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CIENCIA3: MÍSTICISMO. SUSTANCIAS. La mística (del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso") designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

Misticismo

De Wikipedia, la enciclopedia libre
El Juicio final según Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano.

La mística (del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso") designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que ésta ejercita el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la mística, a la cual sólo pueden acceder unos pocos, añade a un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la unión directa y momentánea con Dios, que sólo se consigue por la vía unitiva, mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de los que son propios una plenitud y conocimiento tales que son repetidamente caracterizados como inefables por quienes acceden a ellos.

El misticismo está generalmente relacionado con la santidad, y en el caso del Cristianismo puede ir acompañado de manifestaciones físicas sobrenaturales denominadas milagros, como por ejemplo los estigmas y los discutidos fenómenos parapsicológicos de bilocación y percepción extrasensorial, entre otros. Por extensión, mística designa además el conjunto de las obras literarias escritas sobre este tipo de experiencias espirituales, en cualquiera de las religiones que poseen escritura.

El misticismo, común a las tres grandes religiones monoteístas, pero no restringido a ellas (hubo también una mística pagana, por ejemplo), pretende salvar ese abismo que separa al hombre de la divinidad para reunificarlos y acabar con la alienación que produce una realidad considerada injusta, para traer en términos cristianos el Reino de los Cielos a la Tierra. Los mecanismos son variados: bien mediante una lucha meditativa y activa contra el Ego (Budismo) o nafs como en el caso del sufismo musulmán, bien mediante la oración y el ascetismo en el caso cristiano, o bien a través del uso de la Cábala en las corrientes más extendidas del judaísmo.

Contenido

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[editar] Mística pagana

Las religiones de origen europeo antiguo, llamadas despectivamente "paganas" o paganismo, son aquellas creencias y religiones anteriores o distintas al judaísmo, cristianismo e islamismo y a menudo caracterizadas por el animismo o el politeísmo. En el seno de estas religiones, los Misterios de Eleusis o eleusinos y el Neopitagorismo, todavía mal conocidos, llegaron a tener creyentes que se manifestaban de forma mística.

Las religiones celtas agrupan diversas creencias. Estas religiones mantenían un politeísmo conectado en gran medida con fuerzas de la naturaleza (animismo) que deificaban todo lo viviente o activo. A falta de extensas referencias escritas, por los hallazgos arqueológicos y funerarios se puede deducir que eran religiones muy marcadas por la magia y el ritual. Se han encontrado vasijas de procedencia celta con personajes en posturas yógicas que con toda probablidad representan a sacerdotes. Esto lleva a pensar en algún tipo de misticismo religioso emparentado con las creencias en dioses asociados a fuerzas naturales.[1]

El filósofo neoplatónico Plotino (siglo III d.C.) nacido en Egipto, representa una mística natural, que, no obstante, describe el éxtasis con "una perfección tal que ha sido después imitada por los místicos cristianos" quienes siguieron sus mismas fórmulas.[2]

[editar] Mística cristiana

Jardín con estatua representando a San Francisco de Asis rodeado de pájaros.

En el caso de la mística cristiana el acto místico de unión con Dios, conocido como éxtasis, no depende del individuo, sino solamente de Dios, que por motivos que sólo Él conoce otorga como gracia privada un breve tiempo de comunicación sensible ultraterrena a algunas almas a las que se acerca bien directamente o bien para su posterior transmisión a un grupo específico o al conjunto social. Puede ir acompañado de las manifestaciones llamadas estigmas o llagas: heridas que reproducen algunas de las heridas de Cristo en la cruz, así como de bilocación (suceso que consiste en que el santo o místico es visto en dos o más sitios al mismo tiempo) y manifestaciones proféticas. Se cree que el éxtasis es otorgado, en el caso del Catolicismo, pero esto no es necesario, a personas que han seguido una dura disciplina ascética de ayuno, soledad, oración, humildad, trabajo, penitencia, mortificación e introspección mediante el seguimiento de una regla de conducta monástica (clero regular masculino y femenino) para purificarse ante los ojos de Dios mediante los caminos o vías llamados vía purgativa y vía iluminativa. Los místicos carmelitanos hablan de noche oscura, así como de dar un ciego y oscuro salto de fe con la esperanza de que Dios se apiade y recoja el alma de sus siervos. Si Dios quiere, habrá una unión mística o éxtasis, experiencia más divina que humana que resulta de un placer inefable, esto es, intransmisible por entero, sino sólo en una parte muy pequeña, por medio de la palabra o cualquier otro medio de expresión. Así la describe por ejemplo Santa Teresa de Jesús:

Y es tanto lo que se emplea el alma en el gozo de lo que el Señor la representa, que parece que se olvida de animar el cuerpo. (...) No se pierde el uso de ningún sentido ni potencia, pero todo está entero para emplearse en Dios solo. De este recogimiento viene algunas veces una quietud y paz interior muy regalada, que está el alma que le parece que no le falta nada.

También, sin embargo, existe una mística protestante que representan, por ejemplo, escritores como Emanuel Swedenborg y sus Arcanos celestes o Joseph Smith, fundador de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días o Mormonismo, o incluso el poeta William Blake, así como una mística heterodoxa representada, en la forma más antigua, por los cristianos gnósticos y en la Edad Media y Renacimiento por los alumbrados, los dejados o por los seguidores del quietismo preconizado por Miguel de Molinos, una mística en ciertos sentidos muy cercana al Budismo.

La tradición mística cristiana arranca en realidad de Pablo de Tarso y del Evangelio según San Juan, así como de los posteriores Padres de la Iglesia, en particular los Padres del yermo o de la Tebaida. San Agustín de Hipona fue una figura muy influyente, así como Santo Tomás de Aquino. Carácter místico tienen algunas obras muy leídas del desconocido Pseudo Dionisio Areopagita, que algunos quieren indentificar erróneamente con el desconocido griego convertido por Pablo de Tarso en el Areópago de Atenas; su teología negativa fue un avance que se incorporó a la mística cristiana y se encuentra, por ejemplo, en San Juan de la Cruz. Siguen después las escuelas místicas de distintas órdenes monásticas, entre las cuales destacan las distintas ramas de la mística franciscana, la mística agustina, la mística carmelita y la mística trinitaria. Tuvo mucha importancia y fue no poco influyente la mística germánica, representada por Jan van Ruysbroeck, el maestro Eckart, Tomás de Kempis y, ya en el Barroco, por Angelus Silesius y su Peregrino querubínico.

[editar] Mística germánica

Cabe resaltar dentro de la Mística germánica una figura de gran importancia: la abadesa, líder monástica, mística, profetisa, médica, compositora y escritora alemana Hildegard de Bingen; también en la Edad Media creó escuela el Meister Eckhart y sus discípulos Enrique Suso y Juan Taulero. Y, en el siglo XVII, Jakob Böhme y sobre todo Johann Scheffler, más conocido como Angelus Silesius, autor de los paradójicos epigramas religiosos contenidos en Peregrino querubínico.

[editar] Mística italiana

La mística italiana cuenta con las figuras del poverello San Francisco de Asís, autor del famosísimo Cántico, una de los primeros textos de la literatura italiana y sin duda alguna uno de los más hermosos.

[editar] Mística española

Vidriera del Convento de Santa Teresa.

La mística española se desarrolló principalmente en Castilla, Andalucía y Cataluña. Brota fuertemente en el siglo XVI a causa de la tensión existente con el Protestantismo. Existen los precedentes medievales de Raimundo Lulio, que marca fuertemente la tradición española con el contacto de la cultura árabe y la mística sufí, y con la tradición semítica de la Cábala (en España se compiló su libro más importante, el Zohar, y muchos escritores sefardíes emigrados ampliaron las enseñanzas cabalísticas, como por ejemplo Moisés Cordovero o Isaac Luria). Se trata, además, cronológicamente, de una de las últimas místicas aparecidas y en cierto modo representa la culminación de la tradición mística cristiana.

La característica más acusada de la mística española es su carácter ecléctico, armonizador entre tendencias extremas; un ejemplo, podemos encontrar en San Juan de la Cruz al demonio nombrado en árabe Aminadab o un mismo verso repetido al estilo de la poesía árabe. Un segundo rasgo es que en la literatura religiosa hispana predomina lo ascético sobre lo místico. El tercero sería su gran elaboración formal: presenta un excelente estilo literario, de forma que muchas de sus obras se cuentan como obras maestras de la literatura en lengua española.

Artículo principal: Escuela ascética española
Vivo sin vivir en mí

y tan alta vida espero

que muero porque no muero.

Tema de atribución discutida, usado por Santa Teresa de Jesús y con alguna variación (y de tal manera espero) por San Juan de la Cruz.[3]


Como corriente literaria, utiliza la creación de obras escritas como medio para expresar la religiosidad y lo que supone para sus autores la unión del alma con Dios, reservada a muy pocos elegidos.

[editar] Vías purgativa, iluminativa y unitiva

Para la unión del alma con Dios se establecía el seguimiento de tres vías, procedimientos, pasos o fases, según el Tratado espiritual de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva de Bernardo Fontova (Valencia, 1390-1460), cartujo en Vall de Crist;[4] y que repetiría Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla, en Varón de deseos en que se declaran las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva (1642):[5]

  • Vía purgativa: el alma se purifica de sus vicios y sus pecados mediante la penitencia y la oración. Las atracciones por sí mismas no tienen por qué ser malas pero sí lo es el apego o gusto que provocan en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.
  • Vía iluminativa: una vez purificada, el alma se ilumina al someterse total, única y completamente a la voluntad de Dios. El alma se halla ya limpia y en un desamparo y angustia interior inmensos, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él.
  • Vía unitiva: el alma se une a Dios, produciéndose el éxtasis que anula los sentidos. A este punto sólo pueden llegar los elegidos y es muy difícil describirlo con palabras porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable. El hecho de haber alcanzado la vía unitiva puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas (las heridas que sufrió Cristo en la cruz), con fenómenos de levitación del santo y con episodios de bilocación (es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo). El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado.

[editar] Periodos

Pedro Sainz Rodríquez señala cuatro periodos en la historia de la mística española:[6]

  • Período de importación e iniciación, que comprende desde los orígenes medievales hasta 1500, durante el cual se traducen y difunden las obras de la mística extranjera.

[editar] Escuelas

Marcelino Menéndez Pelayo hizo una clasificación por escuelas según las órdenes religiosas de los místicos:[7]

Esta clasificación, en la que cada orden religiosa posee su propia tradición teológica y doctrinal, se puede simplificar aun más en tres corrientes:

  • Afectiva (predomina lo sentimental sobre lo intelectual), que tiene siempre presente el Cristocentrismo o la imitación de Cristo hombre como vía por donde el cristiano puede llegar a la divinidad (franciscanos y agustinos).
  • Intelectualista o escolástica, que busca el conocimiento de Dios mismo por la elaboración de una doctrina metafísica (dominicos y jesuitas).
  • Ecléctica o genuinamente española, representada por la mística carmelita.

Helmut Hatzfeld[8] ha elaborado una clasificación de las teorías de interpretación de la mística española muy influyente; en la que son cinco las escuelas principales:

  • Escuela Ahistórica, propuesta por Jean Baruzzi, en un estudio francés sobre San Juan de la Cruz: sostiene la originalidad de los místicos españoles que descubren sus símbolos decisivos independientemente de las condiciones históricas.
  • Escuela Sintética, cuyo teorizador principal es Gaston Etchegoyen a través de un estudio francés sobre Santa Teresa; supone que la mística española puede explicarse y entenderse como una fusión sintética de diferentes formas más antiguas, todas exclusivamente occidentales.
  • Escuela Secular, obra de Dámaso Alonso; según ella numerosos elementos simbólicoso de los místicos españoles derivan de la poesía profana, popular o culta, sobre todo de la poesía de Garcilaso (a través de las versiones a lo divino de sus poemas que hizo Sebastián de Córdoba), el Romancero, la lírica popular y la lírica cancioneril.
  • Escuela Arabista, integrada por Julián Ribera y sobre todo por Miguel Asín Palacios, que contempla afinidades entre los escritos de San Juan de la Cruz y los del místico mahometano Abenarabí, de la primera mitad del siglo XIII; por otra parte, nadie ha podido negar la influencia del misticismo musulmán en el catalán Raimundo Lulio.
  • Escuela Germánica, que alega que el influjo mayor recibido por los místicos españoles proviene de los místicos flamencos y alemanes como Meister Eckart, o el flamenco Jan van Ruysbroeck, o Thomas de Kempis.

Hatzfeld se inclina por considerar que tanto Oriente como Occidente han contribuido a la formación del lenguaje de los místicos españoles.

La mística española cuenta con figuras señeras en el Siglo de Oro y sobre todo en Castilla, como Bernardino de Laredo, Francisco de Osuna; Santa Teresa de Jesús compuso importantes obras místicas en prosa, como Las moradas y Camino de perfección; a San Juan de Ávila se le debe tal vez el famoso soneto místico "No me mueve mi Dios para quererte", y San Juan de la Cruz compuso con sus experiencias místicas unos poemas que son quizá la cumbre de la lírica española de todos los tiempos, el Cántico espiritual y la Noche oscura del alma, comentados por él mismo en prosa, entre otros varios poemas no menos importantes. Destacan también otros místicos, como Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción, Cristóbal de Fonseca, el beato Alonso de Orozco, fray Pedro Malón de Chaide, fray Luis de Granada o fray Juan de los Ángeles. En el País Vasco destaca la figura de San Ignacio de Loyola. En Cataluña fue importante en la Edad Media Ramón Llull, también conocido como Raimundo Lulio, cuyo Libro del amigo y el amado es el principal testimonio de la literatura mística en catalán. Tras el Siglo de Oro, la mística española entró en decadencia.

[editar] Mística islámica o sufismo

La voz sufí deriva de la raíz sûf, (lana), aludiendo al hábito con que vestían los sufíes como muestra de desapego del mundo. A los ascetas errantes árabes se los llamaba también faquires ("pobres", en árabe faqîr, pl. fuqarâ), y en persa derviches (darvîsh). Mirados con cierta precaución a veces por algunos sectores de la ortodoxia islámica, el respeto que demostró a sus enseñanzas Algazel, denominado por algunos orientalistas occidentales como "el San Agustín árabe", y más conocido entre los musulmanes como Hujjatul Islam o la Prueba del Islam, hizo que a partir de grupos sunnitas ubicados Iraq en el siglo VIII, y de Bagdad y El Cairo en el siglo IX, se extendiese la presencia del sufismo por todo el mundo islámico, desde Irán hasta India, y desde el Magreb hasta Anatolia y Al Ándalus.

La ascética y mística sufí o sufismo se explica a sí misma como una vía que parte esencialmente del ejemplo establecido por el Profeta del Islam, el Profeta Muhammad, y por gente de entre sus Compañeros dedicados intensamente a la oración y el desapego, conocidos algunos de ellos como Ahl as Suffa o la Gente del Banco.

La espiritualidad del sufismo hace énfasis a la vez en la acción, la contemplación y la oración, buscándose:

- un estado de acción de sinceridad perfecta, modelado sobre la base del Corán y el ejemplo del Profeta del Islam;

- un estado de contemplación por el cual no se vea en todo sino la huella de Dios o las luces reflejas de Dios;

- un estado de oración o más propiamente 'Recuerdo de Dios' (dhikr) perpetuo, sin cesar, que se explica que atraviesa grados, empezando por el dhikr de la lengua, para llegar al dhikr del corazón, seguido del dhikr del secreto, dhikr del secreto del secreto, y así hasta varios niveles cada vez más originarios del dhikr, hasta llegar al dhikr que al examinar los escritos de los sufíes puede denominarse de modo genérico como un dhikr que se afirma se encuentra más allá de toda categoría y de toda conceptualización, en lo que sería la zona más honda de la huella eterna del espíritu en estado de contemplación de Dios.

Los ejemplos de espiritualidad islámica fueron espaciéndose a lo largo del mundo musulmán y, con el correr del tiempo, frente a un universo de población musulmana con muy distinto grado de compromiso con la práctica de la religión, a este grupo de personas empezó a conocérsele como sufis. Una de sus grandes figuras iniciales sunnitas radicó en Basora (Hassan al-Basrî, muerto el 728), y otros vivieron en Medina y en la Meca, con un llamado que preconizaba el amor y la bondad de Dios (Al-láh) y el sometimiento completo (externo e interno) a la voluntad divina, lo que lleva, afirma la tradición sufi, en los casos de pureza modélica, a experimentar la cercanía 'más cercana que la vena yugular ' (según una frase Sagrado Corán) de la Presencia Infinita de Dios, frente a la cual el ser humano quedaría aniquilado como la nada frente al Uno.

La organización de los sufíes en cofradías o fraternidades (tariqas) de personas que frecuentaban las enseñanzas de un maestro sufi alcanzó un punto de desarrollo institucional notable en el siglo XII. El sufismo alcanzó su exposición doctrinal ortodoxa más lograda en la obra de Al-Ghazali (Algacel).

En la actualidad, las vías (tariqas) u 'órdenes' sufis más expandidas en todo el mundo son la qadiri y la naqshbandi, así como también la shadhilli y la chisti.

Es indispensable la guía de un maestro, o "director espiritual" (muršid), quien ya ha recorrido las estaciones espirituales y ha llegado a la realización espiritual, a fin de guiar al discípulo por el largo sendero de la lucha contra el ego (nafs).

Las experiencias de los grandes maestros sufíes han inspirado una buena parte de la lírica y la narrativa islámicas.

[editar] Dichos y hechos propios de los sufis

Los santos sufis narran haber recibido, por gracia de Dios, estaciones espirituales más allá de nuestra comprensión ordinaria de las cosas; y a la vez afirman que buscar las estaciones en sí mismo es alejarse de ellas, pues la única búsqueda debe ser la complacencia de Dios. Son conocidas en la literatura sufi las narraciones de milagros (karamat) que ocurrieron a mestros sufis, si bien la enseñanza sufi al respecto es que la búsqueda de milagros es un obstáculo en la vía, y si ellos ocurren debe ser únicamente sin intervención de una voluntad activa o de ostentación al respecto.

Los maestros sufis distinguen dos clases de conocimiento de la religión del Islam: el conocimiento erudito, de carácter mental-discursivo, sobre el Corán y la vida del Profeta del Islam, y el conocimiento 'del corazón' o de naturaleza gnóstico-espiritual, acerca de lo mismo, señalando que si bien ambos conocimientos son necesariamente complementarios, sólo el siervo puro puede acceder al conocimiento interno.

A su vez, si bien las cofradías sufis se han sumado a los demás musulmanes en el seguimiento del respeto a los gobernantes, son conocidos los casos en que un gobernante ha ejercido persecuciones sobre sufis (Mustafa Kemal Ataturk, en Turquía, o el régimen comunista en Rusia, por citar sólo dos casos)y el concepto del verdadero rango que tienen el santo y el rey frente a Dios por parte de los sufis.

Un ejemplo de esto último puede encontrarse en la siguiente anécdota de Shah Bahauddin Naqshband (1317-1388), según narración de otro maestro sufi, Sheij Fariuddin al-Attar:

"En una oportunidad el rey de Transoxiana, Sultan Abd Allah Kazgan, vino a Bukhara. Decidió ir de caza alrededor de Bukhara y mucha gente lo acompañó. Shah Bahauddin Naqshband estaba en una aldea cercana. Cuando la gente se fue de caza Shah Naqshband fue a la cuspide de una colina y permaneció allí sentado. Mientras estaba allí sentado entró a su corazón el pensamiento de que Dios había dado un gran honor a los santos. A causa de ese honor, todos los reyes de este mundo deberían inclinarse ante ellos. El pensamiento aún no se le había ido del corazón, cuando un caballero con una corona en la cabeza como la de un rey, se acercó a él y desmontó su caballo. Con gran humildad saludó a Shah Naqshband y permaneció en su presencia de la manera más amable. Se inclinó ante el shaykh pero el shaykh no lo miró. Lo mantuvo de pie durante una hora. Finalmente Shah Naqshband lo miró y le dijo: '¿Qué haces aquí?.' El dijo: 'Soy el rey Sultan Kazgan. Salí a cazar y olí un aroma hermoso, lo seguí hasta aquí y te encontré sentado en medio de una poderosa luz.' El hecho de haber pensado 'todos los reyes de este mundo deberían inclinarse ante los santos' se había vuelto realidad. Es así como Dios honra los pensamientos de Sus santos".

Siguiendo la "vía" (tarîqa) de un maestro (xeic, Shéij), el sufismo afirma que se puede llegar a una estación espiritual donde el 'ojo' contempla al Ser Supremo, frente al cual toda la Creación se convertiría en 'menos de una mota de polvo suspendida en la nada', lo que técnicamente se ha denominado en el lenguaje del sufismo como "el aniquilamiento de sí mismo en Dios" (fanâ).

[editar] Características del sufismo

Shaij Nazim al-Qubrusi, maestro de la orden naqshbandi, ha sido criticado fuertemente por el wahabismo en el Islam, y representa, como otros casos contemporáneos, el fenómeno actual de la pugna entre la comprensión sufi y la comprensión literalista o externalista del mismo.

Un elemento tipológico que diferencia al sufismo del 'misticismo' a secas es que el cultivo de la vía se considera y asume en el sufismo como una ciencia o 'ílm', la ciencia de las estaciones del corazón y de la lucha contra el nafs, cuyos maestros dominan con las correspondientes técnicas espirituales para permitir que el discípulo avance en el proceso.

Asimismo, otro elemento tipológico es que, a diferencia de los esfuerzos o ascesis individuales, quien tiene en definitiva 'la llave' del discípulo es el Maestro, el cual se considera en el sufismo que para ser verdaderamente tal debe mantener conexión espiritual viva e ininterrumpida con el Profeta Muhammad mismo, considerado así como la fuente primera y permanente del sufismo. A esta conexión de transmisión del conocimiento espiritual desde el Profeta mismo se la denomina 'silsila' o vía de transmisión.

En el sufismo se encuentran obras y visiones de naturaleza metafísica, elemento sapiencial o gnóstico (en sentido etimológico) del sufismo.

Afirman los maestros sufis tales como Ibn Arabi o Sheij Abdelqader al Jilani que la gnosis de Dios implica asimismo recibir un conocimiento de la religión de naturaleza privilegiada. De modo que los sheisj sufis, tal como eran considerados en el califato otomanao, pasan a representar la función de garantes de la ortodoxia a la vez que de conocedores del misterio.

Es frecuente encontrar en la literatura sufi afirmaciones de que el estado de pureza permite comprender más en el Corán que lo que los ojos o la mente común podrían hallar.

Grandshaykh Abdullah al-Faizi ad-Daghestani (1891-1973), maestro anterior de la tariqa naqshbandi, sucedido por Shaij Nazim al-Qubrusi, refirió por ejemplo lo siguiente:

"Ellos [los más grandes de entre los santos de Dios, nueve en particular en la historia del Islam] recitan el Corán no como lo hacemos nosotros que lo leemos de principio a fin sino que lo recitan con todos sus secretos y realidades internas. Porque Dios ha dicho: 'wa la ratbin wa la yabisin illa fa kitabin mubin [Sagrado Corán 6:59]'. 'No hay nada húmedo o seco que no esté inscrito en un libro claro'. No hay ninguna de las creaciones de Dios en todos los universos creados que no haya sido ya mencionado, con todos sus secretos, en un Libro Claro, el Corán ... Allah ha puesto en cada letra del Corán doce mil conocimientos distintos.

Hoy en día se percibe la existencia de una corriente en Occidente de 'sufismo sin Islam', auto-denominada a veces sufismo universal, de modo análogo a lo que sería el ejemplo de la difusión, en otro orden de ideas, del yoga sin hinduismo. Este fenómeno es considerado como un fenómeno de la nueva religiosidad en Occidente (lo que ha sido denominado por algunos como espiritualidad New Age). Sin embargo, los sheijs de las tariqas tradicionales rechazan esta aproximación.

[editar] Mística judaica, o Cábala

Portada de la primera edición del Zohar, Mantua, 1558 (Biblioteca del Congreso, Washington).

La principal corriente mística hebrea (que no debe confundirse con el judaísmo ortodoxo propiamente dicho) se denomina Cábala (también Qábbalah, del hebreo Kabbalah, «tradición») y se produjo y difundió fundamentalmente durante la Alta Edad Media hasta alcanzar su esplendor con la aparición del Zóhar en la península Ibérica en el siglo XIII y las posteriores interpretaciones jasídicas. En el siglo XVIII, después del colapso del movimiento sabático mesiánico, la Cábala fue relegada y considerada nociva para la comunidad. Desde entonces, los estudiosos judíos de Occidente han rehuido las discusiones teológicas que pudieran revivir el pensamiento místico. Así quedaron en el olvido valiosos manuscritos cabalísticos y las discusiones e interpretaciones que sobre ellos hacían los místicos judíos.

En la definición del historiador y teólogo judío Gershom Scholem (Grandes tendencias de la mística judía, Barcelona: Ediciones Siruela, 1996, editado originalmente en 1941), el misticismo es el estadio posterior a la religión. Al sentir el hombre post-primitivo una alienación respecto al mundo que habita, se desarrolla debido a este hueco un sentimiento religioso en el que Dios se percibe como algo alejado, al otro lado del abismo que separa lo divino de lo humano. Es ésta la definición que se plantea de religión, en que Dios es algo alejado de ser adorado u obedecido.

Según Scholem, el misticismo judío posee tres características fundamentales que le dan su particular personalidad:

  1. En primer lugar, reticencia hacia la confesión personal, por la reserva hacia todo lo relacionado con la experiencia mística y por la ausencia de elementos autobiográficos.
  2. En segundo lugar, el misticismo judío muestra una actitud metafísica positiva en relación al lenguaje, considerado instrumento propio de Dios, y como lenguaje creador, se refleja en el hablar común del hombre.
  3. En tercer lugar, la mística judía se caracteriza por una continuada deferencia hacia la tradición: así, cuanto más pura es la mística, más cerca está de la verdadera tradición entendida como «conocimiento original de la humanidad.
El Árbol de la vida.

Acaso el mayor de los místicos judíos fuera el malagueño Shlomo ben Yehudah Ibn Gabirol, también conocido como Avicebrón (c. 1021-c. 1058), autor de una Fuente de la vida (Mekor Hayim) que fue conocida por los filósofos cristianos medievales a través de su traducción latina (Fons vitae); por otra parte, el gran erudito y teólogo Rambam, que conocemos habitualmente como Maimónides (1135-1204), aportó la idea de la ausencia de atributos en Dios, que pesó mucho en la configuración cabalística de Dios como En-Sof.

Una de las fuentes más importantes de la Cabalá es el Zóhar o Libro del Esplendor se trata de una compilación de diversos textos cuya elaboración se atribuye tradicionalmente a Moisés de León, judío español, (fallecido en 1305), aunque algunos de sus elementos parecen ser mucho más antiguos. Algunas de sus ideas parecen ser de los filósofos griegos, de los panteístas egipcios y de los gnósticos. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad oculta o Infinito (el Ein-Soph), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (Sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter (Corona). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las sefiroth). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.

Según la cábala el verdadero Mesías nacerá al fin del tiempo y entonces el mundo regresará a su fuente. Entonces se acabará el infierno y empezará un tiempo de gran felicidad. La redención humana se logra por la rígida observancia de la ley, y la salvación se alcanza a través de un conocimiento "esotérico" especial. Cada persona es agente de su propia salvación y a través de conocimientos secretos, puede alcanzar la divinidad.

Los cabalistas suelen interpretar las combinaciones de letras de palabras clave en los textos sagrados, así como su valor numérico, con un sentido trascendente. Dos son principalmente los métodos utilizados para unificar las doctrinas cabalísticas: el de Moisés Cordovero y el de su discípulo Isaac Luria.

[editar] Mística budista

Mandala del Buda Sakyamuni, pintura tibetana.

La mística budista consiste en alcanzar el estado de Buda o nirvana, llamado Samādhi en el yoga; en el budismo Zen se realiza mediante un súbito acto de conocimiento integral denominado satori. Hay varios métodos, incluyendo mantras (recitaciones) y una meditación sobre la realidad. Con frecuencia el monje budista zen recurre a algunos ejercicios denominados kōans o problemas o cuestiones tan irresolubles cómo fáciles de resolver que sirven para desintegrar la apariencia lógica de la realidad.

[editar] Fenómenos místicos

[editar] Explicaciones científicas a los fenómenos místicos

En la filosofía de Victor Cousin, el misticismo es uno de los cuatro grandes estadios filosóficos que periódicamente se suceden en el pensamiento humano y que sigue a épocas fuertemente racionalistas. Otros dicen que el misticismo podría ser sólo síntomas de defectos médicos de una persona. Por ejemplo, se dice que Santa Teresa de Jesús era muy enfermiza y que pudiera haber padecido de problemas psicológicos productos de la misma. También se ha usado como explicación científica por investigadores e historiadores del misticismo el que algunas visiones pudiesen haber sido provocadas por una intoxicación debida al hongo conocido como cornezuelo de centeno, potente psicotrópico.

[editar] En la cultura popular

En la música se puede encontrar una excelente adaptación de Noche oscura del alma de San Juan de la Cruz hecha por la cantante Loreena McKennit en su disco The mask and mirror.

También la cantante Madonna, en 1989, lanzó un disco titulado Like a prayer, donde la letra de la canción que daba nombre al álbum estaba impregnada de misticismo del estilo de San Juan de la Cruz. En el video musical se pueden apreciar varios simbolos que remiten a algunos de sus poemas, por ejemplo Llama de amor viva. Por este video la Iglesia Católica declaró a Madonna blasfema. También en el video de su tema Bedtime story (año 1994) se puede apreciar un ritual derviche y diferentes elementos de la mística sufí, aunque ella profesa la Cábala judía.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Historia de las religiones en la Europa antigua. Madrid: Ed. Cátedra, 1994.
  2. Ismael Quiles, Prólogo a Plotino, El alma, la belleza y la contemplación Buenos Aires: Espasa Calpe, 1950
  3. Coplas del alma que pena por ver a Dios, en cvc. Sáenz, Hilario, «Notas a la glosa Vivo sin vivir en mí de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz», en Modern Language Quaterly, 13 (1952). Usado como bibliografía en cvc.
  4. Ildefonso M. Gómez, Escritores cartujanos españoles, pg. 64.
  5. Edición de 1786 accesible en Google books.
  6. Introducción a la historia de la literatura mística en España (Madrid, 1927)
  7. La poesía mística en España
  8. Estudios literarios sobre mística española (Madrid, 1955)

[editar] Bibliografía

  • Abumalham, Montserrat (coordinadora) (2005). Textos fundamentales de la tradición religiosa musulmana. Colaboradores: Juan Pedro Monferrer, Cristina de la Puente, Fernando Rodríguez Mediano, Delfina Serrano, Amalia Zomeño, Mercedes García-Arenal, Maribel Fierro, Emilio González Ferrín. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-749-5. 
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[editar] Enlaces externos

[editar] Mística católica

[editar] Mística islámica

[editar] Mística judía

CIENCIA3: METAFÍSICA. SUSTANCIAS. La metafísica es una rama de la filosofía que se encarga de estudiar la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad. El nombre metafísica proviene del título puesto por Andrónico de Rodas a una colección de escritos de Aristóteles. Esto no implica que la metafísica haya nacido con Aristóteles, sino que es de hecho más antigua, dado que hay casos de pensamiento metafísico en los filósofos presocráticos. Aristóteles de Estagira habló, en todo caso, de una “filosofía primera”, cuyo principal objetivo era el estudio del Ser en cuanto tal, de sus atributos y sus causas.

Metafísica

De Wikipedia, la enciclopedia libre
¿Cuáles son los últimos principios y causas del mundo? Grabado en madera de Camille Flammarion: L'Atmosphere (1888).

La metafísica es una rama de la filosofía que se encarga de estudiar la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.[1] [2] [3]

El nombre metafísica proviene del título puesto por Andrónico de Rodas a una colección de escritos de Aristóteles. Esto no implica que la metafísica haya nacido con Aristóteles, sino que es de hecho más antigua, dado que hay casos de pensamiento metafísico en los filósofos presocráticos. Aristóteles de Estagira habló, en todo caso, de una “filosofía primera”, cuyo principal objetivo era el estudio del Ser en cuanto tal, de sus atributos y sus causas.

En la Edad Media, se dio el debate sobre la distinción y orden de jerarquías entre la metafísica y la teología, en especial en la escolástica. La cuestión de la distinción entre metafísica y teología es también omnipresente en la filosofía moderna.

La tradición moderna ha dividido a la metafísica en: Ontología, o ciencia del ente en tanto ente, que se correspondería a la llamada Metafísica General, y tres ramas particulares: "Teodicea" (también llamada Teología Natural o Teología Racional), "Psicología Racional" y "Cosmología Racional". Esta clasificación, que fue propuesta entre otros por Christian Wolff, ha sido posteriormente discutida, pero sigue siendo considerada canónica.[4]

La metafísica aborda problemas centrales de la filosofía, como lo son los fundamentos de la estructura de la realidad y el sentido y finalidad última de todo ser, todo lo cual se sustenta en el llamado principio de no contradicción. La metafísica tiene como tema de estudio dos tópicos: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles viene a ser la ciencia que estudia el ser en tanto que ser. El segundo estudio es el de la teología, o también llamada “filosofía teológica”, que es el estudio de Dios como causa última de la realidad. Existe, sin embargo, un debate que sigue aún hoy sobre la definición del objeto de estudio de la metafísca, sobre si sus enunciados tienen propiedades cognitivas.

La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Immanuel Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto ("cuando emite un juicio sintético sobre un asunto") que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de "necesidad inevitable". Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como "animal metafísico". Martin Heidegger ha replanteado todos los asuntos metafísicos introduciendo en ellos una transformación radical que necesariamente tiene que tomarse en cuenta.

Contenido

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[editar] Historia del concepto

Platón y Aristóteles en La escuela de Atenas, de Rafael Sanzio. Aristóteles es considerado como el padre de la metafísica.

El término metafísica proviene de una obra de Aristóteles compuesta por catorce libros (rollos de papiro), independientes entre sí, que se ocupan de diversos temas generales de la filosofía. Estos libros son de carácter esotérico, es decir, Aristóteles nunca los concibió para la publicación. Por el contrario, son un conjunto de apuntes o notas personales sobre temas que pudo haber tratado en clases o en otros libros sistemáticos.

El peripatético Andrónico de Rodas (siglo I a. C.) al sacar la primera edición de las obras de Aristóteles ordenó estos libros detrás de los ocho libros sobre física (tà metà tà physiká). De allí surgió el concepto de "metafísica", que en realidad significa: aquello que en el estante está después de la física, pero que también de manera didáctica significa: aquello que sigue a las explicaciones sobre la naturaleza o lo que viene después de la física, entendiendo física en su acepción antigua que se refería al estudio de la physis, es decir, de la naturaleza y sus fenómenos, no limitados al plano material necesariamente.

En la Antigüedad la palabra metafísica no denotaba una disciplina particular concerniente al interior de la filosofía, sino el compendio de rollos de Aristóteles ya mencionado. Sólo es a partir del siglo XIII que la metafísica pasa a ser una disciplina filosófica especial que tiene como objeto el ente en cuanto ente. Es hacia ese siglo cuando el conocimiento de las teorías aristotélicas se comienza a conocer en el Occidente latino gracias al influjo de pensadores árabes como Avicena y Averroes.

A partir de entonces la metafísica pasa a ser la más alta disciplina filosófica, y así hasta la Edad Moderna. Con el tiempo la palabra "metafísica" adquirió el significado de "difícil" o "sutil" y en algunas circunstancias se utiliza con un carácter peyorativo, pasando a significar especulativo, dudoso o no científico. En este sentido, también la metafísica es considerada como un modo de reflexionar con demasiada sutileza en cualquier materia que discurriese entre lo oscuro y difícil de comprender.

[editar] Objetivo de la metafísica

La metafísica pregunta por los fundamentos últimos del mundo y de todo lo existente. Su objetivo es lograr una comprensión teórica del mundo y de los principios últimos generales más elementales de lo que hay, porque tiene como fin conocer la verdad más profunda de las cosas, por qué son lo que son; y, aún más, por qué son.[5]

Tres de las preguntas fundamentales de la metafísica son:

  1. ¿Qué es ser?
  2. ¿Qué es lo que hay?
  3. ¿Por qué hay algo, y no más bien nada?

No sólo se pregunta entonces por lo que hay, sino también por qué hay algo. Además aspira a encontrar las características más elementales de todo lo que existe: la cuestión planteada es si hay características tales que se le puedan atribuir a todo lo que es y si con ello pueden establecerse ciertas propiedades del ser.

Algunos de los conceptos principales de la metafísica son: ser, nada, existencia, esencia, mundo, espacio, tiempo, mente, Dios, libertad, cambio, causalidad y fin.

Algunos de los problemas más importantes y tradicionales de la metafísica son: el problema de los universales, el problema de la estructura categorial del mundo, y los problemas ligados al espacio y el tiempo.

[editar] El concepto de ser

Lo que es decisivo para distinguir los diferentes tipos de metafísica es el concepto de ser. La tradición distingue dos tipos de enfoques esencialmente diferentes:

Concepto unívoco de ser

Según este enfoque, “ser” viene a ser la característica más general de diferentes cosas (llamadas entes o entidades). Es aquello que sigue siendo igual a todos los entes, después de que se han eliminado todas las características individuales a los entes particulares, esto es: el hecho de que sean, es decir, el hecho de que a todas ellas les corresponda ser (cfr. diferencia ontológica)

Este concepto de ser es la base de la “metafísica de las esencias”. Lo opuesto al "ser" viene a ser en este caso la esencia, a la cual simplemente se le agrega la existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la nada. Un ejemplo de ello lo dan ciertos textos de la filosofía temprana de Tomás de Aquino (De ente et essentia).

Concepto analógico del ser

Según este enfoque, el “ser” viene a ser aquello que se le puede atribuir a todo, aunque de distintas maneras (Analogía entis). El ser es aquello, en lo que los diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen.

Este enfoque del ser es la base de una metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la nada, ya que nada puede estar fuera del ser. Se entiende aquí a ser como espacio lleno. La filosofía tardía de Tomás de Aquino nos brinda un ejemplo de esta comprensión de ser (Summa theologica)

[editar] Sistematización y método

Tradicionalmente la metafísica se divide en dos ramas:

  • Metafísica general (metaphysica generalis): pregunta por las categorías más generales del ser y por eso también es llamada filosofía fundamental. Se ocupa de qué son las cosas, las propiedades y los procesos, según su esencia y en qué relación están entre sí. En tanto se ocupa de lo que hay, se conoce como ontología.
  • Metafísica especial (metaphysica specialis), que se divide en:
    • La teología natural (también llamada teología filosófica o teología racional) estudia a Dios a través de métodos racionales (es decir, sin recurrir al misticismo o a la fe).
    • La psicología racional (también llamada filosofía del hombre, psicología metafísica o psicología filosófica) se ocupa del alma o mente del hombre.
    • La cosmología racional investiga el mundo en general. En tanto disciplina de la estructuración del mundo material como un sistema natural de sustancias físicas, ya desde la antigüedad se solía cruzar con la filosofía de la naturaleza.

La metafísica puede proceder de distintas maneras:

  1. Es especulativa, cuando parte de un principio supremo, a partir del cual va interpretando la totalidad de la realidad. Un principio de este tipo podría ser la idea, Dios, el ser, la mónada, el espíritu universal, o la voluntad.
  2. Es inductiva, en su intento de ver de manera unificada los resultados de todas las ciencias particulares, configura una imagen metafísica del mundo.
  3. Es reduccionista (ni empírico-inductiva, ni especulativa-deductiva), cuando se la entiende como un mero constructo especulativo a base de presupuestos de los cuales los seres humanos siempre han tenido que partir para poder llegar a conocer y actuar.

[editar] Historia de la metafísica

[editar] Edad Antigua

[editar] Presocráticos

Ya desde los inicios de la filosofía en Grecia, con los llamados filósofos presocráticos, se aprecian los intentos de entender el universo todo a partir de un principio (originario) único y universal, el αρχη (arjé).

Parménides de Elea (siglo VI-V a. C.) es considerado el fundador de la ontología. Es él quien utiliza por primera vez el concepto de ser/ente en forma abstracta. Este saber, metafísico, comenzó cuando el espíritu humano se hizo consciente de que lo real sin más no es lo que nos ofrecen los sentidos, sino lo que se aprehende con el pensamiento. ("Lo mismo es pensar y ser") Es lo que él llama "ser", y que caracteriza a través de una serie de determinaciones conceptuales que están al margen de los datos de los sentidos, como ingénito, incorruptible, inmutable, indivisible, uno, homogéneo, etc.

Parménides expone su teoría con tres principios: "El ser (o el ente) es y el no-ser no es", "nada puede pasar del ser al no-ser y viceversa" y "lo mismo es el pensar que el ser" (esto último se refiere a que no puede existir lo que no puede ser pensado).

A partir de su afirmación básica ("el ser es, el no-ser no es") Parménides deduce que el ser es ilimitado, ya que lo único que podría limitarlo es el no-ser; pero como el no-ser no es, no puede establecer limitación alguna.

Por lo tanto, según deducirá Meliso de Samos, el ser es infinito (ilimitado en el espacio) y eterno (ilimitado en el tiempo).

La influencia de Parménides es decisiva en la historia de la filosofía y del pensamiento mismo. Hasta Parménides, la pregunta fundamental de la filosofía era: ¿de qué está hecho el mundo? (a lo que algunos filósofos habían respondido que el elemento fundamental era el aire, otros que era el agua, otros un misterioso elemento indeterminado, etc.). Parménides instaló el "ser" (esse) en la escena como objeto principal del discurrir filosófico. El próximo paso decisivo lo dará Sócrates.

[editar] Sócrates

La filosofía de Sócrates (470/469-399 a. C.) se centra en la moral. Su pregunta fundamental es: ¿qué es el bien?. Sócrates creía que si se lograba extraer el concepto del bien se podía enseñar a la gente a ser buena (como se enseña la matemáticas, por ejemplo) y se acabaría así con el mal. Estaba convencido de que la maldad es una forma de ignorancia, doctrina llamada intelectualismo moral. Desarrolló la primera técnica filosófica que se conoce: la mayeútica. Consistía en preguntar y volver a preguntar sobre las respuestas obtenidas una y otra vez, profundizando cada vez más. Con ello pretendía llegar al "Logos" o la razón final que hacía que una cosa fuera esa cosa y no otra. Este "logos" es el embrión de la "idea" de Platón, su discípulo.

[editar] Platón

El punto central de la filosofía de Platón (427-347 a. C.), lo constituye la Idea. Platón observó que el Logos de Sócrates era una serie de características que percibimos en los objetos (físicos o no) y están asociadas a él. Si a ese Logos lo separamos del objeto físico y le damos existencia formal, entonces se llama Idea (la palabra "Idea" la introdujo Platón). En los diálogos platónicos aparece Sócrates preguntando por lo que es justo, valeroso, bueno, etc. La respuesta a estas preguntas presupone la existencia de ideas universales cognoscibles por todos los seres humanos que se expresan en estos conceptos. Es a través de ellas que podemos captar el mundo en constante transformación.

Las ideas son el paradigma (paradeigma) de las cosas. Su lugar está entre el ser y el no-ser. Son anteriores a las cosas, que participan (methexis) de ellas. En sentido estricto sólo ellas son. Las cosas particulares que vemos sólo representan copias más o menos exactas de las ideas. La determinación o definición de las ideas se obtiene a través del ejercicio dialógico riguroso, enmarcado en determinado contexto histórico y coyuntural, delimitando aquello en lo que se ha centrado la investigación (la idea).

Con la teoría de las Ideas Platón pretende probar la posibilidad del conocimiento científico y del juicio imparcial. El hecho de que todos los seres humanos tengan la posibilidad de acceder a un mismo conocimiento, tanto en el campo de las matemáticas, como en el de la ética, lo explica a través de la teoría del “recuerdo” (anámnesis), según la cual recordamos las ideas eternas que conocimos antes de nuestro nacimiento. Con ello Platón explica la universalidad de la capacidad racional de todos los seres humanos, enfrentándose a algunos de sus contemporáneos que sostenían la incapacidad de acceder al conocimiento por parte de esclavos o pueblos no-helénicos, entre otros.

La tradición postplatónica muchas veces entendió la teoría de las ideas de Platón, en el sentido de que habría supuesto una existencia de las ideas separada de la existencia de las cosas. Esta teoría de la duplicación de los mundos, en la Edad Media condujo a la polémica sobre los universales.

[editar] Aristóteles

Aristóteles (384-322 a. C.) nunca usó la palabra "metafísica" en su obra conocida como Metafísica. Dicho título se atribuye al primer editor sistemático de la obra del estagirita, Andrónico de Rodas, que supuso que, por su contenido, los trece libros que agrupó debían ubicarse después de la "Física" y por esa razón usó el prefijo "meta" (más allá de...o que sucede a...). En su análisis del ente, Aristóteles va más allá de la materia, al estudiar las cualidades y potencialidades de lo existente para acabar hablando del Ser primero, el motor inmóvil y generador no movido de todo movimiento, que más tarde sería identificado con Dios.

Para Aristóteles la metafísica es la ciencia de la esencia de los entes y de los primeros principios del ser. El ser se dice de muchas maneras y éstas reflejan la esencia del ser. En ese sentido elabora ser, independientemente de las características momentáneas, futuras y casuales. La ousía (generalmente traducido como sustancia) es aquello que es independiente de las características (accidentes), mientras que las características son dependientes de la ousía. La ousía es lo que existe en sí, en contraposición al accidente, que existe en otro. Gramaticalmente o categorialmente, se dice que la sustancia es aquello a lo que se adscribe características, es decir, es aquello sobre lo cuál se puede afirmar (predicar) algo. Aquello que se afirma sobre las sustancias son los predicados.

A la pregunta de qué sería finalmente la esencia que permanece inmutable, la respuesta de Aristóteles viene a ser que la ousía es una forma determinante –el eidos- es el origen de todo ser, es decir, que por ejemplo en el eidos de Sócrates, lo que en su forma humana, determina su humanidad. Y también la que determina que siendo el hombre por naturaleza libre y no siendo el esclavo libre, determina que el esclavo sea parte constitutiva de su amo, es decir, que no sea sólo esclavo de su amo en determinada coyuntura y desde determinada perspectiva, sino que sea esclavo esclavo por naturaleza.

[editar] Edad Media

[editar] En el islam

Detalle del fresco de Andrea Bonaiuto El Triunfo de Santo Tomás, con la imagen sentada en reposo y pensativa de Averroes, apoyado posiblemente en algún libro de Aristóteles.

La llegada de la filosofía griega al campo de influencia del Islam no fue directa, sino que tiene que ver con los cenobios cristianos en la península arábiga y los pertenecientes a ideologías consideradas heréticas y que utilizaban la filosofía griega no como un fin, sino como un instrumento que les servía para sus especulaciones teológicas (como los monofisistas o los nestorianos), pero es por el interés utilitarista en la medicina griega cuando empiezan a hacerse traducciones al Persa que después pasarían tardíamente al Árabe.

Baste comentar que en Árabe no existe el verbo ser y más difícilmente una construcción como Ser, que es un verbo convertido en sustantivo. Es reseñable que la metafísica del mundo islámico quedó influenciada en gran medida por la "Metafísica" de Aristóteles.

A pesar de estas dificultades, Metafísica termina siendo la forma de denominar este campo y gracias al trabajo de comentario y reconstrucción de intelectuales dentro del Islam, (especialmente el de Averroes) pasó a la filosofía cristiana.

[editar] En el cristianismo

En la Edad Media la metafísica es considerada la “reina de las ciencias” (Tomás de Aquino). Se proponen la tarea de conciliar la tradición de la Filosofía Antigua con la doctrina religiosa (musulmana, cristiana o judía). Con base en el Neoplatonismo tardío la metafísica medieval se propone reconocer el “verdadero ser” y a Dios a partir de la razón pura.

Los temas centrales de la metafísica medieval son la diferencia entre el ser terrenal y el ser celestial (Analogía Entis), la doctrina de los trascendentales y las pruebas de la existencia de Dios. Dios es el fundamento absoluto del mundo, del cual no se puede dudar. Se discute si Dios ha creado el mundo de la nada (creación ex nihilo) y si es posible acceder a su conocimiento a través de la razón o sólo a través de la fe. Inspirados en la teoría de la duplicación de los mundos atribuida a Platón su Metafísica se manifiesta como una suerte de “dualismo” del “acá” y del “más allá”, de la “mera percepción sensible” y del “pensar puro como conocimiento racional”, de una “inmanencia” de la vida interior y una “trascendencia” del mundo exterior.

[editar] Edad Moderna

[editar] Kant

La Filosofía Trascendental de Kant significó un “giro copernicano” para la metafísica. Su posición frente a la metafísica es paradigmática. Le atribuye ser un discurso de “palabras huecas” sin contenido real, la acusa de representar “las alucinaciones de un vidente”, pero por otra parte recoge de ella la exigencia de universalidad. Kant se propuso fundamentar una metafísica “que pueda presentarse como ciencia”. Para ello examinó primero la posibilidad misma de la metafísica. Para Kant las cuestiones últimas y las estructuras generales de la realidad están ligadas a la pregunta por el sujeto. A partir de este presupuesto dedujo que hay que estudiar y juzgar aquello que puede ser conocido por nosotros. A través de su criticismo se diferenció explícitamente de las posiciones filosóficas que tienen como objeto la pregunta sobre qué es el conocimiento. Se alejó así de las tendencias filosóficas imperantes, tales como el empirismo, el racionalismo y el escepticismo. También a través del criticismo marcó distancia del dogmatismo de la metafísica que -según Kant- se había convertido en una serie de afirmaciones sobre temas que van más allá de la experiencia humana. Intentó entonces de llevar a cabo un análisis detallado de la facultad humana de conocer, es decir, un examen crítico de la razón pura, de la razón desvinculada de lo sensible (Crítica de la razón pura, 1781-87). Para ello es decisivo el presupuesto epistemológico de Kant de que al ser humano la realidad no se le presenta tal como es realmente (“en sí”), sino tal como se le aparece debido a la estructura específica de su facultad de conocimiento.

Como el conocimiento científico también depende siempre de la experiencia, el hombre no puede emitir juicios sobre cosas que no están dadas por las sensaciones (tales como “Dios”, “alma”, “universo” “todo”, etc.) Por ello Kant dedujo que la metafísica tradicional no es posible, porque el ser humano no dispone de la facultad de formar un concepto basándose en la experiencia sensible de lo espiritual, que es la única que permitiría la verificación de las hipótesis metafísicas. Como el pensar no dispone de ningún conocimiento de la realidad en este aspecto, estos asuntos siempre permanecerán en el ámbito de lo especulativo-constructivo. Entonces, por principio, no es posible según Kant decidir racionalmente sobre preguntas centrales tipo tales como si Dios existe, si la voluntad es libre o si el alma es inmortal. Las matemáticas y la física pueden formular juicios sintéticos a priori y, por ello, alcanzar un conocimiento universal y necesario, un conocimiento científico.

[editar] Idealismo alemán

Desde la crítica kantiana surge el idealismo alemán, representada sobre todo por Fichte, Schelling y Hegel, y que considera a la realidad como un acontecimiento espiritual en el que el ser real es superado, siendo integrado en el ser ideal.

El idealismo alemán recoge el giro trascendental de Kant, es decir que, en vez de entender la metafísica como la búsqueda de la obtención del conocimiento objetivo, se ocupa de las condiciones subjetivas de posibilidad de tal conocimiento. Así, se plantea hasta qué punto el ser humano puede llegar a reconocer estas evidencias. Sin embargo, rechaza que el conocimiento se limite a la experiencia posible y a los meros fenómenos, y propone una superación de esta posición, volviendo a postulados metafísicos que puedan reclamar validez universal: “conocimiento absoluto” como se decía desde Fichte hasta Hegel. Si aceptamos que los contenidos del conocimiento sólo valen en relación con el sujeto -como suponía Kant- y consideramos que esta perspectiva es absoluta, es decir, es la perspectiva de un sujeto absoluto, entonces el conocimiento válido para este sujeto absoluto también tiene validez absoluta. A partir de este planteamiento el idealismo alemán considera que puede superar la contradicción empírica entre sujeto y objeto, para poder captar lo absoluto.

Hegel sostiene que de una identidad pura y absoluta no puede surgir o entenderse una diferencia (esa identidad sería como “la noche, en la que todas las vacas son negras”): no explicaría la realidad en toda su diversidad. Por eso “la identidad de lo absoluto” debe entenderse como que ésta desde su origen ya que contiene en sí la posibilidad y la necesidad de una diferenciación. Esto implica que lo absoluto se realiza en su identidad por el plasmado y la superación de momentos no idénticos, esto es, la identidad dialéctica. A partir de este planteamiento Hegel desarrolla la “Ciencia de la Lógica” considerado, tal vez, como el último gran sistema de la metafísica occidental.

[editar] Edad Contemporánea

Friedrich Nietzsche considera que Platón es el iniciador del pensamiento metafísico y le hace responsable de la escisión en el ser que tendrá luego formas variadas pero constantes. La división entre mundo sensible y mundo inteligible, con su correlato cuerpo-alma, y la preeminencia del segundo asegurada por la teoría de las Ideas sitúa el mundo verdadero más allá de los sentidos. Esto deja fuera del pensar el devenir, aquello no apresable en la división sensible-inteligible por su carácter informe, y que también dejan escapar las subsiguientes divisiones aristotélicas, como sustancia-accidente y acto-potencia.

Martin Heidegger dijo que nuestra época es la del cumplimiento de la metafísica, pues desde los inicios del pensamiento occidental se han producido unos determinados resultados que configuran un panorama del que el pensamiento metafísico no puede ya dar cuenta. El propio éxito de la metafísica ha conducido fuera de ella. Ante esto, la potencia del pensamiento consiste precisamente en conocer e intervenir sobre lo conocido. Pero el pensamiento metafísico carece ya de potencia ya que ha rendido sus últimos frutos.

Heidegger afirmó que la metafísica es "el pensamiento occidental en la totalidad de su esencia". La utilización del término esencia en esta definición, implica que la técnica para estudiar la metafísica como forma de pensamiento, es o debe ser la metafísica en el primer sentido antes indicado. Esto quiere decir que los críticos de la metafísica como esencia del pensamiento occidental, son conscientes de que no existe una "tierra de nadie" en que situarse, más allá de esa forma de pensamiento; sólo el estudio atento y la modificación consciente y rigurosa de las herramientas proporcionadas por la tradición filosófica, pueden ajustar la potencia del pensamiento a las transformaciones operadas en aquéllo que la metafísica estudiaba: el ser, el tiempo, el mundo, el hombre y su conocer. Pero esa modificación supone a su vez un salto que toda la tradición del pensamiento ha escenificado, ha fingido o soñado dar a lo largo de su desarrollo. El salto fuera de la metafísica y por tanto, quizá la revocación de sus consecuencias.

Heidegger caracterizó el discurso metafísico por su impotencia para pensar la diferencia óntico-ontológica, es decir, la diferencia entre los entes y el ser. La metafísica refiere al ser el modelo de los entes (las cosas), pero aquél sería irreductible a éstos: los entes son, pero el ser de los entes no puede caracterizarse simplemente como éstos. El ser es pensado como ente supremo, lo que le identifica con Dios; la pulsión ontoteológica es una constante en el pensamiento occidental. Para Heidegger la metafísica es el olvido del ser, y la conciencia de este olvido debe abrir una época nueva, enfrentada a la posibilidad de expresar lo dejado al margen del pensamiento.

La filosofía analítica también reduce la metafísica a una cuestión lingüística, pero en este caso le atribuye una total falta de sentido. La metafísica sería en todo caso un lenguaje expresivo, del tipo de la poesía, pero nunca referencial. Si hablamos del ser, no nos referimos a nada que tenga una existencia objetiva. Por tanto es un lenguaje que puebla el conocimiento de falsos problemas, o que suministra falsas soluciones. Por otro lado el lenguaje metafísico viola las convenciones del lenguaje ordinario y por tanto no puede proporcionar una guía para el mundo común o no especializado.

El postestructuralismo (Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jacques Derrida) retoma la crítica de Nietzsche, y argumenta que lo no pensable en la metafísica es precisamente la diferencia en tanto tal. La diferencia, en el pensar metafísico, queda subordinada a los entes, entre los que se da como una relación. La pretensión de "inscribir la diferencia en el concepto" transformando éste y violentando para ello los límites del pensamiento occidental aparece ya como una pretensión que lleva a la filosofía más allá de la metafísica.

[editar] Notas y referencias

  1. Robert Audi, ed., «Metaphysics» (en inglés), The Cambridge Dictionary of Philosophy (2nd Edition), Cambridge University Press, «Most generally, the philosophical investigation of the nature, constitution, and structure of reality.» 
  2. «Metaphysics», Encyclopædia Britannica Online, http://www.britannica.com/EBchecked/topic/377923/metaphysics, consultado el 13 de abril de 2010, «Branch of philosophy that studies the ultimate structure and constitution of reality.» 
  3. Carey, Rosalind, «Russell's Metaphysics» (en inglés), Internet Encyclopedia of Philosophy, http://www.iep.utm.edu/russ-met/, consultado el 13 de abril de 2010, «[...] the study of the ultimate nature and constituents of reality.» 
  4. Ferrater Mora, José (1983). Diccionario de Filosofía. Hermes. 
  5. Gómez Pérez, Rafael (1984). Introducción a la metafísica. Aristóteles y Santo Tomás de Aquino (3ª ed.). Madrid: Ediciones Rialp. ISBN 978-84-321-1951-2. , pp. 23-24

[editar] Bibliografía adicional

[editar] Enlaces externos

CIENCIA3: LO SOBRENATURAL. Sobrenatural es el término que se opone a natural, es decir, lo que se percibe por nuestros sentidos y por nuestras construcciones abstractas; por lo cual popularmente el término describe a lo que se considera que esta más allá de la naturaleza.

Sobrenatural

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Para la serie de TV, véase Supernatural (serie de TV).
Para el álbum de música, véase Sobrenatural (álbum de Marcos Witt).
 

Sobrenatural es el término que se opone a natural, es decir, lo que se percibe por nuestros sentidos y por nuestras construcciones abstractas; por lo cual popularmente el término describe a lo que se considera que esta más allá de la naturaleza.

"Lo" sobrenatural define a fenómenos que parecen y se creen reales, pero que no se pueden explicar científicamente, por su propia naturaleza. Al utilizar el término sobrenatural, comúnmente va asociada a la frase "fenómenos sobrenaturales".

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[editar] Diferencia entre los fenómenos sobrenaturales y paranormales

Aunque los fenómenos paranormales igualmente pueden estar considerados como una subcategoría de los fenómenos sobrenaturales, hay que tener cuidado de no confundir lo sobrenatural como sinónimo de lo paranormal: Los fenómenos paranormales se postulan que no son trascendentes a la Naturaleza, sino inmanentes a ella, excepto que se salen de la norma (a causa de su rareza, o como anomalía); y aunque no hayan explicado en términos concretos de la ciencia actual, si se les puede aplicar un estudio más formal y pueden llegar a dar lugar a teorizaciones dependientes de los criterios epistemológicos vigentes (ex: condiciones en laboratorio; etc.) los llamados fenómenos sobrenaturales forman parte o del mito, o del ocultismo; y su teorización pertenece al ámbito del esoterismo

[editar] Descripción

Existen tres clasificaciones de fenómenos sobrenaturales:

  • Los subterfugios, es decir, una voluntad de ocultar intencionadamente la verdad (es el caso de la magia exhibicionista);
  • La descripción no racional de fenómenos antes considerados sobrenaturales, de los cuales actualmente si existe una explicación natural; realizada por descubrimientos científicos (como las auroras boreales);
  • Los fenómenos (reales o irreales) no estudiados o no explicados científicamente, para los cuales la ausencia de elementos concretos hace ilegítima toda supremacía de una teoría sobre otra.

[editar] Ejemplos de fenómenos sobrenaturales

  • Algunos fenómenos considerados antiguamente sobrenaturales y ahora son considerados paranormales (en fase de estudio):

[editar] Véase también

CIENCIA3: ESENCIA. La palabra esencia proviene del latín essentia que a su vez proviene del infinitivo del verbo latino esse, ser = existir, cuyo participio ens es el ente como ser que existe, que Aristóteles llamó “ousía” y se ha traducido como sustancia. La esencia designa en metafísica la realidad de la identidad de un ser[1] que existe como ente a través de las modificaciones accidentales que sufre a lo largo de lo que dura su existencia mundana en el tiempo. A su vez la esencia es el concepto lógico de lo que el ente es[2] y se expresa mediante un término lingüístico que designa a una clase natural como conjunto de individuos que tienen la misma identidad esencial como especie, aun cuando puedan tener diferencias individuales accidentales que no afectan a la esencia como tal.

Esencia

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Para otros usos de este término, véase Esencia (desambiguación).
 
ARISTÓTELES
PLATÓN

La palabra esencia proviene del latín essentia que a su vez proviene del infinitivo del verbo latino esse, ser = existir, cuyo participio ens es el ente como ser que existe, que Aristóteles llamó “ousía” y se ha traducido como sustancia.

La esencia designa en metafísica la realidad de la identidad de un ser[1] que existe como ente a través de las modificaciones accidentales que sufre a lo largo de lo que dura su existencia mundana en el tiempo.

A su vez la esencia es el concepto lógico de lo que el ente es[2] y se expresa mediante un término lingüístico que designa a una clase natural como conjunto de individuos que tienen la misma identidad esencial como especie, aun cuando puedan tener diferencias individuales accidentales que no afectan a la esencia como tal.

De un ser se puede decir:

Lo que introduce las siguientes correlaciones en la lógica de primer orden:

 QUE ES; QUE EXISTELO QUE ES; QUE TIENE ENTIDAD
RealidadComo SustanciaComo Esencia
DiscursoDesignación de la identidad del individuo que es el sujeto gramatical del discursoPredicado que define la identidad lógica y propiedades como especie o clase natural; predicado aplicable tanto al individuo como a la clase natural como especie o conjunto de individuos.

En lógica de segundo orden el discurso respecto al conocimiento de lo real, es decir el discurso científico considera como objeto formal de su estudio la esencia o propiedad de una clase natural.[3]

Así ha sido en la filosofía tradicional pues tradicionalmente la esencia ha sido considerada como la propia e indisoluble identidad de las cosas frente a la apariencia fenoménica de la experiencia, lo que situaba a la esencia en una realidad metafísica.

Actualmente, no se considera la metafísica dentro del ámbito de la ciencia. La realidad de las esencias deviene solamente objeto de especulación metafísica.

La ciencia considera las propiedades que se manifiestan en la experiencia posible, como predicados de un conjunto de individuos que tienen alguna propiedad en común, es decir una clase lógica. De este modo el objeto de estudio adquiere una dimensión universal referida a un universo de objetos reales existentes en el mundo, siendo el sujeto gramatical de su discurso la propiedad que pretende significar a la clase natural.

Cada ciencia por ello distingue su objeto material y su objeto formal.[4] Por ello en ciencia el avance teórico, la reflexión sobre lo general como modelo, exige la comprobación en lo concreto y material en el experimento o en las inferencias materiales que puedan deducirse de la teoría.

La 'esencia es considerada como la propiedad que define a una clase natural como objeto de estudio.

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[editar] La esencia en la filosofía de la antigüedad clásica y medieval

Artículos principales: Platón y Aristóteles

[editar] Sustancia, predicados y categorías

Aristóteles la emplea sobre todo -pero no exclusivamente puesto que también afirma que los entes particulares son, ousía- en el sentido técnico con que ha pasado a la filosofía medieval: el ser de una cosa en cuanto es posible expresarlo mediante una definición; y aplica este concepto a la expresión en griego tò ti en einai: «lo que es». A diferencia de Platón, para quien las cosas son porque «participan» de un eidos, Aristóteles pone la razón de que algo sea lo que es en su misma esencia: una cosa es lo que es por razón de su esencia, o su forma. De modo que, en Aristóteles, esencia es tanto «ser» como «forma». El acto de ser «pleno» es el Creador, mientras que un ser finito es un acto de ser creado, compuesto por tanto de esencia y existencia.

[editar] La esencia en la filosofía de la Edad Moderna

[editar] Sustancia, atributos y modos

[editar] Teoría del conocimiento

En el dominio del conocimiento, esta distinción significa que la esencia es la condición de posibilidad de la definición y del concepto, pues lo que es una cosa es para ella necesario e idéntico a sí mismo. Así, la necesidad es el objeto del discurso científico. Un círculo dibujado en una pizarra existe como dibujo, pero su identidad equivale a definir el círculo.

Por lo tanto, no todas las esencias se valen a sí mismas cuando se llega a conocerlas como tales, es decir como realidad: Platón distingue así realidad sensible y realidad inteligible o ideal, la primera no teniendo su esencia más que de la segunda; pero las segundas escapan al conocimiento común de los hombres, que se pierden pues una parte de realidad.

[editar] Esencia y existencia

El esencialismo asegura que la existencia es empírica y no permite conocer a los seres: es el dominio de lo accidental y lo contingente, de lo múltiple y de la alteridad irreductible. A la inversa, el existencialismo pone la esencia como el fruto no contingente de la existencia del sujeto. Para Heidegger, la esencia del hombre consiste en hacerse comprender como ser ahí, i.e. en tanto que existencia. En el primer caso, del cuál Descartes es un representante, la abstracción esencial de la existencia da la esencia, e inversamente en el segundo, como para Sartre.

[editar] Esencia y apariencia

La apariencia aparece como lo contrario de la realidad (res, rei: cosa), que no está en el dominio de la idea: en efecto, se distingue fácilmente la idea, de la cosa de la cual se tiene una idea. Esta distinción produce el cuestionamiento metafísico sobre la realidad de las apariencias, y sobre su pluralidad que se opone a la identidad de la esencia.

[editar] Noción de posesión

Más allá de lo que caracteriza al individuo en si, aquello que él posee lo califica y define igualmente como parte de una comunidad. El que posee un coche forma parte del "mundo" de los automovilistas; el que tiene el cabello rubio es rubio. Las dos nociones se confunden hasta el punto que en el lenguaje hablado, se reúnen. Así, un auxiliar puede no tener ningún sentido intrínseco: "He ido a comer" no significa que yo haya ido a comer en el sentido en que ello me caracterizaría y modificaría mi sustancia. Asimismo, decir que "yo he comido" no implica la posesión del acto de "comer": ello permanece abstracto. Desde luego, uno no debe sorprenderse si a veces se oyen frases tales como "He subido al piso" o "Me he equivocado": esencia, sustancia y posesión pertenecen a una misma cadena de nociones, la de la caracterización del hombre y de su definición metafísica y social.

[editar] Ética

Siendo la esencia el lo que es de un ser, aquélla es la estructura de éste; en consecuencia, para el hombre, el hecho de ser humano impone reglas al individuo singular, cuya individuación contigente es inesencial y no funda pues ningún valor ético. La ética será entonces para un hombre particular el esfuerzo de su existencia para alcanzar de nuevo su esencia (su ser humano).

[editar] Teología

En teología (ver Tomás de Aquino), se admite que en Dios la esencia y la existencia son una sola y misma cosa; Dios es de por sí, su propia esencia. Sin embargo, la esencia del hombre no implica la existencia. El hombre es pues un existente que tiene su ser de otra cosa; esa relación de dependencia es la que funda el lazo religioso de la criatura con su creador.

[editar] Crítica

La crítica de esta distinción pasa habitualmente por la negación de la esencia, sea como realidad, sea como ser inteligible por el hombre. Es el caso por ejemplo en el escepticismo y para Nietzsche. Esta negación se transforma a veces en nihilismo, puesto que ya no es posible hacer de la realidad un objeto inteligible dotado de sentido y que los valores de la ética no encuentran ya fundamento cierto alguno.

Un argumento en contra del concepto de esencia es que el llegar a ser no admite ninguna realidad estable, puesto que la idea de un ser inmutable es contradictoria, y que lo que llamamos esencia no es más que un agregado efímero de fuerzas o átomos.

Consecuencia de la negación de la esencia, la afirmación de la sola existencia.

[editar] Referencias

  1. En el sentido de existir
  2. En el sentido de ser = estar, o tener, expresión de la identidad y atributos del ente que existe
  3. A veces en el uso del lenguaje ordinario identificamos el individuo con su concepto genérico, lo que no pocas veces produce equívocos de interpretación, sin tener en cuenta cuándo nos estamos refiriendo a un individuo concreto y cuándo a la clase lógica a la que pertenece dicho individuo
  4. El hombre como clase natural es estudiado por muchas ciencias; pero cada una lo estudia según un “contenido formal” o propiedad diferente: la salud (medicina) y, dentro de la medicina, cada especialidad asume una propiedad específica: el sistema circulatorio, el sistema nervioso, el aparato digetivo etc. La Física estudia todos los objetos materiales en su generalidad, pero según una determinada propiedad toma una especialidad científica diferente: cinética, termodinámica, mecánica, mecánica de fluidos

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

CIENCIA3: ESPIRITUALIDAD. LO DIVINO Y LO ESPIRITUAL Y LOS PRINCIPIOS MASCULINO YANG Y FEMENINO YIN. La espiritualidad es el grado de adaptación de una persona o grupo de personas sobre el conjunto de creencias, pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes de naturaleza más o menos mística, que se materializan en una sociedad.

Espiritualidad

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La espiritualidad es el grado de adaptación de una persona o grupo de personas sobre el conjunto de creencias, pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes de naturaleza más o menos mística, que se materializan en una sociedad.

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[editar] Sociedades

La socialización es el resultado de un uso de las facultades mentales tal, que permite destinar recursos para establecer lazos afectivos y de amistad. En una mente sana, se manifiesta como una necesidad de establecer patrones concurrentes, ciclos en los sistemas del medio que le permitan sostener su actividad y enfocar su proyecto de futuro; así como el reconocimiento de que uno mismo no tiene el suficiente poder como para sostener lo beneficioso a lo largo del tiempo.

Esto puede nacer de forma espontanea o planeada. Encontrando la coordinación de todos los sistemas que pueden llegar a condicionar la actividad humana, el hombre puede comunicarse con lo absoluto, lo único e indivisible; siendo la deidad suprema, la figura de Dios, la proyección en nuestras mentes de ese padre, que eternamente se necesita ir destinando parte de nuestra economía mental para la proyección consciente de dicha entidad, pero percibiendo de forma simétrica y realimentada el estímulo necesario que permitirá emerger las propiedades naturales de la espiritualidad a la cual nos hemos conformado. El arquetipo descrito hace las veces de soporte psicológico, del cual el hombre necesita para liberar ciclos cerebrales y destinar los recursos al aprendizaje; abriendo los ciclos de pensamiento y evitando el colapso sobre ego. También se relaciona con la capacidad de entender lo religioso, lo místico y lo metafísico.[1]

[editar] Dinamicas de grupo

La vida en común con otros seres humanos, conforma unos patrones de conducta y comportamiento modulados por lo anterior. Las obras que resultan del trabajo en común, son en esencia el fruto de su herencia educacional, marcando la pauta del concepto de espiritu por el que dicha sociedad fluye y que le ayuda a elevar su estado de conciencia.

[editar] Espiritu y Espiritualidad

Espiritu es un concepto que alude a una fuerza no perceptible por los habituales 5 sentidos. En la antigüedad se asociaba a la fuerza que el aire pudiera ejercer sobre las velas de un barco. También al aliento motivador que permite acometer tareas en un estado de ánimo de felicidad.

El espíritu que alienta nace de la integración de la información en un cerebro con capacidades de pensamiento. Las últimas especulaciones formales sobre conciencia humana (Stuart Hameroff y Roger Penrose) tratan de explicar como la conciencia no solo es una propiedad que emerge, tal como lo hace una llama de fuego en un mechero, por la propiedades que conforman al ser humano; sino que además, tal como le sucede a la llama, el medio ha de favorecer su encendido. Así, si el medio lo favorece, una conciencia sana fomentará una espiritualidad que al ser humano le aliente en su propia capacidad para pensar y para tener animación, emergiendo la capacidad de autodominio. Los animales y las plantas tienen alma anima pero no son capaces de autodominar su espíritu.

[editar] Alma, Espiritu y Espiritualidad

Esto establece la principal diferencia entre alma y espíritu: El alma es el recipiente (como el barco a vela mencionado antes) que hace visible los efectos del espiritu (aliento motivador), y la espiritualidad es lo que hace imprevisible el rumbo que tomará dicho elemento (excepto si se conocen los datos internos de 'navegación'). La principal diferencia con el resto de la fauna, es que el hombre es la única especie capaz de cuestionarse si lo que le motiva es beneficioso, no solo para él mismo, sino para su sociedad, tanto en tiempo presente como en tiempo futuro, y si hay hechos pasados que así le permitan ser positivo.

El resto de la fauna, no tienen capacidad de elección sujeta a criterios racionales tales como los mencionados con anterioridad, por los cuales dominar su alma; por lo tanto son carentes de espiritualidad (de ejercer ese autodominio), pero no de espíritu (o de aliento que los motive).

Muy acertadamente Carl Gustav Jung en sus escrtos de psicología analítica, describe la lucha de todo hombre por llegar a dominar su alma, siendo que los casos representados por este psicólogo analítico, de índole patológico, asociaciones a incapacidades de autodominio a la hora de focalizar las motivaciones del hombre hacia la mujer; principal factor que hace del hombre un elemento errático en su rumbo por la vida. Es como si una relación errática entre hombre y mujer, desposeyera al hombre de todo tipo de espiritualidad. Lo contrário también sería cierto.

La tradición judeocristiana lo describe de forma más poética. En el libro del Génesis, en la creación del hombre y la mujer, se describe los fundamentos de creación de la mujer procedentes de la costilla del hombre. Siendo la costilla un elemento de protección torácica, el simil con el aliento que motiva al hombre estaría relacionado con la protección de ese aliento motivador, que al establecerse una relación amorosa, el hombre desproteje parte de su motivación al estar depositada en su amor, que en ese momento pasa a ser la mujer.

[editar] Fundamentos no religiosos

La espiritualidad esta basada en la transpersonalización del ego, reconociendo que la energía que aliente nuestra naturaleza, procede de un sistema basal, dando soporte a la creencia de la exitencia de un espiritu o aliento superior del cual depende nuestro ego.

La gran incognita que representa para el ser humano el entender como dominar el pensamiento del hombre y así condicionar las expresiones del alma a voluntad, dio origen a la conceptualización de un espiritu o aliento que trasciende al ego, y por lo tanto en jerarquía, que da soporte al ego y la voluntad. Una especie de hommo dei.

La persona capaz de armonizar alma y espíritu se encuentra más cerca de Dios y es capaz de trascender lo que entendemos comúnmente por humano. Eso no lo hace superior a los demás, sólo lo prepara para servir a los demás como instrumento de una voluntad superior.

Desde la antiguedad, se ha necesitado siempre la figura tutelar de un padre guía que, tal como los padres reales, diese la sensación de estar acogidos para poder descargar de responsabilidad a la voluntad, admitir que hay asuntos que hemos de permitir que acontezcan más allá de nuestra voluntad y que esos hechos no son malos, dado que ese 'padre' que lo domina no desea nada malo a sus criaturas. De esa forma se supera el miedo que la presencia divina puede generar en un primer momento a nuestro espíritu, figurativamente, hay que dejarse caer de espaldas. De esa forma se asumen las consecuencias y se integran dentro de la actividad como algo ineludible. Cuanto menos desarrollada es una sociedad, más intensa es la necesidad de sentir que los elementos no controlados son guiados para nuestro bien. Según se va desarrollando la sociedad se llega a la conceptualizacion de un espiritu superior dando como resultado la idea de un dios en el pensamiento monoteista y de varios espiritus superiores en el politeista.

La necesidad de organizar el conocimiento dio como resultado una estructura, que con el tiempo se dividió en ciencia y religión, siendo esta última forma la que el hombre encontró para estructurar la espiritualidad de los pueblos de acuerdo a sus creencias historicas dándoles nombre y atribuciones o poderes a las diferentes deidades y creando conceptos y mensajes que dichos espiritus superiores desean comunicar a los humanos. Solo algunos iniciados o personas que han tenido un amplio avance racional y filosófico tienen la capacidad de comunicarse con dichos entes superiores.

[editar] Una búsqueda constante de motivación

La espiritualidad es la forma de transcender al propio ego y reconocer que se necesita más poder del que nuestro ego pudiera estimular para dirigir nuestra voluntad. En este aspecto, la religión es un conjunto de experiencias, que han sido útiles a las personas en la puesta en práctica de unos dogmas que no son, o no suelen ser colaterales a la naturaleza humana, y sí necesarios para forzar la socialización a entornos más artificiales, que a veces entran en concordancia con los criterios de los gobernantes, principales beneficiarios del recurso humano, mientras otras muchas veces quedan puramente en el ámbito ideológico o de los científicos o filósofos. El resultado es una deidad con atributos sobrenaturales que se deben imitar, pero cuya presencia es difícil de delimitar.

La puesta en práctica de dichas costumbres, suelen otorgar una adoración a un dios o varios dioses a través de una estructura como la religion o a través de pensamientos y actitudes no estructurados en una sociedad, con el único objetivo de motivar y alentar el recurso humano social. Esa imagen divina aparece en el momento en el que uno reconoce que no hay poder que suministre suficiente fuerza a nuestra voluntad si lo tomamos del ego, emergiendo las propiedades de nuestro sistema basal, que nutre un estado de flujo que nos encamina a un estado de ánimo feliz.

La dimensión espiritual trasciende, por su naturaleza, al control de la voluntad y al deseo del ego, pero no necesariamente a la comprensión intelectual, pues la evidencia de existir escritos sagrados dan a entender que han habido personas que lo han logrado entender y poner por escrito. Así, la religión es una expresión de dicha experiencia a través de un sistema de:

  1. Doctrinas morales,
  2. Prácticas culturales (ritualizadas y/o espontáneas, comunitarias y/o personales), y
  3. Un conjunto de símbolos (creencias, "teologías", lugares santos, sacerdocio...).

La simbología religiosa es interpretada en la realidad ligando la experiencia espiritual (símbolo con su significado, fundamento con su argumento), con la historia patente (en parte simbolizada con su significante y moraleja final).

Desde sus comienzos el hombre ha demostrado conciencia de su necesidad espiritual, puesto que asi fue creado.

[editar] Concepción moderna[cita requerida]

El espíritu no es una sustancia, sino el modo de ser propio del ser humano, cuya esencia es la libertad. Seguramente somos seres de libertad porque plasmamos la vida y el mundo, pero el espíritu no es exclusivo del ser humano ni puede ser desconectado del proceso evolutivo. Pertenece al cuadro cosmológico. Es la expresión más alta de la vida, sustentada a su vez por el resto del universo.

La concepción contemporánea, fruto de la nueva cosmología, dice: el espíritu posee la misma antigüedad que el universo. Antes de estar en nosotros está en el cosmos. Espíritu es la capacidad de inter-relación que todas las cosas guardan entre sí. Forma urdimbres relacionales cada vez más complejas, generando unidades siempre más altas. Cuando los dos primeros topquarks comenzaron a relacionarse y a formar un campo relacional, allí estaba naciendo el espíritu. El universo está lleno de espíritu porque es reactivo, panrelacional y auto-organizativo. En cierto grado, todos los seres participan del espíritu. La diferencia entre el espíritu de la montaña y el del ser humano no es de principio sino de grado. El principio funciona en ambos, pero de forma diferente.

La singularidad del espíritu humano es ser reflexivo y autoconsciente. Por el espíritu nos sentimos insertados en el Todo a partir de una parte que es el cuerpo animado y, por eso, portador de la mente. En el nivel reflejo, espíritu significa subjetividad que se abre al otro, se comunica y así se autotrasciende, gestando una comunión abierta, hasta con la suprema Alteridad. Si espíritu es relación y vida, su opuesto no es materia y cuerpo, sino muerte y ausencia de relación. Pertenece también al espíritu el deseo de encapsularse y rechazar la comunicación con el otro. Pero nunca lo consigue totalmente porque vivir es forzosamente con-vivir. Aun negándose, no puede dejar de estar conectado y de conectarse.

Esta comprensión nos hace conscientes del vínculo que liga y religa todas las cosas. Todo está envuelto en el inmenso proceso complejísimo de la evolución, atravesado en todas las etapas por el espíritu que emerge, cada vez, bajo formas diferentes, inconsciente en unas y consciente en otras.

En esta acepción, espiritualidad es toda actitud y actividad que favorece la relación, la vida, la comunión, la subjetividad y la trascendencia rumbo a horizontes cada vez más abiertos. Al final, espiritualidad no es pensar en Dios sino sentir a Dios como el Vínculo que pasa a través de todos los seres, interconectándolos y constituyéndonos, a nosotros y al cosmos.

[editar] Espiritualidad pura

Uno de los objetivos de las religiones es experimentar y expresar la realidad en su dimensión trascendental. Esta expresión siempre se desarrollará influida por la cultura de la sociedad en la que se expresa, pudiendo parecer inaceptable o incomprensible para otras culturas dicha forma de expresión. De esta manera, la espiritualidad está llamada a ser una disciplina universal en el grado en que dichas culturas sean capaces de liberarse de las particularidades culturales (que pueden aparecer como las únicamente válidas).

David Hume apuntó hacia una espiritualidad pura en su libro póstumo diálogos sobre la religión natural. En él, el filósofo se refiere a concepciones religiosas que no derivan de la revelación (a través de un profeta que dar lugar a unas sagradas escrituras), sino de unos argumentos filosóficos universales (como el deísmo).

Joaquín de Fiore profetizó una religión del espíritu que estuviese libre de dogmas confusos que requiriesen explicación. Así, no necesitaría readaptarse a cada cultura.

También Mahatma Gandhi hizo referencia a éste hecho:

Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres

.

La espiritualidad pura es absoluta ambiguedad entregada a la voluntad de Dios. La espiritualidad requiere el instrumento de la consciencia para ser experimentada.

[editar] Espiritualidad de las religiones

La espiritualidad de cada religión pone de relieve los temas que preocupan a la cultura de ésta, generando la pluralidad de espiritualidades.

Todas las religiones tratan la misma realidad, aunque cada una la expresa con su lenguaje propio relativo a su cultura. Este factor educacional de la religión se debe a que cada doctrina está diseñada para funcionar como puente entre cierta estructura mental y la realidad espiritual, es decir, que está inculturada en una sociedad concreta. Esto no suprime el valor absoluto de cada religión ni lo relativiza, simplemente lo desexclusiviza.

Del mismo modo que la espiritualidad necesita de una religión, las religiones no se pueden separar de la espiritualidad. Si así fuese, se convertirían en simple superstición o totemismo.

Las doctrinas morales, el culto y los símbolos religiosos son los modos de acceso a la espiritualidad que usan las religiones.

[editar] Espiritualidad Católica

Aunque existen multitud de personas diferentes, hay ciertos rasgos comunes entre ellos que nos permiten conocer mejor a cada quien (por ejemplo con el temperamento etc...), así en la Iglesia Católica conviven grupos de personas que poseen a su modo cada uno una espiritualidad y al reflejar cada una de ellas algo del Espíritu que movía a Jesucristo se convierten así en escuelas de espiritualidad.

[editar] Espiritualidad franciscana

La experiencia religiosa de Francisco de Asís lo conduce a querer imitar a Cristo principalmente en su actitud de "pobreza". Reporta Francisco en la regla Franciscana que: '"La Regla y vida de los Hermanos Menores es esta: observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad" (2Reg 1). Quienes buscan esa "pobreza" absoluta, deben anunciar la paz y la salvación de Jesucristo a cristianos y a personas de otras creencias. La Espiritualidad franciscana conduce a desprenderse de sí para enfocar su atención completa sobre Dios y el ser humano en plan de servicio, de amor y fidelidad. Un estilo de vida y de fe.

  • Ejemplos:
  • a) Vivir el Evangelio. La espiritualidad de Francisco de Asís.
  • b) Espiritualidad y situación del Siglo XII
  • Ver en:Franciscanos.org.

 

[editar] Espiritualidad Renana del siglo XII

  • HILDEGARDA Y LAS BEGUINAS

Hildegarda de Bingen (1098–1179), educada en la comunidad benedictina de Disibodenberg, llamada la “sibila renana” del siglo XII, tiene una profunda formación religiosa, a pesar de su condición de mujer, lo que era una limitante en aquella época. Ella sigue la espiritualidad medieval de la experiencia que pone en ejercicio tanto los sentidos interiores del alma cuanto el movimiento amoroso que la impulsa a autotrascenderse. Su visión subraya lo itinerante de la vida. Invita al discernimiento que evita la dispersión del espíritu, un alegre saber de la vida llamado "discretio", el cual tiene esa sensibilidad para con la vida que deja resonar el todo del universo en la inefabilidad del individual concreto. Se trata de un conocimiento en equilibrio, en donde el hombre sabe por relación a la totalidad. Todo saber fuera de los límites produce un desequilibrio tanto en la historia como en la naturaleza de los elementos. En el cosmos simbólico de Hildegarda la semejanza constituye la forma vinculante del universo. La enfermedad, por ejemplo, no es tanto una alteración patológica cuanto una interrupción de la corriente vital que circula por la buena creación; el restablecimiento viene por la simpatía, el acompañamiento y la compasión con el que sufre. "Veriditis" es la fuerza germinante y creadora que lleva a plenitud los diseños de la semejanza, es el color verde en tanto principio de vida, crecimiento y fertilidad que sale del poder creador de Dios. El alma es la potencia verdeante del cuerpo. La existencia itinerante se cumple en el final de la historia como una celebración en la que resuena el canto sinfónico de los ángeles y de los hombres. Ciertamente Hildegarda tiene una experiencia personal y comunitaria de los misterios de Dios. [15]

'Viendo' esta restauración, la describe así: "el fuego brilla sin quemar, como la aurora, el aire resplandece en toda su transparencia, el agua es clara y tranquila sin desbordamiento ni devastación y la tierra aparece fuerte y plana, sin fragilidad ni defecto. Todo es calma y belleza... la noche ha terminado... Las tinieblas de la noche no volverán a levantarse y el día no terminará [...] La voz de una multitud, canta sinfónicamente la alabanza de los lugares celestiales. Se trata de una visión en plenitud pero dentro de la experiencia del extrañamiento en esta vida y de la patria, inalcanzada aún, del más allá". Sus narraciones apocalípticas (en el sentido de desvelar los fines últimos) dan del universo una visión sorprendente de modernidad dónde la ciencia actual puede reconocerse: creación continua, energía escondida en la materia, magnetismo.

La cultura mística

Las beguinas (XII-XIV): Continúan la espiritualidad de Hildegarda y pertenecen a la mística renana-flamenca.

Tomás pertenece a la escuela de místicos que se difundieron especialmente en el norte de Europa, de Suiza a a Holanda. Fue un seguidor de Geert Groote y Florentius Radewijns, los fundadores de los Hermanos de la Vida Común. Sus escritos son de carácter devocional e incluyen meditaciones, cartas, sermones así como una biografía de Santa Lydwine -una mujer cristiana que dio muestras de virtud y perseverancia aún en momentos de grandes dificultades-. Tiene la biografía de Groote, Radewijns y nueve de sus compañeros. Todas esas obras tienen el mismo sentido, estilo y fuerza de la Imitación de Cristo como una prolongada meditación de la vida y las bendiciones divinas. Todas sus obras son una permanente adoración a Cristo.

[editar] Espiritualidad jesuítica

La espiritualidad jesuita consiste en la forma concreta del seguimiento de Cristo que ilustran los Ejercicios ignacianos, las Constituciones de la Compañía, los escritos de Ignacio de Loyola, Jerónimo Nadal , Luis González de Cámara, Pedro Fabro, Francisco Javier. La Encarnación de Cristo conduce a abarcar toda la vida concreta de las personas en el conjunto de su fe. No es sólo una espiritualidad de vida íntima en relación con Dios, pero también una acción concreta para encarnar en el mundo de hoy, el ideal cristiano.

[editar] Espiritualidad monástica

La espiritualidad monástica nace del evangelio, como la espiritualidad del catolicismo en general. Su ideal cristiano se plasma en "Reglas" de vida. Parte de sus experiencias y lleva al monje a apartarse de bienes y de la vida conyugal para vivir por el grande y absorbente ideal de la búsqueda de Dios. El ascetismo corporal se impone. Sus elementos destacados son el ayuno, la abstinencia, las velas nocturnas, la práctica del silencio, el trabajo manual, una auténtica pobreza, la virginidad. Espiritualidad monacal

[editar] Espiritualidad dominicana

Los miembros de la Orden de los Hermanos Predicadores llamados también 'dominicos' viven en comunidad con los tres votos religiosos.

"Los frailes, de acuerdo entre sí por la obediencia, asociados en un amor más elevado por la disciplina de la castidad, y dependiendo más estrechamente unos de otros por la pobreza edifican primero en su propio convento esa iglesia de Dios que, mediante su trabajo, han de extender por el mundo"

Toda su espiritualidad se dirige hacía su misión principal de predicadores del evangelio, usando diversas formas de transmisión.

Página de los Dominicos

[editar] Las fuentes de la espiritualidad

[editar] Véase también

[editar] Referencias

CIENCIA3: YIN Y YANG. PRINCIPIO FEMENINO. SUSTANCIAS YIN. El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental, en la que surge. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frío, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino, etc. El yin (negro) es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang (blanco) es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.[1]

Yin y yang

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El taijitu, la forma más conocida de representar el concepto del yin y yang.
Chino tradicional陰陽
Chino simplificado阴阳
Pinyinyīnyáng
Coreano hangul음양
Coreano hanja陰陽
Coreano romanizado oficialeumyang
Coreano romanizado
McCune-Reischauer
ŭmyang
VietnamitaÂm-Dương
Japonés kanji陰陽
Japonés romanizadoin'yō/onmyō
Tailandésหยิน หยาง o อิม เอี้ยง

El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental, en la que surge. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frío, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino, etc. El yin (negro) es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang (blanco) es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.[1]

Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del taiji o Tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen.

Esta teoría es fundamental dentro de la Medicina china tradicional.

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[editar] Origen

Este concepto seguramente tiene su origen en las antiguas religiones agrarias. Aunque existe en el confucionismo, es especialmente importante dentro del taoísmo. En el Dào Dé Jing sólo aparece una vez, pero todo el libro está lleno de ejemplos que lo explican. Los hexagramas del I Ching también están basados en esta teoría.

El carácter chino tradicional de yin (陰), representa la parte norte, nubosa, de una montaña, mientras que en el simplificado (阴) aparece el carácter de luna (月,yuè). El carácter tradicional de yang (陽) representa el lado sur, soleado, de una montaña; en el simplificado (阳) aparece sol (日, ) .

[editar] Principios

  1. El yin y el yang son opuestos. Todo tiene su opuesto, aunque este no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. Por ejemplo, el invierno se opone al verano, aunque en un día de verano puede hacer frío y viceversa.
  2. El yin y el yang son interdependientes. No pueden existir el uno sin el otro. Por ejemplo, el día no puede existir sin la noche.
  3. El yin y el yang pueden subdividirse a su vez en yin y yang. Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado.
  4. El yin y el yang se consumen y generan mutuamente. El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso forza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).
  5. El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos. La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. Sin embargo, esta transformación es relativa también. Por ejemplo, la noche se transforma en día, pero a su vez coexisten en lados opuestos de la tierra.
  6. En el yin hay yang y en el yang hay yin. Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva que el absoluto se transforme en su contrario. Por ejemplo, una semilla enterrada soporta el invierno y renace en primavera.

[editar] Representación gráfica

Gráficamente, el concepto se suele representar mediante un símbolo denominado taijitu, "diagrama del taiji", que no siempre se ha dibujado de la misma manera. En su forma actual más conocida, la parte oscura, normalmente negra, representa el yin y la parte clara, normalmente blanca, el yang. Estas dos partes entrelazadas se denominan en chino peces (魚, 鱼, yú). La línea que las separa no es recta, sino sinuosa, representando el equilibrio dinámico entre los dos conceptos y su continua transformación. Los puntos de distinto color simbolizan la presencia de cada uno de los dos conceptos dentro del otro.

Otra manera de representar el yin y yang es con un línea continua (yang) y una partida (yin). Al repetir estas líneas tendríamos cuatro estados (del yin absoluto al yang absoluto pasando por sendos estados intermedios). Si utilizamos tres líneas, obtenemos ocho combinaciones, conocidas como "los ocho trigramas" (八卦, bāguā o Pa Kua), de los que surgen los 64 hexagramas del I Ching.

En la bandera de Corea del Sur se pueden ver cuatro de los ocho trigramas y una representación simplificada del taijitu en rojo y azul.

[editar] Aplicaciones

La teoría del yin y el yang puede aplicarse a todos los conceptos existentes, por lo que sus aplicaciones serían infinitas.

Se puede aplicar el concepto al fluir del tiempo. Por ejemplo, el mediodía, cuando el sol se encuentra en lo más alto, es completamente yang; la media noche es completamente yin; el atardecer sería el yang transformándose en yin y el amanecer el yin transformándose en yang. También se puede aplicar a las estaciones: el verano es yang, el invierno es yin; el otoño es yang transformándose en yin y la primavera yin transformándose en yang.

También se puede aplicar a las direcciones: el norte es yin, el sur yang; el oeste yang que se transforma en yin y el este yin que se transforma en yang.

También se usa en el tratamiento de las enfermedades según las medicinas tradicionales asiáticas, en las que con frecuencia se contrarrestan determinados síntomas con tratamientos regidos por el concepto opuesto. Por ejemplo, el enfriamiento, un síntoma yin, sería tratado con comidas calientes, que son yang; una crisis nerviosa, yang, sería tratada con comidas frías (como frutas), que son yin. Además cuando tratan un exceso de yin o de yang, tienen siempre en cuenta la posibilidad de la existencia de una deficiencia del polo opuesto. En caso de yin deficiente, se puede tonificar el yin para que, una vez reforzado, ejerza su acción inhibidora sobre el yang.[2]

Asimismo, la teoría podría aplicarse a todo tipo de dualidades.

El yin y el yang también se pueden aplicar a algo que los orientales realizan mucho y son las Artes Marciales, las cuales al ritmo del dibujo del yin - yang puede hacerse musculación y estiramientos para mejorar la flexibilidad.

Consiste en trabajar primero rotando en el sentido de las agujas del reloj dibujando el círculo del yin - yang y su media circunferencia en forma de "S" con lo cual hay que repetirlo dos veces tanto al compás de las agujas del reloj como en sentido contrario.

Con todo ello se trabaja la energía que fluye por nuestro cuerpo y calienta las articulaciones interiores y las envuelve en un calor permamente, podemos saber si realizamos bien los ejercicios porque en las manos se muestra en forma de calor.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Gran Enciclopedia Larousse. Página 11710. Planeta.
  2. Skopalik, C.; Marmori, F.: Curso de Medicina Tradicional China. Tomo 1. Pág. 53. 1993. ISBN 84-88597-01-0. Edita: Fundación Europea de Medicina Tradicional China

[editar] Enlaces externos

CIENCIA3: ÉTER (QUÍMICA). El término "éter" se utiliza también para referirse solamente al éter llamado "dietiléter" (según la IUPAC en sus recomendaciones de 1993 "etoxietano"), de fórmula química CH3CH2OCH2CH3. El alquimista Raymundus Lullis lo aisló y subsecuentemente descubrió en 1275. Fue sintetizado por primera vez por Valerius Cordus en 1540. Fue utilizado por primera vez como anestésico por Crawford Williamson Long el 30 de marzo de 1842.

Éter (química)

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Metil terbutil éter.

En química orgánica y bioquímica, un éter es un grupo funcional del tipo R-O-R', en donde R y R' son grupos que contienen átomos de carbono, estando el átomo de oxígeno unido y se emplean pasos intermedios:

ROH + HOR' → ROR' + H2O

Normalmente se emplea el alcóxido, RO-, del alcohol ROH, obtenido al hacer reaccionar al alcohol con una base fuerte. El alcóxido puede reaccionar con algún compuesto R'X, en donde X es un buen grupo saliente, como por ejemplo yoduro o bromuro. R'X también se puede obtener a partir de un alcohol R'OH.

RO- + R'X → ROR' + X-

Al igual que los ésteres, no forman puentes de hidrógeno. Presentan una alta hidrofobicidad, y no tienden a ser hidrolizados. Los éteres suelen ser utilizados como disolventes orgánicos.

Suelen ser bastante estables, no reaccionan fácilmente, y es difícil que se rompa el enlace carbono-oxígeno. Normalmente se emplea, para romperlo, un ácido fuerte como el ácido yodhídrico, calentando, obteniéndose dos halogenuros, o un alcohol y un halogenuro. Una excepción son los oxiranos (o epóxidos), en donde el éter forma parte de un ciclo de tres átomos, muy tensionado, por lo que reacciona fácilmente de distintas formas.

El enlace entre el átomo de oxígeno y los dos carbonos se forma a partir de los correspondientes orbitales híbridos sp³. En el átomo de oxígeno quedan dos pares de electrones no enlazantes.

Los dos pares de electrones no enlazantes del oxígeno pueden interaccionar con otros átomos, actuando de esta forma los éteres como ligandos, formando complejos. Un ejemplo importante es el de los éteres corona, que pueden interaccionar selectivamente con cationes de elementos alcalinos o, en menor medida, alcalinotérreos.

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[editar] Dietil éter

El término "éter" se utiliza también para referirse solamente al éter llamado "dietiléter" (según la IUPAC en sus recomendaciones de 1993 "etoxietano"), de fórmula química CH3CH2OCH2CH3. El alquimista Raymundus Lullis lo aisló y subsecuentemente descubrió en 1275. Fue sintetizado por primera vez por Valerius Cordus en 1540. Fue utilizado por primera vez como anestésico por Crawford Williamson Long el 30 de marzo de 1842.

[editar] Éteres corona

18-corona-6.

Hay éteres que contienen más de un grupo funcional éter (poliéteres) y algunos de éstos forman ciclos; estos poliéteres se denominan éteres corona.

Pueden sintetizarse de distintos tamaños y se suelen emplear como ligandos, para acomplejar compuestos de este tipo. Suelen servir como transporte de cationes alcalinos para que puedan atravesar las membranas celulares y de esta forma mantener las concentraciones óptimas a ambos lados. Por esta razón se pueden emplear como antibióticos, como por ejemplo, la valinomicina.

Otros compuestos relacionados son los criptatos, que contienen, además de átomos de oxígeno, átomos de nitrógeno. A los criptatos y a los éteres corona se les suele denominar "ionóforos".

[editar] Poliéteres

Se pueden formar polímeros que contengan el grupo funcional éter. Un ejemplo de formación de estos polímeros:

R-OH + n(CH2)O → R-O-CH2-CH2-O-CH2-CH2-O-CH2-CH2-O-..

Los poliéteres más conocidos son las resinas epoxi, que se emplean principalmente como adhesivos. Se preparan a partir de un epóxido y de un dialcohol.

Una resina epoxi

[editar] Nomenclatura

  • La nomenclatura de los éteres según las recomendaciones de 1993 de la IUPAC (actualmente en vigencia) especifican que estos compuestos pertenecientes al grupo funcional oxigenado deben nombrarse como alcoxialcanos, es decir, como si fueran sustituyentes. Se debe especificar al grupo funcional éter como de menor prioridad frente a la mayoría de cadenas orgánicas. Cada radical éter será acompañado por el sufijo oxi.
  • Un compuesto sencillo, como por ejemplo CH3-O-C6H6 según las normas de la IUPAC se llamaría:
    • metoxibenceno
  • La nomenclatura tradicional o clásica (también aceptada por la IUPAC y válida para éteres simples) especifica que se debe nombrar por orden alfabético los sustituyentes o restos alquílicos de la cadena orgánica al lado izquierdo de la palabra éter. El compuesto anterior se llamaría según las normas antiguas (ya en desuso) de esta manera:
    • fenil metil éter

Los éteres sencillos de cadena alifática o lineal pueden nombrarse al final de la palabra éter el sufijo -ílico luego de los prefijos met, et, but, según lo indique el número de carbonos. Un ejemplo ilustrativo sería el siguiente:

mbox{CH}_{3}-mbox{CH}_{2}-mbox{CH}_{2}-mbox{O}-mbox{CH}_{2}-mbox{CH}_{2}-mbox{CH}_{3},mbox{Eter dipropilico},

[editar] Síntesis de éteres

síntesis de Williamson.
  • La síntesis de éteres de Williamson es la síntesis de éteres más fiable y versátil. Este método implica un ataque SN2 de un ión alcóxido a un haluro de alquilo primario no impedido o tosialato. Los haluros de alquilo secundarios y los tosialatos se utilizan ocasionalmente en la síntesis de Williamson, pero hay competencia en las reacciones de eliminación, por lo que los rendimientos con frecuencia son bajos.
El alcóxido generalmente se obtiene añadiendo Na, K o NaOH al alcohol.
Síntesis de éteres mediante aloximercuriación-desmercuriación.
  • Síntesis de éteres mediante aloximercuriación-desmercuriación. En el proceso de aloximercuriación-desmercuriación se añade una molécula de un alcohol a un doble enlace de un alqueno. Se obtiene un éter tal como se muestra a continuación:
  • Síntesis industrial: deshidratación bimolecular de alcoholes.
              2R─OH ↔ R−O−R +H2O

[editar] Reacciones de éter

[editar] Ruptura por HBr y HI

Ruptura de HBr y HI

[editar] Autooxidación

Autooxidación

[editar] Usos de los éteres

  • Medio para extractar para concentrar ácido acético y otros ácidos.
  • Medio de arrastre para la deshidratación de alcoholes etílicos e isopropílicos.
  • Disolvente de sustancias orgánicas (aceites, grasas, resinas, nitrocelulosa, perfumes y alcaloides).
  • Combustible inicial de motores Diésel.
  • Fuertes pegamentos
  • Desinflamatorio abdominal para despues del parto, exclusivamente uso externo.

[editar] Enlaces externos

 

[editar] Véase también

CIENCIA3: ÉTER. El éter (del latín aethēr y a su vez del griego αἰθήρ aithēr, 'substancia etérea; parte más alta del firmamento') era en algunas teorías obsoletas, una hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido.

Éter (física)

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Para otros usos de este término, véase Éter.
 

El éter (del latín aethēr y a su vez del griego αἰθήρ aithēr, 'substancia etérea; parte más alta del firmamento') era en algunas teorías obsoletas, una hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido.

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[editar] Éter en la antigüedad

[editar] Etimología

La palabra proviene del latín æthēr y ésta del griego αἰθήρ aithēr, 'cielo, firmamento', que deriva de la raíz indoeuropea *aydh- 'arder, fuego' (esta raíz aparece en el nombre de Aithiopia (Etiopía), que significa ‘región quemada’).

Como sustancia, el éter ya era conocido en épocas presocráticas (antes del siglo V a. C.), como uno de los cinco elementos de la naturaleza:

  1. Tierra.
  2. Agua.
  3. Fuego.
  4. Aire.
  5. Éter.

En las creencias griegas el éter era una sustancia brillante que respiraban los dioses, en contraste con el pesado aire que respiran los mortales.

El término aparece tanto en la física aristotélica como en la antigua teoría electromagnética de finales del siglo XIX.

[editar] El éter en la filosofía de Aristóteles

Para Aristóteles (384-322 ANE) el éter era el elemento material del que estaba compuesto el llamado mundo supralunar, mientras que el mundo sublunar está formado por los famosos cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.

A diferencia de éstos, el éter es para Aristóteles un elemento más sutil y más ligero, más perfecto que los otros cuatro (la física de Aristóteles es cualitativa, más que cuantitativa) y, sobre todo, su movimiento natural es circular, a diferencia del movimiento natural de los otros cuatro, que es rectilíneo.

[editar] En la India

En la India se conoce el éter con el nombre de akasha. En la cosmología sankhia se habla de los pañcha mahā bhūta (cinco principales elementos), cada uno ocho veces más sutil que el anterior:

  1. Tierra (bhumi)
  2. Agua (apu).
  3. Fuego (agní).
  4. Aire (vaiu).
  5. Éter (akasha).

Fue ampliamente diseminada en China e India, donde forma la base tanto del budismo como del hinduismo.

[editar] En la Edad Media

Durante la Edad Media —tras la recuperación de la filosofía aristotélica, el término aether, justamente por ser el quinto elemento material reconocido por Aristóteles, comenzó a ser llamado así (quinto elemento) o también qüinta essentia, de donde viene la expresión quintaesencia (usada en la cosmología actual para referirse a la energía oscura).

[editar] El éter y las teorías de la luz

Hacia finales del siglo XIX, James Clerk Maxwell (1831-1879) había propuesto que la luz era una onda transversal. Como parecía difícilmente concebible que una onda se propagase en el vacío sin ningún medio material que hiciera de soporte se postuló que la luz podría estar propagándose realmente sobre una hipotética sustancia material, para la que se usó el nombre de éter (debido a algunas similaridades superficiales con la hipotética substancia de la física aristotélica).

Según se pensaba entonces: debido a que la velocidad de la luz dependería de la densidad del medio, siendo en general más lenta en medios más densos, se propuso que el éter habría de tener una densidad ínfima y un gran coeficiente de elasticidad. Esta explicación estaba presente en los tiempos de formulación de la teoría del campo electromagnético por Maxwell (1831-1879), Lord Kelvin (1824-1907) y Nikola Tesla (1856-1943), en la que el concepto de éter se incluía de manera semejante al moderno concepto de campo electromagnético.

[editar] Refutación de la existencia del éter

En un intento de probar la existencia del éter y la velocidad de la traslación de la Tierra con respecto a éste Albert Abraham Michelson (1852-1931) y Edward Morley (1838-1923) diseñaron un experimento capaz de medir la velocidad de la luz en dos direcciones perpendiculares entre sí y con diferente velocidad lineal relativa al éter. Fue el famoso experimento de Michelson y Morley (1887) cuyos resultados negativos en sucesivos intentos acabaron por disipar el concepto de éter y sirvieron de base a la formulación de la teoría de la relatividad especial de Einstein.

[editar] Nuevas perspectivas

Trabajos teóricos recientes como los de HongSheng Zhao de la Universidad de St. Andrews, en un intento de incorporar en un único marco teórico la materia oscura y la energía oscura, postulan que una energía oscura similar a un fluido puede comportarse como materia oscura si alcanza una densidad lo bastante alta. Esta idea, similar a la del éter, eliminaría la necesidad de la existencia de la Partícula Masiva de Débil Interactuación (WIMP), afectando a la velocidad a la que pueden rotar las galaxias y justificando así los datos experimentales hasta ahora obtenidos. Dichos datos anómalos en la teoría convencional, habían llevado a diversos intentos de solución tan curiosos como las MOND.

[editar] Curiosidades

  • El significado inicial de ‘medio por el que viaja una señal’ es el origen de la palabra Ethernet.