escolástica y aristotélica de su mente revelan la fuerte influencia de uno de sus profesores en Leipzig, Jakob Thomasius, quien supervisó además su tesis de grado. Leibniz también leyó vorazmente a Francisco Suárez, un jesuita español, respetado incluso en las universidades luteranas. Tenía un profundo interés por los nuevos métodos y conclusiones de Descartes, Huygens, Newton y Boyle, pero observaba sus trabajos desde una perspectiva bastante influida por las nociones escolásticas. Sin embargo, sigue siendo notable el que sus métodos y preocupaciones anticipan con frecuencia la lógica y la filosofía analítica y lingüística del siglo XX.

[editar] Los principios

Leibniz recurría de forma libre a uno u otro de siete principios fundamentales (Mates 1986: 7.3, 9; y Mercer 2001: 473–84):

  • identidad/contradicción. Si una proposición es verdadera, entonces su negación es falsa, y viceversa.
  • Identidad de los indiscernibles. Dos cosas son idénticas si y sólo si comparten las mismas propiedades.
  • Principio de razón suficiente. "Debe existir una razón suficiente (a menudo sólo por Dios conocida) para que cualquier cosa exista, para que cualquier evento se produzca, para que cualquier verdad pueda obtenerse." (LL 717)
  • Armonía preestablecida.[7] "La naturaleza apropiada de cada sustancia hace que lo que le ocurre a una corresponda a lo que le ocurre a las otras, sin que sin embargo actúen entre ellas directamente." (Discurso sobre la metafísica, XIV). "Un vaso que se cae se hace añicos porque 'sabe' que ha tocado el suelo, y no porque el impacto con el suelo lo 'compela' a partirse."
  • Continuidad. Natura non facit saltum. Un concepto análogo en matemáticas a este principio sería el siguiente: Si una función describe una transformación o algo a lo cual se aplica la continuidad, entonces su dominio y su rango serán ambos conjuntos densos.
  • Optimismo. "Indudablemente Dios siempre elige lo mejor." (LL 311).
  • Plenitud. "El mejor de los mundos posibles actualizaría cada posibilidad genuina, y el mejor de los mundos posibles contendrá todas las posibilidades, con nuestra experiencia finita de la eternidad que no provee razones para disputar la perfección de la naturaleza."

Al segundo principio se le llama con frecuencia "la Ley de Leibniz" [1]. Dicho principio ha sido objeto de grandes controversias, en particular de la filosofía corpuscular y la mecánica cuántica.

[editar] Las mónadas

La contribución más importante de Leibniz a la metafísica es su teoría de las mónadas, tal como la expuso en la Monadologie. Las mónadas son al ámbito metafísico lo que los átomos al ámbito físico/fenomenal; las mónadas son los elementos últimos del universo. Son "formas del ser substanciales" con las siguientes propiedades: son eternas, no pueden descomponerse, son individuales, están sujetas a sus propias leyes, no son interactivas y cada una es un reflejo de todo el universo en una armonía preestablecida (un ejemplo históricamente importante de pansiquismo). Las mónadas son centros de fuerza;[8] la substancia es fuerza, mientras el espacio, la materia, y el movimiento son meramente fenomenales.

La esencia ontológica de una mónada es su simpleza irreductible. A diferencia de los átomos, las mónadas no poseen un carácter material o espacial. También difieren de los átomos en su completa independencia mutua, de modo que las interacciones entre mónadas son sólo aparentes. Por el contrario, en virtud del principio de la armonía preestablecida, cada mónada obedece un conjunto particular de "instrucciones" preprogramadas, de modo que una mónada "sabe" qué hacer en cada momento. (Estas "instrucciones" pueden entenderse como análogas a las leyes científicas que gobiernan a las partículas subatómicas.) En virtud de estas instrucciones intrínsecas, cada mónada es como un pequeño espejo del universo. Las mónadas son necesariamente "pequeñas"; e.g., cada ser humano constituye una mónada, en cuyo caso el libre albedrío se torna problemático. Igualmente, Dios es una mónada, y su existencia puede inferirse de la armonía prevaleciente entre las mónadas restantes; Dios desea la armonía preestablecida.

Su supone que las mónadas se han deshecho de lo problemático:

La monadología fue vista como arbitraria, excéntrica incluso, en la época de Leibniz y desde entonces.

[editar] La Teodicea y el optimismo

(Tener presente que el término "optimismo" es utilizado aquí en el sentido de óptimo, y no en el más común de la palabra, es decir estado de ánimo contrario al pesimismo).

La Teodicea intenta justificar las evidentes imperfecciones del mundo, afirmando que se trata del mejor de los mundos posibles. Tiene que ser el mejor y más equilibrado de los mundos posibles, ya que fue creado por un Dios perfecto. En Rutherford (1998) se encuentra un estudio académico detallado acerca de la Teodicea de Leibniz.

La concepción de "el mejor de los mundos posibles" toma su justificación bajo un Dios con capacidad ordenadora, no moralmente sino matemáticamente. Para Leibniz, este es el mejor de los mundos posibles, sin entender "mejor" de un modo moralmente bueno, sino matemáticamente bueno, ya que Dios, de las infinitas posibilidades de mundos, ha encontrado la más estable entre variedad y homogeneidad. Es el mundo matemática y físicamente más perfecto, ya que las combinaciones (sean moralmente buenas o malas, no importa) son las mejores posibles. Leibniz reescribe al final de este libro una fábula que viene a simbolizar esto mismo: la perfección matemática de este mundo real frente a todos los posibles, que siempre se encuentran en la imperfección y descompensación de hetereogeneidad y homogeneidad, siendo el infierno el máximo homogéneo (los pecados se repiten eternamente) y el paraíso el máximo heterogéneo.

La afirmación de que "vivimos en el mejor de los mundos posibles" le atrajo burlas, más notablemente de Voltaire, quien lo caricaturizó en su novela cómica Candide, al introducir un personaje el Dr. Pangloss (una parodia de Leibniz) que la repite como un mantra. De ahí proviene el adjetivo "panglosiano", para describir a alguien tan ingenuo como para creer que nuestro mundo es el mejor de los mundos posibles.

El matemático Paul de Bois-Reymond escribió, en sus Pensamientos de Leibniz sobre la ciencia moderna, que Leibniz pensaba en Dios como un matemático.

"Como se sabe, la teoría de máximos y mínimos de las funciones está en deuda con él por el progreso, gracias al descubrimiento del método de las tangentes. Pues bien, concibe a Dios en la creación del mundo como un matemático resolviendo un problema de mínimos, o más bien, en nuestra fraseología moderna, un problema en el cálculo de las variaciones — siendo la cuestión determinar, entre un número infinito de mundos posibles, aquél en el cual se minimiza la suma del mal necesario".

Una defensa cautelosa del optimismo de Leibniz recurriría a ciertos principios científicos que emergieron en los dos siglos desde su muerte y que están ahora establecidos: el principio de la menor acción, la conservación de la masa y la conservación de la energía.

[editar] Conocimiento

Percepción y apercepción. Las mónadas tienen percepciones. Pueden ser claras u oscuras. Las cosas tienen percepciones sin conciencia. Cuando las percepciones tienen claridad y conciencia y a un tiempo van acompañadas por la memoria, son apercepción, propia de las almas. Las humanas pueden conocer verdades universales y necesarias. Así, el alma es espíritu. En la cumbre de la escala de las mónadas está la divina. Una buena fuente para profundizar esto último se encuentra en la monadología.

Leibniz distingue entre verdades de razón y verdades de hecho. Las primeras son necesarias. Las segundas no se justifican "a priori", sin más. Dos y dos son cuatro es una verdad de razón. "Colón descubrió América" es una verdad de hecho, porque pudo haber sido de otra manera, es decir, "Colón no descubrió América". Pero Colón descubrió América porque ello estaba en su ser individual, Colón (mónada). Las verdades de hecho están incluidas en la esencia de la mónada. Pero solamente Dios conoce todas las verdades de hecho, porque en su omnisciencia y omnipotencia no puede haber distinciones de verdades de razón y de hecho de cada mónada. Sólo Dios puede comprender las verdades de hecho, pues ello presupone un análisis infinito.

Leibniz, en el orden del conocimiento, afirmará un tipo de innatismo. Todas las ideas sin exclusión proceden de la actividad interna que le es propia a cada mónada. Las ideas, por ello, son innatas. Leibniz se opondrá a Locke y a todo el empirismo inglés.

[editar] Principio de razón suficiente

El principio de razón suficiente, enunciado en su forma más acabada por Gottfried Leibniz en su Teodicea, afirma que no se produce ningún hecho sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo. De ese modo, sostiene que los eventos considerados azarosos o contingentes parecen tales porque no disponemos de un conocimiento acabado de las causas que lo motivaron.

El principio de razón suficiente es complementario del principio de no contradicción, y su terreno de aplicación preferente son los enunciados de hecho; el ejemplo tradicional es el enunciado "César pasó el Rubicón", del cual se afirma que, si tal cosa sucedió, algo debió motivarlo.

De acuerdo a la concepción racionalista, el principio de razón suficiente es el fundamento de toda verdad, porque nos permite establecer cuál es la condición —esto es, la razón— de la verdad de una proposición. Para Leibniz, sin una razón suficiente no se puede afirmar cuándo una proposición es verdadera. Y dado que todo lo que sucede sucede por algo, es decir, si todo lo que sucede responde siempre a una razón determinante, conociendo esa razón se podría saber lo que sucederá en el futuro. Éste es el fundamento de la ciencia experimental.

Sin embargo, dados los límites del intelecto humano, hemos de limitarnos a aceptar que nada ocurre sin razón, a pesar de que dichas razones muy a menudo no pueden ser conocidas por nosotros.

Una de las consecuencias generales para la física del principio de razón suficiente fue condensada por Leibniz en forma de aforismo: "En el mejor de los mundos posibles la naturaleza no da saltos y nada sucede de golpe", lo cual vincula dicho principio con el problema del continuo y de la infinita divisibilidad de la materia.

[editar] Matemática

Aunque la noción matemática de función estaba implícita en la trigonometría y las tablas logarítmicas, las cuales ya existían en sus tiempos, Leibniz fue el primero, en 1692 y 1694, en emplearlas explícitamente para denotar alguno de los varios conceptos geométricos derivados de una curva, tales como abscisa, ordenada, tangente, cuerda y perpendicular.[9] En el siglo XVIII, el concepto de "función" perdió estas asociaciones meramente geométricas.

Leibniz fue el primero en ver que los coeficientes de un sistema de ecuaciones lineales podían ser organizados en un arreglo, ahora conocido como matriz, el cual podía ser manipulado para encontrar la solución del sistema, si la hubiera. Este método fue conocido más tarde como "Eliminación Gaussiana". Leibniz también hizo aportes en el campo del álgebra Booleana y la lógica simbólica.

[editar] Cálculo infinitesimal

La invención del cálculo infinitesimal es atribuida tanto a Leibniz como a Newton. De acuerdo con los cuadernos de Leibniz, el 11 de noviembre de 1675 tuvo lugar un acontecimiento fundamental, ese día empleó por primera vez el cálculo integral para encontrar el área bajo la curva de una función y=f(x). Leibniz introdujo varias notaciones usadas en la actualidad, tal como, por ejemplo, el signo "integral" ∫, que representa una S alargada, derivado del latín "summa", y la letra "d" para referirse a los "diferenciales", del latín "differentia". Esta ingeniosa y sugerente notación para el cálculo, es probablemente su legado matemático más perdurable. Leibniz no publicó nada acerca de su Calculus hasta 1684.[10] La regla del producto del cálculo diferencial es aún denominada "regla de Leibniz para la derivación de un producto". Además, el teorema que dice cuándo y cómo diferenciar bajo el símbolo integral, se llama la "regla de Leibniz para la derivación de una integral".

Desde 1711 hasta su muerte, la vida de Leibniz estuvo emponzoñada con una larga disputa con John Keill, Newton y otros sobre si había inventado el cálculo independientemente de Newton, o si meramente había inventado otra notación para las ideas de Newton.[11]

Leibniz pasó entonces el resto de su vida tratando de demostrar que no había plagiado las ideas de Newton.

Actualmente se emplea la notación del cálculo creada por Leibniz, no la de Newton.

[editar] Topología

Leibniz fue el primero en utilizar el término, "analysis situs", que luego se utilizaría en el siglo XIX para referirse a lo que se conoce como topología.

[editar] Citas

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  • "En el ámbito del espíritu, busca la claridad; en el mundo material, busca la utilidad." Traducción de Mates (1986: 15) del motto de Leibniz.
  • "Dios es la razón final de la salvación, de la fe y la elección en Jesucristo." (Teodicea: Ensayo sobre la justicia del Dios y la libertad del hombre en el origen del mal, parte I, p. 126)
  • "Con cada hora perdida, perece una parte de la vida." "Los hechos hacen al hombre." Traducción de Loemker (1969:58) de otros mottos de Leibniz.
  • "La mónada... no es sino una sustancia simple que entra a entidades compuestas. Simple significa desprovista de partes... Las mónadas no poseen ventanas a través de las cuales algo pudiera entrar o salir". Monadología (LL §67.1,7)
  • "Sostengo que los hombres podrían ser incomparablemente más felices de lo que son, y que podrían, en poco tiempo, realizar grandes progresos en incrementar su felicidad, si estuviesen dispuestos a hacer lo que deben. Tenemos a la disposición medios excelentes para hacer en 10 años más de lo que se podría hacer en varios siglos sin ellos, si nos entregamos a hacer de ellos lo mejor posible, y no hacer nada más excepto lo que se debe hacer." (Traducido en Riley (1972:104) y citado en Mates (1986:120).
  • "Es indigno de hombres excelentes desperdiciar las horas como esclavos en la labor de calcular lo que sin riesgo podría relegarse a alguien más si se utilizaran máquinas."
  • "Las verdades de la razón son necesarias y su opuesto es imposible: Las verdades de hecho son contingentes y su opuesto es posible".
  • "Es una de mis más importantes y mejor verificadas máximas el que la naturaleza no realiza saltos. A esto lo he denominado la ley de la continuidad."
  • "¿Por qué hay algo en lugar de nada?"
  • "Existen dos tipos de verdades: Las verdades de la razón y las verdades de hecho."
  • "El alma es el espejo de un universo indestructible."

[editar] Véase también

[editar] Bibliografía primaria

  • Nicholas Jolley, (ed.): The Cambridge Companion to Leibniz, Cambridge University Press, Nueva York, 1995.
  • Michael-Thomas Liske: Gottfried Wilhelm Leibniz, Beck, Munich, 2000.

[editar] Bibliografía secundaria

  • Martin Heidegger: La proposición del fundamento, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1991. Trad. de Félix Duque y Jorge Pérez de Tudela.
  • José Ortega y Gasset: La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva. En Obras completas, Vol. VIII, Alianza/Revista de Occidente, Madrid, 1983.
  • Felipe Martínez Marzoa: Cálculo y ser: (aproximación a Leibniz), Madrid, 1991.
  • Lourdes Rensoli Laliga: El problema antropológico en la concepción filosófica de Gottfried Wilhelm Leibniz, Valencia: UPV,2002.

[editar] Referencias

  1. En textos antiguos es posible encontrar su nombre españolizado como Godofredo Guillermo Leibniz, pero lo habitual en la bibliografía en español es respetar su nombre original; así sucede en importantes obras de referencia escritas en español (cfr. FERRATER MORA: Diccionario de Filosofía (1994)
  2. Diderto, Vol. 9, pág. 379.
  3. Aiton 1985: 312
  4. Para un estudio reciente de la correspondencia de Leibniz con Sofía Carlota, véase MacDonald Ross (1998).
  5. Gregory Brown's Bibliography bibliography
  6. Ficha del cráter lunar «Leibnitz», Gazeteer of Planetary Nomenclature Enlace consultado el 10 de julio de 2009.
  7. Jolley (1995: 129–31), Woolhouse y Francks (1998), y Mercer (2001).
  8. En el sentido de dinamismo o actividad
  9. Struik (1969), 367
  10. Puede encontrarse una traducción al inglés de esta publicación en Struik (1969: 271–84), quien también tradujo partes de otros dos trabajos fundamentales de Leibniz sobre calculus.
  11. Hall (1980) brinda una discusión erudita de la disputa entre Leibniz y Newton sobre la invención del cálculo matemático.

[editar] Enlaces externos

HISTORIA11: ENRIQUE CORNELIO AGRIPA DE NETTESHEIM. Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim, Enrique Cornelio Agripa de Nettesheim, o Agrippa de Nettesheim, (Colonia, 14 de septiembre de 1486 - Grenoble, 18 de febrero de 1535) fue un famoso escritor, filósofo, alquimista, cabalista, médico y nigromante alemán. Se le considera también como un feminista adelantado a su tiempo.

Enrique Cornelio Agripa de

 Nettesheim

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Enrique Cornelio Agripa de Nettesheim.

Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim, Enrique Cornelio Agripa de Nettesheim, o Agrippa de Nettesheim, (Colonia, 14 de septiembre de 1486 - Grenoble, 18 de febrero de 1535) fue un famoso escritor, filósofo, alquimista, cabalista, médico y nigromante alemán. Se le considera también como un feminista adelantado a su tiempo.

Contenido

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[editar] Biografía

En su obra principal, De occulta philosophia libri tres, impresa en 1531, recogió todo el conocimiento medieval sobre magia, astrología, alquimia, medicina y filosofía natural y lo respaldó teóricamente. Erudito de fama y protegido por distintas casas reinantes o nobles, fue amigo de gran parte de los filósofos y grandes de su época. Durante un tiempo estuvo al servicio de los emperadores Maximiliano I, de Carlos I de España, como historiógrafo, y del rival de este último, el Papa Clemente VII.

Estuvo en las más conocidas universidades europeas de su tiempo como estudiante y como profesor de hebreo y filosofía. En su época llegó a convertirse en un referente de la corriente animista, despreciando el conocimiento empírico y defendiendo la teoría en la que se considera al mundo como un todo orgánico dirigido por un espíritu universal. Más tarde abandonaría todas sus teorías, afirmando la vanidad de todo saber y la validez de la Biblia.

Sus ideas y dedicación al estudio de las ciencias ocultas le obligó a vivir en un constante éxodo al ser perseguido en varios países. Durante su peregrinaje por Alemania, Francia e Italia trabajó como teólogo, físico, abogado y soldado.

En su concepto del mundo combina sobre todo el neoplatonismo del Renacimiento con la Cábala, es decir, con lo que en su época se entendía bajo este concepto en los círculos intelectuales no judíos. Se trata sólo de una «Cábala práctica» que recoge el folklore y la magia internacional. La importancia de Agrippa von Nettesheim, reside en el hecho de haber compilado en una magnífica obra de armonización la demonología judía medieval con la cristiana. En resumen, su doctrina nos dice lo siguiente: Dios gobierna el mundo, aunque la ejecución de su voluntad la deja a sus servidores, entre los cuales también se encuentran los demonios. El mundo está constituido de forma jerárquica y todo está animado. Las almas del hombre, del animal, de la planta y del mineral son parte del alma.

Como quiera que cada uno de los cielos y astros también tiene un alma, sobre los cuales hay situados en un plano superior unos regentes a modo de inteligencias superiores, de igual modo que unos siervos subordinados como ayudantes, la astrología y la magia ritual son de vital importancia en su concepto del mundo. De este modo todas las cosas se encuentran unidas entre sí y poseen un efecto atrayente o repulsivo sobre ellas mismas. El hombre como microcosmos es a la vez la imagen del universo y de Dios, que juntos forman el macrocosmos. Su De Occulta Philosophia está dividida en tres libros: Magia Natural (Física), Magia Celeste (Matemáticas) y Magia Ceremonial (Teología). Es notable la influencia en su pensamiento de Marsilio Ficino.

Según algunos, la historia de la ciencia moderna atribuye un papel muy importante a las doctrinas esotéricas y ocultistas de Agrippa von Nettesheim en el surgimiento de la revolución científica del siglo XVII. Esta búsqueda de las fuerzas ocultas de la naturaleza, que no se ajustaba a las ideas de la doctrina cristiana y que sólo podía llevarse a cabo en organizaciones secretas de personas de la misma ideología, representa el punto de partida de la ciencia moderna. La superación del pensamiento formalista y rutinario del medioevo se efectuó mediante manifestaciones muy antiguas de la magia, heredadas de la antigüedad. Después, esta nueva forma de pensamiento o racionalidad alternativa desarrolló su propia dinámica y se liberó de los elementos mágicos.

[editar] Obras

Sus obras, aun no exentas de errores, reflejan una gran erudición y controversia con la mentalidad de su tiempo, llegando a ser encarcelado por este motivo en Bruselas. A continuación se indican algunas de las más importantes.

  • De occulta philosophia libri tres (Los Tres Libros de la Filosofía Oculta). Impreso en París en 1531 y en Colonia en 1533). Es un tratado de magia y ocultismo.
  • De nobilitate et praeccellentia faemini sexus (De la nobleza y preexcelencia del sexo femenino) 1529. Es un libro sobre la igualdad de las mujeres.
  • De incertitudine et vanitate de scientiarum et Artium. (De la incertidumbre y vanidad de las ciencias y las artes). Impreso en Colonia en 1527, es una sátira del paupérrimo estado de la ciencia en su tiempo.
  • La Commentaria in artem brevem Raimundi Lullii, 1533.
  • Numerología oculta. Basado sobre todo en Pitágoras y en la cábala hebrea, realiza una síntesis del saber oculto de la antigüedad en lo que a guarismos se refiere.

[editar] Bibliografía

  • Agripa de Nettesheim, Enrique Cornelio (2004). Filosofía oculta. Sexta edición. Buenos Aires: Editorial Kier. ISBN 978-950-17-0901-8. 
  • – (2003). Numerología oculta. Agotado. Barcelona: Ediciones Obelisco. ISBN 978-84-7720-992-8. 
  • – (2002). La filosofía oculta o las ceremonias mágicas (libro cuarto) apócrifo, aparecido poco después de la muerte de Enrique Cornelio Agripa. Madrid: Luis Cárcamo editor. ISBN 978-84-7627-126-1. 
  • – (1992). Filosofía oculta: magia natural. Madrid: Alianza editorial. ISBN 978-84-206-0598-2. 

[editar] Enlaces externos

HISTORIA11: PHILIPPE DE LA HIRE. Philippe de La Hire (o Lahire o incluso como Phillipe de La Hire) (18 de marzo de 1640 — 21 de abril de 1719), fue un matemático, astrónomo y gnomonicista francés.

Philippe de la Hire

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Retrato de Philippe de la Hire.

Philippe de La Hire (o Lahire o incluso como Phillipe de La Hire) (18 de marzo de 164021 de abril de 1719), fue un matemático, astrónomo y gnomonicista francés.

[editar] Biografía

Nacido en París, hijo de Laurent de La Hire, un distinguido artista. En 1660, viajó a Roma para estudiar pintura. A su regreso a París, comenzó a estudiar ciencias, mostrando aptitud por las matemáticas. Fue discípulo del francés jesuita, teólogo, matemático y físico Honoré Fabri. Tomó parte en el grupo formado por Fabri que incluía a Giovanni Domenico Cassini, Claude Francois Milliet Deschales, René Descartes, Marin Mersenne, entre otros. Miembro de la Academia de ciencias de Francia en 1678, se dedicó activamente a la astronomía, calculando tablas del movimiento del Sol, la Luna y los planetas. También hizo contribuciones a la cartografía francesa (1679-1682). En 1863 asumió el cargo de la cátedra de matemáticas en el Collège Royale. A partir de 1687 La Hire enseñó en la Academie d'architecture.

Tuvo dos hijos, el primero: Gabriel-Philippe De La Hire (1677-1719) en París en 1677 y tuvo una educación muy similar a la de su padre, acabó desarrollando interés en arquitectura y matemática. El segundo Jean-Nicolas de La Hire (1685-1727) se dedicó a la Botánica.

[editar] Obra

La Hire escribió sobre métodos gráficos 1673, sobre secciones cónicas 1685, un tratado sobre epicicloides 1694, sobre ruletas 1702 y finalmente sobre concoides. Sus trabajos sobre cónicas y epicicloides se basaron en las notas de los cursos que tomó con Desargues (la Hire era su estudiante predilecto). También publicó un conjunto de tablas astronómicas en 1702. Su trabajo también se extendió a la zoología descriptiva, el estudio de la respiración y estudios en óptica.

[editar] Obras selectas

Andromeda y Cassiopeia, detalle en Planisphere celeste (1705).
  • Nouvelle Méthode en Géométrie pour les sections des superficies coniques et cylindriques (1673)
  • Nouveaux Éléments des Sections Coniques: Les Lieux Géométriques : Les Constructions ou Effections des équations (1679)
  • La Gnomonique ou l'Art de faire des Cadrans au Soleil (1682)
  • Sectiones conicæ in novem libros distributæ (1685)
  • Tables du soleil et de la lune (1687)
  • École des arpenteurs (1689)
  • Traité de mecanique : ou l'on explique tout ce qui est nécessaire dans la pratique des arts, & les propriétés des corps pesants lesquelles ont un plus grand usage dans la physique (1695)
  • Tabulæ Astronomicæ (1702)
  • Planisphère céléste (1705)
  • Mémoire sur les conchoïdes (1708)