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CULTURA: EL FOLCLORE. El folclore,[1] folclor, folklore o folklor, (del inglés folk, "pueblo" y lore, "acervo" o "conocimiento")[2] es la expresión de la cultura de un pueblo: cuentos, música, bailes, leyendas, historia oral, proverbios, chistes, supersticiones, costumbres, artesanía y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. También recibe este nombre el estudio de estas materias.

Folclore

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El folclore,[1] folclor, folklore o folklor, (del inglés folk, "pueblo" y lore, "acervo" o "conocimiento")[2] es la expresión de la cultura de un pueblo: cuentos, música, bailes, leyendas, historia oral, proverbios, chistes, supersticiones, costumbres, artesanía y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. También recibe este nombre el estudio de estas materias.

El término anglosajón «folklore» fue acuñado el 22 de agosto de 1846 por el arqueólogo británico William Thoms, quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares». La definición más ampliamente aceptada por los investigadores actuales de la especialidad es «la comunicación artística en grupos pequeños», propuesta por el investigador de la Universidad de Pensilvania Dan Ben-Amos.

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Etapas [editar]

De acuerdo con la preservación de los elementos, los estudiosos identifican cuatro etapas del folclore:

  • Muerto: El correspondiente a una cultura extinta, conservado sólo en registros de viajeros, archivos, códices y otras fuentes escritas, o en restos arqueológicos, pinturas, etc.
  • Moribundo: Cuando la cultura a la que pertenece conserva sólo algunos elementos de esos hechos, habiéndose perdido la Típicamente, cuando por motivos demográficos sólo los ancianos del grupo lo conservan, no así los jóvenes.
  • Vivo: Se sigue practicando en la vida cotidiana o está integrado a su cultura de origen.
  • Naciente: Rasgos culturales de creación reciente, que con el tiempo se convertirán en tradicionales.

Historia [editar]

Gottfried von Herder animó por primera vez a registrar y preservar deliberadamente el folklore para documentar el auténtico espíritu, tradición e identidad del pueblo germano. La creencia de que tal autenticidad pueda existir es un de los principios del nacionalismo romántico que Herder desarrolló. Para Von Herder, las clases campesinas son al mismo tiempo depositarias, vehículo y guardianes del «genio popular», que se modeló mediante el contacto de los hombres con la tierra y el clima y se transmitió de generación en generación, tanto oralmente como en las epopeyas, cuentos y leyendas. En una visión universalista, Herder mantuvo que cada pueblo posee su «genio» único y singular, que aparece como fundamento por excelencia del renacimiento cultural que debía permitir reunificar a los pueblos germánicos.

Sobre los incentivos de Herder, los hermanos Grimm se comprometieron como pioneros con la enorme empresa de recopilar cuentos orales alemanes, para recuperar el carácter auténtico de una cultura nacional perdida por las élites. Así, en 1812 publicaron la primera serie de cuentos tradicionales como Kinder- und Hausmärchen (‘Historias infantiles y familiares’).

Rápidamente, la iniciativa de los hermanos Grimm fue imitada en toda Europa (del Este y el Oeste) y en los países escandinavos. A partir del siglo XIX se emprende la labor de educar al pueblo en su propio folclore, que aparece amenazado de desaparición bajo los efectos de la modernidad y la urbanización. Las campañas de difusión del folclore toman la forma de verdadera propaganda nacionalista, procurando esencialmente hacer resaltar la originalidad y singularidad propias del folclore de cada pueblo, permitiendo distinguirlo de los vecinos y vincularlo a los que, en el contexto de instauración de las identidades nacionales, se designa como sus antepasados.

En primera instancia el folclore se limitó a la tradición oral. Hacia la mitad del siglo XIX se amplía el ámbito del folclore, comenzando los recopiladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técnicas, etcétera).

No fue hasta el siglo XX cuando los etnógrafos empezaron a intentar registrar el folclore sin manifestar metas políticas.

Estudio del folclore [editar]

Aunque el folclore puede contener elementos religiosos y mitológicos, se preocupa también con tradiciones a veces mundanas de la vida cotidiana. El folclore relaciona con frecuencia lo práctico y lo esotérico en un mismo bloque narrativo. Ha sido a menudo confundido con la mitología, y viceversa, porque se ha asumido que cualquier historia figurativa que no pertenezca a las creencias dominantes de la época no tiene el mismo estatus que dichas creencias dominantes. Así, la religión romana es calificada de «mitología» por los cristianos. De esa forma, tanto la mitología como el folclore se han convertido en términos clasificatorios para todos los relatos figurativos que no se corresponden con la estructura de creencias dominante.

A veces el folclore es de naturaleza religiosa, como las historias del Mabinogion galés o las de la poesía escáldica islandesa. Muchos de los relatos de La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine también plasman elementos folclóricos en un contexto cristiano: ejemplos de dicha mitología cristiana son los temas desarrollados en torno a San Jorge o San Cristóbal. En este caso, el término «folclore» se usa en un sentido peyorativo, es decir, mientras las historias del trotamundos Odín tienen un valor religioso para los nórdicos que compusieron las historias, debido a que no encajan en las creencias cristianas no son consideradas «religiosas» sino «folclóricas» por los cristianos.

Los cuentos populares son término general para diversas variedades de la narrativa tradicional. La narración de historias parece ser un universal cultural, común por igual a las sociedades básicas y las complejas. Incluso las formas que adoptan las historias populares son ciertamente parecidas de una cultura a otra, y los estudios comparativos de temas y formas narrativas han tenido éxito al demostrar estas relaciones.

Por otra parte, el folclore puede usarse para describir precisamente una narrativa figurada, que no tiene contenido sagrado o religioso alguno. Desde el punto de vista jungiano, que no es más que un método de análisis, puede en su lugar corresponder a patrones psicológicos inconscientes, instintos o arquetipos de la mente. Este saber puede o no tener componentes fantásticos (tales como magia, seres etéreos o personificaciones de objetos inanimados). Estas historias populares pueden surgir de una tradición religiosa, pero sin embargo habla de asuntos psicológicos profundos. El folclore familiar, como Hansel y Gretel, es un ejemplo de esta sutil línea.

El propósito manifiesto del cuento puede ser primordialmente una enseñanza mundana sobre la seguridad en el bosque o secundariamente un cuento cautelar sobre los peligros del hambre en las familias grandes, pero su significado latente puede evocar una fuerte respuesta emocional debido a los ampliamente comprendidos temas y motivos tales como «la madre terrible», «la muerte» y «la expiación con el padre». Puede haber un alcance tanto moral como psicológico en la obra, así como un valor lúdico, dependiendo de la naturaleza del narrador, el estilo de la historia, la edad media de la audiencia y el contexto general de la actuación. Los folcloristas se suelen resistir a las interpretaciones universales de los relatos y, donde sea posible, analizan las versiones orales de historias en contextos específicos, más que en fuentes impresas, que a menudo muestran el efecto del sesgo del escritor o editor.

Los relatos contemporáneos comunes en Occidente incluyen la leyenda urbana. Hay muchas formas de folclore que son tan comunes, sin embargo, que la mayoría de la gente no advierte que son folclore, tales como acertijos, rimas infantiles y cuentos de fantasmas, rumores (incluyendo teorías conspirativas), chismes, estereotipos étnicos, costumbres festivas y ritos del ciclo vital (bautizos, funerales, etcétera). Los relatos de abducciones por OVNIs pueden ser consideradas, en un cierto sentido, como actualizaciones de los cuentos de la Europa precristiana o incluso de historias de la Biblia tales como la ascensión al cielo de Elías. Adrienne Mayor, al presentar una bibliografía sobre este tema, señaló que la mayoría de los folcloristas modernos desconocen en gran medida los paralelos y precedentes clásicos, en materiales que están solo parcialmente representado por la familiar etiqueta de «esópicos»: «La literatura clásica grecorromana contiene ricos tesoros ocultos de folclore y creencias populares, muchas de ellas con equivalentes en las leyendas contemporáneas modernas» (Mayor, 2000).

Géneros del folclore [editar]

Véase también [editar]

Referencias [editar]

  1. "Folclore", Diccionario Panhispánico de Dudas.
  2. El formal término equivalente de etimología griega es la también palabra compuesta "demosofía" (de δημος, transliterado como demos -traducible como "pueblo"- y σοφία, sophía -equivalente a "sabiduría"-).

Enlaces externos [editar]

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