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Conciencia

CONCIENCIA: ¿SOMOS REALMENTE CONSCIENTES DE LAS COSAS?. ¿ES ALGO QUE SE PUEDE DESARROLLAR MÁS?. Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana.

Consciente

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Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana.

Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que el sujeto puede dar cuenta mediante un acto de percepción interna. Es común indicar que para el psicoanálisis lo consciente designa la capa más superficial de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el inconsciente en la vida del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento y la motivación. Pero no hay que olvidar que el psicoanálisis hace descansar en la toma de conciencia del sujeto de los impulsos y deseos reprimidos el fundamento de la terapia psicoanalítica y de la curación misma.

Sea que se trate del adjetivo o del sustantivo, Freud utiliza a menudo el término consciente como sinónimo de conciencia, salvo cuando se trata de la "conciencia moral" (proceso psíquico relacionado con la constitución del ideal del yo y del superyó).

[editar] Véase también

CONCIENCIA: PIEDRAS PRECIOSAS, NADA COMO DESCANSAR ENTRE PIEDRAS PRECIOSAS. Una gema también llamada piedra preciosa es un mineral, roca o material petrificado que al ser cortado y pulido se puede usar en joyería. Otras son orgánicas, como el ámbar, resina de árbol fosilizada. Algunas gemas bellas son demasiado frágiles para ser usadas en joyería, debiendo ser expuestas sólo en museos.

Archivo:Gem.pebbles.800pix.jpg

LAS GEMAS Y LOS SIGNOS

Conozca las piedras que corresponden a su signo del Zodíaco y a cada chakra

ARIES: rubí, amatista, azurita, dolomita, pirita, obsidiana.

TAURO: ágata, coral, ópalo, alabastro, piedra de la luna.

GÉMINIS: citrino, esmeralda, topacio, ojo de tigre, jaspe, cristal de roca, rubí, sodalita.

CÁNCER: perla, cristal de roca, ágata, cuarzo verde, rubí, jade, aguamarina, coral, ámbar.

LEO: cuarzo rosa, ópalo, obsidiana,rodocrosita, topacio, cornalina, jade.

VIRGO: jaspe, ágata. Oníx, piedra cruz, ojo de tigre, fluorita, amazonita, jade, ópalo.

LIBRA: esmeralda, coral, perla, estromatolito, turquesa, lapislázuli, rubí, aguamarina.

ESCORPIO: topacio, perla, lapislázuli, hematite, ágata, amatista, malaquita, ópalo, jaspe.

SAGITARIO: granate, turquesa, amatista, hematite.

CAPRICORNIO: coral, rubí, amatista, malaquita, jade.

CHACRAS Y PIEDRAS

1) SEXUAL O SACRA: rubí- rubelita- granate- turmalina negra- cuarzo fumé- morrión.

2) UMBILICAL: citrino-calcita naranja-ágata naranja o con bandas.

3) PLEXO SOLAR: citrino-topacio imperial.

4) DEL CORAZÓN: esmeralda-turmalina verde-cuarzo verde-cuarzo rosa- rodocrosita-kunzita-trurmalina rosa.

5) LARINGEO-COMUNICACIONAL: zafiro-lapislázuli-turquesa-crisocola.

6) PINEAL DEL ENTRECEJO: fluorita violeta- cianita- amatista- aguamarina- sodalita- lapislázuli.

7) DE LA CORONA: cuarzo blanco-cuarzo fumé-amatista-topacio.

Obtenido de http://www.publiboda.com/gemas/index.html

 

CONCIENCIA: Redes. Conciencia y Universo. La conciencia (o consciencia, del latín conscientia 'conocimiento compartido') se define en general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. "Conscientĭa" significa, literalmente, "con conocimiento" (del latín cum scientĭa). En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados. Conciencia se refiere generalmente al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Una persona cloroformizada recobra la conciencia al cesar los efectos del anestésico. Una persona "de conciencia recta" no comete actos socialmente reprobables.

Conciencia

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Para otros usos de este término, véase Conciencia (desambiguación).

La conciencia (o consciencia, del latín conscientia 'conocimiento compartido') se define en general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. "Conscientĭa" significa, literalmente, "con conocimiento" (del latín cum scientĭa). En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados.

Conciencia se refiere generalmente al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Una persona cloroformizada recobra la conciencia al cesar los efectos del anestésico. Una persona "de conciencia recta" no comete actos socialmente reprobables.

La conciencia en psiquiatría puede también definirse como el estado cognitivo no abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad. La conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones.

Está demostrado científicamente que otras especies animales también tienen conciencia de sí mismos.[1] [2] [3] [4] [5]

El ser humano tiene conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aúnque también el pensamiento abstracto se presenta en otras especies animales.[6] [7]

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[editar] Consciencia e inteligencia artificial

Existen dudas sobre la naturaleza de la conciencia, y no se sabe con seguridad si la conciencia como fenómeno cognitivo es sólo el resultado de la complejidad computacional o de otros factores. Roger Penrose se ha ocupado del problema de la realidad física de la inteligencia y ha analizado diversas pretensiones teóricas por parte de la inteligencia artificial de simular o construir artefactos que posean algún tipo de conciencia.[8] [9] Penrose clasifica las posturas actuales ante la cuestión de si la conciencia es o no computable algorítmicamente:

A. Todo pensamiento es computación, es decir, en particular la percepción de uno mismo y la autoconciencia son procesos emergentes que son resultado directo de la computación o algoritmo adecuados. B. La conciencia es una consecuencia del tipo de acción física que ocurre en el cerebro, y aunque cualquier acción física puede simularse apropiada a través de medios computacionales; el hecho de que se lleve a cabo un proceso de simulación computacional del cerebro no comportaría, por sí mismo, la aparición auténtica de la autoconciencia. C. La realización de cierta actividad física en el cerebro es lo que lleva a la aparición de la autoconciencia en el ser humano; sin embargo, aunque puede ser reproducida artificialmente, dicha acción no puede simularse algorítmicamente. D. La conciencia de tipo humano no puede entenderse propiamente en términos físicos, computacionales o científicos de otro tipo.

El punto de vista D claramente niega la posibilidad de compresión científica de la conciencia y frecuentemente está asociado a ciertas posturas místicas o religiosas, y por tanto no constituye un punto de vista científico. Muchos investigadores del campo de la inteligencia artificial, en particular los más optimistas sobre sus logros, se adhieren a la postura A. John Searle sería más bien un partidario de la postura B, y el propio Penrose ha argumentado fuertemente en su trabajo por la postura C, relacionándola con varios otros problemas abiertos de la física como la teoría cuántica de la gravedad.

[editar] Referencias

[editar] Bibliografía

  • Penrose, Roger, La Nueva Mente del Emperador, Mondadori, 1991, ISBN 84-397-1786-5.
  • Penrose, Roger, Las sombras de la mente: hacia una compresión científica de la consciencia, Editorial Crítica, 1996, ISBN 84-7423-771-8.

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

Wikiquote

CONCIENCIA: CONTROL SOCIAL. LAVADO DE CEREBRO. Documental de Redes sobre los distintos procedimientos y teorías sobre el llamado lavado de cerebro. La sumisión de personas por violencia doméstica, sectas o la propia publicidad.

Lavado de cerebro

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El Lavado de cerebro, también conocido como reforma del pensamiento, es la aplicación de técnicas coercitivas para normalmente cambiar las creencias o conducta de uno o más personas para propósitos políticos o religiosos. Genera una polemica y caliente discusión entre los expertos,si en realidad existen algunas técnicas entre todas que trabajen realmente para cambiar el pensamiento y el comportamiento del individuo al grado que sugiere el termino “lavado de cerebro”.

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El lavado de cerebro en las masas [editar]

Este término se puede aplicar cuando en algunas sociedades el gobierno mantiene el mando firme de los medios de comunicación de masa y sistema de educación, y usa este control para diseminar la propaganda en una escala particularmente intensiva, con efecto global que puede lavar el cerebro a secciones grandes de la población. Esto es particularmente eficaz donde el sentimiento nacionalista o religioso se invoca y donde la población es pobremente educada y se les ha limitado el acceso a los medios de comunicación independientes o extranjeros.

Reforma del pensamiento [editar]

La reforma del pensamiento ó persuasión coercitiva , como en ocasiones es conocido, es un sinónimo atenuado del Lavado de cerebro, se entiende mejor como un sistema coordinado gradual de influencia coercitiva y de control de conducta diseñada para que artificiosamente y encubiertamente manipule e influya en los individuos, usualmente en una escena preparada por el grupo, con el propósito que los creadores del programa de alguna manera se beneficien, atrayendo adeptos a su causa para el provecho financiero o político.

Véase también [editar]

Enlaces externos [editar]

CONCIENCIA: MEDITACIÓN TRASCENDENTAL. Meditación es el arte de entrenar la mente. En España y Latinoamérica la meditación trascendental es, en la práctica, sinónimo de la meditación oriental, debido a la influencia de programas de radio de determinados comunicadores en su mayoría del cono sur, durante las décadas de los 70 y 80 sobre la población. Suelen confundirse o usarse indistintamente, especialmente en el contexto de una conversación. Aunque no todas son prácticas recomendables, ni son la misma cosa.

Meditación trascendental

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Meditación es el arte de entrenar la mente. En España y Latinoamérica la meditación trascendental es, en la práctica, sinónimo de la meditación oriental, debido a la influencia de programas de radio de determinados comunicadores en su mayoría del cono sur, durante las décadas de los 70 y 80 sobre la población. Suelen confundirse o usarse indistintamente, especialmente en el contexto de una conversación. Aunque no todas son prácticas recomendables, ni son la misma cosa.

 

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Generalidades [editar]

Las técnicas de meditación trascendental no tienen necesariamente que ver con prácticas esotéricas o religiosas como algunos quisieran hacer creer. Son poderosas herramientas que se pueden utilizar en la búsqueda de la salud y la vitalidad. La mayoría de las personas, la emplean para relajar el cuerpo y eliminar calambres y engarrotamientos, asociada a entrenamientos deportivos o como terapia para padecimientos musculares.

La esencia de estas técnicas es que nos permiten establecer un paréntesis en nuestra rutina diaria, un espacio en el que las reglas de juego son diferentes y las establecemos nosotros, un momento que dedicamos a trabajar con nuestra parte menos física: la mente. mediante la autosugestión y la constancia. Es frecuente encontrar la relajación y la visualización unidas en una técnica única. Y esto es especialmente útil para personas que tienen facilidad para "ver mentalmente" y en cambio, les cuesta relajarse por otros métodos.

El objeto de estudios por Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, EUA. a invitación del propio Dalái Lama, fue el sistema nervioso de personas practicantes de meditación: los monjes tibetanos cuyos cerebros, los científicos fueron a investigar a sus monasterios.

Todos los animales que no tienen la sensación de tener un «yo» evitan el sufrimiento y buscan la felicidad en forma natural.

Y entre esos seres,

El ser humano tiene tantas tecnologías y ciencias gracias a su poder de discernimiento, que utiliza con la motivación de buscar la felicidad y evitar el sufrimiento; y cada vez, a causa de este gran discernimiento, recibe un nuevo suplemento de problemas y sufrimientos.
Dalai Lama

Métodos [editar]

Primero, si se relaja, todo es más fácil. De hecho es nuestra incapacidad para relajarnos en determinados momentos lo que produce nuestros estados de irritabilidad, cansancio, insomnio y un largo etcétera. Relajarse debería ser un proceso natural, pero a fuerza de vivir estresados, muchas personas necesitan aprender "técnicas de relajación" para poder hacerlo. Estas técnicas lo que hacen es básicamente:

  1. Crear un momento y ambiente propicio para el descanso, sitio cómodo, buena temperatura, luz tenue, música suave o silencio, etc. Una vez en esas condiciones, guiar la mente de la persona a producir un relax físico. Hay muchas técnicas. Desde "dejarse llevar por la música" hasta tensar los músculos al límite para luego relajarlos, el abanico es inmenso, hay para cada gusto.
  2. La naturaleza de la mente es pensar. Guiamos la mente hacia un tipo de pensamientos determinados que elegimos. Digamos que ocupamos la mente en recrear una imagen que puede ser "nueva" o no, como cuando traemos a la mente un recuerdo de algo que hayamos vivido. En la visualización, no solamente utilizamos la facultad de la mente de recrear situaciones como en una pantalla de cine, sino su capacidad de reproducir las emociones que acompañan a esas imágenes, en un plano físico. En otras palabras, creamos una imagen y experimentamos las emociones que producen esas imágenes en nuestro cerebro. También se suele concentrar la atención en cada parte del cuerpo: pie, tobillo, pantorrilla, muslo, cadera... partes del cuerpo y de la cara, y distenderlas, relajarlas, dormirlas, hacerlas más pesadas, ablandarlas, derretirlas, evaporarlas, hundirlas, etc, mentalmente en el proceso de autosugestión, con el fin deseado.

Si se pregunta a cualquier persona que practique con regularidad cualquiera de estas técnicas, seguramente dirá que en su vida existe un antes y un después: un "antes" de aprender y practicar su técnica, y un "después" de llevar practicándola con asiduidad. Efectivamente, actúan prácticamente como vitaminas o drogas para la mente. "Ponen" allí donde falta, "quitan" donde sobra y "engrasan" los mecanismos de tal forma que con tiempo y constancia, el conjunto de lo que somos, empieza a funcionar cada vez más armónicamente si es esa la finalidad "programada".

Una sesión de meditación empieza por relajar el cuerpo y la mente. A veces puede incluir algún tipo de visualización preparatoria, pero meditar no es sólo relajarse o visualizar. Aquí no hay solo "descanso", ni sólo imágenes placenteras. Y tampoco necesariamente hay experiencias místicas. Como en todos los quehaceres de la vida también hay una forma religiosa, espiritual, mística de entender la meditación. Pero no es inherente a ella. Los actos en sí mismos no tienen tendencias ni simpatías. Una persona profundamente religiosa, experimentará y plasmará su rito en cada acto de su vida: desde comer a trabajar. Una persona agnóstica, por el contrario, no verá en comer o trabajar más que una actividad de las muchas que componen sus días.

En la meditación suceden muchas cosas, algunas agradables y otras menos, pero no son el objeto de la meditación. La meditación busca, con diferentes "métodos":

  • Que aprenda a enfocar su atención en algo que decida de antemano, sea un punto, un objeto, un sonido, una actividad como respirar, una idea, una cualidad, etc.
  • Que aprenda a hacerlo como un observador neutral, sin involucrarse con las emociones que se puedan producir en cada momento.
  • Que mientras se concentra en hacerlo, la parte no-consciente de su mente, se libre de perturbaciones, "haga su trabajo".

Todas las técnicas son herramientas, unas más básicas, otras más elaboradas, que resultarán muy útiles para crear ese momento de introspección a veces necesario y tan difícil de conseguir en el día a día.

Se suelen dedicar varios minutos al día a practicar la meditación, los 365 días al año. No hay dieta, ni complementos, ni deporte o actividad física, que pueda sustituir los efectos de la meditación sobre la vida de una persona. Entretener la mente en un objeto aunque no sea más que unos minutos, permite crear un espacio de silencio y de orden en el que todo el cuerpo y toda la mente puede realinearse según su estructura natural y funcionar sin condicionantes externos y sin interferencias. En ese espacio, las cosas vuelven poco a poco a su sitio y a su modo correcto de ser y hacer. Y cambiar la vida: crean ese antes y ese después del que tantas personas hablan. Un buen día, ya no se es tan impaciente, ni irascible, ni expectante, ni ... se obtiene más paciencia, más compasión, más serenidad ... poniendo siempre un acto de determinación, de paciencia y serenidad como lo es sentarse a meditar; trabajar la propia mente día tras día. Para entenderlo de verdad hace falta hacerlo, no hay otro método.

Para elegir un método, si se quiere buscar un instructor, hay que buscar uno bueno, no se debe ir en solitario a menos que sea una organización solvente fuera de toda sospecha. No hay más clave que ésta y practicar con disciplina.

Gurús conocidos [editar]

Maharishi Mahesh Yogi (2007)
  • El gurú hindú Maharishi Mahesh Yogi, fundó en 1958 en Madrás su propia Técnica de Meditación Trascendental (MT)[1] la que según sus propios escritos es una técnica de relajación que sirve para mejorar la calidad de vida del individuo y la sociedad. En 1970 Robert Wallace, neurofisiólogo, demostró que la Técnica de la Meditación Trascendental producía un estado de profundo descanso.[2]

 

Referencias [editar]

Información crítica [editar]

Véase también [editar]

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CONCIENCIA: MEDITACIÓN. La meditación describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.

Meditación

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Figura de Buda meditando.

La meditación describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.

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Generalidades [editar]

La palabra «meditación» viene del latín meditatio, que originalmente indica un tipo de ejercicio intelectual. De este modo, en el ámbito religioso occidental se ha distinguido entre «meditación» y «contemplación», reservando a la segunda un significado religioso o espiritual. Esta distinción se vuelve tenue en la cultura oriental, de forma que al comienzo de la influencia del pensamiento oriental en Europa, la palabra adquiriría un nuevo uso popular.

Este nuevo uso se refiere a la meditación propia del yoga, originada en India. En el siglo XIX, los teósofos adoptaron la palabra «meditación» para referirse a las diversas prácticas de recogimiento interior o contemplación propias del hinduismo, budismo y otras religiones orientales. No obstante, hay que notar que este tipo de práctica no es ajena a la historia de Occidente, como muestran descubrimientos de vasijas celtas con figuras en postura yóguica.[1]

La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:

  • Un estado de concentración sobre la realidad del momento presente
  • Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos
  • Una concentración en la cual la atención es liberada de su común actividad y focalizada en Dios (propio de las religiones teístas)
  • Una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o una recitación de palabras constante

La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada al mantenimiento de la salud física o mental, e incluso propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que aparecen en las religiones hasta las terapéuticas pasando por las propias ideologias de ciertos individuos. Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria y mejorar el sistema inmunológico y la salud en general[cita requerida].

Tipos de meditación [editar]

Véase también: Meditación budista

De acuerdo con Pérez De Albeniz & Holmes (2000), las diferentes técnicas de meditación pueden ser clasificadas de acuerdo a su enfoque. Algunos enfocan al campo de la percepción y la experiencia, también llamada de «conciencia plena» (mindfulness, en inglés). Otras enfocan a un objeto determinado, y son llamadas de «concentración». Hay también técnicas que intercambian el campo y el objeto de la meditación.

Categorizar las variedades de meditación es difícil. No obstante, dentro de las tradiciones religiosas esto resulta siempre más sencillo, si bien hay que notar que la meditación no tiene porqué tener trasfondo religioso, sino que es simplemente una herramienta.

Algunas descripciones [editar]

Esquema de los chakras o distribuciones energéticas principales del ser humano, según la tradición oriental

Meditar, según el zen, es la condición natural de la conciencia humana, capaz de comprender por sí sola el significado de su existencia, aun si esto ocurre a nivel del inconsciente. Esta percepción se interrumpe por la agitación o el interés en los asuntos particulares que absorben nuestra atención. La práctica de un sistema o rutina de meditación devolvería a la mente a ese estado básico y primordial. Algunos maestros zen dicen que meditar es «tocar el corazón» del ser humano.[cita requerida]

La meditación es importante dentro del budismo. Cada escuela tiene diferentes maneras y técnicas específicas. Para algunas es la forma por la cual la mente logra alcanzar un plano de realidad y entendimiento que va más allá de lo sensorial o aprendido, o se puede ampliar o controlar el espectro de motivaciones de la personalidad. En el budismo zen, sin embargo, se dice que la meditación es un estado natural de crecimiento si el ego no lo interrumpe. En el hinduismo, en las escuelas de yoga y vedanta, la meditación es parte de dos de las seis ramas de la filosofía hindú. En la práctica budista de Theravada, la meditación involucra tanto técnicas conocidas como samadhi y vipassana, como el desarrollo de la bondad y el «conocimiento superior».

Las técnicas de aproximación a la meditación varían desde las que se basan en observar la respiración, en visualizar algún pensamiento positivo o imagen inspiradora, enfocar algún objeto o imagen (como un mándala), las invocaciones, hasta las que se basan en tipos de compleja «alquimia espiritual». También existen las meditaciones sin objeto, desenfocando la tensión mental. Además de lo descrito antes sobre el pensamiento en la meditación, durante esta pueden dejarse fluir libremente las imágenes mentales, sean claras o confusas, como cuando se está a punto de conciliar el sueño. También se puede dejar fluir las sensaciones, emociones, impulsos y energías corporales, normalmente sin intervenir en ellas pero tampoco dejándose llevar o enredar, de manera que muestran finalmente una tendencia a reordenarse por sí solas; aunque existen métodos de reflexión y técnicas de concentración en que la conciencia las puede manejar.

En la mayoría de las religiones basadas en el paganismo y el neopaganismo, como son la Wicca y el druidismo, la meditación es un pilar fundamental para mantener una conexión con la divinidad. En las prácticas de las brujas actuales, diversas técnicas de meditación son utilizadas como herramientas para despejar la mente y canalizar energías al llevar a cabo trabajos mágicos y rituales.[cita requerida]

Multitud de técnicas de meditación han sido estudiadas por la psicología. Muchos terapeutas recomiendan alguna técnica o diseñan las suyas propias, a menudo inspiradas en las tradicionales. La mayoría utilizan la respiración como centro porque es el puente entre el cuerpo físico, el estado de ánimo y la mente. La práctica de una técnica o rutina ayuda a las personas con diferentes cuadros de estrés, pero normalmente no es recomendable practicarla cuando está presente una enfermedad mental.[cita requerida]

Meditar ayuda a reordenar la mente y calmar la ansiedad. Mejora la comprensión de objetivos y motivaciones y equilibra el carácter. También puede hacer resurgir motivaciones, traumas, emociones o energía enquistadas. Por el estudio de la respiración y la postura corporal se mejora la salud en general y reconduce el metabolismo a su funcionamiento óptimo. Algunos estudios científicos hechos en Japón acerca de la meditación zen registraron diferencias significativas entre el funcionamiento del sistema nervioso y cerebral de personas que meditaban regularmente y el de las que no.[cita requerida]

En diversas escuelas orientales se suelen definir tres tipos básicos de pensamiento: cerebral, de corazón, y de tripas. Esto ha sido confirmado por la neurología moderna, observando que existen tejidos neuronales en diferentes partes del cuerpo que controlan diferentes impulsos, paralelos a las tres capas básicas del cerebro: impulsos instintivos que protegen los aspectos físicos, impulsos emocionales que mueven las motivaciones y la sensibilidad, e impulsos intelectuales que rigen las técnicas con que se resuelven problemas complejos.[cita requerida]

Dependiendo de la persona y la técnica, los cambios en la conciencia pueden ocurrir de diferentes formas. Puede tratarse de un cambio en el carácter al comprender la existencia como un ecosistema de interdependencias. En el zen se resta importancia a las experiencias de conciencia alterada o las descripciones complicadas.

Salud y efectos fisiológicos [editar]

Popularmente se considera a la meditación como un componente de las religiones orientales, si bien esto no es exacto. La meditación ha sido practicada durante más de 5000 años con propósitos intelectuales, religiosos o de salud. Actualmente al menos un estilo de meditación se ha probado efectivo para aumentar el cociente intelectual, mejorar la memoria e incluso cambiar partes del cerebro.[2] Otros estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunológico.[3] [4] Entre los más comunes se encuentran el alivio del estrés y la bajada de la presión sanguínea.

Al analizar la actividad cerebral durante la meditación, usando un electroencefalograma, se puede apreciar que se pasa de las ondas beta (actividad normal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz). Meditación más profunda lleva a registrar ondas theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz) y en meditadores avanzados se puede detectar la presencia de ondas delta (sueño profundo sin dormir, 1-3 Hz).[cita requerida]

Algunas tradiciones [editar]

La meditación en diferentes culturas [editar]

La mayoría de las religiones tienen procedimientos o formas de meditación. En todas las culturas se considera la meditación como el proceso mental individual que puede transmitir estabilidad a los adoctrinados. En este sentido podemos hablar de tradiciones místicas en todas las religiones: el taoísmo, el chamanismo en sus múltiples expresiones, el zen y el dzochen en el budismo, el camino sufí en el Islam, la contemplación en el cristianismo, etc. La meditación está presente también en el eje de actividades como el yoga, las artes marciales (budo) o el Tai Chi Chuan. Se puede aprender meditación aunque uno no sea creyente de una religión. En ocasiones, los líderes de las religiones han hecho su mensaje sin crear una doctrina moral o social institucionalizada.[cita requerida] Las técnicas más populares y conocidas de meditación provienen de las dos religiones más conocidas de Oriente, el budismo y el hinduismo.

A principios del siglo XX la mayoría de técnicas de meditación eran poco conocidas más allá de círculos académicos o religiosos. Durante el siglo XX se extendió su uso al gran público, si bien el desconocimiento de la amplia y compleja gama de técnicas de meditación ha causado que caiga sin demasiado rigor dentro del mercado de consumo, y en ocasiones en manos de grupos pseudo-religiosos o sectas.[cita requerida]

Véase también [editar]

Aum namah shivaya (mantra shivaísta) · Autosugestión · Budismo y ciencia · Dhyana · Entrenamiento autógeno · Estado de conciencia · Introspección · Keisaku · Mándala · Mantra · Meditación budista · Meditación trascendental · Om mani padme hum (mantra budista) · Paz interior · Psicología transpersonal · Qi · Sahaja Yoga · Sufismo · Yoga · Zen

Referencias [editar]

  1. Historia de las Religiones de la Europa Antigua, Ed. Catedra, 1994.
  2. Un estudio reciente encontró evidencias de que la práctica diaria de la meditación hace que se hagan más densas las partes del córtex cerebral responsables de la toma decisiones, la atención y la memoria. Sara Lazar, científica investigadora en el Hospital General de Massachussets, presentó el noviembre pasado unos resultados preliminares que demostraban que la materia gris de 20 hombres y mujeres que meditaban durante 40 minutos al día, era más densa que la de aquellas personas que no lo hacían. Al contrario que en estudios previos, que se centraban en monjes budistas, los sujetos en esta ocasión eran trabajadores del área de Boston que practicaban un estilo occidental de meditación llamado atención, o meditación interior. “Hemos demostrado por primera vez que no necesitas hacerlo durante todo el día para lograr estos resultados”, dijo Lazar. Y lo que es más, sus resultados sugieren que la meditación podría ralentizar el adelgazamiento natural que esa sección del córtex sufre con el paso del tiempo. (Más en Cómo hacerse más inteligente, con cada inspiración)
  3. Meditación Budista y Neurociencia
  4. ...Hemos comprobado cómo las personas que meditan son capaces de producir hasta el 50% más de anticuerpos tras recibir una vacuna contra la gripe. En definitiva, que los cambios que la meditación produce en el cerebro pueden traducirse en cambios en el cuerpo beneficiosos para la salud... Pero hay otra conclusión si acaso más importante: que las emociones positivas como la felicidad, la compasión o el altruismo se pueden cultivar. ¿Cómo? Ejercitando el cerebro. Si uno quiere ser genuinamente feliz, si uno quiere expresar su amor y su compasión, hay que usar mejor nuestra herramienta más preciada... (Más en «Si queremos ser genuinamente felices, tenemos que aprender a utilizar mejor nuestro cerebro»)

Bibliografía [editar]

  • Ching Hai, la Maestra Suprema. La llave para la iluminación inmediata.
  • DeRose, Maestro (1995). Yôga avanzado, Swásthya Yôga Shástra. Buenos Aires: Deva’s de Longseller. ISBN 987-1102-13-5.
  • – (1995 (2002)). Tantra, la sexualidad sacralizada. Buenos Aires: Deva’s de Longseller. ISBN 987-1102-13-5.
  • – (1995 (1999)). Todo sobre Yôga. Buenos Aires: Deva’s de Longseller. ISBN 987-1102-13-5.
  • Deshimaru, Taisen. Za Zen, la práctica del zen.
  • Jager, Willigis. En busca de la verdad.
  • Jung, Carl Gustav (2008). Obra completa: Volumen 11. Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental. XIV. Acerca de la psicología de la meditación oriental (1943/1948). Madrid: Trotta. ISBN 978-84-8164-902-4/ ISBN 978-84-8164-907-9.
  • Krishnamurti, Jiddu. Usted es el mundo. EDAF.
  • Sesha. La paradoja divina.
  • Smedt, Marc de. 50 técnicas de meditación.
  • Suzuki, Shunryu. Mente zen, mente de principiante.

Enlaces externos [editar]

CONCIENCIA: ENTRENAMIENTO AUTÓGENO. El entrenamiento autógeno es una técnica psicoterapéutica basada en la concentración pasiva en sensaciones físicas. Está más próximo a las técnicas de meditación que a las de sugestión o a la hipnosis. Constituye la base de los métodos de Psicoterapia Autógena (ver cuadro).

Entrenamiento autógeno

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El entrenamiento autógeno es una técnica psicoterapéutica basada en la concentración pasiva en sensaciones físicas. Está más próximo a las técnicas de meditación que a las de sugestión o a la hipnosis. Constituye la base de los métodos de Psicoterapia Autógena (ver cuadro).

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Generalidades [editar]

Fue desarrollado por el neurólogo berlinés Johannes Heinrich Schultz, quien la presentó el 30 de abril de 1927 por primera vez y que publicó en 1932 su libro "El Entrenamiento Autógeno". Su discípulo Wolfgang Luthe presentó en el Tercer Congreso Mundial de Psiquiatría de 1961 sus descubrimientos sobre el significado clínico de las reacciones que se producen en el estado autógeno, o descargas autógenas. Gonzalez de Rivera continuó los estudios de Luthe, introduciendo los métodos de análisis autógeno y de reconstrucción autógena. En la actualidad, el entrenamiento autógeno básico se aplica al tratamiento de trastornos psicosomáticos y de ansiedad y como preparación para el tratamiento con los métodos avanzados de los trastornos de personalidad, de la psicopatología postraumática y de otros síndromes producidos por el estrés.

Origen [editar]

Ya en la antigüedad eran conocidos los métodos de relajación y autosugestión como, por ejemplo, el Yoga en la India o la meditación Zen en Japón, que parten del Satipatthana budista. Lo que ocurre es que estos métodos apenas se separan de la ideología de sus respectivas doctrinas, ya que de otro modo perderían su eficacia.

Con el entrenamiento autógeno, Johannes Heinrich Schulz desarrolló una técnica que debería ser aplicable independientemente del entorno cultural y de la ideología. Antes de elaborar esta técnica estuvo mucho tiempo trabajando en un centro de hipnosis de Berlín. Siguiendo esta enriquecedora experiencia y basándose en principios científicos, desarrolló un método de autoayuda que hizo público, en 1932, con su libro «El entrenamiento autógeno».

Se basó en su descubrimiento de que la mayoría de las personas son capaces de alcanzar un estado de relajación profunda, sólo con el poder de su imaginación. Así, por ejemplo, en personas que imaginen un intenso calor en sus brazos puede medirse un aumento real de la temperatura, debido al aumento de su riego sanguíneo.

Los métodos originales se ampliaron en el transcurso del siglo XX gracias a nuevos descubrimientos; investigaciones posteriores han permitido demostrar la eficacia del entrenamiento autógeno.

Métodos de Psicoterapia Autógena [editar]

Cuadro metodos psicoterapia autogena.PNG Ejercicios Meditativos: EM 1 EM 2 EM 3 EM 4 EM 5 EM 6

Los ejercicios [editar]

El entrenamiento autógeno básico se aprende usualmente en grupo, aunque puede ser necesaria la instrucción individual en algunas patologías o si las descargas autógenas son muy severas. El autoaprendizaje es posible, aunque el necesario entrenamiento de atención requiere generalmente la supervisión de un profesional especializado. Consta de seis ejercicios de meditación psicofisiológica o concentración pasiva en la sensación de peso en brazos y piernas, en la sensación de calor en brazos y piernas, en el movimiento del corazón, en la autonomía del proceso respiratorio, en el calor abdominal interno (plexo solar) y a la diferencia de temperatura entre la frente y el aire circundante.

La terminación estándar para regresar al estado habitual se realiza en tres etapas: Inspiración profunda, fuerte flexión y estiramiento de brazos y piernas y abrir los ojos. Es importante finalizar siempre los ejercicios con la terminación estándar, sobre todo en principiantes.

El entrenamiento autógeno es una técnica de relajación basada en la autosugestión. Esta técnica fue desarrollada a partir de la hipnosis por el psiquiatra berlinés Johannes Heinrich Schultz, quien la presentó por primera vez el 30 de abril de 1927 y la publicó en su libro «El entrenamiento autógeno» en 1932. Hoy en día es un método muy extendido y reconocido en la lucha contra el estrés y los trastornos psicosomáticos.

Bases del entrenamiento [editar]

Se tarda unas pocas semanas en aprender esta técnica, lo que normalmente se hace en grupo, aunque algunas veces puede trabajarse de forma individual bajo la supervisión de un psicólogo, un médico u otro experto. También se puede aprender de forma autodidacta, para ello existen muchos libros que, además, suelen venir acompañados de un casete o un CD.

Para comenzar el entrenamiento el principiante debe adoptar una postura cómoda, normalmente sentado. En la «postura de cochero», por ejemplo, se sentaría con el cuerpo y la cabeza inclinados hacia delante y con los brazos apoyados sobre el regazo dejando caer las manos entre las piernas. A menudo el principiante se siente más cómodo acostado, aunque puede practicar en cualquier postura en la que logre relajar por completo todos los músculos.

Los ejercicios consisten en centrar la mente en fórmulas cortas y repetitivas y, al mismo tiempo, intentar imaginar, dentro de lo posible, de forma intensa lo que sugieren.

El estado de relajación del cuerpo viene acompañado por determinadas sensaciones. Así, por ejemplo, la relajación muscular de las extremidades da sensación de pesadez y la buena circulación, sensación de calor. Sin embargo, imaginar primero de forma intensa el efecto puede provocar lo que «normalmente» sería la causa: imaginar que aumenta el calor en la extremidad, también mejoraría la circulación y, en consecuencia, se alcanzaría una sensación de relax.

La llamada retirada es un «despertar» consciente con el que concluimos los ejercicios y consiste en la activación de las terminaciones nerviosas mediante unos pasos muy sencillos: se estiran y encogen las extremidades varias veces, se respira hondo y, finalmente, se abren los ojos.

Grado inferior [editar]

El grado inferior del entrenamiento autógeno sirve sobre todo para la relajación. Por lo general, se compone de siete ejercicios que mediante la autosugestión dan lugar a sucesivas sensaciones de reposo, pesadez y calor en brazos y piernas, descenso del ritmo cardiaco y respiratorio, calor en el plexo solar y frescor en la frente. La duración recomendada de estas sesiones es de 3 a 5 minutos, nunca se deberá exceder de ese tiempo ya que podría ser contraproducente.

Descripción de los ejercicios:

1. El ejercicio de reposo traslada el cuerpo y la mente a un estado de calma y ayuda a la concentración. Una fórmula típica para este ejercicio sería: «Estoy muy tranquilo. Los pensamientos vienen y van. Nada puede perturbarme».

2. El ejercicio de pesadez provoca una sensación de peso en las extremidades (relajación muscular). Una frase típica para este ejercicio sería: «Mis brazos y piernas son muy pesados».

3. El ejercicio de calor conduce a una sensación de aumento de la temperatura en las extremidades (mejora la circulación). La fórmula típica sería: «Mis brazos y piernas están calientes».

4. El ejercicio de respiración intensifica la relajación mediante una inspiración y espiración tranquilas. La fórmula típica sería: «Mi respiración es tranquila y regular» o «estoy respirando».

5. El ejercicio para el corazón (concentración en los latidos) es aún más relajante. Se emplearía una frase como: «Mi corazón late sosegada y regularmente».

6. El ejercicio abdominal se concentra en el plexo solar y su circulación (intensifica la relajación). La fórmula típica para este ejercicio sería: «Mi abdomen es una corriente de calor».

7. El ejercicio de la cabeza se concentra en conservar una mente fresca y sirve para mantenerse despierto y recuperar la concentración (por ejemplo, en caso de cansancio). Una frase típica sería: «Mi mente está clara y mi frente está fresca».

Con un entrenamiento progresivo se intensifica el efecto de los ejercicios (p.ej. un efecto en todo el cuerpo y no solamente en los brazos). Por lo tanto, un experto en esta técnica puede conseguir una profunda relajación en poco tiempo. Además, con la experiencia las fórmulas se pueden adaptar y ampliar al gusto personal de cada uno, lo que es posible con la ayuda de las fórmulas propuestas (p.ej. «Ante el estrés me mantengo tranquilo y sereno»). Estas órdenes a uno mismo permanecen ancladas en el subconsciente y siguen haciendo efecto una vez terminado el ejercicio.

Grado superior [editar]

En el grado superior se tratan los problemas mediante la sugestión hasta lograr solucionarlos o, al menos, mitigarlos. Para muchos propósitos los ejercicios del grado inferior son suficientes, pero con el grado superior se profundiza en el conocimiento de uno mismo y el desarrollo del carácter.

Descripción de los ejercicios:

1. Experiencia con colores: dirigir la vista al centro de la frente y hacer surgir un color en la imaginación.

2. Imaginar objetos concretos: una vela encendida, una rosa, etc.

3. Dar forma a valores abstractos: esperanza, amor, coraje, etc.

4. Ejercicios para moldear el carácter y profundizar en el conocimiento de uno mismo: preguntarse «¿quién soy?» o «¿qué debo hacer?» y utilizar fórmulas de autosugestión como «me acepto», «tengo seguridad en mí mismo».

5. Imaginar que se va por el fondo del mar.

6. Imaginar que se sube a la cima de una montaña.

7. Imaginarse a uno mismo con determinados propósitos.

El grado superior puede practicarlo uno mismo, aunque su combinación con un método psicoterapéutico puede acortar bastante el tiempo de tratamiento.

El requisito para realizar los ejercicios del grado superior es dominar los del grado inferior. Este grado superior del entrenamiento autógeno sirve para el conocimiento de uno mismo. Es comparable al análisis psicoterapéutico profundo, aunque sin la ayuda de un terapeuta.

En este grado se viven sueños lúcidos con posteriores recuerdos claros y permanentes, no como la mayoría de los sueños, que normalmente se olvidan en pocos minutos. Tras los habituales ejercicios introductorios de reposo, pesadez, calor, respiración, corazón y abdomen, se mantiene la fase de meditación profunda del abdomen — trance hipnótico—, y se sigue trabajando con la siguiente fórmula: «En mi imaginación veo un color». Y a partir de este color se desarrolla una visión.

Esta visión se nutre de tres fuentes: primero, la imagen que hemos elegido antes de empezar el ejercicio (mar, montaña, una persona, etc.); en segundo lugar, la transformación de esta imagen por el subconsciente; y, en tercer lugar, la transformación voluntaria que viene desde la conciencia activa. Estas tres fuentes se mezclan en cantidad y calidad diferentes en cada caso. Entonces aparece el sueño lúcido, que puede recordarse por completo tras la retirada. Esto puede servir por sí solo para resolver el problema o como base para una sesión terapéutica. El tiempo más adecuado para estas sesiones es aproximadamente de 15 minutos.

Aplicación [editar]

El entrenamiento autógeno se aplica por motivos muy diferentes, como técnica de relajación puede utilizarse, por ejemplo, en caso de nerviosismo, trastornos del sueño, etc. También puede servir para combatir trastornos psicosomáticos, problemas digestivos, dolores de cabeza o hipertensión. Sin embargo, se debería consultar antes a un médico para confirmar que no existe ninguna causa física grave que origine dicha enfermedad.

En el estado de relajación causado por el entrenamiento autógeno se está sensible a la autosugestión; esto puede usarse, mediante las fórmulas adecuadas, para dejar de fumar, beber u otras adicciones similares. También puede utilizarse para mejorar el rendimiento físico y mental o la confianza en uno mismo tanto en público como en el entorno personal. Finalmente, algunos artistas como el español Josep María Beá han recurrido a ella para producir algunas de sus obras.[1] La capacidad para aprender esta técnica se reduce considerablemente en caso de neurosis o psicosis.

Referencias [editar]

  1. Beá, Josep María en entrevista publicada en "Entrecomics" el 10/06/08 que puede consultarse aquí.
  1. Schultz, J.H. Das Autogene Training. Thieme, Leipzig, 1932 [1]
  2. Schultz, J.H. El entrenamiento Autógeno. Editorial Científico-Médica, Barcelona 1969.
  3. Luthe, W (Ed): Autogenic Therapy. 6 vols. Grune & Stratton, New York, 1969-1973
  4. Gonzalez de Rivera, J.L. Psicoterapia Autogena, Madrid, Asociación Española de Psicoterapia, 1999

Enlaces externos [editar]

CONCIENCIA: AUTOENGAÑO. El autoengaño es el proceso de negarse a racionalizar importantes, relevantes y significantes evidencias y argumentos lógicos que son opuestos a los propios.

Autoengaño

De Wikipedia, la enciclopedia libre

(Redirigido desde Auto-engaño)

El autoengaño es el proceso de negarse a racionalizar importantes, relevantes y significantes evidencias y argumentos lógicos que son opuestos a los propios.

Se ha argumentado que todos los humanos sin excepción son altamente susceptibles al autoengaño, ya que todo el mundo tiene un bagaje emocional de creencias que en algunos casos pueden llegar a ser irracionales. Algunos biólogos evolucionarios, sugieren que, el engaño es una parte importante del comportamiento humano, el instinto para el auto engaño puede dar a la persona una ventaja selectiva: si alguien se cree su propia mentira (por ejemplo su propia presentación sesgada hacia sus propios intereses), en teoría consecuentemente será mejor o más capaz de persuadir a los demás de su verdad.

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Lógica del autoengaño [editar]

Esta noción está basada en la siguiente lógica: los humanos, que perciben el hecho de que uno está actuando de forma fraudulenta, normalmente expresan sin quererlo señales de engaño. Por consiguiente, si el autoengaño permite a alguien creerse sus propias distorsiones, él no presentará dichas señales de engaño y por consiguiente parecerá contar la verdad.

Puede darse también el caso de que la habilidad de mentir, o de autoengañarse, no sea un rasgo elegido, sino el subproducto de un rasgo más importante que sí es escogido. El pensamiento abstracto da lugar a muchas ventajas, tales como una conducta más flexible y adaptativa, además de la innovación. Puesto que la mentira es una abstracción, el proceso mental de crear una mentira sólo puede producirse en animales con suficiente complejidad cerebral como para poder permitirse el pensamiento abstracto.

Enlaces externos [editar]

Bibliografía [editar]

  • Bach, Kent (1981), “An Analysis of Self-Deception”, Philosophy and Phenomenological Research, vol. 41, nº.3, pp. 351-370.
  • Davidson, Donald (1985), “Deception and Division”, en Problems Of Rationality, Oxford, Clarendon Press (2004).
  • Fingarette, Herbert (1969), Self-Deception, Londres, Routledge and Kegan Paul.
  • Kipp, David (1980), “On Self-Deception”, The Philosophical Quarterly, 30, pp. 305-317.
  • Mele, Alfred R. (2001), Self-Deception Unmasked, Cambridge, Harvard University Press.
  • Pears, David (1986), “The Goals and Strategies Of Self-Deception”, en Elster, J. (Ed.), The Multiple Self, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 59-77.

Para una biliografía más ámplia, aquí.[1]

Revistas [editar]

 

Véase también [editar]