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Religión celta y mundo celta

RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: LOS SÍMBOLOS CELTAS. (SIMBOLO/ASOCIACIÓN CONCEPTUAL/ NATURALEZA/ PENSAMIENTO). Un símbolo es la representación perceptible de una idea, con rasgos asociados por una convención socialmente aceptada. Es un signo sin semejanza ni contigüidad, que solamente posee un vínculo convencional entre su significante y su denotado, además de una clase intencional para su designado. El vínculo convencional nos permite distinguir al símbolo del icono como del índice y el carácter de intención para distinguirlo del nombre. Los símbolos son pictografías con significado propio. Muchos grupos tienen símbolos que los representan; existen símbolos referentes a diversas asociaciones culturales: artísticas, religiosas, políticas, comerciales, deportivas, etc.

 

El triskel. la triqueta. el laukuru. el espiral y los nudos son algunos de los símbolos de una cultura milenaria que ha cautivado a millones de personas en el mundo entero.Los celtas han dejado muy pocos documentos escritos. sin embargo sus símbolos perduraron en el tiempo. tanto en templos antiguos como en túmulos funerarios. vasijas y ornamentos.Este libro revela por primera vez el significado ancestral de cada uno de los símbolos celtas para sumergirnos en una cultura fascinante y de profunda filosofía.

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RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: CULTOS Y CREENCIAS DE LOS CELTAS. Una creencia es una idea que es considerada verdadera por quien la profesa.

Culto a la fertilidad

Los pueblos celtas, inmersos en una cultura inminentemente agrícola, se preocupaban mucho por la fertilidad de sus tierras, ganado y familia. De este modo no es de extrañar que las divinidades más importantes tuvieran una función dadora de fertilidad, abundancia y prosperidad. Estos dioses aparecen representados con símbolos de fertilidad como huevos, recién nacidos, frutas, pan, pañales, toallas, palanganas o falos erectos…
Algo relacionado con lo que estamos hablando son los huevos de druida o de serpiente: se creía eran de cristal y del tamaño de una manzana (tal vez más pequeños). Provendrían de la espuma de los silbidos de dos serpientes copulando que al enfriarse y al convertirse en una bola si era cogida en el aire por un druida servía para realizar conjuros y como talismán.

Lugares sagrados

Los árboles como reflejo de la unión del mundo celeste con el subterráneo, con sus características de longevidad, equiparada a sabiduría, con la muda regeneradora cíclica de sus hojas, metáfora de la propia vida, muerte y posterior resurrección, son considerados sagrados. Aún, hoy en día encontramos recogidas esta creencia en nuestras tradiciones culturales. De este modo incluso los reyes solían tomar posesión de su cargo bajo las hojas de un árbol. El roble (también el águila) estaba ligado a la divinidad principal, al señor del cielo. Ciertos lugares como los bosques y alguno de ellos en particular, quizás aquellos más apartados, oscuros y tenebrosos, eran considerados por los celtas sagrados, es decir espacios donde la comunicación con el Más Allá y los poderes ocultos se hacía más propicia. Allí era donde moraban los druidas, en la espesura, en el silencio, en la penumbra. Allí adoraban a sus dioses y cultivaban la sabiduría. Eran los señores del bosque...
Los celtas veneraban los árboles en general, pero sin duda sus preferidos eran el roble, el serbal, el tejo y el avellano. Y de estos, el roble era el rey. Incluso se dice que la palabra druida significaría "conocimiento del roble". La admiración de estos pueblos por el roble quizás proviniera de muy antaño, de los antepasados indoeuropeos pues muchos de estos pueblos tenían a este árbol como protagonista de sus ritos religiosos. Se cree que admiraban en el los atributos de dureza, resistencia, majestuosidad, longevidad y utilidad. Los inmensos bosques de roble del 4000 antes de cristo y anterior proporcionaban alimento (bellotas), calor y vivienda a los hombres, por eso aquellos que supieran cómo utilizarlos adecuadamente, serían los más valiosos de la comunidad, los más sabios, por ello se les llamaría druidas, los que poseían el conocimiento del roble. Así, los restos del culto a los árboles no sólo quedaron registrados en la Europa fría, sino también en la mediterránea, pero en este caso se perdieron mucho antes. También se encuentran retazos en la India y en algunas de nuestras manifestaciones culturales actuales. El árbol de navidad, los numerosos árboles sagrados que existen en Occidente y sobre muchos de los cuales se acabaron construyendo edificaciones religiosas.
Parece ser que todas las tribus celtas poseían su árbol sagrado que actuaba como tótem de modo que en una batalla o escaramuza la destrucción del árbol significaría un presagio terrible para la tribu. Los ritos asociados particularmente al roble son numerosos, encontrándose este árbol relacionado con el dios del trueno en varias culturas.
Las zonas acuíferas también solían considerarse zonas sagradas. A los ríos, lagos, manantiales, ciénagas, pozos, se arrojaban objetos preciosos. Los celtas sentían especial predilección por los nacimientos y confluencias de los ríos. Se podían arrojar armas, amuletos, calderos, carros, animales e incluso seres humanos sacrificados a los dioses.
Los celtas como la mayoría de los pueblos indoeuropeos poseían una diosa madre, Danu, de la que se deriva el nombre Danubio y con la que se la relacionaba quizás por ser de sus riberas de donde habían surgido como pueblo. Tanto el Danubio como el Támesis fueron con gran probabilidad ríos sagrados al estilo del Ganges de la India, así lo parece confirmar el gran número de ofrendas halladas. Los ríos transportaban el alma de los muertos hacia el Más Allá. Lo vemos claramente hoy con el río Ganges y lo vemos registrado en la muerte del mítico rey Arturo, por poner unos ejemplos. El río al representar a una diosa madre consigue a través del bautismo en sus aguas que el ser humano absorba el poder femenino de la naturaleza y la purificación tanto física como espiritual.
Los pozos y manantiales eran centros de curación y purificación. Las propiedades medicinales de algunos de estos manantiales como ocurre hoy en día, atraían a peregrinos de lejanos lugares. Estos peregrinos dejaban sus ofrendas entre las que era común una figurita representativa de si mismo o de la parte enferma que querían curar, todo ello en busca de un efecto curativo mágico. El siguiente acto sería descansar en un recinto especialmente preparado donde contactarían a través de sueños con el dios del que pretendían ayuda. Las fosas o pozos eran objeto de especial atención religiosa, tal vez imaginándolas como los oídos desde donde escuchaban los dioses del Submundo. Allí se les arrojaba animales y humanos sacrificados como ofrendas para ganarse sus favores. Los santuarios celtas podían contener estas fosas, también estructuras circulares de madera o altos postes centrales también de este material. A parte de sangre, también se ofrecía a los dioses metal, armas, herramientas y monedas rotas ritualmente con el objeto de que no pudiesen volver a ser utilizadas. El celta siempre se desprendía de algo valioso y el ser humano era lo más precioso, por lo que los sacrificios de personas, eran llevados a cabo en ocasiones de especial dificultad o agradecimientos a sus dioses.

PÁGINA DE INTERÉS:

http://epicatemplaria.iespana.es/infieles/celtas4.htm

 

RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: LA RELIGIÓN CELTA. La religión, para los celtas, constituía el mejor medio de organizarse socialmente debido a que funcionaba con gran peso el sacerdocio de los druidas. Algunos historiadores pretendieron demostrar su origen en antiguas civilizaciones del norte de Europa, y una vez conquistadas por los celtas acogerían a estos “magos-sacerdotes”; sin embargo, es más numerosa la opinión de que eran básicamente celtas.

La religión celta

 

Jaime Andreu González

 

 

Resumen: El artículo es una introducción al misterioso mundo de los druidas, que ejercieron un importante papel en el mundo celta, mezclando funciones religiosas, judiciales, doctrinales, docentes y culturales.

 

 

1. INTRODUCCIÓN

 

Ciertamente, la cultura celta se encuentra tras una tela borrosa, sobre todo su religión: cómo eran los enterramientos, quienes eran los druidas, quienes eran sus dioses, etc. Espero que a través de mis palabras pueda ayudar al lector, a comprender y disfrutar de esta misteriosa sociedad.

 

2. LOS DRUIDAS

 

La religión, para los celtas, constituía el mejor medio de organizarse socialmente debido a que funcionaba con gran peso el sacerdocio de los druidas. Algunos historiadores pretendieron demostrar su origen en antiguas civilizaciones del norte de Europa, y una vez conquistadas por los celtas acogerían a estos “magos-sacerdotes”; sin embargo, es más numerosa la opinión de que eran básicamente celtas.

 

  Druida  surge del término dryada  (sacerdote de las encinas); a pesar que en Irlanda se le relacionaría más con el avellano y el serbal.

 

  Podemos distinguir varios tipos de druida:

·              Druidas Sarónidos: eran los poseedores del conocimiento científico que solían transmitir a los jóvenes discípulos

 

·              Druidas Causídicos: eran los encargados de impartir justicia, actuaban como intermediarios en los conflictos.

 

·              Druidas Vacíos: eran los únicos que se relacionaban con los dioses, y funcionaban como intermediarios entre estos y los hombres, tenían conocimiento de la naturaleza y sabían extraer de ella todos los conocimientos posibles: conocían la astronomía, medicina, etc. Podemos decir que eran los sabios, actuaban como sacerdotes en los rituales; además, posiblemente eran quienes llevaban a cabo también los sacrificios humanos que practicaban; y eran también maestros, pues enseñaban algunos de sus conocimientos, mantenían la creencia de la vida y la muerte, la migración de las almas.

 

·              Mujeres Druidas: a pesar de que en la mitología céltica aparezcan, no hay constancia, por fuentes fidedignas, que nos corroboren dicha existencia.

 

·              Druidas Bardos: eran los que conocían las historias de dioses y héroes, similares a los aedos griegos.

 

·              Druidas Adivinos

 

Los druidas gozaban de una consideración que hacía pensar a los monarcas. Julio César escribió que el control de las ideologías era la mejor rienda para las personas, y los druidas lo habían sabido llevar de forma increíble.

 

  En determinadas cuestiones los celtas encontraban en ellos la última palabra; así nos lo muestra Henry Hubert: “Actuaban como jueces jurisconsultos, árbitros y abogados, más bien que jueces. Emitían opiniones fundadas en precedentes interpretados a la luz de la equidad. Intervenían como árbitros en asuntos de derecho privado, por ejemplo para solventar por medio de justas compensaciones, litigios motivados por daños causados en un acto de venganza.

 

En la evolución del derecho céltico, los poderes públicos del  “Estado“ acabaron por superar a los druidas, debido a que los reyes y la Asamblea pasarían a ser los que juzgaban. No obstante en la Galia y en Irlanda los druidas intervenían cuando alguien no aceptaba un veredicto. Entonces se mostraban muy severos al obligar al culpable con la amenaza del destierro.”

 

Uno de los preceptos que más repetían los druidas era “cuenta la verdad siempre”.

 

3. El profesorado de los druidas

 

Una de las misiones primordiales de los druidas era la educación de los jóvenes: las “ escuelas” celtas terminaron por estar bien organizadas, y en Irlanda fueron aprovechadas por los monjes cristianos; aún más, no sólo se sirvieron del espacio y de la organización, sino que recogieron el método de los druidas, esto es, transmitir las ideas esenciales por medio de las palabras más sencillas, como si el maestro se apropiara del lenguaje del niño para luego ir progresando con el mismo, basándose en ejemplos muy claros, tomados del entorno del alumno.

 

4. La doctrina de los celtas

 

Los druidas dieron una doctrina basada en la inmortalidad, una visión del mundo en función de la Naturaleza, una mitología, un ceremonial, y unos ritos funerarios. En este largo camino se producía una serie de transmigraciones del alma, con la peculiaridad de que en uno de estos procesos podía llegar, al cuerpo de un hombre, una mujer o un animal. Esta idea sobre las metamorfosis aparece en varios cuentos y leyendas celtas; esto les proporcionó unas nociones muy valiosas en el conocimiento de la física y la astronomía, que aplicaron a sus calendarios.

 

El aprendizaje podía durar veinte años, en un proceso que cubría las etapas de preparación y aprendizaje. A lo largo de este tiempo el “aprendiz”  era obligado a memorizar millares de versos, en los que se hallaba condensada toda la doctrina druídica.

 

El problema más delicado de la religión celta es ubicar los lugares de culto, pues no se pueden identificar con seguridad, aunque se conocen características de los lugares celtas de culto, que podían ser santuarios a cielo abierto en forma de recintos cuadrangulares, pilas de sacrificios, manantiales sagrados.

 

Conocemos ritos funerarios de inhumación e incineración; en las necrópolis se puede observar en todo el mundo céltico el progreso del rito de incineración; las necrópolis de inhumación se hacen más escasas, pero se siguen manteniendo en algunas regiones como demuestran importantes cementerios de fines del s. II a.C. y s. I. a.C. descubiertos en Ornovasso, cerca del lago Masquione, con santuarios del periodo final, de planta circular o cuadrangular, rodeada de una galería. Esta disposición se perpetuó en la Galia, Panonia, Renania, y Bretaña.

 

A través de los monumentos de este tipo que se edificaron abundantemente en época romana, en este periodo final aparecen las primeras representaciones figuradas susceptibles de ser asociadas al mundo religioso de los celtas. Así surge un legado céltico, una literatura cuya fuerza épica corre pareja con  la intensidad poética.

 

5. Religiosidad en el área céltica de la Península Ibérica

 

Tiene gran afinidad  con la de la Galia y en menor grado con la de Germania o Britania. La epigrafía ha documentado trescientas veinte divinidades diferentes. Divinidades infernales son Endovélico y Ataecina, a los que se les vinculaba el jabalí y las cabras respectivamente. En la Farsalia de Lucano (I, 444-446) se canta una tríada de dioses celtas compuesta por Teutates, Escis y Tarannis.

 

Sacrificios humanos se documentan entre los lusitanos, que vaticinaban sobre las vísceras de sus víctimas, sellaban alianzas con el sacrificio de un hombre y un caballo, aún en el 97 a.C., ya que el cónsul Craso tiene que prohibirlos a los Bletonenses que habitaban en las proximidades de Salamanca.

 

Las fuentes epigráficas atestiguan sacrificios de animales, mencionándose  en la inscripción lusitana de Cabego das Fraguas el sacrificio de un toro, un cerdo, una oveja y un cordero a otras tantas divinidades indígenas de nombre Reve, Laebo, Trebopala y Trebaruna. Animales sagrados en la Hispania indoeuropea son ciervo, caballo, jabalí y toro; un significado funerario tuvo la serpiente, ya que indica culto a la luna, con la simbología lunar acompañada de otros motivos astrales.

 

De los datos que ahora contamos se deduce tan sólo con claridad la existencia de unas cuantas formas culturales que puedan ordenarse de la forma siguiente:

a)                       De una divinidad o varias divinidades asimiladas a Ares – Marte.

b)                      De Númenes de las montañas que fueron identificadas con Júpiter.

c)                      Diosas Madres.

d)                      Lugones.

e)                       Divinidades tópicas o gentilicias cuyo carácter se aclara por su unión con Lares, Genci y Turtela.

f)                        De un dios o de un grupo de dioses protectores de los caminos y las encrucijadas.

g)                      De los espíritus de las fuentes y los ríos, asimilados en ocasiones con las ninfas.

h)                      De las peñas.

i)                         De los bosques y las plantas.

j)                         Del Sol y el fuego.

k)                      De las Sierpes.

l)                         De una divinidad en forma de cerdo o jabalí.

m)                    De dioses de la naturaleza indeterminada.

n)                      De un culto fálico

o)                      De los muertos.

p)                      La existencia de prácticas adivinatorias de distintos géneros.

q)                      Los sacrificios, las ofrendas, y los signos profilácticos.

 

El dios que debemos considerar como principal y más adorado es el que varios autores griegos y latinos consideran como Ares – Marte. Un detalle interesante es la prohibición de recoger oro de la montaña, salvo si un rayo podía dejarlo al descubierto siendo entonces permitido, considerándose regalo de los dioses. Podía existir esa posibilidad de la sacralización de la montaña, una sola vez aparece asimilado con Marte, un dios montañés, y es en el caso del Marti Tileno y por último el dios Laroco, nos dio a conocer una piedra votiva que se hallaba en la capilla mayor de la iglesia de Curial de Vacas, cerca de Chaves.

 

En ocasiones, después del nombre de las divinidades, va el de la tribu, Aufaniabus, Axisginesis, otras veces la palabra Dervonae (Dervones) que se explica por la denominación celta de la encina, y otras aún por las palabras bivitae, triviae, grativitae, mostrando su carácter circunstancial de las diosas de las encrucijadas, cualquier personaje divino podía ser y era empleado como protector de un castro o de una colectividad política.

 

Numerosas lápidas o fuentes en las que aparece el calificativo indígena era costumbre; existencia de bosques sagrados, la voz celta Nemet o Nemeth, semejante al lucus latino entra en el nombre en la composición del nombre de la tribu bracarense o Nemetobriga de los Tibeiros, un marcado culto solar que aún pervive; en algunas tradiciones se detecta la creencia de la inmortalidad del alma.

 

La forma corriente del enterramiento debía ser la incineración: depositar las cenizas en un hoyo hecho en el suelo, poniendo quizá alguna estela pétrea con algún signo de protección, como posiblemente las halladas en la Citania de Santa Trega.

 

Existen zonas en las que posiblemente se enterraban de diferente manera. Probablemente las construcciones más grandes se levantaban en época celta, y desempeñaban un papel en el culto de los muertos.

 

6. Prácticas Adivinatorias

 

Tanto en las Galias, como en Gallaecia, presentan bastante similitud, era bastante común realizar dichas prácticas en las entrañas de las víctimas de sacrificio, posiblemente por sus últimas convulsiones y estremecimientos. Según  Estrabón este era el procedimiento que seguían los galos, se utilizaban cavidades de diversas formas abiertas en las peñas, como la llamada Pía de Mougás situada en la comarca de Oya y provista de un solo recipiente con una inscripción: “Sili (i) Eorini Lacuus Hos(tiis)” o lo que es lo mismo: “pila para las víctimas, o para los sacrificios de Silio Eorino”.

 

Lacuus o Laciculus: unas se empleaban para recoger la sangre de las víctimas y otras para reformar las entrañas, algunas se usarían para abluciones rituales.

 

7. Concepción celta de la muerte

 

Existía un credo al sol como rey de ese otro mundo y de este, y como emblema de poder divino y constancia, como su doctrina central de la inmortalidad del alma. Deidades personificadas como Aesus, Teutates, Lugh, etc., que se concebían como representaciones de las fuerzas naturales o como guardianes de las leyes sociales.

 

Existe un predominio de una organización sacerdotal, que administraba todo el sistema de enseñanza y literatura religiosa, y secular; se convirtió en el poder soberano social, político y religioso. La organización druídica lo difundió y lo ordenó todo; por último existe un cántico en recuerdo de aquellos hermanos fallecidos, reflejando su conceptualidad del alma:

 

“Ta se dul as,

Ta se dul as,

Se está desvaneciendo,

Se está desvaneciendo,

Se ha ido nuestro hermano

Se ha ido de su fian

Cuaigh se an cnoc

Cuaigh se an cnoc

Se fue por la colina,

No a los verdes prados

No al mar,

No a las montañas,

No al arroyo,

Leis fanacht,

Leis fanatch,

Decidle que espere

Decidle que espere,

Ta an la imeacht

Ta an imeatch

Que ya termina el día”

 

BIBLIOGRAFÍA

 

KRUTA, VENCESLAS: Los celtas.

LÓPEZ-CUEVILLAS, FLORENTINO: La civilización céltica de Galicia.

OSBORNE-MCKIGHT, JULIENE: Una leyenda celta.

VV.AA.: Los celtas. Edimat libros.

 

 

ODISEO, RUMBO AL PASADO         

odiseo01@hotmail.com

http://www.odiseo.es.vg .

Obtenido de http://usuarios.multimania.es/odiseomalaga/an_06.htm

RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: LA MITOLOGÍA CELTA, SU RELIGIÓN. La mitología celta es una serie de relatos de la aparente religión de los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras culturas indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas mantuvieron una mitología politeísta y una estructura religiosa. Entre el pueblo celta en estrecho contacto con Roma, como los galos y los celtíberos, esta mitología no sobrevivió al imperio romano, debido a su subsecuente conversión al cristianismo y a la pérdida de sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a través de fuentes romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles sobre sus creencias.

Mitología celta

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El caldero de plata Gundestrup, Dinamarca, mostrando inscripciones de la mitología celta.

La mitología celta es una serie de relatos de la aparente religión de los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras culturas indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas mantuvieron una mitología politeísta y una estructura religiosa. Entre el pueblo celta en estrecho contacto con Roma, como los galos y los celtíberos, esta mitología no sobrevivió al imperio romano, debido a su subsecuente conversión al cristianismo y a la pérdida de sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a través de fuentes romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles sobre sus creencias.

En contraste, la comunidad celta que mantuvo sus identidades políticas o lingüísticas (tales como las tribus de escotos y bretones de las Islas Británicas) transmitió por lo menos vestigios remanentes de las mitologías de la edad de hierro, las cuales fueron registradas a menudo en forma escrita durante la Edad Media.

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Fuentes históricas [editar]

Debido a la escasez de fuentes sobrevivientes que pongan por escrito el idioma galo, se conjetura que los celtas paganos no eran extensamente alfabetizados, aunque una forma escrita de la lengua gala, utilizando el alfabeto griego, latino e itálico del Norte, fue usada (según lo evidenciado por los artículos votivos que llevan las inscripciones en lengua gala y el Calendario de Coligny). Julio César da testimonio del alfabetismo de los galos, pero también describe que sus sacerdotes, los druidas, prohibieron utilizar la escritura para registrar ciertos versos de importancia religiosa,[1] haciendo notar también que los Helvecios tenían un censo escrito.[2]

Roma introdujo el hábito más extendido de inscripciones públicas, y debilitó el poder de los druidas en los territorios que conquistó; de hecho, la mayor parte de las inscripciones sobre deidades descubiertas en Galia (Francia moderna), Britania y en otros lugares representan territorios celtas posteriores a la conquista romana.

Aunque tempranamente los escotos de Irlanda y partes del moderno Gales usaron la escritura Ogam para registrar inscripciones cortas (en gran parte nombres personales), el alfabetismo más sofisticado no fue introducido a los territorios celtas que no habían sido conquistados por Roma hasta el advenimiento del cristianismo; de hecho, muchos mitos gaélicos primero fueron registrados por monjes cristianos, aunque sin la mayor parte de sus significados religiosos originales.

Comentarios de Julio César sobre la religión celta y su significado [editar]

La fuente clásica sobre los dioses celtas de la Galia es la sección "Commentarii de bello Gallico" de Julio César (52-51 ac; La Guerra de las Galias). En este, él nombra a los cinco dioses principales adorados en la Galia (según la práctica de su tiempo, él nombra a los dioses con el equivalente romano más cercano) y describe sus roles. Mercurio era la más venerada de todas las deidades y numerosas representaciones de él han sido descubiertas. Mercurio es visto como el creador de todas las artes (y a menudo es tomado para referirse a Lugus por esta razón), protector de aventureros y comerciantes y el más poderoso en relación al comercio y el beneficio. Además los galos reverenciaban a Apolo, Marte, Júpiter, y Minerva. Acerca de estas divinidades los celtas son descritos sosteniendo opiniones aproximadamente iguales a las de otros pueblos: Apolo disipa la enfermedad, Minerva anima habilidades, Júpiter gobierna los cielos, y Marte influye en la guerra. Además de estos cinco, él menciona que los Galos remontan su linaje a Dis Pater.

El problema con los 'equivalentes' dioses romanos de César [editar]

Debido a que César no describe a estos dioses por sus nombres celtas, sino por los nombres de las divinidades romanas con los cuales los comparó, este proceso confunde considerablemente la tarea de identificar a estos dioses galos con sus nombres natales en las mitologías insulares. Además retrata por medio de un esquema ordenado la deidad y su rol en una forma que es bastante desconocida y poco familiar a la literatura coloquial de ese tiempo. De todos modos a pesar de las restricciones, su lista final es una observación provechosa y fundamentalmente exacta.

Equilibrando su descripción con la tradición oral, o incluso con la iconografía gala, uno está preparado para recolectar los distintos entornos y los roles de estos dioses. Los comentarios de César y la iconografía aluden a períodos bastante distintos en la historia de la religión gala. La iconografía, en los tiempos romanos, es parte de un ajuste de grandes acontecimientos sociales y políticos, y la religión que esto representa se pudo haber mostrado realmente menos obvia que la mantenida por los druidas (orden sacerdotal) durante el período de la autonomía gala de Roma.

De forma inversa, el desear el orden es a menudo más aparente que verdadero. Por ejemplo, ha sido documentado que de los varios cientos de nombres incluyendo aspectos celtas atestiguados en la Galia, la mayor parte surge sólo una vez. Esto ha conducido a algunos estudiosos a concluir que las deidades celtas y los cultos relacionados eran locales y tribales y no pan-célticos. Los defensores de esta opinión citan la referencia de Lucan, una divinidad llamada Teutates, que ellos traducen como "espíritu tribal" (teuta se cree, puede ser interpretado como "la tribu" en Proto-celta). Sin embargo, la serie evidente de nombres divinos, puede ser justificada de manera diferente: muchos pueden ser meros epítetos aplicados a dioses claves adorados en cultos pan-celtícos. El concepto de panteón celtíco como un número grande de deidades locales es contradicho por ciertos dioses bien documentados cuyos cultos parecen haber sido seguidos a través del mundo celta.

Las ramificaciones de la mitología celta [editar]

La mitología celta se encuentra en un número variado, pero relacionado, de subgrupos distintos ampliamente relacionados por las ramificaciones del idioma céltico:

Deidades celtas [editar]

Los dioses de los celtas ancestrales [editar]

Aunque el mundo celta en su apogeo abarcara la mayor parte de Europa occidental y central, no estaba políticamente unificada, ni existía alguna fuente central sustancial de influencia cultural; por consiguiente, había mucha variación en las prácticas locales de la religión celta (aunque ciertos motivos, por ejemplo, la adoración al dios Lugh, parece haber difundido en todas partes del mundo Celta). Las inscripciones de más de trescientas deidades, que a menudo se comparan con su contraparte romana, han sobrevivido, pero de éstas las más representadas parecen ser los genii locorum, dioses locales o tribales, de los cuales solo unos pocos fueron extensamente adorados. Sin embargo, de lo que ha llegado a nuestros días de la mitología celta, es posible distinguir las concordancias que insinúan un panteón más unificado de lo que a menudo se cree.

La naturaleza y las funciones de estos dioses antiguos pueden ser deducidas de sus nombres, de la localización de sus inscripciones, su iconografía, y de las deidades romanas con las que han sido comparadas.

Los dioses de Irlanda [editar]

El corpus mítico de mayor antigüedad lo encontramos en los manuscritos correspondientes a la alta edad media de Irlanda, los cuales fueron escritos por cristianos, por lo que la naturaleza divina de sus dioses fue modificada.

El mito originario parece ser una guerra entre dos razas aparentemente divinas: los Tuatha Dé Danann, literalmente las Tribus de la Diosa Dana que constituyen lo que se denomina los grandes dioses del panteón irlandés y los Fomoré, pueblo misterioso que aparece constantemente en la tradición irlandesa constituido por gigantes que viven en las islas que rodean Irlanda y que continuamente amenazan con invadirla sin llegar a concretarlo. Estas guerras entre ambas razas representan la base del texto Cath Maige Tuireadh (la Batalla de Mag Tuireadh), así como fragmentos de la gran construcción pseudohistórica Leabhar Ghabhála Érenn (Libro de la Invasión de Irlanda).

Los Tuatha Dé Dannan representan las funciones de la sociedad humana como la realeza, artes y guerra, mientras que los Fomoré representan la naturaleza salvaje y las fuerzas oscuras siempre dispuestas a llevar al caos a la sociedad humana y divina.

Dagda [editar]

El dios supremo del panteón irlandés parece haber sido Dagda. Es Dios-druida y dios de los druidas, señor de los elementos y del conocimiento, jurista y temible guerrero. Durante la segunda batalla de Mag Tured, llevó a los Tuatha Dé Danann a la victoria frente a los Fomoré. Se le denomina Dagda por que es el "dios bueno", no bueno en un sentido moral, sino bueno en todo. Ha sido llamado Eochid ("padre de todos"), Lathir ("padre poderoso")y Ruadh Rofhessa ("rojo de la gran ciencia"). Dagda es una figura-paterna, un protector de la tribu y el dios céltico básico del que otras deidades masculinas eran variantes. Los dioses célticos eran entidades mayormente no especializadas, y quizás deberíamos verlos como un clan en lugar de como un panteón formal. En cierto sentido, todos los dioses y diosas célticos eran como el dios griego Apolo, quién nunca podría ser descrito como dios de alguna cosa.

Debido al carácter particular de Dagda es una figura de la burla ridícula en la mitología irlandesa, algunos autores concluyen que él fue confiado para ser lo suficientemente benévolo (o ineficaz) para tolerar un chiste a sus expensas.

Los cuentos irlandeses retratan a Dagda como una figura de poder, fácil de distinguir por su extrema glotonería y desbordante sexualidad. Lleva un caldero cuyo contenido es inagotable, prototipo del Grial, y un arpa mágica que puede tocar, por si sola, aires de lamento, de sueño, de muerte o de risa. Posee también, una maza; si golpea a alguien con uno de sus extremos, lo mata; si lo hace con el otro, lo resucita. Es, pues, el dios de la vida y de la muerte, absolutamente ambiguo y poseedor de fuerzas temibles que pueden ser buenas o malas. En Dorset existe una silueta famosa de un gigante itifálico conocido como el Gigante de Cerne Abbas mostrando una maza. Aunque éste fue realizado en tiempos romanos, durante bastante tiempo se ha pensado que representa a Dagda sin embargo, esto ha sido reconsiderado en el último tiempo, por los recientes estudios que muestran que puede haber habido una representación de lo que parece ser una amplio paño que cuelga del brazo horizontal de la figura, llevando a la sospecha de que esta realmente representa a Hércules, (Heracles), con la piel del León de Nemea encima de su brazo y llevando la maza que utilizaba para matar. En Galia, se especula que Dagda se asocia con Sucellos, dios de la agricultura, los bosques y las bebidas alcohólicas, provisto de un martillo y una copa.

En los relatos épicos más recientes, así como en las novelas artúricas, el personaje de Dagda aparece a menudo con la forma de un "Hombre de los Bosques", un patán que lleva una maza y que es señor de los animales salvajes.

Balar [editar]

Balar, Balor o Bolar, fue un dios irlandés que pertenecía a la raza de los gigantes Fomoré. Poseía un ojo en la frente y otro en la parte posterior del cráneo, que era maligno y que habitualmente mantenía cerrado. Cuando lo abría, su mirada era mortal para aquel en quien la fijara. Se conoce principalmente por haber matado al rey de los Tuatha Dé Danann, Nuada, motivo por el que su nieto Lug le dio muerte.

Mórrígan [editar]

Mórrígan, cuyo nombre significa literalmente "La reina de los fantasmas" era una diosa tripartita de la guerra de los celtas irlandeses antiguos que incitaba a los guerreros a combatir. Colectivamente era conocida como Morrigu, pero sus personalidades también eran llamadas; Nemhain (pánico), cuyo aspecto espantoso adoptaba sólo cuando se presentaba ante los que iban a morir; Macha (batalla), que aparece bajo la forma de una hembra de cuervo y Badh, cuyo nombre deriva del protocelta bodbh, "corneja", aspecto con que incitaba a los guerreros a la batalla. Ella es comúnmente conocida por estar involucrada en la Táin Bó Cúailnge, donde es al mismo tiempo una auxiliadora y un estorbo para el héroe Cúchulainn. A menudo se representa como un cuervo o corneja aunque podía adoptar muchos formas distintas (vaca, lobo o anguila).

Lúgh/Lug [editar]

La difusión extendida del dios Lug (aparentemente relacionado a la figura mitológica Lúgh en irlandés) en la religión céltica se sustenta por el gran número de lugares en los que aparece su nombre, extendiéndose por todo el mundo celta de Irlanda a Galia. Las más famosos de éstas son las ciudades de Lugdunum (la ciudad francesa moderna de Lyon) , Lugdunum Batavorum (la ciudad moderna de Leiden) y Lucus Augusta (la actual ciudad de Lugo), además la raíz Lug está presente en todo el cantábrico, como ejemplo tenemos la tribu de los Astures de nombre Lugones (que da nombre a una pequeña aldea, ahora conurbación de la capital asturiana) o el término Lugas que en las tierras interiores de Cantabria se refiere a los rayos de sol que se cuelan entre las nubes. Lug es descrito en los mitos célticos como un allegado a la lista de deidades, y normalmente se describe teniendo la apariencia de un hombre joven. Aunque es el dios más importante de la mitología irlandesa, no es el dios supremo, sino el "dios sin función" porque las tiene todas. Lug pertenece a los Tuatha Dé Danann por su padre, pero a los Fomoré por su madre y en la segunda batalla de Mag Tured, se impone como caudillo de los Tuatha dé Danann y los conduce a la victoria, matando a su propio abuelo Balar, el del ojo pernicioso. Su nombre proviene de una palabra indoeuropea que significa "blanco", "luminoso", pero también "cuervo", por lo que este animal parece estar vinculado de alguna forma con él. Posee un aspecto solar, pero no es un dios del sol, pues esta función era femenina entre los celtas. Sus armas eran la jabalina y la honda, y en Irlanda una fiesta, Lughnasa (irlandés moderno lúnasa) se conmemora en su honor.

Otros [editar]

Brigid (o Brigit), gran diosa irlandesa del fuego y la poesía. Se la considera hija de Dagda y pertenece a los Tuatha Dé Danann. Su nombre proviene de un radical que significa "altura", "eminencia", lo que señala su preeminencia. Aparece en la tradición irlandesa con distintos nombres, que simbolizan las funciones sociales que se le atribuyen, esquemáticamente ella es triple, pertenece a las tres clases de la sociedad indoeuropea; diosa de la inspiración y de la poesía (clase sacerdotal), protectora de los reyes y guerreros (clase guerrera) y diosa de las técnicas (clase de los artesanos, pastores y labradores).

Diosas de la naturaleza como Epona, diosa Gala o Galo-Romana, de los caballos. Se trata de la imagen de una antigua diosa-yegua cuyo nombre proviene del galo ("epo" = caballo, que corresponde al "hippos" griego y al "equus" latino), además de Tailtiu y Macha.

Los dioses masculinos incluyen a Goibniu, el dios herrero de los Tuatha Dé Danann. Es el señor de los artesanos, forja las armas de los guerreros y preside un extraño festín de inmortalidad, en el que los dioses se regeneran comiéndose los "cochinos mágicos" de Manannan. El nombre de Goibniu deriva del nombre "herrero" en celta.

Diancech, dios de la medicina en la tradición irlandesa. Participa en la batalla "Mag Tured" y abre una "fuente de salud" en la que mezcla numerosas hierbas que le permiten devolver la vida a los guerreros heridos o muertos

Angus, dios irlandés del amor, de sobrenombre "Mac Oc" (joven hijo). Hijo de Dagda e hijo adoptivo de Manannan. Posee un manto de invisibilidad con el que envuelve a quienes quiere proteger.

Los dioses de Gales [editar]

Los dioses de la Britania Prehistórica, también oscurecidos por siglos de cristiandad, llegan a nosotros por los manuscritos de Gales. Aquí existen dos grupos de lineajes de dioses; los niños de Dôn y los niños de Llyr, aunque cualquier distinción de función entre los dos grupos no está clara. Dôn, también conocida como Anna, Anu, Ana o Dana es la Diosa-madre de los antiguos celtas. En Irlanda, es la madre de los dioses, los famosos Tuatha Dé Danann. Se trata de una divinidad indoeuropea arcaica, conocida en la India con el nombre de "Anna Purna" (Ana la que provee) y en Roma como "Anna Parenna". Es más que probable que este personaje divino fuera cristianizado bajo la figura de "Santa Ana", madre de la Virgen María. Por otro lado Llyr es padre de un linaje de dioses, entre ellos Manannan, en la tradición irlandesa. Es una divinidad vinculada al mar, pero no es un dios del mar.

Dioses de la Galia [editar]

Los celtas de la Galia rindieron culto a varias deidades que nosotros conocemos poco más que sus nombres. El escritor romano Lucano (siglo I) menciona los dioses Taranis, Teutates y Esus ("Dioses de la noche"), pero existe muy poca evidencia de que éstos fueran deidades célticas importantes. Algunas de estos dioses y diosas pueden haber sido variantes de otros; Epona, por ejemplo, puede haberse convertido en la heroína Rhiannon en Gales, y Macha a quien se le rendía culto principalmente en Ulster. Los pueblos politeístas raramente cuidan y mantienen sus panteones en un orden aseado y ordenado en que a los investigadores les gustaría encontrarlos. Algunas de éstas son:

Cernunnos [editar]

Artículo principal: Cernunnos

Cernunnos (El Astado), es evidentemente de gran antigüedad, pero nosotros conocemos muy poco de él. Probablemente es él quién aparece realzado en el famoso caldero de plata encontrado en Gundestrup, Dinamarca qué data de 1 o 2 siglos adC. Se cree que es el dios de la abundancia y amo de los animales salvajes. Su naturaleza es esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene las orejas y los cuernos de un ciervo y lleva un "torque", especie de collar galo. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. Aparece como el amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje). Se le representa como el donador de un altar con un cesto de vituallas, pasteles y monedas.

Belenus [editar]

Artículo principal: Belenus

Belenus era una deidad regional a la que se le rendida culto principalmente en el norte de Italia y en la costa de la Galia mediterránea. Él era principalmente un dios de agricultura. Una gran fiesta llamada Beltaine es asociada con él. Algunos todavía debaten si él realmente era en absoluto una deidad. Su nombre significa "luminoso y brillante" y algunos creen que 'él' simplemente representa las grandes hogueras de la fiesta de Beltaine. Coincidiendo con esta idea al topónimo asturiano Beleñu proveniente del céltico Belenus, se le añadió el de San Xuan, por ser este el día de la celebración del solsticio de verano en el que se hacen las hogueras coincidente con el día de Beltaine.

Teutates [editar]

Artículo principal: Teutates

Dios guerrero y protector de las tribus. Se le identifica como el Marte romano y Dagda de los irlandeses. Formaba parte de los "dioses de la noche" junto a Esus y Taranis, siendo un dios que recibía muchos sacrificios por parte de los druidas. Se le adoraba sobre todo en la Galia y en la Bretaña romana.

Taranis [editar]

Artículo principal: Taranis

Dios del trueno, de la tormenta y el cielo. Era un dios temido, cuyo culto se extendía por la Galia y parte de Bretaña. En particular, su adoración era muy parecida a la de Teutates, ya que para aplacar su ira se le dedicaban sacrificios y era miembro de la triada formada por estos dos más Esus. Se le relaciona con Thor, por su similitud con los poderes del rayo y el trueno, y los romanos le identificaban con Júpiter.

Esus [editar]

Artículo principal: Esus

Dios sanguinario, señor de los bosques. Agrupado por Lucano junto a Teutates y Taranis como dioses principales de los galos. Recibía sacrificios debido al temor por ser un dios salvaje y ávido de sangre.

Héroes [editar]

Manannan [editar]

Manannan (o Mannawydan) ab Llyr (hijo de Llyr), personaje mitológico irlandés. Es un integrante de los Tuatha Dé Dannann. Es un poderoso mago, dueño de un casco flameante que encandila a sus enemigos, una coraza invulnerable, un manto de invisibilidad y una nave que surca el mar sin remos ni velas. Nativo de la Isla de Man, que toma su nombre de él; allí aún pueden verse las ruinas de las que se supone su gigantesca tumba, cerca del castillo de Peel.

Ogmios [editar]

Representa a la elocuencia, es un anciano todo arrugado, vestido con una piel de león; lleva maza, arco y carcaj. Tira de multitudes de hombres atados por las orejas con una cadenilla de oro cuya extremidad pasa por la lengua agujereada del dios. Ogmios es la elocuencia segura de su poder, el dios que, a través de la magia, atrae a sus fieles. Es también símbolo del poder de la palabra ritual que une el mundo de los hombres con el mundo de los dioses. En su nombre se profieren las bendiciones a favor de los amigos y las maldiciones contra los enemigos.

En Irlanda le llaman "Ogma". Es el inventor del "ogam", conjunto de signos mágicos cuya fuerza es tan grande que puede paralizar al adversario. También es un guerrero que participa eficazmente en la batalla "Mag Tured".

Nuada Airgetlam [editar]

Su nombre significa "brazo de plata" y pertenece a los Tuatha Dé Danann. Debido a que en el transcurso de la primera batalla de "Mag Tured", perdió un brazo y no podía reinar, el dios Diancecht le fabrica una mano de plata y así asume nuevamente la función de rey y conduce a los Tuatha Dé Danann en la segunda batalla de "Mag Tured".

Rhiannon [editar]

Heroína galesa, su nombre proviene de "Rigantona": la gran reina. Aparece como una amazona y escoge a Pwyll como esposo. Su hijo Pryderi le es arrebatado al momento de nacer y es acusada de haber hecho desaparecer al niño, es condenada a llevar sobre su espalda a todos los visitantes que vayan a la fortaleza de su esposo.

Gwyddyon [editar]

Es uno de los héroes más famosos de la tradición galesa. Es hijo de Dana y padre de Lleu Llaw Gyffes. Posiblemente su nombre puede significar "sabio". Representa el poder mágico heredado de los antiguos druidas.

Finn Mac Cumail [editar]

Es el guerrero y mago, es el hijo de Cumail y el padre de Ossian. Temible guerrero, venga a su padre muerto en combate y reconstituye la tropa de los "Fiana". Su nombre significa "Blanco, hermoso, rubio y de buena raza". Poeta y mago, conoce los doce libros de poesía y posee el don de la iluminación cuando se mordisquea el pulgar.

Cuchulain [editar]

Artículo principal: Cuchulain

Es el personaje más famoso de la epopeya irlandesa. Algunas versiones de su leyenda pretenden que es hijo del propio dios Lug. De verdadero nombre Setanta (donde reconocemos el nombre británico del camino), obtiene su sobrenombre de Cu-Chulainn (perro de Culann) después de matar al perro de los ulates, Culann, y prometer que lo reemplazaría como protector. Su furia guerrera es tal que es capaz de contorsiones inverosímiles, con las cuales deforma completamente su cuerpo, lo que acentúa su aspecto sobrehumano y hace de él un ser ciclópeo. De su cabeza emana la "Luz de Héroe", signo de los semidioses y de personajes inspirados por la divinidad.

Cuchulainn es un "héroe de luz", un héroe civilizador, personificación de la sociedad a la que pertenece, pero a la que él confiere un carácter divino. Representa, también, una especie de culto solar masculino (no existe un dios solar entre los celtas).

Arturo o Artús [editar]

Arturo o Artús es el personaje más importante de la tradición celta. Originariamente no era más -históricamente- que un modesto caudillo guerrero, un jefe de jinetes que alquilaban en cierto modo sus servicios a los reyes insulares hacia el año 500 de nuestra era, en la lucha desesperada que estos bretones sostenían contra los invasores sajones. Sus éxitos fueron tales, que la leyenda se adueñó del personaje, exagerando notablemente su papel y su poder, y confiriéndole una dimensión mitológica. Así es como Arturo, cuyo nombre (en realidad, sobrenombre) significa "que tiene el aspecto de un oso", adquirió todas las características de una divinidad de la tradición celta.

Otros mitos, de origen celta, vinieron a añadirse al esquema primitivo, y Arturo se convirtió en el símbolo de un mundo celta ideal que funciona en torno a un eje constituido por el rey. Pero este rey sólo tiene poder en la medida en que está presente, aunque sea sin actuar. Arturo y Merlín forman la famosa pareja rey-druida sin la que ninguna sociedad celta puede existir. Su padre fue el rey Úter Pendragón, que con la magia de Merlín engendró un hijo, Arturo, con la esposa del duque de Cornualles. La mujer, que se llamaba Igraine, ya le había dado dos hijas al duque: Morgause, que sería la esposa del rey Lot de Lothian y madre de sir Gawain, y Morgana, que aprendió las artes mágicas de Merlín y fue llamada "Le Fay" o "El Hada". Sucede a su padre al arrancar la espada Excalibur de la roca en la que estaba clavada. En todas las novelas de la Mesa Redonda, Arturo se distingue por cierta pasividad. Son sus caballeros quienes actúan en su nombre, y en el de la reina Ginebra, que es quien ejerce la soberanía. Ginebra ama a Lancelot, mejor caballero de Arturo e hijo adoptivo de la Dama del Lago. El reino se divide en dos cuando todos se enteran del adulterio gracias al Hada Morgana. Mordred (hijo incestuoso de Arturo y Morgana) mata a Arturo en una batalla, y Morgana lo lleva a Ávalon para cuidarle y enterrarle.

Merlín [editar]

Uno de los personajes más conocidos de la leyenda artúrica. Merlín tuvo una existencia real, setenta años después del Arturo histórico. Fue un reyezuelo de los bretones del norte, en la Baja Escocia, el cual, habiendo perdido el juicio a consecuencia de una batalla, se refugió en un bosque y se puso a profetizar. La leyenda se apoderó del personaje, y diversos elementos mitológicos vinieron a cristalizar sobre el mismo. Se encuentra en él el mito del loco inspirado por la divinidad, el del "hombre salvaje", señor de los animales y equilibrador de la naturaleza, el del niño que acaba de nacer y que revela el porvenir, y el del mago.

En la leyenda elaborada, Merlín es hijo de un demonio íncubo llamado Belial el Bestial, lo que explica sus poderes. Se opone al rey usurpador Vortigern, sirve y aconseja a Aurelio Ambrosio (Emrys Gwledig) y se convierte en consejero permanente y mago titular de Uther Péndragon. Hace que éste engendre a Arturo, obliga a reconocer a Arturo como rey de los bretones, le aconseja y ayuda en sus empresas, y establece la Mesa Redonda. Acaba sus días en el bosque de Broceliande junto a su amada Nimue, la Dama del Lago.

El culto céltico [editar]

Para los primeros celtas algunos árboles eran considerados sagrados. La importancia de los árboles en la religión celta es mostrada por el hecho de que muchos nombres de la tribu Eburonian contienen alguna referencia al árbol del tejo, mientras que nombres como Mac Cuilinn (hijo del acebo) y Mac Ibar (hijo del tejo) aparecen en los mitos irlandeses.

Los escritores romanos declararon que los celtas practicaron el sacrificio humano en gran escala lo que es apoyado periféricamente por fuentes irlandesas; sin embargo, la mayoría de esta información es de segunda mano y se basa en rumores. Existen muy pocos hallazgos arqueológicos que prueben el proceso sacrificatorio por lo que la mayoría de los historiadores contemporáneos tiende a considerar el sacrificio humano como raro dentro de las culturas célticas.

Existía también un culto al guerrero que se centraba en las las cabezas cortadas de sus enemigos. Los celtas proporcionaban a los muertos las armas y otros equipos que indicarían que ellos creían en otra vida posterior a la muerte. Antes del entierro, ellos cortaban también la cabeza de la persona muerta y estrellaban el cráneo, quizás para prevenir que vagara como fantasma.

Los templos [editar]

Una forma decorativa del trisquel o trinacria celta.

A menudo se dice que los pueblos celtas no construyeron ningún templo, y que sólo se rendía culto en el exterior, en los bosquecillos de árboles. La arqueología ha mostrado por un largo tiempo que esto es falso, con el descubrimiento de varias estructuras de templos a lo largo del mundo celta conocido. Con la conquista romana de partes del mundo celta, un tipo distinto de templo celta-romano denominado fanum también se desarrolló.

Los druidas [editar]

Artículo principal: Druida

Los druidas, quiénes han sido romantizados en la literatura moderna, fueron la gran clase hereditaria de sacerdotes responsables de transmitir y practicar las tradiciones mitológicas y religiosas de los pueblos célticos. El papel del druida puede compararse a la casta hindú de los brahmanes o al mago iraní, y como ellos se especializaron en las prácticas de magia, sacrificio y augurio. Debido a las similitudes entre estas clases y entre las ramas divergentes de descendientes de culturas indoeuropeas, se ha propuesto que los orígenes serían una clase similar entre los proto-indoeuropeos.

Los druidas eran particularmente asociados al roble y al muérdago (hierba parasítica) que normalmente crece en estos árboles); y se cree que ellos utilizaban a este último para preparar medicinas o pociones alucinógenas. Para ayudar a entender el significado, la palabra druida (galés derwydd ) se cree a menudo que viene de la raíz de la palabra que significa "roble" (galés derw ), aunque probablemente esta raíz proto-indo-europea puede haber tenido el significado general de solidez.

Los bardos, por otro lado, son aquéllos que relataban por medio de cantos las historias que recordaban los hechos de los guerreros tribales famosos así como las genealogías e historias de las familias de los estratos gobernantes entre las sociedades celtas.

La cultura céltica no era una cultura histórica, anterior al contacto con las civilizaciones mediterráneas, por lo que no dejaban su historia por escrito. Sin embargo, los pueblos celtas mantuvieron a menudo una intrincada historia hablada comprometida con la memoria y transmitida por los bardos. Similar a otras culturas pre-instruidas (vea, por ejemplo, los Vedas de India, los cuales fueron transmitidos por siglos solamente por la memorización de un formulario arcaico en Sánscrito que no se había hablado como lengua vernácula por cientos de años), los bardos facilitaron la memorización de tales materiales a través del uso de la métrica y rima poética.

Pudo haber existido además una clase de "videntes" o "profetas", los Strabo, de una palabra celta cuyo significado significa "inspirado" o "extático". Es por consiguiente posible que la sociedad celta tuviera, además de la ritualística y taumatúrgica religión de los druidas, un elemento del shamanismo de comunicación extática con el mundo de los muertos.

Significado de las profecías en el ritual druídico [editar]

Diodoro comenta sobre la importancia de profetas en el ritual druídico: Estos hombres predicen el futuro observando el vuelo y llamadas de los pájaros y por el sacrificio de animales sagrados: todos las ramas de la sociedad están en su poder…además en materias muy importantes ellos preparan a una víctima humana, a la que le clavan una daga en el pecho; observando la manera en que sus miembros convulsionan cuando él cae y el fluir de su sangre, de esta forma ellos pueden leer el futuro. Estos comentarios greco-romanos se apoyan de alguna manera en las excavaciones arqueológicas. En Ribemont en Picardy, Francia, se encontraron agujeros llenos de huesos humanos y huesos de muslo deliberadamente arreglados en modelos rectangulares. Se cree que esta urna fue llevada a tierra por Julio César mientras estaba dominando la Galia. En un pantano en Lindow, Cheshire, Inglaterra se descubrió un cuerpo que también puede haber sido la víctima de un ritual druídico. El cuerpo está ahora en exposición en el Museo Británico, Londres.

Remanentes modernos [editar]

Las creencias y conductas célticas tribales han tenido un gran impacto en las culturas célticas modernas. La mitología basada (aunque, no idéntica) en la religión pre-cristiana, fue de conocimiento común para la cultura céltica y trasmitida oralmente hasta el día de hoy, aunque en la actualidad este menguando. Varios rituales que involucran actos de peregrinación a los sitios como las colinas y pozos sagrados que se cree tienen poder curativo o propiedades beneficiosas todavía se llevan a cabo.. Basado en la evidencia del continente europeo, la adoración de varias figuras que son ampliamente conocidas por el folclóre de los territorios celtas de hoy o que toman parte en la mitología posterior al cristianismo se han descubierto en áreas en las cuales no existen registros antes de la cristiandad.

Algunos de éstos son:

  • Lugh en Irlanda, Lugus en Galia, y Lleu (a veces Llew) en Gales.
  • Brighid o Bríd en Irlanda, Brigindo en Galia, y posiblemente Brigantia en Bretaña.
  • Maponos en Bretaña y Galia, Mabon en Gales, y un dios probablemente relacionado al Aengus Mac Óg en Irlanda.
  • Núadha en Irlanda y Nodens en Bretaña.
  • Badhbh Catha en Irlanda y Cathubodua en Galia.

Las diferencias en los nombres son consecuencia de la desviación de los idiomas entre los distintos grupos.

Véase también:

Notas y referencias [editar]

  1. César De Bello Gallico 6.14
  2. César De Bello Gallico 1.29

Bibliografía [editar]

  • Ellis, Peter Berresford (1994). Dictionary of Celtic Mythology. Oxford: Oxford University Press. ISBN 0-19-508961-8.
  • Green, Miranda J. (1992). Dictionary of Celtic Myth and Legend. New York: Thames and Hudson. ISBN 0-500-27975-6.
  • MacCana, Proinsias (1970). Celtic Mythology. New York: Hamlyn. ISBN 0-600-00647-6.
  • MacKillop, James (1998). Dictionary of Celtic Mythology. Oxford: Oxford University Press. ISBN 0-19-280120-1.
  • O'Rahilly, Thomas F. (1946, reissued 1971). Early Irish History and Mythology.
  • Rosaspini Reynolds, Roberto (1999). Mitos y Leyendas Celtas. Buenos Aires:Ediciones Continente. ISBN 950-754-069-5.
  • Rosaspini Reynolds, Roberto (1999). Cuentos de Hadas Celtas. Buenos Aires:Ediciones Continente. ISBN 950-754-049-0.
  • Rosaspini Reynolds, Roberto (2000). Cuentos de Hadas Irlandesas. Buenos Aires:Ediciones Continente. ISBN 950-754-081-4.
  • Sjoestedt, M. L. (1949; translated by Myles Dillon. repr. 1990). Gods and Heroes of the Celts. Berkeley: Turtle Press. ISBN 1-85182-179-1.

Enlaces externos [editar]

En gallego [editar]

En español [editar]

En inglés [editar]

RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: CELTAS Y NACIONES CELTAS. Suelen denominarse como naciones celtas a aquellas naciones que han mantenido a lo largo de los siglos sus raíces en la cultura celta, generalmente manifestaciones relacionadas con la lengua. En un momento en la historia el conjunto entero de las islas británicas era predominantemente celta.

Naciones celtas

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Las Seis Naciones celtas:      Bretaña      Cornualles      Escocia      Gales      Irlanda      Isla de Man

Suelen denominarse como naciones celtas a aquellas naciones que han mantenido a lo largo de los siglos sus raíces en la cultura celta, generalmente manifestaciones relacionadas con la lengua. En un momento en la historia el conjunto entero de las islas británicas era predominantemente celta.

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Las Seis Naciones [editar]

Se reconoce generalmente como parte de las naciones celtas a:


La Liga Celta y el Congreso Celta sólo consideran como naciones celtas a las citadas anteriormente, que comparten la característica de tener un idioma celta hablado por parte de la población.

Otras regiones celtas [editar]

Celtas en Europa, pasado y presente:
     áreas de lengua celta en la actualidad      otras áreas de las seis naciones celtas reconocidas      áreas de Europa habitadas por celtas en el pasado

Se puede considerar que casi todas las regiones del oeste y centro de Europa han tenido alguna influencia celta; en algunas de ellas incluso existen movimientos que pugnan por el reconocimiento de dichos lugares como naciones celtas como es el caso de Galicia y Asturias.

La península Ibérica [editar]

Regiones de la península Ibérica, como Asturias o Galicia suelen ser resaltadas como áreas que habrían recibido una herencia cultural o histórica celta. Sin embargo, en ninguno de estos lugares ha sobrevivido una lengua celta lo que significa que no cumplen el criterio de inclusión y por lo tanto no pueden ser consideradas como tales. De ellas, la Liga Celta ha dicho que "pueden reclamar una herencia cultural o histórica celta".[1]

Referencias [editar]

  1. The six modern-day Celtic nations, en la web de la Liga Celta (en inglés).

Enlaces externos [editar]

RELIGIÓN CELTA Y MUNDO CELTA: CELTAS. Celtas (latín, Celtae; griego, Κέλτoι), término para caracterizar a un pueblo, conjunto de pueblos, rama de las lenguas indoeuropeas (Lenguas celtas) y cultura material (cultura arqueológica de La Tène). Este término es de origen griego (keltoi), quienes lo tomaron prestado de los indígenas ligures, supuestamente celtas, asentados alrededor de Massalia. Los celtas, al parecer, no tenían conciencia de sí mismos, como nosotros podemos tenerlo de ellos como grupo, por tanto eso hace dificultosa la tarea de delimitar el término. Se han llamado a sí mismos galos o celtas, según recoge Julio César.

Celta

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Distribución de los pueblos celtas:
     territorio central Hallstatt, en el siglo sexto a.C.      máxima expansión celta, en el siglo tercero a.C.      área Lusitana de Iberia, donde la presencia Celta es incierta      las seis "naciones celtas" que retuvieron las lenguas celtas en la edad moderna      áreas donde las lenguas celtas tienen presencia generalizada actualmente
Para el club de fútbol, véase Celta de Vigo.

Celtas (latín, Celtae; griego, Κέλτoι), término para caracterizar a un pueblo, conjunto de pueblos, rama de las lenguas indoeuropeas (Lenguas celtas) y cultura material (cultura arqueológica de La Tène). Este término es de origen griego (keltoi), quienes lo tomaron prestado de los indígenas ligures, supuestamente celtas, asentados alrededor de Massalia. Los celtas, al parecer, no tenían conciencia de sí mismos, como nosotros podemos tenerlo de ellos como grupo, por tanto eso hace dificultosa la tarea de delimitar el término. Se han llamado a sí mismos galos o celtas, según recoge Julio César.

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Origen de los celtas [editar]

La creación de un término ambiguo [editar]

El término celtas es un término multívoco y bastante ambiguo. No debería ser admitido para nada anterior al siglo V a. C., momento en que Heródoto se refiere a ellos. Hoy, algunos hablan de los celtas de la I E. del Hierro (lo que podría asimilarse con Hallstatt D).

No es un término unívoco y exige precaución. Ruiz Zapatero ha llamado la atención sobre el intento de la precisión del término que en realidad es algo más engañoso, complejo y amplio. Hubo muchos celtas. Se han intentado crear unos celtas homogéneos y bien definidos.

Evolución del término celta [editar]

Este concepto se ha ido creando a lo largo del tiempo y con diferentes fines, por ello es tan multívoco. Este proceso tiene tres fases:

Precedentes [editar]

El historiador latino Avieno recoge en su Ora Marítima un texto en torno al 520 a. C., también hablan sobre ello Heródoto y Hecateo de Mileto por el 500. En torno a esa fecha se sitúa a la Céltica en la zona alpina y el norte. El término keltoi es un nombre que los griegos conocieron oralmente de los indígenas, una transcripción fonética. Este término junto a keltiké nos da una ambigua referencia geográfica. Hay que tomarlo simplemente como un nombre dado a los habitantes al norte de los Alpes. Vemos la información geográfica aportada por Heródoto aquí:

«Empieza el Istro en la ciudad de Pireno desde los Celtas, los que están más allá de las columnas de Hércules, confinantes con los Cinesios, último pueblo de la Europa, situado hacia el Ocaso, y después de atravesar toda aquella parte del mundo, desagua en el ponto Euxino, junto a los Istrienos, colonos de los Milesios.»
Heródoto, Historias, II. XXXIII.

Más tarde, con César, Posidonio y demás, se convierte esta información geográfica en una de ámbito etnográfico. Sin embargo es una información limitada que no se puede extender ni geográficamente ni cronológicamente. Una de las fuentes historiográficas puede ser la lingüística, por la cual se ha averiguado que las lenguas célticas pertenecen al indoeuropeo. Gracias a este concepto lingüístico podemos trazar ciertos límites.

En cuanto a la celtomanía, los druidas siempre fueron un tema de interés y fascinación pero de los druidas históricos apenas se conoce nada. Muchos monumentos megalíticos de la prehistoria se han intentado relacionar con estos personajes y los celtas, de forma errónea pues son bastante anteriores. No obstante, con todo esto se difundieron ideas de que estos vestigios megalíticos pertenecían a la cultura celta. Un punto importante, y de cambio, supondrá el hallazgo de La Tène. La cultura celta irá unida a una cultura material específica de este yacimiento.

Consolidación de la identidad celtas. Cultura de La Tène [editar]

En esta etapa el término se configura y va consolidándose poco a poco. Los autores van aceptando las periodizaciones de La Tène en sus territorios de estudio. El camino para consolidarlo es el filológico. En última instancia nos ha conseguido delimitar un territorio. En cuanto a la península, los primeros intentos de identificación celta corrieron a cargo de Rubio de la Serna. En zonas peninsulares, como la gallega, se han intentado identificar con lo celta, para reforzar su identidad nacional. Hay que esperar a Almagro Basch y Bosch Gimpera para que lo celta se asiente en nuestro país.

De entender que hay algo celta en territorios peninsulares tendría que ver con la II E. del Hierro y con no pocas reservas. Se ha terminado por valorar correctamente La Tène. Colin Renfrew, en Arqueología y Lenguaje, ha resumido 8 puntos que podrían configurar lo céltico. Estos puntos han dado paso a un nuevo momento sobre la concepción de lo celta.

Crítica del concepto celta [editar]

Crítica del concepto a partir de 1980. Se rompe el consenso y aparecen las críticas. Sigue habiendo una tradición continuista que piensa en una sociedad celta, arte celta y espíritu celta. Otro grupo, es el de rechazo, abanderado por prehistoriadores británicos niegan los celtas y el prototipo creado en torno a ellos. Renfrew y Zapatero piensan que algunos planteamientos tradicionales nos permiten llevar a cabo una posición conciliadora e intermedia. Hay que acercarse a un concepto plural.

Hoy en día ninguna de las tres posiciones está por encima de la otra. Ninguna está en poder de la verdad absoluta sino que los prehistoriadores y arqueólogos se dedican a aumentar nuestro conocimiento sobre lo posible celta.

Los ocho puntos de Renfrew [editar]

Como se ha mencionado anteriormente, Renfrew elabora una lista que podría configurar el concepto de celta. Estos ocho puntos son formulados en el libro Arqueología y Lenguaje de Renfrew y han tenido mucha influencia en el mundo académico.

I. Pueblos denominados así por foráneos [editar]

Hecateo de Mileto los sitúa cerca de Massalia, Heródoto desde el nacimiento del Rin hasta las Columnas de Hércules y Avieno en la fachada atlántica. De ello sacamos que la keltiké estaría al norte de Alpes y Occidente del continente y que keltoi es un nombre que reciben los griegos de forma oral.

II. Pueblos autodenominados así [editar]

Hay que entender primero que es un ethnos, una autoconciencia de lo que es un grupo y que se da un nombre (etnónimo). Según César, se emplea galli y keltoi indistintamente en la Galia y sólo celtae es registrado en la tercera parte de Francia. Sugiere que no hay una sola etnicidad. Estrabón nos hablará de la falta de evidencias de que se llamen en Gran Bretaña e Irlanda celtas o galos a sí mismos. También habla de los keltiberi en la península. En consecuencia, el término tiene un carácter más restrictivo que en textos anteriores, en relación al avance del conocimiento.

III. Grupo lingüístico [editar]

Gentes que hablan lengua celta y por ello han quedado fijados como grupo lingüístico por investigadores modernos. En un principio, en el siglo XVII, se estudia la variabilidad de lenguas mundiales y al siglo siguiente se ve la relación de la lengua celta y gala en la época clásica. Más tarde se establece su dependencia con el indoeuropeo. Se puede clasificar como dos tipos de lengua, la celta Q y la P, en función del tratamiento de las "labiovervales oclusivas". También se distinguirán por su situación, continentales (Europa continental en la antigüedad) e insulares (islas Británicas en la E. Media).

  • Galo: es la mejor conocida documentalmente. Se poseen escritos del siglo III a. C. Está en alfabeto griego y posteriormente en latino. Es famoso el Calendario de Coligny.
  • Lepóntico: en la Galia Cisalpina. Inscripciones funerarias y grafitos en vasos y otros objetos cotidianos. Signario etrusco. Importancia de la Estela de Mesocco en el II a. C.
  • Celtibérico: conocido por topónimos (-seg, -samo, -briga). Conocido por epigrafía en alfabetos ibérico y latino. En leyendas monetales, grafitos e inscripciones funerarias. Gómez Moreno identifica las vocales y consonantes con cada signo. Se encuentran muchas téseras de hospitalidad con inscripciones en celtibérico. También hay inscripciones rupestres en lo que podrían ser santuarios. Por último, hay documentos con textos largos como el de Contrebia.
  • Gaélico: hablado en Irlanda y Escocia. Se conoce por inscripciones funerarias en piedra con alfabeto ogámico. Se escribe en vertical u horizontal. En el s. V llega la cristianización y el alfabeto latino. Dentro se distinguen el irlandés, el manx y el escocés.
  • Britónico: en el sur de Gran Bretaña hasta el VI d. C. Se divide en periodo prerromano (325 a. C.-43 d. C.), romano y post romano temprano (43-450) y post romano final (450-550). En los primeros periodos se bebe de fuentes griegas y romanas. Son inscripciones latinas y grafitos con textos breves. Entre ellos están el galés, el córnico y el bretón.

IV. Complejo arqueológico de la II E. Hierro: Cultura de La Tène [editar]

Franks en 1863 acuña el término late celtic, atribuyendo el material del hierro tardío a celtas históricos, esbozando el contenido étnico de La Tène. En 1872 Hildebrand subdivide la E. del Hierro en Hallstatt y La Tène, estableciendo celtas=cultura de La Tène. En 1885 Tischler subdivide Hallstatt en 2 y La Téne en 3. Reinecke añade una fase inicial a La Téne. En 1913 Dechelette define el concepto laténico superponiendo conceptos cronológicos, tipológicos y culturales.

Poco a poco se va a reconocer una cuna céltica en Centroeuropa. Se crean dos tradiciones, la francesa o tradicional que se refiere a celtas centroeuropeos y la anglosajona que engloba a los insulares.

V. Estilo artístico de la II E. del Hierro [editar]

El arte laténico se identifica con el céltico por la fórmula celtas=La Téne. Destacan los torques y los cascos. Queda reflejado ese estilo también en las monedas. Controvertido es el caso del caldero de Gundestrup, parecido al arte celta pero que parece pertenecer a tracios o dacios. Tampoco todas las regiones de habla celta coinciden su arte con el laténico.

VI. El espíritu celta [editar]

Atribución de ciertas virtudes y características a los celtas como es la independencia, el heroísmo, la arrogancia… Los clásicos les darán estas virtudes características a través de sus textos. Estrabón y Diodoro Sículo remarcan este espíritu, resaltando sus particularidades. Otro texto de Arriano sobre una reunión entre Alejandro y galos también lo pone de relieve, así como Polibio en la batalla de Telamón. Aquí nos sirve el fragmento de Polibio sobre dicha batalla para poner de relieve ese espíritu:

«Infundía también terror la vista y movimiento de los que se hallaban desnudos en la vanguardia, ya que sobresalían en robustez y bella disposición. Todos los que ocupaban las primeras cohortes estaban adornados de collares de oro y manillas; a cuya vista los romanos, ya se sobrecogían, ya estimulados con la esperanza de rico botín, concebían doblado espíritu para el combate. Después que los flecheros romanos avanzaron al frente, según costumbre, para disparar espesas y bien dirigidas saetas, a los galos de la segunda línea les sirvieron de mucho alivio sus sayos y calzones; pero a los desnudos de la vanguardia, como sucedía el lance al revés de lo que esperaban, este hecho los colocó en grande aprieto y quebranto. Porque como el escudo galo no puede cubrir a un hombre, cuanto mayores eran los cuerpos, y éstos desnudos, tanto más se aprovechaban los tiros. Finalmente, imposibilitados de vengarse contra los que disparaban, por la distancia y número de flechas que sobre ellos caía, postrados y deshechos con el contratiempo, unos furiosos y desesperados se arrojaron temerariamente al enemigo y buscaron la muerte por su mano, otros se refugiaron a los suyos, hicieron público su temor y desordenaron a los que estaban a la espalda. De esta forma fue derrotada la altivez de los "Gesatos" por los flecheros romanos. Lo mismo fue retirarse los flecheros y salir al frente las cohortes, que venir a las manos los insubrios, boios y tauriscos, y hacer una vigorosa resistencia. Cubiertos como estaban de heridas, mantenía a cada uno el espíritu en su puesto. Sólo había la diferencia que eran inferiores, tanto en general como en particular, en la estructura de las armas.»
Polibio, Historia Universal, I, II, VIII

VII. Arte irlandés del I Milenio d. C [editar]

Se llama celta a este arte como también se habla de la Iglesia celta. Los modelos estéticos celtas perviven. El cristianismo llega en el siglo V con Patricio. Gracias al latín se aprende la cultura antigua. En las recopilaciones de textos se aprecia el arte celta en sus miniaturas, como en los libros de Durrow y de Kells. Hoy en día esta cultura pervive. En cuanto a la literatura, se conservarán algunos ciclos como el de Ulster y el de Finn.

VIII. Valores heredados de los celtas [editar]

En el siglo XVI algunos eruditos ingleses y franceses se vanagloriaban de descender de los celtas, en particular de los druidas. Se empiezan a atribuir los monumentos megalíticos al celtismo, iniciándose una celtomanía. Se va sobreponiendo una visión romántica a la que contribuye un texto de Plinio sobre los druidas. Aquí está el texto que ha ido desdibujando la forma originaria de los druidas en una más romántica:

«Los druidas (porque así se llaman estos magos) no tienen nada más de sagrado que el muérdago y el árbol que lo soporta, siempre suponiendo que el árbol sea un roble(...) pero ellos sólo eligen arboledas compuestas de robles para buscar el árbol, y nunca realizan ninguno de sus ritos excepto en la presencia de una rama de él (...) De hecho creen que todo lo que crece sobre él ha sido enviado desde el cielo y es una prueba de que el árbol fue elegido por el dios mismo. Sin embargo, el muérdago se encuentra rara vez sobre el roble, y , cuando se encuentra, se recoge con la debida ceremonia religiosa, si es posible en el sexto día de la Luna (...) ellos llaman al muérdago por un nombre significativo, en su lengua, el que todo lo cura. Habiendo hecho los preparativos para el sacrificio y un banquete debajo de los árboles, ellos traen allí dos toros blancos, cuyos cuernos atan entonces por primera vez. Vestidos con ropas blancas, los sacerdotes ascienden al árbol y cortan el muérdago con una hoz de oro y lo reciben otros con una capa blanca. Luego matan a las víctimas, rogando a dios que otorgue este don propicio a aquellos a los que él ha admitido. Ellos creen que el muérdago, tomado como bebida, imparte fecundidad a los animales estériles y que es un antídoto para todos los venenos. Tales son los sentimientos religiosos que han mantenido muchas personas respecto a cosas sin importancia»
Plinio, Historia Natural, XVI, 249

Hoyen día, esta retórica céltica, se utiliza con fines políticos para reforzar las identidades nacionales. Se ve con Boadicea en Inglaterra, Vercingetórix en Francia, Viriato en Portugal, Breogán y Numancia en España.

Conclusión [editar]

En resumen, los arqueólogos han creado una historiografía celta y son responsables de los errores de aquella. Además están obligados a corregir las confusiones. Hay problemas en todas las concepciones, en mayor o menor medida, de lo celta. En especial invenciones posteriores como es el espíritu celta, la herencia celta y el arte irlandés. Por tanto, según Ruiz Zapatero lo celta es un celta inventado a partir de la información arqueológica y los datos de fuentes clásicas y medievales, sumando representaciones imaginarias.

Prehistoria e historia de los pueblos celtas [editar]

Es muy difícil distinguir los pueblos celtas o gaélicos entre los primeros grupos de indoeuropeos que penetraron en la Europa occidental y central. Sin embargo, es prácticamente seguro que participaron, junto a itálicos e ilirios, en la rápida y espectacular expansión de la Cultura de los Campos de Urnas del siglo XIII a. C., protagonizándola en la Europa occidental. En esta primera oleada, descendieron por la margen derecha del Ródano, ocupando Languedoc, Cataluña y el bajo valle del Ebro. Otra línea de expansión celta los llevó a Bélgica y el sureste británico.

Julio César ya había luchado contra ellos durante su conquista de la Galia y, con el tiempo, los romanos les arrebataron también sus dominios británicos e ibéricos. A finales del Imperio romano (476 d. C), los celtas tan sólo ocupaban partes del noroeste de Francia, Irlanda, Gales y algunas zonas de Escocia. Durante el transcurso de la Edad Media, reforzaron su control de Escocia e hicieron varios intentos de ampliar su territorio en Inglaterra.

A partir del siglo VIII a. C., los celtas participaron junto a los ilirios de la cultura de Hallstatt (Hierro-I), extendiéndose en esta fase por el interior de la Península Ibérica (siglo VII a. C.). En el siglo VI a. C. compartieron, sin embargo, el noreste ibérico con los íberos. Así, los celtas de Iberia iniciaron un desarrollo paralelo al de sus compatriotas continentales.


Desde el siglo IV a. C. los celtas continentales inauguran la cultura de La Tène, específicamente celta (Hierro-II). En esta fase, los celtas acabaron de ocupar el norte y centro de Francia (la Galia), el norte de Italia, así como la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes, alcanzando incluso una comarca de Asia Menor, que será conocida como Galatia. En esta época se construyen importantes villas fortificadas (lat. oppidum; pl. "oppida"), que sirven de centros comerciales y políticos. Es también en este período cuando el druidismo se extiende entre los celtas. Contrariamente a lo que se cree, los druidas no tenían templos de piedra ni arqueológicamente se ha podido enlazar el druidismo celta con Stonehenge, siendo la cultura megalítica anterior en varios milenios a la cultura celta y al fenómero del druidismo. Este error de asociar la cultura megalítica atlántica (presente en las islas británicas, Francia y España) con Stonehenge está muy extendido entre la gente por ser un invento del romanticismo del siglo XVIII. Como ejemplo: los celtas ibéricos no conocieron el fenómeno druídico, pero en España hay muchos restos megalíticos.

A partir del siglo II a. C., los celtas acusan la creciente presión militar de los germanos por el norte y, algo después, la de los romanos por el sur. En pocas décadas toda la Galia está ocupada por los romanos. La presencia romana en Gran Bretaña fue de escasa duración, lo que permitió a las lenguas celtas de esta isla (galés) sobrevivir y, más tarde, regresar al continente (Bretaña francesa).

Todavía en el siglo VII d. C. los celtas llevaron a cabo su quizá última expansión: los escotos irlandeses invadieron Caledonia, región que pasó a ser llamada Escocia.

Entre los restos arqueológicos celtas destacan los castros y los petroglifos (nota: muchos petroglifos son mil años anteriores a la cultura celta, aunque se seguirán haciendo durante el periodo celta), que se encuentran con frecuencia en el noroeste de la Península Ibérica.

Los pueblos y cultura célticas tuvieron una fuerte presencia, documentada por Plinio y otras fuentes, como el Leabhar Ghabhála Érenn, en el noroeste de la Península, en lo que es hoy la actual Galicia, el norte de Portugal, y la parte occidental de Asturias y León, asimilándose a la cultura castreña preexistente.

Celtíberos [editar]

El territorio peninsular sobre el que se asientan los recién llegados (preceltas) estaba habitado por pueblos preíberos (aparte de geográfico, íbero es un término cultural). Se discute mucho si se produjo un desplazamiento, una conquista, una alianza, asimilación, pacto o fusión entre celtas e íberos (de buen grado o como siervos). Los datos disponibles son contradictorios y las teorías de los autores difieren sobre el tema. Incluso podría darse una mezcla de todas las opciones posibles ya que las densidades de población y los recursos disponibles son muy especulativas. Las relaciones e influencias mutuas cambiaron con el paso del tiempo. Se atestigua una gran presencia precelta en zonas la Bética (actual Huelva, Sevilla) que se intentan explicar mediante la presencia de siervos, mercenarios o bolsas aisladas de colonos. Lo evidente es que en la península Ibérica falta realizar una campaña arqueológica seria que pueda dar datos fiables que permitan reconstruir el pasado.

Las primeras referencias escritas sobre los celtíberos se deben a geógrafos e historiadores greco-latinos (Estrabón, Tito Livio, Plinio y otros), aunque su estudio, que arranca del siglo XV, no adquiere rango científico hasta los inicios del siglo XX (marqués de Cerralbo, Schulten, Taracena, Caro Baroja, etc.), cobrando renovado impulso en los últimos años. Pese a este excepcional acervo literario, aún hoy se discuten aspectos claves para su definición: los confines de su solar, su verdadera personalidad o su propia genealogía.

Las fuentes clásicas son muy imprecisas respecto a su territorio, aunque podemos considerar que los celtíberos históricos se extendieron con seguridad por las provincias de Soria y Guadalajara, buena parte de La Rioja, este de Burgos, oeste de Zaragoza y Teruel, quizás norte de Cuenca y Asturias; diferentes interpretaciones amplían este marco hacia oriente y occidente. Pueden ser considerados como un grupo étnico, ya que incorporan entidades menores (arévacos, tittos, bellos y lusones, resultando polémica la inclusión de vacceos, pelendones y berones), sin que ello signifique la existencia de un poder centralizado y ni siquiera de una unidad política, salvo quizás, y de forma coyuntural, con ocasión de los acontecimientos militares del siglo II a. C.

Dado lo heterogéneo de la información literaria y de las evidencias arqueológicas de la cultura celtibérica, resulta difícil definirlos a partir de un único rasgo; no obstante, nos consta que hablaban una misma lengua, el celtibérico, cuyos testimonios escritos (utilizando el alfabeto ibérico), aunque tardíos, se extienden por un territorio que viene a coincidir básicamente con el descrito.

Según la visión tradicional, se explicaba su origen como resultado de la fusión entre celtas e iberos. En la actualidad, a partir de recientes estudios genéticos, se entienden como fruto de la evolución experimentada por algunos pueblos célticos peninsulares de la primera Edad del Hierro, sobre los que posteriormente ejerció una marcada influencia la cultura ibera.

La cultura de los celtíberos hizo suya la herencia de los iberos, de quienes adoptaron el sistema de escritura. Tras la caída de Numancia en el 133 a. C., su territorio pasó a formar parte de la provincia romana Hispania Citerior.

Los primeros textos celtíberos pueden fecharse aproximadamente entre principios del siglo II a. C. y el I d. C. El alfabeto utilizado en los textos más tempranos es el ibérico, que no resulta del todo adecuado para representar los distintos sonidos de la lengua celtibérica. El alfabeto latino ya está presente en algunos de los textos más tardíos. Muchas de las inscripciones contienen una fórmula onomástica estereotipada, como la que puede encontrarse en una lápida localizada en Ibiza: "Tirtanos de la familia de Abolus, hijo de Letondu, de Kontrebia Belaiska".

Existe también un buen número de monedas grabadas con el nombre celtíbero de la ciudad o de los habitantes de la ciudad en donde aquéllas fueron acuñadas. Además, se han encontrado 20 tesserae hospitales grabadas, pequeñas placas de bronce utilizadas como símbolo de pacto entre dos partes, generalmente entre un individuo y una comunidad, con las que el portador podía solicitar hospitalidad a lo largo de sus viajes. La mayoría de estas inscripciones son muy breves, con la excepción de la tessera de Luzaga (24 palabras).

Idioma [editar]

Véase también: Lenguas celtas

El idioma de los celtíberos existe hoy sólo en inscripciones antiguas. El idioma fue llevado a la Península por inmigrantes celtas de Galia y se habló en la partes centrales y norteñas. Es posible que el celtibérico no fuera el único idioma celta de Iberia, pues existen evidencias de nombres de lugares en el norte de Cataluña de que se hablaba galo allí. Por eso, y por el hecho de que quizá se hayan hablado otros idiomas indoeuropeos antiguos en Iberia, es difícil delimitar con exactitud la zona celtíbera.

Al oeste de la zona del celtibérico, el lusitanio se hablaba en lo que ahora es Portugal. Es posible que el lusitanio fuera un dialecto de celtibérico, o una lengua celta distinta. Otros creen que los pocos restos del idioma sugieren que el lusitanio era un idioma indoeuropeo distinto.

El celtíbero se hablaba a partir del 400 a. C. cuando Heródoto mencionó que los Keltoi vivían en el otro lado de las Columnas de Hércules, y los celtíberos se mencionaban en documentos romanos y griegos a partir del siglo III a. C. Los celtíberos por fin fueron dominados por los romanos después de 49 a. C., y desde luego su idioma cedió rápidamente al latín. Sin embargo, sobreviviría hasta los comienzos de la era cristiana.

El euskera es el único idioma prerromano de Iberia que ha sobrevivido. Como curiosidad, la actual Comunidad Autónoma Vasca, arqueológicamente, era una zona celtíbera, mientras que Navarra sería la zona euskérica. Hay unas palabras celtas en el vasco, prestadas del celtibérico. Algunas palabras celtíberas también fueron tomadas prestadas por el latín, y todavía sobreviven en el español moderno, por ejemplo, la celtíbera camanom pasó (irlandés céimm, galés cam; "paso"), prestada como camminum, dando "camino", en español y "chemin" en francés.

El celtíbero perteneció a una rama paralela de la familia celta. Muestra rasgos muy antiguos, y como el goidélico, había preservado la "kw" original. Esto, junto con las leyendas celtas que nos hablan de contactos antiguos entre Irlanda y los celtíberos, han llevado a sostener que el goidélico se llevó a Irlanda desde Iberia. Por cierto, había contactos entre los celtas de Iberia y los de Irlanda, pero la evidencia existente soporta mejor la interpretación de que el celtibérico y el goidélico son dos ramas semejantes pero distintas del celta, que se habían separado ambos muy temprano como dos idiomas celtas y no tuvieron una relación muy estrecha entre sí. El celtibérico no tuvo algunos rasgos muy distintivos del goidélico, por ejemplo, la posición inicial del verbo ni las preposiciones conjugadas. Los lingüistas consideran que dos idiomas tienen una afinidad estrecha si muestran innovaciones comunes. Esto exactamente no fue el caso del celtibérico y goidélico.

El celtibérico se escribió en un alfabeto que también se usó para escribir los otros idiomas prerromanos de la península. (ver Ogam) El alfabeto se utilizaba en primer lugar para escribir el idioma de los iberos, que no lo conocemos bien. El alfabeto no combina bien con la fonología de un idioma indoeuropeo, y esto hace aún más difícil la interpretación de las inscripciones celtíberas. Existe un gran número de inscripciones celtíberas, la mayoría de ellas palabras o nombres simples escritos en cerámica. También hay dos cortas inscripciones, más probablemente dedicaciones, de Peñalba de Villastar y de Luzaga. La inscripción más importante, sin duda, es la inscripción larga de Botorrita, cerca de Zaragoza.

La extinción del celtibérico no puso fin a la historia de los idiomas celtas en la Península. En los siglos V y VI, después de la caída del Imperio romano, algunos hablantes del celta británico huyeron desde el sur de Gran Bretaña para escapar de los invasores anglosajones. La mayoría de estos se instaló en Armorica en Galia (Bretaña moderna), y puede que pocos otros llegaran a Galicia, donde su idioma sobrevivió y se transformó de diversas maneras durante varias generaciones.

Religión [editar]

La religión de los antiguos celtas, particularmente la de los galos antes de la conquista romana, no es bien conocida, y los datos de que se disponen para reconstruirla son escasos y no muy precisos.

El culto estaba a cargo de los "druidas", sacerdotes que a la vez eran los educadores de la juventud. Los monumentos llamados "Piedras Druídicas", anteriores a la llegada de los celtas al oeste de Europa, parecen no haber representado ningún papel en la religión de los antiguos galos.

Durante mucho tiempo sólo existieron cultos locales especialmente relacionados con las montañas, los bosques y las aguas, a quienes se invocaba bajo diferentes nombres. Hallamos el dios Vosgos, la diosa Ardenas, el dios Dumias; las divinidades de las fuentes o de los rios: Sequana (la fuente del Sena), Nemausis (la fuente de Nimes).

Más tarde se estableció el culto de las grandes divinidades, más o menos común a toda la Galia, y que en la época galorromana se fueron identificando con las divinidades de Roma: Teutates, especie de Mercurio con algo de Júpiter y de Marte; Taranis, relacionado con el rayo, pero carente del poder supremo de Júpiter; Esus, dios de la guerra y del ganado, asimilado de Marte o de Silvano; Belenus, dios de las artes, relacionado con el sol y comparado con Apolo; Cernumnos, dios del sueño y de la muerte, como Plutón.

Junto a ellos figuraban diosas, como: Rosmerla, asociada a Teutates; Belisma, diosa de las artes del fuego, asimilada de Minerva; Epona, diosa de la abundancia agrícola, asimilada a Ceres.

Los galos tuvieron también divinidades abstractas o genios de las ciudades.

Entre las prácticas de la superstición popular es famosa la recolección, de acuerdo con prescripciones fijas, del muérdago, al que se consideraba dotado de virtudes extraordinarias.

Posible origen de los Celtas en España [editar]

Según un estudio realizado en la Universidad de Oxford, los celtas que habitaban el Reino Unido antes de la llegada de los sajones, los vikingos y los normandos, descienden de una tribu de pescadores procedentes de la Península Ibérica, y su composición genética es casi idéntica a los nativos de allí. Los pueblos que conservan mayores raíces celtas, como los escoceses, galeses e irlandeses, tendrían así parentesco con las poblaciones costeras de Iberia, sobre todo del norte: astures, cántabros y, principalmente, gallegos.

La investigación concluye que los celtas, la cultura prerrománica más importante de las islas británicas, provenían de territorio español. Al parecer, serían descendientes de una tribu de pescadores ibéricos que cruzaron el golfo de Vizcaya hace más de 4.000 años. Para llegar a esta conclusión, el equipo liderado por el profesor Brian Skyes, tomó muestras de ADN a más de 10.000 personas en el Reino Unido e Irlanda, en aras de elaborar un completo mapa genético.

Se ha analizado la composición del cromosoma 'Y', el sexual de los varones, que se hereda del padre. Resulta que casi la totalidad de los británicos procederáin de uno de seis diferentes grupos, siendo el más antiguo y extendido el celta. Hasta tal punto que la mayoría de los habitantes del Reino Unido (tanto en Escocia, Gales e Irlanda como en otras áreas) serían descendientes, muy remotos, de celtas ibéricos. Los análisis de ADN han revelado que las huellas dactilares de los celtas eran prácticamente idénticas a las de los habitantes del norte de España.

De acuerdo con este mapa, es en Irlanda, Escocia y Gales, donde se registra una mayor influencia celta, tanto cultural como morfológicamente. Pero he aquí la controversia: según el estudio, la herencia celta también es muy fuerte en Inglaterra, en contra de lo que se pensaba hasta ahora, una creencia que ha marcado profundamente la estructura política del país y dividido a la sociedad. Esta investigación contradice las teorías tradicionales que apuntan a que los celtas provienen del centro de Europa.

No obstante, es muy probable que la heréncia genética ibérica presente en las Islas Británicas esté relacionada con la expansión megalítica, anterior a la existencia de los celtas. Se tiene conocimiento de contactos comerciales y de una ruta de navegación antiquísima, prehistórica, que unía el golfo de Cádiz con lo que ahora son Irlanda y Gran Bretaña. A esto habría que sumarle la evidencia de que en el 10.000 a.C Europa estaba sufriendo una mini glaciación y la península Ibérica era uno de los pocos lugares en Europa donde el hombre podía vivir. Gran parte del continente Europeo, incluidas las islas británicas, estaba helado cubierto por el hielo. Al retirarse los hielos, se produjo una migración hacia el norte. Todo esto ocurrió mucho antes del nacimiento de ninguna cultura celta.

Bibliografía [editar]

Véase también [editar]

Referencias [editar]

Enlaces externos [editar]

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