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Filosofía, ramas de la filosofía

FILOSOFÍA: LAS VIRTUDES CARDINALES.

Virtudes cardinales

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Las virtudes cardinales son:

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Las virtudes cardinales en la antigüedad [editar]

En La República, Platón describe las cuatro virtudes cardinales como:[1]

  • Prudencia (calculativo) - véase el todo
  • Fortaleza (enérgico) - presérvase el todo
  • Templanza (apetitivo) - sirvése el todo
  • Justicia (virtud fundante/preservante) - conócese a sí mismo

Platón define cómo un individuo puede lograr estas virtudes: la prudencia viene del ejercicio de razón, la fortaleza de ejercer las emociones o el espíritu, la templanza de dejar que la razón anule los deseos, y desde estas la justicia viene, un estado en que cada elemento de la mente está de acuerdo con los otros.[2]

Platón describe la justicia como la virtud fundante y preservante porque sólo cuando alguien comprenda la justicia puede conseguir las otras tres virtudes, y cuando alguien posee todas las cuatro virtudes es la justicia que mantiene todos juntos.

También se encuentran formuladas en Cicerón, en su tratado De officiis (es decir, "Sobre las obligaciones") y por el emperador filósofo Marco Aurelio en sus Meditaciones. El Cristianismo añadió a estas virtudes las llamadas Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

Virtudes cardinales infusas [editar]

En teología católica las virtudes cardinales infusas son hábitos que disponen al entendimiento y a la voluntad para obrar según el juicio de la razón iluminada por la fe para que ésta escoja los medios más adecuados al fin sobrenatural del hombre.[3]

Se diferencian de las virtudes teologales en que no tienen por objeto a Dios mismo sino el bien honesto. Dado que ordenan los actos en orden al fin sobrenatural, se distinguen también de sus correspondientes virtudes adquiridas.

Naturaleza [editar]

Royo Marín siguiendo a Tomás de Aquino hace una analogía que permite aclarar mejor su función:

La relación que dicen las virtudes morales a las teologales es, en el orden de la gracia, la misma que dicen, en el de la naturaleza, las virtudes adquiridas a los actos de la sindéresis y rectitud de la voluntad.[4]
Royo Marín, op. cit. pág. 135.

Para determinar su número, los teólogos moralistas suelen considerar los objetos honestos de la voluntad y luego agruparlas en cuatro principales: prudencia, fortaleza, justicia y templanza. Son llamadas también virtudes morales.[5]

No son una especie de géneros de otras virtudes que serían sus «especies». Tienen sus objetos propios pero al mismo tiempo engloban a otras virtudes. Las demás virtudes se agrupan alrededor de las cardinales pero no son especies de ellas sino que al decir cardinales se subraya solo la influencia de unas en otras.

Su existencia fue negada por algunos famosos teólogos como Duns Scoto, Guillermo Durando y Gabriel Biel aunque otros de la categoría de Tomás de Aquino, Agustín de Hipona y Gregorio Magno admitían su existencia partiendo de algunos textos de la Sagrada Escritura:

Si amas la justicia, los frutos de la sabiduría son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, las virtudes más provechosas para los hombres en la vida.
Sb 8, 7
Mostrar en nuestra fe virtud, en la virtud ciencia, en la ciencia templanza, en la templanza paciencia, en la paciencia piedad, en la piedad fraternidad y en la fraternidad caridad
2P 1, 5-7

Notas [editar]

  1. «Cardinal Virtues: The Four-fold System». Catholic Encyclopedia (2009). Consultado el 2009-02-15.
  2. «Plato's Republic: Summaries and Commentaries - Book IV: Section Three». Yahoo Education. Consultado el 2009-02-15.
  3. La definición sigue la de la obra de Royo Marín que se cita en la bibliografía, pág. 135.
  4. Véase la fuente de la idea en Summa theologiae I-II q63 a3co.
  5. Cf. Ambrosio de Milán, Exposit. in Lc lección 5, nn. 49.62.

Véase también [editar]

Bibliografía [editar]

  • (1997) Catechismus Catholicae Ecclesiae. Roma: Libreria Editrice Vaticana. ISBN 88-209-2428-5.
  • ROYO MARÍN, ANTONIO (1988). Teología de la perfección cristiana. Madrid: BAC. ISBN 84-220-0183-7.

Enlaces externos [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: VIRTUDES: LA PRUDENCIA. La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. De comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas.

Prudencia

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Alegoría de la prudencia.

La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. De comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas.

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[editar] En el catolicismo

Para la ética católica, la prudencia dispone la razón a discernir, en cada circunstancia, el verdadero bien y a elegir los medios adecuados para realizarlo. Es guía de las demás virtudes, indicándoles su regla y medida. [1]

[editar] Iconografía

Los antiguos simbolizaron la prudencia por una efigie que, como Jano, tenía dos caras una de joven y otra de anciana. Los egipcios la representaban por una serpiente de tres cabezas, una de perro, otra de león y otra de lobo, dando tal vez a entender con ello que el hombre prudente debe poseer la astucia de la serpiente, la paciencia del perro, la fuerza del león y la agilidad del lobo.[2]

[editar] Referencias

  1. Compendio del catecismo de la Iglesia Católica 380
  2. Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (1906-1914)

[editar] Bibliografía

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

Commons

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FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: LA METODOLOGÍA. La Metodología, (del griego (metà "más allá" odòs "camino" logos "estudio"), hace referencia al conjunto de métodos de investigación utilizados para alcanzar una gama de objetivos en una ciencia. A diferencia de lo que sucede con el epistemólogo, el metodólogo no pone en tela de juicio el conocimiento ya obtenido y aceptado por la Comunidad científica. Su problema se centra en la búsqueda de estrategias válidas para incrementar el conocimiento.

Metodología

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La Metodología, (del griego (metà "más allá" odòs "camino" logos "estudio"), hace referencia al conjunto de métodos de investigación utilizados para alcanzar una gama de objetivos en una ciencia.

Aun cuando el término puede ser aplicado a las artes cuando es necesario efectuar una observación o análisis más riguroso o explicar una forma de interpretar la obra de arte. En resumen son el conjunto de métodos que se rigen en una investigación científica o en una exposición doctrinal.

Método es el procedimiento para alcanzar los objetivos y la metodología es el estudio del método.

A diferencia de lo que sucede con el epistemólogo, el metodólogo no pone en tela de juicio el conocimiento ya obtenido y aceptado por la Comunidad científica. Su problema se centra en la búsqueda de estrategias válidas para incrementar el conocimiento.

Por ello, la metodología se entenderá aquí como la parte del proceso de investigación (Método Científico), que sigue a la propedéutica, y permite sistematizar los métodos y las técnicas necesarias para llevarla a cabo. “Los métodos –dice Martínez Miguélez (1999)– son vías que facilitan el descubrimiento de conocimientos seguros y confiables para solucionar los problemas que la vida nos plantea”.

La metodología, como etapa específica que dimana de una posición teórica y epistemológica, da pie a la selección de técnicas concretas de investigación (Gamaliel López I, 1986:47). La postura filosófica acerca de la ciencia de la que parte el investigador, orientará su elección metodológica, es decir, lo guiará a la hora de resolver: cómo investigar el problema de investigación, con bases racionalistas, empiristas, pragmáticas, constructivistas, con un sentido crítico, escéptico o dogmático, con un enfoque positivista o dialéctico hermenéutico, ¿es el sujeto un ente pasivo o constructor del conocimiento?

La metodología dependerá, de esta forma, de los postulados que el investigador considere como válidos -de aquello que considere objeto de la ciencia y conocimiento científico- pues será a través de la acción metodológica como recolecte, ordene y analice la realidad estudiada.

No existe una metodología que sea la panacea absoluta, así que aparecen muchas veces ellas mezcladas unas con otras en relación simbiótica.

La validez otorgada al uso de uno u otro método estará dada en el marco de los paradigmas de la ciencia.

Véase también [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: LA EPISTEMOLOGÍA. La epistemología (del griego ἐπιστήμη (episteme), "conocimiento", y λόγος (logos), "teoría") es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida.

Epistemología

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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.[cita requerida]

La epistemología (del griego ἐπιστήμη (episteme), "conocimiento", y λόγος (logos), "teoría") es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida.

No se debe confundir a la epistemología con:

  • La gnoseología: Muchos autores franceses e ingleses identifican el término "epistemología" con lo que en español se denomina "gnoseología" o "teoría del conocimiento", rama de la filosofía que se ocupa del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico, el científico, el matemático, etc. De hecho, la palabra inglesa "epistemology" se traduce al español como "gnoseología". Pero aquí consideraremos que la epistemología se restringe al conocimiento científico.
  • La filosofía de la ciencia: La epistemología también se suele identificar con la filosofía de la ciencia, pero se puede considerar a esta última como más amplia que la epistemología. Algunas suposiciones que son discutidas en el marco de la filosofía de la ciencia no son cuestionadas por la epistemología, o bien se considera que no influyen en su objeto de estudio. Por ejemplo, la pregunta metafísica de si existe una realidad objetiva que pueda ser estudiada por la ciencia, o si se trata de una ilusión de los sentidos, es de interés en la filosofía de la ciencia, pero muchos epistemólogos parten de que sí existe, o bien consideran que su respuesta afirmativa o negativa es indiferente para la existencia de métodos de obtención de conocimiento o de criterios de validación de los mismos.
  • La metodología: También se puede diferenciar a la epistemología de una tercera disciplina, más restringida que ella: la metodología. El metodólogo no pone en tela de juicio el conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad científica sino que se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. Por ejemplo, la importancia de la estadística está fuera de discusión para el metodólogo, pues constituye un camino para construir nuevas hipótesis a partir de datos y muestras. En cambio, el epistemólogo a la vez podría cuestionar el valor de esos datos y muestras y de la misma estadística.

Véase también [editar]

Referencias [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: LA ESTÉTICA. La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Formalmente se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte". La palabra deriva de las voces griegas αἰσθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e -ικά (ica) «relativo a».

Estética

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El David de Miguel Angel, Florencia.
Este artículo trata sobre la rama de la filosofía llamada estética, para el tipo de establecimientos con el mismo nombre ver salón de belleza.

La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Formalmente se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte". La palabra deriva de las voces griegas αἰσθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e -ικά (ica) «relativo a».

La estética estudia las razones y las emociones estéticas, así como las diferentes formas del arte. La Estética, así definida, es el dominio de la filosofía que estudia el arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo eminente, lo feo o la disonancia. Desde que en [[1750](en su primera edición)y 1758 (en su segunda edición publicada)] Baumgarten usó la palabra "estética", se la designó como: "ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores". Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: calología, que atendiendo a su etimología significa ciencia de lo bello (kalos, «bello»).

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Concepto de estética [editar]

La estética es la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático del sentimiento puro y su manifestación, que es el arte, según asienta Kant en su "Crítica del juicio". Se puede decir que es la ciencia cuyo objeto primordial es la reflexión sobre los problemas del arte.

Si la Estética es la reflexión filosófica sobre el arte, uno de sus problemas será el valor que se contiene en su forma de manifestación cultural, y aunque un variado número de ciencias puedan ocuparse de la obra de arte, sólo la Estética analiza filosóficamente los valores que en ella están contenidos.

La estética en la filosofía [editar]

Artículo principal: Historia de la estética

Muchos son los pensadores que se han interesado por el arte y su significado:

  • Platón, cit. en Eggers Lan, Conrado: El sol, la línea y la caverna.
    • "—También decimos que hay algo Bello-en-sí y Bueno-en-sí [...] y llamamos a cada una «aquello que es»."
    • "[...] Leamos el pasaje siguiente de la República VI, 507b: [...] "—También decimos que hay algo Bello-en-sí y Bueno-en-sí y, análogamente, respecto a todas aquellas cosas que postulábamos como múltiples, las postulamos como siendo una unidad, de acuerdo con una Idea única, y llamamos a cada una «lo que es»."

mateo calle vera]]: la belleza: "[...] puesto que lo bello — sea animal o cualquier otra cosa compuesta de algunas —no solamente debe tener ordenadas sus partes sino además con magnitud determinada y no al acaso — porque la belleza consiste en magnitud y orden —, [...] como en cuerpos y animales es, sin duda, necesaria una magnitud, más visible toda ella de vez, de parecida manera tramas y argumentos deben tener una magnitud tal que resulte fácilmente retenible por la memoria".

"Considerada la proporcionalidad en su concepto de forma, se llama hermosura, la hermosura y el deleite no existen sin cierta proporción; y ésta primariamente consiste en el número

  • Diderot: Investigaciones sobre el Origen y la Naturaleza de lo bello.

Hay dos maneras de lo bello: - Lo bello fuera de uno: es todo aquello que contiene en sí mismo el poder de evocar en el entendimiento la idea de relaciones. Aquí se ve claramente el concepto de Orden. - Lo bello en relación con uno: todo aquello que provoca la idea anterior. Tiene dos maneras: lo bello real, y lo bello percibido. No existe lo bello absoluto. No es un asunto sentimental: - "La indeterminación de esas relaciones, la facilidad de captarlas y el placer que acompaña a su percepción, son los que crean la ilusión de que lo bello era más un asunto sentimental que racional".

"Situad la belleza en la percepción de las relaciones, y tendréis la historia de sus progresos desde el nacimiento del mundo hasta nuestros días".

- "El alma tiene el poder de unir las ideas que ha recibido separadamente,..."

  • Immanuel Kant: Crítica del juicio: "Para discernir si algo es bello o no, referimos la representación, no por el entendimiento al objeto con vistas al conocimiento, sino por la imaginación (tal vez unida al entendimiento) al sujeto y al sentimiento de agrado o desagrado experimentado por éste".

Lo estético: no se funda en conceptos, no se puede medir: "No puede haber ninguna regla de gusto objetiva que determine por conceptos lo que sea bello, puesto que todo juicio de esta fuente es estético, es decir, que su motivo determinante es el sentimiento del sujeto y no un concepto del objeto". No hay ciencia sino crítica de lo bello. La sensación sensorial es incomunicable. La comunicación viene de lo común (u ordinario) a todos.

  1. Regularidad,
  2. Simetría y conformidad,
  3. Armonía.

La belleza es la idea de lo bello: "... la cantidad rige la determinación de la forma puramente exterior, en tanto que por el contrario, la cualidad determina lo que la cosa en sí y en su esencia interior, ... en la medida se combinan ambas".

  • Arthur Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación. "La belleza consiste, por consiguiente, en la representación fiel y exacta de la voluntad en general, con ayuda de su fenómeno en el espacio solo, mientras que la gracia consiste en la representación adecuada de la voluntad con ayuda de su fenómeno en el tiempo,..."

La belleza descansa en la forma, pero sólo porque la forma se alumbró un día desde el ser como la entidad del ente. Forma y contenido, es forma y materia, lo racional y lo irracional, lo sujeto y objeto. Aquí forma se la interpreta como Orden y Clase de materia. Diferencia entre el arte y la belleza: el primero pertenece a la Lógica y el segundo a la Estética.

  • Bertrand Russell: Se refiere al análisis de la materia. plantea varias divisiones de los acontecimientos: físicos, y los que tienen leyes diferentes cada una en sí:
  • Fijos (los de "movimientos fijos")
  • Ritmos (procesos periódicos)
  • Trans - acciones (transición de quanta en que la energía pasa de sistema)
  • Fijos con ritmos vs. leyes de la armonía
  • Edmund Husserl: Las conferencias de París. La teoría trascendental de la percepción consiste en el análisis intencional de la percepción, la teoría trascendental del recuerdo e intuiciones, la teoría trascendental del juicio, la teoría trascendental de la voluntad, etc.

Diferentes autores se refieren a la metodología de estudio del arte y la belleza. A continuación autores y obras contemporáneas (con excepción de Aristóteles) que estudian la estética y el arte, y una pincelada de su ideología:

Dados modelos neurofisiológicos de la discriminación de estímulos aferentes, se procede a confeccionar un modelo cerebral hipotético denominado «centro de sensación estética». Se desarrolla una analítica matemática al respecto, y se observan múltiples resultados experimentales de laboratorio que son confirmatorios.

  • Calabrese: El lenguaje del arte. Jakobson trata de conjugar el estudio humanístico con las teorías científicas modernas, sobre todo el de las estéticas informacionales. Se presenta la matematización de la Estética como forma de expresión.
  • Moles: Teoría de la Información en la percepción estética. Considera Moles una estética exacta basada en los aspectos matemáticos de la teoría de la información y de la cibernética. Se entiende aquí que la concepción del mundo exterior depende del conocimiento de nuestros procesos perceptivos. Trabaja este autor en los mensajes visuales y auditivos. La información estética que estudia está sujeta al orden de la probabilidad de su codificación.
  • Bense: Aesthetica define el arte como una intervención de seres inteligentes sobre las situaciones estéticas, es decir, que toda realidad física es soporte de una realidad estética fundada en un proceso de comunicación.
  • Nake: Tiene una definición precisa y abstracta de estética que define es sus dos formas analítica y generativa.

Sus pilares han sido la semiótica de Peirce y de Morris, los autores Shannon y Weaver en la teoría de la información, la cibernética de Wiener, la gestáltica de Ehrenfels, y el impulso de la estética matemática en Birkhoff.

  • Arnheim: Arte y entropía. Tiene en cuenta las teorías analíticas del arte basadas en las ciencias exactas (cibernética, matemática, física teórica y teoría de la información). Señala una forma unificadora de teorizar todos los aspectos de la vida cultural. Su fórmula fundamental es la entropía informática, conectándose de esta manera con el segundo principio de la termodinámica y encuadrando una estadística de la realidad física.

Arnheim, para teorizar las consideraciones de la información a las actividades estéticas, estudiar mejor los conceptos de orden y desorden entrópicos, y verificar sus consecuencias en la noción de estructura. La consecuencia obvia es que el arte escapa a cualquier intento de previsión y de regulación «exacta».

  • Umberto Eco: Muestra cómo algunas aplicaciones de la teoría de la información a objetos estéticos pueden ser reasumidas y englobadas en el cuadro de una semiótica general.
  • Volli: La ciencia del arte. Con similares contenidos a la obra de Eco, agrega a la cibernética conceptos matemáticos. Reconoce una aplicación a ambos dominios culturales: lo humanístico y lo científico. No intenta englobar los análisis científicos del arte dentro de una semiótica del arte mismo, sino que busca una interdisciplinariedad con la cibernética, la información, la lingüística y la lógica.

La Estética en el siglo XX [editar]

El arte del siglo XX supone una reacción contra el concepto tradicional de belleza. Algunos teóricos (Hal Foster) llegan incluso a describir el arte moderno como "antiestético".

Evoluciones como la aparición de la fotografía, capaz de reproducir con fidelidad absoluta su modelo, o los medios mecánicos de reproducción de las obras, que las introducen en el conjunto de los bienes de consumo en nuestra sociedad, suponen a principios del siglo XX una verdadera convulsión para la teoría y la práctica artísticas. Así no sólo el campo de estudio de la Estética sino el propio campo de trabajo del arte se orienta hacia una profundísima corriente autorreflexiva que ha marcado todo el arte del siglo veinte: ' ¿qué es el arte?', '¿Quién define qué es arte?'. El dadá utilizaba el collage para mostrar su naturaleza fragmentada; Joseph Beuys (y en general toda la corriente povera europea) usaba materiales como troncos, huesos y palos para su obra, elementos tradicionalmente "feos"; los minimalistas utilizarían acero para resaltar lo industrial del arte mientras Andy Warhol lo intentaría mediante la serigrafía. Algunos incluso se desharían completamente de la obra final para centrarse únicamente en el proceso en sí.

Antiestética [editar]

Lo horrendo, grotesco y desconcertante, lo atrozmente impactante, también puede ser bello. La representación de una tortura o de un suplicio inhumano ¿puede ser bella? (Laocoonte). ¿Se puede obtener placer, incluso goce sexual del dolor ajeno o incluso del propio? (Marqués de Sade, Leopold von Sacher-Masoch). Esta reflexión estética y su aplicación en las obras de arte aparece con el prerromanticismo del siglo XVIII y se acentúa con el romanticismo del XIX. Edgar Allan Poe demuestra cómo el principal objetivo del arte es provocar una reacción emocional en el receptor. Lo verdaderamente importante no es lo que siente el autor, sino lo que este hace sentir al receptor de su obra, que debe ser condicionado de manera que su imaginación sea la que construya el mensaje que transmite la obra, sin necesidad de que el autor lo exprese directamente, si es que realmente la obra tiene un solo significado o solo el objetivo de que el receptor imagine. No sólo poemas de ambientación siniestra, sino también escenas grotescas, desde crímenes sádicos al terror más consternador. El arte contemporáneo no buscó principalmente la belleza serena o pintoresca, sino también lo repulsivo o melancólico, y provocar ansiedad u otras sensaciones intensas, como en El Grito de Edvard Munch y en movimientos como el expresionismo y el surrealismo. Se rechaza el arte vacío, que no busque una emoción en el receptor, ya sea una reflexión o un sentimiento, incluidos la angustia o el temor.

Otro modo de entender la antiestética es el rechazo de la estética establecida, entendiendo ésta como la moda o la imagen personal.

Bibliografía consultada [editar]

  • ADORNO, Theodor, Teoría Estética, Madrid, Akal, 2004.
  • ÁLVAREZ, Ernesto. Hostos novelista: Estética y psicología en La peregrinación de Bayoán. Río Piedras: Edil, 2000.
  • AFNÁN, Shoeil F.: El pensamiento de Avicena (1958), trad. por Vera Yamundi, Mexico, F.C.E., 1978.
  • ANSELMO, Santo: Proslogion (1033-1109), trad. por Manuel Fuentes Benot, 5a ed., Bs. As., Aguilar, 1970.
  • ARISTÓTELES: Poética, trad. por Juan David García Bacca, Mexico, Univ. Nac. Autónoma de Mexico, 1946, 7 (1451a).
  • ARNHEIM, s/n: Arte y entropía, 1971, cit. por Omar Calabrese: : El lenguaje del arte, Bs As., Paidós, 1987.
  • BECHTEL, W.: Filosofía de la mente, Madrid, Tecnos, 1991, caps. 3 y 4.
  • BENSE, Max: Aesthetica, 1965, cit. por Omar Calabrese: El lenguaje del arte, Bs As., Paidós, 1987.
  • BUENAVENTURA, Santo: Itinerario de la mente a Dios, s/l, Aguilar, 1962, cap. II.
  • CALABRESE, Omar: El lenguaje del arte, Bs As., Paidós, 1987.
  • DIDEROT, Denis: Investigaciones sobre el Origen y la Naturaleza de lo bello, trad. por Francisco Calvo Serraller, Bs. As., Orbis, 1984.
  • EDDINGTON, Arthur S. La naturaleza del mundo físico (1937), trad. por Carlos María Reyles, 2a ed., Bs. As., Sudamericana, 1952, cap. IV, pp. 91-92 y 96.
  • EGGERS LAN, Conrado: El sol, la línea y la caverna, Bs. As., Ed. Universitaria de Bs. As., s/f, cap. VI.
  • ECO, Umberto: Estética y teoría de la información, 1972, cit. por Omar Calabrese: El lenguaje del arte, Bs As., Paidós, 1987.
  • GMURMAN, V. E.: Teoría de las probabilidades y estadística matemática, trad. por Akop Grdian, Moscú, Mir, 1974, Parte primera, cap. primero, 3, p. 19.
  • HEGEL, J. G. F.: Estética, trad. por Ch. Bénard, 2a ed., Madrid, Daniel Jorro, 1908, t. I.
  • HEIDEGGER, Martín: El origen de la obra de arte, en Arte y poesía, Mexico, F.C.E., 1952, pp. 31-96.
  • HOBBES, Thomas: Leviatán (1651), trad. por Manuel Sánchez Sarto, Mexico, F.C.E., 1940, PARTE I, cap. 5, págs. 32-33.
  • HUSSERL, Edmund: Las conferencias de París (1942), trad. por Antonio Zirión, Mexico, Universidad Nacional Autónoma de Mexico, 1988, p. 28.
  • JACQUES AUMONT: La estética hoy (?) Editorial Cátedra
  • KANT, Immanuel: Crítica del Juicio (1790), trad. por José Rovira Armengol, Bs. As., Losada, 1961. PRIMERA PARTE, SECCIÓN SEGUNDA.
  • KANT, Immanuel: Crítica de la Razón pura (A 1781 y B 1787), trad. por Pedro Ribas, Madrid, Alfaguara, 1978.
  • LATHI, B. P.: Introducción a la Teoría y Sistemas de Comunicación, Mexico, Limusa, 1974.
  • LOCKE, John: Ensayo Sobre el Entendimiento Humano (1690), trad. por Edmundo O´Gorman, Mexico, F.C.E., 1956.
  • MOLES, Abraham: Teoría de la Información en la percepción estética, 1958, cit. por Omar Calabrese: El lenguaje del arte, Bs As. Paidós, 1987.
  • PLAZAOLA, Juan: Introducción a la Estética. Historia, Teoría, Textos, 4a ed., Bilbao, Universidad de Deusto, 1999. ISBN 978-84-7485-191-5
  • PRIGOGINE, Ilya: ¿Tan sólo una ilusión? (1983), trad. de Francisco Martín, Barcelona, Tusquets, 3a ed., 1993, Primera Parte, cap.: Tiempo, vida y entropía, 3, p. 127.
  • RASHEVSKY, Nicolás: Progresos y aplicaciones de la biología matemática, trad. por Máximo
  • Valentinuzzi, Bs. As., Espasa-Calpe, 1947.
  • RUSSELL, Bertrand: Análisis de la materia (1927), trad. por Eulogio Mellado, 2a ed., Madrid, Taurus, 1976.
    • LIBRO TERCERO, Segunda consideración, 49, p. 63; 50, p. 66.
    • LIBRO TERCERO, Segunda consideracón, 45, p. 55.
  • SCHOPENHAUER, Arthur: El mundo como Voluntad y Representación (1844), trad. por Eduardo Ovejero y Maury, Bs. As., El Ateneo, 1950, vol. II, Libro III, cap. XXXIV, pp. 444 y 446; Libro III, cap. XXXV, p. 453.
  • VOLLI, Hugo: La ciencia del arte, 1972, cit. por Omar Calabrese: El lenguaje del arte, Bs As., Paidós, 1987.
  • WITTGENSTEIN, Ludwing: Tractatus logico-philosophicus (1918), trad. por E. T Galván, Madrid, Alianza, 1973.

Véase también [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: FILOSOFÍA DE LA QUÍMICA. La filosofía de la ciencia se ha centrado en la física durante los últimos siglos, y, durante el último siglo en particular, se ha dedicado de forma creciente a la reflexión sobre los constituyentes últimos de la existencia, o a lo que se podría llamar reduccionismo. Así, por ejemplo, ha dedicado una considerable atención a las implicaciones filosóficas de la teoría especial de la relatividad, de la teoría general de la relatividad y de la mecánica cuántica. En años recientes, no obstante, se ha prestado una mayor atención tanto a la filosofía de la biología y a la química, en tanto están relacionadas con los estadios intermedios de la existencia.

Filosofía de la química

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La filosofía de la química considera la metodología y las suposiciones subyacentes a la ciencia química. Es estudiada por filósofos, químicos y equipos de filósofos y químicos.

La filosofía de la ciencia se ha centrado en la física durante los últimos siglos, y, durante el último siglo en particular, se ha dedicado de forma creciente a la reflexión sobre los constituyentes últimos de la existencia, o a lo que se podría llamar reduccionismo. Así, por ejemplo, ha dedicado una considerable atención a las implicaciones filosóficas de la teoría especial de la relatividad, de la teoría general de la relatividad y de la mecánica cuántica. En años recientes, no obstante, se ha prestado una mayor atención tanto a la filosofía de la biología y a la química, en tanto están relacionadas con los estadios intermedios de la existencia.

En la filosofía de la química, por ejemplo, nos podemos preguntar, dada la realidad cuántica del nivel microcósmico y dadas las enormes distancias entre los electrones y el núcleo atómico, cómo es posible que no seamos capaces de atravesar las paredes con nuestras manos, como podría predecirse a partir de la física. La química proporciona la respuesta, y así podemos entonces preguntarnos qué distingue a la química de la física.

En la filosofía de la biología, que está estrechamente relacionada con la química, nos interesamos por lo que distingue a un ser vivo de una cosa sin vida en el nivel más elemental. ¿Puede una cosa viva ser comprendida en términos puramente mecánicos, o, como el vitalismo sugiere, hay siempre algo más allá de los meros estadios cuánticos?

Finalmente, los temas de la filosofía de la química pueden no ser, desde un punto de vista conceptual, tan profundamente perturbadores como el problema de las distancias en mecánica cuántica para la filosofía de la física, y pueden no ser tan conceptualmente complejos como los argumentos de la optimalidad en la biología evolutiva. Sin embargo, son cuestiones las suyas esenciales para entender en qué consiste el trabajo de la ciencia y el progreso.

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Fundamentos de la filosofía de la química [editar]

Los filósofos de la química discuten, por ejemplo, si la naturaleza es simétrica en los términos en que son la mano derecha y la izquierda. Las moléculas orgánicas (i.e., basadas en el carbono) son las que con más frecuencia se presentan de una manera u otra, i.e., son "estéreo-específicas". Los aminoácidos zurdos y el azúcar diestro son las bases de la química de la vida. Los químicos, bioquímicos y biólogos eluden el debate sobre los orígenes de esta especificidad estéreo. Los filósofos quieren saber si la vida emergió de forma contingente en medio de un mundo sin vida y simétrico, o si la vida emergió, en parte, porque la química ya era estéreo-específica. Algunos especulan con que los humanos sabrán la respuesta solo cuando podamos comparar la vida terrestre con la vida extraterrestre. Algunos filósofos se cuestionan si los humanos 'desean' de verdad que la naturaleza sea simétrica, lo que provoca su resistencia a atender a pruebas que indican lo contrario.

Uno de los temas más tópicos es el de determinar en qué medida la física, específicamente la mecánica cuántica, explica los fenómenos químicos. ¿Puede la química, de hecho, ser reducida a la física como es aceptado por muchos, o hay aspectos que no puede explicar? Algunos autores han sugerido recientemente que hay gran cantidad de dificultades en este programa reduccionista, aun a pesar de nuestro conocimiento cada vez mayor del ámbito microcósmico. El notable filósofo de la ciencia Karl Popper, entre otros, llegó a predecir muchas más dificultades.

Metodología [editar]

La química es, en cierto sentido, la ciencia paradigmática del laboratorio, que se apropia tanto de la física experimental como de la teórica. Mientras que los astrónomos tienen que trabajar sin experimentar directamente con los alejados objetos de su atención, y los biólogos tienen que experimentar dentro de los límites éticos y legales que restringen el tratamiento de los elementos más próximos a su ciencia, a la química se basta con, e incluso fue quien dio lugar a ello, las explicaciones que aparecen en los libros acerca de lo que constituye el método científico.

Un tema que surge de los experimentos químicos es el del valor de la ambigüedad como una espuela que anima al tipo de ciencia que hace la química. Emily R. Grosholz y Roald Hoffmann, por ejemplo, han afirmado que las equivocaciones en química han ayudado a sortear el hueco entre la experimentación y la teoría, por lo que ayudaron a hacer avanzar a la especialidad. Tal argumento trastoca las preconcepciones en el sentido de que mientras más claros estén los conceptos, más útiles resultarán.

Filósofos de la química [editar]

Varios filósofos y científicos se han dedicado a la filosofía de la química en los últimos años, especialmente, el filósofo belga Jaap van Brakel, quien escribió "La Filosofía de la Química" (2000) y el químico maltés Eric Scerri, editor de la revista "Foundations of Chemistry" y autor de Normative and Descriptive Philosophy of Science and the Role of Chemistry in Philosophy of Chemistry [[2004].Scerri está especialmente interesado en los fundamentos filosóficos de la tabla periódica, y en cómo la física y la química se entrecruzan en relación a ella, lo que demuestra, según él, que no se trata solo de un asunto científico sino también filosófico. Además hay que destacar al filósofo alemán Joachim Schummer, quien es editor de la revista en línea HYLE; esta revista esta especializada en filosofía de la química, ha diferencia de Foundations of Chemistry que es interdisciplinaria. Schummer es filosofo, Scerri es químico. En America Latina hay únicamente filosofía de la ciencia pero dentro del campo de la física, no hay ciertamente un especialista; la mayoría de especialistas trabajan con historia de la química o simplemente hablan de la filosofía de la química como parte de la didactica de la misma. Sin embargo, el filósofo-Ing. Químico méxicano Hugo E. Villarreal Sánchez. (Facultad de Filosofía-UNAM, UAM Azcapotzalco), junto con el Dr. Martín Labarca (CONICET, Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, Argentina – Universidad Nacional de San Martín, Argentina) y la Dra. Olimpia Lombardi (CONICET, Argentina – Universidad Nacional de Quilmes - Universidad Autónoma de Madrid) son quienes más conocen y dominan estos temas.

Aunque en otros campos de la ciencia los estudiosos del método en cuestión no son generalmente practicantes del campo, en química (especialmente en química sintética orgánica), el método intelectual y los fundamentos filosóficos de la química son frecuentemente explorados por investigadores con programas de investigación activos. Elias James Corey desarrolló el concepto de "retrosíntesis" publicando una obra seminal "the logic of chemical synthesis" que deconstruye estos procesos de pensamiento y especula sobre la síntesis asistida por ordenador. Otros químicos como K.C. Nicolaou (que ha publicado "classics in total synthesis") han seguido su estela.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: FILOSOFÍA DE LA BIOLOGÍA. La filosofía de la biología es una subdisciplina de la filosofía de la ciencia encargada del estudio de los presupuestos e implicaciones filosóficas (epistemológicos y ontológicos) de la biología. La historia de la biología, la sociobiología y la bioética son campos de investigación estrechamente relacionados con la filosofía de la biología.

Filosofía de la biología

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La filosofía de la biología es una subdisciplina de la filosofía de la ciencia encargada del estudio de los presupuestos e implicaciones filosóficas (epistemológicos y ontológicos) de la biología. La historia de la biología, la sociobiología y la bioética son campos de investigación estrechamente relacionados con la filosofía de la biología.

Temas principales [editar]

Véase también [editar]

FILOSOFÍA, RAMAS DE LA FILOSOFÍA: FILOSOFÍA DE LA FÍSICA. La Filosofía tiene un papel fundamental en el ámbito de la física, especialmente en tiempos recientes, debido al más minucioso análisis que la Física ha hecho de asuntos tradicionalmente objeto de análisis de la filosofía, como la naturaleza del tiempo y el espacio. La filosofía de la física contribuye a través de la crítica de los productos de la Física, retroalimentándola.

Filosofía de la física

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La Filosofía de la física es la parte de la filosofía que se dedica al análisis de la ciencia física.

La Filosofía tiene un papel fundamental en el ámbito de la física, especialmente en tiempos recientes, debido al más minucioso análisis que la Física ha hecho de asuntos tradicionalmente objeto de análisis de la filosofía, como la naturaleza del tiempo y el espacio. La filosofía de la física contribuye a través de la crítica de los productos de la Física, retroalimentándola.

Contenido

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Antecedentes [editar]

Existen tres formas de interpretar la realidad. La primera es la forma religiosa-mítica, que busca conocer las cosas en base a las revelaciones, la tradición, y el contenido de los libros sagrados. La segunda forma, es por medio del razonamiento deductivo. Tanto la filosofía como las matemáticas, hacen uso de esta forma. La tercera forma de conocimiento, es mediante la observación o experimentación. La ciencia se fundamenta principalmente en esta última manera de buscar la verdad. Pues la ciencia es el intento de descubrir las leyes que gobiernan el universo, basándose en acontecimientos conocidos, para conocer el pasado, y pronosticar el comportamiento futuro de la naturaleza. Los filósofos de la ciencia están interesados en cuestiones tales como la naturaleza de las teorías científicas, la manera en que estas explican los fenómenos del mundo, la base evidencial e inferencial de estas teorías y la forma en que esa evidencia puede ser utilizada para respaldar justificadamente o desalentar la creencia en una hipótesis. El edificio de la ciencia se basa en el conocimiento adquirido vía experimentación, para pronosticar con la ayuda del razonamiento deductivo, el comportamiento futuro de la naturaleza. Tiene la ciencia, solo tres postulados inalterables:

-Primero: La naturaleza se rige por leyes que pueden ser comprendidas racionalmente por el ser humano. Tanto el ser humano, como el resto de los animales, han evolucionado y adquirido una inteligencia más amplia, a través del tiempo. Sin embargo, los animales lograron un grado de inteligencia, que solo fue suficiente para los fines inmediatos de su existencia y su procreación. El hombre por otra parte, desarrollo un cerebro que le permitió, no solo las anteriores funciones, sino que con la capacidad excedente, le permitió lanzarse a la conquista del mundo de la ideas.

La posibilidad de la conceptualización abstracta es patrimonio exclusivo, o casi exclusivo, de la raza humana. Por ello, el ser humano, ha emprendido durante los últimos miles de años, este viaje, en los campos del intelecto. En búsqueda de las causas, y leyes que gobiernan la naturaleza. Es afortunado el hecho de que las leyes naturales existen. Y que la capacidad intelectual del ser humano, es suficiente para entenderlas. (Al menos así parecía, hasta mediados del siglo pasado.) En caso contrario, nos encontraríamos sumidos en la ignorancia. Y nuestro mundo nos parecería regido por dioses, que a su capricho, alteran los acontecimientos.

-Segundo: Las leyes de la naturaleza no cambian de un lugar a otro, ni de un momento al siguiente. Las consecuencias de una acción aquí, son las mismas que ocurren allá, bajo la misma acción y en condiciones semejantes. Lo que ocurre hoy, será lo mismo que ocurrirá mañana, si las condiciones son similares.


-Tercero: Existe una sola verdad sobre un hecho o un fenómeno en particular, independientemente de las visiones o interpretaciones que se puedan tener sobre el mismo. Un aspecto muy importante sobre este postulado, es que no puede haber dos verdades que se contrapongan, y sean válidas simultáneamente.

Si se demuestra que algo de lo anterior es falso, todo el edificio de la ciencia se vendrá abajo.

Historia [editar]

La Física Aristotélica [editar]

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Los filósofos naturales griegos no pretendían dar una explicación detallada de los mecanismos que rigen el comportamiento de la Naturaleza, y mucho menos aspiraban a lograr predicciones cuantitativas de resultados experimentales. Por contrario, buscaban analogías de los fenómenos naturales en términos más familiares, para lo que usaban frecuentemente el cuerpo del hombre, las relaciones humanas, los conflictos sociales, etc. Así, el magnetismo se podía describir como similar a la atracción que determinadas personas son capaces de ejercer sobre otras en virtud de una simpatía innata y que no todos poseen. Los conceptos de atracción y repulsión eran centrales en la ciencia pre-aristotélica, al ser tomados como agentes fundamentales de cambios en la Naturaleza.

La distinción entre materia, sujeto paciente de los cambios, y fuerzas, agentes de los mismos, ya es un hecho en la antigua ciencia griega hacia el siglo V a. C. .

Se establecían cuatro tipos de causas de cambios, de las cuales, la causa eficiente se tomaba como fuente primaria de todo cambio, y representaba lo más parecido a lo que hoy llamamos acción o fuerza en un movimiento.

La "Física" de Aristóteles está dedicada fundamentalmente al estudio de las causas eficientes y su relación con el movimiento. Se desarrolla sobre la base de cuatro principios:

  1. . Negación del vacío. La existencia de espacios vacíos supondría velocidad infinita, por ser ésta inversamente proporcional a la resistencia del medio. Y dentro del esquema aristotélico no resultaba admisible la existencia de un móvil con esa propiedad.
  2. . Existencia de una causa eficiente en todo cambio. La causa eficiente se localizaba en la tendencia generalizada al "propio lugar", que no es sino la inclinación que todo cuerpo posee a ocupar el lugar que le corresponde por su propia naturaleza. Esta propensión al "propio lugar" ha sido interpretada, a veces, como una energía potencial introducida de forma rudimentaria; en otras, se ha visto como la primera insinuación de un modelo de acción a distancia, que sería la ejercida por la Tierra sobre los demás cuerpos.
  3. . Principio de la acción por contacto. En todos los movimientos, excepto en los naturales, debe existir como causa eficiente un agente en contacto con el objeto móvil. Se tomaba como resultado experimental, aunque aparecían dificultades concretas a la hora de explicar los movimientos de proyectiles, el magnetismo y las mareas. En los tres casos, el agente parecía operar a través de la continuidad del medio.
  4. . Existencia de un primer agente inmóvil. Carece de interés para el problema de las interacciones.

La Física de Newton [editar]

La Física de Newton tomaba como punto de partida un universo constituido por corpúsculos extensos y por espacio vacío. Cada uno de ellos con la propiedad de actuar a distancia, es decir, de ejercer fuerzas directa e instantáneamente sobre los demás. Con este esquema básico, Newton desarrolló sus conocidas teorías sobre el movimiento y sobre la gravitación publicadas en 1686.

La Mecánica de Newton describe cómo las fuerzas producen movimiento:

1. La proporcionalidad entre la intensidad de la fuerza y la aceleración (segunda ley).

2.La ley de Inercia (primera ley) por la cual un cuerpo se mantiene en su estado de movimiento si no actúan fuerzas sobre el mismo.

3.El principio de Acción y Reacción (tercera ley), por el que la fuerza que ejerce un cuerpo sobre un segundo cuerpo es igual y de sentido contrario al que ejerce el segundo sobre el primero.

La teoría de la gravitación estudia la naturaleza de las fuerzas asociadas con los corpúsculos, son fuerzas atractivas y centrales, es decir, actúan según la recta que determinan sus respectivos centros.

Newton estableció la variación cuantitativa de esta fuerza: resultaba ser directamente proporcional al producto de sus masas, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que separa los centros de masa de los cuerpos.

Aplicando esta ley, pudo calcular el movimiento de los planetas con gran aproximación y también, deducir correctamente las leyes descubiertas por Kepler y Galileo. La teoría de Newton era sorprendentemente superior, en la predicción de nuevos resultados, a cualquier teoría precedente en la historia del pensamiento humano.

La ley del inverso del cuadrado de la distancia está en perfecta consonancia con la metafísica de Newton porque tiene interpretación geométrica y parece seguirse del carácter mismo del espacio. Imaginemos una fuente luminosa de intensidad constante, o una fuente de la que brota agua en todas las direcciones, o una fuente de calor en un sólido uniforme. Imagínense dos esferas, una mayor que otra, concéntricas con la fuente. La luz, el agua y el calor se difundirán como se sigue de la geometría de las esferas, con una intensidad decreciente según la ley del inverso del cuadrado de la distancia.

La teoría newtoniana de la acción a distancia no involucra al medio y supone la existencia de corpúsculos, espacio vacío, fuerzas centrales actuando a distancia, e interacción instantánea. Aunque, dentro del esquema newtoniano la ley de gravitación resultaba absolutamente coherente, hay que resaltar que para el propio Newton era ya patente la dificultad de su adaptación a otro tipo de interacción. No predecía nada sobre otros muchos modos de acción de un cuerpo sobre otro. No explicaba, por ejemplo, la cohesión, fuerza que mantiene unidos a los cuerpos, ni tampoco las fuerzas eléctricas, magnéticas ni químicas. Se confiaba que este modelo sirviera de base para el estudio de otros fenómenos, como la electricidad.

La Física de Descartes [editar]

El filósofo francés Descartes, comienza con una intrepidez sin límites, al crear todo un sistema del mundo en el que la materia se identificaba con el espacio, y no había lugar para el vacío.

La ley fundamental del sistema de Descartes es la conservación del movimiento. Dios infundió al Universo cierta cantidad de movimiento, que continua inalterado. Para Descartes "movimiento" es momento (mv), prescindiendo del carácter direccional de la velocidad. Puede haber transferencia de movimiento entre partículas que chocan, pero nunca puede ser creado ni destruido.

La causalidad física se reduce a un principio puramente mecánico: todo cambio es movimiento y toda alteración del movimiento se debe al contacto entre los cuerpos. Para Descartes la cuestión clave de la Física, que nunca se había planteado hasta entonces, estribaba en las leyes de los choques entre los cuerpos, que él mismo formuló.

Las modificaciones de Leibniz [editar]

Leibniz modificó el modelo de Descartes en varios aspectos fundamentales, para explicar la impenetrabilidad de los cuerpos. Si los cuerpos son objetos meramente geométricos, ¿por qué no se atraviesan, como podemos imaginar que sucede con los objetos geométricos?.

La pregunta no tenía solución dentro del sistema de Descartes. Para contestarla era necesario considerar junto con la extensión, la fuerza como otra propiedad esencial de la materia. La fuerza debería ser repulsiva para resistir la penetración. Leibniz arguye además que hay que asignar fuerzas a todos los puntos de la materia, y no solo a partículas de tamaño finito.

Esta nueva concepción del espacio como un continuo de puntos materiales con fuerza asociada, encontró fuerte oposición por parte de los partidarios de la Física de Newton basada como ya se ha indicado en corpúsculos, vacío y acción a distancia.

En el siglo XVII, la filosofía del espacio y el tiempo se convirtió en una cuestión central de la metafísica y la epistemología. La discusión alcanzó un punto culminante en el importante debate entre G.W. von Leibniz, el gran filósofo y matemático alemán, y Newton, el gran físico y matemático inglés. En su debate se perfilaron dos teorías contrarias acerca del lugar del espacio y el tiempo en el mundo, y muchas de las cuestiones fundamentales que en los años posteriores ocuparon a los filósofos interesados en el espacio y el tiempo recibieron su formulación más clara.

La idea sencilla de Leibniz es que el tiempo es justamente la colección de todas las relaciones temporales de esa índole entre los sucesos. Si no hubiera sucesos, no habría relaciones, de manera que el tiempo en el sentido indicado carece de una existencia independiente de los sucesos en él. Pero las relaciones entre los sucesos son una componente real en el mundo, así, sería erróneo decir que no hay en absoluto una tal cosa llamada el tiempo.

El oponente de Leibniz, el gran físico Newton, fue un antirrelacionista. Newton considera al espacio y al tiempo como más que meras relaciones espaciales y temporales entre los objetos y los sucesos materiales. Qué rea exactamente este algo más, no podía decirlo con seguridad. Considera que es algo similar a la sustancia, pero en ocasiones prefiere pensar que es un atributo o propiedad, de hecho una propiedad de Dios. Aunque aporta algunos argumentos puramente filosóficos en contra del relacionismo leibniziano, Newton es famoso principalmente por sostener que los resultados de la observación y del experimento pueden refutar de manera concluyente la doctrina relacionista.

La síntesis de Kant [editar]

Tanto Boscovich como Kant intentaron sintetizar las ideas de Newton y de Leibniz, para unir la contundente ciencia de Newton con la persuasiva metafísica de Leibniz. Ambos abandonaron la idea de que el mundo está lleno, que es un campo de materia o de fuerzas. Sin embargo, fue a través de su influencia como Faraday llegó a establecer su teoría de los campos de fuerzas.

El espacio está constituido por una parte vacía y fuerzas de diferente índole. Las fuerzas repulsivas ocupan regiones del espacio, donde actúan sobre puntos contiguos; en cambio, no actúan a distancia. Las fuerzas atractivas, por el contrario, se ejercen a distancia y no ocupan el espacio a través del cual actúan. Un cuerpo material es una región continua del espacio con fuerzas repulsivas en cada punto y bordeado por el vacío, con lo que el cuerpo tiende a expandirse. Pero los mismos puntos llevan asociados fuerzas atractivas que actúan a distancia. La estabilidad observada, y la misma densidad se explicaban como resultado del balance: repulsión por contacto, atracción a distancia y era propio de cada objeto.

Filosofía de la Física [editar]

La Filosofía tiene un papel fundamental en el ámbito de la física, especialmente en tiempos recientes, debido al más minucioso análisis que la Física ha hecho de asuntos tradicionalmente objeto de análisis de la filosofía, como la naturaleza del tiempo y el espacio. La filosofía de la física contribuye a través de la crítica de los productos de la Física, retroalimentándola. La filosofía de la física pretende interpretar al universo desde el punto de vista del espacio, el tiempo, la materia, el movimiento y las fuerzas.

A través de la historia, hemos visto que el concepto de universo, ha pasado de una interpretación mítica o mágica, a una de forma racional.

Durante su agitado peregrinaje por el tiempo. La ciencia se mueve entre dos actitudes diametralmente opuestas.

La primera, de una confianza y seguridad en sus propios postulados, y la segunda de inseguridad en los resultados alcanzados. La primera interpretación del universo racional, la hicieron los griegos en el siglo IV a. C. con la propuesta de la geometría Euclidiana. Y desarrollaron alrededor de ésta, una serie de teorías especulativas de gran valor.

Sugirieron que la materia está compuesta de minúsculos elementos básicos indivisibles, llamados átomos, que la tierra es esférica, y que gira junto con el resto de los planetas alrededor del sol. Muchos de estos postulados, fueron comprobados ingeniosamente por los científicos de la época.

El pensamiento científico se encaminaba hacia la experimentación y el análisis.

En occidente, tras la caída del Imperio Romano, y el dominio absoluto del Cristianismo durante siglos, la humanidad permaneció sumida en el oscurantismo científico. Durante este tiempo la superstición basada en el cierre de numerosas escuelas de pensamiento consideradas paganas, y el fanatismo religioso existente, se movió hacia el extremo de la auto seguridad en sus propios postulados. No había necesidad de alterar nada. La verdad revelada por los textos sagrados, era la única verdad científica. Retoman las ideas truncadas de los pensadores griegos, un puñado de genios, quienes alteraron la cultura universal, de manera trascendente.

Galileo Galilei, Copérnico, Kepler y especialmente Isaac Newton, dan forma, al concepto de universo absoluto. (Pre- Einsteiniano)

Este esquema ya no ubica la tierra en el centro. Sino que la hace esférica, y girando alrededor del sol.

Las cosas son divididas en tres grupos: la materia, la fuerza y la energía.

La materia es indestructible. Y la energía se transforma de potencial a cinética.

Los objetos que están en reposo, así se mantienen, a menos que una fuerza los mueva. Y los que se mueven. Lo hacen en línea recta, a menos que una fuerza (física o gravitacional), los desvíe.

El espacio consta de tres dimensiones, y una variable denominada tiempo.

La posición y el estado futuro de cualquier objeto, es predecible aplicando las leyes de la física.

Este concepto, que es el que actualmente considera como válido, el hombre de mediana cultura. Se le conoce como: " La teoría clásica de la física".

El gran atractivo que ofrecía, ésta primera conceptualización científica de las cosas, y del Universo, es que puede ser comprendida fácilmente. Lo mismo sucede con los demás parámetros relativos a las fuerzas, velocidad, aceleración y la gravedad.

Al final del siglo XVIII, el mundo científico estaba sumamente complacido consigo mismo. Todo parecía estar descubierto. Las leyes de la naturaleza encuadraban perfectamente con el pronóstico de las teorías de la física. Era un tiempo de completa seguridad en el quehacer científico.

Desde el punto de vista filosófico, esta concepción clásica, es una visión maquinista. Las fuerzas y trayectorias de los cuerpos son medibles y predecibles. Si conocemos el estado actual de todas las partículas de materia, su posición y su velocidad, así como el de las fuerzas que las interactúan, entonces podremos predecir el comportamiento futuro del universo.

Los supuestos básicos de esta teoría clásica, son los siguientes:

1- Relativo al espacio.

Dos puntos separados entre sí, solo pueden ser unidos por una línea recta.

La línea más corta entre dos puntos, es la recta.

Dos líneas rectas paralelas entre sí, no se juntan.

El espacio es un marco de referencia, que define la posición de los objetos.

El espacio tiene tres dimensiones. Un objeto que viaja en dirección recta, no vuelve a su punto de origen.

2- Relativo al tiempo.

El tiempo es un parámetro absoluto. Los eventos ocurren y tienen una ubicación fija en el tiempo. Pueden existir eventos simultáneos, o separados por un intervalo de tiempo.

El tiempo es independiente del observador.

El tiempo es un vector unidireccional. Se mueve del pasado hacia el futuro, a velocidad constante.

La velocidad con que se mueve un objeto en el espacio, está determinada por su posición con los otros cuerpos.

3- Relativo a la materia.

La materia es un elemento, que ocupa un lugar en el espacio y en el tiempo, y está formada por átomos indivisibles. La posición de un cuerpo con respecto a los demás, queda definida por las ecuaciones de la geometría euclidiana. La materia es moldeable, pero a su vez, indestructible.

4- Relativo a las fuerzas.

Un cuerpo se mantiene en reposo o en movimiento, si no existen fuerzas que actúen sobre él.

La luz, el sonido y las radiaciones son emanaciones de la materia, dentro del espacio. O bien, vibraciones del aire o del éter. (Esto nunca se pudo comprobar a satisfacción)

Existe siempre una causa, para un evento dado.

Los cuerpos materiales se atraen entre sí, con una fuerza que es directamente proporcional a sus masas, e inversamente al cuadrado de las distancias que los separan. La fuerza de la gravedad, se transmite en el vacío en forma instantánea.

A pesar de que como se mencionó anteriormente, la propuesta Euclidiana- Newtoniana del Universo, es sencilla, elegante y no requiere matemáticas complicadas para interpretarla, al final del siglo XVlll, comienzan a aparecer algunos aspectos filosóficos sobre las mismas, que inquietan a los pensadores de la época.

El primer asunto que molestó a los científicos, fue la indefinición del concepto de: "espacio".

Si la luz se transmite en el espacio, y los cuerpos se encuentran delimitados por él, y la velocidad es el cambio de posición de un objeto en el espacio, entonces el espacio debe existir como una entidad independiente.

Por otro lado, si el Universo careciera de objetos materiales, ¿Existiría el espacio?. Además, si el Universo es finito, éste termina donde ya no hay materia, o donde ya no hay espacio.

¿Y cómo puede haber un lugar donde no hay espacio?

Todas estas elucubraciones metafísicas, hacían ruido al aparato, que la ciencia había creado.

Pero si el concepto del espacio intranquilizaba a los pensadores, el concepto de tiempo era aún, más enigmático.

Nuestra intuición nos dice que lo que sucede en el espacio, debe suceder dentro del tiempo.

¿Que pasaría si en nuestro Universo, la materia desapareciera por un instante. y reapareciera segundos después.? ¿El tiempo se detendría esos instantes o seguiría transcurriendo? ¿Que pasaría con el tiempo si las fuerzas y los movimientos se congelaran por un instante. Notaríamos la diferencia cuando se reanudaran? Tengamos en cuenta que sin movimiento no tenemos noción del paso del tiempo. Por otro lado, las cosas que existieron en el pasado, pero ahora no, parecerían como si no hubiesen existido. Y por último, las cosas que sucederán en el futuro, tienen una calidad diferente a las que ahora existen.

Recordemos también que en el siglo XVll, la filosofía del espacio y del tiempo, fue un asunto primordial para la metafísica y epistemología de la época.

Las discusiones llegaron a un punto álgido, en el debate entre G.W. Von Leibniz e Isaac Newton ahí se perfilaron dos teorías contrarias acerca del lugar del espacio y del tiempo en el mundo y muchas de las cuestiones cuestiones fundamentales que en los años posteriores ocuparon a los filósofos interesados en el espacio y el tiempo.

Leibniz ofreció una descripción del espacio y del tiempo que por fin presentaba un claro entendimiento de cómo la teoría podía, al estilo aristotélico, negar al espacio y al tiempo un tipo de ser independiente sobre y por encima del ser de las cosas materiales ordinarias y de los acontecimientos materiales. En la filosofía de Leibniz, su verdadera metafísica, se niega la existencia per de de la materia, así como la del espacio y el tiempo, el tiempo es la secuencia de la relación entere los eventos. Cuando no hay eventos, no existe esa relación y tampoco existe el tiempo. El tiempo no tiene existencia propia independiente de los eventos. Por otra parte, si observamos los objetos en un momento determinado. Veremos que existen distancias entre los objetos, y la colección de estas distancias en el universo, forman el espacio.

El espacio entonces, según Leibniz, no contiene a los objetos, sino que éstos con su existencia, crean el espacio.

Por otra parte, el gran físico Isaac Newton considera al espacio y al tiempo como algo más que meras relaciones espaciales y temporales entre los objetos y sucesos materiales, sostenía que el espacio tenía características substanciales ( Éter ), y que el movimiento de los cuerpos está definido por su velocidad. Y ésta es un parámetro absoluto, que depende de la posición con el resto de los cuerpos.

La aceleración de un cuerpo, es relativa a un punto de referencia, y no al mismo cuerpo en movimiento.

A pesar de que existieron durante mucho tiempo diversos cuestionamientos a este modelo de Universo, no parecían que fuesen obstáculos insalvables, para el buen funcionamiento del esquema propuesto.

Principalmente, porque las objeciones eran del orden filosófico, y a muy poca gente le interesa esa disciplina. Y si asomamos la cabeza por la ventana, lo que vemos afuera, coincide con lo que pregona la teoría clásica.

Sin embargo, la tecnología, hija predilecta de la ciencia. Traiciona a su madre. Los nuevos aparatos, e invenciones tecnológicas, permiten hacer mediciones más precisas. Y se descubren cosas que antes no se imaginaban.

Y en el campo del electromagnetismo, se comienza a empantanar está propuesta, pues se tiene que recurrir a la doble realidad de las ondas y la radiación.

Al final del siglo XlX, al mundo científico comienza a sentir algo de inseguridad. Algunas señales eran contradictorias.

Teoría de la Relatividad [editar]

En 1881, dos físicos norteamericanos, Michelson y Morley, realizaron un experimento trascendental en la ciudad de Cleveland Ohio. Midieron la velocidad de un rayo de luz, en la dirección del movimiento de la tierra alrededor del sol, y en el sentido contrario. También lo hicieron en diferentes direcciones.

El resultado de las mediciones arrojó un resultado inesperado. La velocidad del rayo de luz era siempre la misma, ( 298,085 km/s) independientemente de que la fuente y el observador se moviesen, en una u otra dirección. Esto demostraba que: O era la tierra el centro del universo, o que las teorías clásicas eran falsas.

Sin saberlo, con ese experimento Michelson y Morley, sacaban un naipe del castillo de barajas que los científicos habían construido por más de 2,000 años. Y todo se venía abajo. Las tesis clásicas del movimiento no coincidían con la realidad.

Se optó por la teoría corpuscular de la luz, para justificar el empuje que daba la fuente en movimiento, a los rayos de luz. También se propuso que la tierra al moverse arrastraba tras de sí al éter, que la rodeaba, de manera que parecería que el experimento se realizaba en un estado de inamovilidad. Todas esas explicaciones resultaron falsas. No quedaba alternativa, la realidad discrepaba con la teoría fundamental del movimiento de los cuerpos, tal y como se concebía en la física clásica.

Fue en 1905, cuando la brillante propuesta de Albert Einstein, resolvió el enigma:

La luz se mueve a velocidad constante, independientemente de la velocidad del observador.

Si un observador viaja a partir de un punto A, en la dirección de un rayo de luz, a una velocidad de 100,000 km/s, y mide la velocidad del rayo. Esta medición arrojará una velocidad de 298,085 km/s y no 198,085 km/s, como habría de esperarse.

La única manera de hacer compatibles las ecuaciones es suponer que la variable tiempo no es la misma para ambos observadores. De hecho, no es la misma para nadie; esto trae como consecuencia, que no se puede definir simultaneidad en los eventos.

Desde luego, que una aseveración de esa naturaleza, nos saca de balance. En la vida diaria, vemos que un objeto que cae al suelo a nuestra izquierda, al mismo tiempo que otro que cae a nuestra derecha, están sincronizados en el tiempo. Y que a un observador que se mueve en un coche, a 40 km/h le parecerá lo mismo. Pero la distorsión del parámetro tiempo sólo es apreciable a muy altas velocidades, y no forma la experiencia de nuestra vida cotidiana.

Lo mismo sucedió para los marineros de la edad media, que escuchaban con temor que la tierra era esférica. Y se preguntaban porqué, las personas que estaban del otro lado, no se caían para abajo.

Fue solo la substitución del concepto "arriba y abajo" por el de la gravedad, lo que permitió la comprensión de ese nuevo estado de cosas. Pero debemos reconocer que parece más lógico, el temor de los marineros medievales, que la aseveración de los científicos que sostenían ese nuevo concepto de: "La gravedad".

Ahora sucede lo mismo con el universo Einsteniano.

Los supuestos básicos de esta interpretación Relativística del Universo, son los siguientes:

Con respecto al tiempo:

  • El tiempo es una variable no absoluta.
  • No se puede determinar simultaneidad en los eventos.
  • La velocidad absoluta de un cuerpo no existe, dado que no existe ningún marco de referencia para poder medirla. Solo existe la velocidad con respecto a otro cuerpo.
  • La aceleración absoluta de un cuerpo sí existe, pues ésta es medida con respecto a sí mismo.

Con respecto a las fuerzas:

  • La gravedad es siempre de atracción.
  • La transmisión de la fuerza de gravedad, se da a la velocidad de la luz.
  • La gravedad se puede interpretar como una distorsión del espacio que rodea a los cuerpos masivos.

Si nos encontramos en el espacio, donde no hay atracción, dentro de un cohete que se mueve con una aceleración de 9,8 m/s², sentiremos una presión en nuestro cuerpo de G, igual de lo que sentiríamos en la Tierra. Si en el cohete en movimiento, lanzamos un rayo de luz perpendicular a la dirección del movimiento, la luz recorrerá una línea curva, con respecto al observador dentro del cohete.

La forma de todas las trayectorias de la luz posibles en ese caso, da la curvatura del espacio.

Para que los efectos de la gravedad sean similares a los efectos de la aceleración, es necesario que los cuerpos masivos, distorsionen el espacio que los rodea, de manera que dupliquen el efecto de la fuerza de gravedad.

Véase también [editar]

Bibliografía [editar]