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ARTE4: CUADROS DE SALVADOR DALÍ DOMENECH: LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA (1931). Óleo sobre lienzo (24 x 33 cm.). Museo de Arte Moderno. Nueva York

LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA (1931)
Óleo sobre lienzo (24 x 33 cm.)
Museo de Arte Moderno. Nueva York

 
Un pequeño pero famoso cuadro de la época más surrealista de Dalí. El paisaje tiene influencias de los trabajos que realizó del mar en su juventud, hasta se puede reconocer el Cabo de Creus en la parte superior derecha. Aparece una vez más su retrato rodeado de relojes doblados, derretidos. Intenta reflejar en ellos la irrelevancia del tiempo; el único reloj no deformado está cerrado y lleno de hormigas que simbolizan muerte.

La persistencia de la memoria

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La persistencia de la memoria
Salvador Dalí, 1931
Óleo sobre lienzo - Surrealismo
24cm × 33cm
MOMA, Nueva York, Estados Unidos

La persistencia de la memoria, conocido también como Los relojes blandos es un famoso cuadro del pintor español Salvador Dalí pintado en 1931. Realizado mediante la técnica del óleo sobre lienzo, es de estilo surrealista y sus medidas son 24 x 33 cm. La pintura fue exhibida en la primera exposición individual de Dalí en la Galerie Pierre Colle de París,[1] del 3 al 15 de junio de 1931, y en enero de 1932 en una exposición en la Julien Levy Gallery de Nueva York, Surrealism: Paintings, Drawings and Photographs.[1] Se conserva en el MoMA (Museo de Arte Moderno) de Nueva York, donde llegó en 1934 como donativo de Helen Lansdowne Resor, magnate de la publicidad que posteriormente llegaría a ser patrona del museo; el precio pagado fue de 400 dólares.[2] En una revisión posterior del cuadro, Dalí creó La desintegración de la persistencia de la memoria.

El cuadro fue cedido en préstamo por dos meses, del 16 de enero al 18 de marzo del 2009,[2] al Teatro-Museo Dalí de Figueras, Girona, siendo la primera vez que ha podido verse en España.[3]

Descripción [editar]

En el cuadro aparece la bahía de Port Lligat al amanecer. El paisaje es simple; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; un reloj de bolsillo y tres relojes blandos y deformados, elementos que ya habían aparecido en una obra suya del año anterior, Osificación prematura de una estación. Dalí, según él mismo dice, se inspiró en el queso camembert a la hora de añadir los relojes al cuadro, relacionándolos por su calidad de "tiernos, extravagantes, solitarios y paranoico-críticos". Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Más abajo, en el centro del cuadro, otro se acopla a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. La cara aparece también en otros cuadros del autor como El gran masturbador y El enigma del deseo. El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas que no están ahí por casualidad (este tipo de reloj se lleva próximo a los genitales).

Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente verosímiles que siguen marcando la hora (supuestamente en torno a la seis de la tarde). Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando".

Notas y referencias [editar]

  1. a b Fundación Gala-Salvador Dalí. «Biografía de Dalí» (en español). Consultado el 22 de enero de 2009.
  2. a b Fundación Gala-Salvador Dalí (16 de enero de 2009). «La persistencia de la memoria en Figueres» (en español). Consultado el 22 de enero de 2009.
  3. ABC. «Los «relojes blandos» de Dalí se pueden ver por primera vez en España» (en español). Consultado el 22 de enero de 2009.

Enlaces externos [editar]

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