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FILOSOFÍA8: EL KARMA Y EL COLOR. El color es una percepción visual que se genera en el cerebro al interpretar las señales nerviosas que le envían los fotorreceptores de la retina del ojo y que a su vez interpretan y distinguen las distintas longitudes de onda que captan de la parte visible del espectro electromagnético. Es un fenómeno físico-químico asociado a las innumerables combinaciones de la luz, relacionado con las diferentes longitudes de onda en la zona visible del espectro electromagnético, que perciben las personas y animales a través de los órganos de la visión, como una sensación que nos permite diferenciar los objetos con mayor precisión. Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y refleja las restantes. Las ondas reflejadas son captadas por el ojo e interpretadas en el cerebro como colores según las longitudes de ondas correspondientes. El ojo humano sólo percibe las longitudes de onda cuando la iluminación es abundante. A diferentes longitudes de onda captadas en el ojo corresponden distintos colores en el cerebro. Con poca luz se ve en blanco y negro. En la denominada síntesis aditiva (comunmente llamada "superposición de colores luz" El color blanco resulta de la superposición de todos los colores, mientras que el negro es la ausencia de color. En la síntesis sustractiva (mezcla de pinturas, tintes, tintas y colorantes naturales para crear colores)El blanco solo se da bajo la ausencia de pigmentos y utilizando un soporte de ese color y El negro es resultado de la superposición de los colores Cian, magenta y amarillo. La luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores (espectro) por medio de un prisma. En la naturaleza esta descomposición da lugar al arco iris.

Karma

De Wikipedia, la enciclopedia libre

EL KARMA

De acuerdo con varias religiones dármicas, el karma sería una energía metafísica (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del budismo, el hinduismo, el yainismo, el ayyavazhi y el espiritismo.

El sustantivo sánscrito kárman significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unādi Sūtra 4.144).[1] Es errónea la etimología karana: ‘causa’ y manas: ‘mente’, en boga en Occidente.

La letra n final de karman indica que es un sustantivo neutro. Para analizar sus raíces habría que usar sólo el término kar-ma.

Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto.

En pali se dice kamma y en birmano kan.

Contenido

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Karma: no sólo acciones físicas [editar]

Tanto para el hinduismo como para el budismo, el karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores que generan reacciones:

  • los actos
  • las palabras
  • los pensamientos.

Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos (que se enumeran igual en ambas religiones):

  1. nacimiento
  2. enfermedad
  3. vejez
  4. muerte.

Karma y reencarnación [editar]

Usualmente se asocia el karma con la reencarnación, ya que una sola vida humana no alcanzaría para experimentar todos los efectos de las acciones realizadas («cobrar» todo el bien que se ha hecho o «pagar» todo el mal que se ha realizado en vida).

En religiones teístas (como el hinduismo o el cristianismo) existe el concepto de alma. Bajo el punto de vista del karma, la reencarnación sería la nueva encarnación del alma en un nuevo cuerpo físico, en tiempo futuro, en el útero de una nueva madre.

En el hinduismo, el concepto de alma individual, o jiva-atman, es una chispa del Espíritu Divino (atman) que todos tenemos, a diferencia del budismo, en que el objeto de la reencarnación corresponde a un registro de la mente . Se entiende que existe un estado de pureza y sabiduría original, latente pero dormido, en la vida de todos los seres humanos. En el concepto oriental el ser humano olvida su naturaleza superior y se identifica erróneamente con el cuerpo en cada nuevo nacimiento.

La reencarnación —o transmigración de las almas— es el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y progresivamente vida tras vida,en una especie de evolución espiritual del alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza superior o divina.

Recuerdo de vidas anteriores [editar]

El yogui, gurú y escritor Yogananda creía que todos los seres realizados (entre quienes contaba a Jesucristo o Buda) podrían recordar sus vidas. Afirma también que él podía recordar a voluntad sus vidas anteriores. En cambio al ser humano común y corriente no le ayudaría recordarlas, debido al peso emocional que eso acarrearía. Por lo tanto el recuerdo de esas vidas está oculto, pero guardado en la «memoria del alma» o en la mente hasta que la persona esté preparada para recordarlas sin daño emocional.

La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de superconsciencia llamado nirvana (samādhi en yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación. Por lo tanto, la práctica budista intenta que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta misma vida.

Los niños prodigio [editar]

El karma y la reencarnación serían la manera en que los orientales trataban de explicar el fenómeno de los niños prodigio, que serían resultado de muchas vidas de práctica en ese don particular. Esos niños serían almas que de alguna manera podían aprovechar el talento aprendido en vidas anteriores, que estaría almacenado en una inaccesible memoria astral o registros akáshicos (anales en el éter, sustancia mítica invisible, más sutil que el aire).

Difusión en Occidente [editar]

La creencia en la «ley del karma» ha tenido una importante difusión gracias a la penetración en Occidente del budismo, el hinduismo y el yoga, así como diversas escuelas de ocultismo, como la rosacruz (1614), y la teosofía (de Helena Blavatsky, 1831-1891).

Durante el siglo XIX y XX, Occidente fue permeable a los conceptos religiosos provenientes de las antiguas colonias británicas y francesas en Asia.

Los creyentes en el karma sostienen que las injusticias sociales son simplemente la reacción de las malas acciones que habrían cometido las actuales víctimas en vidas pasadas. Cada víctima estaría sufriendo exactamente lo que hizo sufrir a otros (ni más, ni menos).

A pesar de que Gandhi (1869-1948) era adepto a las ideas del karma y la reencarnación, sin embargo luchó contra la injusticia, aunque se desconoce si se apoyaba en algún basamento doctrinal.

En Alejandría del Cáucaso (antigua ciudad de Afganistán fundada por Alejandro Magno, situada a unos 60 km al noroeste de Kabul) hubo una escuela de budismo con monjes budistas.[2]

Poco más tarde, el emperador indio Aśoka (304-232 a. C.) envió misioneros budistas a muchos países.[3]


El karma en el hinduismo [editar]

Según los hindúes, el karma es una «ley» de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual y opuesta. El encargado de hacer cumplir esta ley sería el omnisciente dios invisible Iama Rash (el ‘rey de la prohibición’) y sus monstruosos sirvientes invisibles, los iama-dutas (‘mensajeros de Iama’).

Después de que una persona abandona su cuerpo al momento de la muerte, los iamadutas le arrastrarían hasta la morada de Iamarásh, donde es juzgado duramente de acuerdo con las acciones, registradas una por una en el libro de la vida, que recita Chitra Gupta, el secretario de Iamarash.

Según Yogananda, las explicaciones mitológicas serían la forma de explicar ciertas energías a personas sin educación, generalmente analfabetas, de forma que las diversas formas de energías astrales, invisibles y no registrables por los instrumentos actuales, se personalizarían y explicarían como si fueran dioses, semidioses, demonios, etc.

El karma sería el «ojo por ojo y diente por diente» bíblico, pero no como invitación a nuestra venganza, sino aludiendo al castigo de las leyes divinas.
Para el hinduismo, el castigo de las malas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del infierno —si la persona realizó muchísimos pecados,
infierno, que en el concepto oriental no es eterno).
Igualmente, el premio por las buenas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del cielo (con diversos planos separados) al que va la mayoría, según Yogananda y que en el concepto oriental tampoco sería eterno, sino un periodo de descanso del alma tras cada vida física.

Explicación teológica oriental acerca de la justicia divina [editar]

El karma sería la explicación filosófica que encontraron los orientales para entender por qué —si se supone que Dios es justo— a veces a las personas buenas les suceden cosas malas y a las personas malas les suceden cosas buenas. Cada uno estaría pagando acciones que no recuerda, porque las cometió en vidas pasadas.

Según el Vedānta sūtra las reacciones del karma no se reciben en esta misma vida.

Ante la pregunta de por qué a veces sí se ve sufrir a un criminal en esta misma vida, los hinduistas sostienen que en realidad estaría sufriendo las reacciones de una vida anterior, o bien pagando el karma de acciones realmente perversas en la misma vida, pues Yogananda dice que las acciones de extrema maldad suelen recibir el castigo en la misma vida.

Si el karma que tenemos acumulado es de muchas vidas, una sola vida no bastaría para «pagarlo» y «recogerlo» todo en una sola vida, sino que también se necesitarían varias.

Si el premio o castigo viniera automáticamente poco después (a los pocos meses/días/minutos) el karma sería evidente y no seríamos libres, o no tan libres. Por tanto castigos y premios pueden venir muchos años después o muchas vidas después, cuando las condiciones son propicias, también según Yogananda.

Según el hinduismo, Dios es neutral, y ha dejado a los semidioses la ejecución de la ley del karma, con sus premios y sus castigos. En cambio, según Yogananda, no habría ministros para ejecutar la ley del karma, sino que ésta se ejecutaría a sí misma como ley cósmica, astral o espiritual de forma automática.

Lo bueno o malo que le sucede a un ser humano no sería voluntad de las deidades (que es siempre amorosa), sino el resultado de sus propios actos.

El karma en el budismo [editar]

La explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es diferente de la hinduista. El karma no sería una ley de causa y efecto que implicaría la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir, sino una inercia natural.

Por ejemplo, si una persona roba un banco y tiene éxito, es muy probable que vuelva a robar, y si una persona ayuda a un anciano a cruzar la calle, entonces es muy probable que esa persona siga ayudando a otras personas. En ambos casos, si la experiencia no produjera buenos resultados, entonces la inercia se haría menor (el ladrón robaría menos y el filántropo ayudaría menos).

Cuando un sujeto roba un banco, esta acción quedará registrada en su mente alterando el flujo de ésta, y provocando en él una percepción errónea de la realidad («tengo derecho a tomar sin permiso las cosas que necesito»). En realidad este proceso sería subconsciente. Estas percepciones erróneas le condicionarán a sufrir más adelante, pues crean un estado mental propenso a la infelicidad.

El karma no sería entonces una recompensa o un castigo mágico a las acciones sino simplemente el hecho de que las acciones humanas tienen consecuencias tanto externas como mentales.

Según otra interpretación del karma más bien serían las dos cosas juntas, es decir, habría castigo y premio, pero no de forma mágica, sino mediante consecuencias automáticas de las acciones, en un concepto que implica la reencarnación, siempre unida al karma.

Fundamentación [editar]

Según el budismo, al comportarse de acuerdo con el karma, la persona debería tomar conciencia de que la búsqueda de la venganza y el mal traerá graves consecuencias en la vida diaria y en las vidas futuras. Esto permitiría aprender del sufrimiento, dominarlo y sacar provecho de él en términos espirituales para llegar al desarrollo de una vida más plena.

Puesto que todo acto tiene origen en la mente, el budista debe vigilar sus pensamientos y sus palabras, ya que también pueden producir bien o mal. Cada acción y palabra, buenas o malas, sería un búmeran que a veces vuelve en la misma vida y a veces en una vida futura.

El karma puede ser explicado como un fenómeno análogo a la inercia. Según esta visión, el individuo genera tendencias a través de sus causas. Un pensamiento, palabra o acción intencional, si se repite, se convierte en costumbre y condicionará una tendencia en el mismo sentido. En el futuro, las causas no necesariamente serían intencionales, sino que estarían influidas por causas previas. En este sentido, el karma constituye una influencia inconsciente, condicionante pero no determinante, pues somos siempre libres y podemos contrarrestar nuestras influencias o tendencias negativas. Aunque sean escasos en porcentaje, tenemos numerosos ejemplos de personas que han cambiado radicalmente de vida.

El karma en la cultura popular [editar]

Según una encuesta en Internet, 27% de los estadounidenses creen en la reencarnación, 31% en la astrología y 68% en el demonio.[4]

  • En la serie estadounidense My name is Earl (2005), el karma es el eje central de la historia. Cuenta los cambios en la vida de un delincuente de poca monta cuando empieza a creer en el karma tras ver un programa de televisión. Decide crear una lista de malas acciones que cometió para enmendar sus delitos pasados y que así la vida le vaya mejor.
  • El cantante español Krazé Negrozé hace mención al karma («Siempre encuentro guerra cuando busco el karma») en la canción Aquí fuera, del disco 995 II.
  • El cantante turco, Tarkan, lanzó un álbum titulado Karma en el año 2001, con doce sencillos.
  • El saxofonista Pharoah Sanders tiene un disco titulado Karma (lanzado en 1969 por el sello Impulse!).
  • Negative, banda de glam rock de los Países Escandinavos, tituló su último disco como Karma Killer (‘asesino del karma’).
  • John Lennon tiene una canción titulada Instant Karma, de la cual el grupo irlandés U2 hizo un cover. También, en su canción Mind Games, dice: «millones de guerrillas mentales poniendo el poder de su alma en la rueda kármica» “millions of mind guerrillas putting their soul power to the karmic wheel”.
  • Boy George tiene una canción llamada Karma Chamaleon (‘camaleón del karma’).
    • En su canción Bow Down, Mr.!, dice: «Si no tomas el voto, puedes comer la vaca sagrada, pero también tomas el karma...».[5]
  • La banda británica Radiohead lanzó una canción y a la vez sencillo llamada Karma Police (‘policía del karma’, en español) de su tercer disco OK Computer en 1997.
  • El músico argentino de rock Charly García (1951) tiene una canción llamada El karma de vivir en el Sur.
  • Se menciona la palabra karma en el estribillo de la canción Affirmation, del grupo australiano Savage Garden.
  • El quinto disco de estudio del grupo Kamelot se llama Karma.
  • La penúltima canción del disco My Arms, Your Hearse del grupo Opeth se llama Karma.
  • El rapero Lloyd Banks tiene una canción llamado Karma en su disco The Hunger For More.
  • The Ministry of Sound tambien publicó un CD en edición limitada titulado Karma Collection.
  • En el segundo tema de apertura de la serie de animé Higurashi no Naku Koro ni, titulado Naraku no Hana, se menciona el karma, al igual que en uno de los temas de personaje, titulado Bon Karma.
  • En el videojuego Fallout 3, dependiendo de las acciones del jugador, éste tendrá tres niveles de karma: bueno, neutral y malo. Esto repercute en las reacciones de la gente con la que puede tratar. Un mal karma significa en mala recepción exterior, a excepción que se use la habilidad «speech» para ocultar su identidad. Se gana mal Karma robando o haciendo acciones representadas con letras rojas; y se gana buen Karma haciendo el bien, como perdonárle la vida a un moroso, o darle agua purificada a un herido que no puede obtenerla.
  • El grupo argentino de rock Ataque 77 tiene un álbum lanzado el 2007 llamado Karmagedón.
  • El grupo uruguayo de rock Once Tiros en su álbum Glamour y violencia tiene un tema llamado Mal de karma.
  • La cantante japonesa Kokia, creó una canción titulada Karma, la cual se utilizó para la serie animé Requiem for the Phantom.
  • La banda japonesa Bump of Chicken interpretó una canción titulada Karma (カルマ), que se utilizó como introducción del juego de PS2 Tales of the Abyss. En la versión estadounidense del juego se sustituyó esa canción por una versión instrumental.
  • En los videojuegos de PC "Star Wars: Knights of the Old Republic" las acciones que lleve a cabo el personaje principal, como matar personas inocentes o ayudar a otros, trae consecuencias en su karma, que en este caso está representado con la afinidad a la Luz o la Oscuridad.
  • La cantante y compositora de R&B y soul Alicia Keys tiene una canción llamada Karma en su segundo disco, The Diary of Alicia Keys.

Notas [editar]

  1. Según el Sanskrit-English Dictionary, del indólogo británico M. Monier Williams.
  2. Según Mb-Soft.com.
  3. Según el sitio WebSpace.ship.edu, la enciclopedia MSN Encarta dice que «[El emperador Asoka] envió misioneros a zonas como el remoto Epiro (en Grecia), Egipto y Libia».
  4. Estadísticas de crédulos en EE. UU, según RickRoss.com.
  5. «If you do not take the vow / you can eat the sacred cow / you’ll get karma anyhow...».

Véase también [editar]

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