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ARTE4: PINTURAS DE VOLTAIRE. François Marie Arouet, más conocido como Voltaire (París, 21 de noviembre de 1694 – ibídem, 30 de mayo de 1778) fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa.

Voltaire

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Para otros usos de este término, véase Voltaire (desambiguación).
Voltaire

Voltaire.jpg
Retrato de Voltaire en 1718, por Nicolas de Largillière.

Nombre completoFrançois-Marie Arouet
Nacimiento21 de noviembre de 1694
París, Francia
Defunción30 de mayo de 1778, 83 años
París, Francia
SeudónimoVoltaire
OcupaciónEscritor, poeta, dramaturgo, filósofo
NacionalidadFrancesa
PeríodoSiglo XVIII
Lengua de producción literariaFrancés
Lengua maternaFrancés
MovimientosSiglo de las Luces

François Marie Arouet, más conocido como Voltaire (París, 21 de noviembre de 1694ibídem, 30 de mayo de 1778) fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa.

Contenido

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[editar] El seudónimo «Voltaire»

Existen varias hipótesis acerca del seudónimo Voltaire. Una versión muy aceptada dice que deriva del apelativo Petit Volontaire que usaban sus familiares para referirse a él de pequeño. No obstante, parece ser que la versión más verosímil es que Voltaire sea el anagrama de «Arouet L(e) J(eune)» (‘Arouet, el joven’), utilizando las mayúsculas latinas.

También existen otras hipótesis: puede tratarse del nombre de un pequeño feudo que poseía su madre; se ha dicho que puede ser el sintagma verbal que significaba en francés antiguo que él voulait faire taire (‘deseaba hacer callar’, de ahí vol-taire), a causa de su pensamiento innovador, que pueden ser las sílabas de la palabra re-vol-tai (‘revoltoso’) en otro orden. En cualquier caso, es posible que la elección que el joven Arouet adopta, tras su detención en 1717, sea una combinación de más de una de estas hipótesis.

[editar] Biografía

Busto de Voltaire, 1778, por Jean-Antoine Houdon (1741-1828).

François-Marie Arouet fue el último de los cinco hijos del notario François Arouet (16501 de enero de 1722) y de Marie Marguerite d'Aumary (166013 de julio de 1701), miembro de una familia noble de la provincia de Poitou-Charentes y que murió cuando él tenía siete años de edad. Estudió en el colegio jesuita Louis-le-Grand (17041711) durante los últimos años del reinado de Luis XIV, en el que aprendió latín y griego. En el colegio trabó amistad con los hermanos René-Louis y Marc-Pierre Anderson, futuros ministros del rey Luis XV.

Alrededor de 1706 Voltaire escribió la tragedia Amulius y Numitor, de la que se encontraron más tarde algunos fragmentos que se publicaron en el siglo XIX. Entre 1711 y 1713 estudió Derecho. Su padrino, el Abad de Châteauneuf, lo introdujo en una sociedad libertina, la Sociedad del Temple, y para esa época recibió una herencia de Ninon de Lenclos.

En 1713 obtuvo el cargo de secretario de la embajada francesa en La Haya, trabajo del que fue expulsado debido a un idilio con una refugiada francesa llamada Catherine Olympe Dunoyer. Durante esa época empezó a escribir su tragedia Edipo (que no se publicó hasta 1718). A la muerte de Luis XIV en 1715, el Duque de Orleáns asumió la regencia y el joven Arouet escribió una sátira contra el mismo Duque que le valió la reclusión por un año en la Bastilla (1717), tiempo que dedicó a estudiar literatura. Una vez liberado, fue desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire.

En 1718 su tragedia Edipo y en 1723 su epopeya La Henriade, dedicada al rey Enrique IV, tuvieron un gran éxito. Sin embargo, como producto de una disputa con el noble De Rohan, fue encarcelado de nuevo en la Bastilla y al cabo de cinco meses, fue liberado y desterrado a Gran Bretaña (17261729). Se instaló en Londres y allí Voltaire recibió una influencia determinante en la orientación de su pensamiento. Cuando regresó a Francia en 1728, Voltaire difundió sus ideas políticas, el pensamiento del científico Isaac Newton y del filósofo John Locke.

En 1731 escribió la Historia de Carlos XII, obra en la que esbozó los problemas y tópicos que, más tarde, aparecieron en su famosa obra Cartas filosóficas, publicada en 1734, donde defendió la tolerancia religiosa y la libertad ideológica, tomando como modelo la permisividad inglesa y acusando al cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático. Por este motivo, en el mes de mayo se ordenó su detención y Voltaire se refugió en el castillo de Émilie du Châtelet, mujer con la que establecerá una larga relación amorosa y con la que trabajará en su obra La filosofía de Newton.

En esta misma época, tras el éxito de su tragedia Zaire (1734) escribió Adélaïde du Guesclin (1734), La muerte de César (1735), Alzira o los americanos (1736), Mahoma o el fanatismo (1741). También escribió El hijo pródigo (1736) y Nanine o el prejuicio vencido (1749), que tuvieron menos éxito que los anteriores.

En 1742 su Mahoma o el fanatismo es prohibida y un año después publica Mérope. Por esta época, Voltaire viajó a Berlín, donde fue nombrado académico, historiógrafo y Caballero de la Cámara real. Cuando murió Madame de Châtelet en 1749, Voltaire volvió a Berlín invitado por Federico II el Grande, llegando a alojarse como invitado en el Palacio de Sanssouci para participar en las tertulias a las que era muy aficionado el monarca. Durante aquella época escribió El siglo de Luis XIV (1751) y continuó, con Micromegas (1752), la serie de sus cuentos iniciada con Zadig (1748). Debido a algunas disputas con Federico II se le expulsó nuevamente de Alemania y, debido a la negativa de Francia de aceptar su residencia, Voltaire se refugió en Ginebra, Suiza, lugar en el que chocó con la mentalidad calvinista. Su afición al teatro y el capítulo dedicado a Miguel Servet en su Ensayo sobre las costumbres (1756) escandalizaron a los ginebrinos.

Su poema sobre Juana de Arco, la doncella (1755), y su colaboración en la Enciclopedia chocaron con el partido de los católicos. Fruto de esta época fueron el Poema sobre el desastre de Lisboa (1756) y la novela corta Cándido o el optimismo (1759), que fue inmediatamente condenada en Ginebra por sus irónicas críticas a la filosofía leibnitziana y su sátira contra clérigos, nobles, reyes y militares.

La residencia de Ferney.

Se instaló en la propiedad de Ferney, donde vivió durante dieciocho años, recibió a la élite de los principales países de Europa, representó sus tragedias (Tancredo, 1760), mantuvo una copiosa correspondencia y multiplicó los escritos polémicos y subversivos para combatir el fanatismo clerical.

Cuatro años después redactó el Tratado sobre la tolerancia, y en 1764 su Diccionario filosófico. Desde entonces, siendo ya Voltaire un personaje famoso e influyente en la vida pública, intervino en distintos casos judiciales, como el caso Calas y el de La Barre, que estaba acusado de impiedad, defendiendo la tolerancia y la libertad frente a todo dogmatismo y fanatismo.

En 1778 Voltaire volvió a París. Se le acogió con entusiasmo y murió el 30 de mayo de ese mismo año, a la edad de 83 años. En 1791, sus restos fueron trasladados al Panteón.

[editar] Obra

Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre todo filosóficos. Voltaire no ve oposición entre una sociedad alienante y un individuo oprimido, idea defendida por Jean-Jacques Rousseau, sino que cree en un sentimiento universal e innato de la justicia, que tiene que reflejarse en las leyes de todas las sociedades. La vida en común exige una convención, un «pacto social» para preservar el interés de cada uno. El instinto y la razón del individuo le lleva a respetar y promover tal pacto. El propósito de la moral es enseñarnos los principios de esta convivencia fructífera. La labor del hombre es tomar su destino en sus manos y mejorar su condición mediante la ciencia y la técnica, y embellecer su vida gracias a las artes. Como se ve, su filosofía práctica prescinde de Dios, aunque Voltaire no es ateo: como el reloj supone el relojero, el universo implica la existencia de un «eterno geómetra» (Voltaire es deísta).

Sin embargo, no cree en la intervención divina en los asuntos humanos y denuncia el providencialismo en su cuento filosófico Cándido o el optimismo (1759). Fue un ferviente opositor de la Iglesia católica, símbolo según él de la intolerancia y de la injusticia. Se empeña en luchar contra los errores judiciales y en ayudar a sus víctimas. Voltaire se convierte en el modelo para la burguesía liberal y anticlerical y en la pesadilla de los religiosos.

Voltaire ha pasado a la Historia por acuñar el concepto de tolerancia religiosa. Fue un incansable luchador contra la intolerancia y la superstición y siempre defendió la convivencia pacífica entre personas de distintas creencias y religiones.

Sus escritos siempre se caracterizaron por la llaneza del lenguaje, huyendo de cualquier tipo de grandilocuencia. Maestro de la ironía, la utilizó siempre para defenderse de sus enemigos, de los que en ocasiones hacía burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas son sus discrepancias con Montesquieu acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau, achacándole sensiblería e hipocresía.

[editar] Su moral

No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
Cita apócrifa de Voltaire.

Voltaire defendió la tolerancia. Esta célebre frase, que se le atribuye erradamente, pretende resumir su postura sobre este asunto.[1]

En el pensamiento del filósofo inglés John Locke, Voltaire encuentra una doctrina que se adapta perfectamente a su ideal positivo y utilitario. Locke aparece como el defensor del liberalismo, afirmando que el pacto social no suprime los derechos naturales del individuo. En resumen, sólo aprendemos de la experiencia; todo lo que la supera sólo es hipótesis; el campo de alguien coincide con el de lo útil y de lo comprobable.

Voltaire saca de esta doctrina la línea directriz de su moral: la labor del hombre es tomar en su mano su propio destino, mejorar su condición, garantizar, embellecer su vida con la ciencia, la industria, las artes y por una buena política de las sociedades. Así la vida no sería posible sin una convención donde cada uno encuentra su parte. A pesar de que se expresan por leyes particulares en cada país, la justicia, que asegura esta convención, es universal. Todos los hombres son capaces de concebir la idea, primero porque todos son seres más o menos razonables, luego porque son todos capaces de comprender qué es lo inútil y útil a cada uno. La virtud, «comercio de beneficios», es dictada a la vez por el sentimiento y por el interés. El papel de la moral, según Voltaire, es enseñarnos los principios de esta «política» y acostumbrarnos a respetarlos.

[editar] Aspectos

[editar] Voltaire y el antisemitismo

Voltaire criticó en numerosas ocasiones la pretensión del pueblo judío de ser el Pueblo Elegido por Dios y se hizo eco de los prejuicios habituales en su época contra los judíos. Esta actitud negativa, que ha llevado a algunos a tildarle de antisemita o antijudío, se inscribe en la hostilidad general del autor contra la religión, que le llevó a atacar con idéntico celo a cristianos y musulmanes.[2] Por ello, muchos historiadores consideran a Voltaire antirreligioso en general, antes que antisemita o anticristiano.

[editar] Citas antisemitas de Voltaire

(Tomadas de su Diccionario filosófico, 1764)

«¿Por qué los judíos no habrían sido antropófagos? Habría sido la única cosa que hubiera faltado al pueblo de Dios para ser el más abominable de la Tierra».«...una horda de ladrones y de usureros...».«Me ordena hacerle un cuadro fiel del espíritu de los judíos, y de su historia; y, sin entrar en los caminos inefables de la Providencia busqué en las costumbres de este pueblo la cadena de acontecimientos que esta Providencia ha preparado».«Son el último de todos los pueblos entre los musulmanes y los cristianos, y se creen el primero. Este orgullo en su descenso se justifica por una razón sin contrapartida; es que ellos son realmente los padres de los cristianos y de los musulmanes. Las religiones cristiana y musulmana reconocen a la judía como a su madre; y, por una contradicción singular, sienten por esta madre respeto y horror».«Se desprende de este cuadro resumen que los hebreos casi siempre han sido o errantes, o tunantes o esclavos o sediciosos: aún hoy son vagabundos sobre la tierra, y para horror de los hombres, garantizando que el cielo y la tierra, y todos los hombres, se crearon para ellos solos».

[editar] Voltaire y el dinero

Homenaje a Voltaire en un billete bancario francés (de la segunda mitad del siglo XX).

Voltaire murió siendo inmensamente rico: fue uno de los mayores rentistas de Francia. El origen de estas rentas era:

[editar] Voltaire y el diluvio: un error de apreciación

La presencia de fósiles marinos en la cima de las montañas fue considerada en su época como una prueba de haber estado bajo el agua y, por consiguiente, el diluvio. Voltaire no admitía esta interpretación, ni siquiera la idea de que hayan podido estar algún día fondos marinos donde se encuentran las montañas. Apoyaba su idea en el Diccionario filosófico mostrándose sorprendido de que nadie haya pensado en una explicación, según él, bastante más simple: que cruzados o peregrinos hayan tirado moluscos de los que tenían entre sus provisiones para su viaje. A todo esto hay que añadir que tampoco el diluvio ha sido el causante de la altitud de estos fósiles, sino la deriva continental.

[editar] Voltaire y la esclavitud

Voltaire cree posible humanizar la esclavitud. La falta de humanidad de los patrones es la que causa los males de la esclavitud. No critica el principio,[3] sólo la forma, lo que se ve reflejado en Cándido.

Sin embargo, se entusiasma en la liberación de sus esclavos por los cuáqueros de Pensilvania en 1769. Se interesa aún más por «los esclavos de los monjes» de Pays de Gex, que son «más infelices que los negros».

[editar] Voltaire y el fanatismo

Toda la obra de Voltaire es un combate contra el fanatismo y la intolerancia, y eso desde La Henriada, en 1723. «Entendemos hoy en día por fanatismo una locura religiosa, oscura y cruel. Es una enfermedad que se adquiere como la viruela» (Diccionario filosófico, 1764, artículo «Fanatismo»).

[editar] Voltaire y la historiografía

Voltaire fue también historiador. Acuñó la expresión 'filosofía de la historia', contraponiéndola de forma polémica a la teología de la historia, habitual hasta entonces, que explicaba los acontecimientos históricos recurriendo a una supuesta intervención divina en los hechos.

Se interesó por el estudio del pasado, primero mediante sus tragedias, algunas de las cuales abordan temas históricos y presentan personajes que existieron realmente. En La Henriade describe la historia épica de Francia, centrándose en Enrique IV, fundador de la monarquía de los Borbones en Francia, que puso fin a las guerras religiosas. También escribió la historia de Carlos XII de Suecia. Más tarde, escribió las obras El siglo de Luis XIV y Ensayo sobre las costumbres.

Como historiador, Voltaire rechaza tanto la «teología de la historia» como la «historia erudita». Ridiculiza sin piedad las interpretaciones religiosas que se han dado en la historia, como la de Agustín de Hipona, según el cual todo lo sucedió en la antigüedad gira en torno al pueblo de Palestina.

[editar] Tipos de Historia

  1. Historia de las opiniones.
  2. Historia de las artes. Es la parte más interesante de la historia, y será la que desarrollen los enciclopedistas.
  3. Historia natural. Aquí se tomó la palabra historia por su valor etimológico, que según Heródoto era el de investigar. Para Voltaire no debía estar encuadrada en el género de la historia.
  4. Historia de los acontecimientos, que a su vez se divide en:
  • Sagrada. A Voltaire no le cabe duda de que la Biblia y la Ilíada son parte de la historia.
  • Profana. La constituyen los relatos de los padres a los hijos. Cuantas más generaciones pasan, los datos son más improbables, por lo que estos datos de los pueblos son prescindibles.[4]

Para este autor la historia debe ser un género del que se excluya todo aquello que se considere falso.

[editar] «Historia de Carlos XII»

Su primera obra histórica, 1730, considerando lo anterior como fábula. Carlos XII de Suecia reinó a finales del siglo XVII y a comienzos del siglo XVIII. Le llamaban el Alejandro del Norte. Es el rey que lleva a la guerra del Norte, entre Suecia y todas las demás potencias. Después de varias victorias, Suecia cae derrotada y entra en crisis, a la vez que aumenta la potencia rusa. Voltaire no elige a este soberano para hacerle un canto, sino para demostrar cómo, aunque era una persona que tenía todas las virtudes, lleva a su país a la derrota.

Para el autor, sólo hay dos tipos de acontecimientos que se salvan de estar en una obra histórica:

  • Los que llevan a cabo profundas transformaciones.
  • Los que son retratados por grandes escritores.

Por lo tanto, el libro de Voltaire tiene un carácter educativo. Aun así, su método no es diferente al de los otros historiadores, consiste en buscar testigos presenciales para reconstruir la verdad.

[editar] «El siglo de Luis XIV»

Véase también: El siglo de Luis XIV

Es además de la historia de un rey, un planteamiento sobre el tema del Progreso, convirtiéndose este en su propósito central. Voltaire pensaba que el progreso en la historia es relativo, aunque sí que se podía encontrar esto. Cree que hay cuatro momentos en que las luces habían crecido y que son:

Se trata de analizarlo todo, es una historia total en cierto modo. Voltaire habla de política, religión, literatura y su conclusión es que se va a producir un cierto progreso.

[editar] «Ensayo sobre las costumbres»

En el prefacio de Ensayo sobre las costumbres, Voltaire se dirige a los lectores planteando que el pasado es inabarcable, no se podría reflejar en libros. Lo que el historiador hace es seleccionar, así los historiadores cristianos habían hablado sobre la ciudad de Dios. Ahora Voltaire rechaza este criterio. Lo que para él merece la pena es hablar sobre el espíritu, las costumbres y el uso de las naciones apoyándose solamente en hechos que sean imprescindibles. Saber datos no es el objetivo de la historia, sino los usos y las costumbres. Siempre la historia es una selección que se hace de acuerdo con una teoría. No es necesario saber todos los reyes que han reinado en un país sino los que fueron decisivos. El historiador debe escoger lo que le es útil dentro de ese gran almacén que es la historia. Para él, la historia tiene sólo utilidad de enseñar lo que es la Ilustración.

Voltaire quiere relativizar todo lo que se considere absoluto, la historia antes había sido eurocéntrica, ahora relativiza este concepto. También quiere poner de manifiesto el fanatismo y la crueldad contra los que él lucha (sobre todo los de la Iglesia). Pretende debatir lo que es razonable. Voltaire quiere demostrar cómo las Cruzadas que él analiza no se produjeron por causas espirituales, sino económicas.

[editar] «Cándido»

Véase también: Cándido

Hace también una crítica al optimismo histórico, sobre todo a Leibniz, que creía que todo lo que sucedía era con el fin de alcanzar el mejor de los objetivos. Esta surge a raíz del terremoto de Lisboa, con el que se demuestra que no vivimos en el mejor de los mundos posibles. Hace un libro donde se reflejan estas concepciones del destino, que es Cándido, en el que a uno de los discípulos de Leibniz durante toda la narración le están ocurriendo desgracias, pero al final acaba bien.

Ebook

[editar] «Diccionario filosófico»

En el Diccionario filosófico, Voltaire define a la historia como «el relato de los hechos que se consideran verdaderos» y la fábula como «el relato de los hechos que se consideran falsos». Según esta definición, el Génesis o la Ilíada serían historias verdaderas. Define la historia como la subjetividad del autor. Hay que tener en cuenta que en su época la historia aún no existía como género independiente.

[editar] Voltaire poeta

Voltaire estimaba mucho sus versos y se autodenominaba poeta (precisemos que en el siglo XVIII, el concepto de poeta incluía a quienes escribían poesía y a quienes eran dramaturgos); fue considerado en su siglo como el sucesor de Corneille y de Racine, a veces incluso como triunfador; sus piezas tuvieron un inmenso éxito y el autor conoce la consagración en 1778 cuando, en la escena de la Comedia Francesa, Clairon corona su busto con laureles, delante de un público entusiasta.

[editar] Obras

Cartas inglesas.
Grabado que representa a Voltaire en el frontispicio de una edición de 1843 del Diccionario filosófico.

[editar] Anécdotas

  • En 2000, Fréderic Lenormand publica la novela La joven y el filósofo evocando la adopción por Voltaire de una descendiente de la familia de Corneille. La anécdota se extrae del relato que hizo Voltaire en su correspondencia. Atormentado por la sombra de Corneille, le pareció extraordinario de transformarse en el padre adoptivo de una de sus descendientes. Para constituir una dote, esta joven muchacha publicó una nueva edición de las piezas de Corneille, vendida por suscripción a todos los príncipes de Europa. Hay que señalar que se encarceló a la muchacha en París bajo el Terror, como Bonita y Buena, y como la nuera de la bella Émilie, la duquesa del Châtelet, quien fue incluso guillotinada.
  • El altercado con el Caballero de Rohan: a la salida de un teatro parisino, Voltaire encuentra al Caballero de Rohan, un representante de una de las grandes familias de la nobleza francesa. Durante la conversación, Voltaire le dijo: «Señor, yo estoy comenzando a hacerme un nombre mientras que usted está terminando el suyo». El noble saluda educadamente a Voltaire. Algunos días más tarde, Voltaire es invitado a almorzar a la casa del Caballero de Rohan. Una vez que ha ingresado al interior de la casa, los sirvientes golpean con un bastón al joven Arouet; éste sale de la casa, y jura retar a un duelo al de Rohan. Sin embargo, temiendo el desenlace, el caballero usa sus influecias para evitarlo, y lo hace encarcelar en la Bastilla. Posteriormente, Voltaire tiene que exiliarse a Inglaterra.
  • En el número de abril de 1778 de la revista francesa Correspondance Littérairer, Philosophique et Critique (1753-1793), se encuentra uno nada menos que con la copia de una supuesta profesión fe de M. Voltaire, se desconoce si realmente esta escrita por él o si es real, puesto a que no se tiene ninguna copia del original y simplemente una supuesta transcripcion de la confesión por Frederich Melchior Grimm, de todos modos, la supuesta conversión escrita diría esto:
«Yo, el que suscribe, declaro que habiendo padecido un vómito de sangre hace cuatro días, a la edad de ochenta y cuatro años y no habiendo podido ir a la iglesia, el párroco de San Sulpicio ha querido añadir a sus buenas obras la de enviarme a M. Gautier, sacerdote. Yo me he confesado con él y, si Dios dispone de mí, muero en la santa religión católica en la que he nacido esperando de la misericordia divina que se dignará perdonar todas mis faltas, y que si he escandalizado a la Iglesia, pido perdón a Dios y a ella.»
Firmado: «Voltaire, el 2 de marzo de 1778 en la casa del marqués de Villete, en presencia del señor abate Mignot, mi sobrino y del señor marqués de Villevielle. Mi amigo». Firman también: el abate Mignot, Villevielle.
Se añade: «declaramos la presente copia conforme al original, que ha quedado en las manos del señor abate Gauthier y que ambos hemos firmado, como firmamos el presente certificado. En París, a 27 de mayo de 1778. El abate Mignot, Villevielle».[5]

[editar] Un misterio

En su novela Micromegas (1752) encontramos que menciona a los dos satélites del planeta Marte un siglo antes de su descubrimiento oficial (Asaph Hall los descubre en 1877):

«...A salir de Júpiter atravesaron un espacio de cerca de cien millones de leguas, y costearon el planeta Marte, el cual, como todos saben es cinco veces más pequeño que nuestro glóbulo, y vieron dos lunas que sirven a este planeta y no han podido descubrir nuestros astrónomos».[6]
Voltaire, Micromegas, 1752

Es notable que también un contemporáneo suyo, Jonathan Swift, hace lo mismo en Los Viajes de Gulliver, pero dando sus distancias al planeta y sus períodos de rotación con gran precisión para la época.

Aunque siempre se ha querido ver en esto una suerte de misterio conspirativo, en ambos casos los dos autores parece que se estaban haciendo eco de una idea muy corriente en los ambientes intelectuales de la época, surgida de las primeras opiniones del astrónomo Johannes Kepler (previas a que enunciara sus famosas tres leyes), basadas a su vez en una teoría misticista relacionada con los sólidos perfectos. La precisión de los datos, en ambos casos, se debe a los cálculos mecánicos realizados a principios del s.XVIII en base a la ley de la Gravitación Universal, referidos a cuál sería el período de rotación y distancia a Marte de un supuesto cuerpo orbitante en torno a dicho planeta. Se trata por tanto de una serendipia, puesto que la óptica disponible durante la vida de ambos autores no permitía ver esos cuerpos celestes tan pequeños y que se separan tan poco de la esfera de Marte.

Debido a estas coincidencias, los dos mayores cráteres en Deimos (de unos 3 km. de diámetro cada uno) fueron bautizados como "Swift" y "Voltaire".[7] [8]

[editar] Notas y referencias

El carácter contradictorio de Voltaire se refleja tanto en sus escritos como en las opiniones de otros. Parecía capaz de situarse en los dos polos de cualquier debate, y en opinión de algunos de sus contemporáneos era poco fiable, avaricioso y sarcástico. Para otros, sin embargo, era un hombre generoso, entusiasta y sentimental. Esencialmente, rechazó todo lo que fuera irracional e incomprensible y animó a sus contemporáneos a luchar activamente contra la intolerancia, la tiranía y la superstición. Su moral estaba fundada en la creencia en la libertad de pensamiento y el respeto a todos los individuos, y sostuvo que la literatura debía ocuparse de los problemas de su tiempo. Estas opiniones convirtieron a Voltaire en una figura clave del movimiento filosófico del siglo XVIII ejemplificado en los escritores de la famosa Enciclopedia francesa. Su defensa de una literatura comprometida con los problemas sociales hace que Voltaire sea considerado como un predecesor de escritores del siglo XX como Jean-Paul Sartre y otros existencialistas franceses.

Todas las obras de Voltaire contienen pasajes memorables que se distinguen por su elegancia, su perspicacia y su ingenio. Sin embargo, su poesía y sus obras dramáticas abusan a menudo de un exceso de atención a la cuestión histórica y a la propaganda filosófica. Cabe destacar, entre otras, las tragedias Brutus (1730), Zaire (1732), Alzire (1736), Mahoma o el fanatismo (1741), y Mérope (1743); el romance filosófico Zadig (1747); el poema filosófico Discurso sobre el hombre (1738); y el estudio histórico Historia de Carlos XII (1730).

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. La frase no se encuentra en su obra publicada. Aparece por vez primera en 1906 en el libro de The Friends of Voltaire (Los amigos de Voltaire) de Evelyn Beatrice Hall, escritora con el seudónimo de S. G. Tallentyre, que intenta así resumir la posición de Voltaire: «I disapprove of what you say, but I will defend to the death your right to say it».
  2. El historiador León Poliakov tituló el tomo 3 de su Historia del antisemitismo como «De Voltaire a Wagner». Según él, este sentimiento se habría agravado en los últimos quince años de la vida de Voltaire. Parecía entonces ligado al combate del filósofo contra la iglesia católica. Otros autores han desligado a Voltaire del antisemitismo, por estimar que en ningún caso azuzó el odio o la persecución contra este colectivo (o ningún otro): «No porque ciertas frases de Voltaire nos duelan deberíamos confundirlo en la turba de perseguidores», Roland Desné («¿Voltaire era antisemita?», El Pensamiento, n.º 203, enero-febrero de 1979, páginas 70–84).
  3. «No compramos esclavos domésticos sino donde los negros. Se nos reprocha este comercio: un pueblo que trafica sus hijos es aún más condenable que el comprador. Este negocio demuestra nuestra superioridad; lo que nos da una maestría para tenerlos», en los Ensayos sobre las costumbres y el espíritu de las naciones.
  4. Per la visione dell'India come più antica cultura umana vedi il lungo capitolo (pp. 15-76) su Voltaire e l'oriente in Urs App, The Birth of Orientalism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2010 (hardcover, ISBN 978-0-8122-4261-4)
  5. «Copie de la profession de foi de M. de Voltaire exigée par M. F abbé Gautier son confesseur», Friedrich Melchior Grimm («Anécdotas», El Pensamiento, abril de 1778, páginas 87–88).Correspondance littéraire, philosophique et critique
  6. Capítulo III, «Viaje de los dos habitantes de Sirio y Saturno». Colección Clásicos Inolvidables, Voltaire, El Ateneo, página 622.
  7. «Chapter 14: The Hurtling Moons of Mars». The University of Arizona. Consultado el 27-10-2007.
  8. «Gazetteer of Planetary Nomenclature».

[editar] Bibliografía

Sobre Voltaire
  • El calígrafo de Voltaire, novela de Pablo De Santis.
  • El corazón de Voltaire, novela de Luis López Nieves.
  • Catálogo de la biblioteca voltairiana, Adrien Jean Quentin Beuchot, colección única en manuscrito, que comprende las ediciones originales y las principales reimpresiones de cada una de las obras de Voltaire, con sátiras, críticas, parodias apologías, etcétera.
  • Vie de Voltaire, Nicolas de Condorcet.
  • Voltaire humanista, Charles Porset, Ed. EDIMAF.
  • Voltaire, Jean Goldzink, Ed. Hachette Supérieur.
  • El retorn de Voltaire, Martí Dominguez, Ed. Destino.

[editar] Enlaces externos

En castellano:

En francés:

En otros idiomas:

  • IntraText.com (Œuvres de Voltaire: textos con concordancias y lista de frecuencia).

 

Predecesor:
Jean Bouhier
Silla 33
Academia francesa

1746
Sucesor:
Jean-François Ducis

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Iconografía

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Virgen y niño rodeados de ángeles (1450) Jean Fouquet. Durante el gótico aparecen diversas representaciones de la Virgen de la Leche que aparece amamantando a Cristo o mostrándole el pecho, pero el tema fue censurado por el Concilio de Trento en el siglo XVI.
ICONOGRAFÍA CRISTIANA; NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
Este libro surge de la necesidad de explicar al estudiante de Historia del Arte el lenguaje de las imágenes, las bases teóricas de su estudio y algunos de los principales temas de las obras de arte. No consiste pues ni en un manual al uso ni en un diccionario de iconografía, sino en una introducción al lenguaje figurativo a la manera en que Aby Warburg y sus continuadores entendieron el problema. Para ello, el estudio se divide en dos grandes bloques: en una primera parte se abordan problemas relativos al método iconográfico, sus componentes, su empleo y sus limitaciones; y en una segunda parte se pretende introducir al lector en algunos de los grandes temas que han inspirado a los artistas a lo largo de la historia: la mitología, el cuadro de género y el paisaje.Esta combinación de teoría y práctica convierten a la obra en un magnífico instrumento para entender y dominar términos y conceptos propios del lenguaje y de las leyes de la iconografía, como tema, motivo, personificación, atributo, símbolo, alegoría, imagen descriptiva e imagen narrativa, ilustración, género, decoro, contaminación, pseudomorfosis, disyunción, pervivencia, etc. A su vez el estudio es también una reflexión sobre el papel del arte como medio de transmisión de formas e ideas así como del papel de las intenciones y de los contextos en esos procesos de comunicación.

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[editar] Definición e historia

Iconografía es la ciencia que estudia el origen y formación de las imágenes, su relación con lo alegórico y lo simbólico, así como su identificación por medio de los atributos que casi siempre les acompañan. Esta ciencia tiene su origen en el siglo XIX y fue desarrollada a lo largo del XX. El gran estudio de la iconografía y su desarrollo se dio especialmente en el Instituto Warburg de Londres, bajo la dirección del historiador y crítico de arte Erwin Panofsky. A partir de entonces vieron la luz numerosas obras de estudio sobre el tema, enciclopedias y diccionarios. En España, hay que citar al historiador del arte Santiago Sebastián.

Los tres grandes campos de la iconografía son la mitología clásica, la mitología cristiana y la temática sobre las representaciones civiles.GENIAL!

[editar] El Concilio de Trento

En la sesión número veinticinco del Concilio de Trento, celebrado en el siglo XVI, se estructuró un Decreto sobre las imágenes, en el que se señalaban las características que debían seguir éstas y las funciones a cumplir. Distinguía dos tipos de imágenes:

  1. Dogmáticas, que defendían los dogmas de la Iglesia Católica frente a los protestantes, como Cristo, la Virgen, algunos santos (Pedro y Pablo), Apóstoles y Evangelistas, Padres de la Iglesia y Virtudes teologales y cardinales.
  2. Devocionales, aquellas que aludían al resto de los santos, los que eran más venerados por tradición o los extraidos del santoral hispano-visigodo o mozárabe. También dentro de este grupo se encontraban los llamados santos de las necesidades o taumaturgos que combatían las pestes y las catástrofes, como san Roque, san Sebastián, san Antón y san Miguel Arcángel.

Además de estas imágenes tradicionales, se añadieron las introducidas por las órdenes religiosas, sus santos propios y nuevas advocaciones de la Virgen. Los dominicos aportaron la Virgen del Rosario, los franciscanos, las ánimas y la de Dolores, y los carmelitas la Virgen del Carmen.

Después del Concilio de Trento la devoción mariana invade la iconografía con nombres-topónimo que surgen del lugar de las apariciones en toda la geografía del catolicismo. Existe también una gran difusión del culto del personaje bíblico de María Magdalena que se hace en el norte de España, patrona de los peregrinos (y de los apestados) junto con Santiago el Mayor. Sin embargo, la imagen de la Virgen de la Leche o Galactotrofusa o de Belén está totalmente prohibida durante esta época y las ya existentes tienen que retirarlas del culto.

[editar] Referencias

[editar] Bibliografía

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

si lo hare

ARTE4: ICONOLOGÍA. Se llama iconología a la rama de la simbología y de la semiología que estudia las denominaciones visuales del arte, por ejemplo la representación de las virtudes, vicios y otras cosas morales o naturales, con la figura o apariencia de personas.

Iconología

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Se llama iconología a la rama de la simbología y de la semiología que estudia las denominaciones visuales del arte, por ejemplo la representación de las virtudes, vicios y otras cosas morales o naturales, con la figura o apariencia de personas.

Por extensión, se trata de la ciencia que estudia las imágenes, emblemas, alegorías y monumentos con que los artistas han representado a los personajes mitológicos, religiosos o históricos, y se diferencia de la iconografía en que esta tiene por fin la simple descripción de imágenes, mientras que la iconología las estudia en todos sus aspectos, las compara y las clasifica, llegando incluso a formular leyes o reglas para conocer su antigüedad y diversos significados e interpretaciones.

Se divide en tres ramas, para su mayor estudio y comprensión:

  • Iconología pagana. Comprende las imágenes propias de la idolatría o religiones no cristianas.
  • Iconología profana o civil. Comprende las figuras de personajes históricos que no sean objeto de culto religioso.
  • Iconología religiosa. Se refiere a Dios, los ángeles, santos y otras imágenes procedentes de la religión.

[editar] Véase también

ARTE4: EL ANTIGUO EGIPTO. Millones de personas seguimos de cerca toda la actualidad del Antiguo Egipto, con la intención de desvelar los "Secretos" de esta milenaria Civilización. ¿Cuáles cree usted que pueden haber sido los Secretos de estos complejos arquitectónicos y escultóricos? Tras haber leído muchas revistas y haber estudiado el tema me animo a poner aquí mis puntos de vista. Quizás usted tenga otros, el caso sería poder repetir obras de esta envergadura... desentrañando sus misterios...

Los secretos del antiguo Egipto

  • Vallejo, Juan Jesús, (aut.)
  • Ediciones Nowtilus, S.L.
  • 1ª ed., 1ª imp.(11/2002)
  • 256 páginas; 22x16 cm
  • Idiomas: Español
  • ISBN: 8497630076 ISBN-13: 9788497630078
  • Encuadernación: Rústica
  • Colección: La puerta del misterio

Si lo imposible existe, está en Egipto. No hay otra forma de explicar la fascinación que empuja a millones de turistas todos los años a tomar el avión para recorrer unos lugares donde las temperaturas más benévolas podrían achicharrar al más curtido de los viajeros. Sin embargo, esta fascinación no es algo nuevo. Ya en tiempos de las culturas clásicas europeas, Grecia y Roma, los más doctos entre los eruditos viajaban hasta el país del Nilo para tomar conciencia de que existía una civilización más sabia que la suya.
Ahora las nuevas tecnologías nos hacen ver el pasado como algo primitivo, en el sentido más despectivo de la palabra. Sin embargo, la grandiosidad de esta mítica civilización tiene el poder de romper tópicos, haciendo que enmudezcamos ante sus increíbles restos. Y la pregunta es obligada: si lo que hoy podemos ver no es más que la punta del iceberg, ¿qué fueron capaces de lograr los antiguos egipcios?
Sería frívolo afirmar que en este libro se va a dar respuesta a tan complicada incógnita. Pero no es ninguna locura decir que con esta obra se puede acercar al gran público hasta un tiempo y una cultura que no por antiguos han pasado de moda. Ahora más que nunca el misterioso pasado que encierran las ardientes arenas del desierto está vigente, los descubrimientos y hallazgos en el mítico país africano no paran de aflorar. Lo curioso, además, de estas nuevas piezas del puzzle que continúan surgiendo, es que, lejos de poner fin a tantos siglos de incógnitas y de polémica, aumentan nuestra fascinación a la vez que arrojan más enigmas a los que enfrentarse.
Los secretos del antiguo Egipto propone un repaso por las facetas más sobrecogedoras de la cultura faraónica, retomando los misterios que embelesaron y asustaron a nuestros antepasados, y los nuevos descubrimientos que sorprenden a los científicos. Desde el nacimiento de la egiptología, una ciencia que aparece gracias al trabajo encomiable de un grupo de bohemios y soñadores, hasta las últimas investigaciones efectuadas sobre la Gran Pirámide de Gizeh, el más clásico y a la vez el increíble de los misterios terrenos.

Prólogo de Fernando Jiménez del Oso
Introducción
1. Una ciencia para locos, bohemios y herejes
2. La cultura que surgió de la nada
3. En el país de los magos
4. Los conocimientos perdidos
5. El mensaje oculto de la Gran pirámide
6. La Esfinge, el león dormido
7. Sexo, vida y muerte en el antiguo Egipto
8. El faraón iluminado
9. Tutankamon, el faraón maldito
10. Los incansables viajeros
Epílogo
Bibliografía


Obtenido de http://www.agapea.com/libros/Los-secretos-del-antiguo-Egipto-isbn-8497630076-i.htm

ARTE4: ARTESANÍAS. EL ENCAJE DE CAMARIÑAS. Camariñas es un municipio español perteneciente a la provincia de La Coruña y la comarca de Tierra de Soneira de la Costa de la Muerte, en la comunidad autónoma de Galicia. Esta situado en una península junto a la ría homónima, siendo limítrofe con el ayuntamiento de Vimianzo.

Encaje de bolillos

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Encaje de bolillos en el Musée des Ursulines de Québec.
Encaje de Valenciennes.
Encaje de Malinas.

El encaje de bolillos es una técnica de encaje textil consistente en entretejer hilos que inicialmente están enrollados en bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, que se llama "mundillo". El lugar de los alfileres normalmente viene determinado por un patrón de agujeritos en la almohadilla.

El encaje de bolillos se puede realizar con hilos finos o gruesos. Tradicionalmente, se hacía con lino, seda, lana y posteriormente con algodón. También con hilos de metales preciosos. Hoy en día también se realiza con una gran variedad de fibras sintéticas, con alambres u otros filamentos.

Entre los elementos de diseño que se pueden realizar hay tejidos (tela), redes , trenzas, puntillas, cuadros y rellenos, aunque no todos los tipos de encaje de bolillos incluyen todos esos elementos.

Muchos tipos de encaje se inventaron durante la época de apogeo del bordado (aproximadamente entre 1500 y 1700) antes de que las máquinas bordadoras automáticas estuvieran disponibles.

La aparición de la máquina bordadora diseñada por John Heathcoat en 1806 al principio sirvió de acicate a los artesanos para que inventaran diseños más complicados que las máquinas no podían realizar, aunque finalmente la mecanización dejó sin trabajo a los artesanos casi completamente. La reaparición del bordado es un fenómeno reciente y, en general, es considerado como un hobby, aunque sigue habiendo gremios de artesanos que se reunen periódicamente en lugares como Devonshire (Inglaterra y Orange County (California). En los pueblos europeos donde el encaje fue una vez una industria importante, en especial, Bélgica, Inglaterra y Francia, las encajeras todavía enseñan su arte y venden sus mercancías, aunque su clientela ya no es la misma, de la nobleza más rica se ha pasado al turista curioso.

Algunos estilos de encaje muy conocidos son:

  • Honiton - una variedad inglesa muy delicada, con muchas flores.
  • Torchon - muy conocida por sus hermosas redecillas a menudo geométricas.
  • Cluny - muy ligero y delicado, con flores, trenzas y puntillas (lazos de hilo muy pequeños).
  • Bedfordshire (beds) - tiene líneas que hacen olas y puntillas (para dificultar la copia por máquinas).
  • encaje de Buckinghamshire punto Bucks - muy "entrelazado" con redes de hexágonos característicos y a menudo con hilos "cojos" (un hilo más grueso entrelazado para dar más énfasis)

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[editar] Camariñas

El pueblo de Camariñas daba nombre a los encajes de bolillos que se hacían en toda Galicia (España), y que actualmente vuelven a cobrar auge en la región con el apoyo del gobierno autonómico.

Se empleaba el hilo de lino, que se cultivaba abudantemente en Galicia. En la catedral de Toledo, en la primera mitad de siglo XVI, aparecen compras de hilo gallego, lo que parece indicar que se exportaba al resto de la Península.

Es este un encaje del tipo guipur donde las hojas constituyen los elementos básicos de la decoración. Se forman rosas, estrellas, helechos sobre un fondo enrejado hecho con trenzados con virgulitas y cruzados a veces muy complejos que forman vilanos o milanos.

Cuando se utiliza como fondo el punto de gasilla (medio punto, punto de espíritu) se superponen las hojitas de guipur, creando piezas en relieve. Pero también las hay que están hechas solamente con hojas de guipur, sin ningún tipo de fondo.

[editar] Encaje en Cataluña

Aunque en Cataluña se confeccionaba encaje desde el siglo XVI es a partir del siglo XIX cuando el encaje artesano catalán adquiere un gran prestigio. Diversas empresas de encaje ubicadas en Barcelona o en los pueblos de alrededor realizan trabajos de gran calidad. En Cataluña muchas empresas se especializaron en la realización de piezas en blonda, un encaje realizado en seda y los diseños se caracterizaban por los elementos florales. Esta es la técnica que se utiliza para la realización de las mantillas. Una de las grandes empresas de encaje fue la Casa Fiter de Barcelona, fundada en 1845 que participó en numerosas exposiciones internacionales.

Uno de las técnicas propias de Cataluña es el ret fi o encaje de Arenys, una técnica derivada de la blonda realizada en algodón y de color blanco, con diseños geométricos o de dibujos simples. Esta técnica se aplicaba frecuentemente en la indumentaria religiosa: albas, roquetes.

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

ARTE4: EL ARTE BIEN HECHO, APLICADA MAÑA Y TÉCNICA, ¿PRODUCE MARAVILLA? ¿CÓMO DOTAR DE VIDA UNA OBRA MAL HECHA? ¿ES INTELIGENTE O ES IGNORADA Y ESPERA A SU TIEMPO? LOS ELEMENTOS ¿SE ORDENAN SÓLOS A BASE DE TIEMPO Y PACIENCIA, SIN ALGUIEN QUE LOS ORDENE? Las siete maravillas del mundo, también llamadas Las siete maravillas o Las siete maravillas del mundo antiguo eran un conjunto de obras arquitectónicas que los helenos, especialmente los de la época helenística, consideraban dignas de ser visitadas, por ser para ellos insignes monumentos de la creación y el ingenio humano.

Siete maravillas del mundo

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Para el concurso moderno, véase Las Nuevas siete maravillas del mundo.
Las Siete Maravillas del Mundo (de arriba a abajo y de izquierda a derecha): la Gran Pirámide de Giza, los Jardines colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.
LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO MODERNO

Las siete maravillas del mundo, también llamadas Las siete maravillas o Las siete maravillas del mundo antiguo eran un conjunto de obras arquitectónicas que los helenos, especialmente los de la época helenística, consideraban dignas de ser visitadas, por ser para ellos insignes monumentos de la creación y el ingenio humano.

De todas ellas sólo una, la Gran Pirámide, permanece en pie pese a las intenciones presentes y pasadas de reconstruir algunas de ellas.

El hecho de que cinco de las siete maravillas pertenezcan al mundo helenístico indica claramente el carácter helenocéntrico de la lista, y sus fechas de construcción y destrucción también indican que el concepto de las "Siete Maravillas" debió acuñarse a mediados del siglo III a. C.

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[editar] Origen y problemas de la lista

La lista clásica se basa en un breve poema de Antípatro de Sidón hacia (125 a. C.) o Antípatro de Tesalónica (entre 20 a. C. y 20 d. C.) en el que el poeta alaba las Siete Maravillas del Mundo. Esta lista originalmente mencionaba la Puerta de Istar en las murallas de Babilonia en vez del faro de Alejandría. Relatos posteriores efectúan dicho reemplazo.

Sin embargo, se conservan referencias de otras listas anteriores realizadas por el historiador Heródoto, o el ingeniero Filón de Bizancio, aunque sus escritos no han perdurado, excepto como referencias.

En otros texos son los Jardines Colgantes de Babilonia los que no figuran, estando en su lugar las murallas de la misma ciudad.

Todas son construcciones humanas y que los griegos pudieran admirar.[1] No se recoge ninguna maravilla natural ni ninguna ruina, por majestuosa que ésta fuera. En parte es por eso que se habla de una octava maravilla del mundo: la torre de Babel, el zigurat de Babilonia; pero este edificio estaba en ruinas cuando llegaron los soldados de Alejandro Magno y la lista de maravillas data de años después. Esta posibilidad de una maravilla más ha contribuido a acuñar la frase Octava Maravilla del Mundo para denominar a una obra humana excepcional que se adelanta a su tiempo o muy significativa.

[editar] Las siete maravillas del mundo

Estas maravillas, ordenadas según la época de su construcción, son las siguientes:

  1. La Gran Pirámide de Giza. Terminada alrededor del año 2570 a. C., fue construida por el faraón Keops. Ubicada en Giza, Egipto, es la única de las siete maravillas que aún se puede contemplar.
  2. Los Jardines Colgantes de Babilonia. Construidos en 605 a. C. - 562 a. C. Ubicados en la ciudad de Babilonia, actual Iraq. Perduraron hasta no más allá de 126 a. C., cuando la ciudad fue destruida definitivamente por los partos.
  3. El Templo de Artemisa en Éfeso (actual Turquía). Construido hacia 550 a. C. y destruido por un incendio intencionado en 356 a. C., Alejandro Magno ordenó su reconstrucción, culminada tras su muerte en el año 323 a. C. Este nuevo templo, que debe ser considerado como el incluido dentro de la lista de las maravillas, fue destruido a su vez por los godos durante un saqueo en el año 262.
  4. La Estatua de Zeus en Olimpia. Esculpida hacia 430 a. C. por Fidias. Ubicada en el interior del templo dedicado al propio Zeus en Olimpia, Grecia, desapareció entre 393, año en que el emperador Teodosio el Grande prohibió el culto pagano, y 426, en que Teodosio II ordenó la demolición de los monumentos de Olimpia.
  5. La Tumba del rey Mausolo en Halicarnaso. Construido hacia 353 a. C. y situado en la ciudad griega de Halicarnaso, actual Bodrum (Turquía). Se mantuvo en pie a lo largo de los siglos, pero una serie de terremotos hizo que hacia 1404 ya hubiera quedado reducido a ruinas.
  6. El Coloso de Rodas. Construido entre 294 a. C. y 282 a. C. Ubicado a la entrada del puerto de la ciudad de Rodas en la isla de Rodas, Grecia, fue derribado por un terremoto en el año 223 a. C., por lo que fue la más efímera de las maravillas.
  7. El Faro de Alejandría. Construido entre 285 a. C. y 247 a. C. en la isla de Pharos, en Alejandría (Egipto), para guiar a los navíos que se dirigían al puerto de la ciudad. Al igual que la tumba de Mausolo dio nombre genérico a todos los grandes monumentos funerarios que la siguieron, la torre de Faros (Pharos) hizo lo propio con las torres de señales para la navegación. El Faro perduró hasta que los terremotos de 1303 y 1323 lo redujeron a escombros; en el año 1480, sus restos fueron reutilizados en la construcción de una fortaleza cercana.

[editar] Las evidencias de su existencia

Sobre muchas de estas maravillas se conserva una breve descripción literaria, pero no su imagen real. Así, del Coloso de Rodas no se sabe exactamente cuál era su apariencia, aunque se tiene una idea aproximada gracias a que aparece representado en algunas monedas de su época; sí se descarta, debido al enorme tamaño que esto supondría, que tuviera las piernas abiertas sobre la entrada del puerto de Rodas, como representaciones posteriores han mostrado. Sobre el Faro y el Mausoleo existen dibujos y descripciones en monedas y del Templo de Artemisa se conoce su diseño con bastante exactitud gracias a la descripción dada por Plinio el Viejo, aunque hay discrepancias respecto a su tamaño.

La existencia de los Jardines Colgantes no ha sido verificada y el que muchos relatos griegos sobre la Babilonia conquistada por Alejandro Magno no los mencionaran hacía pensar que fueron fantasías de los soldados alejandrinos al llegar a las exuberantes riberas del Éufrates, tras haber transitado por inmensas regiones áridas y desérticas en su marcha por el Imperio persa. Sin embargo, excavaciones arqueológicas han encontrado cimientos de una gran construcción y el sistema de riego, aunque no donde los sitúa la tradición iniciada por el historiador griego Estrabón, sino a unos cientos de metros, por lo que su existencia se tiene por probable.

De las siete maravillas sólo tres fueron destruidas por causas naturales: el Faro de Alejandría, el Coloso y el Mausoleo, que fueron víctimas de terremotos. El Artemision de Efeso fue destruido por vandalismo humano, y debemos suponer que otras dos también, los jardines colgantes de Babilonia, reducidos a ruinas junto con la ciudad, y la estatua de Zeus en Olimpia destruida para evitar el culto pagano después de que el imperio romano se convirtiera al cristianismo. Incluso la Gran Pirámide ha sufrido a lo largo de los siglos la sustracción de su revestimiento de blanca piedra caliza de Tura (Egipto).

[editar] Véase también

 

[editar] Referencias

[editar] Enlaces externos

ARTE4: EL ARTE, LAS MATEMÁTICAS, LA FÍSICA, LA MÚSICA, LA QUÍMICA, LA MAGIA, LA FILOSOFÍA, LA ESTÉTICA, LA GEOMETRÍA, LAS MATEMÁTICAS... TIENDEN A LA PERFECCIÓN, ¿NO CREE? EL ARTE CAUSA MARAVILLA CUANDO ESTÁ BIEN HECHO, ADMIRACIÓN, ¿QUÉ OPINA? ¿HAY COSAS BIEN HECHAS Y MAL HECHAS Y TODO TIENDE A LA PERFECCIÓN? LO MAL HECHO NO LO MIRAMOS, LO IGNORAMOS, NO PARECE SER INTELIGENTE, ¿QUÉ LE PARECE? ¿ESCUCHA MALA MÚSICA? ¿MIRA COSAS REPELENTES? ¿ES INTELIGENTE TODO LO MALO? ¿O ES ESTÚPIDO Y ABURRIDO Y REPULSIVO, OBJETO DE RECHAZO? ¿CÓMO LO VE? EL ARTE ES UN GRAN CAMPO POR EXPLORAR, DESDE LUEGO... En Psicología, el perfeccionismo es la creencia de que la perfección puede y debe ser alcanzada. En su forma patológica, es la creencia de que cualquier cosa por debajo de la perfección es inaceptable. Se describen dos tipos de perfeccionismo. Los perfeccionistas normales "obtienen un sentimiento muy real de placer de los resultados de un esfuerzo costoso", mientras que los perfeccionistas neuróticos son "incapaces de sentir satisfacción porque a sus ojos nunca consiguen hacer las cosas lo suficientemente bien como para alcanzar ese sentimiento". Burns (también en Parker & Adkins 1994) define a los perfeccionistas como "personas que se esfuerzan compulsiva e incansablemente hacia objetivos imposibles y que miden su propio valor enteramente en términos de productividad y éxito".[1]

Perfeccionismo

De Wikipedia, la enciclopedia libre

EL NACIMIENTO DE VENUS DE BOTICELLI

En Psicología, el perfeccionismo es la creencia de que la perfección puede y debe ser alcanzada. En su forma patológica, es la creencia de que cualquier cosa por debajo de la perfección es inaceptable. Se describen dos tipos de perfeccionismo. Los perfeccionistas normales "obtienen un sentimiento muy real de placer de los resultados de un esfuerzo costoso", mientras que los perfeccionistas neuróticos son "incapaces de sentir satisfacción porque a sus ojos nunca consiguen hacer las cosas lo suficientemente bien como para alcanzar ese sentimiento". Burns (también en Parker & Adkins 1994) define a los perfeccionistas como "personas que se esfuerzan compulsiva e incansablemente hacia objetivos imposibles y que miden su propio valor enteramente en términos de productividad y éxito".[1]

Hewitt y Flett (1991) definieron la Escala de Auto-Presentación Perfeccionista (Perfectionistic Self-Presentation Scale (PSPS)), que evalúa tres aspectos de la auto-presentación perfeccionista: percibir la propia perfección, evitar situaciones en que podría parecerse imperfecto y ocultar situaciones en que se ha sido imperfecto.[2]

Slaney (1996) creó la escala Casi Perfecto, que contiene cuatro variables: Estándares y Orden, Relaciones, Ansiedad y Procrastinación. Distingue entre perfeccionismo adaptado e inadaptado. Ambos tipos puntúan alto en Estándares y Orden, pero los perfeccionistas inadaptados también puntúan alto en Ansiedad y Procrastinación.[3]

El perfeccionismo es uno de los 16 Factores de Personalidad identificados por Raymond Cattell.

Stoeber and Otto (2006) recientemente revisaron las diversas definiciones y medidas del perfeccionismo. Encontraron que el perfeccionismo abarcaba dos dimensiones principales: esfuerzos perfeccionistas y preocupaciones perfeccionistas. Los esfuerzos perfeccionistas están asociados con aspectos positivos (ver más abajo) y las preocupaciones perfeccionistas con aspectos negativos (ver más abajo). Los perfeccionistas sanos puntúan alto en esfuerzos perfeccionistas y bajo en preocupaciones perfeccionistas, al contrario que los perfeccionistas patológicos.[4]

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[editar] Aspectos positivos

El perfeccionismo puede llevar al éxito y proporcionar la motivación para perseverar ante el desaliento y los obstáculos. Roedell (1984) sostiene que "en una forma positiva, el perfeccionismo puede proporcionar la energía motriz que conduce a grandes logros. La atención meticulosa a los detalles necesaria para la investigación científica, el compromiso que empuja a los compositores a continuar trabajando hasta que la música refleja los sonidos gloriosos que suenan en la imaginación, y la persistencia que mantiene a los grandes artistas ante sus caballetes hasta que su creación encaja con su concepción, todo resulta del perfeccionismo".[5]

Slaney descubrió que los perfeccionistas adaptados tenían niveles más bajos de procrastinación que los no perfeccionistas. Los deportistas de élite, científicos y artistas frecuentemente muestran signos de perfeccionismo. El perfeccionismo se asocia en la infancia con la superdotación.

[editar] Aspectos negativos

En su forma patológica, el perfeccionismo puede ser muy dañino. Puede tomar la forma de procrastinación cuando se emplea para posponer tareas ("No puedo empezar el trabajo hasta que no sepa la manera 'correcta' de hacerlo"), y el desprecio de uno mismo cuando se usa para excusar un mal rendimiento o para buscar la comprensión y refuerzo de otras personas ("No puedo creer que no sepa alcanzar mis objetivos. Debo de ser idiota; si no, ¿cómo puedo ser incapaz de hacer esto?").

En el ámbito laboral, el perfeccionismo a menudo viene acompañado de baja productividad, dado que se pierde tiempo y energía en los detalles irrelevantes de las tareas o actividades diarias, lo que puede llevar a la depresión, la antipatía de los compañeros y un mayor riesgo de accidentes.[6] Adderholt-Elliot (1989) describe cinco características de estudiantes y profesores perfeccionistas que conducen a un bajo rendimiento: procrastinación, miedo al fracaso, la mentalidad todo-o-nada, el perfeccionismo paralizante y la adicción al trabajo.[7] En las relaciones personales, las expectativas irreales pueden llevar a una gran insatisfacción por ambas partes.[8] Los perfeccionistas a menudo sacrifican actividad sociales y familiares para intentar alcanzar sus objetivos.

Los perfeccionistas pueden sufrir ansiedad y baja autoestima. El perfeccionismo es un factor de riesgo para el desorden obsesivo-compulsivo y la depresión.

Los terapeutas intentan abordar el pensamiento negativo que rodea al perfeccionismo, en particular el pensamiento "todo-o-nada", en que se piensa que un resultado es o bien perfecto o bien inútil. Alientan a sus pacientes a fijarse objetivos realistas y a afrontar su miedo al fracaso.

[editar] Causas

Como la mayor parte de los rasgos de personalidad, el perfeccionismo tiene un carácter familiar y probablemente tiene un componente genético. Los padres que combinan un carácter autoritario con un amor condicional pueden contribuir al perfeccionismo en sus hijos.[9]

El perfeccionismo puede ser un legado evolutivo. Los homínidos que estaban motivados para una mejora prolongada e incremental (perfeccionismo) creaban herramientas mejores, y esto les proporcionaba ventajas para la supervivencia.[10]

[editar] Referencias

  1.   Parker, W. D. & Adkins, K. K. (1994). Perfectionism and the gifted. Roeper Review, 17 (3), 173-176.
  2.   Hewitt and Flett (1991) The Perfectionistic Self-Presentation Scale
  3.   Slaney, Robert (1996) The Almost Perfect Definition
  4.   Stoeber, J. & Otto, K. (2006). Positive conceptions of perfectionism: Approaches, evidence, challenges. Personality and Social Psychology Review, 10 (4), 295-319.
  5.   Roedell, W. C. (1984). Vulnerabilities of highly gifted children. Roeper Review, 6 (3), 127-130.
  6.  Perfectionism: Impossible Dream
  7.  Adderholt-Elliot, M. (1989). Perfectionism and underachievement. Gifted Child Today, 12 (1), 19-21.
  8.  The Perfectionist's Flawed Marriage
  9.  Perfectionism: Causes and Explanations
  10.  Castro JR & Rice KG (2003) Perfectionism and ethnicity
  11.  The Evolutionary Psychology of Perfectionism

[editar] Enlaces externos (en inglés)

ARTE4: ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO EN ARTE, EN MÚSICA, EN FÍSICA, EN MATEMÁTICAS, EN RELIGIÓN, EN FILOSOFÍA, EN QUÍMICA, EN MAGIA...? ¿TODO POSEE UN SIGNIFICADO? ¿CUÁL ES? ¿ES LA RELACIÓN FORMA-CONTENIDO?. El significado en relación al signo lingüístico, según Saussure, es el contenido mental que le es dado a este signo lingüístico. Es el concepto o idea que se asocia al signo en todo tipo de comunicación, como es el contenido mental. Éste depende de cada persona, ya que cada una le asigna un valor mental al significado, pero por convención este significado debe ser igual para realizar una comunicación óptima.

Significado

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El significado en relación al signo lingüístico, según Saussure, es el contenido mental que le es dado a este signo lingüístico. Es el concepto o idea que se asocia al signo en todo tipo de comunicación, como es el contenido mental. Éste depende de cada persona, ya que cada una le asigna un valor mental al significado, pero por convención este significado debe ser igual para realizar una comunicación óptima.

Según Peirce el significado es la interpretación del signo o representamen. Wittgenstein define el significado de toda cosa como proveniente del uso, de su función. Es otra manera de formular que el significado proviene de la utilidad de algo.

[editar] Semántica

Artículo principal: Semántica

La teoría del significado de Saussure, atribuye a todo signo lingüístico dos componentes básicos: el significante y el significado. La semántica la parte del significado de las expresiones lingüísticas que son independientes del contexto lingüístico. El contenido semántico de una oración por ejemplo tendría que ver con lo que es común a todas las situaciones donde se emplea una cierta expresión lingüística. La parte del significado para cuya interpretación es importante el contexto lingüístico es parte de la pragmática.

[editar] Semiótica

Artículo principal: Semiótica

Ferdinand de Saussure analizó el significado en términos del signo lingüístico, que a su vez involucraban la idea del significante/designador y el significado/designado. El significante era el sonido de la expresión lingüística (al igual que Sócrates, Saussure no se preocupó demasiado por la palabra escrita). Por otra parte, el objeto o concepto signficado es el contenido o imagen mental asociado con ese sonido. El signo lingüístico es esencialmente la relación entre el significante y lo significado.

Los signos lingüísticos en sí mismos sólo existen en relación a otros signos, lo que significa "murciélago" tiene signifcado sólo porque no es un "gato", una "pelota" o un "niño". Es decir, el significado sólo puede existir cuando existe una pluralidad de cosas significadas o polisemia. Además los signos son esencialmente arbitrarios, es decir, no existe normalmente una razón por la cual una determinada expresión designe a cierto objeto. Es esa la razón por la cual el significado no es algo asociado al objeto, ya que los significantes para un objeto pueden tomarse de manera totalmente arbitraria.

 

[editar] Pragmática

Artículo principal: Pragmática

La pragmática estudia las maneras en que el contexto afecta al significado. Las dos formas primarias de contexto relevantes para la pragmática son el contexto lingüístico y el contexto situacional. Existe una fuerza evidencia de que el significado no puede ser completamente reducido a la semántica lingüística, ya que por ejemplo una misma oración gramatical puede representar enunciados distintos, con interpretaciones diferentes según el contexto.

El término pragmática fue introducido por el positivisa lógico, Rudolf Carnap. La intención de Carnap fue reducir la subjetividad del significado a un estatu secundario y considerar el resto como objetivo, siguiendo a Wittgenstein.