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HISTORIA11: LA PIEDRA FILOSOFAL. La piedra filosofal es una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro. Existen dos tipos de piedra: la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro.

Piedra filosofal

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El alquimista en busca de la piedra filosofal, Joseph Wright, 1771 (Museo de Derby).
Para otros usos de este término, véase Piedra filosofal (desambiguación).

La piedra filosofal es una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro. Existen dos tipos de piedra: la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro.

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[editar] Descripción

Sus orígenes parecen estar en una antigua teoría alquímica que proponía analizar los elementos Aristotélicos atendiendo a sus cuatro "cualidades básicas": calor, frío, sequedad y humedad. El fuego sería caliente y seco, la tierra fría y seca, el agua fría y húmeda y el aire caliente y húmedo. Más aún, la teoría propone que cada metal es una combinación de los cuatro principios; aunque se debe resaltar que después llegaron a la conclusión de que los elementos eran azufre, plomo y oro. De ella se desprende el fenómeno de transmutación; es decir, el cambio de la naturaleza de un elemento en función del cambio en sus cualidades.

La piedra filosofal y el elixir de la vida, eran algo ansiosamente buscado y codiciado debido a las virtudes maravillosas que se le suponían; no sólo la de conseguir oro, sino también la de curar algunas enfermedades y otorgar la inmortalidad. Para la fabricación de oro se buscaba un material que facilitase la mezcla de mercurio y azufre, porque teóricamente ése era el camino acertado. La función transmutadora y la de otorgar la vida eterna están relacionadas: una característica del oro es que se oxida más lentamente que otros metales; es decir: el oro es "inmortal"; por lo tanto, si se descubría cómo formar oro a partir de otros elementos, tal vez podrían hacer que el pobre cuerpo mortal se volviera inmortal.

Las supuestas características físicas de la piedra filosofal también varían según diversas fuentes. Generalmente se la presenta como materiales minerales amorfos o cristalinos de diversos colores. Incluso en obras relativamente modernas como "El Retorno de los Brujos" se menciona la posibilidad de que la piedra filosofal en sí misma sea un gas, "nube de electrones", plasma o cuerpo similar no sólido, que tiene la propiedad de penetrar el vidrio u otros cuerpos cristalinos y quedar almacenada allí. En forma estable puede llevarse fuera del laboratorio y activarse luego con fuego para usarse cuando sea necesario.

Otra leyenda de la piedra filosofal dice que la persona que la posee puede transmutar todo tipo de objetos en oro, pero su uso constante hace que poco a poco la persona que la use vaya, casi sin advertirlo, convirtiéndose en oro.[cita requerida] Esto seria un castigo al abuso de los poderes de la piedra, y a la codicia de la persona...

Hay vertientes más místicas de la alquimia que creen que, en realidad, la obra y la piedra filosofal no son realidades físicas, sino metáforas del perfeccionamiento espiritual.

Por otra parte se afirma que el "lapis philosophorum" era simple y llanamente el conocimiento, y lo que se buscaba era realmente la ciencia pura.

Los alquimistas, además de buscar con fruición el elixir de la vida, buscaban también un remedio que se pudiera preparar en el laboratorio, capaz de curar todas las enfermedades (véase panacea universal).

Por otra parte se cree que los verdaderos alquimistas esconden la verdadera forma de conseguir la piedra. No existe un tratado alquímico que sea claro y se le dan distintos nombres a las sustancias utilizadas por ejemplo el fuego alquímico es diferente al fuego común esto se hace con el fin de hacer dificultosa la construcción de la piedra por parte de otras personas con malos fines.

Cabe señalar que para realizar las supuestas tres fases del magisterio (Nombre dado a las tres fases que se deben hacer para llegar a construir la piedra) se debe poseer una llama de fuego encendida calentando la materia prima de la piedra, durante años, pues el alquimista pretende "imitar" a la naturaleza la cual se demora tiempo y debe tener paciencia para crear algo.

Por esta razón, se dice que para crear la piedra y como la experiencia de antiguos alquimistas lo dice, se debe tener asegurada la sobrevivencia por al menos veinte años. Ya que unos años se emplearan en investigar y otros en cometer errores y otros para la elaboración exitosa.

Cabe señalar que la elaboración de la piedra es arriesgado y se necesita tiempo y dinero para construirla, además de una enorme paciencia. ¿Por qué es arriesgado? Porque en uno de los magisterios hay compuestos presentes como la pólvora y dicen que más de un alquimista ha muerto por la explosión, si es que se aplica calor de forma inadecuada. ¿Por qué tanto tiempo? Se somete al fuego la materia prima durante años porque los alquimistas purifican la materia con fuego y probablemente también sea desde una perspectiva más científica una forma de hacer ceder a la materia y mostrar propiedades desconocidas para muchos. ¿Dinero? es necesario para poder mantener el fuego durante años.

Es posible que no valga la pena realizarla pues la cantidad obtenida no suele ser tan grande. Y si pensamos que se debe usar un poco de ella y disolverla en el metal impuro derretido para conseguir oro, claramente no es una inversión valiosa pues no se podrá ocupar la piedra infinitas veces. Suponiendo que se obtenga un puñado de piedra filosofal, ¿cuántos kilogramos de oro se obtienen hasta que se acabe?

Los autores alquimistas más confiables dicen que la piedra filosofal tiene aspecto de arena roja más que el de una piedra sólida, esto es así debido a la forma en como se construye (aunque puede haber existido o existe alguna forma de agrupar todo en una piedra).

[editar] Despistando a los profanos

Una de las características de la alquimia es que se establece un lenguaje confuso en los escritos con el fin de despistar intencionalmente a quien quiera construirla. Es un grave error, por ejemplo, pensar que el Azufre y el Mercurio, elementos químicos S y Hg, se ocupaban como ingredientes para construir la piedra filosofal. Los autores de las obras alquímicas introducen estos términos erróneos de forma intencional, por lo tanto, los investigadores de la piedra filosofal deben saber que la piedra no se elabora con azufre y mercurio, estos son solo palabras que representan compuestos desconocidos para la gran mayoría de investigadores. Por eso algunos autores alquimistas hablan del mercurio de los filósofos, por ejemplo, para dar una pista que no es el elemento mercurio.

Según un autor, la materia prima de la obra son unos cuantos kilos de tierra rica en hierro con impurezas de antimonio. A esta mezcla se le agrega el fuego de los filósofos, que es una especie de sustancia catalizadora que reacciona con la materia prima inicial, y se obtienen a partir de un proceso el mercurio y el azufre de los filósofos, que son sustancias pre-procesadas con el fuego de los filósofos y con otra sustancia que llaman leche de virgen, entre muchos otros nombres. Posteriormente, estas dos sustancias se mezclan en el recipiente hermético y se someten a un proceso de calentamiento por fuego físico constante durante años. Se cree que uno de los compuestos utilizados es una sustancia sensible a la luz, por lo cual en la elaboración de la piedra, los antiguos alquimistas trabajaban con la luz de la Luna, porque la luz no polarizada del Sol cambia uno de los compuestos, arruinando el resultado final.

Sobre los pasos para realizar la piedra filosofal se cree que estos están de forma explícita en "Mutus liber" o libro mudo. Aquí también se encontrarán símbolos que indican Azufre y Mercurio, pero cabe destacar que no son los elementos químicos S y Hg, sino compuestos obtenidos de los pasos previos a la realización de la Gran Obra.

[editar] Situación actual de la transmutación

La idea de convertir plomo en oro no es del todo incorrecta, ya que - por lo menos en teoría - bastaría con extraer 3 protones de un átomo de plomo (de 82 protones) para obtener un átomo de oro (de 79 protones).[1]

Con el tiempo la transmutación, fue sustituida por el creciente conocimiento acerca de las reacciones químicas y la naturaleza de los elementos químicos cada vez más claro que la transformación de los metales en oro o, más generalmente, la transformación de un tema a otro para los alquimistas buscaron maneras - y son Todos los procesos químicos - es imposible, porque las proyecciones de la energía para un lote demasiado pequeño. Estas transformaciones sólo funcionan entre millones de veces más energía de trabajo nuclear procesos y métodos, tales como para la producción de plutonio en grandes cantidades en los reactores nucleares se aplican todos los días. En 1980, el físico americano y Premio Nobel, Glenn T. Seaborg, fue el primer hombre, en usar métodos nucleares para transmutar varios miles de átomos de plomo en oro. (véase el oro de síntesis)

Aparte, a lo largo de la historia, han existido multitud de científicos los cuales han podido determinar ciertas causas del envejecimiento humano y demostrar en cierta medida, que el rejuvenecimiento es posible.

[editar] Supuestos usos de la piedra

La piedra actuaría en tres reinos: el mineral, el vegetal y el animal. Poseería básicamente la habilidad de transmutar de un estado a otro, transmutando cualquier enfermedad en salud, transmutando el plomo en oro, teniendo la capacidad de volver inmortal a quien la beba, etc.

[editar] Series y TV

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Álvaro Rincón Arce, ABC de Química, Primer Curso, Editorial Herrero, México, 1982, ISBN: 968-420-294-6

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