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FILOSOFÍA10: CAMINOS A LA CONCIENCIA UNIVERSAL, NOOSFERA O KUNDALINI "CONOCIMIENTO COMPARTIDO". No existe una única definición de "Conocimiento" en la actualidad. Sin embargo existen muchas perspectivas desde las que se puede considerar el conocimiento, siendo un problema histórico de la reflexión filosófica y de la ciencia la consideración de su función y fundamento.

Conocimiento

De Wikipedia, la enciclopedia libre
"Árbol del conocimiento" de Lucas Cranach el Viejo.

El conocimiento puede definirse como:

  1. Hechos, o datos de información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad.
  2. Lo que se adquiere como información relativa a un campo determinado o a la totalidad.
  3. Conciencia o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.

No existe una única definición de "Conocimiento" en la actualidad. Sin embargo existen muchas perspectivas desde las que se puede considerar el conocimiento, siendo un problema histórico de la reflexión filosófica y de la ciencia la consideración de su función y fundamento.

 

Contenido

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[editar] Hacia una delimitación del concepto

[editar] La tradición

Tradicionalmente se ha presentado el conocimiento como algo específico del hombre en relación con la “creencia” en la existencia del “alma".

El conocimiento por conceptos considerados inmateriales, constituía una prueba evidente de la existencia del alma racional.

Todos los seres vivos adquieren información de su entorno por medio de sus facultades o funciones del alma:

Los seres meramente materiales, inertes, sin vida y sin alma, no tienen conocimiento ni información alguna acerca del entorno, como seres completamente pasivos, solamente sometidos a la causalidad mecánica material.

En lo relativo a la información, respecto al hombre, se hacía una diferenciación entre conocimiento sensible o de la experiencia, común con los animales superiores dotados de memoria,[1] y conocimiento intelectual del mismo modo que entre motivación, común con los animales superiores y voluntad y libertad. Tanto el entendimiento como la voluntad se consideran facultades activas del alma específica humana.

Tanto el conocimiento sensible (experiencia como conocimiento de percepciones almacenadas en la memoria) como la motivación (los afectos o sentimientos considerados como pasiones) se consideraban fruto de la acción material del entorno sobre el alma, (el alma recibe pasivamente estos datos de información), mientras que la conceptualización y la acción libre es fruto de la acción inmaterial propia del "alma racional humana"; esto es posible porque el alma es espiritual e independiente de lo material.[2]

Esta concepción está en la actualidad completamente fuera del campo de la ciencia. No obstante este modo de situar el conocimiento y la voluntad y la libertad sigue estando muy presente en las creencias sociales.

[editar] En la actualidad

Una actividad esencial de todo individuo[3] en su relación con su entorno es captar o procesar información acerca de lo que lo rodea.

Este principio fundamental sitúa la actividad humana del conocer en un ámbito general propio de todos los seres de la naturaleza.[4] El conocimiento, para el caso del hombre, consiste en su actividad relativa al entorno que le permite existir y mantenerse y desarrollarse en su existencia. El caso específico humano incluye lo social y cultural.[5]

Tan fundamental es esta actividad en la vida que todos "sabemos" lo que es el conocer y el conocimiento, con tal de que no tengamos que explicarlo. Tal es la situación que ocurre con casi todos los conceptos verdaderamente importantes: la palabra es perfectamente conocida y su uso perfectamente dominado. Pero la palabra tiene una amplitud tan grande y su uso unos contextos tan variados que el concepto, tan rico y lleno de matices, resulta muy difícil de comprender y explicar.

Por lo que siguen existiendo numerosas teorías que intentan comprenderlo y explicarlo.

Hoy día en la ciencia se habla de cognición o actividades cognitivas como un conjunto de acciones y relaciones complejas dentro de un sistema complejo cuyo resultado es lo que consideramos conocimiento. La adquisición de conocimiento implica procesos cognitivos complejos: percepción, aprendizaje, comunicación, asociación y razonamiento.

[editar] Conocer y saber

Artículo principal: Evidencia

Conocer y saber.[6]

[editar] Introducción

Las ciencias constituyen uno de los principales tipos de conocimiento. Las ciencias son el resultado de esfuerzos sistemáticos y metódicos de investigación en busca de respuestas a problemas específicos y cuya elucidación procura ofrecernos una representación adecuada del universo. Hay también, muchos tipos de conocimiento que, sin ser científicos, no dejan de estar perfectamente adaptados a sus propósitos: el «saber hacer» en la artesanía, el saber nadar, etc; el conocimiento de la lengua, de las tradiciones, leyendas, costumbres o ideas de una cultura particular; el conocimiento que los individuos tienen de su propia historia (saben su propio nombre, conocen a sus padres, su pasado), o aún los conocimientos comunes a una sociedad dada, incluso a la humanidad (saber para qué sirve un martillo, saber que el agua extingue el fuego).

Aun cuando en cada momento se genera información, se considera, sin embargo, que la cantidad de conocimiento humano es necesariamente finita, amén de la inaccesibilidad de resolver los problemas fundamentales o misterios, como el origen de la vida, del lenguaje humano o del Universo entre muchos otros que van más allá del entendimiento propiamente humano.

Los conocimientos se adquieren mediante una pluralidad de procesos cognitivos: percepción, memoria, experiencia (tentativas seguidas de éxito o fracaso), razonamiento, enseñanza-aprendizaje, testimonio de terceros, etc. Estos procesos son objeto de estudio de la ciencia cognitiva. Por su parte, la observación controlada, la experimentación, la modelización, la crítica de fuentes (en Historia), las encuestas, y otros procedimientos que son específicamente empleados por las ciencias, pueden considerarse como un refinamiento o una aplicación sistemática de los anteriores. Estos son objeto de estudio de la epistemología.

La importancia que atribuye al conocimiento distingue a la humanidad de las otras especies animales. Todas las sociedades humanas adquieren, preservan y transmiten una cantidad sustancial de saberes, notablemente, a través del lenguaje. Con el surgimiento de las civilizaciones, la acumulación y la difusión de conocimientos se multiplica por medio de la escritura. A través de la historia, la humanidad ha desarrollado una variedad de técnicas destinadas a preservar, transmitir y elaborar los conocimientos, tales como la escuela, las enciclopedias, la prensa escrita, las computadoras u ordenadores.

Esta importancia va de la mano con una interrogación sobre el valor del conocimiento. Numerosas sociedades y movimientos religiosos, políticos o filosóficos han considerado que el acrecentamiento del saber, o su difusión, no resultaban convenientes y debían limitarse. A la inversa, otros grupos y sociedades han creado instituciones tendentes a asegurar su preservación, su desarrollo y su difusión. Así mismo, se debate cuáles son los valores respectivos de diferentes dominios y clases de conocimientos.

En las sociedades contemporáneas, la difusión o al contrario, la retención de los conocimientos, tiene un importante papel político y económico, incluso militar; lo mismo ocurre con la propagación de pseudo-conocimientos (o desinformación). Todo ello contribuye a hacer del conocimiento una fuente de poder. Este papel explica en buena parte la difusión de la propaganda y las pseudociencias, que son tentativas por presentar como conocimientos, cosas que no lo son. Esto le confiere una importancia particular a las fuentes de supuestos conocimientos, como los medios masivos y sus vehículos, tales como Internet.

[editar] Visión filosófica clásica

Platón dedica al estudio del problema del conocimiento el diálogo Teeteto, aunque en otros diálogos (especialmente Menón y La República) hay también importantes reflexiones sobre el tema. En la primera parte del Teeteto se discute y se rebate con numerosos argumentos la teoría relativista del sofista Protágoras, según la cual cada opinión (doxa) es verdadera para quien la sostiene. Por tanto, hay que reconocer que hay opiniones o creencias falsas. En la última parte del diálogo se discute la llamada "definición platónica" del conocimiento (episteme), según la cual éste está constituido por creencias u opiniones verdaderas y justificadas. Esta definición tampoco se acepta en el propio diálogo, a pesar de lo cual, históricamente ha sido el punto de partida para prácticamente todas las investigaciones ulteriores sobre el tema (incluso hasta el presente).

En la La República el conocimiento cabal se caracteriza como necesariamente verdadero, y como fundado en principios no hipotéticos. Estos principios sólo pueden alcanzarse mediante la facultad dialéctica, que debe "abrirse paso, como en una batalla, a través de todas las objeciones". En cambio, "artes" como las matemáticas parten de simples hipótesis. Por supuesto, la creencia y opinión, incluso si son verdaderas, se consideran ignorantes de la realidad de las cosas y quedan relegadas al ámbito de lo probable y lo aparente.

Para muchos autores, la vinculación entre conocimiento, verdad y necesidad forma parte de toda pretensión de conocimiento filosófico y científico. Sin embargo, a esta doctrina se oponen las posturas falibilistas, según las cuales la verdad estricta no es una característica esencial del conocimiento o la ciencia auténticos. El falibilismo fue ampliamente difundido por Karl Popper en el siglo XX, pero puede reconocerse ya en un autor como René Descartes. Del falibilismo y la definición platónica se desprende que los conocimientos son esencialmente creencias bien justificadas, postura que ha sido expresamente mantenida por el filósofo mexicano Luis Villoro.

[editar] Visión científico/técnica

En ciencias, es común asumir la existencia de un continuo progresivamente complejo, integrado por los datos, la información, el conocimiento y la sabiduría. Así, se define al conocimiento como el conjunto organizado de datos e información que permiten resolver un determinado problema o tomar una decisión (conocimiento "accionable").

Esquema sobre el conocimiento desde el punto de vista de las ciencias de la información, como se genera y como se aplica.

Para alcanzarlo se aplica el llamado método científico, existiendo múltiples vías de llegar obtener conocimiento: método empírico, método histórico, método lógico, analogía, etc.

En general, para que una creencia constituya conocimiento científico no basta con que sea válida y consistente lógicamente, pues ello no implica su verdad. Así por ejemplo, téngase un sistema lógico deductivo consistente y válido. Niéguese la totalidad de las premisas del sistema, y se obtendrá un sistema igualmente consistente y válido, sólo que contradictorio al sistema previo. De tal manera, validez no garantiza verdad. Para que una teoría deba ser considerada como verdadera, deben existir, desde el punto de vista de la ciencia, pruebas que la apoyen. Es decir, debe poder demostrarse su verosimilitud empleando el método científico, también conocido como método experimental. Ello sin embargo se ve seriamente complicado si se introducen interrogantes relativas a la suficiencia de dicho método, como por ejemplo, la transparencia de los hechos (¿existen los hechos puros o más bien interpretaciones?), la factibilidad de la pretensión de objetividad y neutralidad valórica (¿es posible la comprensión de la realidad desde un punto de vista neutro, tal como fuera el de un dios, o estamos condenados a perspectivas?), etc.

[editar] Visión religiosa

Sin embargo, el concepto de conocimiento es más general que el de conocimiento científico. Es así que las creencias religiosas constituyen un tipo especial de conocimiento, diferente al conocimiento científico. El conocimiento religioso es un tipo de saber adquirido por experiencia o revelación, habitualmente definida como un cambio en la visión del mundo antes de conocer y después de conocer. Este conocimiento o "revelación" se cree está relacionada con la adquisión de conocimiento a nivel espiritual.

[editar] Características del conocimiento

Podemos establecer varias formas de conocimiento (algunas más generales y otras más profundas)

  • El conocimiento a priori es independiente de cualquier experiencia, verdad universal y necesaria.
  • El conocimiento a posteriori deriva de la experiencia de los sentidos. Puede rechazarse sin necesidad de una contradicción.
  • El conocimiento puede ser codificado si se puede almacenar o especificar formalmente de tal manera que no se pierda ninguna información. Por contraposición el conocimiento no codificado es aquél que no puede ser codificado ya que es difícil de expresar o explicitar.
  • El conocimiento puede ser público si es fácil de compartir, y consiste en un conocimiento creado/difundido por la sociedad. En cambio, si es personal ha sido construido por el propio individuo; es la base del conocimiento público.
  • Cuando se cruza la cultura con la localidad espacial y lo ecológico, hablamos de conocimiento local, es decir, un conocimiento desarrollado alrededor de una área geográfica definida. En cambio, el conocimiento global es el que se ha formado mediante redes o comunidades, pertenecientes a lugares geográficos dispares.
  • El conocimiento puede ser orientado si hace referencia a las relaciones causales entre conceptos, y será axiomático cuando se refiera a explicaciones de causas finales o a priori de sucesos.
  • El conocimiento es explícito si puede ser transmitido de un individuo a otro mediante algún medio de comunicación formal. Si el conocimiento es difícil de comunicar o de formalizar, hablamos de conocimiento tácito o implícito, normalmente arraigado en experiencias personales o modelos mentales.
  • El conocimiento empírico es aquél que es obtenido de la experiencia. Según Kant, el conocimiento empírico es a posteriori y por tanto, nunca ofrece certeza universalmente válida. Éstos se obtienen por inducción y deducción.
  • El conocimiento será cultural cuando en una organización se empleen términos, nomenclaturas y procedimientos que hayan sido acordados internamente. Cuando estos elementos tengan una base bibliográfica hablaremos de conocimiento de diccionario.

Finalmente, considerando una organización, empresa, grupo o sistema, el conocimiento puede existir en un ámbito individual o en un ámbito colectivo.

La teoría del conocimiento o epistemología es aquella que se encarga de estudiar el conocimiento y su formas de adquirirlo. En la Antigua Grecia, estuvo dividido en seis escuelas: jónica, pitagórica, eleática, atomista, ecléptica y sofista.

El saber o conocimiento puede ser teórico o práctico. El conocimiento teórico puede ser científico (todas las "-logías" como Geología) o descriptivo (las "-grafías" como Geografía). El conocimiento científico a su vez se divide en científico en sentido estricto (por las causas inmediatas), filosófico (por las causas segundas) y teológico (por las causas últimas pero con la ayuda de la revelación divina). El conocimiento práctico se divide en arte y técnica, atendiendo a su belleza.

[editar] Creencia

Una creencia es una proposición o conjunto de ellas, que un cierto individuo considera ciertas, pero para la que en general no existe evidencia intersubjetiva suficiente para considerarla conocimiento propiamente dicho. Una creencia puede ser acertada o equivocada.

Sin embargo, aunque en el uso cotidiano al oponer "creencia" y "conocimiento", el primero se usa frecuentemente con el sentido de proposiciones que alguien considera ciertas, pero de la que existe evidencia de estar equivocadas o ser indemostrables.

[editar] Convicción

Una convicción es una creencia de la que un cierto individuo opina que dispone de suficiente evidencia para considerarla cierta. La diferencia entre una simple creencia y una convicción, es que en el primer caso el individuo puede no tener evidencia suficiente para justificar su veracidad, mientras que en el segundo el individuo si la considera probada, con independencia de que exista evidencia científica o intersubjetiva incontrovertible de que dicha convicción es verdadera.

[editar] Generación formal del conocimiento

El conocimiento desde el punto de vista formal puede ser generado de diversas formas. Una forma sistemática de generar conocimiento humano tiene las siguientes etapas:

1. Investigación básica (ciencias). Publicación de aportes predominantemente a través de memorias de congresos y de artículos especializados.2. Investigación aplicada o de análisis (tecnología, humanidades, etc.). Publicación de aportes igual que en ciencias básicas.

Estas 2 primeras etapas pueden interactuar y ciclarse ya que puede existir un artículo con un aporte muy pequeño y luego uno que reúna los aportes de dos o más artículos. La investigación aplicada se basa en el conocimiento de las ciencias básicas pero también en cualquier manifestación de conocimiento. La investigación aplicada puede generar más conocimiento aunque la investigación básica no lo haga, sin embargo, nuevas aportaciones en ciencias básicas conllevan un gran cúmulo de nuevas potencialidades para la generación de conocimiento aplicado.

3. Libros científicos o técnicos. Un libro científico o técnico se hace agrupando, catalogando y resumiendo el conocimiento existente en un determinado tema. Un libro actualizado deberá incluir los últimos aportes que sobre el tema que trate hayan sido generados.4. Divulgación. Partiendo del conocimiento existente o del flamante son publicados diversos artículos en revistas o libros de divulgación con la intención de que el conocimiento sea explicado a la población en general (no especializada). Es en esta etapa cuando el conocimiento llega a la población de forma masiva. También puede llegar a través de los medios de comunicación electrónicos.

[editar] Vías de acceso al conocimiento

El conocimiento sobre el mundo puede provenir de diferentes fuentes:

  • Intuición: con este método se asume que algo es cierto porque es de pura lógica. Por tanto este conocimiento no suele basarse en la confirmación empírica, es decir, no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. Esta falta de referencia empírica puede llevar en ocasiones a conclusiones erróneas. Un ejemplo de este conocimiento puede ser el de muchos profesionales de la comunicación cuando se aventuran por instinto a crear un nuevo programa televisivo que puede ser un éxito.
  • Experiencia: Se conoce que algo es cierto por haberlo vivido empíricamente, dando testimonio fehaciente de él.
  • Tradición: Se mantiene algo cierto porque siempre ha sido así y todo el mundo lo sabe. Es tradición todo aquello que una generación hereda de las anteriores y, por estimarlo valioso, lega a las siguientes. Aquí entra en juego el conocimiento cultural y el aprendizaje de normas sociales que no suelen cuestionarse. Por ejemplo, el hecho de guardar silencio en un funeral o en una sala de cine.
  • Autoridad: se establece la verdad de un conocimiento tomando como referencia la fuente del mismo y no la comprobación empírica. La influencia de la autoridad se relaciona con el estatus que posee. Por ejemplo, al querer obtener información política acudimos a un medio u otro según la veracidad que pueda inspirarnos y su influencia en la sociedad.
  • Ciencia: el concepto de ciencia deriva del latín "scire" que significa saber, conocer, una forma de saber resultante de la acumulación de conocimientos. La ciencia es el conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables, que obtenidos de una forma metódica verificados y contrastados con la realidad, se refieren a objetos o conceptos de una misma naturaleza. Acceder al conocimiento a través de la ciencia es la forma más provechosa y confiable, pues pretende la búsqueda de la verdad, la racionalidad y la neutralidad.

[editar] Enfoque histórico y gnoseológico

Representación del conocimiento, en griego Επιστημη, Episteme) en la Biblioteca de Celso en Éfeso, Turquía.

Casi todos los filósofos, de una manera u otra, se ocuparon del problema del conocimiento. La relevancia que ahora ha tomado se inicia ya con las posiciones idealistas. Cuando la conciencia, en Descartes, es prioritaria, y cuando en Kant la razón humana es conformadora del objeto, el conocimiento comienza a ser un problema central. Los tiempos del realismo espontáneo de toda la antigüedad y el medioevo, llegaron así a su fin.

En Grecia predominan los problemas ontológicos. Desde Descartes, Berkeley, Malebranche, Leibniz, Locke, Hume y otros, predominarán los problemas gnoseológicos. En ellos el tema es relevante, pero todavía no se sienten llevados a pensar que el asunto merezca una disciplina de estudio especial. Será Kant quien con plena conciencia establecerá que el conocimiento requiere una “teoría” especial. Autores posteriores, de manera explícita o implícita, llegaron luego a considerar que el problema del conocimiento era fundamental en la filosofía.

La descripción minuciosa de lo que acontece en el conocimiento humano dio lugar a una “fenomenología del conocimiento”.[7] . Aquí, de lo que se trata, es de efectivizar una descripción de lo que puntualmente aparece en el hecho del conocimiento humano. Es una descripción “pura” y no atiende a lo generador, o genético. De lo que se trató, como se ha apuntado, es de delimitar tanto el sujeto cognoscente, como el objeto conocido. Así, conocer, tiene lugar cuando el sujeto cognoscente aprehende o se apropia, del objeto conocido. La coexistencia de ambos factores es de rigor. El énfasis puesto en uno u otro de los dos componentes, determina que unos filósofos, por dar predominancia al objeto, deriven en posiciones realistas. En sentido contrario, los que den preeminencia al sujeto se inclinarán hacia actitudes y teorizaciones idealistas. Lo que ambos casos queda fuera de cuestión es que el objeto conocido debe ser trascendente al sujeto. De lo contrario no habría aprehensión de lo otro, sino mero autoconocimiento.

El problema de la posibilidad del conocimiento es otro de los que se presentan en el análisis. El escepticismo, desde los griegos, niega esa posibilidad. Desde siempre se ha encontrado en esta postura, una contradicción. Se niega el conocimiento desde la afirmación del conocimiento de que ese algo no es posible. Lo más frecuente es que tanto en esta posición, como en la opuesta, el dogmatismo, las posiciones sean moderadas o sincréticas.


Otro de los problemas es el del origen del conocimiento. Algo se ha mencionado ya. Los que estiman que el aporte de los sentidos es lo fundamental sostendrán posiciones empiristas, a la manera de los ingleses. Los que estimen que independientemente de los suministros de los sentidos el conocimiento es posible por la actuación de la mera razón humana, conformarán el racionalismo, sobre todo, el racionalismo continental europeo. Aquí será frecuente el sostenimiento de la presencia de “ideas innatas” en el hombre, que se poseen fuera del concurso de todo aporte exterior.

Toda la tradición, desde el mundo griego en adelante, según es fama, definirán la aprehensión y la verdad del conocimiento como adecuación entre lo contenido en el intelecto y la cosa. A este respecto, en el siglo XX, Heidegger introducirá un enfoque diferente, que a su entender ya estuvo en lo más destacado y olvidado de los grandes filósofos griegos: la verdad como descubrimiento o desvelamiento del ser, por el sólo hecho de mostrarse como fenómeno primario. Esta postura es un intuicionismo extremo, que también ha estado presente en otros pensadores, como modo de captación de lo verdadero. Entre ellos Bergson, que sostenía la posibilidad de la intuición intelectual, distinta de todo trato racional o de inferencias deductivas.

[editar] Referencias

  1. Aristóteles:Metafísica, 982,b.11-32; http://acacia.pntic.mec.es/~falvar4/aristoteles.htm: "Grados de conocimiento"
  2. Y con una dimensión religiosa por el hecho de ser considerada inmortal. Aristóteles, no obstante, considera que las almas son mortales y solamente se reproducen como forma inmutable en la reproducción de cada especie, través de la causalidad final movida por el Primer Motor.
  3. Desde la partícula elemental, al átomo, molécula, cuerpo material, organismo vivo y, finalmente, el hombre, cualquier individuo se constituye de manera esencial y se mantiene en su existencia como resultado de la relación que se produce entre los múltiples elementos que constituyen su realidad propia individual tanto como en la relación que establece con los elementos que constituyen su entorno. Ferrater Mora, op. cit.; Bohm op. cit.
  4. Consecuencia de la aceptación científica de la Teoría de la Evolución
  5. El lactante no mira para actuar, como propone Piaget, sino que actúa para ver; la acción es un proceso involucrado en la actividad del telerreceptor visual que, primero, será reactiva, para convertise, en una segunda etapa, en propositiva, en la que el acto de mirar ya encierra un objetivo. El lactante ahora, además de mirar, ve, y el complejo aferencial asciende hasta la corteza para dejar un engrama informativo visual de la realidad percibida...../... La conducta se hace inteligente a medida que el SNC emplea instrumentos de recepción más precisos y métodos de procesamiento más eficaces de las aferencias que recibe; es decir, cuando la elaboración de la información se convierte en un mensaje concreto a una interpretación general, pasando, de esta manera, de un registro de existencia del objeto a su esencia. Este incremento en la eficacia operativa del SNC consigue sus niveles máximos en la especie humana mediante una facultad, que no es directamente aludida por el autor: el habla, colectiva o culturalmente desarrollada. De modo que el ensayo y el error sirven no para crear inteligencia sino para conocer y adaptarnos mejor a la realidad objetal.
    Lamote de Grignon. C. op. cit.pág. 116
  6. Platón, en Teeteto; Ferrater Mora, op. cit. entrada "conocer"; Quesada, D. op. cit.
  7. Edmund Husserl; Maurice Merleau-Ponty, op. cit.

[editar] Bibliografía

  • Juan Villoro (1982): Creer, saber, conocer, Siglo XXI Editores, México DF, ISBN 968-23-1151-9.
  • Cassirer, E. El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia modernas, México, FCE, 1979, 4 vols.
  • Ferrater Mora, J. (1984). Diccionario de Filosofía (4 tomos). Barcelona. Alianza Diccionarios.. ISBN 84-206-5299-7. 
  • Quine, W.V. (1998). Del estímulo a la ciencia. Barcelona. Ariel. ISBN 84-344-8747-0. 
  • Moulines Castellví, C. Ulises (1973). La estructura del mundo sensible. Sistemas fenomenalistas. Barcelona. Ariel. 
  • Quesada, D. (1998). Saber, opinión y ciencia: Una introducción a la teoría del conocimiento clásica y contemporánea. Barcelona. Ariel.. ISBN 84-344-8746-2. 
  • Lyotard, J.F. (1994). La condición postmoderna: informe sobre el saber. Madrid, Cátedra.. ISBN 84-376-0466-4. 
  • Russell, B. (1959). El conocimiento humano:su alcance y sus limitaciones. Madrid. Taurus. 
  • Moulines Castellví, C. Ulises (1973). La estructura del mundo sensible. Sistemas fenomenalistas. Barcelona. Ariel. 
  • Ferrater Mora, J. (1979). De la materia a la razón. Madrid. Alianza Editorial. ISBN 84-206-2225-7. 
  • Zubiri, X. (1980). Inteligencia sentiente. Madrid. Alianza Editorial. ISBN 84-206-9011-2. 
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  • Zubiri, X. (1983). Inteligencia y Razón. Madrid. Alianza Editorial. ISBN 84-206-9016-3. 
  • Penrose, R. (1991). La nueva mente del emperador. Madrid. Mondadori. ISBN 84-397-1786-5. 
  • Bohm, D. (1992). La totalidad y el orden implicado. BARCELONA. EDITORIAL KAIROS. ISBN 84-7245-178-X. 
  • Merleau-Ponty, M. (1985). Fenomenología de la percepción. Barcelona. Planeta-Agostini. ISBN 84-395-0029-7. 
  • Uexküll, J. (1951). Ideas para una concepción biológica del mundo. Buenos Aires. Espasa-Calpe. 
  • Lamote de Grignon, C. (1993). Antropología neuroevolutiva: un estudio sobre la naturaleza humana. Faes Farma. ISBN. 
  • Husserl, E. Ideas Relativas a una Fenomenología Pura y una Filosofía Fenomenológica, Trad. José Gaos, Fondo de Cultura Económica, México, 1949, 1993 ISBN 84-375-0255-1
  • Husserl, E. Investigaciones Lógicas, 2 Volúmenes, Alianza, Buenos Aires, 2005, Trad. de Manuel García Morente y José Gaos. ISBN 84-206-8196-2

[editar] Enlaces externos

[editar] Véase también

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